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TEMA 03: CUALIDADES DEL TERAPEUTA Y LAS TÉCNICAS GESTÁLTICAS

Introducción al tema

Estimado estudiante iniciamos nuestra segunda semana, como hemos visto en la primera semana la Terapia Gestalt, es
Humanista, y su lema, parafraseándola es: Yo soy yo y tú eres tú, no estoy en este mundo para cumplir con tus expectativas
ni tú con las mías.

En tal sentido, la terapia Gestalt tiene ciertas características como vivir en el presente y en el aquí y ahora, ser conscientes
de nuestras necesidades, emociones, sensaciones, entre otras; por ende el terapeuta debe tener ciertas características
que debe ir cultivando en la formación, y en la terapia misma, existe ciertos elementos que permiten al terapeuta
Gestáltico desarrollar un buen trabajo.

La Terapia Gestalt aplica sus técnicas de acuerdo a ciertos grupos, como son: las supresivas, las expresivas y las
integrativas. Estas técnicas tienen un objetivo claramente sobreentendido en sus nombres, pero es importante conocer
las diferentes técnicas que existen dentro de cada una de ellas, ya que hay un sinnúmero, así mismo la técnica te permite
reorientar el trabajo terapéutico, eso quiere decir, que te permite modificar la técnica con situaciones similares a las
orientaciones dadas.

2.1 Cualidades del Terapeuta Gestalt

En todo proceso terapéutico hay factores que influyen tanto en el éxito o fracaso de la terapia, uno de esos factores que
es fundamental es la relación que se establece entre el terapeuta y el paciente o cliente, sin relación no puede haber
terapia.

Según Fernández, N. Las Terapias Humanistas, requiere que el terapeuta se ponga en contacto con momentos de
sufrimiento, de ansiedad, de dolor y también de dicha y placer. Es poder comprender junto con el paciente "el significado"
que el paciente le da a su vida. Cuando la persona llega a terapia ha pasado previamente por un largo proceso de dolor,
sufrimiento, desesperanza e incompetencia, duda y cuestionamiento. Esta es la primera situación que el terapeuta debe
considerar y para ello, además de sus conocimientos, cuenta como instrumento a su propia persona, sus características y
cualidades.

Claudio Narajano (2008) nos dice que el terapeuta debe “tener la capacidad de ser dulce y tierno, así como duro y
confrontativo cuando se requiera”.

Entre las características que el terapeuta debe tener en cuenta: (Salama, 2004)

Habilidad para decir las cosas en forma precisa, concisa, clara y directa. Para lo cual se debe de utilizar un lenguaje que
sea claro, entendible para el paciente, usando el mismo nivel de lenguaje que él, es preciso recordar también que para
decir las cosas, debemos tener en cuenta el lenguaje corporal y los gestos y que estos deben ser congruentes con las cosas
que hablamos.

Habilidad para enfocar en la orientación del "aquí y el ahora", quedándose en el presente. El darse cuenta del presente
tiene mucho que ver con las cosas que en ese momento la persona está sintiendo, pensando, evitando las distracciones o
temas que estar fuera del contexto.

Cuando trabajamos de manera grupal, hay que evitar que los participantes, hagan chistes o conversen, porque genera
desconectarse con el aquí y ahora. Centrarse en el continuum del proceso, de tal forma que sus capacidades y creencias
sigan su propio camino de la experiencia, con la expectativa de que algo importante se desarrollará y se llegará al cierre.

Sensibilidad sensorial y funcionamiento corporal


El terapeuta debe tener la capacidad de discriminativa sensorial. Es decir, darse cuenta del lenguaje no verbal del paciente
(los gestos al hablar, la postura, el movimiento del cuerpo) es importante también darse cuenta de la excitación y la tensión
que la persona presenta al momento de hablar de un determinado tema.

Un aspecto también importante es darse cuenta de la respiración ya que es un signo de compensación o tensión, darse
cuenta del tono de voz.

Cuando se trabaja en grupo, identificar a parte de los aspectos individuales de los pacientes, el terapeuta debe darse
cuenta de la fluidez del grupo, de la tensión, comprender los silencios y las intenciones. Y habilidad para dar en el “clavo”
de los problemas; darse cuenta y utilizar la esencia de las cosas.

Contacto con las emociones propias y habilidades para servirse de la toma de conciencia, en forma directa y abierta con
los otros.

El terapeuta debe de toma de contacto con sus propias emociones. Darse cuenta de sus “puntos ciegos” emocionales, las
emociones subdesarrolladas y las áreas de negación. Habilidad para expresar sus emociones en forma auténtica, sin caer
en un juego intelectual terapéutico y Aceptar la responsabilidad mutua; Ud. y el/los cliente(s).

Habilidad para diferenciar los datos fenomenológicos observados y la interpretación.

Entre las habilidades del terapeuta es que esté abierto a las experiencias que surge, dejar que las emociones fluyan de
manera natural, evitando establecer juicios.

Desarrollar la capacidad para expresar diferentes puntos de vista, en oposición a las “verdades” dogmáticas, teniendo
claras sus suposiciones. Debe tener en cuenta el retener las necesidades propias a fin de dejarse ir con los otros. Evitando
así una conducta competitiva con los clientes o con el grupo, demostrando tolerancia en el momento dado. Habilidad para
estar libre de atribuir intenciones a los otros.

Desarrollar también la capacidad para tolerar críticas sin ponerse a la defensiva.

Habilidad para enfrentar y aceptar situaciones emocionales que se dan entre Ud. mismo y los otros Y para enfrentar los
conflictos y la cólera, situaciones afectivas, soportar el silencio y para tolerar la tensión en especial cuando estén en
consulta, ya que a veces el silencio es un mecanismo de defensa y es propicio para mejorar algunas situaciones.

