Es un gigante mitológico
procedente de la mitología
griega, griego antiguo.
Orión es descrito como
una constelación.
Fue venerado como
héroe, en el sentido
Orión griego, en la región de
Beocia.
En literatura griega
aparece como un gran
cazador en la Odisea de
Homero, donde Odiseo ve
su sombra en el
inframundo
Se trata, pues, de la obra náutica por excelencia, en la que el mar y los barcos se describen de
una forma extraordinariamente comprensible.
En la narración, Homero repasa buena parte de los mitos náuticos y marítimos de la Grecia
antigua, como las sirenas jóvenes bellísimas con cola de pez cuyas canciones llevaban a los
marinos a la perdición; el dios Poseidón, señor de los mares que recorre sus dominios en un
carro arrastrado por corceles que son el símbolo de las olas; la ninfa Calipso, hija de Helios, el
titán preolímpico del Sol, y la océano de Perseis; Nausica, el remolino de Caribdis y tantos
otros.
Especialmente significativo es el encuentro del héroe Ulises con el rey Eolo, el guardián divino
de los vientos, que describe la complicada meteorología mediterránea
ENSAYO
Ilman en su "odisea" por llegar a Cold Mountain deberá enfrentar numerosos obstáculos y
dificultades contando con un compañero (el reverendo de dudosa moral, interpretado por Philip
Seymour Hoffman), y se encontrará con diversos y variopintos personajes, unos enemigos (el
cazador que trata de sacar la vaca del río y finalmente los traiciona y entrega a los confederados)
y otros amigos que le ayudarán (la vieja del bosque, o la chica con un hijo que ha perdido a su
marido en la guerra).
Después de muchos años y tremendas adversidades, Ilman llega por fin a su hogar y se reúne
con su amada Ada. Ambos han envejecido (quizá no tanto en años por el período de tiempo
transcurrido pero sí en su forma de ser) y han cambiado, pero su amor permanece intacto. Sin
embargo, para poder vivir en paz, Ilman deberá acabar con los miserables que han estado
atormentado a su amada durante tantos años, y así lo logra, consiguiendo la venganza que
también Ulises obtiene en su historia.
Sin embargo, en este punto del relato, radica el mayor cambio con respecto a la obra de Homero.
Nuestro héroe muere al acabar con el último villano, robándole la vida que habría tenido junto
con su amada, dejándola a ella en la absoluta desolación, pero que, como no podía acabar de
modo tan trágico la historia, le ha entregado a ella el mayor regalo que puede dar un ser humano
a otro, un hijo (una hija en este caso), dándole un motivo para vivir a pesar de su muerte y
marcándole el rumbo que debe seguir.
Pues bien, yo creo que el parecido es evidente, aunque sí que la interpretación es muy libre,
opino que es intencionada. Así lo veo yo.
ENSAYO
El caso es que los mitos están ahí, desde muy antiguo y en todas partes. Aunque, desde luego,
hay épocas y culturas que los cuidan más y los tienen de mejor calidad. Y, por otra parte,
parece que conviene distinguir entre los grandes y fundamentales (como los de la creación, del
mundo divino, de las almas y sus viajes de ultratumba) y mitos menores, por ejemplo, los de
tipo político o nacionalista más o menos manipulados.
En fin, los mitos se insertan en la cultura y suelen recurrir a símbolos propios y expresarse de
modo vivaz en imágenes impactantes. El código simbólico que usan con frecuencia los relatos
míticos viene requerido por su propia temática, fabulosa y trascendente.
El símbolo remite a algo ausente, difícil de representar por los signos de la comunicación
habitual; sugiere más que dice e invita a ir más allá de lo real aparente y objetivo. Sobre todo
en los símbolos religiosos. Las imágenes mitológicas actúan en el mismo sentido. Invitan a la
imaginación de ese universo fabuloso de dioses, monstruos y seres extraños y prodigiosos con
más fuerza que las palabras.
Cada cultura, luego, elabora imágenes y símbolos propios, aunque la mitología comparada
puede revelar entre mitos, imágenes y símbolos de lugares muy lejanos coincidencias
sorprendentes. (Acaso porque la imaginación humana tiene sus límites). El repertorio de
símbolos e imágenes resulta, en la mirada comparatista, fascinante.
Si bien entró bastante tarde en nuestra lengua —último tercio del XIX—, la palabra “mito” tuvo
un éxito enorme: hoy, “el mito se dice de muchas maneras”.
En el sentido de “lo fabuloso”, el término “mito” apunta a lo irreal, y se confunde con “lo
falso”, y con esa fuerte connotación negativa se usa para descalificar exageraciones, bulos, y
creencias ajenas. En ese sentido, los “mitos” son vanas “ilusiones” de los otros.
A las “creencias” se contraponen “ideas”, como dijo Ortega, y antes los sofistas griegos. Pero
los mitos perviven, se prestan a relecturas y a manipulaciones, a veces perversas.
Los mitos no son historias alejadas de la persona, sino que funcionan como un asidero
existencial, un motivo, de acuerdo al psicoanalista estadounidense, Rollo May.
Todas las civilizaciones de la antigüedad tienen sus propios relatos sobre sus orígenes y
creencias. El conjunto de esos relatos de cada pueblo es lo que denominamos mitos. El estudio
y su comprensión se realizan en la mitología.
Estamos hablando de historias anónimas que pertenecen a la tradición de un pueblo. De esta
manera, un mito sería una narración concreta que explica una parte de la realidad; puede ser
un fenómeno natural como la lluvia, el tiempo o también un sentimiento humano como el
amor o la venganza.
Antiguos egipcios nos dieron la oportunidad de ver miles de hermosos textos escritos con
imágenes. Su estética unificada hicieron posible que textos complejos pudieran ser leídos, sin
mencionar el placer que genera verlos. Crearon tanta armonía sin importar quién era el
escritor.
Es por eso que se quiere hacer lo mismo en las plataformas digitales actuales. Siguiendo las
instrucciones los clientes pueden entender mejor el uso de las interfaces. Quizás algún día
nuestros descendientes puedan estudiar el diseño actual sin saber su propósito, categoría o
producto.
TIPOS DE JEROGLIFICOS
Jeroglíficos bilíteros
Se denominan biconsonánticos (o
bilíteros) aquellos jeroglíficos
cuya transliteración contiene dos
consonantes. Estos son los más
comunes ordenados alfabéticamente:
Normalmente, a cada jeroglífico se le
asigna un valor fonético, aunque
algunos tienen más de uno. Además,
algunos sonidos se pueden
representar con diversos jeroglíficos;
así, podían ser representados algunos
sonidos de las siguientes maneras:
Jeroglíficos trilíteros
Se denominan triconsonánticos (o trilíteros) a los jeroglíficos cuya transliteración contiene tres
sonidos (consonantes).
Estos son los jeroglíficos más comunes: