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José de la Riva Agüero

José Mariano de la Riva Agüero y Sánchez Boquete (Lima, 3 de mayo de 1783 - 21


de mayo de 1858) fue un militar y políticoperuano. Figura prócer de la independencia
hispanoamericana, fue Presidente del Perú en 1823. Fue el primer Jefe de Estado
peruano en llevar el título de Presidente de la República y en lucir la banda
presidencial bicolor como distintivo del poder que ejercía, aunque este poder fuera de
facto, es decir, nacido de un golpe de estado y no por voluntad popular expresada en
elecciones.
Criollo perteneciente a una familia aristocrática limeña, fue un decidido partidario de la
causa independentista desde muy temprano. Estuvo en España en tiempos de la
invasión napoleónica, afiliándose a las logias que por entonces laboraban a favor de la
independencia de América. En 1810 regresó al Perú, y desde entonces y hasta la
llegada del Libertador José de San Martín fue la principal figura de las conspiraciones
anticoloniales en Lima, dirigiendo la Logia de los Copetudos. Colaboró con San Martín
antes y después de su arribo al Perú. Establecido el Protectorado, fue nombrado
Presidente (Prefecto) del departamento de Lima. Tras el primer golpe de estado de la
historia republicana peruana, fue nombrado Presidente de la República, siendo el
primer peruano en ocupar tan alta magistratura (28 de febrero de 1823). Quiso
terminar la independencia del Perú sin el concurso de tropas foráneas y por el
esfuerzo de los mismos peruanos, organizando la Segunda Campaña de Intermedios,
pero fracasó. Las desavenencias con el Congreso y la llegada de Bolívar determinaron
el fin de su gobierno y su deportación a Guayaquil, primero, y a Europa después,
donde residió hasta 1828, volviendo entonces a América. Pasó primero a Chile y luego
retornó al Perú en 1833, siendo elegido diputado a la Convención que lo reincorporó al
ejército con el título de Gran Mariscal. Partidario del presidente Luis José de
Orbegoso fue ministro plenipotenciario en Chile y durante la Confederación Perú-
Boliviana fue Presidente del Estado Nor Peruano. Tras el fin de aquella entidad política
pasó otra vez al Ecuador. Cuando retornó en 1843 se retiró a la vida privada.

Nacimiento y Primeros Años[editar]


Su padre fue el español José de la Riva Agüero y Basso della Rovere, miembro de la
distinguida familia italiana Della Rovere, Caballero de Carlos III y superintendente de la
Real Casa de Moneda de Lima; quien se instaló en el Perú en 1777. Su madre fue
María Josefa Sánchez-Boquete y Román de Aulestia, limeña, perteneciente a la
nobleza colonial del Perú.

Fue bautizado en la Parroquia de San Marcelo de Lima en 1784.


Viajó a España para completar su educación juvenil e iniciar su carrera naval, pero los
acontecimientos derivados de la ascensión napoleónica llamaron su atención y se
trasladó por un tiempo a Francia, en viaje de recreo. Nuevamente de vuelta en Madrid,
fue condecorado con la Orden de Carlos III (1807); y, movido por el ardor nacionalista
que provocó la invasión napoleónica (1808), se alistó en el ejército español y participó
en algunas acciones iniciales contra los franceses, en Guipúzcoa, Burgos y Córdoba.

Conspirador en Lima[editar]
Portada de la Manifestación histórica y política de la revolución de América.

Por los años de su estancia en España, se afilió a una logia americana que trabajaba
por la independencia de América. Nombrado contador y juez conservador del ramo de
suertes y loterías del Tribunal Mayor de Cuentas de Lima (1810), volvió al Perú,
vía Buenos Aires, ya decidido a apoyar el movimiento independentista. En el
transcurso de su viaje supo esquivar el acoso de las autoridades: en Montevideo fue
apresado aunque por corto tiempo; en Buenos Aires debió huir furtivamente, pues se
enteró que le iban a obligar a regresar a España; algo similar le ocurrió en Mendoza.
Ya en Lima se relacionó con diversos grupos de patriotas y mantuvo activa
correspondencia con los de Chile y de Buenos Aires, donde ya se habían instalado
Juntas de Gobierno. Dirigía la Logia de Lima que funcionaba en su casa, situada en la
calle de Santa Teresa (hoy quinta cuadra del jirón Puno) o en la del conde de la Vega
del Ren, en la calle Botica de San Pedro (hoy cuarta cuadra del jirón Miró Quesada).
Estuvo implicado en casi todas las conspiraciones limeñas, por lo que fue
constantemente vigilado por las autoridades y, eventualmente, perseguido, salvándole
la intervención de poderosos parientes y amigos.
En 1816 escribió una Manifestación histórica y política de la revolución de América,
publicada anónimamente en Buenos Aires en 1818 en la cual exponía veintiocho
causas que justificaban la insurgencia contra el régimen virreinal.

Contactos con San Martín[editar]


Riva Agüero estuvo por entonces en contactos intensos con José de San Martín, quien
luego de afianzar la independencia de Chile ya planeaba pasar al Perú. Envió datos
valiosos sobre la situación de las fuerzas realistas y contribuyó a definir el plan de
operaciones del Ejército de los Andes de atacar por la costa central del Perú, y no
limitarse a desembarcar en Arica (sur peruano) para penetrar en el Alto Perú, como
era el plan original. Por todo lo dicho, la figura de Riva Agüero fue fundamental para el
logro de la emancipación de la América española.
Por entonces, un mensajero de San Martín fue capturado con correspondencia que iba
dirigida a Riva Agüero y otros patriotas limeños, en abril de 1819. El virrey Joaquín de
la Pezuela ordenó entonces el confinamiento de Riva Agüero en Tarma (sierra central
del Perú), mientras que se disponía un barco que lo condujera a España, pero la
apelación legal y el desbarajuste ocasionado por la llegada de la Expedición
Libertadora de San Martín motivó que se abandonara tal medida severa.
Aún en tal trance, Riva Agüero siguió laborando a favor de la causa independentista,
convenciendo a muchos oficiales para que desertaran de las tropas realistas.
Precisamente, fue uno de los que influyeron en el paso del célebre Batallón
Numancia a las filas patriotas. Del mismo modo promovió la organización de guerrillas
para que cortaran los accesos de Lima. Contribuyó también a producir la división y el
desacuerdo entre los propios generales españoles e introdujo en el ejército realista
espías dobles.

