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Los guerreros del menú

SAINETE

Estos actores tienen un rezago de


soldados y todos ellos hacen gala de
alguna anormalidad. El uno es cojo,
el otro manco, y así, hay: ciegos, un
tartamudo, otro es llorón y pipón, un
obeso, el que sigue: delgado como
alambre, hay un tísico, otro que anda
a: gata.

En resumidas cuentas, no son


soldados sino comilones de profesión.

Sus armas son “cucharas mamas”


escobas, algún artefacto que invite a
la risa.

Sus cascos son cacerolas, cedazos, arneros, o algún otro artículo


que haga las delicias del público.

Maquillaje aparente, que creyere de muy buena gana el


director de escena que, de paso, debe ser algo ocurrido, como
es lógico suponer.

Nombres de los Soldados y sus características.

1. SARGENTO. - Mandón. Tipo colérico, gritón, algo cojo y


lisiado.
2. SOLDADO CALAPUCHA. - Sordo cual una piedra y con un
defecto en las posaderas.
3. SOLDADO ADIVINO. - Es ciego, camina a tientas y
continuamente, pierde la fila.
4. SOLDADO CHINESCO. - Es manco y algo mamerto.
5. SOLDADO CANUTILLO. - Es delgado como un alambre.
6. SOLDADO MICHELIN. - Es gordo y pipón.
7. SOLDADO NINGUNILLO. - Es jorobado y merlino.
8. SOLDADO CHANCLETA. - Es cojo y tremendamente
porfiado.
9. SOLDADO TORPEDO. - Es tísico y aburrido.
10. SOLDADO CHOLITO. - Anda a gatas.

El sargento sale mascando algo y haciendo énfasis de sus


defectos y ordena:

¡Batallón de frente ay! (con gallo).

Todos los soldados entran a escena, tratando de sobresalir con


su defecto.

Pueden dar una vuelta las que sean necesarias, hasta cuando
hayan terminado la canción que viene de inmediato. La música
será de la "Pájara Pinta"

Somos los soldaditos

que venimos a marchar,

demostramos gran destreza

cuando nos toca pelear. Dos veces

Venimos alborozados

a cumplir con gran valor,

el llamado del estómago

causa de todo dolor. Dos veces


El uno que viene atrás (señalando)

es ciego de nacimiento,

y el que está más adelante,

es sordo ciento por ciento.

También vienen a la guerra

a luchar como león:

un flaco patas de alambre Dos veces

y un fenomenal pipón.

Cantan al compás todos: Un, dos, tres, cuatro, varias veces.

SARGENTO. - (Ordena gritando), ¡Más duro!...

CALAPUCHA. - Algo sorprendido, le dice a Ningunillo) Más puro


dice mi Sargento, ¿trajiste vos?

ADIVINO. - (Contrariado) Qué cante más duro dice.

CALAPUCHA. - ¡Ah...! …cómo no explican…

El sordo hace caso o miso de las órdenes y canta solo una de las
estrofas anotadas, en cuanto ha terminado el resto.

El ciego, por su parte, pone el pie, fuera del escenario y hace


cómo que fuera a caer sobre los espectadores. Pierde la fila e
ingresa a ella, mediante el tanteo de las partes deficientes de
sus compañeros.
Cuando han cantado y realizado todo lo que hasta aquí se
indica, el Sargento dice:

SARGENTO. - ¡Batallón!... (voz ejecutiva) ay!!! cogiéndose la


barriga.

CANUTILLO. - (Corriendo a coger al Sargento y tartamudeando)


¡Qué, qué que le pa, pa pa pa pa sa mi sa sa sargento … una
pu pu punzada?...

SARGENTO. - ¡Váyase a su puesto! Cumpla la orden.

(Todos los soldados quedan absortos en este momento).

SARGENTO. - (Ordena) ¡Descanso! ... (Se sientan plácidamente


los soldados). El soldado Calapucha entabla un diálogo,
mientras el Sargento se pasea furioso.

CALAPUCHA. - Se sienta) ¡Qué descansada vida!... ¿y cómo


están en tu casa?...

ADIVINO. - Bien no más v en la tuya? (Dispuestos a seguir


conversando).

SARGENTO. - (Interrumpe coléricamente el diálogo) Atención!...


ter!....

