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RESPONSABILIDAD

CIVIL
SISTEMA OBJETIVO, BIENES Y
ACTIVIDADES RIESGOSAS, LA
RESPONSABILIDAD Y PRODUCTOS
DEFECTUOSOS Y LA
RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS
MEDICOS
Responsabilidad Civil - UAP

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

INTEGRANTES:

PAIVA MEJIA DAFNE

SANCHEZ CALLE LENIN

ALVARADO SAAVEDRA DANY

DOCENTE:

BUSTAMANTE ZAVALA, Juan Carlos

CURSO:

RESPONSABILIDAD CIVIL

PIURA – PERÚ
2016

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DEDICATORIA

Dedico esta investigación a Dios y a mis padres.


A Dios porque ha estado a mi lado en cada
momento; y a mis padres, quienes a lo largo de
mi vida han velado por mi bienestar y educación
siendo mi sustento incondicional, depositando su
entera confianza en cada reto que se me
presentaba en la vida.

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ÍNDICE

DEDICATORIA ................................................................................................................................ 2
LA RESPONSABILIDAD CIVIL......................................................................................................... 5
CAPÍTULO I .................................................................................................................................... 6
SISTEMA OBJETIVO ....................................................................................................................... 6
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 7
I. SISTEMA OBJETIVO ............................................................................................................... 8
1.1. EL FACTOR DE ATRIBUCIÓN ............................................................................................. 8
1.2. DIFERENCIA ENTRE RESPONSABILIDAD OBJETIVA Y SUBJETIVA ................................... 8
Diferencia entre responsabilidad objetiva y subjetiva ................................................................... 8
1.3. SISTEMA OBJETIVO o RESPONSABILIDAD OBJETIVA .................................................... 10
1.4. CONCLUSIÓN ................................................................................................................... 11
CAPÍTULO II ................................................................................................................................. 12
LOS BIENES Y ACTIVIDADES RIESGOSAS .................................................................................. 12
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................... 13
2.1. RIESGO CREADO ......................................................................................................... 14
2.2. CONCLUSIÓN ................................................................................................................... 16
CAPÍTULO III ................................................................................................................................ 17
LA RESPONSABILIDAD Y PRODUCTOS DEFECTUOSOS ............................................................. 17
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................... 18
III. LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR PRODUCTOS DEFECTUOSOS ....................................... 20
3.1. ANTECEDENTES .............................................................................................................. 20
3.2. LA RESPONSABILIDAD DEL PRODUCTOR DE BIENES Y SERVICIOS DEFECTUOSOS .... 21
3.3. LA RESPONSABILIDAD DEL PRODUCTOR BAJO LA NORMATIVA GENERAL QUE
CONTEMPLA EL CÓDIGO CIVIL PERUANO. ................................................................................. 22
3.3.1. DESDE LA PERSPECTIVA DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL ................... 23
3.3.2. DESDE LA PERSPECTIVA DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL ........ 24
3.3.3. RESPONSABILIDAD OBJETIVA ................................................................................ 25
3.3.4. LA DEFINICIÓN DE ‘DEFECTO’ ................................................................................. 29
3.3.5. EL RESPONSABLE ................................................................................................... 30
3.3.6. LAS DEFENSAS DEL RESPONSABLE ...................................................................... 31
3.3.7. SOBRE LOS DAÑOS RESARCIBLES ........................................................................ 33
3.3.8. PRUEBA DE LOS ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD ..................................... 33
3.4. LAS FUENTES DE DERECHO, DESARROLLOS Y POLÍTICAS ........................................... 35

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3.4.1. FUENTES DEL DERECHO ......................................................................................... 35


3.4.2. TENDENCIAS Y POLÍTICAS EN LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA DE LA TUTELA DEL
CONSUMIDOR FRENTE AL PROBLEMA DE LOS DAÑOS DERIVADOS DE PRODUCTOS
DEFECTUOSOS. ....................................................................................................................... 36
3.5. CONCLUSIONES .............................................................................................................. 39
CAPITULO IV ................................................................................................................................ 41
LA RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS MEDICOS ......................................................................... 41
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................... 42
4. RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS MÉDICOS....................................................................... 44
4.1. DEFINICIÓN ...................................................................................................................... 44
4.2. SEGÚN EL ORDENAMIENTO PERUANO ........................................................................... 47
4.3. LA RESPONSABILIDAD CIVIL OBJETIVA DE LOS CENTROS DE ASISTENCIA MÉDICA ... 49
4.4. LA RESPONSABILIDAD CIVIL MÉDICA ............................................................................. 51
4.5. CASOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL MÉDICA ................................................................ 52
4.6. LAS SENTENCIAS JUDICIALES MATERIA DE COMENTARIO ........................................... 54
4.7. A TENER EN CUENTA ...................................................................................................... 55
4.8. LA RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PROFESIONALES MÉDICOS Y LA
RESPONSABILIDAD INDIRECTA O POR HECHO AJENA .............................................................. 56
4.9. CONCLUSIÓN ................................................................................................................... 57
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................. 59

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LA RESPONSABILIDAD CIVIL

La responsabilidad civil en los sistemas common law, y Europeo, asumen cada vez una
importancia y rol fundamental en la tutela de derechos, sin embargo en nuestro país, la práctica
no es un aspecto arraigado en los operadores de derecho , esto se debe al desconocimiento y a
la deficiente aplicación de las normas de responsabilidad civil que se refleja en los operadores del
derecho, quienes tutelan los interés de los ciudadanos siendo el caso específico la responsabilidad
civil en los jueces y magistrados.

A lo largo de los años muy poco sea ha contribuido al cambio, debido a que la jurisprudencia o
precedente solo funcionó como un instrumento para mejorar la aplicabilidad de la responsabilidad
civil remitiéndose a ser un ente ensombrecedor, pero con todos los desaciertos del sistema judicial
la tendencia es a crecer a pesar que aún no es conocido el daño psicológico; por otro lado a nivel
académico existe deficiencias porque no se fusionan las investigaciones jurídicas de una
perspectiva comparativa doctrinaria, jurisprudencial y legislativa que poco a poco se viene
superando gracias a los esfuerzos loables de juristas comprometidos con el quehacer científico
del Derecho.

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CAPÍTULO I

SISTEMA OBJETIVO

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INTRODUCCIÓN

El crecimiento industrial y la aparición de nuevas tecnologías han incrementado la aparición de


una cantidad significativa de objetos y actividades que presuponen ciertos riesgos mayores que
una actividad común, objetos que en la actualidad hacen parte del desarrollo económico, social y
cultural de todos los países del mundo y sin los cuales no se concebiría el curso normal de los
dinamismos de la sociedad.

Este tipo de cosas o actividades se han tratado como peligrosas por el riesgo que existe en ellas
y por el cuidado que se debe tener a la hora de utilizarlas o ejecutarlas, y han pasado de ser
excepciones a convertirse en protagonistas de la vida diaria de los seres humanos.

Ejemplos claros de estas actividades son los automóviles, la electricidad, las instalaciones
industriales e incluso el cuidado de ciertos animales. Los factores de atribución y los sistemas de
responsabilidad civil extracontractual para que se configure un supuesto de responsabilidad civil
extra contractual es necesaria la concurrencia de determinados requisitos: la conducta antijurídica
del autor o coautores, el daño causado a la víctima o víctimas, la relación de causalidad y
finalmente los factores de atribución.

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I. SISTEMA OBJETIVO

1.1. EL FACTOR DE ATRIBUCIÓN

El mejor camino para comprender la temática de los factores de atribución, primero se debe
indicar que existen dos sistemas de responsabilidad civil extra contractual en la legislación
comparada, en la doctrina universal y también en el Código Civil Peruano:

 El sistema subjetivo (Culpa)


 El sistema objetivo (Riesgo Creado)

Cada uno de ellos construido o fundamentado sobre diferentes factores de atribución. Por ello,
los factores de atribución de los sistemas subjetivos reciben también la calificación de factores
de atribución subjetivos y los correspondientes a los factores de atribución de los sistemas
objetivos merecen la calificación de factores de atribución objetivos.

1.2. DIFERENCIA ENTRE RESPONSABILIDAD OBJETIVA Y SUBJETIVA

Antes de entrar a analizar los supuestos de responsabilidad objetiva, vamos a explicar las
diferencias más importantes en los diferentes tipos de responsabilidad en el Derecho español.

Diferencia entre responsabilidad objetiva y subjetiva

1. La responsabilidad objetiva es un tipo de responsabilidad civil que se produce con


independencia de toda culpa por parte del responsable. Es decir, la persona que provoque

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un daño, aunque éste no sea intencionado ni pudo ser evitado, tiene que pagar la
reparación del mismo.

2. La responsabilidad subjetiva es un tipo de responsabilidad en que se exige que el


comportamiento imprudente o culpable de la persona por parte del responsable para
exigirle la reparación del daño causado

Consiguientemente, para daños causados mediante bienes o actividades que suponen un


riesgo común y ordinario se debe utilizar el sistema subjetivo y para aquellos causados
mediante bienes y actividades que suponen un riesgo adicional al ordinario se deberá utilizar
el sistema objetivo. El sistema subjetivo permite utilizar la ausencia de culpa y la fractura causal
como mecanismo liberador de responsabilidad civil, mientras que el sistema objetivo permite
utilizar únicamente la fractura causal, por supuesto siempre y cuando los daños se encuentren
debidamente acreditados, por cuanto si no hay daño, no existe responsabilidad civil de ninguna
clase. Como es también evidente en ambos sistemas se aplican también las figuras de la
concausa y la pluralidad de autores con sus diferentes consecuencias jurídicas, según hemos
examinado anteriormente.

Conviene destacar también, que ambos sistemas de responsabilidad civil no son


contradictorios ni contrapuestos entre sí, sino que por el contrario son complementarios,
siendo perfectamente coherente su consagración legal en el sistema legal peruano.1

Finalmente, debemos tener en consideración que la calificación de un bien o actividad como


riesgosa o peligrosa no depende de las circunstancias de un caso concreto en particular, pues
de ser así cualquier bien o actividad podría ser considerada como riesgosa: por ejemplo, un
tenedor de mesa no puede ser considerado riesgoso si por circunstancias de su uso anormal
es utilizado para matar a una persona. Dicha calificación depende del riesgo que supone el
uso socialmente aceptado del bien o actividad de que se trate, siempre y cuando su uso o
realización normal y cotidiana suponga un riesgo adicional al común y ordinario para todos los
demás, como sucede con los automotores y armas de fuego, por ejemplo.

1
Espinoza Espinoza, Juan. Derecho de la Responsabilidad Civil. Ed. Gaceta Jurídica. Lima, Perú 2005. Pág. 201.

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1.3. SISTEMA OBJETIVO o RESPONSABILIDAD OBJETIVA

Por responsabilidad objetiva o sistema objetivo, hay que entender en principio la pura
responsabilidad “sin culpa”, o como prefiere señalar JURISTAS, la imputabilidad sin culpa. La
responsabilidad objetiva seria pues una fórmula descriptiva de una serie de hipótesis en las
cuales la imputación se funda en circunstancias objetivas, y no en juicio que implique un
reproche, en términos de imputación a un sujeto de negligencia (culpa) o peor, aún, de la
voluntad de causar daño (dolo)2. Objetiva, desde este punto de vista sería, por ejemplo, la
responsabilidad del empleador por el hecho del dependiente (art. 1978º del c.c.) donde, puede
apreciarse la imposición del deber del resarcimiento al patrón obedece a ningún aspecto
subjetivo, sino a las reciprocas posiciones de mando y subordinación del principal y de su
trabajo.

En el Código Civil Peruano, el sistema subjetivo de responsabilidad civil extracontractual se


encuentra regulado en el artículo 1969°, cuyo texto señala lo siguiente: “Aquel que por dolo o
culpa causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de dolo o culpa
corresponde a su autor”, mientras que el sistema objetivo se encuentra incorporado en el
artículo 1970°, cuyo texto señala lo siguiente: “Aquel que, mediante un bien riesgoso o
peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro,
está obligado a repararlo”.

Es así que, el artículo 1970° incorpora la teoría del riesgo que obliga a reparar a aquel que,
mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa,
causa un daño a otro. Esta teoría se sustenta en el principio de que aquel que a sabiendas se
beneficia con el desarrollo de una actividad riesgosa o con el uso de un bien igualmente
riesgoso o peligroso, debe asumir los costos del perjuicio que ocasiona.

En el caso del sistema objetivo de responsabilidad, como ya lo hemos indicado, el mismo está
construido sobre la base de la noción de RIESGO CREADO, que constituye el factor objetivo
de atribución de responsabilidad.

2
VISINTINI, Giovanna. Tratado de Responsabilidad Civil. T.1. Ed. Astrea. Padova Italia 1996.

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1.4. CONCLUSIÓN

1.4.1. En ese sentido, se tiene que, dentro de los sistemas objetivos, la ausencia de culpa no
sirve como mecanismo liberador de responsabilidad civil, adquiriendo por el contrario
importancia fundamental la noción de causa ajena o fractura causal.

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CAPÍTULO II

LOS BIENES Y ACTIVIDADES RIESGOSAS

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INTRODUCCIÓN

En derecho civil se responde por las actividades peligrosas, toda vez que una actividad es
peligrosa cuando rompe el equilibrio existente, colocando a las personas ante el peligro inminente
de recibir lesión en su persona o en sus bienes. La inminencia de un peligro que aborda la
capacidad de prevención o resistencia común de los seres humanos, son las características
determinantes para definir las actividades peligrosas.

