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La carta de crédito stand by es una garantía que puede emplearse

en el comercio exterior de forma alternativa al crédito


documentario, aunque con implicaciones diferentes para el
exportador y el importador. Suele utilizarse para garantizar el pago
de exportaciones frecuentes a un determinado cliente, durante un
cierto periodo de tiempo; así como en contratos internacionales de
servicios.
La carta de crédito stand by o contingente (Stand-by letter of credit, en inglés) se
configura como una garantía bancaria. Concretamente, es utilizada en el comercio
exterior para hacer referencia al compromiso adquirido por una entidad financiera,
por orden de su cliente, el importador, para pagar una determinada cantidad al
exportador en caso de que el importador no le pague. En un sentido más amplio,
esta garantía buscaría asegurar la ejecución de un contrato, de un determinado
compromiso o de una serie de operaciones comerciales.
La regulación aplicable a la carta de crédito stand by será la que eterminen
expresamente el exportador y el importador. Habitualmente se aplican las Reglas y
Usos Uniformes relativos a los Créditos Documentarios, publicación 600 de la
Cámara de Comercio Internacional (CCI). Si bien, también pueden regirse por las
Reglas Uniformes para las Garantías a Primer Requerimiento (publicación 758 de la
CCI) o por los Usos Internacionales sobre los Créditos Contingentes (International
Standby Practices – ISP 98) (publicación 590 de la CCI).

Funcionamiento de la carta de crédito


stand by
En una operación de exportación, con la finalidad de ofrecer garantías de pago, el
importador puede solicitar a su banco (emisor y garante) la emisión de la carta de
crédito stand by a favor del exportador, dándole instrucciones sobre los términos
de la garantía.
Una vez analizado y aprobado el riesgo de la operación por parte del banco del
importador, este procederá a la apertura de la carta de crédito stand by y se lo
comunicará al exportador, generalmente a través de un banco avisador. Este último,
a su vez, puede ser banco confirmador, si se trata de una garantía confirmada.
Por su parte, el exportador enviará la mercancía y la documentación correspondiente
a la exportación al importador, para que este pueda disponer de dicha mercancía que
ha adquirido.
Sin embargo, si el importador no cumple con su obligación de pago, en virtud de
la existencia de la carta de crédito stand by, el exportador solicitará el pago al
banco avisador. Para ello, deberá realizar una declaración unilateral conforme no ha
recibido el pago y entregará los documentos exigidos de acuerdo con la carta de
crédito.
Posteriormente, el banco avisador enviará el requerimiento de pago y los
documentos al banco del importador, quien se encargará de verificar si son
conformes y, en su caso, abonar el importe de la operación al exportador.
Cabe indicar asimismo que la carta de crédito stand by puede ser negociable a la
vista, contra la presentación de una “carta de incumplimiento” (declaración
unilateral del exportador), acompañada, si procede, del documento financiero
(pagaré, letra de cambio) impagado y de una copia de la factura pendiente de pago.
Comparativa con el crédito documentario
Visto el funcionamiento de la carta de crédito stand by, se pueden apreciar algunas
similitudes con el crédito documentario en cuanto a mecanismo para asegurar el
cobro de una exportación. En realidad, pueden utilizarse de forma
alternativa ambos instrumentos, aunque la primera es una garantía y el
desencadenante del pago es el incumplimiento por parte del importador, mientras
que el crédito documentario es un medio de pago.
A pesar de que las condiciones económicas de la carta de crédito stand by y del
crédito documentario son similares, la complejidad en cuanto a tramitación
documentaria es menor en el caso de la garantía. No hay que olvidar que la
revisión de los documentos y las exigencias en cuanto a concordancia estricta con el
clausulado son elevadas en la operativa del crédito documentario.
En caso de que el importador cumpla con su compromiso de pago y no se ejecute la
garantía, normalmente el exportador cobrará antes que en una operación
instrumentada mediante crédito documentario, ya que suele utilizarse un medio de
pago simple (no documentario) para abonar la operación.
Sin embargo, para la apertura de la carta de crédito stand by, el análisis de riesgo
realizado por parte del banco emisor es más amplio (el riesgo bancario es mayor)
que en el caso del crédito documentario, por lo que puede llevar más tiempo.
Asimismo, no es posible el control de los plazos de entrega de la mercancía por
parte del importador, quien además asume un riesgo de ejecución indebida de la
garantía.
Con todo, la carta de crédito stand by suele utilizarse para garantizar el pago
de ventas al exterior frecuentes a un determinado cliente, durante un cierto periodo
de tiempo, así como en contratos de servicios, en los que las exigencias
documentales son escasas.
En BBVA I Carta de crédito stand by, guía de avales y garantías, claves del crédito
documentario

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