El proceso de fusión por haz de electrones se aplica en todo el mundo para fundir y moldear
lingotes de metal refractario dúctiles de niobio, tantalio y hafnio. Tanto el tungsteno y
molibdeno para la industria electrónica como el vanadio de alta pureza, se producen
utilizando hornos EB.
Las superaleaciones base níquel se refinan y la chatarra de titanio se recicla para producir
lingotes y placas. Se está investigando la fusión de diversos tipos de metales convencionales
y exóticos y sus aleaciones (por ejemplo, aleaciones de tierras raras, materiales
intermetálicos, cerámica, uranio, cobre) y el desarrollo de nuevos grados, o para purificar
dichas materias. Para estas aplicaciones, se utilizan principalmente los procesos de fusión
por goteo y fusión con solera fría (flujo continuo). La fusión de culote de crisol sirve para la
evaluación de pureza, especialmente de superaleaciones. Se ha utilizado la fundición en
horno crisol invertido (Investment Skull Casting) con una fuente de calor por haz de
electrones para la producción de partes de turbinas de titanio y superaleaciones.
El cañón de haz de electrones representa fuentes de calor de alta temperatura que son
capaces de superar la temperatura de fusión, incluso la de evaporación, de todos los
materiales en su haz puntual. Por la deflexión magnética y el rápido escaneo a altas
frecuencias el haz de electrones se puede dirigir de manera efectivamente a objetivos de
múltiples formas y es por lo tanto, la fuente de calor más flexible en la tecnología de la
refusión. El haz de electrones incide sobre el objetivo con densidades de potencia típica de
100 kW/cm2 . Dependiendo de la masa fundida de material, el rango de eficiencia de
transferencia de potencia va desde aprox. 50 a 80%. La fusión EB es un método de
calentamiento superficial, produce un charco poco profundo a una tasa de fusión la cual
afecta positivamente la estructura del lingote en relación con la porosidad, la segregación,
etc. La exposición del charco superficial metálico a un ambiente con alto vacío a niveles de
1 – 0.001 Pa da como resultado una excelente desgasificación del material fundido. Los
constituyentes metálicos y no metálicos en contacto con altas presiones de vapor hacen que
el material base se evapore de forma selectiva generando así una gran pureza del lingote.
En otros casos, sin embargo, esto puede crear pérdida de los elementos de aleación
deseados, que se deberá tener en cuenta.
Para obtener un lingote de óptima calidad (en lo que respecta a la pureza, la estructura y la
superficie), el material es refundido varias veces, a partir de la materia prima (en forma de
barras) que normalmente es alimentada horizontalmente (por encima del crisol de cobre
refrigerado con agua). Estas barras son en su mayoría compactadas, presinterizadas y
preconsolidadas. El lingote de colada continua es de suficiente pureza, sin embargo, como
resultado del efecto sombra de la barra alimentada horizontalmente, se produce una zona
de menor calidad, haciendo necesario una segunda refusión. Para la segunda y tercera
fusión, el lingote, como materia prima, se alimenta verticalmente (Fig. 6).
La rotación lenta de la materia prima (electrodo) y el uso de dos o más cañones EB eliminan
el efecto sombra. El metal fundido que sale de la punta cónica del electrodo, gotea en el
centro de la piscina de fundido en el crisol, donde finalmente se refina y homogeneíza,
solidificada. La distribución de potencia del haz de electrones entre el electrodo y la piscina
permite controlar la profundidad de la piscina y la circulación del baño. Los metales
reactivos, como el zirconio y titanio, son refinados predominantemente en hornos de
refusión por arco en vacío (VAR) para eliminar el hidrógeno disuelto.