o ESTADO: “Dominio que ejerce una autoridad soberana sobre los hombres”. Dentro de
ellos, existen dos tipos:
1. Repúblicas:
Formas de adquirirlos:
Y…
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Capítulo 2: “De los principados hereditarios”:
“Por estar acostumbrados a ver reinar a la familia de su príncipe, hay menos dificultad en
conservarlos, que cuando son nuevos”.
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1. Misma lengua: Es más fácil conservarlos; sobre todo si no están habituados a
vivir en repúblicas. Es recomendable mantener sus costumbres y estatutos
anteriores.
b. “Enviar algunas colonias a este paraje que sean como la llave de este
nuevo ESTADO”. Es preciso tener allí mucha infantería y caballería. Es más
útil tener colonias que tropas en dichos espacios, pues a las tropas es
necesario consumir para mantenerlas. Sobre esto…
“Por lo que es menester concluir que estas colonias que ni cuestan nada o casi nada, son
más fieles y perjudican menos; y que hallándose pobres y dispersos los ofendidos, no
pueden perjudicar, como he dicho anteriormente”.
o Se señala que el adquirir es un buen deseo, y natural por lo demás. Sin embargo, quién
no siguiese los consejos y las formas que fueron aquí expresadas, caerá entonces en un
error crucial que será causa de vituperio.
*Principio general: “Quien es causa de que otro se vuelva poderoso, obra su propia ruina.
No le hace volverse tal más que con su propia fuerza o industria; y estos dos medios de que
él se ha manifestado provisto, son muy sospechosos para el Príncipe que, por medio de
ellos, se volvió más poderoso”.
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ver una mejora cuando tú los gobiernes. Por otro lado, podría ser una ayuda que dicho
pueblo hablase la misma lengua que el tuyo; hacerlo con tus propias armas es siempre
recomendable, así como instalarte a vivir en ese territorio (mejor aún si es tu primer
principado); no debes cambiar las leyes, ni aumentar los impuestos; lleva colonias e
instálalas allá. De seguir estos consejos, por más que difícil sea, se logrará mantener ese
ESTADO.
Capítulo 4: “Por qué el reino de Darío, conquistado por Alejandro, no se rebeló contra
este después de su muerte”:
El gobierno de Darío (hijo de Alejandro), se situó en (1.), por ello, se hizo más fácil
su conservación.
o Conclusión:
1. Al haber barones: P° dispersado. Más difícil de conservar (por ello). Más fácil de
conquistar (no hay defensas tan centralizadas).
2. P° único: Más fácil de conservar (destruido el P°, no habrá a qué más atenerse). Más
difícil de conquistar.
1. “Arruinarlos”
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2. Vivir con ellos.
3. Dejarles conservar sus leyes, obligándolos, eso sí, a pagar una contribución anual.
“No hay medio ninguno más seguro para conservar semejantes ESTADO’s que
arruinarlos. El que se hace señor de una ciudad acostumbrada a vivir libre, y no
descompone su régimen, debe contar con ser derrocado él mismo por ella”.
o El hábito de vivir libres, y de ser capaces de auto determinarse llevará a los ciudadanos
necesariamente a una rebelión marcada por dicha justificación.
En un principado, sin embargo, se hace más dificultoso que los habitantes
acuerden entre sí la elección de un nuevo mandamás, por lo que su mantención y
su conquista se harán más sencillas.
o Conclusión: Pese a que hay tres formas de conservar estos ESTADO’s, la más factible
es siempre su ruina. Eso sí, bien podrían buscar sus ciudadanos su rebelión basados en
las ideas de libertad que ya tenían. Por ello, la mantención de un principado es mucho
más sencilla
Capítulo 6: “De los principados que uno adquiere con sus propias armas y valor”:
“Examinando sus acciones y conducta, no se verá que ellos tuviesen cosa ninguna de la
fortuna más que una ocasión propicia, que les facilitó el medio para introducir en sus
nuevos ESTADO’s la forma que les convenía. Sin esta ocasión, el valor de su ánimo se
hubiera extinguido, pero también, sin este valor, se hubiera presentado en balde la
ocasión”.
