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GENERACIÓN DEL 27

Se denomina Generación del 27 porque es en diciembre de 1927 cuando se presentó en el Ateneo de


Sevilla un grupo de poetas que conmemoraba el tercer centenario de la muerte del poeta Luis de
Góngora. Al acto asistieron Pedro Salinas, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Vicente
Alexandre, Dámaso Alonso, Gerardo Diego y Federico García Lorca. Además, las revistas
liberarías tuvieron un papel destacado en esta generación porque difundieron su poesía.

CARACTERÍSTICAS DE LA GENERACIÓN DEL 27:

1. Intentan renovar la estética de la poesía. Para ello, toman las innovaciones que aportan las
vanguardias, aunque sin olvidar la importancia de la tradición literaria española.

2. En sus poemas, cuidan y renuevan la forma a través de la utilización de léxico culto,


palabras coloquiales, términos alejados hasta entonces de la poesía, etc.

3. La metáfora se convierte en el recurso literario más importante. Se trata de una figura muy
adecuada para expresar los contenidos surrealistas, en las que se hace una especie de
comparación entre cosas reales y cosas imaginarias.

4. En cuanto a la métrica, utilizaron estrofas clásicas como el soneto, el romance o el


villancico, pero también innovaron con la utilización de versos blancos, versos libres y
versículos. En cualquier caso, la libertad métrica es uno de los rasgos característicos de este
grupo.

5. Evolucionan desde el punto de vista temático. Al principio la preocupación principal era la


forma del poema, el arte por el arte, pero poco a poco los autores del 27 desarrollan una
poesía humanizada, más preocupada por el dolor, la alegría o los recuerdos.

ETAPAS DE LA GENERACIÓN DEL 27:

Se puede dividir en:

A) HASTA 1927: Comienzan con un tono becqueriano, y enseguida se dejan influir por las
vanguardias, pero sin abandonar del todo lo humano. Pedro Salinas se hace futurista,
Gerardo Diego creacionista, etc. Sienten un deseo de perfección formal, por lo que buscan a
los clásicos.

B) DE 1927 A LA GUERRA CIVIL: Evolucionan adquiriendo una personalidad propia y


tendiendo a la rehumanización. Destaca la influencia de Neruda, con su revista “Caballo
verde para la poesía”, que promueve una rehumanización poética y lucha por una poesía
impura. También utilizan el surrealismo para denunciar la injusticia. Ej.: “Los Placeres
Prohibidos” de Luis Cernuda y “Poeta en Nueva York” de Federico García Lorca.

C) DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL: El grupo se escinde por la muerte de Lorca y el exilio


de los demás, excepto de tres, que cultivan la poesía desarraigada. Los demás tratan de
España, la patria perdida, etc.
DEFINICIÓN TOMADA DE BREVE HISTORIA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN SU
CONTEXTO, EDITORIAL PLAYOR (1981)

Llamados a veces, ambiguamente, Generación del 27, constituyeron un grupo de poetas sobre la
base de relaciones de amistad y ciertas concordancias de criterio. Beneficiarios de la larga
experiencia del arte modernista y de la revolución retórica de la Vanguardia, iniciaron con un
amplio poder de grupo la construcción de una poesía española de primer rango, afincada tanto en la
tradicionalidad como en la renovación.

ASPECTOS A CONSIDERAR:

 La conmemoración del tricentenario de Góngora en 1927 sirvió de pretexto para la unión


del primer núcleo de poetas del grupo, todos ellos de sólida formación universitaria y
dispuestos a reivindicar la vigencia de la gran poesía gongorina. Si bien se inician bajo el
magisterio de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, poco más tarde se enfrentarían a
este último como consecuencia de la incomprensión que les demostraba.

 Los poetas del 27 se forman intelectualmente durante la Dictadura de Primo de Rivera


(1926-1929) y asisten, en la época de su primera madurez, a los años convulsos y
esperanzados de la Segunda República (1931-1936). Con la rebelión en 1936 del general
Franco dan comienzo los tres crueles años de la guerra civil. Dicha guerra supuso el
derrocamiento del gobierno izquierdista del Frente Popular y el fin del sistema democrático.
Para los intelectuales representó, incluida la mayor parte de los del 27, un largo exilio,
muchas de las veces sin retorno y, en alguna ocasión, hasta la muerte o el asesinato, como
sucedió con Lorca e Hinojosa.

 Las principales tendencias por las que transcurrió la poesía en estos momentos fueron: una,
heredera de la poesía llamada pura, otra de carácter neopopular, y una tercera surrealista.

Es poesía que elimina el subjetivismo impresionista, los elementos decorativos y la


excesiva proporción de sentimientos y emociones, componentes todos ellos que
fueron propios del Modernismo. Pretenderá una mayor precisión lingüística y, a
menudo, un sentido de contemporaneidad heredado de la Vanguardia y muy
defendido por Salinas.