(Ahora sí, hacen como que se cuadran los soldados) ¡Soldados,


la hora ha llegado… Vais a demostrar que sois aptos, buenos,
campeones (haciendo señas: para comer) Valientes! (Chinesco
ríe emocionado) decididos, que os adornan todas las virtudes
gastronómicas. (Aplauden los soldados. La risa de Chinesco es
una risa de idiota).

Sois un compendio de todo lo que se puede llamar escoria.


(Todos aplauden, festejando la “alabanza”).
CALAPUCHA. - (Es sordo. Asintiendo con la cabeza. Claro que es
buena la achicoria…

SARGENTO. - Sois la última.... (Uno de los soldados dice: (rueda


del coche expresión de la ineptitud. (Salta de alegría el sucho).

(Sigue el sargento en su intervención). ¡Os parecéis tanto a las


cosas estrambóticas y pocas veces concebidas!

¡Salud! a vosotros guerreros - .

CHANCLETA. - Interrumpiéndole y acercándose con prontitud.


No tome solo, mi Sargento. (El Sargento le empuja)

SARGENTO. - Vais a partir a la frontera; pero antes de hacerlo,


tránsfugas valerosos, daréis una prueba de vuestros amplísimos
conocimientos...

TODOS. - Sí mi Sargentooooooooooo! (Calapucha, no sabe de


qué se trata) …

CALAPUCHA. - (Con curiosidad pregunta al vecino) ¿De qué se


trata?...

SARGENTO. - A ver comencemos.

Soldado Calapucha... Dígame ...Tiene miedo a la guerra?

CALAPUCHA. - Perra? ah, ah, ah, Ahora; no mi Sargento, la única


que tenía se murió por que le dieron: 10 - 80 y era bravísima, mi
jefecito.

SARGENTO. - Le digo si tiene miedo a la guerra. (Gritando en la


oreja).

CALAPUCHA. – (Pensativo) ¡aaaaaaaaaah! ¿Sí tengo tierra?... sí,


sí tengo mi jefecito, pero ahora a lo menos, ya casi no produce
nada, principalmente en este tiempo... ¡Con semejante sequía!!!
(puede variar el dicho).
SARGENTO. - (Colérico y gritando más) Qué, estás sordo?

CALAPUCHA. - Qué gordo va a estar mi Sargento. ¡No digo que


ahora no producen nada los terrenos, hay una carestía
tremenda de cebada!

SARGENTO. - (Acercándose a la oreja) Qué es la guerra...


gue...rra.

CALAPUCHA. – aaaaah. Guerra, creo ha dicho… ¡Ya mi


Sargento!

Guerra es una familia de Sibambe, sí, si les conozco (Asistiendo


con la cabeza) teníamos unas relaciones estrechas,
estrechisimas.

SARGENTO. - (Impaciente). Paso al otro soldado. ¡Adivino...!


usted que es un veterano de guerra, dígame como le ha ido.

ADIVINO. - (Habla con muchos gestos) Al respecto... bien mi


Sargento!... El tacto es una de las cosas infallables. y cuando, a
más de esto, se tiene buen olfato.. se lucha no más mi
jefecito...Claro que me ha pasado casos; mi Sargento, he tenido
unos choques algo graves; pero claro, la práctica hace la
perfección.

Pero, ¿no ha de creer usted?, ¡donde pongo el ojo, pongo la


bala, mi sargentico! (Se ríe idiotamente).

SARGENTO. - Regrese a su puesto. (Llamando) ¡Soldado


Chinesco!

CHINESCO. - A sus órdenes mi general!

SARGENTO. - A qué se debe su nombre?

CHINESCO. - (Riendo idiotamente) Seguramente se inspiraron en


mi belleza, mi General.
(El Sargento se pasea horondo, escuchando el título que le
acaba de dar)

SARGENTO .... Ud. que es el más racionalito de los soldados,


dígame: ¿Cómo maneja el fusil? (se pasea).

CHINESCO. - El que sabe cómo quiera se acomoda, mi jefe. Con


eso le digo todo. (Hay que recordar que chinesco es manco).

SARGENTO. - Insuficiente su respuesta. (Llamando) ¡Soldado


Canutillo!...

CANUTILLO. -Aquí mi Sargento!

SARGENTO. - A qué se debe su nombre?

CANUTILLO. – (Tartamudeando) Se, se, se, seguramente se, se, se


inpi, piraron en mi belleza, mi Sargento.

SARGENTO. - (Se pasea horondo) Este es otro despiertísimo.


Dígame las características de un fusil.

