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La Acción Pauliana

La acción pauliana es una medida conservativa del patrimonio del deudor y, por
tanto, protectora de créditos. A ella se refiere el art. 1.111 C.C. en su inciso 2 al
indicar que los acreedores «pueden también impugnar los actos que el
deudor haya realizado en fraude de su derecho». De acuerdo con ello, puede ser
definida con DÍEZ-PICAZO, como «el poder que el ordenamiento jurídico confiere
a los acreedores para impugnar los actos que

el deudor realice enfraude de su derecho».

El fundamento del poder excepcional que se atribuye al acreedor para inmiscuirse


en las relaciones entre deudor y terceros que le reconoce la acción pauliana ha
sido discutido, manteniéndose distintas teorías que simplemente enumeraremos,
como la de la «afección real» del patrimonio del deudor al pago de los créditos
contra el deudor, o la del «delito civil» o del «enriquecimiento
injusto» perjudicial para el acreedor o la teoría de la «colisión de derechos» que
da preferencia al derecho del acreedor defraudado.

En su evolución histórica nace la «pauliana» en el Derecho Justinianeo, como


consecuencia de la refundición de tres remedios de origen pretorio: el interdictum
fraudatorium, que reintegraba al acreedor en la posesión de un bien que
eldeudor ha traspasado a otro; la restitutio in integrum ob fraudem, de
caracterización más dudosa, destinada a destruir los efectos de
la enajenación con la consecuencia de restituir los bienes a la situación anterior a
ella y la actio ex-delicto, de naturaleza penal, en cuya virtud
se condena al deudor y sus cómplices al pago de una indemnización. En
el Derecho intermedio se ve en el origen de la acción un delito,
una injusticia subjetiva y esta corriente es la que llega al Derecho moderno.
Las notas características

De esta acción, en cuanto a su naturaleza jurídica, son las siguientes:

- Es una acción personal, ya que no persigue un bien,

sino que pretende remediar las consecuencias objetivas de una conducta ilícita,
acto personal del deudor y adquirentes, que perjudica el derecho de crédito.

- Es una acción rescisoria y no de nulidad, como se infiere claramente del art.


1.291.3 C.C.

- En consecuencia, es una acción subsidiaria por el juego del art. 1.294.

- Y, finalmente, es una acción con una función conservativa y no ejecutiva, aun


cuando esto último es mantenido por algunos autores, lo que se pone
de manifiesto en la expresión «después de haber perseguido los bienes» del
primer inciso del art. 1.111, si bien, esta expresión parece referirse más bien a
la acción subrogatoria.

En El Derecho Clásico:

Este período figura a partir del siglo I a. C, período que sucede a la República, por
lo tanto podemos especular que verdaderamente comienza aquí el verdadero
perfeccionamiento de la Acción Pauliana.

La Actio Pauliana dentro del Derecho Clásico tenía carácter y valor marcadamente
penal, ya que el fraus creditorum era considerado como delita privata. No obstante
esta característica dejará de producir los efectos concernientes en el Derecho
Justinianeo.
En el Derecho Justiniano:

La Acción Pauliana queda grabada donde del Digesto y de las Institutas, y se le da


el carácter de acción in factum.

Según el profesor Pedro Bonfante: “la acción Pauliana en el Derecho Justinianeo


es la fusión de instituciones clásicas, probablemente la actio Pauliana y el
interdictum fraudatorium; ella es arbitraria, in factum, temporal, intransmisible a los
herederos si excede de la medida del enriquecimiento, pero ya no es noxal, ni se
une con otros medios, ni entre varios coautores”.

Para el profesor Di Pietro es la restitutio in integrum y el interdictum fraudatorium


los que “parecen haberse refundido en una actio in factum amplia -vulgarmente
llamada Pauliana...”

Definiciones:

Según García Garrido la Actio Pauliana viene a ser la acción, creada


probablemente en el Derecho Justinianeo, con el carácter de revocatoria a favor
de cualquier acreedor interesado para revocar los actos que el deudor hubiese
realizado fraudulentamente en su perjuicio. Esta acción se concede también a los
acreedores contra el adquirente de buena fe pero sólo en la medida de su
enriquecimiento.