¿Qué es la poesía pura? Búsqueda de lo esencial, de lo inmutable, a través de las palabras justas y
exactas, sin adornos retóricos.
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,


las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo»

Pedro Salinas,

La voz a ti debida, 1933

En esta búsqueda de lo esencial, el autor se sirve del juego entre los pronombres personales de
primera y segunda persona (¿qué puede ser más esencial que representar a dos amantes con el “yo”
y el “tú” despojados de todo lo demás?). Y opone la “desnudez” de los pronombres a diversas
enumeraciones que expresan todo aquello con lo que “vestimos” la vivencia del amor (islas, palacios,
torres… los trajes, las señas, los retratos… los nombres, los rótulos, la historia). El estilo nominal (uso,
sobre todo, de nombres) subraya la búsqueda de la esencia, sin calificativos ni adornos, de aquello
que el poeta quiere expresar. Los adjetivos apenas aparecen para definir a la amada: “pura, libre,
irreductible”, que siempre termina siendo “tú”.
El mar triste, Antonio Machado.

1. Palpita un mar de acero de olas grises

2. dentro los toscos murallones roídos

3. del puerto viejo. Sopla el viento norte

4. y riza el mar. El triste mar arrulla

5. una ilusión amarga con sus olas grises.

6. El viento norte riza el mar, y el mar azota

7. el murallón del puerto.

8. Cierra la tarde el horizonte

9. anubarrado. Sobre el mar de acero

10. hay un cielo de plomo.

11. El rojo bergantín es un fantasma

12. sangriento, sobre el mar, que el mar sacude…

13. Lúgubre zumba el viento norte y silba triste

14. en la agria lira de las jarcias recias.

15. El rojo bergantín es un fantasma

16. que el viento agita y mece el mar rizado,

17. el tosco mar rizado de olas grises.


MOVIMIENTOS DE VANGUARDIA

El impacto de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) dio lugar en Europa a un


intento de ruptura con la cultura que parecía agotada y al nacimiento de una
serie de grupos llamados de “vanguardia” (del antiguo avanguardia, y este
de aván, por avante = ‘adelante’, y guardia: avanzada de un grupo o movimiento
ideológico, político, literario, artístico).

La acepción primera de la palabra vanguardia pertenece al lenguaje militar:


Fracción o parte más avanzada de una tropa, y también el espacio que se
extiende a su frente. El término vanguardia en arte y en literatura fue acuñado en
Francia tras la guerra del 14 como avant-garde como reflejo del espíritu de lucha,
de combate y de confrontación que el nuevo movimiento estético significaba
frente al arte académico del siglo XIX.

En Francia comenzó a usarse aplicada a la política entre los socialistas utópicos


hasta que adquirió, con Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895), el
sentido de minoría esclarecida encargada de conducir la revolución.
Posteriormente se desarrolló el concepto entre los movimientos artísticos que se
proponían romper con las convenciones estéticas vigentes.

Desde el principio, el arte de vanguardia manifiestas abiertamente su rasgo


provocador contra lo antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara con el arte
burgués. Las vanguardias son la expresión de un profundo rechazo a la llamada
cultura burguesa. El afán imperialista de la Primera Guerra Mundial (1914-1918)
y el fracaso de la burguesía en cuanto a conseguir la paz y estabilidad social,
provoca un rechazo a la guerra y a la mentalidad burguesa, manifestado en
los ismos o movimientos ideológicos contra el arte burgués, surgidos en el periodo
que va desde la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y el inicio de la Segunda
Guerra Mundial (1939-1945).

En un periodo de 15 a 20 años, los movimientos de vanguardia revolucionarán


las formas y los contenidos. Algunos de estos movimientos pasaron rápidamente,
pero otros quedaron incorporados al arte para siempre. El enfrentamiento a las
ideas del mundo burgués, surgirán movimientos antiburgueses de tipo fascista,
como el futurismo italiano de Filippo Marinetti (1876-1944), que trataba de
adaptar el arte al dinamismo de los avances técnicos y ensalzaba el peligro, la
energía, el valor y la guerra como la única higiene del mundo: Manifiesto de la
literatura futurista (1910). Otros movimientos vanguardistas manifestarán su
rebeldía antiburguesa en movimientos proletarios de izquierdas.
El surrealismo francés ve la renovación social y cultural en la revolución
comunista.

Un año después de lanzado el Manifiesto futurista, Rubén Darío replica a


Marinetti diciendo que la palabra “futurismo” ya había sido empleada por el poeta
catalán Gabriel Alomar en 1904 y preguntándose si no habría que releer el
manifiesto romántico de Victor Hugo, incluido como prólogo del Cromwell, sobre
todo cuando reivindica lo “grotesco” y la mezcla de géneros, y si, como dice
Marinetti, la “guerra” es la única “higiene del mundo”, ¿qué pasa con la peste?