CANUTILLO. - Fu, fu, fu, fusil no más?. La ca, ca, ca, caja tiene
tiene la forma del soldado Ningunillo. El gaga, gatillo es como la
pierna del soldado Chancleta, y el ca, ca, calibre es mi fi, fi, fiel
ratrato, por ser largo y fino, di, di, divinamente fino:

SARGENTO. - Paso a otro. (Llamando) ¡Soldado Ningunillo!

NINGUNILLO. – (Contento) Aquí mi jefecito!

SARGENTO. - Cuál es su especialización?

NINGUNILLO. - Ninguna, mi Sargento.

SARGENTO. - ¿Qué arma maneja más?

NINGUNILLO. - La cuchara, mi Sargento!.


SARGENTO. - ¿Tiene padre?

NINGUNILLO. - Ninguno

SARGENTO. - ¿Tiene madre?

NINGUNILLO. - Ninguna, mi jefe.

SARGENTO. - ¿Qué profesión?

NINGUNILLO. - Ninguna. Adió....soldado mi sargento, (rápido)

SARGENTO. - Tiene esposa (Muy contento)

NINGUNILLO. - Si mi Sargento (gritando). Sí, sí, sí, si mi jefecito.


(Saltando de contento)

SARGENTO. - Paso al otro. (Llamando) Soldado Chancleta!...

CHANCLETA. - ¡Aquí, mi Coronel!

SARGENTO. - Coronel!... Este es otro soldado, algo, algo racional.


Sabe tratar a los jefes. ¿Diga Ud. cómo dispara?

CHANCLETA. - Y Ud., ¿cómo dispara?

SARGENTO. - ¡Le pregunto yo, a usté!

CHANCLETA. - Yo también le pregunto a usté!

SARGENTO. - Le digo que conteste!

CHANCLETA. - Yo también le digo que conteste!

SARGENTO. - No me contradiga.

CHANCLETA. - No me contradiga tampoco.

SARGENTO. - ¡Qué bruto!


CHANCLETA. - ¡Qué brutos somos, ¿no?

SARGENTO. - En este instante, ¡vos te callas!

CHANCLETA. - Más vos será usté.

SARGENTO. - Vaya a su puesto.

CHANCLETA. - Gracias, ¡mi jefe!

SARGENTO. - Colérico) Soldado Torpedo! Diga ¿qué es una


bala?

CHANCLETA. - Filosóficamente hablando... la bala es mi


hermana (accesos de tos) ya que casi, casi, ¡suena como
torpedo (tos) o no!... La bala soy yo, porque soy una bala de
ligero, (tos).

SARGENTO. - Y esa tos que tiene?

CHANCLETA. - Males del oficio, mi jefe. Su fatídica compañía ha


hecho en mi este milagro. Usted es el hombre trasmisor de todos
los males, por eso es tan importante dentro de la sociedad.

SARGENTO. - (Abrazándole) Felicitaciones, soldado, sus


expresiones me satisfacen y me enorgullecen sobre manera por
esto, próximamente será Cabo.

CHANCLETA. - Eso será usté. Lo que yo, no pienso ser cabo de


nada ni de nadie. (Le levanta la tos) Esta tos es la que me pone
en una actividad! (moviéndose de lado a lado).

SARGENTO. - (Llamando), ¡soldado Michelin!

MICHELIN. - (Asustadizo) Firmes mi jefe. (Llorando). Lo que es yo


no he de poder ir a la guerra, sé que se pasa muchas hambres,
mi jefe, y en estas carnes. Además, soy casado, mi mujercita,
¡está en días!, mi Sargento, Ud. es que se ponga en su lugar…
SARGENTO. - Cómo en su lugar, insolente! ¿Acaso soy yo mujer?
(como fuera a sancionarle).

MICHELIN. - En mi lugar, digo, mi jefe. (Acurrucándose y


cubriéndose las orejas)

SARGENTO. - A ver, ¡soldado Choclito!

CHOCLITO. - Aquí mi jefecito! …

SARGENTO. - ¿Cómo es su táctica?

CHOCLITO. - Ah, yo soy el más feroz de los soldados, y la mía es


la mejor táctica por que ando siempre a gatas; pero no me he
de ir a la guerra, porque el otro día el soldado adivino, como no
ve, me confundió tremendamente y me quiso emplear como a
caballo y eso no le gustaría ni a usté pes, mi jefecito...