Habilidad para trabajar dentro de los límites de tiempo establecidos, terminando lo que ya se empezó (cierre). Y para
presentar conferencias o hacer demostraciones de cómo funciona el enfoque gestáltico.

Tener muy claro que su propia persona es la vía principal para llevar a cabo su vocación. Por tal motivo, usted debe de
conocerse como persona, saber cuáles son sus limitaciones, debilidades, sus recursos, aspectos que necesita ser
trabajados, esto implica que como terapeuta Gestáltico estar en constante revisión y mejora.

Los terapeutas Gestalt son personas que siguen con rigor el programa Gestalt con sus pequeñas variaciones y solo depende
de su personalidad y las ganas de manipulación con la seguridad extrema de que lo que están haciendo es lo correcto,
todo lo que realizan en la vida es porque quieren y no por obligación. Las obligaciones son frustraciones y las frustraciones
al igual que el reprimirse, trae la enfermedad. Cuando un paciente en una primera entrevista acude al terapeuta, si no
continua, consideran que no se deja ayudar, ya que seguro que tiene un problema para tratar. Todos tenemos un problema
para tratar por un terapeuta Gestalt.

En síntesis, estar presente quiere decir estar en contacto con las emociones y sentimientos, poder reaccionar
emocionalmente con comprensión y también poder separarse de su propia experiencia. Es también permitirse sentir
afecto, confianza, el valorar a las personas, implica así también el respeto, tanto a uno mismo como a los demás.
DIFERENTES ESTILOS DE TERAPEUTA.

Existen varias clasificaciones, sin embargo vamos a ver la clasificación basada en (Salama, 2010)

 Permisivos: Son aquellos que no establecen límites en el paciente y no practican la hábil frustración. Por ejemplo
no cumple con lo convenido en el contrato inicial y no le cobra la sesión, o deja que el paciente llegue 5 minutos
antes que acabe la sesión. Es decir, permite que el paciente siga con su juego.

 Directivos: Están continuamente poniendo límites y evitando la espontaneidad buscando que el paciente diga o
haga lo que el terapeuta ya estructuró sin tomar en cuenta el contexto, ni las necesidades. Por ejemplo, date
cuenta de…. Tú tienes que darte cuenta.

 No Directivos: Son los que facilitan el proceso desde la “orilla” dando la impresión de estar simplemente
observando. No impone límites. A veces actúan como “espejo” del paciente. Ejemplo: si quieres hacemos un
ejercicio. La idea es que a través de la complacencia y actitud abierta favorezca la seguridad en la relación y
aparezca la figura.

 Consejeros: son los terapeutas que dan “masticadas” las respuestas que el paciente puede descubrir por sí solo.
Ejemplo: “yo que tú, termino con mi novia”. Esto no permite que el paciente se haga responsable de sus acciones,
lo que hace que el paciente si fracasa, le eche la culpa al terapeuta.

 No comprometidos: Son los que se pasan las sesiones como si fueran psicoanalistas, en silencio, sin participar, ni
poner ejercicios vivenciales, mostrándose neutrales y ausentes.

Catárticos: Algunos terapeutas ponen demasiado énfasis en la provocación de la catarsis en el paciente. Es decir que si no
hay un proceso metódico la persona tenderla a repetir sus patrones neuróticos más temprano que tarde.

 Fóbico: Por falta de experiencia o miedo a no saber qué hacer si sale la figura o como trabajarla, prefieren dejar
pasar material importante para el paciente o simplemente si quiera lo ven.

 Proyectores: Son lo que quieren resolver sus situaciones inconclusas en la misma sesión con sus pacientes. Por
ejemplo si el terapeuta está pasando por una etapa de divorcio y no ha terminado su duelo, podría intentar influir
en su paciente que tenga el mismo problema.

 Incongruentes: No cumplen lo que pregonan. En la sesión actúan de una manera y fuera del consultorio lo hacen
de una manera diferente. Por ejemplo dentro de sesión es bondadoso, tierno y con su secretaria es déspota,
imprudente. Etc.

 Soberbio: No reconoce que es falible. La omnipotencia narcisista ya hizo mella en él. Por ejemplo, decir. Yo
provoque tu crisis para que te des cuenta de…

 Interpretador: Es un terapeuta que, en vez de señalar lo obvio y facilitar que el paciente se dé cuenta por sí mismo,
le dan un significado particular que muchas veces concuerda más con lo que él piensa que con lo que piensa el
paciente. Es decir es una proyección de él.

 Social: Toma la sesión como plática de café sin seguir el proceso ni tomar en cuenta la fenomenología.

 Confluyente: Es el que se identifica con el paciente en pensamientos o sentimientos.

 Verborreico: Es el terapeuta que posee mucha carga emocional y necesita “vomitarla” en la sesión sin tomar en
cuenta el material de su paciente, lo que impide que la sesión sea el paciente quien hable y exprese su darse
cuenta.

2.2 Características del paciente


Podemos denominar al paciente como una persona en edad de comprender (capacidad de insight) que tiene un problema
y necesita ayuda profesional para resolver el desafío que la vida le está presentando en este momento. El individuo está
consciente que necesita asesoramiento profesional y lo busca.

Cuando el paciente entra al consultorio, ya sea por primera o por enésima vez, trae consigo todo los asuntos inconclusos
de su pasado. Sin embargo de la multitud de posibilidades pone en primer plano un evento a la vez. Lo que el paciente
trae al primer plano siempre está dictaminado por el impulso de sobrevivencia operante en ese momento. A pesar que la
conexión muchas veces es muy remota, es nuestra tarea en terapia seguirla. Por lo general encontramos que la necesidad
dominante es de obtener la seguridad y la aceptación del terapeuta.

