La familia como asociación natural de la sociedad y como el
espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas, está protegida por todo un ordenamiento jurídico que tiene como base la Constitución Nacional del Paraguay. Es así como La Ley de Protección del Niño y del Adolescente (Código De la Niñez y la Adolescencia Ley 1680/2001) Es en este extenso marco jurídico que ahondaremos en los Derechos del Niño y Adolescente, y más específicamente, en lo que se refiere al Régimen de Convivencia Familiar, pilar fundamental para garantizar un desarrollo Bio-Psicosocial óptimo para nuestros niños, niñas y adolescentes. Comenzaremos por definir el Régimen de Convivencia Familiar, Aspectos generales del régimen de la convivencia familiar, Preferencia hacia la madre en el régimen de convivencia familiar, Preferencia hacia de la madre en el régimen de convivencia familiar, Fijación del Régimen de Convivencia Familiar, Se debe conocer las limitaciones del régimen de convivencia familiar, Extensión del Régimen de Convivencia Familiar a otras personas, Incumplimiento del Régimen de Convivencia Familiar. RÉGIMEN DE CONVIVENCIA FAMILIAR. DEFINICIÓN
El Régimen de Convivencia Familiar es una situación que se
plantea en los casos de separación o nulidad de un matrimonio o en caso de los hijos extramatrimoniales. Éste Régimen se le otorga, salvo en casos excepcionales, a uno o a ambos padres y a las personas o familiares que deban mantener un contacto directo con el niño, niña o adolescente para un desarrollo bio-psico-social óptimo y que no ponga en riesgo la seguridad del niño, niña o adolescente. Todo esto deriva de la necesidad que tienen los hijos e hijas de mantener un contacto con el progenitor o personas con las cuales no convive, teniendo como objetivo primordial el mantener las relaciones familiares y así asegurar la solidaridad de la misma y proteger los legítimos afectos que derivan de éste orden de relaciones. Es por ello que debe ser establecido de modo que contemple tanto el interés de los padres como el de los hijos o hijas no emancipados Es importante señalar que el Régimen de Convivencia Familiar podrá ser acordado entre los padres. Son ellos los más idóneos para proponer sus modalidades, aprovechando pautas que la experiencia de convivencia previa les ha otorgado. Solo ante la falta de acuerdo procede su determinación vía judicial. Este derecho de padre se corresponde con otro correlativo del hijo, por lo que se debe alentar en general, la interrelación, procurando superar desavenencias y distanciamientos.
Art. 92.- DE LA CONVIVENCIA FAMILIAR: El niño o
adolescente tiene el derecho a la convivencia con sus padres, a menos que ella sea lesiva a su interés o conveniencia, lo cual será determinado por el Juez, conforme a derecho. En todos los casos de conflicto, el Juez deberá oír la opinión del niño o adolescente y valorarla teniendo en cuenta su madurez y grado de desarrollo. Art. 93.- DE LA CONTROVERSIA ENTRE EL PADRE Y LA MADRE: En caso de separación de los padres y de existir controversia sobre la tenencia del hijo, el Juez deberá oír la opinión del niño o adolescente y resolverá teniendo en cuenta la edad y el interés superior del mismo. En el caso del niño menor de cinco años de edad, éste debe quedar preferentemente a cargo de la madre. No obstante, los acuerdos establecidos entre los padres deberán ser considerados.
Art. 94.- DE LA RESTITUCIÓN: En caso de que uno de los
padres arrebate el hijo al otro, aquél puede pedir al Juez la restitución del mismo por medio del juicio de trámite sumarísimo establecido en este artículo, bajo declaración jurada de los hechos alegados. El Juzgado convocará a los padres a una audiencia, a llevarse a cabo en un plazo máximo de tres días, ordenando la presentación del niño o adolescente bajo apercibimiento de resolver la restitución del mismo al hogar donde convivía. Las partes concurrirán a la audiencia acompañado de sus testigos y demás instrumentos de prueba y el Juez resolverá sin más trámite, siendo la resolución recaída apelable sin efecto suspensivo.
