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Las Políticas locales son fundamentales para el desarrollo de un municipio y sus

habitantes, las mismas buscan generar bienestar social colectivo e individual y mejorar
las condiciones de vida de la población en lo relacionado con la educación, la salud, la
vivienda, los servicios públicos, entre otros aspectos.
Para ello, hoy en día los municipios a través del ayuntamiento impulsan las economías
locales en una lucha incesante por proporcionar desarrollo económico, empleo y de
incorporar a la mayor parte de la población al trabajo socio productivo del municipio,
mediante la utilización y el empleo efectivo de los recursos con los que cuenta el
municipio (naturales, medioambientales, tecnológicos, técnicos, financieros, físicos y
humanos), para así estimular la economía y proveer de desarrollo a todos los
ciudadanos y ciudadanas en proporción con sus necesidades y capacidades.
Esto último se conoce como desarrollo local, proceso por el cual avanzan los municipios
hacia un destino deseado promoviendo el estado de bienestar, en este caso
transformando el aparato económico de un municipio determinado para generar
beneficios a la colectividad.
Pero, todo lo antes mencionado necesita y requiere de un aspecto de mayor importancia
y trascendencia, una forma de gobierno destinada a desarrollar el bien común y lograr
los objetivos planteados (satisfacer las demandas y exigencias de la población), en
conjunto con la sociedad, es aquí entonces donde entra la gobernanza como enfoque
y modelo político para profundizar la defensa de los derechos humanos, la participación
ciudadana y la democracia.

Políticas Locales
Son las medidas y acciones implementadas por el gobierno local en concordancia con
las directrices y lineamientos del gobierno central y en conjunto con el gobierno regional
para generar desarrollo local, impulsar la participación ciudadana y la democracia y
proporcionar la mayor suma de felicidad colectiva e individual posible a los habitantes
del municipio (con referencia a esto último, es decir luego de resolver y abastecer las
necesidades colectivas, posteriormente hacer lo mismo con las necesidades
individuales.).
Estas pueden darse en las siguientes áreas:
 Políticas Locales Económicas-Laborales: la misma consiste en impulsar las economías
locales ante la globalización y con ello generar empleo a través de la creación
de industrias y empresas locales estimulando la democracia económica y la autonomía
económica.
 Política Local Ambientales: consiste en fomentar el desarrollo sostenible y sustentable
en lo local, conservar y preservar el ambiente tanto por parte del gobierno local como
de la ciudadanía. Es de responsabilidad compartida la preservación del ambiente, ya
que el ecosistema es patrimonio ambiental de propiedad común, es decir nos
pertenece a todos y por ello los gobiernos locales deben crear políticas dirigidas a crear
consciencia ciudadana en esta área de vital importancia (democracia ambiental).
 Políticas Locales culturales: consiste en promover la inclusión social en todos los
sentidos y ámbitos de las políticas locales, acabar con toda forma de discriminación, ya
sea de raza, credo, religión, sexo, estatus económico, enfermedad, tinte político, entre
otros. También acabar con toda forma de exclusión existente y desarrollar
la igualdad de género y de oportunidades sobre todo en lo referente al acceso a la
comunicación, lainformación y la tecnología. En general a través de estas políticas se
busca la defensa de los derechos humanos con políticas locales de cohesión social
(democracia cultural).
 Políticas Locales Sociales: además de estar tácitamente incluidas en las anteriores áreas
donde intervienen las políticas locales expuestas aquí, también es necesario generar
planes, proyectos y en general políticas públicas a nivel local para satisfacer las
necesidades básicas de los ciudadanos y ciudadanas como lo son: vivienda,
salud, educación, empleo, seguridad ciudadana, vialidad, entre otros (democracia
Social).
Política local ambiental

La Constitución Política del Perú ha establecido de manera general las competencias


centrales de las municipalidades, señalando que estas instancias son competentes,
entre otros asuntos, para planificar el desarrollo urbano y rural de sus circunscripciones,
participar en la gestión de las actividades y servicios inherentes al Estado y para todo lo
demás que determine la ley.

La ley orgánica de municipalidades señala que las municipalidades son competentes en


materia de organización del espacio físico y uso del suelo; servicios públicos locales;
protección y conservación del ambiente; participación vecinal; así como en materia de
educación y cultura. Asimismo, el reglamento de acondicionamiento territorial y
desarrollo urbano crea el marco normativo nacional para los procedimientos que deben
de seguir las municipalidades en ejercicio de sus competencias en materia de
planeamiento y gestión de acondicionamiento territorial y desarrollo urbano.