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Capítulo 7: “De los principados nuevos que se adquieren con las armas ajenas y la
fortuna”:
1. Comprar ESTADO’s.
“De otra parte, los ESTADO’s que se forman repentinamente, son como todas aquellas
producciones de la naturaleza que nacen con rapidez; no pueden tener raíces y las
adherencias que les son necesarias para consolidarse. Los arruinará el primer choque de
la adversidad, si, como he dicho, los que se han hecho príncipes de repente no poseen
vigor bastante grande para estar dispuestos inmediatamente a conservar lo que la fortuna
acaba de entregar en sus manos, ni se han proporcionado los mismos fundamentos que los
demás príncipes se habían formado antes de serlo”.
1. Por valor
2. Por fortuna
o Conclusión: Es mucho más fácil adquirir ESTADO’s por medio de armas ajenas, o
comprándolos, que en relación a hacerlo con armas que son propias. No obstante, será
mucho más difícil su conservación, producto de lo que el pueblo opine o sienta de ti.
Claro está que hay maneras de fijar su soberanía; aunque es siempre más recomendable
hacerlo de igual forma con tus propias armas.
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Capítulo 8: “De quiénes llegaron al principado cometiendo crímenes”:
o Dos modos de hacerlo: Cuando un particular se eleva por vía malvada o dañina al
principado (1), y cuando se llega a ser príncipe mediante el favor de los
conciudadanos (2).
(1): Se señala que no están exentos de valor; sí de fortuna. Son medios legítimos para
capturar la soberanía de un pueblo. Pese a ello, no conducirán a nadie a ninguna gloria.
o Concerniente a (2). Se llega a esta soberanía mediante el favor del pueblo, o de los
grandes (Confrontación de clases: “Los pueblos desean no ser oprimidos por los
grandes, y los grandes desean oprimir al pueblo”). De este choque, se establecen tres
posibles consecuencias:
1. Repúblicas.
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3. Licencia y anarquía.
Capítulo 10: “Cómo deben graduarse las fuerzas de todos los principados”:
2. Mantener contentos a los gobernados, de tal forma que soporten dicho ataque.
3. Ser osado y valiente, para hacer crecer la confianza que el pueblo tenga en él.
“Así pues, un príncipe que tiene una ciudad fuerte y no se hace aborrecer en ella, no puede
ser atacado; y si lo fuera, el agresor sufriría la vergüenza de tener que retirarse”.
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XII. Capítulo 12: “De las diferentes clases de milicia y de los soldados mercenarios”.
o Casos de ofensa y defensa sobre cada uno de los ESTADO’s de los que ya se ha
hablado.
*Principio General: Todo Príncipe debe procurar que los cimientos de su P° sean buenos,
pues, de lo contrario, necesariamente se arruinará.
o Existen dos atributos que forjan la base de todo ESTADO:
1. Las buenas leyes (son, como su nombre indica, buenas por naturaleza).
2. Armas: Se hablará de ellas.
o Armas defendidas por un Príncipe:
1. “Suyas propias”: Buenos en general. Se sugiere el príncipe como capitán. Se
logra un avance.
2. Mercenarias, auxiliares, o mixtas: Inútiles. Si un príncipe se apoya de ellas,
nunca estará seguro, puesto que obedecen a sus propios intereses, son fanfarronas,
indisciplinadas, infieles, etc. “No tienen más motivo que el sueldecillo, y aún ese
sueldecillo no hace seguro que estén dispuestas a morir por ti”.
Sobre esto, respecto a los capitanes mercenarios, hay de dos clases:
a. Hombres excelentes.
b. Hombres que no lo son: Aspiran a elevarse a ellos mismos a la grandeza.