Igualmente nos define dicho término el Catedrático Faustino Gutiérrez; “es una
acción creada por un pretor desconocido, Paulus, en época incierta, personal, in
factum y arbitraria, concedida en favor de los acreedores para hacer rescindir los
actos que hubiese realizado fraudulentamente el deudor en su perjuicio, y tenía
principal aplicación en los casos de venta de los bienes del deudor sin haber sido
satisfechos los acreedores, solicitándose la revocación de la bonorum venditio en
el plazo del año de su celebración. En el Derecho Justinianeo reúne las
características de ser in factum, arbitraria, temporal e intransmisible a los
herederos en ciertos casos, como resultado de la fusión de la anterioractio
publiciana pretoria con el interdictum fraudatorium, pudiendo ejercitarse contra
todos los actos fraudulentos realizados con tal finalidad, contra el deudor y contra
los terceros beneficiados por el acto.”

La noción del profesor Eugene Petit es la siguiente: “la acción pauliana se da a los
acreedores para hacer rescindir los actos que hubiese realizado fraudulentamente
el deudor en su perjuicio. Encuentra su aplicación cuando los bienes del deudor
han sido vendidos, sin haber sido pagados íntegramente los acreedores.

El profesor Armando Torrent opina que la Acción Pauliana es aquélla “por la que
se podían revocar todos los actos que un deudor había realizado en perjuicio de
sus acreedores. Esta acción tiene el interés de proteger a toda persona víctima de
un fraude por parte de su deudor y está en relación con la transmisión que el
deudor hacía a veces de su patrimonio para defraudar a sus acreedores. Con
frecuencia los deudores por mala fe pretendían sustraerse a sus acreedores
provocando una situación de insolvencia; el deudor voluntariamente se hacía
pobre, enajenaba sus bienes con lo que los acreedores no contaban con la masa
patrimonial de su deudor donde pudieran obtener satisfacción de sus créditos”.

Condiciones para el ejercicio de la Actio Pauliana.

 Que se hubiera celebrado un acto jurídico de resultas del cual quedaba


empobrecido el deudor. La acción pauliana puede ejercitarse cualquiera que sea
la naturaleza del acto: una enajenación, una donación, una obligación, la remisión
de una deuda, etcétera. Dichos actos podían ser positivos o negativos, a título
gratuito u oneroso, lo importante era que implicaran una efectiva disminución
patrimonial. “Los acreedores no pueden atacar aquellos actos por los cuales no
haya podido enriquecerse; por ejemplo, por haber repudiado una sucesión o un
legado.”
 Que el empobrecimiento, o sea, los actos y omisiones del deudor, perjudiquen a
los acreedores. Los acreedores podían probar ese daño acreditando que los
bienes que quedaban en la cabeza del deudor eran insuficientes para cubrir el
crédito.

 Que el acto atacado ha sido hecho en fraude de los acreedores (fraudationis


causa.) El fraude comprende dos elementos: el primero, el elemento material, el
perjuicio (eventus damni) por producir o agravar el estado de insolvencia del
obligado. El segundo es el elemento intencional oconsilium fraudis. No es
necesario que el deudor haya tenido intención de lesionar a sus acreedores:
bastaba con probar que el deudor no podía pagar sus deudas porque, por
ejemplo, su pasivo era superior a su activo, o sea que haya tenido conciencia del
perjuicio que les causa.

 Que el tercero a cuyo favor se otorgó el acto hubiera sido cómplice en el fraude
(conscius fraudis), es decir, que hubiese obrado de mala fe. Para probar que el
tercero era cómplice se usaba estas resoluciones: si se trata de un adquirente a
título oneroso, de un comprador, por ejemplo, solamente sucumbe si ha sido
conscius fraudis. Si es de buena fe, triunfa porque tiene la ventaja de la posesión.
Si se trata de un adquirente a título gratuito o de un donatario, sucumbe aunque
sea de buena fe. Sin embargo, si es de buena fe, sólo debe cuenta de su
enriquecimiento.

 La acción puede ser ejercitada por los acreedores anteriores al acto que les haya
causado un perjuicio, o en su nombre por el curador de los bienes del insolvente.
Los acreedores posteriores no podían quejarse porque el acto ya estaba realizado
cuando trataron con el deudor.