El mundo actual ha entendido, que si bien es necesario e indispensable para el desarrollo de la


sociedad la incorporación de este tipo de actividades, no debe dejarse su regulación sujeta a reglas
generales aplicables a situaciones donde no media ningún tipo de riesgo. Precisamente por este
riesgo que representan deben ser tratadas de manera diferente, razón por la cual los legisladores,
la doctrina y la jurisprudencia diseñaron un modelo exclusivo para la protección de las víctimas
que posiblemente se podrían llegar a ver afectadas como consecuencia de la ejecución de una
actividad peligrosa.

13
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2.1. RIESGO CREADO

Ahora bien, ¿Qué debemos entender por riesgo creado? La mejor manera de responder
esta interrogante es planteando la siguiente reflexión: como todos sabemos, en nuestros
días, en la mayor parte de sociedades y Estados, los seres humanos vivimos en
permanente relación con productos elaborados, maquinarias, tecnología, artefactos e
instrumentos, actividades industriales y comerciales en gran escala. Cada vez son más
los instrumentos, equipos y artefactos tecnológicos que “invaden” nuestra vida diaria.

En el Perú actual, por ejemplo, se ha extendido considerablemente el uso de teléfonos


celulares y computadoras, entre otros bienes de la vida moderna, habiéndose
incrementado en los últimos años el uso de vehículos de transporte público y privado, con
el consiguiente crecimiento muchas veces desmedido en algunas ciudades peruanas del
parque automotor.

Además, que la mayor parte de productos de uso diario o permanente que se utilizan en
la mayor parte de la sociedad peruana, importados o nacionales, son productos
elaborados y adquiridos a través de la cadena de distribución y comercialización de la vida
moderna. Pues bien, para nadie es novedad que gran parte de esta tecnología moderna
y de productos implican muchos riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores,
incrementando las posibilidades de daños causados en la realidad peruana.

Frente a esta explosión y uso constante de tecnología moderna y de productos


elaborados, la doctrina y los sistemas de responsabilidad civil extra contractual no podían
permanecer inactivos, sobre todo dada la gran cantidad de nuevos daños que supone el
uso constante de dicha tecnología.3

El significado de la noción de riesgo creado es el siguiente: todos los bienes y actividades


que se utilizan en la vida moderna para la satisfacción de las diferentes necesidades
existentes suponen un riesgo ordinario o común para las personas; sin embargo, existen

3
FERNADEZ CRUZ, Gastón. “Las transformaciones funcionales de la responsabilidad civil: la óptica sistemática. Análisis de las
funciones de incentivo o desincentivo y preventiva de la responsabilidad civil en los sistemas del civil law”, edición digital p. 26.

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también, y cada vez en mayor número, bienes y actividades que significan un riesgo
adicional al ordinario, tales como: los automotores, los artefactos eléctricos, las cocinas a
gas, ascensores, los diferentes tipos de armas de fuego, escaleras mecánicas, los
insecticidas, productos químicos para la limpieza, los medicamentos, los productos
enlatados, las actividades industriales, etc.

Para todo este tipo de bienes y actividades no será necesario examinar la culpabilidad del
autor, pues deberá bastar con acreditar el daño causado, la relación de causalidad y que
se ha tratado de un daño producido mediante un bien o actividad que supone un riesgo
adicional al ordinario y común y que por ello mismo merecen la calificación de “riesgosos”.
Haya sido el autor culpable o no, será igualmente responsable por haber causado el daño
mediante una actividad riesgosa o peligrosa. El factor de atribución no es, pues, la culpa
del autor, sino el riesgo creado en el sentido antes mencionado.

Como se podrá comprender con facilidad dentro de los sistemas objetivos la ausencia de
culpa no sirve como mecanismo liberador de responsabilidad civil, adquiriendo por el
contrario importancia fundamental la noción de causa ajena o fractura causal. Conviene
precisar, que el sistema objetivo de responsabilidad no entiende ni pretende que en los
casos de daños causados a través de bienes o actividades riesgosos, no exista culpa del
autor, pues ello sería absurdo e irreal.

Lo único que se pretende es hacer total abstracción de la culpa o ausencia de culpa del
autor, de modo tal que la existencia de culpa o no, sea totalmente intrascendente para la
configuración de un supuesto de responsabilidad civil extracontractual, debiendo
acreditarse además de la relación causal, la calidad del bien o actividad como una
riesgosa. Tal es el significado de la noción de riesgo creado consagrado legalmente como
factor de atribución objetivo en el artículo 1970° del Código Civil.4

4
LEON HILARIO, Leysser. “La responsabilidad civil – Líneas Fundamentales y nuevas perspectivas” 3ra Ed. El Jurista Editores,
Lima-2011, p. 26

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2.2. CONCLUSIÓN

2.2.1. Cada vez son mayores los descubrimientos y las ansias del hombre por implementar
objetos en la vida diaria que permitan una evolución más cómoda y eficiente de la
cotidianidad. El avance industrial que se ha evidenciado en los últimos años ha
generado la creación de objetos considerados como peligrosos por el hecho de que
el hombre en su utilización corre mayores riesgos que en otras actividades
consideradas como no peligrosas e incluso pone en peligro a la sociedad en general,
tal es el ejemplo de los automóviles

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CAPÍTULO III

LA RESPONSABILIDAD Y PRODUCTOS DEFECTUOSOS

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INTRODUCCIÓN

No cabe la menor duda de que nuestra sociedad es complemente consumista, y ello se debe,
fundamentalmente, a que en la actualidad nos encontramos en una etapa avanzada de
desarrollo industrial capitalista, caracterizado por la producción masiva de bienes y servicios.

En la sociedad en la que vivimos (post industrial), el crecimiento económico se encuentra


ligado, por decirlo de algún modo, a la necesidad de conquistar cada vez más mercados. Es en
este escenario, bajo una perspectiva mercantil y despersonificada, es que los ciudadanos dejan
de ser vistos como individuos, para ser considerados como objetivos potenciales del comercio.

Bajo este escenario, no debe sorprendernos el gran desarrollo que han logrado las diversas
industrias debido a la creciente demanda de los consumidores, que son el pilar para el
funcionamiento de las cadenas de comercialización de los bienes y servicios que se producen
para su consumo.

Entonces, frente a la producción masiva es que surge la necesidad de protección de los


eslabones finales de esa cadena de comercialización, que son los consumidores, y es en este
sentido que la responsabilidad civil, desde una concepción amplia, tiene por objeto asegurar a los
grupos intermedios y a la sociedad la protección y reparación de los denominados intereses

Colectivos.

El reconocimiento de esta finalidad ha implicado la superación por parte de la doctrina y de la


jurisprudencia de los fundamentos de la responsabilidad civil tradicional, sustentados en un
esquema socioeconómico distinto al actual. Ese esquema ha sido reemplazado por diversos
factores derivados de la modernidad, en la cual tenemos como actores principales tanto a los
productores de bienes y servicios como a los consumidores.

Existe hoy en día una conciencia colectiva de los consumidores que se ha plasmado en diversos
instrumentos para la protección de sus derechos, principalmente la protección a la salud y a la
seguridad de los mismos. Se busca la inocuidad de los productos y servicios para tutelar la
seguridad del público, previniendo los daños que el consumo pudiera provocar en su salud. La
responsabilidad civil por productos defectuosos es un supuesto que se ha abierto paso en fecha
relativamente reciente y surge cuando se ocasionan daños a la integridad, a la salud o al
patrimonio delos consumidores (entendidos en un sentido lato) debido a defectos en el diseño, en
la fabricación o en la información del producto. El parámetro para determinar si un producto es

18
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defectuoso está en función de la seguridad que debe tener frente a los consumidores que lo utilizan
o, como establece nuestra legislación, de “la seguridad a que las personas tienen derecho”.

Es en ese contexto que la responsabilidad civil derivada de productos defectuosos destaca como
una de las ramas de la responsabilidad civil contemporánea que ha experimentado más
cambios y transformaciones; pero de la cual intentaremos abordar las nociones básicas pero
trascendentales para comprender las diversas posiciones acerca de la responsabilidad civil
que debe engranar de modo más exacto en los supuestos de daños causados por productos
defectuosos.

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III. LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR PRODUCTOS DEFECTUOSOS

3.1. ANTECEDENTES

Aún antes de la dación de las regulaciones sobre protección al consumidor en nuestro


medio, la responsabilidad por productos defectuosos ya estaba contemplada, aunque
de manera no explícita, en el artículo 1970 del Código Civil de 1984, el cual impone
responsabilidad objetiva por el uso de cosas riesgosas y peligrosas y por el ejercicio
de actividades riesgosas o peligrosas.

No obstante ello, es menester precisar que fue con la dación de la Ley de Protección al
Consumidor, Decreto Legislativo N° 716, promulgada el año 1991, cuando se empieza
a dar un nuevo enfoque a la tradicional relación jurídica suscitada entre acreedores
y deudores, quienes dentro de toda transacción en el mercado se presentan como
proveedores y consumidores. Reafirmándose está orientación con la entrada en
vigencia el 02 de octubre de 2010 del Código de Protección y Defensa del Consumidor
(en adelante CPDC).

En el pasado, el Estado tenía una errada concepción por la que creía que la mejor manera
de proteger al consumidor era intervenir en sus relaciones de intercambio, dictando
innumerables normas, incurriendo en una regulación excesiva (sobrerregulación) que lejos
de las buenas intenciones de proteger al consumidor lo perjudicaban.

Hoy en día la función protectora del Estado no debe manifestarse en la intervención en


las transacciones de los consumidores, ni en el control “ex ante” de las actividades
productivas, ni en la sobrerregulación que signifique en la práctica una barrera de
acceso al mercado y un mayor costo a los consumidores.

Tal y como lo señala la Constitución de 1993 (artículo 65) la función del Estado moderno
es “garantizar el derecho a la información” de los consumidores. En este sentido, la
Ley de Protección al Consumidor en su artículo 5 inciso b) prescribía que el consumidor
tenía derecho a recibir de los proveedores toda la información necesaria para tomar una
decisión o realizar una elección adecuadamente informada en la adquisición de
productos o servicios, así como para efectuar un uso o consumo adecuado de los

20
Responsabilidad Civil - UAP

productos o servicios. Actualmente el CPDC ha contemplado en su artículo V del Título


Preliminar el principio de transparencia, a través del cual en la actuación en el
mercado, los proveedores generan una plena accesibilidad a la información a los
consumidores acerca de los productos o servicios que ofrecen. Debiendo ser la
información brindada, veraz y apropiada.

Asimismo, el artículo 15 de la derogada ley señalaba que el proveedor estaba obligado a


consignar en forma veraz, suficiente, apropiada muy fácilmente accesible al consumidor o
usuario, la información sobre los productos y servicios ofertados. Tratándose de
productos destinados a la alimentación y la salud de las personas, está obligación se
extendía a informar sobre sus ingredientes y componentes; estaba prohibida toda
información o presentación que inducía al consumidor a error respecto a la naturaleza,
origen, modo de fabricación, componentes, usos, volumen, peso, medidas, precios,
forma, empleo, características, propiedades, idoneidad, cantidad o cualquier otro dato
de los productos o servicios ofrecidos. En forma coherente se ha adoptado a través del
artículo 2 del CPDC la información relevante que el proveedor debe ofrecer a los
consumidores para tomar una decisión o realizar una elección adecuada de consumo,
así como para efectuar un uso o consumo adecuado de los productos o servicios, por
lo que la información brindada por el proveedor debe ser veraz, suficiente, de fácil
comprensión, apropiada, oportuna y fácilmente accesible, debiendo ser brindada en
idioma castellano.

3.2. LA RESPONSABILIDAD DEL PRODUCTOR DE BIENES Y SERVICIOS DEFECTUOSOS

En el Perú, la responsabilidad civil del productor por los productos defectuosos ha recibido
recientemente un tratamiento específico por la vía de la legislación especial. En efecto, en
1991 se dicta el decreto legislativo N° 716 que contiene un régimen de protección al
consumidor. Entre las normas del citado decreto, el art. 32 establece que “el proveedor de
productos defectuosos es responsable de los daños causados a la integridad física de los
consumidores o a sus bienes por los defectos de sus productos”.

Hasta antes de dicha normativa especial, todo posible problema que se generase por la
circulación de un producto defectuoso podía ser abordado sólo y únicamente a la luz de
la disciplina general sobre la responsabilidad civil, sea ésta contractual o extracontractual,

21
Responsabilidad Civil - UAP

tal como se halla prevista en el Código Civil vigente5. No obstante la existencia de un


régimen especial de la responsabilidad del productor como el que contempla el art. 32 del
D. Leg. 716, éste no ha tenido aplicación hasta el momento por parte de la jurisprudencia
peruana la que mas bien, ha continuado aplicando a los poquísimos casos sobre la
materia la disciplina general de la responsabilidad civil.

Tal desaplicación de la norma especial puede atribuirse en buena parte a la escasez de


casos de esta naturaleza, por ser propios de economías de desarrollo, que llegan a los
tribunales, pues no existe en el Perú una cultura de litigación como la que predomina en
los Estados Unidos de norteamérica, además de otros factores que se suman para
determinar que difícilmente el Poder Judicial en nuestro medio se vea frente a causas de
este género6.