De no fiar.
o Respecto al príncipe en lo que las armas atañe:
1. Debe ir el mismo hacia el frente, de tal forma de hacer por él mismo de capitán
(en caso de ser malo, se le debe substituir).
2. Sólo los ESTADO’s cuyos príncipes ostenten ejércitos propios, lograrán avanzar.
“Concluyamos de todo esto que, con legiones mercenarias, las conquistas son lentas,
tardías, débiles; y las pérdidas repentinas e inmensas”.
o Armas auxiliares: “Las que otro príncipe os presta para socorreros y defenderos”. Son
siempre malas para quien las llama, pues si es derrotado, pierde todo.
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No obstante si resulta victorioso, queda en algún sentido atado a quien le prestó
dichas tropas.
Son tropas más peligrosas que las mercenarias.
o Ahora bien, si se suman tropas propias con tropas mercenarias o auxiliares, valen
evidentemente más que si sólo las hubiesen extranjeras.
Pese a ello, tal ejército es aún inferior al que se compone nada más que de tropas
propias.
“Concluyo que ningún principado puede estar seguro, cuando no tiene tropas que le
pertenezcan en propiedad. Hay más: Depende él enteramente de la suerte, porque
carece del valor que sería necesario para defenderle en la adversidad. La opinión de
los políticos sabios fue siempre, que ninguna cosa es tan débil, tan vacilante, como la
reputación de una potencia que no está fundada sobre sus propias fuerzas”.
XIV. Capítulo 14: “De las obligaciones del Príncipe en lo concerniente a la milicia”.
a. Mediante acciones:
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ii. Ir con frecuencia a la caza (acostumbrar su cuerpo a la fatiga,
conocer la calidad de los sitios). Sirve para estudiar los terrenos
mismos, y aprender a identificarlos:
2. Mediante pensamientos:
a. Leer historia
*Principio General: “Éstas son las reglas que un príncipe sabio debe observar. Muy lejos
de permanecer ocioso en tiempo de paz, fórmese un copioso caudal de recursos que
puedan serle de provecho en la adversidad, a fin de que si la fortuna se le vuelve contraria,
le halle dispuesto para resistirla”.
XV. Capítulo 15: “Por qué cosas los hombres, y especialmente los príncipes, merecen
alabanza o censura”.
o Aquí Maquiavelo incurrirá simplemente en lo que otros hombres han señalado respecto
a esto antes que él. Apunta a dejar de lado las imaginerías, y a centrarse en lo empírico,
pues es la única forma de comprender la verdadera ruina del entorno.
“Es necesario que un príncipe que desee mantenerse en el P°, aprenda a poder no ser
bueno, y a servirse o no servirse de esta facultad, según las circunstancias exijan”.
“Es necesario que un príncipe sea bastante prudente para evitar la infamia de los vicios
que le harían perder su principado; y aún para preservarse, si lo puede, de los que no se lo
harían perder”.
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XVI. Capítulo 16: “De la Liberalidad (bondad) y la Miseria (avaro)”:
o Ser liberal: En exceso, impediría ser temido. Si es ejercida prudentemente puede
ser provechosa.
Sin embargo, todo gobernante que pretenda ser así, caerá sin contrapeso en la
suntuosidad, teniendo entonces que gravar más a sus subordinados; lo que lo
llevará a perder la amistad de cada uno de ellos.
A la hora de adquirir un principado, es importante pasar por liberal. Para
mantenerlo, es crucial ser avaro.
En caso, sin embargo, de que un príncipe atacase un país vecino, y obtuviera
botines de él, debe sin más ser liberal, pues de otra forma los suyos no le
seguirían más.
“No pudiendo un príncipe, sin que de ello le sobrevengan perjuicios, ejercer la virtud de la
liberalidad de un modo notorio, debe, si es prudente no inquietarse por ser notado de
avaricia, porque con el tiempo le tendrán por más y más liberal, cuando vean que por
medio de su parsimonia le bastan sus rentas para defenderse de cualquiera que le declare
la guerra”.