No es lo mismo un niño que un adolescente o un adulto. Cada una de ellas requiere que otro tipo de manejo pues también
se toman en cuenta la dinámica familiar y la funcionalidad en el rol parental así como las expectativas de los propios
padres.

La queja es lo que lo distingue y viene a terapia inicialmente para confirmar su neurosis, es decir que en el fondo piensa
que nadie puede ayudarlo. Aquí vemos al paciente resignado a su suerte, pero que tiene una leve esperanza de superarlo.
A pesar de que la persona piensa que necesita un cambio no sabe cómo hacerlo y su respuesta común cuando alguien le
sugiere que tome terapia es que él debe resolverlo por sí mismo y que nadie puede ayudarlo. Se hacen presentes en este
sujeto sus prejuicios y el miedo al cambio a lo desconocido.

El problema se denomina agudo cuando ha ocurrido una eventualidad que ha hecho que el paciente no pueda con el
desafío actual al que se enfrenta y sienta la necesidad de resolverlo para seguir viviendo confortablemente. Es importante
el terapeuta sepa diferenciar un proceso agudo y uno crónico agudizado, dado que en este último caso el problema por
el que acude va a serle más difícil de solucionar, hecho que no sucede cuando simplemente es agudo y la persona podrá
resolver su problema mucho más rápido que en el caso crónico debido a que no hay cristalización o rigidización de sus
cordones neuronales específicos

Tipos de Pacientes.

Según Peñarrubia, F. (2010) los pacientes también manifiestan diferencias y los clasifica en:

EL PACIENTE TOXICO.

Esto nos remite al conocimiento de algunos modos de personalidad que bloquean o impiden el desarrollo normal de un
trabajo terapéutico para su “beneficio”.

- La Victima: Es un hipocondriaco mental, como acota Evelyn Lowenster (2014) y usa la queja como su instrumento de
relación. Cuando el paciente capta que su conducta es negativa a su crecimiento puede ocurrir que abandone la terapia.
Si decide quedarse en el proceso y corre el riesgo, tal vez logre aprender a no compadecerse. El éxito de un tratamiento
de este tipo depende del grado de cronicidad de la neurosis padecida y de que el terapeuta no entre en el juego neurótico
del paciente.

- El cazador de osos: Es la persona que está al pendiente de cualquier error del terapeuta para descalificar su trabajo.
Generalmente este tipo de paciente está instalado en la lucha por los poderes debidos a los mensajes auto devaluatorios
que presenta a través de su Pseudo o y no es su intención lograr mejoría alguna. En realidad viene a confirmar que nadie
puede con él y reconfirmar así que los que están mal son los otros y no ellos. Es común en este tipo de personas coleccionar
terapeutas.

- El paranoico: Es un individuo que en general jamás viene a consulta pues niega, racionaliza y proyecta su patología. En
caso de asistir a alguna sesión es porque necesita controlar a alguien importante para su sistema que amenaza dejarlo o
que ya no quiere someterse en él. Tanto el paranoico y el cazador de osos, presentan un manejo intelectual elevado dando
la impresión de ser inteligentes, justificando mediante racionalizaciones cualquier punto que el terapeuta intente
investigar.
- Muerde la mano que lo acaricia: Es un individuo que pone la máscara de ternura y actúa como víctima y cuando se le
ayuda traiciona la relación de confianza con el terapeuta tratando de destruir a quien lo apoyó. Este tipo de personas
guarda envidia que luego se transforma en resentimiento por lo que la gratitud es desconocida para ellas Por lo general
lo manifiestan en demandas excesivas al terapeuta como cambio de horario cada semana, disminución de los honorarios,
etc.

Como Gestaltistas, con la presencia y las intervenciones vamos a ayudar al paciente a que se dé cuenta de qué hace y de
cómo participa en la generación de estas situaciones o pensamientos que le hacen sufrir.

En la Terapia Gestalt, es el mismo paciente el que experimenta las situaciones de su vida, y se pretende que sea ella, quien
comprenda lo que es mejor para él, en el ámbito donde se desenvuelva. Puesto que cuando el terapeuta le indica lo que
debe de hacer, el paciente no se hace responsable de su accionar.

El reconocer su actuar, y asumir su responsabilidad, hace que el paciente aprenda y a sensibilizarse, a reconocer sus
necesidades reales en el momento presenta y aprenda a reconocer sus habilidades personales para que pueda satisfacer
sus necesidades.

En la Gestalt, el paciente debe permitirse experimentar, atreverse a aprender nuevas reacciones más adecuadas para el
momento presente, a tomar el pasado solo como algo que es útil, dejando ir lo que no le permite crecer y tener un cambio
verdadero. Para esto, durante el proceso, al paciente se le pide que sea más consciente y responsable del mismo, en
cuanto a sus pensamientos, acciones, sentimientos, ideas, etc. Así también más consciente del entorno. Es importante
que el paciente desarrolle la capacidad del darse cuenta externa e interna para reconocer cuales son las opciones, o
alternativas y posibilidades que puede llevarlo a tener éxito en la toma de una decisión

Un dicho Zen Budista dice: “Si la percepción del mundo que tienes no te gusta, entonces cambia tu percepción del
mundo”.

2.3 Elementos del proceso Terapéutico


Entre los elementos del proceso Terapéutico en Terapia Gestalt tenemos:

La Entrevista Inicial:

Aquí se definen el tiempo de duración de la terapia, se identifica el problema que lleva al paciente a terapia, se da el
encuadre.