Puede igualmente atribuirse a la falta de difusión de la existencia de una disciplina


específica aunque resulte más severa que el régimen general de la responsabilidad civil.
Por su parte, la doctrina en el Perú no ha mostrado preocupación por la difusión de un
nuevo y específico régimen de responsabilidad del productor.

Con las precisiones que anteceden sobre la normativa aplicable a los casos de daños
derivados de productos defectuosos pasaremos a explicar el régimen de responsabilidad
que ha sido y sigue aplicándose a este tipo de daños, vale decir, el previsto por el Código
Civil, para luego destacar la particularidad del régimen que se introduce en 1991.
Sucesivamente, haremos referencia al caso de los daños derivados de servicios
defectuosos.

3.3. LA RESPONSABILIDAD DEL PRODUCTOR BAJO LA NORMATIVA GENERAL QUE


CONTEMPLA EL CÓDIGO CIVIL PERUANO.

Si bien en el Perú, a partir de la década de los ochenta se vislumbra un interés por tutelar
en modo especial al consumidor, dicha tutela sin embargo, no llega a comprender una

5
El actual Código Civil peruano es de 1984 que deroga a su precedente de 1936.
6
El Poder Judicial peruano adolece de serios problemas desde ya muchos años. En los últimos años se ha emprendido un proceso
de reforma del sistema judicial; la lentitud en el desarrollo de los procesos es sólo una de las más notorias consecuencias debidas a
un agregado de factores que, no es el caso referir. De otro lado, no existe en nuestro medio una cultura de consumerism, no hay
una política definida sobre la protección de los consumidores. La informalidad reinante en el comercio en el Perú constituye un serio
problema que aqueja nuestro mercado

22
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definida acción a favor de las víctimas de daños derivados de productos defectuosos. En


efecto, el problema del resarcimiento7 de este tipo de daños en nuestro país quedaba
completamente bajo la órbita general del ordenamiento civil vigente en la medida que éste
le fuera aplicable.

El vigente Código Civil de 1984, no contiene una norma que regule específicamente el
problema de los daños derivados de productos defectuosos. Consecuentemente, este
problema, de tener lugar, sería resuelto por los jueces en atención a las normas vigentes
sobre la responsabilidad contractual o extracontractual.

Siendo el problema de los daños derivados de productos defectuosos uno que surge en
contextos industrializados, mejor aún, en contextos de economías desarrolladas, en el Perú,
un país en vías de desarrollo y con una industria incipiente, no han llegado a los tribunales
casos de responsabilidad del productor, salvo contadísimas excepciones, las que si en
alguna manera han abordado el problema, lo han hecho siguiendo la normatividad del
Código Civil y sin mayor empeño en atender los elementos o presupuestos que a nivel de
derecho comparado encontramos ya desarrollados, tales como la noción de ‘ defectuosidad’
para colocarse a la base de la imputación de responsabilidad del productor.

Sin embargo, reiteramos que desde la perspectiva del Código Civil, un caso de daño
derivado de producto defectuoso bien puede ser resuelto según sean aplicables las normas
de la responsabilidad contractual o de la responsabilidad extracontractual. Ello sin perjuicio
de poner en evidencia que, un sector importante de la doctrina peruana se ha pronunciado
por el tratamiento del tema como uno de responsabilidad extracontractual

3.3.1. DESDE LA PERSPECTIVA DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL

La víctima de los daños derivados de producto defectuoso podría hacer valer su derecho al
resarcimiento contra quien le transfirió el bien que generó el daño, es decir que entre el
consumidor y el fabricante o vendedor que se trate de responsabilizar debe existir una
relación obligatoria, cuyo incumplimiento podrá dar lugar al resarcimiento de los daños que

7
En realidad, no es que en el Perú se pueda hablar de un ‘problema de resarcir los daños derivados de productos defectuosos’,
pues, los casos que han llegado a los tribunales han sido ínfimos. Lo que no significa necesariamente, que en el Perú los productos
sean de una tal calidad que difícilmente generarían daños, sino que, no hay una toma de conciencia sobre los derechos de los
consumidores, quienes aún siendo afectados, no interponen demandas judiciales para hacer valer sus derechos.

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resulten para el adquirente del bien o producto defectuoso siempre que no haya mediado
una causa no imputable al deudor. En tal sentido establece el art. 1314 del Código Civil que
“quien actúa con la diligencia ordinaria requerida, no es imputable por la inejecución de la
obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso”.

La ley presume que el incumplimiento o cumplimiento defectuoso son imputables al deudor


a título de culpa leve. Lo que comporta que, el deudor -fabricante o vendedor- puede
liberarse de responsabilidad probando su ausencia de culpa en la entrega del producto, lo
que no significa necesariamente que tenga que probar el caso fortuito o la fuerza mayor. El
fabricante se libera probando que cumplió con realizar los controles de calidad pertinentes
(si es el caso de los defectos de fabricación), o que no era razonablemente posible elaborar
un producto más seguro (si se trata de un defecto de diseño). Para el vendedor, en cambio,
la prueba de la ausencia de culpa resulta más fácil, desde que, en su calidad de tal, bastaría
que pruebe que no resultaba razonable realizar la investigación que hubiese sido necesaria
para descubrir el defecto.

Asimismo, el actor, vale decir, la víctima del daño, debe probar la existencia del daño y la
relación de causalidad entre éste y el incumplimiento. En el caso de tratarse de dolo o culpa
inexcusable, éstos también tendrán que ser probados por el actor, dado que no opera la
presunción de culpa leve que genera el hecho del incumplimiento tal como lo prevé el art.
1329 C.C., en cuyo caso es el deudor que para liberarse de responsabilidad debe probar
que obró con la diligencia ordinaria, esto es, debe probar su no culpa.

3.3.2. DESDE LA PERSPECTIVA DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL

Si bien la jurisprudencia peruana8 no se ha caracterizado por su riqueza en el tratamiento


del problema representado por los daños derivados de productos defectuosos, por la obvia
escasez de casos de este tipo que ha tenido frente a ella, sin embargo se puede extraer de
los pocos casos resueltos una línea preferencial en cuanto a pronunciarse por la

8
Los pocos casos sobre daños derivados de productos defectuosos revelan que la jurisprudencia peruana ha preferido aplicar el
régimen de la responsabilidad extracontractual aún a situaciones de daño habiendo existido un contrato entre las partes, como por
ejemplo, la venta de un producto farmacéutico. Se aprecia del mismo modo que si bien es cierto que el criterio de imputación que los
jueces consideraban aplicable era la culpa, ciertamente bajo la vigencia del Código Civil de 1936, también lo es que los jueces
demostraban a través de sus resoluciones una inclinación por la introducción de elementos de juicio que hacían inducir una
responsabilidad objetiva. Así por ejemplo, los jueces consideraban que una vez que se probaba el defecto se invertía la carga de la
prueba, operando de este modo un caso de culpa prima facie, donde para liberarse el productor de responsabilidad, los jueces se
mostraban sumamente rigurosos con la prueba que exigían a ese fin. V. infra, n. 23.

24
Responsabilidad Civil - UAP

responsabilidad extracontractual del productor. La doctrina peruana, por su parte, es clara


al definir su opción extracontractual.

La opción de la doctrina peruana es consecuente con la que ha prevalecido a nivel de


derecho comparado, según se desprende de la evolución que ha tenido el tratamiento de la
responsabilidad del productor, punto tan extenso por lo que omitimos en esta oportunidad
mayor detalle.

No existiendo en el Perú hasta 1991 una hipótesis específica de responsabilidad por


productos defectuosos que el legislador haya contemplado, sin perjuicio de algunos intentos
de introducirla como tal ya en el Código Civil de 19849, fluye de la doctrina peruana una
línea interpretativa de una norma de este cuerpo legal que más bien contempla la hipótesis
de la responsabilidad por bien o actividad riesgosa (art. 1970 C.C.)10, proponiendo una
interpretación en el sentido que siendo el ‘producto defectuoso’ un bien ‘peligroso’, entonces
los daños que deriven de él se circunscriben al ámbito de operatividad de la citada norma.

3.3.3. RESPONSABILIDAD OBJETIVA

La doctrina peruana se ha pronunciado a favor de una responsabilidad objetiva del


productor, lo que en la experiencia norteamericana corresponde a la strict liability. Sin
embargo, no se construye una hipótesis autónoma de responsabilidad, sino que se aplica
el criterio del ‘riesgo’ o ‘peligrosidad’ del bien o de la actividad desarrollada. En cuanto
concierne a la jurisprudencia, en los pocos casos en que ha hecho frente al problema, refleja
una tendencia a responsabilizar al productor, y aunque invoca la culpa como fundamento
de su decisión, tiende a presumirla con carácter iure et de iure, o a ser rigurosa en la prueba
liberatoria de quien se le imputa responsabilidad.

La doctrina invoca el criterio del riesgo o peligrosidad como fundamento de su posición, el


mismo que nuestro Código Civil de 1984 ha contemplado como criterio de imputación de la
responsabilidad civil extracontractual en el art. 1970.

9
Como fuera la propuesta del Prof. Fernando de Trazegnies Granda al proponer la introducción de una norma específica en el
articulado del nuevo Código Civil dedicada a la responsabilidad del productor. La hipótesis de responsabilidad según esta propuesta,
se encuadra en el régimen de la responsabilidad extracontractual y asume una naturaleza objetiva. V. De Trazegnies Granda, Fernando.
Proyectos y Anteproyectos de la Reforma del Código Civil. Fondo Editorial PUCP, 1980, p. 390 ss.
10
El art. 1970 señala: “Aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa,
causa un daño a otro está obligado a repararlo”.

25
Responsabilidad Civil - UAP

La intención del legislador al prever dicho criterio en una norma independiente con relación
a la que contiene el criterio de la culpa (previsto en el art. 1969) ha sido la de introducir
claramente un “principio” de responsabilidad objetiva en el nuevo Código Civil, ya que hasta
el cuerpo legal que lo precede, el tema de la responsabilidad civil se hallaba positivamente
regulado desde una perspectiva subjetivista de la institución, vale decir, donde aparecía la
culpa como el único criterio capaz de fundar las hipótesis de responsabilidad, aún si existían
interpretaciones tanto de parte de la doctrina como de la jurisprudencia que para algunos
casos extendían en modo tal las posibilidades aplicativas de la norma basada en la culpa
a situaciones de daño, de lo que resultaba más bien dicha culpa convirtiéndose en una
ficción.

Sin embargo, sabido es, y lo vemos a través de la evolución que ha tenido la teoría del
riesgo a nivel de derecho comparado, que resulta difícil que el ‘riesgo’ se constituya en un
principio rector de la responsabilidad civil, a la manera que por largo tiempo lo fue el criterio
de la ‘culpa’. La teoría del ‘riesgo’ ha tenido múltiples interpretaciones para hacer posible su
aplicación a las situaciones concretas de daño, y en todas ellas, ha suscitado encendidos
debates orientados a enervar o hasta negar su valor como criterio de imputación.

En fin, el citado art. 1970 es pasible de ser interpretado tan ampliamente como tan
restrictivamente. Lo que no se puede aceptar es que se le entienda como un principio
general de responsabilidad civil a la manera que una vez se propuso y por largo tiempo se
aceptó al principio de la culpa. A nuestro entender, esa norma no contiene sino un criterio
más de imputación de responsabilidad, y por cierto, tratándose del ‘riesgo’, las
interpretaciones podrían oscilar desde las que más tienden a establecer una
responsabilidad objetiva como las que se mantienen más cerca de las consideraciones
subjetivas.

Pero siendo el art. 1970 la norma que se introduce en el C.C. de 1984 con aspiraciones
objetivistas, obtiene automáticamente el favor de la doctrina peruana para postularlo como
el criterio que sustente la atribución de responsabilidad por daños derivados de productos
defectuosos. La norma en referencia, al consagrar como criterio de imputación el riesgo,
plantea el inevitable problema de interpretación sobre qué cosas o actividades deben ser
consideradas “riesgosas” o “peligrosas”. La doctrina considera que tal definición queda

26
Responsabilidad Civil - UAP

librada a la jurisprudencia, la que tendrá en cuenta el momento histórico en que emite


pronunciamiento y con ello, las exigencias socio-económicas propias del mismo.

No existe en nuestro medio una clasificación de las cosas o actividades en riesgosas o


peligrosas. Alguna opinión doctrinaria ha considerado que el art. 1970 no se refiere
solamente a las actividades llamadas ‘ultra riesgosas’ sino que comprendería a todas las
que de alguna manera sean riesgosas, apoyándose esta interpretación en la lectura de la
propia norma que contempla la posibilidad de que se trate de un ‘riesgo’ o de un ‘peligro’.
De consecuencia, existe un margen bastante amplio con el que cuenta la jurisprudencia
para los efectos de semejante definición, siempre y cuando tales riesgos o peligros tengan
una magnitud y probabilidad suficientes para sujetarse a los límites del citado art. 1970.

Dentro de ese margen de interpretación, un sector de la doctrina ha propuesto que el


“producto defectuoso” bien puede hallarse dentro de los parámetros del citado art. 1970. En
efecto, en esta línea se sostiene que un producto defectuoso es un bien riesgoso o
peligroso, y en cuanto tal, se halla bajo la órbita de la norma en referencia. Esta tesis se
construye a partir de una relación entre defectuosidad y peligrosidad, en la cual, lo segundo
es consecuencia de lo primero, pero no viceversa y de una concepción de la ‘peligrosidad’
donde su determinación es librada al arbitrio de los jueces, aun cuando puedan existir
categorías de productos que han sido calificados como peligrosos, como es el caso por
ejemplo, de los productos farmacéuticos o de las sustancias explosivas o tóxicas, etc. Se
entiende desde esta teoría que el ‘defecto’ supone la existencia de un riesgo o peligro, pero
además, que se trata de un riesgo de importancia tal que supera los beneficios que resultan
del producto, riesgo que es determinado por daños que previsiblemente se deriven del
producto defectuoso, esto es, según sean ‘consecuencia adecuada’ del mismo.