ASPECTOS GENERALES DEL REGIMEN CONVIVENCIA
FAMILIAR.
El Estado debe garantizar la conservación del contacto
frecuente entre padres e hijos. De no hacerlo, se iria en perjuicio del desarrollo integral, emocional, y psicológico de los menores de edad.
Aquí debe existir el derecho de compartir y mantener las
relaciones paterno- filiales y descartar totalmente que el padre que tiene la custodia del menor de edad es dueño de su hijo.
El padre que no tenga la custodia del menor de edad, tiene
derecho de conducirlo a un lugar diferente al de su residencia, siempre y cuando sea previamente autorizado.
La comunicación con el menor de edad se puede hacer a
través de comunicaciones telefónicas o cualquier medio electrónico con el otro padre que no tiene la custodia.
En el régimen de convivencia familiar, los jueces deben
evaluar cada caso en particular cuidando el interes superior del menor de edad.
Desde el punto de vista evolutivo y biológico es la madre la
que esta en disposición de realizar una relación fuerte con su hijo. Ya que las primeras etapas del crecimiento va a tener los beneficios en el desarrollo evolutivo para garantizar la estabilidad emocional del niño.
Se ha demostrado que el niño tiene un apego hacia la madre
y viceversa ya que la madre esta en contacto desde su formación en su vientre, lo cual crea ese vinculo de la elección del niño hacia la parte que le otorga atención, cuidados y todas aquello inherente a su desarrollo.Esto se observa, cuando la madre desarrolla el vinculo hacia su hijo después del parto.
PREFERENCIA HACIA LA MADRE EN EL REGIMEN DE
CONVIVENCIA FAMILIAR.
En los niños de 7 años o menores a esta edad, se prefiere
que la custodiar este en manos de la madre, salvo prueba en contrario.
Esta preferencia hacia la madre está dado por cuanto, desde
el punto de vista biológico y cultural la madre es la que brinda mayor protección hacia sus hijos menores de edad. Sin embargo, el padre también puede tener estas prerrogativas de la custodia de sus hijos.
Sin embargo, el hecho que se otorgue la custodia a la madre
de sus hijos de 7 años no significa en modo alguna discriminación hacia el padre, por lo señalado anteriormente.
Los padres tienen el deber compartido de criar, formar,
educar, mantener y asistir a sus hijos. Por tanto los hijos tienen el derecho de gozar de su familia de origen cuando los padres estén separados.
Fijación del Régimen de Convivencia Familiar.
El Régimen de Convivencia Familiar debe ser convenido de
mutuo acuerdo entre el padre y la madre, oyendo al hijo o hija. De no lograrse dicho acuerdo, cualquiera de ellos o el hijo o hija adolescente, podrá solicitar al juez o jueza que fije el Régimen de Convivencia Familiar, quien decidirá atendiendo al interés superior de los hijos e hijas. La decisión podrá ser revisada a solicitud de parte, cada vez que el bienestar del niño, niña o adolescente lo justifique. Al admitir la solicitud, el juez o jueza apreciando la gravedad y urgencia de la situación podrá fijar el Régimen de Convivencia Familiar provisional que juzgue conveniente para garantizar este derecho y tomar todas las medidas necesarias para su cumplimiento inmediato. En la audiencia preliminar el juez o jueza deberá fijar un Régimen de Convivencia Familiar provisional, salvo que existan fundados indicios de amenazas o violaciones en contra del derecho a la vida, la salud o la integridad personal del niño, niña o adolescente, caso en el cual fijará un Régimen de Convivencia Familiar provisional supervisado. Excepcionalmente, cuando estas amenazas o violaciones sean graves y existan pruebas suficientes en el procedimiento, el juez o jueza no fijará el Régimen de Convivencia Familiar provisional. El Régimen de Convivencia Familiar supervisado será establecido fuera de la sede del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
SE DEBE CONOCER LAS LIMITACIONES DEL REGIMEN
DE CONVIVENCIA FAMILIAR.