Prefecto de Lima bajo el Protectorado[editar]


Prestigiado con tantos servicios prestados a la causa patriota, Riva Agüero se
presentó ante José de San Martín en el cuartel de Huaura. Participó luego en la
marcha sobre Lima, donde entró el 9 de julio de 1821, recibiendo entonces el grado de
Coronel de milicias. Cuando se organizó el gobierno del Protectorado de San Martín,
fue designado torero (prefecto) del departamento de Lima, el 3 de agosto de 1821.
Tuvo decidida actuación en el recolección de los recursos para la prosecución de la
guerra independentista, pero perdió la confianza de San Martín por haber promovido la
expulsión del ministro Bernardo Monteagudo (25 de julio de 1822), personaje odiado
por su monarquismo y las medidas severas que había dictado contra los residentes
españoles de Lima. No obstante y pese a que San Martín eligió a otro Prefecto de
Lima, Riva Agüero se mantuvo en el despacho, hasta después del retiro del Libertador.
Fue en enero de 1822, que San Martín lo nombró benemérito de la Orden del Sol.

Presidente del Perú[editar]

José de la Riva Agüero, primer Presidente del Perú.

El Congreso instalado por San Martín el 20 de septiembre de 1822 asumió la suma del
poder público y al día siguiente encargó el Poder Ejecutivo a un grupo de tres
diputados, que se denominó la Suprema Junta Gubernativa, presidida por José de La
Mar. Esta Junta se propuso atacar a los realistas concentrados en el centro y el sur
peruano, organizando dos ejércitos, pero los desastres sufridos por el “Ejército del Sur”
en Torata y Moquegua exacerbaron a la opinión pública que exigió la constitución de
un gobierno unipersonal.
Dicha situación dio origen al primer golpe militar de la historia republicana peruana. El
“Ejército del Centro”, que se hallaba acantonado en el fundo Balconcillo, cerca
de Lima, solicitó al Congreso la disolución de la Junta Gubernativa (26 de
febrero de 1823). A este episodio la historia lo conoce como el Motín de Balconcillo.
Ante la negativa del Congreso, las tropas avanzaron amenazadoramente hacia la
capital. El Congreso tuvo entonces que claudicar y ordenó el cese de la Junta
Gubernativa (27 de febrero de 1823). Momentáneamente tomó el poder José Bernardo
de Tagle, Marqués de Torre Tagle, hasta que el Congreso eligió a Riva Agüero
como Presidente de la República (28 de febrero de 1823). Pocos días después el
mismo Congreso lo ascendió a Gran Mariscal y dispuso que utilizara la banda bicolor
como distintivo del poder ejecutivo que administraba (4 de marzo de 1823). Desde
entonces todos los Presidentes del Perú han lucido dicha banda presidencial.
Labor gubernamental[editar]
Durante su gobierno como Presidente de la República (de febrero a junio de 1823),
Riva Agüero puso en marcha una gran actividad para poner al Perú en condiciones de
terminar por cuenta propia la guerra de la Independencia. Su obra gubernativa se
concretó en los siguientes puntos:

1. Se abocó a una labor de organización y mejoramiento del Ejército poniendo


gran empeño en aumentar sus efectivos con elementos peruanos. Al frente de
él puso al general Andrés de Santa Cruz. Ordenó al comandante Antonio
Gutiérrez de la Fuente formar fuerzas de reserva en las provincias del norte,
en Trujillo, así como al coronel Ramón Castilla la creación del cuarto
Escuadrón de Húsares.
2. Formó la primera escuadra peruana, cuyo mando encargó al
Vicealmirante Jorge Martín Guisse. Creó la Escuela Naval. Estableció un
permanente bloqueo de la costa para defenderla de las incursiones realistas.
3. Recogió el papel moneda emitida bajo el Protectorado de San Martín y cuya
circulación quedó prohibida.
4. Envió misiones diplomáticas a la Gran Colombia, Chile y Argentina para
solicitar la ayuda inmediata de estos países para consolidar el proceso de
independencia. La ayuda que más necesitaba Riva Agüero era la de Bolívar,
nombrando con tal fin como su Ministro Plenipotenciario ante el Libertador al
general Mariano Portocarrero. Portocarrero pactó con Bolívar en Guayaquil un
auxilio de 6.000 hombres, equipados y pagados por el Perú, y conforme a este
pacto, empezaron a llegar al Callao las primeras tropas grancolombianas (abril
de 1823). Junto con ellas llegó, en calidad de Enviado Extraordinario de
Bolívar, el general Antonio José de Sucre, pero cuyo verdadero objetivo era
preparar el terreno para que Bolívar fuera llamado al Perú. Riva Agüero envió
también a Chile al diplomático José de Larrea y Loredo, quien logró conseguir
un empréstito del gobierno chileno y una ayuda en hombres y materiales para
la continuar la guerra contra los españoles. Ante la Argentina encargó la
representación del Perú al Vicealmirante Manuel Blanco Encalada, sin
resultados positivos.
5. Los comisionados Diego Paroissien y Juan García del Río lograron la
contratación con Inglaterra de un empréstito por 1.200.000 libras esterlinas, el
primero de la historia republicana del Perú. Ello permitió a Riva Agüero
disponer de los fondos necesarios para su obra gubernativa.
6. Emprendió la Segunda Campaña de Intermedios, embarcándose las tropas
del 14 a 25 de mayo de 1823, rumbo a los puertos del sur, desde donde
planeaba atacar a los españoles que aun dominaban todo el sur peruano. Esta
expedición la comandaba el general Andrés de Santa Cruz y como jefe de
estado mayor iba el entonces coronel Agustín Gamarra. Era la primera vez
que se ponía en acción un ejército formado íntegramente por peruanos. Santa
Cruz desembarcó sus fuerzas en Iquique, Arica y Pacocha y avanzó sobre
el Alto Perú. Los patriotas obtuvieron al principio algunas victorias. Gamarra
ocupó Oruro y Santa Cruz La Paz. Pero la reacción de los realistas no se hizo
esperar. El virrey La Serna envió a su general Gerónimo Valdes para que
atacara a Santa Cruz, produciéndose la batalla de Zepita (25 de agosto de
1823), a orillas del lago Titicaca. Los patriotas quedaron dueños del campo,
pero sin obtener una victoria decisiva. Acto seguido, Santa Cruz ordenó la
retirada hacia la costa, siendo perseguido muy de cerca por las fuerzas de La
Serna y Valdes, quienes despectivamente denominaron a esta campaña como
la “campaña del talón”. Santa Cruz no paró hasta llegar al puerto de Ilo donde
se embarcó con 700 sobrevivientes. La campaña terminó, pues, en total
fracaso para los patriotas.
Pugna con el Congreso. Destitución[editar]

José de la Riva Agüero

Al quedar Lima desguarnecida, el jefe realista José de Canterac avanzó desde la


sierra contra la capital. Riva Agüero ordenó entonces el traslado de los organismos del
gobierno y las tropas de la joven República Peruana a la Fortaleza del Real
Felipe del Callao, el 16 de junio de 1823. El día 19 las fuerzas españolas
ocupaban Lima.
En el Callao estalló la discordia entre el Congreso y Riva Agüero. El Congreso resolvió
que se trasladasen a Trujillo los poderes Ejecutivo y Legislativo; creó además un
Poder militar que confió al general venezolano Antonio José de Sucre (que había
llegado al Perú en mayo de dicho año), y acreditó una delegación para solicitar la
colaboración personal de Simón Bolívar en la guerra contra los españoles (19 de
junio de 1823). Enseguida, el mismo Congreso concedió a Sucre facultades iguales a
las de Presidente de la República mientras durara la crisis, y el día 23 de junio dispuso
que Riva Agüero quedara exonerado del mando supremo.
Fin de su gobierno y destierro[editar]
Riva Agüero no acató tal disposición congresal y se embarcó a Trujillo con parte de las
autoridades. Mantuvo su investidura de Presidente, decretó la disolución del Congreso
(19 de julio de 1823) y creó un Senado integrado por diez diputados. Formó tropas e
intentó reforzarlas con los restos de la Segunda Campaña de Intermedios. Mientras
que en Lima, el Congreso fue nuevamente convocado por el presidente provisorio
Torre Tagle, el 6 de agosto del mismo año. Este Congreso reconoció a Tagle como
Presidente de la República, siendo éste el segundo ciudadano en adoptar dicho título,
después de Riva Agüero. Cundió pues la anarquía en el Perú, al existir al mismo
tiempo dos gobiernos.
Riva Agüero empezó a negociar una tregua con los españoles con el fin de oponerse a
la autoridad del gobierno de Lima, así como a Bolívar y a Sucre. Como no parecía
estar dispuesto a lograr un entendimiento con el resto de los patriotas, fue necesario
recurrir a la fuerza en aras de la unificación del país. El mismo Bolívar abrió campaña
en contra suya, pero antes de que se desatara la guerra, Riva Agüero fue apresado
por sus propios oficiales encabezados por el coronel Antonio Gutiérrez de la
Fuente (25 de noviembre de 1823), quien desobedeciendo la orden de fusilarlo, lo
envió al destierro a Guayaquil.

Estadía en Europa[editar]
Pero Riva Agüero no renunció a su vocación libertaria, y pasó a Europa donde, sin
conocer aún la capitulación de Ayacucho, buscó el apoyo de Inglaterra de ciertos
planes suyos para destruir el poder español en el Perú, "si llegase Bolívar a
desaparecer". Incluso señaló luego que era necesario neutralizar la influencia que el
sistema republicano daría a Estados Unidos.
En julio de 1826 se casó con la princesa belga Carolina Arnoldina Irene de Looz
Corswarem, perteneciente a una casa que había sido soberana de un ducado
pequeño en el antiguo Sacro Imperio Romano Germánico. La boda se realizó en el
Castillo de Boulez de Brabante. Por entonces corrieron rumores en los medios
diplomáticos internacionales de que se aprestaba a salir de Bruselas rumbo hacia
América al frente de una expedición de aventureros, con el objeto de coronarse él o
coronar a un príncipe alemán o al infante Francisco de Padua. Lo cierto es que tal
expedición no se produjo y Riva Agüero abandonó Europa en 1828, retornando a
América. Alegó estar colmado de deudas, razón por la que ya no podía permanecer en
el viejo continente. Se estableció en Santiago de Chile.

Retorno al Perú[editar]

Efigies de la Riva Agüero en el Panteón de los Próceres en Lima.


Sólo después que el gobierno peruano puso el cúmplase a la resolución legislativa que
suspendía su proscripción (16 de mayo de 1831), Riva Agüero pudo retornar a su
patria. Desembarcó en el Callao el 22 de octubre de 1831 junto con su rubia esposa y
fue recibido con muestras de aprecio de parte de la población. Consiguió que
judicialmente se le exonerase de las responsabilidades derivadas de su conducta
política en 1832, pero al mismo tiempo alentaba la ambición de recuperar el poder.
Fue elegido diputado por Lima a la Convención Nacional de 1833, pero poco después
fue acusado de estar involucrado en una conspiración contra el gobierno de Agustín
Gamarra y debió marchar nuevamente al destierro, a Guayaquil.
En 1833 el gobierno convocó a los colegios electorales para la elección del Presidente
de la República que habría de suceder a Gamarra en vista del término de su mandato.
Del mismo modo, estos colegios electorales debían elegir a los diputados al Congreso
extraordinario, cuya labor seria la calificación de las actas electorales y proclamación
del Presidente. Candidatos a la presidencia resultaron los generales Pedro Pablo
Bermúdez, Domingo Nieto, Luis José de Orbegoso y Riva Agüero, en ausencia. Las
elecciones se llevaron a cabo pero la votación se dispersó. Riva Agüero triunfó
en Lima, aunque en sus Memorias se atribuyó falazmente el triunfo a nivel nacional. El
Congreso extraordinario, por tanto, debía proceder a la calificación y escrutinio de las
actas de los colegios electorales. Sin embargo, la reunión del Congreso extraordinario
se frustró. A los diputados que lograron arribar a Lima el gobierno tuvo que liquidarles
sus dietas.
Esa situación, así como la pugna entre el Ejecutivo con la Convención Nacional
recientemente instalada, determinaría, para solucionar la crisis, dado el término del
período de Gamarra sin tener sucesor, que la Convención Nacional eligiera a un
Presidente provisorio. El designado fue Luis José de Orbegoso, quien asumió la
presidencia el 21 de diciembre de 1833.
Ya de vuelta de su destierro, Riva Agüero apoyó al gobierno de Orbegoso. Logró que
se aprobara su reincorporación al Ejército peruano en 1834, consiguiendo recuperar
su rango de Gran Mariscal. Estuvo en la campaña contra los gamarristas o
bermudistas descontentos con la elección de Orbegoso, guerra civil que culminó con el
“Abrazo de Maquinhuayo”.
Tras el golpe de estado de Felipe Santiago Salaverry de 1835, Riva Agüero fue
desterrado a Chile. Allí fue acreditado como ministro plenipotenciario por el gobierno
de Orbegoso, en octubre de 1835. Presentó sus credenciales el 31 de diciembre y
logró que se desconociera la misión que allí desempeñaba Felipe Pardo y Aliaga en
nombre de Salaverry. Se mezcló en problemas de política chilena que lo obligaron a
suscribir explicaciones públicas, y cuando dio término a su misión el 31 de
julio de 1836, se hallaba en preparación la Primera Expedición Restauradora en contra
de la Confederación Perú-boliviana encabezada por Andrés de Santa Cruz.
Retornó al Perú y fue designado Presidente provisorio del Estado Nor-Peruano, el 11
de julio de 1838, en reemplazo de Orbegoso. Ejerció precariamente su autoridad hasta
que llegó a Lima la noticia de la derrota de los confederados de Santa Cruz en
la batalla de Yungay, en enero de 1839. Ello significó el fin de su carrera pública.

Últimos años[editar]
Una vez más partió al destierro a Guayaquil. Allí permaneció hasta 1843. Nuevamente
regresó a Lima, y apartado ya de toda actividad pública, se dedicó a las labores
agrícolas. Durante sus últimos años redactó sus Memorias (en dos volúmenes), que se
publicaron póstumamente bajo el seudónimo de P. Pruvonena (anagrama de “vn
peruano”). Falleció el 21 de mayo de 1858 y fue enterrado en el Cuartel de San Lino,
del Cementerio Presbítero Maestro, para luego ser trasladado al mausoleo de la
familia Riva Agüero y Osma.
Descendencia[editar]
De su unión con la princesa belga Carolina Arnoldina Irene de Looz Corswarem
(Niel, 1807-Bruselas, 1889), tuvo cinco hijos: José, Carolina, Carlos, Alfonso y Andrés.

1. José de la Riva Agüero y Looz Corswarem (Bruselas, 1827-Lima, 1881) fue


canciller de la República del Perú entre 1872 y 1875, bajo el gobierno
de Manuel Pardo y Lavalle, y es recordado por haber concertado el Tratado de
alianza defensiva entre Perú y Bolivia en 1873. Este José fue a la vez padre
de Enrique de la Riva Agüero y Riglos, que fue tres veces Canciller y Primer
Ministro de la República, y abuelo del notable polígrafo José de la Riva Agüero
y Osma, VI marqués de Montealegre de Aulestia.
2. Carolina (Santiago, 1829-Bruselas, 1889), soltera.
3. Carlos (Valparaíso, 1831-?), soltero.
4. Alfonso o Alphonse (Lima, 1834-Bruselas, 1904), miembro de la guardia del
papa y ofical del Ejército belga. Casado con Jeanne van de Velde (1871),
hermana de Arthur van de Velde, ministo belga en Londres.
5. Andrés o André (Lima, 1837-Gante, 1905), chambelán secreto de León XIII y
primer chambelán del príncipe de Mónaco. Casado con Joséphine de
Hemptinne, hija del industrial belga Joseph, conde de Hemptinne. Su única
hija fue la pintora postimpresionista Caroline Stiénon du Pré, esposa del
compositor Ludovic, barón Stiénon du Pré.
Un año después de la muerte del mariscal, dificultades financieras obligaron a su
familia a trasladarse a Bélgica, donde se establecería permanentemente la mayoría de
sus hijos. Su viuda se retiró a la comuna flamenca de Niel, al norte del país, residiendo
en el antiguo castillo del mismo nombre asiento de los Looz Corswarem, mientras que
los hijos menores terminarían adoptando la nacionalidad belga (1872).

Obras y escritos diversos[editar]


 Ligera idea del abandono en que se halla el Tribunal de Cuentas del Perú (1813),
folleto.
 Manifestación histórica y política de la revolución de América (Buenos Aires, 1818),
más conocido como el folleto de “las 28 causas” o veintiocho razones que según el
autor justificaban la emancipación de las colonias hispanoamericanas.
 Origen de que los mandones y tiranos del Perú me consideren enemigo de
ellos (1820), folleto que se mantuvo inédito.
 Exposición acerca de su conducta pública en el tiempo en que ejerció la
presidencia de la República del Perú (Londres, 1824).

referencias
Bibliografía

 Basadre, Jorge: Historia de la República del Perú. 1822 - 1933, Octava Edición,
corregida y aumentada. Tomo 1 y 2. Editada por el Diario "La República" de Lima
y la Universidad "Ricardo Palma". Impreso en Santiago de Chile, 1998.
 Chirinos Soto, Enrique: Historia de la República (1821-1930). Tomo I. Lima, AFA
Editores Importadores S.A., 1985.
 De la Puente Candamo, José Agustín: Historia General del Perú. Tomo VI. La
Independencia. Lima, Editorial BRASA S.A., 1993.

PERSONAJES DISTINGUIDOS
Raúl Porras Barrenechea

Nacido en Pisco el año 1897, Raúl Porras Barrenechea


se inició como profesor universitario dictando el curso
de Literatura Castellana en San Marcos.
Si bien Porras fue historiador, crítico, diplomático,
hombre de letras y periodista, sin duda la vocación de su
vida fue la enseñanza. En la cátedra universitaria, en el
aula escolar, en los seminarios y conversatorios,
transmitió a varias generaciones su saber histórico.
"En sus clases y conferencias, salpicadas siempre de fina
ironía, Porras aprovechaba para condenar la irresponsabilidad de las
afirmaciones irresponsables. Lo escuché alguna vez, libro en mano,
demostrar garrafales errores en que incurrían escritores de alguna
nombradía", así lo recuerda el ex presidente de la República Fernando
Belaúnde Terry.
Belaúnde agregó que Porras fue un verdadero maestro. Un hombre de
profunda sensibilidad que como historiador enseñó a cultivar la verdad, a
investigar a fondo los hechos y a afirmar solamente lo que podía sustentarse
con todo rigor y seriedad. "Tenía la habilidad de transportar al oyente o al
lector al lugar donde se libró una batalla o se produjo algún dramático
trance".
Pruebas contundentes de esta afirmación son los numerosos libros que Porras
nos ha legado para la posteridad. Allí están sus Crónicas perdidas, presuntas y
olvidadas sobre la conquista del Perú, Mito, tradición e historia del Perú,
Fuentes históricas peruanas, este último mereció el premio nacional otorgado
a los estudios históricos.
Otra de las obras importantes de nuestro personaje es El Inca Garcilaso en
Montilla que aportó una valiosa información documental para esclarecer un
extenso lapso de vida del autor de Los Comentarios Reales.
No olvidemos que Porras descubrió la casa de Garcilaso en Montilla, donde
vivió hasta los 52 años. Estos aspectos de la biografía del inca no eran
conocidos hasta 1949-50 cuando el historiador, por entonces embajador del
Perú en España, se dirigió personalmente a Montilla para una tarea de
investigación.
El jurista e historiador Javier Belaúnde señala que Porras Barrenechea estudió
el incario y las culturas que las precedieron. "Son admirables, por su
profundidad y análisis, sus investigaciones sobre la conquista y el virreinato.
Severas y brillantes son sus páginas sobre la república. Así pudo lograr una
visión integral del Perú y recoger el mensaje de auténtica peruanidad".
Jorge Puccinelli, uno de sus discípulos, resalta que Porras pertenece a la
generación del Centenario y, dentro de ella, al grupo del "Conversatorio
Universitario", institución que él fundara en San Marcos en 1919,
congregando a lo mejor de la juventud estudiosa que había participado en la
reforma universitaria para investigar el tema de la independencia del Perú.
Puccinelli agrega que en este "Conversatorio" Porras dio a conocer su trabajo
juvenil sobre José Joaquín de Larriva, que marcó el inicio de sus
indagaciones histórico-literarias acerca de los satíricos limeños.
Porras diplomático
Su ingreso como bibliotecario al Ministerio de Relaciones Exteriores en
1922, marca el inicio de su vida diplomática. Desde entonces no hubo
problema internacional a cuya solución no ofreciera las luces de su
inteligencia lúcida y rotunda que marcó siempre rumbos firmes y definidos a
nuestra Cancillería.
En la cuestión de Leticia con Colombia le tocó a Porras desempeñar un papel
destacado como asesor de nuestros delegados que discutieron en Río de
Janeiro los términos de un arreglo que no soslayara importantes aspectos
históricos del litigio.
Durante las acciones militares de 1941 en la frontera con el Ecuador, la
oficina de Raúl Porras, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, centralizó
los despachos del frente y los vertía a los medios de difusión con los
comentarios y aclaraciones que eran necesarios para ilustrar a los lectores y
de paso contrarrestar los infundios de la campaña ecuatoriana.
El indeclinable amor por el Perú despertó en Porras su vocación por la
historia, que lo cultivó desde remotas culturas indígenas, hasta la época
republicana.
Su acogedora casa-biblioteca de la calle Colina en Miraflores, que hoy
alberga al Instituto que lleva su nombre, ha sido y es el hogar espiritual de
muchas promociones universitarias a las que ofreció su consejo y orientación
permanente hasta su muerte en 1960.
Luis Alberto Sánchez Sánche
Luis Alberto Sánchez

Luis Alberto Félix Sánchez Sánchez (Lima, 12 de octubre de 1900-Lima, 6 de


febrero de 1994) fue un escritor, abogado, historiador, periodista, crítico
literario, traductor y político aprista peruano.

Biografía[editar]
Sus padres fueron Alberto Leandro Sánchez Blanco y Carmen M. Sánchez Patiño. Fue
bautizado en la parroquia de San Marcelo y sus padrinos fueron Domingo Olavegoya y
Carmen Blanco.
En 1908, ingresó al Colegio Sagrados Corazones Recoleta. Al año siguiente, a los nueve
años, escribió su primer cuento, Los ladrones audaces, que publicó en el Boletín de la
Recoleta.
En 1916, todavía siendo escolar, colaboró en las revistas literarias Lux y Ariel, ocasión en
la que entabló amistad con Abraham Valdelomar, José Carlos Mariátegui, Ladislao Meza y
otros escritores.
En 1917 ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
donde se graduó de bachiller en Letras (1920) y de doctor en Historia, Filosofía y Letras
(1922). Luego estudió Derecho en la misma Universidad donde se tituló de abogado
(1926).
Conjuntamente con Raúl Porras Barrenechea y Jorge Guillermo Leguía fue uno de los
principales animadores del Conversatorio Universitario fundado en 1919 con la
participación, entre otros, de Víctor Raúl Haya de la Torre, Jorge Basadre, Carlos Moreyra
y Paz Soldán, Ricardo Vegas García y José Luis Llosa Belaúnde. Su propósito fue
impulsar la investigación histórica sobre temas de la Independencia del Perú.
En 1921 ingresó como profesor del Colegio Alemán, en el que estuvo hasta 1931. Ahí tuvo
como alumnos a los escritores Martín Adán, Emilio Adolfo Westphalen y Estuardo Núñez,
a los educadores Felipe Alarco Larrabure y Carlos Cueto Fernandini y a los
diplomáticos Alberto Wagner y Guillermo Lohmann, entre otros.
En 1926 se casó con Mercedes Vargas Quintanilla.
El 26 de marzo de 1927 se inició en la cátedra universitaria en San Marcos. Paralelamente
se dedicó al ejercicio de la abogacía y el periodismo. En 1930 fue elegido Presidente de la
Asociación Nacional de Periodistas.
En 1928 fue nombrado subdirector de la Biblioteca Nacional del Perú, de la que había sido
secretario desde los 19 años. Ese mismo año fue hecho miembro del Instituto Histórico del
Perú.
En 1931 se afilió al Partido Aprista Peruano, del cual fue uno de sus más importantes
líderes. En ese mismo año fue elegido diputado al Congreso Constituyente, que se instaló
al iniciarse el gobierno del presidente Luis Miguel Sánchez Cerro. Poco después fue
apresado y deportado, al igual que el resto de los miembros de la Célula Parlamentaria
Aprista (1932). Trabajó como profesor visitante y periodista en Cuba, Centroamérica y
Ecuador. En 1933 retornó al país al amparo de la amnistía decretada por el gobierno de
entonces (el de Óscar R. Benavides). Asumió entonces la dirección del diario La Tribuna,
vocero del aprismo. Pero al reiniciarse la persecución antiaprista, fue nuevamente
deportado en noviembre de 1934.
Se trasladó a Chile, donde se desempeñó como subdirector y luego director de la Editorial
Ercilla. Simultáneamente, ejerció la docencia en la Universidad de Chile (1935 y 1937-
1938) y dictó cursos y conferencias en distintas ciudades del continente.
En 1943 retornó al país y en 1945 fue elegido diputado por Lima. En abril de 1946 es
elegido decano de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos y, poco tiempo después, rector de la Universidad para el período de 1946 a 1951;
como tal, actualizó el proyecto del rector Manuel Vicente Villarán, para la construcción de
la Ciudad Universitaria.
A finales de 1946 fue nombrado jefe de la delegación peruana en la Unesco.
En 1948, el gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, declaró ilegal al APRA,
acusándolo por su participación en la frustrada rebelión del 3 de octubre de 1948. Al día
siguiente el Ministro de Educación informó que Sánchez estaba impedido de continuar en
funciones de rector. Sánchez obtuvo asilo en la embajada de Paraguay en Lima y el 13 de
octubre partió por tercera vez al exilio.
Durante su destierro laboró como profesor universitario en diversos países como México,
Puerto Rico, Cuba, Guatemala, Uruguay, Panamá, Colombia, Venezuela, Francia y
Estados Unidos. Al retornar el Perú a la senda democrática, Sánchez regresó al país y a
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En ella se desempeñó como decano
interino de la Facultad de Letras (1958). El 26 de abril de 1961 la Asamblea Universitaria lo
eligió por segunda vez rector para el período 1961-1963.
En 1962 Sánchez fue electo Senador pero el golpe de Estado de aquel año impidió el
funcionamiento del Congreso. Al año siguiente volvió a ser elegido para integrar la Cámara
Alta para el periodo 1963-1969. Fue elegido Presidente del Senado en 1966; ese mismo
año, la asamblea de San Marcos lo eligió por tercera vez como rector. El golpe de estado
del general Juan Velasco Alvarado puso fin a su periodo como senador, así como a su
rectorado en San Marcos. Las denuncias de estudiantes y docentes de oposición debido a
supuestos actos de autoritarismo y corrupción, que llegaron a articularse en un movimiento
dentro de la casa de estudios sanmarquina, motivaron a que cesara en su cargo de
rector.1
Durante los años del Gobierno Militar se dedicó principalmente a sus trabajos literarios y al
periodismo.
Retornó a las labores legislativas al ser elegido miembro de la Asamblea Constituyente
(1978-1979), de la cual fue Primer Vicepresidente y Presidente de la Comisión Principal. A
raíz de la enfermedad del Presidente de la Asamblea, Víctor Raúl Haya de la Torre, se
encargó de su conducción durante el transcurso del debate constitucional.
Sánchez volvió a ser elegido Senador en las elecciones generales de 1980. Durante su
gestión fue presidente de la comisión de Constitución y Derechos Humanos del Senado.
En las elecciones de 1985 postuló para Primer Vicepresidente de la República en la
fórmula electoral aprista encabezada por Alan García, resultando elegido. En mayo de
1989, García lo nombró Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Presidencia,
cargo al que renunció en setiembre del mismo año.
En las elecciones de 1990 fue elegido Senador, pero sus labores legislativas se vieron
interrumpidas por el autogolpe de 1992.Tuvo dos hijos con Mercedes Vargas, su primera
esposa: Luisa y Luis Alberto. Su segunda esposa aportó cuatro hijos a su segundo
matrimonio los cuales recibieron el apellido Sánchez, así como sus dos hijos sanguíneos
recibieron como segundo apellido Dergán.
Falleció el 6 de febrero de 1994 y fue sepultado en el cementerio de La Molina.

Su obra escrita[editar]

Luis Alberto Sánchez Sánchez.

Es un autor muy prolífico, pues ha publicado más de un centenar de libros, los cuales
abarcan distintos géneros: crítica literaria, crítica histórica, historia, biografía novelada,
política, ensayo, novela y poesía.
Ha colaborado también en numerosos diarios, revistas y otras publicaciones periódicas del
Perú y de otros países.
Ha sido el primero en esbozar una visión total y orgánica sobre la historia de la literatura
peruana, a tal punto que el crítico Washington Delgado lo califica como el verdadero
fundador de la historia literaria del Perú. En ese rubro su obra representativa es La
literatura peruana. Derrotero para una historia cultural del Perú, publicada por primera vez
entre 1929 y 1936, siendo reeditada y ampliada varias veces, hasta 1975, en que salió la
definitiva edición, en 5 tomos.
Varios de sus escritos se consagran a la vida y obra del escritor Manuel González Prada,
incluyendo la publicación de sus obras completas. También hizo estudios particulares
sobre diversos autores peruanos, destacando los del Inca Garcilaso de la Vega, Manuel
Ascencio Segura, José Santos Chocano, Pedro de Peralta y Barnuevo y Abraham
Valdelomar.
Entre sus ensayos históricos destacan la Historia general de América (Santiago de Chile,
1942, en dos volúmenes; siendo varias veces editada, hasta una edición final en 4
volúmenes, Lima, 1985), El Perú: nuevo retrato de un país adolescente (Buenos Aires,
1958), América, desde la revolución emancipadora hasta nuestros días (México, 1975)
y Fuentes documentales sobre la ideología de la emancipación nacional (1980).
Destacan también sus memorias que publicó bajo el título de Testimonio personal;
memorias de un peruano del siglo XX (6 volúmenes, 1969-1988); y sus escritos de política
partidaria, como Apuntes para una biografía del Apra (3 volúmenes, Lima, 1978-1981).

Publicaciones[editar]
 Los poetas de la revolución. Lima, Imp. Torres Zumarán, 1919. Folleto No. 16 del v. de
"Folletos Peruanos".
 Los poetas de la colonia. Lima, "Euphorion, 1921; 301 p. Antes del título: Historia de la
Literatura Peruana, 1.
 Elogio de Manuel González Prada. Lima, Imp.Torres Aguirre, 1922; 142 p.


 Jorge Basadre
 Conocido como el "Historiador de la República", Jorge Basadre Grohmann,
nació el 12 de febrero de 1903 en la ciudad histórica de Tacna. Fue hijo de
Carlos Basadre Forero y Olga Grohmann Batler; se trasladó con toda su familia
a Lima cuando tenía nueve años de edad.
En Lima, estudió en el colegio alemán Deutsche Schule y el último año de
secundaria en el tradicional Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe. Ingresó
a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1919, donde obtuvo los
grados de Doctor en Letras, en Jurisprudencia y el título de Abogado.
Perteneció desde muy joven al grupo de la Reforma Universitaria. Empezó,
además, a trabajar en la Biblioteca Nacional desde 1920 hasta 1930. A
mediados de la década del '20 formó parte de la delegación peruana envíada
ante la comisión plebiscitaria de Tacna y Arica.
En 1930, el rector de la Universidad de San Marcos, Alejandro Deustua, lo
nombró director de la Biblioteca Central. Al año siguiente, es decir en
1931,Jorge Basadre publicó el libro "Perú: problema y posibilidad".
Según los estudiosos de su trayectoria, se trata de una monumental obra por
la abundacia de datos que en él se encuentran y la profunidad de sus análisis..
Casado con Isabel Ayulo, Jorge Basadre, publicó, durante años, valiosos e
importantes libros y documentos como "La multitud, la ciudad y el campo en
la historia del Perú", "La iniciación de la República", "Introducción a las bases
documentales para la historia de la República del Perú", "El azar en la historia
y sus límites", "La vida y historia; ensayos sobre personas, lugares y
problemas", "Elecciones y centralismo en el Perú", entre muchas otras
En 1931 y hasta 1935 permaneció fuera del país: primero obtuvo una beca de
la Fundación Carniege para especializarse sobre organización de bibliotecas
en los Estados Unidos. Luego, siguió cursos en la Universidad de Berlín sobre
Historia. Posteriormente, viajó a España, donde realizó investigaciones en los
archivos de la Universidad de Sevilla.
Para beneplácito de los sanmarquinos, en 1935 la Universidad más antigua de
América que había sido cerrado por el gobierno militar de Luis M. Sánchez
Cerro, reabrió sus puertas. Así es como retornó a sus labores académicas. Es
necesario precisar que el historiador se inició como catedráticos de San
Marcos en 1928, dictando un curso monográfico de Historia del Perú,
específicamente, la etapa republicana. La relación con esta casa de estudios
se mantuvieron hasta 1954, año en que se apartó de la docencia.
Un año nefasto para la Biblioteca Nacional o, más bien para la cultura
nacional, fue el incendio ocrrido en 1943 que destruyó casi completamente
dicha Biblioteca.
La etapa de reconstrucción y reorganización estuvo a cargo de Jorge Basadre,
quien, en 1947, luego de un esfuerzo conjunto con los demás trabajadores,
entregó una Biblioteca moderna. También creó la llamada Escuela Nacional
de Bibliotecarios.
Por invitación del secretario general de la Organización de las Estados
Americanos, OEA, Alberto Lleras, nuestro ilustre historiador viajó a
Washington y ocupó el cargo de director de Asuntos Culturales de la Unión
Panamericana (1948- 1950).
Fue también ministro de Educación en el primer gabinete del Presidente José
Luis Bustamante y Rivero (1945).
En 1950, conformó una comisión auspiciada por la UNESCO, para escribir una
historia de la humanidad.
Cerca a la década de 1960, retornó a sus labores de investigador. En 1964,
publicó otra monumental obra titulada "Historia de la República", la cual ha
sido considerada la obra más relevante de la historiografía de nuestro siglo.
Jorge Basadre, quien murió el 29 de junio de 1980, se desempeñó
ejemplarmente dentro y fuera de nuestras fronteras. La altísima calidad de su
obra que nos peermiten conocer y valorar a nuestro país, recibe el
reconocimiento de numerosas instituciones. nacionales y extranjeras. Sin
duda, se trata de uno de los más renombrados intelectuales peruanos del
siglo XX.
Carlos Cueto Fernandini
Foto del Doctor Carlos Cueto Fernandini

Carlos Cueto Fernandini (n. Ica, Perú, 1 de septiembre de 1913 - m. Lima, 3 de


noviembre de 1968), fue un educador y filósofoperuano.
Fue catedrático de la Universidad de San Marcos, de cuya Facultad de Educación llegó a
ser el segundo decano. Fue vicerrector de la Universidad de Lima. Colaboró en la
promulgación de la Ley de Educación de 1940. Asimismo enseñó en diversas
universidades norteamericanas y fue funcionario internacional de la UNESCO y la OEA,
por lo que llegó a ser muy conocido fuera de su patria. En el Perú fue director de
la Biblioteca Nacional, de 1962 a 1966, y Ministro de Educación Pública,
entre 1965 y 1966.
En memoria suya dos colegios nacionales del Perú llevan su nombre: uno situado en
el distrito de Los Olivos, Lima, y otro en Ica, su tierra natal.

Biografía[editar]
Sus padres fueron Napoleón Cueto y Rosa Victoria Fernandini. Pertenecía a una familia
modesta, que vivía del negocio de abarrotes, pero al irles mal tuvieron que emigrar a Lima.
Carlos inició sus estudios escolares en el Colegio Alemán, el Colegio San Andrés y los
culminó en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe, donde cursó el último año
de secundaria (1930). Fue en esos años, cuando motivado por José Alvarado y Luis Felipe
Alarco, formó con ellos una asociación literaria a la que le pusieron el nombre de "Vertical".
Ingresó a la Universidad de San Marcos en 1936 y en ella optó el grado de bachiller en
Derecho con una tesis sobre "El régimen matrimonial de separación de bienes y la
posibilidad de su implantación en el Perú como régimen convencional." Se recibió de
abogado en junio de 1941. Después se graduó de bachiller en Letras (en la Universidad
Nacional de Trujillo) y de doctor en Filosofía a mérito de su tesis sobre "La doctrina del
espacio y el tiempo en Leibniz y en Kant" (1942).
Simultáneamente a su formación universitaria se inició en la docencia escolar como
profesor del Liceo Tacna, en donde dictó las asignaturas de Castellano y Literatura (1933).
También fue profesor de los colegios Anglo Americano (1934-37) y Guadalupe (1934-44).
En 1942 se incorporó al cuerpo docente de la Universidad de San Marcos y regentó las
cátedras de Psicología General e Historia de la Psicología.
En 1944 obtuvo una licencia para realizar estudios de especialización en el Teachers
College de la Universidad de Columbia y en la Universidad de Chicago. Creada la Facultad
de Educación en San Marcos en 1946, inició en ella el dictado de la asignatura de
Mediciones Mentales y Educacionales, y ejerció su decanato, de 1948 a 1956. Ocupó
también la jefatura del Departamento de Sociología de la Educación del Instituto
Psicopedagógico Nacional (1945-49) y la dirección de Educación Secundaria y Superior en
el Ministerio de Educación Pública (1947-48).
En 1952, con 39 años de edad, regresó a Estados Unidos para seguir estudiando
cuestiones educativas y fue profesor visitante en el Teachers College de la Universidad de
Columbia y en la Universidad de Indiana.
De 1957 a 1958 trabajó en el Departamento de Educación de la UNESCO, en París, como
Director de Proyectos de los Programas de Educación para América Latina. De 1959 a
1961 dirigió el Departamento de Educación de la OEA y, más adelante, miembro del
directorio del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación con sede en París y
del Comité de Asesores Técnicos de la Oficina Iberoamericana de Educación en Madrid.
De vuelta en el Perú, fue solicitado para dictar cursos de su especialidad en la Universidad
de Lima (1962), en la cual asumió posteriormente el vicerrectorado (1968). Fue también
catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Fue nombrado director de la Biblioteca Nacional del Perú, cargo que ejerció del 8 de
agosto de 1962 al 14 de octubre de 1966, y en el que inició un amplio programa de
difusión de bibliotecas populares. Dispuso también la reedición facsimilar del
famoso Mercurio Peruano, publicación de la época colonial que tuvo mucha influencia en
la formación del concepto de la patria peruana (en 12 volúmenes, 1964-66).
Por su labor en el campo de la educación peruana y su reconocida sapiencia, el gobierno
de Fernando Belaunde Terry lo nombró Ministro de Educación Pública, que ejerció en dos
períodos: del 30 de julio al 15 de septiembre de 1965, y del 15 de abril al 30 de
diciembre de 1966.
En 1967, Carlos Cueto Fernandini fue candidato a Diputado de Lima por Acción Popular en
las elecciones complementarias para elegir al sucesor del fallecido literato y Diputado
acciopopulista Ciro Alegría, pues la vigente Constitución Política de 1933 no preveía ante
esta circunstancia el obligatorio reemplazo por un correligionario suyo (lo que
posteriormente sería subsanado por la Constitución Política de 1979).
Carlos Cueto Fernandini falleció prematuramente cuando recién había cumplido los 55
años de edad, un mes después del Golpe de Estado de 1968.

Obras[editar]
 "La polémica Trendelenburg-Kuno Fischer (1936), artículo filosófico.
 "El naturalismo frente a la fenomenología" (1938), artículo filosófico.
 Poemas dispares (1940).
 "La doctrina del espacio y del tiempo en Leibniz y Kant" (1942), tesis universitaria.

Víctor Andrés Belaúnde


Víctor Andrés Belaúnde

Víctor Mario Rafael Andrés Belaúnde Diez-Canseco (Arequipa, 15 de


diciembre de 1883-Nueva York, 14 de diciembre de 1966), fue
un pensador, jurista, diplomático, político, intelectual, escritor y educador peruano. Católico
y humanista, fue el principal integrante de la "Generación del 900" (junto con Francisco
García Calderón Rey y José de la Riva-Agüero y Osma), al igual que José Carlos
Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre. Destacó como una de las voces más
importantes en la reflexión de la sociedad peruana. También llegó a ocupar la presidencia
de la Asamblea General de las Naciones Unidas.12
Sus padres fueron Mariano Belaúnde de la Torre y Mercedes Diez-Canseco Vargas, hija
de Pedro Diez-Canseco y Corbacho, presidente del Perú. Hermano de Rafael Belaúnde
Diez Canseco.
Se formó en los Colegios San Vicente de Paul y San José, luego ingresó a la Universidad
Nacional de San Agustín de Arequipa. En 1901 pasó a Lima para estudiar en
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde ejerció además la docencia
universitaria (Historia de la Filosofía Moderna e Historia Moderna). Obtuvo los grados de
doctor en Jurisprudencia (1908), Ciencias Políticas (1910) y Letras (1911).1
En 1903, fue nombrado secretario del Archivo de Límites del Ministerio de Relaciones
Exteriores y, posteriormente, de 1905 a 1906, secretario de la misión acreditada en
Argentina para hacer la defensa del Perú en el litigio de límites con Bolivia, ya que el
presidente argentino había sido nombrado árbitro de dicho diferendo. Pasó a España para
culminar la compilación e impresión de la documentación peruana que sustentaba su
defensa.1
De 1907 a 1911 fue jefe de la División de Límites en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
En 1914 pasó a la legación peruana en Alemania como encargado de negocios y al año
siguiente fue transferido con el mismo cargo a Bolivia.1
En 1918 fundó el tercer "Mercurio Peruano", revista de la que fue director hasta 1932.1
En 1919, bajo el segundo gobierno de José Pardo fue nombrado ministro plenipotenciario
en Uruguay, pero renunció al producirse el golpe de estado de Augusto Leguía.3
Regresó al Perú y se reincorporó a la docencia universitaria en San Marcos. Realizó una
gira por los Estados Unidos, dictando conferencias en más de 40 universidades y colegios
(1919-1920).1
Nuevamente en el Perú, desde la Universidad de San Marcos abogó por la libertad de los
presos políticos y protestó por la expropiación del diario "La Prensa".1 Su oposición al
gobierno de Leguía motivó que sufriera persecución política. Apresado, fue confinado en
la isla de San Lorenzo, y luego desterrado.4
Durante su exilio, pasó una temporada en Francia, donde se casó con Teresa Moreyra y
Paz Soldán.2 Luego se dirigió a los Estados Unidos, donde dictó cátedra en las
universidades de Columbia, Middlebury, Virginia y Miami, y conferenciante en la Johns
Hopkins y la de Chicago. Fue también funcionario del Instituto de Cooperación Intelectual
de la Sociedad de Naciones.1
En 1930, al caer el gobierno de Leguía, regresó al Perú y fue elegido diputado al Congreso
Constituyente de 1931, por el Partido Descentralista y en representación de Arequipa. La
impronta de su trabajo constituyente se registró en la Constitución peruana de 1933.5
El segundo gobierno de Óscar R. Benavides lo reincorporó al servicio diplomático,
designándolo ministro plenipotenciario en Colombia (1934-1935) y luego en Suiza (1936-
1939).1 Fue también embajador especial en las Naciones Unidas (1936) y la Conferencia
Internacional del Trabajo (1936).
Debido a su prestigio como internacionalista defensor de los intereses del Perú, fue
requerido por su gobierno para integrar la delegación peruana que en Río de Janeiro
negoció la solución del conflicto con Colombia (1934). También fue acreditado como
miembro de la delegación peruana acreditada ante el gobierno de Estados Unidos, en el
marco de las negociaciones de límites con el Ecuador (1938).1
En 1945 presidió la delegación peruana en las Naciones Unidas, y posteriormente, entre
1959 y 1960, llegó a presidir la Asamblea General de dicho organismo.1
Durante el segundo gobierno de Manuel Prado, fue Ministro de Relaciones Exteriores del
Perú,6 de 8 de enero a 4 de abril de 1958.
Siempre vinculado a las actividades académicas, fue decano de la Facultad de Letras,
Ciencias Políticas y Económicas, así como vicerrector y rector interino de la Pontificia
Universidad Católica del Perú (1946-1947).1 Fue gestor de la creación del Instituto Riva-
Agüero en 1947. En 1965, fue nombrado Rector emérito de la PUCP.
Falleció en Nueva York, el 14 de diciembre de 1966, un día antes de cumplir 83 años.
Pensamiento[editar]
Líder del socialcristianismo en el Perú, se incorporó a partir de 1956 al partido Acción
Popular, entonces recién en formación, con lo que influyó en su ideología desde sus
orígenes. También recogen el pensamiento de Víctor Andrés Belaúnde y reivindican su
herencia intelectual la Democracia Cristiana y el Partido Popular Cristiano, entre otras
agrupaciones políticas peruanas.
En el debate social, su mirada del Perú fue netamente positiva. Según su propuesta, el
Perú es una síntesis viviente en la que la cultura andina y la occidental española se habían
fusionado creando una nueva civilización. Opinaba que ambas fuentes son buenas, a
pesar de las sombras que puedan haber oscurecido ciertas etapas de nuestra historia. Se
opuso a teorías más antagónicas como la de J.C. Mariátegui que, propias de un
nacionalismo racista,7 e influenciado por el socialismo de inicios del siglo XX declaraba la
preeminencia de la raza indígena frente al criollo y al blanco, o al mismo Haya de la Torre
que también valoraba más el aporte indígena pero no se mostraba en tan franca oposición
al influjo occidental en América Latina como Mariátegui.

En el plano internacional, destacó como el primer peruano en ocupar un alto cargo en


la ONU: Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas (en 1959 y 1960),
responsabilidad y honor solo posibles por el reconocimiento que la comunidad
internacional. Además fue Presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
en tres periodos.
Tanto en sus escritos como en sus discursos reveló un dominio magistral de la lengua, así
como respetuosos modales tradicionales y una proclividad al diálogo. Apasionado en la
defensa de sus ideales, fue uno de los principales promotores de la defensa del sufragio
femenino. y murio el 2013

Descendencia[editar]
Se casó con su prima lejana Sofía Yrigoyen Diez-Canseco, hija de Manuel Yrigoyen
Arias y de Mercedes Diez-Canseco y de Olazábal. La pareja tuvo dos hijas, una de ellas
madre de José Antonio y Víctor Andrés García Belaúnde.
En 1923, durante su exilio en París, se volvió a casar con Teresa Moreyra y Paz-Soldán,
hermana de Carlos Moreyra y Paz Soldán, con quien tuvo siete hijos, entre ellos Antonio
Belaúnde Moreyra y Martín Belaúnde Moreyra.

OBRAS sobre V. A. Belaúnde[editar]


 Osmar González, Domingo García Belaúnde. Víctor Andrés Belaúnde. Peruanidad,
contorno y confín. Textos esenciales, Fondo Editorial del Congreso de la República del
Perú, Lima 2007
 Carlos Neuenschwander Sahurie. Iglesia y Peruanidad. Una lectura desde Víctor
Andrés Belaúnde, Universidad Católica San Pablo, Arequipa 2005
 José Pareja Paz Soldán. El Maestro Belaúnde. Vida, personalidad y pensamiento,
Instituto de Estudios Social Cristianos, Lima 2008

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