Según Instituto Universitario Carl Rogers, (2012). El proceso terapéutico Gestáltico puede llevar de 6 meses a un año en
terapia individual o hasta que el paciente considere que logro su auto apoyo. La terapia de pareja o a la terapia familiar
con un terapeuta experto, considera que son más que suficientes de 1 a 3 meses, dado que el trabajo es sobre el proceso
sistemático, el cual incluye actitudes y comunicación. Además cuando se hace terapia de parejas a veces uno de los
conyugues debe de llevar terapias individual. Es necesario tener un objetivo del proyecto de la terapia tanto a corto como
a largo plazo.

Con un paciente adulto consiste en hacerle una serie de preguntas sobre su padecimiento actual antes de aplicarle el TG.

1. Saber si nos sentimos o no, a gusto para iniciar una relación terapéutica. Es necesario que entre los dos socios
exista una actitud de cooperación honesta, confiable y respetuosa además de una sensación de agrado. Si no pasa
esto, es necesario que el terapeuta remita al paciente a otro terapeuta.

2. Saber cuál es su necesidad al pedir una consulta de terapia y darnos cuenta si se puede trabajar con el futuro
paciente.

3. Conocer como desea afrontar el paciente su desafío actual.


4. Acordar horarios, honorarios y hacer el contrato verbal sobre la frecuencia de las sesiones y el tiempo estimado
en forma aproximada además de un contrato ético de confiabilidad.

La Entrevista Psicológica:

En la entrevista de primera vez en terapia Gestalt, no es necesario obtener datos o información previa al encuentro con
el paciente. Si las fuentes que lo refieren brindan tales datos, los aceptamos pero sin intentar armarlos en una imagen o
modelo conceptual del paciente ni llegar a un diagnostico tentativo.

Obtener datos o información previa al encuentro con el paciente podría perjudicar o predisponer la naturaleza del primer
contacto con el mismo y quizás conducir a la restricción de las percepciones que se tengan de él y el ajuste de su persona
dentro de una forma preconcebida.

La entrevista se estructura para que sea no estructurada, es decir que el uso de las preguntas o comentarios abiertos
permite proporcionarle la oportunidad al paciente de que se presenta a sí mismo o se proyecte a su propia manera y a su
propio ritmo en toda su individualidad.

El interés se centra en las actitudes, los sentimientos, las emociones, la fenomenología y su confluencia con conductas
específicas, así como en la figura y los bloqueos dentro del Ciclo de la Experiencia Gestalt.

La Historia Clínica:

Independientemente de la forma en que se lleve a cabo la elección por parte del terapeuta, de determinadas preguntas y
niveles de indagación, la historia clínica proporciona las dimensiones del posible manejo terapéutico y un bosquejo de las
posibilidades de la tarea de evaluación. De una manera ideal este bosquejo podría ser:

1. Debe de ser lo suficiente amplio para proporcionar una imagen general del paciente, por lo menos a través de una
muestra de información para cada uno de los niveles.

2. Lo suficientemente dirigido como para permitir una exploración detallada de los niveles y preguntas que en
especial sean pertinentes para el propósito particular de la evaluación.

Tener en cuenta los siguientes puntos

1. Datos de identificación

2. Familigrama.

3. Motivo de consulta

4. Desafío actual

5. Constelaciones familiares

6. Nacimiento y desarrollo

7. Historia de la salud

8. Educación

9. Historia laboral

10. Desarrollo sexual

11. Auto descripción del paciente.

12. Elecciones y puntos de transición en la vida del paciente.

13. Mapa de supervisión de cada sesión


14. Ubicación de bloqueos en el ciclo de la experiencia

15. Cualquier información adicional que el paciente desee añadir.

El Lugar o Espacio De La Sesión

Independientemente de las condiciones económicas del terapeuta o facilitador el lugar donde se reúnan los socios
terapeutas deben incluir los elementos necesarios para que exista comodidad para ambos.

Es conveniente que sea siempre en el mismo lugar, de preferencia que no haya ruidos externos que pudieran interferir en
el trabajo y que tampoco transcienda al exterior el material del paciente a través de puertas o ventanas porque un lugar
con poca luz no favorece la discriminación de la comunicación no verbal, a menos que el terapeuta sea invidente.

El paciente tiene derecho a la información de quien es la persona que estará acompañándolo durante el viaje hacia el
crecimiento personal. El lugar por lo tanto, es el reflejo de la personalidad del terapeuta y sirve para enseñar el cómo y el
dónde de su desempeño profesional.

Los Elementos Del Lugar:

Según Peñarrubia, F. (2010) los elementos deben considerar que sea un área cerrada, Ambiente cálido y con buena
iluminación que tenga 3 asientos móviles (para ejercicios terapéuticos) con 3 a 6 almohadones para el trabajo de sueños
y proyecciones. Y 1 asiento cómodo para el terapeuta y otro para el paciente.

Cuaderno de notas o apuntes

Vara de madera, cojín, manta o bate de plástico para ejercicios de descarga de energía

Espejo (para el trabajo de esquema corporal).

El Contrato

Según Instituto Universitario Carl Rogers, (2012). Hace referencia que el contrato es cualquier tipo de situación
interpersonal que involucre un tiempo y un espacio determinado entre dos o más personas requiere cierto requisitos que
deben tomarse en cuenta, como por ejemplo el contrato verbal terapéutico, el cual implica una serie de convenios que se
establecen entre las partes involucradas, una co – responsabilidad laboral durante un tiempo determinado y trabajar en
un espacio particular. Hay que tener presente que el contrato se basa en una mutua confianza.

El tiempo de las sesiones

La sesión individual suele durar entre 45 minutos a 1 hora si se está tratando una crisis. Se puede hasta dar 2 sesiones
seguidas el mismo dial y al mismo paciente. Es importante establecer desde un inicio el tiempo de una sesión. Se puede
colocar un reloj frente al terapeuta y oculto a la vista del socio terapéutico, puede servirle primero para el control del
tiempo y evitar que termine antes o después de la hora establecida.