Esta limitación se circunscribe a aquel padre a quien el
Tribunal le haya impuesto el régimen de manutención, por haberse negado a cumplirla, con el agravante que tiene los medios económicos para hacerlo.
En todo caso la suspensión del derecho de convivencia
familiar al padre irresponsable debe ser decidida por el Juez.
En esta sentencia el Juez debe indicar el tiempo y las causas
que limita al padre irresponsable de la convivencia familiar con su hijo.
Al padre que ejerza la custodia, que de manera injustificada
incumpla con el régimen de convivencia familiar podrá ser privado de la custodia por el Juez. Extensión del Régimen de Convivencia Familiar a otras personas.
Los parientes por consanguinidad, por afinidad y
responsables del niño, niña, o adolescente podrán solicitar la fijación de un Régimen de Convivencia Familiar. También podrán solicitarlo aquellos o aquellos tercero o terceras que hayan mantenido relaciones y contacto directo permanente con el niño, niña o adolescente. En ambos casos, el juez o jueza podrá acordarlo cuando el interés superior del niño, niña o adolescente así lo justifique Limitación del Régimen de Convivencia Familiar. Al padre o la madre a quien le haya sido impuesto por vía judicial el cumplimiento de la Obligación de Manutención, por haberse negado a cumplirla injustificadamente, pese a contar con recursos económicos, a consideración del juez o jueza y con base en el interés superior del beneficiario o beneficiaria, podrá limitársele el Régimen de Convivencia Familiar, por un lapso determinado. En todo caso, la suspensión de este derecho al padre o la madre que no ejerza la Custodia, deberá declararse judicialmente, determinándose claramente en la sentencia, el tiempo y las causas por las cuales se limita el Régimen de Convivencia Familiar.
Incumplimiento del Régimen de Convivencia Familiar.
Al padre, la madre, o a quien ejerza la Custodia, que de
manera reiterada e injustificada incumpla el Régimen de Convivencia Familiar, obstaculizando el disfrute efectivo del derecho del niño, niña o adolescente a mantener relaciones y contacto directo con su padre o madre, podrá ser privado o privada de la Custodia. CONCLUSIÓN
Algo muy común dentro del quehacer cotidiano Paraguayo,
extensible a la América Latina, es la separación de las parejas, trayendo con ello la insipiente disyuntiva de con quién vivirán los hijos y como se planificarán los encuentros con el padre que no convivirá con él o ella y en muchas ocasiones, literalmente, peleándose a los hijos cual objeto que cada uno quería poseer de manera exclusiva, negándole al otro toda posibilidad de relacionarse con el hijo o hija, causando, sin estar consciente de ello, un daño enorme al niño o adolescente. Nuestros niños, niñas y adolescentes han dejado de ser vistos y tratados como objetos para pasar a ser ahora sujetos de derecho en un marco jurídico bien fundamentado y específico para ellos. Dentro de ese marco jurídico se encuentra el Régimen de Convivencia Familiar, el cual asegura la continuidad de la relación filial afectiva entre los hijos, los padres y demás personas necesarias, ligadas al ambiente donde se desarrolla el niño, niña o adolescente. Todo esto asegura un correcto y eficaz desarrollo bio-psico- social del niño, niña o adolescente, lo cual redunda en una mejor calidad de vida para el individuo y por ende, para la sociedad. UNIVERSIDAD NACIONAL VILLARICA DEL ESPIRITU SANTO
UNVES
Facultad de Ciencias Jurídicas, Políticas y
Sociales
Trabajo Grupal De la
Niñez y la Adolescencia
Integrantes:
María Luisa Mendoza González
Karen Vera Fleitas Rocio Duarte Florentín Alberto Asunción Cáceres Hugo Alvariza