De manera general, la ley de bases de la descentralización ha establecido como


competencias exclusivas de los gobiernos locales, las siguientes:

a. Planificar y promover el desarrollo urbano y rural de su circunscripción y ejecutar


los planes correspondientes.

b. Normar la zonificación, urbanismo, acondicionamiento territorial y


asentamiento humano.

c. Administrar y reglamentar los servicios públicos locales destinados a satisfacer


necesidades colectivas de carácter local.

d. Formular y aprobar el plan de desarrollo local concertado con su comunidad.

e. Aprobar y facilitar los mecanismos y espacios de participación, concertación y


fiscalización de la comunidad en la gestión municipal.

f. Dictar las normas sobre los asuntos y materias de su responsabilidad y proponer


las iniciativas legislativas correspondientes.

Y entre las competencias compartidas establecidas por la ley de bases de la


descentralización, tenemos:
a. Salud pública.

b. Cultura, turismo, recreación y deportes.

c. Preservación y administración de las reservas y áreas naturales protegidas


locales, la defensa y protección del ambiente.

d. Transporte colectivo, circulación y turismo urbano.

e. Vivienda y renovación urbana.

f. Gestión de residuos sólidos.

Asimismo, se ha establecido que los gobiernos locales deben implementar el sistema


local de gestión ambiental, sobre la base de los órganos que desempeñan diversas
funciones ambientales que atraviesan el gobierno local y con la participación de la
sociedad civil.

De otro lado, mediante la ley marco del Sistema Nacional de Gestión Ambiental se ha
establecido que mediante ordenanza municipal se crean las comisiones ambientales
municipales.

Estas instancias de gestión ambiental se encuentran encargadas de:

a. Coordinar y concertar la política ambiental municipal

b. Promover el diálogo y el acuerdo entre los sectores público y privado.

c. Articular sus políticas ambientales con las comisiones ambientales regionales


(CAR) y el MINAM.

En este sentido, la aprobación de los instrumentos de gestión ambiental provincial y


distrital debe contar con la opinión favorable de las comisiones ambientales
municipales, sin perjuicio de la intervención de las instituciones públicas y privadas, y de
los órganos de base representativos de la sociedad civil. Asimismo, los instrumentos de
gestión ambiental distrital deben guardar estricta concordancia con los aprobados para
el ámbito nacional, regional y provincial.

Cabe mencionar que en la actualidad aún es muy difícil determinar en forma general,
cuál es el límite entre la actuación de las autoridades sectoriales y la de las autoridades
locales, presentándose múltiples casos en los que se contraponen o confluyen ambas.
Usualmente, esta línea gris que divide sus competencias debe esclarecerse caso por
caso. Sin embargo, hay consenso respecto de que las municipalidades constituyen la
autoridad conductora del desarrollo local, que tienen a su cargo la planificación del uso
del suelo en su jurisdicción y que administran los servicios públicos locales, entre los que
se encuentran los de saneamiento, limpieza pública y manejo de los residuos sólidos.

No obstante, aún no se ha esclarecido en forma apropiada, cuál es el rol de los gobiernos


locales respecto de otros importantes aspectos de la gestión ambiental nacional, como
son la evaluación de impacto ambiental, los parámetros de contaminación y el
desarrollo rural.
El ciclo de la política de gobierno local

“Artículo 194.- Las municipalidades provinciales y distritales son los órganos de gobierno
local. Tienen autonomía política, económica y administrativa en los asuntos de su
competencia. Las municipalidades de los centros poblados son creadas conforme a ley
Artículo 195.- Los gobiernos locales promueven el desarrollo y la economía local, y
la prestación de los servicios públicos de su responsabilidad, en armonía con las
políticas y planes nacionales y regionales de desarrollo.

Elaboración de políticas locales

La elaboración de las políticas locales es el proceso que abarca desde la identificación y


delimitación de un problema o necesidad actual o potencial de la comunidad (o sea, una
“cuestión pública”), el análisis y determinación de las posibles alternativas para su
solución o satisfacción, incluyendo la evaluación de los costos y de los posibles efectos
positivos y negativos de cada una de ellas y el establecimiento de prioridades para los
pasos de su futura ejecución.

No se trata, pues, simplemente de “identificar” cuestiones sino de construirlas,


determinando sus alcances y límites, su relevancia social y su posible impacto político y
económico.

Formulación de políticas locales

La formulación de las políticas locales consiste, en primer lugar, en la selección y


especificación de la alternativa que es considerada más viable, y que es acompañada
generalmente por un proceso de comunicación, con una o varias declaraciones que dan
a conocer y explicitan la decisión adoptada, sus objetivos y su marco jurídico,
administrativo y financiero.