SARGENTO. - Cállese soldado insolente. Ciertamente que vuestro


silencio es ahora lo que más me agrada.

(Paseándose con sus defectos en ristre). Bien, soldados, habéis


demostrado vuestra obscura clarividencia de ver las cosas.

Habéis demostrado que tenéis un cuerpo íntegro, al que le falta


solo la cabeza.

(Aplausos de los soldados).

Habéis muerto y todavía estáis enfermos de gravedad.

(Aplausos de los soldados).

Bien ¡ … atacad con una piedra de madera al que os ataje en


vuestro ideal. Y ahora sí, despedíos, que la hora ha llegado;
habremos de partir para la guerra, (haciendo señas: a comer)
Iremos al ataque. Son cerca de las doce del día. (Suena una
corneta a rancho).
¿Habéis escuchado esa corneta?, os está invitando al combate
que tenéis que librar con vuestro común enemigo.

(Hablando con mímica muy chistosa). Empuñad vuestras armas,


que con ellas derrumbaréis una muralla de arroseco y tenderéis
puentes con vuestras cucharas para que por allí pase el
torrentoso caldo.

(Aplausos de los soldados).

Uno de los Soldados (Suspirando) Qué bien habla, ¡Mi General!

SARGENTO. - Con vuestras vampirezcas bombas aspirantes,


secaréis violentamente el lago formado en el país del platillo.

Vuestras manos empuñarán paladas machicalientes, con las


que formaréis montañas, las que serán allanadas con ímpetu
devorador que os caracteriza.

(Aplausos y lloros de emoción)

En vuestras ampulosas bodegas, (Señalando el estómago)


señorearán satisfechas las tenias, quienes, sí podrían, hasta os
erigirían un monumento a vosotros grandes y raros hombres.

Y ahora sí despedíos.

Guerreros de frente… Car (gallo).

En este momento entra un toro y se forma el tumulto de los


soldados. Cada cual es más lisiado que otro. El ciego, cuando
es empujado por el toro, dice: No empuje mi Sargento ¡No
empuje!

Sólo el Sargento da pruebas de buen torear, aunque le falsea


notablemente la cadera y las piernas. Viste un pantalón flojo, al
estilo Cantinflas, él mismo que va resbalando poco a poco, y
deja ver un calzoncillo con lloradores. Esto es durante el toreo. El
ciego mientras está indiferente en una de las esquinas. Cuando
se percata que es el toro el que ha entrado, trata de salir; pero
repetidas veces da con él en sus ansias de buscar salida.

Cuando el toro le empuja dice: ¡No empuje; ¡No empuje mi


Sargento! y cuando va hacia el Sargento le dice: ¡Ole!.

Algunas veces se repetirá esta escena y, estando así, se cierra el


telón.

FIN.

El Maestro y sus alumnos


PERSONAJES:

1) MAESTRO
2) ALUMNOS
3) JUANITO
4) PEDRITO
5) PEPITO
6) LUISITO

ESCENARIO: Un aula de clase.

ACTO UNICO

MAESTRO: - ¡Niños! Es necesario que pongan atención a todas


mis preguntas.

ALUMNOS: (En coro) - ¡Sí, señor!

MAESTRO: -Ante todo, nos pondremos al pie de las letras...

JUANITO: - ¡Señor! Si las letras tienen pies, ¿por qué no usan


zapatos?

ALUMNOS: - ¡Ja, ja, ja!


MAESTRO: - ¡Silencio! A ver, Pedrito, ¿cuántas clases de letras
conocemos?

PEDRITO: -Pues conocemos la letra gótica, la letra versal, la


cursiva y la bastardilla.

MAESTRO: - ¡Muy bien contestado! Ahora tú, Juanito, dime


¿cuándo tenemos la letra gótica?

JUANITO: -Cuando gotea la tinta de la pluma, señor.

ALUMNOS: - ¡Ja, ja, ja!

MAESTRO: - ¡Silencio! ¡Juanito, usted se pasa de listo! ¿Cuáles son


las letras versales?

JUANITO: - ¡Aquellas que se dedican a hacer versos!

MAESTRO: - ¿Y la cursiva, Pepito?

PEPITO: -Es la que sirve para escribir cursilerías.

MAESTRO: - ¿Y la bastardilla, Juanito?

JUANITO: -La letra bastardilla viene de bastardo. Entonces es la


que carece de papá y mamá, cosa que puede pasar en las
mejores familias...