Consideramos que se trata de una teoría que simplifica sobremanera la atribución de


responsabilidad al productor. Cierto es que el defecto del producto lo coloca en la
potencialidad de ocasionar daños y de allí el carácter de peligrosidad del mismo como un
acto negligente lo coloca en la potencialidad de generar daños a terceros y no por esto
diremos que resulta aplicable el art. 1970. En fin, la hipótesis de responsabilidad que sugiere
la existencia de un producto defectuoso no es tan simple como lo plantea la tesis que
criticamos, pues, lo que en realidad se tiene que hacer para determinar de qué
defectuosidad se trata, es examinar si ésta se halla en la fabricación (manufacturing defect),

27
Responsabilidad Civil - UAP

diseño (design defect) o en el avisaje (warning defect), en cuyo caso, el standard varía de
acuerdo al tipo de defecto.

Es en los dos últimos casos de los mencionados, donde se revela la dificultad de establecer
la defectuosidad, pues no basta la simple disconformidad del producto con respecto a la
serie a que pertenece (manufacturing defect), aquí se tomarán en cuenta una serie de
circunstancias que delaten el producto como inseguro, entre las cuales se considera
también, la conducta razonable del consumidor en el uso del producto.

Así, cuando se tiene presente la necesidad de llevar a cabo todo un análisis de la


defectuosidad, nos damos cuenta que la operación para atribuir responsabilidad al productor
no es simple. Muy por el contrario, esa operación se convierte en el eje de la imputación de
responsabilidad. Ante lo cual preguntamos, siendo ello así, ¿es realmente el ‘riesgo’ el
fundamento de la imputación de responsabilidad, o es acaso que el quid de la
responsabilidad reposa en el ‘defecto’? La evolución que ha tenido el tratamiento del tema
a nivel de derecho comparado avala una respuesta en el último sentido.

En síntesis, por las razones expuestas, entre otras que podrían agregarse, no consideramos
que el art. 1970 sea el canal correcto para fundar una responsabilidad objetiva del productor.
Presenta en cambio otras dificultades de aceptación, aún bajo esta teoría que criticamos, el
que se trate de considerar actividad peligrosa a toda la ‘actividad’ de fabricación.
Evidentemente, si un producto resulta defectuoso no determina necesariamente que toda la
actividad de fabricación lo sea. Así, para considerar a una cierta actividad como ‘riesgosa’,
siguiendo el criterio de la suficiente probabilidad y magnitud de los daños a que antes nos
hemos referido con relación a la aplicación del art. 1970, la propia actividad tendría que ser
susceptible de causarlos y no sólo uno de sus productos.

Quienes defienden la tesis que opta por la aplicación de dicha norma a los daños derivados
de productos defectuosos, consideran así, que podrá calificarse como actividad peligrosa a
la fabricación o distribución de productos genéricamente peligrosos, tales como los
medicamentos, los explosivos, etc.

Nuevamente, la tesis en referencia pasa por alto el hecho que sea la defectuosidad del
producto la que determina la imputación de responsabilidad mas no así el riesgo de toda la

28
Responsabilidad Civil - UAP

actividad de fabricación. Ello claro está, sin perjuicio de reconocer la existencia de


actividades intrínsecamente riesgosas, como la de producción y distribución de explosivos,
por ejemplo.

Consideramos de suma trascendencia, establecer una distinción entre la responsabilidad


objetiva por ‘riesgo’ de la responsabilidad objetiva por producto defectuoso.
 En el primer caso, quien ejerce la actividad riesgosa o utiliza un bien
‘intrínsecamente riesgoso’ tiene el control de la actividad o del bien en cuyo ámbito
se generarán daños a terceros.
 En cambio, en el segundo caso, los daños derivados de productos defectuosos se
producen en el ámbito del consumidor o usuario del producto defectuoso, en mérito
de lo cual, se ha de tomar en cuenta la conducta razonable de este último tendiente
a evitar la producción de daños.

Es decir, que en el problema de la atribución de la responsabilidad objetiva por productos


defectuosos, la propia configuración de la ‘defectuosidad’, que más bien se sustenta en un
criterio de racionabilidad de la actividad del productor con la del consumidor, determina la
naturaleza específica de la presente hipótesis de responsabilidad.

3.3.4. LA DEFINICIÓN DE ‘DEFECTO’

Una definición de producto defectuoso se introduce en el Perú sólo a través del D. Leg. N°
716 de 1991, que promulga las normas sobre tutela del consumidor. Se trata, sin embargo,
de una definción que específicamente contempla el art. 32 de dicho texto legal pero que,
según se observa de la doctrina y jurisprudencia, no ha recibido mayor acogida sino sólo en
el ámbito de la tutela administrativa encargada a una entidad específica como es
INDECOPI. Antes de dicha ley, las referencias que se hacen sobre el ‘defecto’ tanto a nivel
de doctrina como de la jurisprudencia son sumamente genéricas, indicando algunas veces
la noción de un ‘vicio oculto’, otras en cambio precisan que la “defectuosidad no se
determina por la inadecuación del producto para el uso esperado por el consumidor, sino
por el peligro que presenta”.

El problema entonces se traslada a definir la ‘peligrosidad’. A nivel de jurisprudencia, la


palabra ‘defecto’ es más bien inexistente, se hace referencia a los daños que provienen del

29
Responsabilidad Civil - UAP

consumo o uso de un producto y, es en cambio, la doctrina reciente que identifica en las


pocas sentencias sobre la materia el problema de la ‘defectuosidad’ aludiendo a él incluso
de acuerdo a la diferencia que postula la tipología de los defectos. Así, la doctrina peruana
encuentra que el tipo de ‘defecto’ que presentan las pocas sentencias que sobre este
problema se tienen a la vista, es el de avisaje (warning defect). En efecto, son casos
concernientes a una errónea etiquetadura de los productos que determina que los mismos
circulen y cuando llegan al consumidor éste considera que ha adquirido el correcto mientras
que en realidad, por ese error, le han entregado otro.

3.3.5. EL RESPONSABLE

De acuerdo a la doctrina que propone la aplicación del art. 1970 sobre responsabilidad por
actividad riesgosa el responsable de los daños generados por sus productos defectuosos
sería quien desarrolla la actividad riesgosa o peligrosa, osea, en términos concretos, lo
sería el titular de la actividad de producción. En cambio, si se tratase de un ‘bien’ riesgoso
o peligroso, surge el problema de establecer quién es el responsable, desde que pueden
ser varios los sujetos con los que el bien se halle en relación de pertenencia: así, el
fabricante, el importador, el distribuidor, el ensamblador, o hasta el conductor (si se tratase
de un automóvil).

Se trata de establecer quién causó el daño mediante el bien riesgoso o peligroso. Ello sería
determinado merced a la aplicación del criterio de ‘causalidad adecuada’ que expresamente
contempla el art. 1985: “relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño
producido”. No obstante, dicha responsabilidad la extienden, quienes sostienen la aplicación
del art. 1970, a todos los integrantes de la cadena de producción y distribución del producto
defectuoso, bajo la consideración de que son todos ellos los que contribuyen a crear el
riesgo.

No siendo correcta la teoría del riesgo para fundar la responsabilidad del productor, como
lo hemos señalado en líneas anteriores, tampoco lo es el art. 1970 a los fines de determinar
quién es el responsable. La aplicación de esta norma supondría que es el productor
únicamente que participa en la creación del riesgo, sin tenerse en consideración si el
consumidor podía con su conducta prevenir o evitar los riesgos de acuerdo a un uso o
consumo razonable del producto. Ciertamente, el art. 1970 nos obligaría a quedarnos en el

30
Responsabilidad Civil - UAP

examen del ‘origen’ del defecto para así atribuírselo a quien lo creó, porque fue él quien
introdujo en el mismo la potencialidad dañosa. Pero así planteada la atribución de
responsabilidad del productor, nos acerca a la perspectiva que se tiene desde la
responsabilidad por culpa, donde para determinar de dónde provino el daño se atiende sólo
a uno de los sujetos implicados en la relación de consumo, al productor que en esta última
perspectiva fue negligente en la elaboración del producto.

En efecto, de acuerdo al criterio de la responsabilidad por culpa, contemplado en el art.


1969, sería el productor que incurrió en negligencia en el proceso de elaboración del
producto a quien se le imputaría la responsabilidad. En esa culpa descansaría la causa del
daño sufrido por el consumidor del producto defectuoso.

3.3.6. LAS DEFENSAS DEL RESPONSABLE

Si la jurisprudencia aplica el criterio de la culpa, como aparentemente lo hace en sus


sentencias, aun cuando ésta resulte siendo una ficción, el responsable para liberarse de
responsabilidad conforme al art. 1969 C.C. debe probar que en la elaboración del producto
aplicó la diligencia necesaria exigida a un productor promedio. Cierto es, que los jueces
tienden a ser muy rigurosos con la prueba liberadora de responsabilidad al punto que en los
hechos parece que se tratara de una hipótesis de responsabilidad objetiva.

De acuerdo a la posición de la doctrina que ha preferido la aplicación de un criterio objetivo


de imputación, como es el contenido en el art. 1970 C.C., la prueba de la ausencia de culpa
no libera de responsabilidad. De consecuencia, el productor responde aun cuando no le
haya sido posible evitar el defecto en el producto, así como también en el caso del llamado
‘riesgo de desarrollo’ que plantea la defensa conocida a nivel de derecho comparado como
la ‘state of art defense’.

Otras defensas que el responsable puede invocar son las que nuestra doctrina ha
contemplado como “situaciones excepcionales, algunas de ellas de emergencia, en las que
la ley nos faculta a dañar en función de un bien superior”.

Tales situaciones se hallan previstas en el art. 1971 C.C. y son las siguientes:

31
Responsabilidad Civil - UAP

1) El ejercicio regular de un derecho;


2) La legítima defensa de la propia persona o de otra en salvaguardia de un bien propio
o ajeno;
3) La pérdida, destrucción o deterioro de un bien por causa de la remoción de un
peligro inminente, producidos en estado de necesidad, que no excede lo
indispensable para conjurar un peligro y siempre que haya notoria diferencia entre
el bien sacrificado y el bien salvado.

Se trata de hipótesis de no responsabilidad que un sector de la doctrina en el Perú considera


operativas tanto para los casos de responsabilidad por culpa como a la responsabilidad por
riesgo. Y en esa línea, las hipótesis del art. 1971 resultaría también aplicables a la
responsabilidad por daños causados por productos defectuosos.

Contrariamente a la opinión doctrinaria en referencia, nosotros consideramos que las


hipótesis del art. 1971 al excluir la ‘ antijuridicidad’ del acto o actos que dieron lugar al daño,
se refiere a los casos de responsabilidad por hecho personal , en la que entra en cuestión
la ‘culpa’, no está referida a una pretendida ‘ antijuridicidad del daño’ como la doctrina con
la que discrepamos pretende establecer justificando la aplicación del art. 1971 para convertir
al daño causado en un denominado ‘daño autorizado’ y consecuentemente, justificar su
aplicación a la hipótesis de responsabilidad por riesgo del art. 1970.

Nosotros somos de la opinión que el art. 1971 puede ser aplicado con respecto a la hipótesis
de responsabilidad subjetiva que contempla el art. 1969, mas no así, con respecto a la
hipótesis del art. 1970 con respecto al cual, no cabe hablar de una supuesta ‘antijuridicidad’
de la actividad generadora del daño, por tratarse de una actividad lícita.

Finalmente, el demandado puede invocar para liberarse de responsabilidad cualquiera de


los supuestos que excluyen el nexo de causalidad. Se trata de las hipótesis de interrupción
del nexo de causalidad que en nuestro Código Civil se hallan previstas en los arts. 1972 y
1973. El primero, se refiere a las clásicas hipótesis de caso fortuito y fuerza mayor, de hecho
determinante de tercero y a la imprudencia de quien padece el daño, las que interrumpen el
nexo de causalidad. El segundo, concierne a los supuestos de con causación: “Si la
imprudencia sólo hubiere concurrido en la producción del daño, la indemnización será
reducida por el juez, según las circunstancias”.

32
Responsabilidad Civil - UAP

3.3.7. SOBRE LOS DAÑOS RESARCIBLES

De acuerdo al art. 1985 C.C. que se halla contenida en el Título sobre la responsabilidad
extracontractual, son resarcibles el ‘daño emergente’, el ‘lucro cesante’, el ‘daño moral’, el
‘daño a la persona’, siempre que exista una relación de causalidad adecuada entre el hecho
y el daño producido.