También existen casos en que las políticas no son formuladas ni comunicadas


públicamente: en general son las políticas de no innovar o de omisión.

Frecuentemente la elección de la alternativa adoptada se hace según criterios de


conveniencia política y de oportunidad, y muy influida por la disponibilidad de recursos
físicos, humanos, tecnológicos y económico-financieros.

Implementación de políticas locales

Para implementar una política local hay que planificar y organizar el aparato
administrativo del Estado y de otros actores intervinientes, y asegurar la disponibilidad
de los recursos materiales, humanos, económico-financieros y tecnológicos necesarios
para iniciar su ejecución.

Esta es una fase bastante compleja, que requiere la articulación de:

o El detalle de los objetivos generales y específicos según los diferentes


actores;
o La selección del nivel de ejecución de cada programa y proyecto;
o El diseño organizacional para la ejecución, seguimiento y evaluación;
o El diseño de mecanismos de coordinación y comunicación;
o La elaboración de programas y proyectos con indicación de unidades
ejecutoras y responsables y cálculo de los cronogramas físicos y
financieros;
o La asignación de los recursos necesarios: humanos, financieros,
tecnológicos, etc.;
o El diseño del sistema de informaciones;
o La programación de la capacitación y concientización;
o El establecimiento de las formas de difusión y publicidad que asuman la
doble dimensión problemática de la comunicación:

La comunicación bajo todas sus formas, institucional o masiva, es una importante


herramienta en el proceso general de toda política:

o Cada vez más, las perspectivas centradas en la dimensión comunicacional


influyen en el diseño de las políticas.

Suele también incluirse en esta etapa la llamada “evaluación ex ante” que es un


pronóstico sobre los resultados esperados que sirve luego para comparar con los
resultados de la “evaluación ex post”.

Ejecución de políticas locales


La ejecución de políticas locales es el conjunto de acciones que están destinadas a
alcanzar los objetivos propuestos por la política. En síntesis, es la puesta en práctica, la
realización concreta de la política.

Hay autores que la consideran como parte de la implantación, que tendría así una
primera fase de programación y una segunda fase de ejecución.

He preferido tomarlas por separado porque en esta fase, de ejecución, es donde se


manifiestan las discordancias entre lo planificado y el comportamiento real de los
hechos, que obliga muy frecuentemente a ejecutar ajustes o cambios en los planes
previstos, según la información que genera la fase siguiente, de seguimiento, que en
realidad no es sucesiva sino paralela a la de ejecución.

Seguimiento de las políticas locales

El seguimiento de las políticas locales consiste en un proceso sistemático de supervisión


de la ejecución de actividades, en sus diversas dimensiones, con el objeto de suministrar
a los ejecutores responsables de la política información sobre la marcha de las
actividades con miras a introducir ajustes y correcciones que aseguren el logro de los
objetivos.

Esta etapa también suele ser denominada “evaluación intermedia”, ubicada en diversos
momentos de la ejecución entre la evaluación ex ante y la ex post.

El seguimiento incluye tareas de relevamiento y registro de la información, el control de


su calidad, su procesamiento (con frecuencia, para la elaboración de indicadores) y la
puesta a disposición de los decisores.

Evaluación de las políticas locales

Como se ha visto, desde el punto de vista de su ubicación en el tiempo, hay tres tipos de
evaluación: ex ante, intermedia y ex post. Esta última es la que vamos a mencionar aquí,
y que tiene lugar o cuando se considera que la política local ya ha cumplido su meta, o
cuando se está considerando la posibilidad de cancelarla y reemplazarla, o en momentos
de rendición de cuentas por períodos anuales o de otra duración, en general más o
menos prolongada.

En este caso, la evaluación consiste en la medición y análisis de los efectos sociales


producidos por la política en cuestión, los resultados que se han obtenido y las
consecuencias, previstas y no previstas, que hayan tenido lugar.

Este último punto tiene una gran importancia, porque es frecuente que la realización de
los objetivos de una política no solo genere satisfacción sino que también da lugar a la
emergencia de nuevos requerimientos que antes no se manifestaban y que muchas
veces no son previstos en el diseño de la política originaria.

La puesta en marcha de un proceso de evaluación de este tipo exige definir y delimitar


el objeto de dicha evaluación, la identificación de sus destinatarios y de quienes serán
encargados de llevarla adelante (internos o externos, políticos o técnicos, etc.), así como
el alcance y tipo de evaluación a realizar, el momento para realizarla y las técnicas que
se utilizarán.

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