La acción pauliana o revocatoria, es un mecanismo de defensa de


los acreedores, dentro del derecho de obligaciones, mediante el cual éstos pueden
solicitar la revocación deactos realizados por el deudor en su perjuicio.
Para poder ejercer la acción pauliana, el deudor tiene que estar en estado
de insolvencia, pues de lo contrario, este puede disponer de sus bienes a su
antojo, siempre que conserve la capacidad de honrar las obligaciones que ha
contraído.

Por ejemplo, en caso que un deudor insolvente, con el objetivo de no perder sus
bienes, los vende a una tercera persona por una suma muy inferior al valor real de
ellos. Debido a esta venta, el patrimonio del deudor insolvente se reduce
considerablemente, perjudicando a los acreedores. Bajo esta situación, los
acreedores pueden ejercer la acción pauliana y pedir que el bien vendido regrese
al patrimonio del deudor.

Requisitos:

Para ejercer la acción pauliana, es necesario que:

 Que el deudor lleve a cabo una enajenación o renuncia de derechos.


 Que se reúnan dos condiciones, una, que el acto perjudique la solvencia del
deudor de manera significativa y por ello perjudique al acreedor, y por otra
parte, que existaconsilium fraudis o el acto sea a título gratuito.
FUENTES DE LAS OBLIGACIONES

Con el término fuentes se trata de


designar el origen de donde nacen
los derechos que dan lugar a las
obligaciones.
Al respecto existe una notable
variedad de posiciones doctrinales
más o menos fundadas, lo que hace
sumamente complicado su estudio.
Las principales fuentes de las
obligaciones son: los contratos, los
delitos, la ley, los cuasi contratos y
los cuasi delitos.

Los Contratos.
El Código Civil establece que los convenios que producen o transfieren obligaciones
o derechos, se denominan contratos. De esta institución, fuente importantísima de
las obligaciones, trataremos mas adelante.

Delitos.
Consisten en todo hecho voluntario que es contrario a las leyes penales,
sancionado y castigado por éstas.
Cuando una persona comete un delito, el Estado le impone castigos para garantizar
la buena convivencia de los grupos humanos; además, se les exige a los
delincuentes que reparen el daño causado. Es por esta circunstancia que los delitos
constituyen fuentes de obligaciones.

La Ley.
La norma jurídica origina ciertos derechos y obligaciones para aquellos que deben
respetarla. Pero esta fuente de las obligaciones no es de tipo voluntario como lo
son los contratos y los delitos, es obra del Poder Legislativo y no de aquellos a
quienes rige.

Cuasi Contratos.
Los constituyen hechos semejantes a los contratos. Puede afirmarse que son los
hechos ilícitos y voluntarios que obligan a las personas que los ejecutan hacia otras
personas, y en ocasiones a éstas hacia los que los han ejecutado, pero sin que haya
existido un acuerdo de voluntades.

CLASIFICACIÓN.

Es obvio que toda obligación tiene una fuente jurídica, es decir, que existe un acto
o un hecho que, siendo jurídicos, son la causa generadora de las obligaciones.
Las fuentes de las obligaciones han sido clasificadas desde diversos puntos de vista;
la que pudiéramos llamas clásica o tradicional, por seguir al derecho romano,
señaló como tales al contrato, delito, cuasicontrato, cuasidelito y ley. Con algunas
semejanzas a esta clasificación, en orden a la naturaleza de dichas fuentes, el
derecho moderno las ha clasificado de la siguiente manera:

1. Contrato
2. Declaración unilateral de voluntad
3. Enriquecimiento ilegitimo
4. Gestión de negocios
5. Actos ilícitos
6. Actos lícitos que causan daño por el uso de cosas peligrosas
7. Hechos naturales jurídicos que engendran obligaciones en unión con la ley

A cada una de ellas nos referimos, por separado, a continuación.

a) El contrato, acto jurídico por excelencia, se realiza por la voluntad de las partes,
la cual, funcionando como ley suprema en él, tiene la virtud de generar
obligaciones y derechos en la forma en que los contratantes quisieron hacerlo y en
los términos mismos que aparezcan del contrato celebrado. En consecuencia, es
característica esencial del contrato la existencia de un acuerdo de las voluntades
que a él concurren con una finalidad mutua.