Como se observa, en el ordenamiento peruano no se ha contemplado el resarcimiento del


llamado ‘daño punitivo’. No obstante ello, a través de una interpretación extensiva del daño
moral, se podría llegar a considerarlo a los fines de la suma resarcitoria general a favor de
la víctima. En cuanto a la extensión de los daños resarcibles, el Código Civil peruano de
1984 contiene una norma, el art. 1321, que en línea con los Códigos Francés e italiano,
limita el alcance de los daños por incumplimiento contractual a las consecuencias
inmediatas y directas. Esa misma norma tiene como antecedente nacional al art. 1323 del
derogado Código Civil de 1936, respecto del cual, un sector importante de la doctrina
peruana se pronunció por su aplicabilidad al ámbito de la responsabilidad extracontractual
-llamada bajo el viejo Código como “De los actos ilícitos”-. Tal aplicabilidad de la norma
contemplada en el ámbito de la responsabilidad “contractual” opera en Italia, merced a una
remisión legislativa, y en Francia, merced a la interpretación doctrinaria y jurisprudencial.

Por tanto, el criterio de los daños directos e inmediatos es aplicable al área de los daños
derivados de productos defectuosos. Cierto es que, la interpretación de lo ‘directo’ y lo
inmediato’ no responde a parámetros de literalidad, sino conforme se desprende de la
doctrina y jurisprudencia comparadas, en la práctica se les entiende con un sentido de
‘normalidad’ o ‘regularidad’ causal.

3.3.8. PRUEBA DE LOS ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD

La víctima del daño derivado de producto defectuoso a los fines de obtener el resarcimiento
correspondiente tendrá que acreditar el daño, su relación de causalidad adecuada- de
conformidad con lo establecido en el art. 1985 C.C con el origen del riesgo, esto significa
descubrir la existencia de un defecto en el producto, mejor dicho, quién creó o introdujo ese
defecto en el producto, en fin, todo esto, si nos circunscribimos a la hipótesis de

33
Responsabilidad Civil - UAP

responsabilidad objetiva del art.1970, que es por el que se orienta un sector importante de
la doctrina peruana para los efectos de la atribución de responsabilidad al productor.
Ciertamente, para que opere esta norma, debe quedar probado que se trata de un ‘producto
defectuoso’, el que automáticamente se convierte en ‘riesgoso’ o ‘peligroso’ desde la
perspectiva de la doctrina peruana que defiende la aplicación del citado art. 1970. Cierto es,
que no podemos de las magnánimes dificultades que implicaría la determinación de la
defectuosidad, siendo precisamente éste el problema que, en nuestro concepto, pone en
crisis una aceptación simplista de la tesis de la responsabilidad por riesgo a los casos de
daños derivados de productos defectuosos.

En todo caso, está abierta la posibilidad que la víctima invoque la aplicación del art. 1969
C.C. que contempla el principio de la responsabilidad por culpa. Y, siendo esta norma una
que ha contemplado expresamente la inversión de la carga de la prueba de la culpa, resulta
que será el imputado quien deba probar su diligencia en el proceso de elaboración del
producto materia de cuestionamiento.

Ciertamente, se trata de una norma que no favorece en lo absoluto a la víctima de los daños,
desde que las exigencias de los jueces en cuanto a la prueba liberadora pueden ir desde
las más condescendientes a las más rigurosas con el agente del daño.

El principio del “respondeat superior”. En materia de responsabilidad extracontractual, el art.


1981 ha contemplado la hipótesis de responsabilidad objetiva del principal por los hechos
de sus dependientes. Es decir, el empresario respondería de los hechos de sus
dependientes. El requisito de la dependencia, es un concepto que no necesariamente
implica una subordinación de trabajo, sino una subordinación de hecho, que efectivamente
represente para el principal la facultad de dar indicaciones para la realización de un
determinado trabajo o encargo.

Esta norma resulta aplicable en materia de daños derivados de productos defectuosos. Así,
el demandado, sea el fabricante, el distribuidor, el importador serían responsables solidarios
por los hechos de sus dependientes, si el daño fue resultante del ejercicio de sus respectivas
actividades en el proceso de elaboración del producto.

34
Responsabilidad Civil - UAP

3.4. LAS FUENTES DE DERECHO, DESARROLLOS Y POLÍTICAS

3.4.1. FUENTES DEL DERECHO

En el Perú, la responsabilidad civil por daños derivados de productos defectuosos y de la


ejecución defectuosa de una prestación de servicios halla su fuente principal en el régimen
de responsabilidad civil, sea contractual como extracontractual, que prevé el Código Civil
vigente.

Existe desde 1991 en nuestro país, una normatividad específica relativa a la protección
del consumidor, dictada por D. Leg. 716., a la cual se encuentran sometidos todas las
personas naturales o jurídicas, de derecho público o privado, que se dediquen en
establecimientos abiertos al público, o en forma habitual, a la producción o
comercialización de bienes o la prestación de servicios en el territorio nacional.

Dicha normatividad tiene fundamentalmente naturaleza administrativa, aunque


encontramos, en el art. 32° de su texto una norma que consagra la responsabilidad del
proveedor de productos defectuosos por los daños que de éstos se deriven. Así, para los
efectos resarcitorios de dichos daños, la víctima tendría que recurrir al fuero jurisdiccional.

Decimos que la normatividad dictada por D. Leg. 716 es de naturaleza administrativa


porque además de señalar los derechos de los consumidores y las obligaciones de los
proveedores de productos y servicios, establece sanciones de índole administrativa para
el proveedor que incumpla con lo contemplado en ese dispositivo legal. Sanciones que
van desde las advertencias y multas, hasta la clausura definitiva del local comercial, y son
establecidas por la autoridad administrativa competente - inicialmente, lo era en primera
instancia administrativa el Consejo distrital donde se hallaba ubicado el establecimiento,
y en segunda y última instancia administrativa, el Ministerio de Industria, Comercio Interior,
Turismo e Integración; en 1992, en que se crea por ley el Instituto Nacional de Defensa de
la Competencia y de la Protección de la propiedad Intelectual (INDECOPI ), éste se
convierte en el único ente que conoce en vía administrativa de las acciones interpuestas
por los consumidores para hacer valer sus derechos.

35
Responsabilidad Civil - UAP

El INDECOPI carece de facultades jurisdiccionales, por lo que no se halla en la capacidad


de atender acciones que persigan el resarcimiento de daños derivados de productos
defectuosos o de la defectuosa ejecución de una prestación de servicios. Sin embargo, el
INDECOPI al constituirse en un ente destinado a sancionar al proveedor de bienes o
servicios que atente contra las prácticas regulares del mercado, afectando a los agentes
del mismo y a los consumidores, emite a través de sus resoluciones administrativas una
serie de lineamientos y definiciones que van marcando los pasos a seguir en el mercado
nacional. Así por ejemplo, se va delineando una figura del ‘consumidor’, se va
introduciendo y difundiendo nociones sobre los tipos de ‘defectos’ de los productos, etc.

Las resoluciones administrativas del INDECOPI que se expiden en última instancia, pasan
a tener la calidad de precedentes de observancia obligatoria. Nótese, sin embargo, que
todo esto se da a nivel del ámbito administrativo, no trascendiendo al ámbito jurisdiccional,
el cual, bien puede contradecir la orientación, sea a nivel de conceptualización o de
definición de política a seguir adoptada por el ente administrativo e introducir otros criterios
aplicables al caso concreto.

El Poder Judicial ha tenido a la vista escasísimos casos de reparación de daños derivados


de productos defectuosos, de consecuencia, no puede decirse que se hayan formado
lineamientos jurisprudenciales sobre los diversos aspectos del problema. Lo que hay son
sólo algunos casos de los que podemos extraer algunas indicaciones de cómo los jueces
se han pronunciado, básicamente con respecto a los casos de daños derivados por
‘defectos de avisaje’ que no son otra cosa que los llamados en la experiencia
norteamericana como los warning defects.

La doctrina peruana, como hemos referido en la parte primera de este informe , tampoco
es rica en la materia. No obstante, a diferencia de lo que presenta nuestra jurisprudencia,
ofrece una toma de posición de parte de un sector de ella, sobre el problema de daños
derivados de productos defectuosos.

3.4.2. TENDENCIAS Y POLÍTICAS EN LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA DE LA TUTELA DEL


CONSUMIDOR FRENTE AL PROBLEMA DE LOS DAÑOS DERIVADOS DE
PRODUCTOS DEFECTUOSOS.

36
Responsabilidad Civil - UAP

En cuanto a los standards aplicados por los jueces: Hemos precisado en la parte primera
del presente informe que si bien bajo la vigencia del Código Civil derogado (el C.C. de
1936), el que no contemplaba una hipótesis de responsabilidad extracontractual por riesgo
del bien o de la actividad como sí lo hace el actual C.C. de 1984 (art. 1970), los jueces
disponían de un principio general de ‘responsabilidad por culpa’, de acuerdo al cual, tenían
que ser dilucidados los casos de daños derivados también por el uso o consumo de un
producto defectuoso - aunque no se aplicara esta terminología-, lo que en concreto se
observa de las pocas sentencias que afrontaron el problema que planteaban este tipo de
daños, es que los jueces presumían la culpa del fabricante de un producto defectuoso sin
admitir, en muchos casos, la prueba en contrario, o si la admitían, exigían una prueba
liberadora sumamente rigurosa para el demandado.

En efecto, se observa que en los casos en que los jueces han tenido que afrontar un
problema de daños derivados de productos defectuosos, éstos han sido severos en su
razonamiento, más bien orientados a conceder la suma resarcitoria a la víctima de los
daños. Consideramos que la tendencia a privilegiar el resarcimiento de los daños a favor
de la víctima se mantendrá como tal, también a la luz del C.C. de 1984, el cual, incorpora
claramente una hipótesis de ‘responsabilidad por riesgo’ (art. 1970), la que si bien no es
la norma más adecuada para fundar un caso de responsabilidad del productor, sin
embargo, reconoce claramente un supuesto de responsabilidad objetiva bastante amplio
y vago, cuyos límites quedan en manos de la jurisprudencia.

El Decreto Leg. 716 dictado en 1991, es una expresión de una toma de conciencia sobre
la necesidad de proteger al consumidor, esto es así, aun cuando la hipótesis de
responsabilidad objetiva del proveedor de productos defectuosos que prevé en su art. 32,
como lo hemos explicado en la primera parte del informe, no haya sido considerada aún
por los jueces en sus sentencias, resultando de consecuencia, una desaplicación de hecho
del referido art. 32.

La creación del INDECOPI en el año 1992, como ente exclusivo para avocarse en vía
administrativa el conocimiento y resolución de todas las quejas planteadas por los
consumidores que vean afectados sus derechos, es evidentemente un claro signo de una
política del Estado emprendida en el último decenio para tutelar el desarrollo del mercado
y con ello, la tutela de su personaje central, el consumidor.

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Responsabilidad Civil - UAP

Las resoluciones del INDECOPI revelan una clara influencia de los desarrollos alcanzados
por el derecho norteamericano en la definición del consumidor, y los criterios a considerar
en la decisión para sancionar a quien incumple las normas de protección al consumidor.
Se observa en ellas el empleo de criterios propios del análisis económico del derecho.

Sin embargo, toda la línea que va marcando el INDECOPI no es asumida por el órgano
jurisdiccional, que más bien se mantiene a la interpretación del texto del Código Civil. En
cuanto a las políticas del gobierno sobre la protección del consumidor, éstas, si bien
existen, como se deduce de la existencia de un ente que se encargue de velar por el
desarrollo del mercado y la tutela del consumidor, se ven sumamente perjudicadas por el
elevado índice de informalidad del comercio que constituye uno de los más preocupantes
problemas a que debe hacer frente el Gobierno peruano, problema que hoy alcanza límites
alarmantes.

En el Perú, podemos considerar que el área de la producción que mayores problemas ha


suscitado en cuanto a daños derivados de productos defectuosos, es el de los productos
farmacéuticos. Dada la incipiente y casi nula industria nacional en esta área de la
producción, los productos farmacéuticos generalmente son importados. Cierto es que los
laboratorios que emprenden su distribución en el mercado asumen la responsabilidad por
los defectos de los mismos. Sin embargo, muchas veces, ingresan al Perú, medicinas
vencidas o cuyo consumo ha sido prohibido en el país de proveniencia. Todo esto, no
constituye sino una indicación de que el problema de circulación de productos
farmacéuticos defectuosos es de suma gravedad.

En razón a ello, se debe distinguir el supuesto del art. 1970 c.c. del de responsabilidad por
productos defectuosos. En efecto, mientras que la responsabilidad por producto defectuoso
se da cuando el producto “no ofrece la seguridad a que las personas tienen derecho”,
causando daños “a la integridad física de los consumidores o a sus bienes”, la responsabilidad
regulada en el art. 1970 c.c. se basa en el ejercicio de actividades (o cosas) riesgosas o
peligrosas. Dicho en palabras más simples: mientras la primera se fundamenta en el criterio
del “defecto” del producto, la segunda en el de “riesgo” de la actividad o del bien. En el caso
de la responsabilidad civil por el ejercicio de actividades riesgosas o peligrosas (o por bienes
con dicha calificación), la responsabilidad “funge como criterio para re-equilibrar los costos

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Responsabilidad Civil - UAP

sociales producidos por ciertas actividades objetivamente riesgosas, sobre el presupuesto de


su reconocida utilidad: no se puede evitar la construcción de pólvora para disparar, la actividad
de llenado de balones de gas, la actividad farmacéutica, la actividad química, la actividad
militar, etc., se debe, por otro lado, agravar el régimen de responsabilidad del que ejerce dichas
actividades, de tal manera que tutele a los privados por el riesgo de los daños”.

El concepto de riesgo no es ajeno a los productos defectuosos, su mismo concepto, entraña


la idea de riesgo o peligro. Incluso, dentro de esta disciplina se habla, como ya lo habíamos
visto anteriormente, del “riesgo de desarrollo”, entendido “como un riesgo que da lugar a un
defecto pre-existente al momento de la puesta en circulación del producto, aunque no pueda
ser descubierto en el estado de los conocimientos técnicos o científicos” del momento de su
producción y circulación inicial. Para la doctrina que vengo citando, en opinión que comparto,
mientras la responsabilidad del productor de productos defectuosos se basa en “el riesgo de
la puesta en circulación de productos destinados a un consumo de masa y, que justo por ello,
pueden causar daños”, el que ejercita una actividad riesgosa o peligrosa “responde porque
ejercita una actividad peligrosa” o es titular de bienes del mismo tipo. Sin embargo, se advierte
que pueden existir casos de sobreposición en ambos tipos de responsabilidad, como es el
supuesto de la responsabilidad del productor farmacéutico y de la empresa que suministra
energía eléctrica. Sobre el primer caso me referiré después y sobre el segundo es necesario
distinguir si el daño se produjo por el servicio de suministro (al que se le aplicaría el art. 1970
c.c.) o a la electricidad en sí misma considerada (art. 32 Ley de Protección al Consumidor).

3.5. CONCLUSIONES

3.5.1. El vendedor, tanto en materia civil como comercial, tiene la obligación de entregar un bien
apto e idóneo que cumpla con el fin para el cual ha sido adquirido por el comprador, es
por ello que para determinar la existencia de defectos en los productos se debe tener en
cuenta los siguientes criterios: el diseño del producto, su puesta en el mercado, su uso
previsible, materiales, contenido y condición del mismo.

3.5.2. La doctrina y legislación peruana, siguiendo la tendencia impuesta en el derecho


extranjero y comunitario, se han pronunciado a favor de la responsabilidad objetiva
del proveedor, en la que el fundamento base de la imputación de responsabilidad es
precisamente, el defecto y no el riesgo de la actividad que fabrica el producto.

39
Responsabilidad Civil - UAP

3.5.3. El saneamiento por vicios ocultos se da “cuando el bien carece de las cualidades
prometidas por el transferente que le daban valor o lo hacían apto para la finalidad
de la adquisición”, mientras que la responsabilidad por productos defectuosos se da
cuando el producto “no ofrece la seguridad a que las personas tienen derecho” causando
daños a la integridad de los consumidores o a sus bienes.

3.5.4. Debido a la multiplicidad de proveedores que intervienen desde la fábrica hasta el


consumidor, y atendiendo a que en no pocos casos es difícil o casi imposible determinar
al responsable del daño, el deber de reparación a favor del consumidor es impuesto
de manera solidaria a todos los proveedores del producto defectuoso, dejando la norma
a salvo las acciones repercursorias entre proveedores, quienes perseguirán al que le
entregó previamente el producto o fue causante del defecto.
3.5.5. Los daños indemnizables por responsabilidad civil por productos defectuosos son el daño
emergente, lucro cesante, daño a la persona y daño moral.

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Responsabilidad Civil - UAP

CAPITULO IV

LA RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS MEDICOS

41
Responsabilidad Civil - UAP

INTRODUCCIÓN

La responsabilidad civil médica constituye un supuesto de particular importancia dentro de


la responsabilidad civil en general y específicamente, de la responsabilidad profesional, cuya
existencia como una institución o figura jurídica independiente de la responsabilidad en general
no resulta pacífica.

La responsabilidad civil médica - al igual que sucede con la responsabilidad por daños
ambientales o la generada por productos defectuosos -, ha cobrado un desarrollo notable en
los últimos años. Como lo sostiene Vásquez Ferreyra, si revisamos en cualquier repertorio de
jurisprudencia que tenga más de treinta años, difícilmente encontraremos algún fallo -
absolutorio o condenatorio - en el cual se ventilen cuestiones referidas al accionar de los
profesionales de la salud; sin embargo, en la actualidad el panorama ha cambiado radicalmente,
toda vez que las demandas por responsabilidad civil contra médicos y establecimientos de salud
son abundantes, tanto así que no se ha dudado en calificar dicha situación como la “fiebre
de la responsabilidad médica”.11

Es que no se puede negar que la Medicina es en la actualidad una de las actividades más
expuestas al riesgo de acciones de indemnización por perjuicios. Son múltiples las causas
de este notable aumento de demandas por responsabilidad civil contra médicos y
establecimientos prestadores de salud. En primer lugar, no es que ahora los médicos actúen con
mayor negligencia que años atrás, sino que han perdido la histórica inmunidad de la que gozaban
y, en mérito a la cual sólo estaban sometidos a las reglas de la ética profesional o a su
conciencia y en caso de quebrantarlas simplemente se limitaban a la censura social.

Incluso, anteriormente el médico era considerado como un superior o hasta divino que nunca
podía equivocarse y si algo malo le ocurría al paciente, era recibido como producto de la
voluntad de Dios o como una fatalidad del destino, inclusive a mediados de la década del
cuarenta del siglo pasado aún se sostenía que “un enfermo debe aceptar un margen de

11
VASQUEZ FERREYRA, Roberto: “La responsabilidad civil de los médicos” en:
www.sideme.org/doctrina/artículos/respcivmed_rvf.pdf

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Responsabilidad Civil - UAP

inconvenientes y de peligros derivados de la medicina y del médico mismo, como un hecho


fatal, como acepta la enfermedad misma…”12.

Otra de las causas del aumento de litigios contra los galenos es que en la actualidad la relación
médico – paciente se ha modificado sustancialmente por la llamada masificación de la
medicina, fenómeno producido “…fundamentalmente por la demanda cada día más creciente de
prestación de servicios médicos, donde la atención personalizada que caracterizaba el ejercicio
de la actividad médica, que se identificaba fundamentalmente con la figura del “médico familiar”,
ha sido sustituida por la llamada medicina social que responde a la necesidad de ampliar la
prestación de servicios de salud a todos los sectores de la población”.

Además, los enormes avances de la medicina han hecho necesaria la especialización, lo


que conlleva a que un mismo paciente sea atendido por múltiples profesionales,
desconociendo muchas veces la identidad de los mismos, habiéndose extinguido la antigua
relación de confianza que existía con el “médico de cabecera”.

El lado positivo es que “la aceptación de la responsabilidad médica no destruye la iniciativa del
médico ni paraliza el progreso. De hecho la responsabilidad sólo afectará a los médicos mediocres
y no son ellos los que hacen progresar la ciencia médica. Y, por el contrario, la responsabilidad
consolidará la buena reputación del médico, pues se castigará a los que obraron con
negligencia, pero nunca se atentará contra los demás. El médico negligente, sabiendo las
consecuencias de su falta, prestará más atención y ello redundará en beneficio de todo el cuerpo
médico”

12
MARAÑÓN, Gregorio citado por Ricardo Luis Lorenzetti: “La responsabilidad médica” en “Responsabilidad Civil. Derecho
de Daños”; Tomo V; Editorial Grijley; Lima, 2006; Pg. 133

43
Responsabilidad Civil - UAP

4. RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS MÉDICOS

“Muchas clínicas obligan a los médicos a constituir personas jurídicas independientes,


para evitar el pago de reparaciones. El argumento para neutralizar esta maniobra es el principio
de apariencia: el paciente acude a un determinado médico, por la seguridad que le garantiza
la estructura sanitaria.”

4.1. DEFINICIÓN

Obligación que tienen los médicos de reparar o satisfacer las consecuencias de sus actos,
omisiones, y errores dentro de ciertos límites, cometidos en el ejercicio de su profesión.

 La responsabilidad es genérica => Derecho Médico


 Independencia conceptual: procesal penal y civil.
 Se transfiere el daño sufrido a quien lo ha causado

Desde el ámbito de los servicios médico podemos sostener que todo profesional médico que
no ejecuta sus obligaciones sea con intención de incumplirlas directamente (dolo) o por culpa
inexcusable o culpa leve, es responsable por los daños que causen dichas conductas
antijurídicas y culpables, y por ende del pago de una indemnización a favor del paciente. En
ese contexto podemos encontrar los siguientes supuestos:

Omisión de prestación de servicios médicos, en la cual el profesional médico omite realizar una
asistencia médica en el momento oportuno, siendo las razones más comunes un diagnóstico
deficiente sobre emergencia médica o la escasez de recursos del paciente, siendo subtipos de
este supuesto:

A. Imposibilidad sobreviniente, el profesional médico no ha realizado el acto médico


necesario para resguardar la integridad física del paciente, por disposición del centro
médico o por iniciativa propia, razón por la cual la salud del paciente se agrava, incluso
en ocasiones de manera irreversible, siendo por ello imposible que la prestación del
centro médico o el profesional médico pueda ejecutarse luego de acaecido el daño,
razón por la cual sobreviene una imposibilidad de la ejecución de la prestación.

44
Responsabilidad Civil - UAP

B. Retardo, el centro médico o profesional médico según sea el caso, no ha brindado el


servicio médico de manera oportuna, sin embargo los resultados de la prestación
médica son todavía necesarios para mejorar la salud del paciente, existiendo la
posibilidad de evitar un daño médico por tratamiento tardío, si se ejecuta un acto
médico de urgencia. De producirse un daño a la salud del paciente por haber ejecutado
tardíamente el acto médico estos daños son indemnizables plenamente.

C. Incumplimiento del servicio médico, el centro médico o el profesional médico estando


obligado contractualmente a realizar un acto médico no lo ha realizado oportunamente,
pese a los requerimientos del paciente, y siendo la prestación aún posible de ejecutar,
el paciente, si tiene los medios económicos, puede optar porque el mismo lo ejecute
un tercero, exigiendo posteriormente que estos costos y los daños y perjuicios
generados sean asumidos por el centro médico o profesional médico que tenía la
obligación contractual de ejecutarlos.

POTESTAD SANCIONADORA DEL COLEGIO MÉDICO DEL PERÚ


Es potestad del Colegio Médico del Perú, previo un debido procedimiento Ético
Disciplinario, imponer sanción a cualquiera de sus miembros que, en el ejercicio de la
profesión o en el desempeño de cargos directivos o encomendados por sus
organismos, faltara a las disposiciones del Estatuto, Reglamento, Código de Ética y
Deontología, demás reglamentos, o a los acuerdos y resoluciones emanados por el
Consejo Nacional o El Consejo Regional según corresponda.

Prestación defectuosa del servicio médico, en la que el centro médico o profesional


médico ha realizado el acto médico para cumplir con la prestación médica requerida;
sin embargo este no se ajusta a la calidad del servicio pactado entre el médico y el
paciente, por ejemplo: una intervención odontológica o una cirugía plástica, o peor aun,
dicho acto médico no cumple la finalidad de mejorar la salud del paciente ni su calidad
de vida conforme lo convenido. En este ámbito encontramos los siguientes supuestos:

Cumplimiento defectuoso del servicio médico, esto es cuando se ofrece un servicio


con determinada calidad y condiciones, y la prestación ejecutada es de una calidad
inferior por ejemplo: se utiliza en una curación odontológica materiales de una calidad
inferior lo que ocasiona no solo un posterior malestar en el paciente sino incluso un

45
Responsabilidad Civil - UAP

daño médico, o se produce un resultado diferente al prometido al paciente al haberse


por usado por ejemplo: ivocron (material más barato) en lugar de porcelana para
realizar una prótesis fija de una pieza dentaria, no obstante lo pactado con el paciente,
siendo ello no solo menos estético sino menos duradero. Otro caso puede ser la
realización de un tratamiento para el acné con laser que ocasiona quemaduras de
segundo grado en el paciente y no el resultado deseado por la paciente.

Cumplimiento parcial del servicio médico, este supuesto se presenta cuando el acto
médico no se ha culminado por completo habiéndose pactado la entrega total de una
prestación médica dentro plazo. Ejemplo: a nivel de servicios médicos odontológicos
en donde se puede cancelar completamente un servicio de ortodoncia o curaciones, el
cirujano dentista solo cumple con una parte del acto médico prometido, siendo en
muchas ocasiones este cumplimiento parcial el que ocasiona daños a la salud del
paciente y otros perjuicios de orden psicológico o emocional.

Cumplimiento tardío del servicio médico, es aquella situación en el que se ejecuta


el servicio médico de manera tardía o ejecutado fuera de los plazos recomendados
generando un perjuicio al paciente. Este es el caso del incumplimiento de la atención
debida en caso de emergencia, o el caso de la instalación de una prótesis parcial o
removible anterior luego de un mes del plazo establecido, cuya ausencia provoca una
enorme incomodidad emocional al paciente, e incluso ser el inicio de una depresión al
haber estado indispuesto emocionalmente para continuar sus actividades diarias.

En el ámbito de la responsabilidad civil médico del galeno, la culpa será el factor de


atribución preponderante, pues cumple un rol desincentivador de conductas negligentes y
como incentivo para promover estándares de calidad en los servicios médicos. En otras
palabras, es la forma como la sociedad desaprueba conductas negligentes de los
profesionales médicos, y que puede tener su correlato en el ámbito administrativo, en
casos muy graves en el fuero penal. De ahí, que los seguros médicos directos, sea del
galeno o el paciente, no sustituyan a la responsabilidad civil de este rol de desaprobación
social, sobre todo ante la ausencia de procedimientos disciplinarios eficientes.