PEDRITO: - ¡Señor, señor! Falta la letra "cánica", o sea la "rrrr",


llamada así porque se pronuncia como gruñido de perro con
hambre, especialmente si éste es policía.

ALUMNOS: - ¡Ja, ja, ja, ja!

MAESTRO: -Además, dentro de las letras tenemos unas que se


pronuncian, y otras que solo las escribimos, pero no las
pronunciamos, como por ejemplo la "h", llamada muda...

LUISITO: - ¿Y para qué la ponen?


JUANITO: - ¡Para los que no saben hablar!

MAESTRO: -Y no se olviden de agarrar bien las letras que


aprendemos.

LUISITO: -Sobre todo, hay que agarrar bien a la "jota", que


siempre anda bailando, pues a nii hermanita le oí decir que va
a bailar "la jota".

MAESTRO: -Ahora pasemos a los números.

ALUMNOS: - ¡Bueno, señoooor!

MAESTRO: -Dígame, Pedrito, ¿cuántas veces entra el 7 en el 15?

PEDRITO: -El 7 entra dos veces en el 15, pero un poco apretadito,


porque 2 x 7 es 14 y solo 1 no entra en el 15.

MAESTRO: - ¡Miren, alumnos! ¡Pongan atención! Luisito, pase al


frente.

LUISITO: -No tengo edad, señor. Además, si no hay guerra, ¿para


qué voy a marchar al frente de batalla?

MAESTRO: - ¡Usted no ha entendido! ¡Pase al frente, al pizarrón!

LUISITO: - ¡Ah, sí es allá, sí! En este momento salgo. (Pasa al pizarrón)

MAESTRO: -Luisito, si le pongo tres reales en este bolsillo y después


le pongo cuatro más, ¿cuánto tiene en total?

LUISITO: -Nada, señor.

MAESTRO: - ¿Cómo es eso de que nada? ¡Si le he puesto 3 reales


primero y luego 4, debería tener siete!

LUISITO: -No me queda nada, señor, porque lo que tengo es un


agujero, y sus monedas se han ido al fondo.
ALUMNOS: - ¡ja, ja, ja!

MAESTRO: - ¡Pase al puesto y dígale a su mamá que le remiende


ese bolsillo!

LUISITO: -Bueno, señor, y gracias por los siete reales que pronto
los sacaré de mis zapatos.

MAESTRO: -Bueno, alumnos, seguimos.

ALUMNOS: - ¡Bueno, señor!

MAESTRO: -Dime, Pedrito: tres naranjas, más dos guineos, más


cuatro mangos, ¿qué nos da por resultado?

PEDRITO: -Pues, un dolor de barriga, señor.

MAESTRO: (Señalando) - ¿Usted qué dice Juanito?

JUANITO: -Una indigestión, señor.

ALUMNOS: - ¡Ja, ja, ja, ja!

MAESTRO: -Tengo entendido que ustedes son muy patriotas.

Póngase de pie, Pedrito, y dígame ¿qué es la patria?

PEDRITO: -La patria es la tierra donde yo vivo, y, por tanto, es mi


madre.

MAESTRO: -Muy bien, Pedrito. Ahora, repita el concepto de


patria, Juanito.

JUANITO: -La patria es la tierra donde yo vivo, y es la madre de


Pedrito.

LUISITO: -Y la mía también.

JUANITO: (Llora)
MAESTRO: - ¿por qué lloras, Juanito?

JUANITO: -Porque yo siempre he querido a mi mamá y ahora


tengo que querer a otra mamá.

MAESTRO: -Doña Josefina sigue siendo tu mamá, Juanito.

Lo que pasa es que la patria es tu segunda madre.

JUANITO: - ¡Ah! ¡Ya comprendo, señor!

MAESTRO: -Juanito, dígame ¿cuándo celebra el maestro su día?

JUANITO: - ¡El día de pagos, señor!

MAESTRO: (Sorprende a Pedrito dibujando un burro, con la leyenda "profe"


debajo) - ¡¿Qué está haciendo, ¡¿Pedrito?! Para mañana me trae
escrita 200 veces la frase: "No debo dibujar en clase el retrato de
mi papá".

PEDRITO: - ¡Sí, profesor!

MAESTRO: -Bueno, alumnos, la clase ha terminado. Pasen a


formarse para que salgan a recreo. (Los alumnos se ponen de pie, se
forman, hacen la venia y salen).

TELON

Al’do Malán
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