b) La declaración unilateral de voluntad hecha por una persona con el fin de


obligarse, tomando espontáneamente el carácter de deudor, sol es fuente de
obligaciones cuando la carga o compromiso que se adquiere tiene carácter
patrimonial. La ley no permite esta forma de adquirir o reportar obligaciones, sino
únicamente en los cuatro casos siguientes: I. Oferta para vender. II. Promesas de
recompensa a favor de quien realice un hecho determinado. III- Estimulación
contractual a favor de tercero. IV. Expedición de documentos al portador, por una
suma de dinero. Se hace notar al lector que en cada uno de los casos propuestos, la
obligación que se contrae tiene un contenido patrimonial económico indudable y,
además, que el acreedor o sujeto activo es indeterminado, una vez que no se sabe
quién comprará, quién ejecutará el hecho, o quién hará efectivo el documento que
se expidió, habiendo sólo sujeto activo determinado en el caso de la estipulación a
favor de tercero, como excepción.
c) El enriquecimiento ilegítimo o sin causa es la situación jurídica complementaria
del “pago de lo indebido” que es verificado por aquel que erróneamente te
considera deudor de otro sujeto sin serlo. El enriquecimiento sin causa impone al
deudor la obligación de devolver al acreedor el mismo tanto que ha recibido sin
causa jurídica que justifique el aumento en su patrimonio; de este modo, quien
experimenta la pérdida tiene derecho a exigir de aquel que se ha enriquecido
injustificadamente la devolución de lo pagado en forma indebida.
d) La gestión de negocios es el acto que realiza una persona en atención de los
negocios de otra, de quien no ha recibido mandato, ni tiene su representación; es
fuente de obligaciones porque, tanto para el gestor como para el dueño del
negocio, se originan cargas: para el primero, porque una vez iniciada la gestión no
puede abandonarla, pues correría riesgo el patrimonio del dueño; para éste,
porque debe pagar los gastos que se hubieren hecho por l gestor en la atención de
tale negocios.
e) En la categoría de actos ilícitos comprendemos los delitos penales y los delitos
civiles. El delito penal es aquel acto que, realizado por una persona, importa la
violación de una disposición de Código Penal que clasifica como figura delictiva tal
acto; el delito civil es aquel acto ilícito que, no teniendo sanción de carácter penal,
origina para su ejecutor la obligación de reparar el daño causado. Por ejemplo, la
obligación que contrae el propietario del predio contiguo de resarcirnos de los
daños que nos ha causado con la construcción de su casa. Se hace notar que ambos
tipos de delitos puede ser dolosos, si ha habido intención de dañar, o culposos, si
no ha existido tal intención, habiéndose causado el daño sólo por negligencia,
imprudencia, falta de cuidado, etc.
f) Los actos lícitos que causan daño por el uso de cosas peligrosas ha originado la
teoría de la responsabilidad objetiva o riesgo creado. Se refiere a aquellos actos
que, aun siendo lícitos, causan daño por el empleo de cosas que son peligrosas en
sí mismas, originándose así la obligación de reparar el daño en la medida que ha
sido causado, por el riesgo creado para la colectividad y provocado por aquel que
se sirvió de cosas en sí mismas peligrosas, sea por su naturaleza, por la velocidad
que desarrollan, por su explosividad, etc. En estas condiciones, es justo que cubra
la responsabilidad de sus actos quien provoca el riesgo y no quien lo sufre. Nótese
que aquí el daño no proviene de un acto ilícito por dolo o culpa, sino por la
utilización de una cosa peligrosa e sí que ha creado un riesgo.
g) Finalmente, determinados actos naturales generan obligaciones de acuerdo con
la ley, las cuales no podemos clasificar ni dentro de los actos ilícitos, ni tampoco
dentro de los lícitos que implican el uso de cosas peligrosas. Por ejemplo, en
algunos casos de accesión natural, en los cuales surgen derechos y obligaciones
recíprocas por la confusión o mezcla de cosas, la ley civil establece las obligaciones
que corresponden a cada uno de los sujetos que representan un interés en la
accesión.

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