El Objetivo

Cuando hablamos de objetivo, nos referimos al tema que nos fijamos. Como la Gestalt se basa en darse cuenta y en el
aquí y el ahora, es adecuado la evaluación de las necesidades dentro de un marco de inmediatez.

Más que interesarnos en lo que podría pasar mañana, el terapeuta se enfoca en lo que el paciente hace hoy y que tal vez
podría afectarle mañana.

El objetivo inmediato de la Gestalt, es lograr que el paciente aprenda a cerrar sus asuntos inconclusos desde el Yo, así
también es el favorecer en el paciente la adquisición de una filosofía de vida autentica con la que mejore
considerablemente su calidad de vida.
Motivo de consulta

La persona adulta que viene a terapia lo hace con un motivo determinado. Este motivo puede ser parecido o ser diferente
de la verdadera razón que la trae y puede ser acompañada por síntomas somáticos, de repercusiones familiares o de
trastorno.

Básicamente el individuo tiene en sí las respuestas a sus problemas, nadie conoce más del paciente que el mismo paciente.
Se llama desafío actual a la situación desencadenante del problema que lleva a un individuo a pedir terapia. Mayormente
contestan a la pregunta: ¿Por qué viene usted ahora y no vino hace un mes, un año, etc?

El material

En Gestalt se denomina material a todo lo que involucre la comunicación verbal y no verbal del paciente. El material puede
ser traído por este o emerger durante la sesión. Generalmente alude a situaciones que no puede resolver y que emergen
con el fin de resolverse. Este material puede incluir una o varias zonas de relación (interna, externa o fantasía).

La figura de Atolladero.

Es cuando la persona presenta dos fuerzas de sentido opuesto y de parecida intensidad y se siente atorado en la toma de
decisión.

La figura del compartir.

Hay que estar atentos a la fenomenología o comunicación no verbal del paciente, dado que pudiera ocurrir que este se
presente a la sesión como si estuviera compartiendo algo y su cuerpo muestra una conducta incongruente, entonces es
el momento en el que pasa a ser una figura atolladero y se trabaja como tal.

La Figura de la no figura

Es cuando el paciente señala que no trae ningún material para trabajar. Generalmente son las sesiones más productivas y
es cuando emerge el material significativo. El terapeuta no presionará para que surja algo, sólo podrá estar en silencio
acompañando al paciente con una actitud de comprensión e interés o sugiriendo un rastreo, esto es, se propone al
paciente a que haga un “paseo por sus neuronas” y le platique lo ocurrido en el tiempo en el que no se vieron.

Cuando un paciente no trae figura se puede recurrir a las siguientes posibilidades:

- Permanecer en silencio hasta que emerja alguna.

- Hacer un rastreo sobre áreas especificas

- Compartir lo que hizo en la semana.

- Hacer una fantasía guiada a su interior

- Quedarse en silencio.

Multifigura

Esto ocurre cuando el paciente presenta 2 o más figuras de parecida intensidad no necesariamente opuestas.

El material simbólico

También puede ser dado a atreves de sueños, fantasías, recuerdos de situaciones pasadas o presente y aun por
comunicación no verbal. E aquí donde el facilitador hará gala del armamentarium que posee. Así como del empleo de
metáfora para aclarar la figura.

La figura elaborada
Es aquella que el paciente trae a sesión para trabajarla a pesar de que ya estuvo elucubrando sobre ella tiempo atrás.
Implica que aún no la ha resuelto y que aún sigue teniendo una ganancia secundaria que le permite continuar evitando
confrontar y revolver su verdadera necesidad y repetir su patrón neurótico conocido.

La figura inventada

El paciente lo hace para traer algo a la sesión y no perder tiempo en buscar otra o evitar la angustia de no tener alguna
figura para trabajar. Generalmente puede manejarse lo que aporte ya que después de todo es una proyección y le
pertenece. El encontrar la figura a través de la proyección del paciente lo describe Fritz en su libro Testimonios de terapia.

La Figura reservada.

Es la que a lo largo de la semana, el paciente la ha guardado para trabajarla en la sesión. Lo negativo es la falta de
espontaneidad y el autoengaño o historia que se cuenta el paciente cuando la propone en la sesión.

La Pseudo figura o figura deflectada

Es cuando trae un material determinado que al paso del tiempo de la sesión da lugar a la figura real e importante que
estaba reprimida. Fritz llamaba a esto figura aparente y dice que detrás de estas siempre se oculta la verdadera figura.

Inicio de una sesión Terapéutica.

Se trata de un saludo neutral ya que entendemos que el paciente viene con un cierto montante de angustia por lo que
hace necesario no fomentarlo. Los pacientes vienen a confirmar su neurosis como lo manifestaba Perls, lo cual es
parcialmente cierto, sin embargo el hecho de que alguien solicite una sesión de terapia nos habla de que su Yo está
interesado en resolver una determinada actitud o conducto no agradable y crecer.

La puntualidad y el mostrar una actitud cálida e interesada por parte del terapeuta dándole la bienvenida al paciente como
si fuera una visita amistosa, es necesaria sin dejar de lado el objetivo de la sesión. El terapeuta debe ser puntual y
atenderá al paciente a la hora en que ambos convinieron. El setting o espacio de la sesión estará acorde a la situación
terapéutica.

Fases de una Sesión

La sesión abarca un periodo de tiempo determinado que trascurre entre la hora de inicio y la hora de término, previo
acuerdo entre los socios con el objeto de llevar a cabo un proceso terapéutico. Pasa por cuatro fases:

- Fase de indiferenciación:

Esta ocurre cuando aún no se ha establecido el contacto entre el terapeuta y el paciente, a ese momento en que un
escritor esta frente a la hoja en blanco sobre la cual va a escribir su novela o cuento. El paciente espera ser escuchado.
Puede incluir un estado de ansiedad o angustia en ambos socios.

- Fase de identidad:

Se refiere al momento de iniciarse el conocimiento entre los socios terapéuticos, es el periodo que necesitan los miembros
de la relación para conocerse y hallar elementos comunices que les permitan fluir. Aquí se establece el campo medio o
zona de intercambio o middle ground.

- Fase de Influencia, control o competencia:

Es iniciada por uno de los miembro de la relación que necesita auto afianzarse en sí mismo y no caer en la fusión de su
personalidad con la del otro, a veces la actitud es a través de la soberbia o presunción, por lo que puede surgir una lucha
de poder.

- Fase de Intimidad o colaboración:


Es el periodo que se necesita para aceptarse tal como son. En esta fase continúan vigentes las fases anteriores. Esta etapa
es similar al darse cuenta de que están en el mismo barco y van hacia el mismo puerto. En esta etapa el paciente muestra
interés y pregunta incluso sobre la vida privada del terapeuta.

Una vez que se establece la relación inicial entre el paciente y el terapeuta, se irá dando poco a poco lo que se denomina
contacto, lo que significa el establecimiento de la confianza básica entre amos, lo cual es esencial para que se pueda
desarrollar el proceso terapéutico. Este contacto no siempre implica un darse cuenta, sin embargo el darse cuenta siempre
incluye el contacto.

Satir, V. (2010) “Creo que el mejor regalo que puedo recibir de alguien es el ser vista por ellos, escuchada por ellos y
tocada por ellos. El mejor regalo que pueda dar es el ver, escuchar, comprender y tocar a otra persona. Cuando esto se ha
hecho, siento que el contacto se ha realizado”.

En el proceso de la Terapia Gestalt consiste en aprender juntos y crecer en una relación de persona a persona,
descubriendo la forma en que me permito “tocar” todos aquellos sentimientos y pensamiento de mi socio terapéutico
junto a mis actitudes para utilizarlos y así poder estar con él. Es el aprender a estar con el otro con todo lo que yo soy en
este momento. En cada una de las sesiones se inicia y termina un proceso, lo cual significa que habrá situaciones
interesante al inicio y al final.

El involucramiento emocional con el paciente que trascienda el hecho terapéutico deja de ser esencial para la “cura” del
paciente y puede convertir la sesión en un incremento de las resistencias en el paciente incluyendo una disminución de la
objetividad necesaria en el facilitador.

En lo posible evitar la dependencia del paciente hacia el facilitador y viceversa, favorece el auto apoyo y es una parte
integral de un trabajo terapéutico exitoso. Por ello es conveniente en la medida de lo posible, no “engancharse” en un
enamoramiento impulsivo con el paciente ni sexualizar la relación.

Cierre de la Sesión.

Cuando se terminar el tiempo de una sesión, es necesario que se haga el cierre de la misma. Esto se logra preguntando al
paciente: ¿Qué integró en esta sesión?

Se puede hacer un resumen de lo que se trabajó en la sesión, A veces es necesario dejar alguna tarea con relación a lo
visto con el fin de que el paciente fortalezca sus descubrimientos o le sirva para darse cuenta de otros puntos que no
aparecieron en el momento de la sesión.

En la siguiente sesión se puede preguntar ¿Cómo le fue con la tarea? ¿De qué se dio cuenta? Aunque algunos terapeutas
optan por primero sacar el tema a tratar y luego preguntar.

Fin de la Terapia.

Esto ocurre cuando el paciente asume que ya no es necesario continuarlas. Este momento debe ser esperado por el
terapeuta con afecto y con satisfacción, ya que se trata del éxito de un trabajo profesional en el cual el paciente logro su
auto apoyo y ya conoce como resolver los problemas que se le presenten.

A veces el terapeuta propone la finalización de las sesiones siempre y cuando haya captado que no es necesario su
continuación. A veces los pacientes no quieren terminar con el proceso y no es porque tengan asuntos pendientes dado
que siempre los tendrá, sino porque ha creado un lazo afectivo con su socio profesional que no desea que termine.

Aquí lo que sugiero es que la amistad entre ambos no tiene por qué terminar aunque su acompañamiento profesional si
llegó a su fin.

La despedida de la relación terapeuta no tiene por qué asumir tintes gramáticos, por el contrario es un momento esperado
por cualquier terapeuta consciente de su quehacer. El hecho de llegar al final de las sesiones encierra un proceso
denominado Duelo. Este proceso dura el tiempo que se necesite para asumirlo en nuestra mente y dependerá de cada
una de su duración.
El diagnóstico en Gestalt

Etimológicamente, el concepto de "diagnóstico" deriva del griego "diagnosis", el cual implica "distinguir o conocer a través
de". El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define el concepto de diagnóstico como el "arte o acto de
conocer la naturaleza de una enfermedad mediante la observación de sus síntomas y signos".

En el diagnóstico se consideran una serie de actividades comenzando con la exploración del comportamiento, la medida
o análisis del mismo, teniendo en cuenta los fenómenos psicológicos que son relativos en el paciente, si trabajamos con
un grupo de sujetos el diagnostico se realiza a través de un proceso de indagación y toma de decisiones.

Para las diversas ramas de la psicología, el diagnostico tiene numerosas concepciones, los cuales consideran desde un
saber técnico que te permiten clasificar a las personas por sus rendimientos, hasta la teoría de la observación de la Psiquis,
teniendo en cuenta sus diversas manifestaciones fenoménicas.