XVII. Capítulo 17: “De la severidad y clemencia; y si vale más ser amado que temido”:
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“Los hombres temen menos el ofender al que se hace amar que al que se hace temer,
porque el amor no se retiene por el sólo vínculo de la gratitud; mientras que el temor del
príncipe se mantiene siempre con el del castigo, que no abandona nunca a los hombres”.
o El príncipe que es temido pero no amado, debe obrar de forma que le permita al menos
no ser aborrecido.
Por ello, no deberá derramar la sangre de nadie sin que exista una justificación
adecuada, y un delito patente (no apoderarse de los bienes de la víctima).
o Cuando el príncipe es capitán, y se encuentra por tanto frente a un ejército, no debe
temer en pasar por cruel en exceso, porque sin esta reputación no logrará mantener un
ejército unido. Ejemplo de Aníbal.
Principio General: “Amando los hombres su voluntad propia, y temiendo a la del
príncipe, debe éste, si es cuerdo, fundarse en lo que depende de él, y no en lo que
depende de los otros, haciendo solamente de modo que evite ser aborrecido”.
XVIII. Capítulo 18: “De qué modo los príncipes deben mantener la fe dada”:
“Es necesario pues, ser zorra para conocer los lazos, y león para espantar a los lobos;
pero los que sólo toman por modelo al león, no entienden sus intereses”.
o Un príncipe al observar que las promesas que alguna vez hizo se volvieron en su contra,
y que las condiciones que existían cuando éstas fueron pactadas ya no existen, deberá
ser pragmático y optar por la disolución de ésta.
o Es conveniente que un príncipe aparente ser virtuoso. Si llegara efectivamente a
serlo, podría ser contraproducente. Pero si tan sólo lo aparenta, podría sacarse de
ello gran provecho.
Principio General: Un buen príncipe debe ser virtuoso mientras pueda, pero
apenas las circunstancias lo exijan, debe apartarse de ese camino con tal de
mantener el orden y el P°. La gente se deja llevar más por lo que ve que por lo que
toca; por lo cual con aparentar que se es virtuoso basta para mantenerlos felices.
XIX. Capítulo 19: “De cómo debe evitarse ser despreciado y aborrecido”.
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“El príncipe debe evitar lo que pueda serle odioso y despreciable”.
3. Debe mantener una apariencia en cuanto a su genio, que ningún súbdito tenga
siquiera la idea de engañarle, o desafiarlo.
“Un príncipe debe inquietarse poco de las conspiraciones cuando el pueblo le tiene buena
voluntad; pero cuando éste le es contrario y le aborrece, tiene motivos de temor en
cualquiera ocasión, y por parte de cada individuo”.
o Así, los príncipes han de dejar a otros las acciones que puedan resultar como
odiosas para el pueblo, dejándose entonces para sí todas aquellas que puedan
generar gratitud.
XX. Capítulo 20: “Si las fortalezas y otras muchas cosas que los príncipes hacen
frecuentemente, son útiles o perniciosas”.
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Usualmente, sin embargo, al adquirir un ESTADO nuevo, es provechoso armar a
los súbditos, pues esto los ata y los vuelve fieles al príncipe. }
Por el contrario, desarmarlos es manifestar cierta desconfianza hacia ellos.
o En cuanto a las divisiones ocasionadas deliberadamente por un príncipe, sólo
serán provechosas en tiempos de paz, a la hora en que facilita el control sobre la
población.
Cuando haya momentos de tensión, en cambio, podrían contribuir a que se
deteriore su autoridad, pues se muestra su debilidad.
o Es recomendable, en este sentido, tener siempre un enemigo, pues a la hora en que
se le supera, es este mismo acto el que contribuye a engrandecer la figura del
príncipe.
o El príncipe podrá ganar fácilmente a los enemigos que en un inicio tuvo, siempre
que estos sean incapaces de generar una oposición férrea.