La responsabilidad civil por daños médicos parte de ordinario de un presupuesto


contractual. En este ámbito el médico que causa un daño médico con la intensión de

46
Responsabilidad Civil - UAP

hacerlo (dolo) o por negligencia responde por los perjuicios ocasionados. Sin embargo, el
propio centro médico debe responder en estos casos en razón a que realiza una actividad
riesgosa de cuyos daños es responsable, piénsese en las víctimas de infecciones
intrahospitalarias por no haber implementado las medidas de bioseguridad adecuadas.

También están los casos de los daños ocasionados por los incapaces a cargo de un centro
médico quien no tomo las medidas pertinentes para evitar los mismos. Empero, el
supuesto más común aplicado a la responsabilidad por daños médicos es el de la
solidaridad en el pago de la indemnización por daños médicos entre el profesional médico
y el centro médico en base al apotema de la responsabilidad del principal por los actos del
dependiente. Recordemos que en el caso de una responsabilidad por daños médicos por
incumplimiento de un contrato, el factor de imputación suele ser también la culpa,
negligencia y ocasionalmente el dolo.

En ese sentido, se puede señalar que la responsabilidad civil médica se define como la
institución por la cual los profesionales médicos y los centros hospitalarios responden por
los daños ocasionados al paciente al haber incumplido reglas de la medicina en el
momento de ejecutar la prestación de salud, sea por el hecho de dependientes, falta de
infraestructura, mantenimiento y limpieza de los equipos e instalaciones.

4.2. SEGÚN EL ORDENAMIENTO PERUANO

Los daños médicos pueden derivar de una negligencia médica, deficiencias de


infraestructura sanitaria, deficiencias en administración hospitalaria e incluso de errores o
accidentes médicos, y del grado de siniestralidad propio de esta actividad, dan como
resultado que estos riesgos solamente se puedan controlar con la medidas de prevención,
procedimientos disciplinarios y vigilancia de tasas referidas a eventos adversos, iatrogenia
negativa o quejas de casos de negligencia médica, en el ámbito de los programas de
seguridad del paciente y calidad de servicios de los hospitales.

De ahí, que la responsabilidad civil médica, puede clasificarse en dos grandes tendencias,
la responsabilidad civil subjetiva, que se basa en la culpa o el incumplimiento negligente
de guías o protocolos médicos, útil para determinar responsabilidades en los médicos, y
la otra gran corriente, la responsabilidad objetiva médica, aplicable a las organizaciones

47
Responsabilidad Civil - UAP

hospitalarias, en casos de infecciones intrahospitalarias, transfusiones y experimentos


médicos.

Ciertamente, el futuro de la reparación de daños médicos no es patrimonio exclusivo de


la responsabilidad civil, sino un ámbito compartido con los seguros de responsabilidad
civil, seguro del paciente, seguro del médico, los fondos colectivos de reparación de daños
médicos y en última instancia la seguridad social como se puede observar en los países
Europeos. En el Perú, en estricto prima la responsabilidad civil médica subjetiva, y en
menor grado la responsabilidad civil médica objetiva, pero subordinada a la primera como
se observa en la Ley General de Salud y nuestro Código Civil.

El Código Civil de 1984, con la presunción de culpa consagrada en su artículo 1969, en


su origen, fue saludado por la opinión iuris nacional, pues compartía la actitud objetivista
de la jurisprudencia peruana, al exigir que el demandado, presunto agente, pruebe la
ausencia de culpa, esto es su comportamiento diligente. Chabas afirma que esta
presunción general, muy favorable a los perjudicados, resulta demasiado severa para los
autores simplemente materiales de daños a los que se aplica, lo cual no compartimos.

Por otra parte, el Código de 1984, ya no contempla como su antecesor de manera expresa
la responsabilidad por daños médicos, sin embargo, contemplaban normas generales
aplicables a la responsabilidad civil por negligencia médica tales como:

 El artículo 1325º del Código Civil establece que el deudor que para ejecutar la
obligación se vale de terceros, responde de los hechos dolosos o culposos de estos,
salvo pacto en contrario. De esta forma, las clínicas, obras sociales beneficas y
hospitales cuando se valen de médicos para ejecutar sus prestaciones asumen
responsabilidad solidaria por los daños que estos pueden causar con ocasión de la
atención médica.
 El Artículo 1762° establece que si la prestación de servicios implica la solución de
asuntos profesionales o de problemas técnicos de especial dificultad, el prestador de
servicios no responde por los daños y perjuicios, sino en caso de dolo o culpa
inexcusable. La medicina es un ámbito donde no cabe culpas leves o pequeñas, pues
están en juego bienes jurídicos supremos, como la integridad física, la salud y la propia
vida, por lo que este artículo sólo es aplicable a casos de tratamientos experimentales

48
Responsabilidad Civil - UAP

o experimentos médicos, más no a la práctica común médica. En otras palabras, si la


prestación profesional es aquella de las que pueden calificarse de normales en el
ejercicio de la actividad profesional, inevitablemente el profesional se hayan sometido
a las reglas generales.

Por otro lado, la Ley General de Salud, Ley Nº 26842, de 1997, aborda de manera
frontal el tema en su artículo 48º según el cual “el establecimiento de salud o servicio
médico de apoyo es solidariamente responsable por los daños y perjuicios que se
ocasionan al paciente, derivados del ejercicio negligente, imprudente o imperito de las
actividades de los profesionales, técnicos o auxiliares que se desempeñan en éste con
relación de dependencia. Es exclusivamente responsable por los daños y perjuicios
que se ocasionan al paciente por no haber dispuesto o brindado los medios que
hubieren evitado que ellos se produjeran, siempre que la disposición de dichos medios
sea exigible atendiendo a la naturaleza del servicio que se ofrece”.

4.3. LA RESPONSABILIDAD CIVIL OBJETIVA DE LOS CENTROS DE ASISTENCIA MÉDICA


La llamada doctrina del riesgo se formula estableciendo que toda actividad que crea para
los demás un riesgo especial, hace al autor de tal actividad responsable del daño que
dentro de ese marco de riesgo se puede causar, sin que haya que buscar si ha existido o
no culpa por su parte. Se justifica con una elemental idea de justicia: si con su actividad
una persona se procura un beneficio es justo que repare los daños que causa.

En el caso específico de una negligencia médica de un profesional médico, entrañara la


responsabilidad solidaria de este último frente a la víctima, y lo propio ocurrirá si un menor
de edad o enfermo mental puesto a su cargo ocasiona daños a una persona 13. La
responsabilidad civil por hecho de las cosas animadas e inanimadas como los gérmenes
de un laboratorio también es un supuesto de responsabilidad civil por propagación de
enfermedades cuando medie culpa, dolo o una obligación de garantía o seguridad al
paciente, esto es había forma de evitar el contagio.

13
Téngase en cuenta el artículo 1975º.-―La persona sujeta a incapacidad de ejercicio queda obligado por el daño que ocasione,
siempre que haya actuado con discernimiento. El representante legal de la persona incapacitada es solidariamente responsable‖, y el
artículo 1976º.- “No hay responsabilidad por el daño causado por persona incapaz que haya actuado sin discernimiento, en cuyo caso
responde su representante legal”.

49
Responsabilidad Civil - UAP

Así por ejemplo, una infraestructura hospitalaria vetusta o ruinosa puede ocasionar la
propagación de enfermedades a los familiares o pacientes caso en el cual el hospital
deberá responder por estos perjuicios cuando era posible evitarlos con las medidas de
prevención correspondientes. Asimismo, el centro hospitalario también responde por los
casos en que algún animal del laboratorio escape y sea vector de una enfermedad,
diseminándola. Su responsabilidad también alcanza los cultivos de bacterias que realiza
y si estas por inobservancia de procedimientos de bioseguridad ocasionan infecciones
noscomiales independientemente que pueda repetir contra el personal médico
involucrado.

Compartimos con un sector de la doctrina el reconocimiento de la existencia de una


obligación de seguridad del paciente, a cargo de la entidad asistencial, que se obligó a dar
atención al paciente, sea vía contractual o por imperio de la ley, y que por tanto cuando el
médico causa un daño por mala práctica, origina responsabilidad directa. Esto en buena
cuenta es un tipo de responsabilidad objetiva, a cargo de la entidad, sanatorio u hospital,
con base en que al lucrar con la prestación de servicios médicos y asistenciales, se hace
razonable que cargue con las consecuencias de la culpa de los profesionales, máxime
cuando entonces la reparación de los daños posiblemente sería más segura para quien
los sufre.

Así, el centro hospitalario, deudor de la prestación asistencial no puede exonerarse


alegando culpa o dolo del dependiente (auxiliar, sustituto o ayudante), puesto que quien
debía la prestación era este y no los terceros de los que se vale para concretarla.

La responsabilidad civil del centro asistencial, está claro será de carácter contractual, en
tanto que a la responsabilidad civil del auxiliar o tercero del que se vale para ejecutar la
prestación médica, será una responsabilidad contractual accesoria, pues ha entrado en
contacto con el paciente en virtud de un contrato que lo hace parte de la organización
hospitalaria, aunque con responsabilidades diferenciadas. De esta manera, se podrá
acumular en un solo juicio las pretensiones contra ambos demandados y obligados
solidariamente por la totalidad del resarcimiento solicitado.

La responsabilidad del principal por los daños que ocasiona el dependiente alcanza los
actos realizados en ejercicio de la función encomendada, aun cuando ella fuera ejercida

50
Responsabilidad Civil - UAP

de manera irregular o abusivamente, esto es responde civilmente el hospital tanto en el


caso de un error en la sala quirúrgicas como por la violación sexual de una paciente por
parte de uno de sus empleados, este último supuesto es lo que la doctrina denomina un
daño con ocasión de sus funciones.

En ese sentido, se prescinde de la naturaleza licita o ilícita de los actos de los


dependientes, sean en ejercicio o con ocasión de sus funciones, se hace responder al
centro asistencial en forma solidaria con el médico causante del daño.

4.4. LA RESPONSABILIDAD CIVIL MÉDICA

La responsabilidad civil derivada de daños médicos es una institución de reciente data que
se hace más fuerte conforme aparecen medicamentos más eficaces, tecnología más
avanzada y ramas especializadas de la medicina, observándose así una evolución desde
la irresponsabilidad de los daños médicos a la responsabilidad por negligencia o culpa del
médico hasta llegar a la responsabilidad objetiva de los hospitales. Adicionalmente, se
observa un incremento de las demandas por daños médicos en el mundo, cuyas
principales causas pueden ser:

a) El valor actual que se da a la vida humana y a la salud, producto de los avances


de los derechos fundamentales de la persona y los estándares médicos vigentes,
y esta distante los días en que los seres humanos ―vivían guerreando‖ y en los
cuales el hombre común era ―carne de cañón,‖ y sólo tenía el derecho a
sobrevivir;
b) La protección del consumidor;
c) El derecho al consentimiento libre e informado;
d) Los movimientos civiles de protección al paciente y promoción de la salud.

La masificación de los servicios médicos si bien en términos generales significó un


aumento de bienestar en la población local y un abaratamiento del costo del servicio de
salud, no es menos cierto que esta etapa denominada de la “macromedicina”, ha generado
una mayor incidencia de casos de daños médicos debido a que la demanda de servicios
médicos ha desbordado la oferta de infraestructura estatal instalada y personal médico
disponible, aumentando el riesgo de producirse daños médicos derivados de la

51
Responsabilidad Civil - UAP

negligencia o imprudencia especialmente en el ámbito del control de infecciones


nosocomiales.

Si bien en la actualidad existen instrumentos que posibilitan la indemnización por daños


médicos, debido a la estandarización de los actos médicos, al reconocimiento de
obligaciones médicas de resultado y otras de medios y al constante desarrollo de la
medicina forense muy útil para determinar las verdaderas causas de muerte de una
víctima de daños médicos estos avances no se han reflejado en una regulación por
responsabilidad civil médica específica.

El profesional médico asume responsabilidad legal por los efectos de sus actos médicos,
respondiendo por el riesgo creado, bajo el principio hipocrático ―primero no hacer daño
al paciente‖. Todo tratamiento médico supone un ―riesgo creado permitido”, esta
conducta es lícita en tanto se halla basado en una medicina de evidencia y no empírica,
esto es un diagnóstico diligente y confiable. Evidentemente la profesión médica desde sus
orígenes generó riesgos socialmente aceptados, especialmente en la etapa de
vacunación, diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Empero, el profesional médico
solo responderá por un daño cuando halla inobservado las normas técnicas vigentes en
la medicina.

4.5. CASOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL MÉDICA

En este trabajo me centraré en la jurisprudencia nacional y extranjera para abordar los


criterios de la responsabilidad civil médica tratados por los jueces y árbitros. En los casos
que he podido revisar, por ejemplo, en sentencias de jueces peruanos, se aprecia un
notable desconocimiento de lo elemental en materia de responsabilidad civil con la
consecuencia perniciosa para las víctimas de los daños de negligencia médica.
Situaciones como la no distinción entre responsabilidad objetiva y responsabilidad
subjetiva que se acumulan de manera promiscua, o el no poder distinguir que la
responsabilidad civil médica tiene naturaleza contractual en casos tan claros como la
asistencia o la prestación de servicios por parte de una clínica, grafican lo antedicho sobre
la carencia de sustento jurídico de las sentencias nacionales.