Nunnally, (1970) describe los cuatro principales enfoques diagnósticos en psicoterapia, los cuales se desarrollarán
brevemente:

Plantea que el primero es la psicometría clásica, que tiene como modelos teóricos el positivismo y el conductismo. Este
enfoque intenta medir rasgos de conducta a través de un sistema de causalidad simple, siguiendo como metodología un
criterio de verificación, el análisis factorial y la validez empírica concurrente.

Un segundo enfoque diagnóstico sería el método clínico, el cual basa su planteamiento teórico en la fenomenología, el
psicoanálisis y la psicología genética. Este enfoque tiene como objeto de conocimiento el psiquismo y la psicopatología
del ser humano total.

El tercer enfoque es el psicodiagnóstico funcional, cuyos modelos teóricos son el funcionalismo, el conductismo y el
neoconductismo. Su objeto de conocimiento es la conducta operante del individuo, a lo que se accede a través de un
sistema de poli-causalidad mecánica.

Por último, el cuarto enfoque principal es el de diagnóstico vincular, el cual maneja como modelos teóricos la dialéctica,
la fenomenología, el psicoanálisis y la psicología genética. Este enfoque tiene como objeto de conocimiento el psiquismo
y la psicopatología del ser humano total en su calidad vincular, utilizando como sistema de causalidad la sobre
determinación.

Para la Gestalt que presenta una visión del ser humano que tiende a la autor regularización, cuya visión del mismo difiera
del individuo patologizado, sino como una persona con recursos saludables para su desarrollo óptimo.

Dentro de las teorías del potencial humano, hubo un total rechazo hacia el diagnóstico o todo lo que tuviera relación con
caer en categorizaciones que impidieran la libertad del ser humano, y no se escribió mayormente al respecto (décadas del
1960 - 1970) ya que se consideraba contradictorio con sus bases epistemológicas; en TG la construcción del vínculo remite
a lo que Martín Buber llamó "encuentro", "diálogo Yo-Tú", o "diálogo existencial"; en este marco, teorizar al respecto del
diagnóstico en psicoterapia se alejaba de esta dinámica y se salía del encuadre epistemológico.

En este enfoque, la visión de individuo choca con el diagnóstico psicológico, ya que ve a la persona como un individuo
único, irrepetible y responsable de sus actos. Acorde con esta línea ideológica, la TG durante años ha privilegiado la
descripción fenomenológica por sobre los rótulos, como una forma de resaltar la idea que los individuos no pueden ser
comparados y contrastados entre sí. "Ningún enfoque estadístico puede informar al paciente o terapeuta individual que
funciona con él. Lo que ha demostrado funcionar para muchos, no siempre funciona para un individuo" (Yontef, 1995,
p.154). Desde este punto de vista, la Gestalt trabaja con la totalidad del individuo, no con una parte enferma.

2.4 Principales Técnicas utilizadas en la Psicoterapia Gestáltica.

Las técnicas de la Gestalt son muchas y muy variadas, e incluso algunas de ellas no son exclusivas de la terapia gestáltica,
aunque sirvan a sus fines. En muchas ocasiones se ha caído en la tentación de pensar que estas técnicas son muy sencillas
y que cualquiera con unos cuantos talleres puede ser terapeuta Pueden clasificarse desde distintos puntos de vista, pero
el enfoque que da Claudio Naranjo en su libro "la vieja y novísima Gestalt" es uno de los más clarificadores. Según este
autor las técnicas se distribuyen de la siguiente forma:

En terapia gestáltica se trabaja básicamente con tres técnicas.

1. Técnicas Supresivas.

2. Técnicas Expresivas

3. Técnicas Integrativas.

2.4.1 Técnicas supresivas

Suprimir las actividades distintas a atender, vivenciar y expresar. Buscan suprimir los intentos de evasión del aquí y ahora
del paciente, hacerlo experimentar lo oculto que no desea afrontar y tienen como objetivo el permitir la toma de contacto
y el percatarse

Experimentar la nada, intentando que el vacío estéril se convierta en vacío fértil, que pueda integrar el sentimiento de
vacío.

Evitar “hablar acerca de”, como forma de escape, debe sustituirse por vivenciar.

Detectar los “deberías, son otra forma de evitar ver lo que se “es”.

Detectar las formas de manipulación y los juegos de roles “como si”, que se desempeñan en terapia.

Es mejor vivenciarlos que suprimirlos. Constituyen formas de manipular, las preguntas, las respuestas, pedir permiso, y
las demandas.

I. Acercadeísmo

Aquí no se trata de narrar, sino permitirte vivenciar, se trata de expresar y aceptar la experiencia personal. Para ello es
importante que puedas eliminar los discursos, las interpretaciones, los clichés sociales, las racionalizaciones, las excusas
que uno mismo inventa y las explicaciones para en cierta forma justificar una actitud.

II. Debeísmo

Cuando hablamos de debeísmos estamos refiriéndonos a que los “deberías” que fueron inculcados por nuestros padres,
autoridades, etc. Sean eliminados y asi evitar que estos debeísmos nos impiden examinar y experimentar una vivencia tal
cual como se presenta sean eliminados.

III. Manipulación

Anular del repertorio conductual de la persona las preguntas, contestaciones, pedidas de permiso y exigencias a sí misma
y a otros. El objetivo es Ser responsable de las propias vivencias y de la toma de conciencia y el Ser directo.

2.4.2 Técnicas expresivas

El objetivo de la técnica es que la persona puede exteriorizar lo que está sucediendo en su interior. Los elementos
buscados son: expresar lo no expresado, terminar o complementar la expresión, buscar la dirección y hacer la expresión
directa. Consiste en iniciar, completar una expresión o en ser directo en lo que se dice o hace. Incrementar el percatarse
y la responsabilidad que implica.