En cuanto a los que le fueron fieles a su persona en un principio cuando
éste recobró un ESTADO, deberá el príncipe luchar por mantenerlos pues, si
eran felices bajo el gobierno anterior, costará más que lo sean ahora.
o Las fortalezas son más bien inútiles, y si proporcionan una ayuda es porque
generan también una desventaja.
Si se tiene más miedo de los conflictos internos que de los externos, una
fortaleza podrá resultar. Si, por el contrario, resulta al revés, no será muy útil.
En los tiempos de Maquiavelo, las fortalezas no eran ninguna ayuda.
XXI. Capítulo 21: “Cómo debe conducirse un príncipe para adquirir buena fama”:
o Es importante para un príncipe la elección de sus ministros, los cuales pueden ser
buenos o malos, según sea su prudencia.
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1. Buenos: Aquellos hombres que rodean al príncipe y se manifiestan fieles
a él.
o Así, un príncipe no requerirá más que saber identificar qué clases de hombres son los
que lo rodean, para así elegir dichosamente entre ellos. La forma de distinguirlos es
simple:
“Cuando ves a tu ministro pensar más en sí que en ti, y que, en todas sus acciones busca su
provecho personal, puedes estar persuadido de que este hombre jamás te servirá bien. No
podrás estar jamás seguro de él, porque falta a la primera de las máximas morales de su
condición. Esta máxima es que el que maneja los negocios de un ESTADO, no debe nunca
pensar en sí mismo, sino en el príncipe, ni recordarle jamás cosa ninguna que no se refiera
a los intereses de su principado”.
XXIV. Capítulo 24: “¿Por qué algunos príncipes de Italia perdieron sus ESTADO’s?”
“Como en tiempos de paz no pensaron nunca que pudieran mudarse las cosas (…), sucedió
que después, cuando llegaron los tiempos adversos, pensaron más que en huir en vez de
defenderse, esperando que, fatigados sus pueblos con la intolerancia del vencedor, no
dejarían de llamarles otra vez”.
o Las únicas defensas buenas, precisas y durables, son las que dependen del valor mismo
del príncipe.
XXV. Capítulo 25: “De lo que influye la fortuna en las cosas humanas y de qué modo
resistirla cuando es contraria”:
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“Concluyo, pues, que si la fortuna varía, y los príncipes permanecen obstinados en su
forma de obrar, serán felices, a la verdad, mientras semejante conducta vaya acorde con la
fortuna; pero serán desgraciados, en cuanto sus habituales procederes se hallen discordes
con ella. Pensándolo todo bien, sin embargo, creo juzgar sanamente diciendo que vale más
ser impetuoso que circunspecto, porque la fortuna es mujer, y es necesario, por esto
mismo, cuando queremos tenerla sumisa, zurrarla, y zaherirla. Se ve, en efecto, que se deja
vencer más bien de los que la tratan así, que de los que proceden tibiamente con ella. Por
otra parte, como mujer, es amiga siempre de los jóvenes, porque son menos circunspectos,
más iracundos, y la mandan con más atrevimiento”.
“La conclusión de mis reflexiones sobre esta materia es que tantas cosas me parecen
concurrir en Italia al beneficio de un príncipe nuevo, que no sé si habrá nunca un tiempo
más proporcionado para esta empresa”.
o Era necesario que Italia se hallase en condiciones tan paupérrimas para así poder notar
esta cuestión.
Pese a ello, Italia aun aguarda por un salvador.
o Maquiavelo pretende que sea el príncipe a quien le dirige el texto, quien se
transforme en este gran salvador.
Para ello, como se ha dicho, es necesario proveer de ejércitos formados
netamente por italianos.
“El valor tomará las armas contra el furor; y el combate no será largo, porque la antigua
valentía no está extinguida todavía en el corazón de los italianos”.
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