En el mismo sentido, desconocer el significado del artículo 1762 del Código Civil referido
a la solución de asuntos profesionales o problemas técnicos de especial dificultad y su
52
Responsabilidad Civil - UAP

correcta o razonable aplicación son situaciones que deben ser corregidas y enmendadas
por la judicatura nacional. Si a lo antes descrito, que son criterios básicos en la materia de
responsabilidad civil de los profesionales y de los médicos en particular, le sumamos el
tiempo que demora un proceso judicial o arbitral, la dificultad probatoria de los
damnificados, el desconocimiento y hasta la indiferencia para hacer un esfuerzo al
momento de cuantificar los daños no patrimoniales por parte de los magistrados, el
panorama se vuelve aún más desolador para las víctimas de los daños médicos y contra
los propios médicos que ven en el proceso un tortuoso camino.

Lo que pretendo en esta investigación es abordar sentencias y analizarlas. Durante el


transcursos de los años se ha podido observar directamente cómo es el padecimiento de
las personas que han sufrido daños por negligencia médica, su dolor y sobre todo su
impotencia para hacer justicia en un sistema que los absorbe y que no permite que
concreten sus aspiraciones de lograr, al menos, cierta calma, al saber que el
establecimiento de salud en donde fue dañado él o su familiar ha resarcido el daño y del
mismo modo, el médico que cometió la negligencia ha sido ejemplarmente sancionado,
con lo cual se logra la compensación aflictivo satisfactoria de la responsabilidad civil.

No puedo dejar de mencionar que en nuestro país no existe un sistema de salud. Esta es
una circunstancia que no puedo omitir. Existen valiosos profesionales de la salud
altamente comprometidos con la salud de sus pacientes pero se ven confrontados a una
realidad penosa y de ineficiencia estatal que genera una obstrucción de sus aspiraciones
de enrumbar la medicina al cumplimiento de sus fines.

Esta abdicación del Estado de su papel fundamental hace que los médicos valiosos migren
a situaciones más acordes con sus necesidades materiales y en una gran cantidad de
casos se conviertan en una pieza más de un sistema privado que ve en la rentabilidad el
único incentivo para su desarrollo precarizando de esta manera la actividad médica.

El Estado, sus funcionarios, sus empleados han abandonado la formación o el


fortalecimiento de un sistema de salud y lo que existe es una inercia que se mantiene de
la manera más descarnada y que no hace vislumbrar un cambio en la atención médica y
una disminución de los eventos adversos o del accidente médico a tasas razonables.

53
Responsabilidad Civil - UAP

4.6. LAS SENTENCIAS JUDICIALES MATERIA DE COMENTARIO

Exp. N° 148-95, resolución del 10/06/1996, 23 Juzgado Especializado en lo Civil de Lima,


Materia: Indemnización, Demandante: L.A.R.J., Demandada:

Clínica Ricardo Palma, Juez: Dra. Olga Palacio Tejada

En los considerandos se aprecia lo siguiente:

“(...) por la pérdida de la visión del ojo izquierdo, y la mala operación realizada al ojo
derecho al no colocarle el lente intraocular y no ser atendida clínicamente está a punto de
perder el ojo derecho (...)”.

Según se lee en la parte considerativa (hechos) el actor “Ampara su demanda en los


artículos 1979, 1981 y 1985; solicita una indemnización de doscientos cincuenta mil
dólares americanos (...)”.

Como se puede apreciar la demanda se basa en artículos de responsabilidad civil


extracontractual, que tiene que ver con la responsabilidad civil de daños causados por
animales (¿?), responsabilidad vicaria, y el daño a la persona entre otros aspectos de la
responsabilidad extracontractual.

Los servicios médicos fueron prestados en la Clínica Ricardo Palma por lo que la base
normativa debió adaptarse a la responsabilidad civil contractual, tomando como sustento
legal genérico los artículos 1321 y 1322 del Código Civil y como base para que la
estructura sanitaria responda el artículo 1325 del Código Civil.

Hay una tendencia en el caso de los demandantes de invocar normas de responsabilidad


extracontractual cuando se trata de responsabilidad civil médica. Considero que la
institución que debe guiar la resolución de este caso es la inejecución de obligaciones. Es
exigible a la clínica un deber de seguridad que corresponde a la responsabilidad
contractual y que es diferente del deber genérico de no dañar, que es aplicable a la
responsabilidad civil extracontractual.

Los familiares del paciente celebraron un contrato con la clínica, en específico, un contrato
de prestación de servicios médicos en donde la clínica se obliga a brindar una prestación
de servicios idónea al paciente y al mismo tiempo este se obliga a pagar la
contraprestación a favor de la Clínica, por lo tanto y por donde se le mire nos encontramos
ante una responsabilidad civil contractual o por inejecución de obligaciones, y no existe

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ninguna zona gris que haga aplicables la tesis de la opción (escoger entre los dos
regímenes de responsabilidad) o del “cúmulo” (adaptar elementos de la responsabilidad
civil, de ambos regímenes, de acuerdo con la conveniencia del dañado).

No estoy de acuerdo con aquel argumento que considera que estamos ante el deber
genérico de no dañar, pues la vinculación surge de un contrato y este desplaza sus efectos
y obligaciones derivadas del mismo no solamente a las prestaciones médicas en concreto
sino también a los llamados deberes de seguridad o de protección que tiene la estructura
sanitaria para con los pacientes. Los daños generados por el acto médico o los daños
ocasionados por el accidente médico –este último que puede ser por un factor exógeno a
la intervención del médico (infecciones intrahospitalarias, por ejemplo)– deben ser
considerados, desde mi punto de vista, también como daños derivados de una relación
contractual.

El hecho de que la clínica actúe frente al paciente o sus familiares en calidad de deudora
y que aquella preste los servicios mediante terceros a su cargo, obliga a la estructura
sanitaria a responder por los daños causados al paciente a título de responsabilidad
objetiva pero indefectiblemente el régimen de responsabilidad a ser aplicado es el de la
responsabilidad contractual.

4.7. A TENER EN CUENTA

Finalmente, acordémonos que el médico no puede ser obligado a ejercer el acto médico
si las condiciones de infraestructura, equipo o insumos no garantizan una práctica médica
ética e idónea, salvo en los casos de situaciones extrema necesidad o emergencia
conforme lo establece el artículo 6 del Reglamento de la Ley del Trabajo Médico, Decreto
Supremo No 024-2001-SA, es letra muerta, y en la practica en nuestros hospitales se
trabaja con lo que se tiene en la mano, en procura del bien común, incluso la aparición de
casos de médicos que ante la necesidad utilizan herramientas de herramientas para
realizar actos médicos ha sido elogiada por un Ministro de Salud en el Perú (2008).

Eventualmente, en casos de daños médicos ocasionados por deficiencias en


infraestructura, equipo o insumos como el descrito será el centro asistencial (MINSA) al
tener el deber de velar por la idoneidad de estos materiales, es el que deberá asumir el
pago de la reparación civil, quedando exento de responsabilidad civil el médico, si se
trataba de un caso de emergencia o extrema necesidad.

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Otro defecto de nuestro sistema de salud nacional es que en el ámbito de la donación de


sangre, se rige sobre la base de la reposición y no en la donación voluntaria y sistemática,
que ofrece mayor seguridad, al permitir hacer seguimiento a los donantes, a diferencia de
la donación efectuada por una persona de quien no se conoce más que lo que declara y
se examina al momento de la donación propiamente dicha, aumentando el riesgo de
transmisión de infecciones como la ocurrida en la Maternidad de Lima en el 2004 en el
que cinco recién nacidos fueron contagiados de VIH vía transfusión sanguínea.

Woolcott, manifiesta que este caso la responsabilidad por culpa se encuentra muy diluida
entre el personal médico involucrado en el proceso de transfusión, siendo muy difícil
aplicar la responsabilidad por culpa para reparar a la víctima, por lo que se debe recurrir,
a la responsabilidad objetiva del establecimiento de salud en que se practicó la transfusión.

4.8. LA RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PROFESIONALES MÉDICOS Y LA


RESPONSABILIDAD INDIRECTA O POR HECHO AJENA

En ese sentido, la responsabilidad no sólo deriva de actos o hechos propios, sino también
se da en los hechos dañosos causados por personas que están bajo su dependencia,
también ha sido entendida como una responsabilidad indirecta objetiva por garantía, pero
obviando el argumento según el cual el principal responde por elegir mal o por no vigilar
cuando debería hacerlo.

Así los seguidores de la teoría del riesgo manifiestan que la responsabilidad civil por el
dependiente no surge de la culpa sino por el beneficio que obtiene el principal con la
actividad del dependiente (riesgo-provecho), o simplemente por haber introducido en la
sociedad la posibilidad que el dependiente cause un daño (riesgo-creado).

Por otra parte, la tesis de la garantía postula que el daño causado por el dependiente,
obliga por su resarcimiento al principal por ser el dueño de la organización empresarial y
ser un deber de garantía impuesto por la ley, y que no admite excusa. Sea a través de la
visión de la teoría subjetiva o las teorías objetivas, en el fondo es una responsabilidad
propia del principal, especialmente porque la organización de la actividad está a su cargo
y los fallos en su funcionamiento le son imputables, más allá, de la acción de repetición
que tenga contra su dependiente.

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En el ámbito de los servicios sanitarios, el hospital, clínica u obra social o de caridad,


asume la responsabilidad por los daños médicos que puedan generar sus dependientes,
esto es los médicos, auxiliares y técnicos de los que se vale para ejecutar la prestación
asociada a la atención de la salud de los pacientes, lo que se deriva primigeniamente del
artículo 1325 del Código Civil. La responsabilidad civil de los profesionales 14 médicos
podemos aseverar se deriva del incumplimiento de deberes funcionales de su profesión,
lo que ocasiona a la postre el daño en el paciente por ejemplo el incumplimiento normas
de bioseguridad al reutilizar materiales descartables o sin esterilizarlos adecuadamente lo
que se puedan reutilizar. Empero debemos reconocer que este profesional liberal, en
muchas ocasionado está subordinado a una empresa médica (centro médico).

4.9. CONCLUSIÓN

4.9.1. Es verdad que el médico no tiene el deber de sanar o curar al paciente. Empero, también
es verdad que no tiene el derecho de lesionar, incapacitar, descerebrar o matar al
enfermo. En ese sentido, los profesionales médicos deben en su actuar respetar el
estándar de atención médica, lo que implica una adecuada prescripción de medicación,
diligentes diagnósticos, pertinentes operaciones quirúrgicas y la implementación de
normas de bioseguridad estándar.

4.9.2. Así, la responsabilidad civil médica objetiva puede basarse en el aumento del riesgo
permitido que es justamente lo que ocasiona los daños asociados a la prestación médica
en el paciente.

4.9.3. El problema de los daños médicos es multifactorial y su solución implica elevar los
estándares de calidad de servicios de salud, acreditación de nosocomios; la
implementación de un fondo de reparaciones por daños médicos, con topes
indemnizatorios; el fortalecimiento de la responsabilidad civil médica objetiva en
determinados supuestos; seguros médicos directos voluntarios (sea del nosocomio, el
paciente o el médico); aprobación de lineamientos para la promoción de soluciones

14
El profesional es aquel, que mediante su profesión o hábito realiza una actividad que significa su fuente de ingresos, sobre la
definición de profesión liberal, explica, es aquella que implica el ejercicio de una de las carreras estudiadas en centros universitarios
o altas escuelas superiores, generalmente la actividad y el trabajo que realizan es intelectual, sin excluir algunas operaciones manuales
que realizan los profesionales como, arquitecto e ingenieros. Guillermo Cabanellas, citado por OSTERLING PARODI, Felipe /
CASTILLO FREYRE, Mario, ―La responsabilidad de los profesionales‖, en Foro Jurídico, Revista de los estudiantes de la Facultad
de Derecho PUCP, cit., p. 53.

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amistosas en los hospitales, y en última instancia la construcción de un sistema de


seguridad social por daños médicos similar al existente para accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales.

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BIBLIOGRAFÍA

1. CAJAS BUSTAMANTE, William. “Código Civil - Comentado, Sumillado, Anotado,


Jurisprudencia.” Editorial RODHAS. Edición 2008. Lima, Perú.
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Gaceta Jurídica. Lima, Perú 2007.
3. DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando. La responsabilidad Extracontractual. PUCP, Lima,
2001, tomo I y II.
4. Espinoza Espinoza, Juan. Derecho de la Responsabilidad Civil. Ed. Gaceta Jurídica. Lima,
Perú 2005. Pág. 201.

5. VISINTINI, Giovanna. Tratado de Responsabilidad Civil. T.1. Ed. Astrea. Padova Italia 1996.
6. FERNADEZ CRUZ, Gastón. “Las transformaciones funcionales de la responsabilidad civil: la
óptica sistemática. Análisis de las funciones de incentivo o desincentivo y preventiva de la
responsabilidad civil en los sistemas del civil law”, edición digital p. 26.
7. LEON HILARIO, Leysser. “La responsabilidad civil – Líneas Fundamentales y nuevas
perspectivas” 3ra Ed. El Jurista Editores, Lima-2011, p. 26
8. El actual Código Civil peruano es de 1984 que deroga a su precedente de 1936.
9. VASQUEZ FERREYRA, Roberto: “La responsabilidad civil de los médicos” en:
www.sideme.org/doctrina/artículos/respcivmed_rvf.pdf
10. MARAÑÓN, Gregorio citado por Ricardo Luis Lorenzetti: “La responsabilidad médica” en
“Responsabilidad Civil. Derecho de Daños”; Tomo V; Editorial Grijley; Lima, 2006; Pg. 133

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