Expresar lo no expresado: es una técnica que se utiliza para que la persona pueda expresar algo que no ha salido como
figura, es decir para maximizar una expresión, dando un contexto no estructurado con la finalidad que la persona se
enfrente a sí mismo y asuma la responsabilidad de dicha vivencia. Permite trabajar con inducciones imaginarias de
situaciones desconocidas, para que afloren los temores y situaciones inacabadas. Pedir al sujeto que exprese lo que siente.
Prescripciones individuales: Utilizar el “principio de la inversión” en el cual el terapeuta alienta a expresar la parte
antagónica a la expresada por una parte del yo o por una figura surgida. Se usa al ver los vacíos en la personalidad del
otro. Partes negadas y evitadas para poderlas integrar en la persona actual.

Terminar o completar la expresión: Esta técnica busca detectar situaciones inconclusas. Una de las técnicas más conocidas
y usada es la de la “silla vacía”, consiste en un juego de roles, donde el sujeto trabaja imaginariamente sus problemas con
otros, generando un dialogo con la otra persona poniéndose en su lugar. También se pueden usar las inducciones
imaginarias para reconstruir situaciones, y revivirlas de manera sana, experimentando todo lo que se evitó la primera vez.
Es decir: El terapeuta intensifica el auto expresión reconociendo los momentos o elementos, invitando a su desarrollo

EN LAS TÉCNICAS EXPRESIVAS ENCONTRAMOS:


2.4.3 . Técnicas integrativas.

Técnicas Integrativa: pretenden que el sujeto incorpore o reintegre a su personalidad, las partes alienadas. Las técnicas
supresivas u expresivas, son de algún modo integrativas, pero en esta se hace mayor énfasis en la incorporación de la
experiencia.

Poner en contacto a los sub-si mismos de una persona, es decir se trabaja con las polaridades o partes disociadas de la
persona, propiciando la reconciliación.

- ENCUENTRO INTRAPERSONAL

El sujeto debe mantener un diálogo con diversas partes de su ser. Por ejemplo entre el “yo debería” y el “yo quiero”.

Se colocan dos sillas: la silla caliente (donde se sienta la persona) y la silla vacía (donde está el lado imaginado), se puede
hacer cambios de sillas alternadamente, según corresponda para reforzar la realidad de su identificación e intercambiando
los roles hasta integrar ambas partes en conflicto. Hacer que dos o más lados se relacionen entre sí de modo que se
establezca un dialogo. Por ejemplo entre el "yo debería" y el "yo quiero", su lado femenino con el masculino, su lado
pasivo con el activo, el risueño y el serio, etc.

Factores a tomar en cuenta: Es necesario que el paciente se haya percatado de sus partes en conflicto y haya contactado
sus modos de vivenciarlo y el contacto se debe lograr a nivel de sentimientos, no de acusaciones, defensas
(intelectualizaciones)

- ASIMILACIÓN DE PROYECCIONES

Intenta que el sujeto reconozca las proyecciones que emite como propias. Se le puede pedir que viva lo proyectado como
suyo. Estos procedimientos no son la terapia, sino herramientas para la misma.

Se busca aquí que el sujeto reconozca como propias las proyecciones que emite. Para ello se le puede pedir que él haga
de cuenta que vive lo proyectado, que experimente su proyección como si fuera realmente suya.

En otras oportunidades se puede realizar convirtiendo un dialogo interpersonal en uno intrapersonal

2.4.4 Otras técnicas

OTRAS INTERVENCIONES GESTÁLTICAS.-

 El diálogo: entre el top-dog y el under-dog o cualquier elemento, que parecen disociados en el sujeto.

 Hacer la roda: cuando surgen fantasías de un sujeto con respecto al grupo. Expresar abiertamente las fantasías a
los demás.

 Asuntos inconclusos: cuando surgen resentimientos con otros integrantes del grupo se le pide expresarlo
abiertamente, iniciando sus frases con “Yo resiento”….o “Me disgusta”.

 “Yo asumo la responsabilidad”: cuando se detecta que una persona habla de una experiencia como si no fuera
suya, con voz débil o sin asumir la responsabilidad, se le pide que al finalizar cada frase agregue “…y yo me hago
responsable”.

 Invertir roles: comportarse asumiendo una identidad, sexo, caracteres, intereses, etc. Opuestos a los habituales,
para vivenciar los polos opuestos. Cuando se percibe que se aferra a un polo en detrimento del otro.
 Contacto/Separación: no se impide que el sujeto se escape de la situación. Si se percibe el deseo de
desconectarse, se le pide que cierre los ojos y se ausente del resto tanto como necesite. Luego cuenta su
experiencia. Mientras se sigue trabajando con el resto.

 Ensayo: si una persona teme expresar alguna emoción o realizar una conducta se le pide que se meta en su
fantasía, la desarrolle y la comente.

 Puedo ofrecerte una frase”: cuando el terapeuta estima que existe un mensaje equívoco y poco claro, puede
construir una oración con ese mensaje y preguntar al cliente si desea decirla en voz alta, repetirla; que se dé
cuenta cómo le suena.

 “Es obvio…”: cuando el sujeto empieza a confundir lo obvio con las fantasías se le puede pedir que siga su discurso
agregando al inicio de cada frase “es obvio” y conociéndolas con “…naturalmente”.

 “Quédate con esa emoción”: cuando percibimos que un sujeto empieza a vivenciar algo en un experimento,
podemos ayudarlo a conectarse con ello pidiéndole que retenga esa emoción y la vivencia.

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