Los dos grandes movimientos de vanguardia, a través de sus credos estéticos,


serán en un principio el exponente de las dos grandes ideologías del siglo XX: el
fascismo o nazismo y el comunismo. Al final, estos movimientos vanguardistas
serán ellos mismos víctimas de los aparatos culturales de Estado estalinista en
Rusia y del nacionalsocialista en Alemania. El futurismo fue víctima de nueva
estética de realismo social en Rusia. La vanguardia alemana en pintura será
considerada por los nazis como “arte degenerado”. De esta manera, la
confrontación ideológica y militar de la década de los cuarenta acabará con los
vanguardismos. Pero el impulso vanguardista de crear los fundamentos de un
nuevo concepto de arte y de literatura dio frutos duraderos.

El vanguardismo como movimiento artístico intenta hallar nuevas formas de


expresión estética fuera de los cánones tradicionales, con intención renovadora,
de avance y exploración. Manifestaciones vanguardistas fueron el dadaísmo, el
cubismo, el surrealismo, el ultraísmo, el creacionismo. Por extensión, se llamó
vanguardista a toda tendencia o corriente innovadora en cualquier campo del
conocimiento: el vanguardismo económico, etc.

El común denominador de la vanguardia fue:

 Afán revolucionario por acabar con la tradición estética de corte


naturalista, creando un arte completamente inédito.

 Completa y absoluta libertad en el terreno de la forma y –paradójicamente


a las circunstancias históricas del momento– un despreocupado
optimismo.

 Al principio surgió como arte de minorías, separado del gusto popular,


pero progresivamente se ha ido integrando en el actual arte de masas.

 Perpetuo cuestionamiento de las bases estéticas y experimentación


continua de nuevas formas, más adaptadas a la expresión de las nuevas
experiencias, anticipándose al espíritu de su propio tiempo, en contraste
con las ideas y gustos tradicionalmente establecidos.

 Exploración de nuevas formas estéticas.

 Algunos se distinguieron por lo que se ha llamado “irracionalismo poético”,


caracterizado por la novedad y la audacia de imágenes.

Una conclusión: las vanguardias fueron las avanzadillas de la sensibilidad


creadora de nuestro tiempo.
Paralelos a la Generación del 98, los movimientos vanguardistas buscaban
restablecer lo auténticamente lírico y salvar la poesía. La vanguardia constituyen
todo un entramado de movimientos artísticos que pretendieron acabar de una vez
por todas con varias de las rémoras del academicismo decimonónico en las tres
primeras décadas del siglo XX: el ultraísmo, el dadaísmo, el cubismo,
el expresionismo y el futurismo.

El surrealismo aparece mencionado por vez primera en una obra de Apollinaire


titulada Las tetas de Tiresias (1917); también de Apollinaire son varios
manifiestos en favor del cubismo y el futurismo, que él mismo cultivaba. El
ultraísmo se coló en España por medio de la tertulia del Café Colonial que
organizaba Cansinos-Assens al final de la segunda década del siglo XX; para su
difusión, fueron fundamentales las revistas y el apoyo brindado por escritores de
la talla de Jorge Luis Borges, Ramón Gómez de la Serna o Guillermo de Torre. La
vanguardia y sus partidarios en España coincidieron en la Generación del
27 para dispersarse posteriormente por distintos países y en diversas corrientes
estéticas.

Aunque en muchos momentos se nota un corte fuerte entre modernistas y


vanguardistas, lo cierto es que entre ellos hubo mucho en común: la mezcla y
convivencia de modernismo y vanguardia resulta eficaz en artes plásticas,
particularmente en arquitectura y artes decorativas; por otro lado, no es extraño
que un mismo artista haya cultivado ambas estéticas, al mismo tiempo o en fases
diferentes de su vida (muchos modernistas, de hecho, recabaron en la vanguardia
años más tarde).

El Creacionismo y el Ultraísmo son dos movimientos vanguardistas netamente


españoles y se caracterizan por el rechazo de lo sentimental, de lo trágico, de lo
subjetivo y de lo íntimo. Ya no es época de cantar al amor, a la muerte, a Dios, ni
siquiera al hombre. Estos dos movimientos tienen su vigencia ente 1918 y 1923.

El poeta, por ser creador, debe purificar la literatura de toda la carga moral,
filosófica o política que, proveniente desde el Romanticismo, la había impregnado.
El arte se convierte en fin en sí misma.

El creacionismo

Fue una corriente surgida al lado del ultraísmo. Su portavoz fue el chileno
Vicente Huidobro Fernández (1893-1948), escritor vanguardista chileno, defensor
entusiasta de la experimentación artística durante el periodo de entreguerras. En
1918 llega a Madrid Vicente Huidobro, que compara su movimiento creacionista
con el imaginismo anglo-americano de Ezra Pound y haciendo referencia al
dadaísmo.

Huidobro intenta resolver el conflicto entre naturaleza y arte, formulado por


Oscar Wilde con la frase “la naturaleza imita al arte”. Huidobro cree que el poeta
ha de crear su poema como la naturaleza crea un árbol. El creacionismo pretende
que la obra literaria es totalmente autónoma; el poeta no debe cantar a la
Naturaleza, sino imitarla en su creatividad.

El manifiesto del creacionismo: Nada de acción ni de descripción. El sentimiento


tiene que salir solamente de la fuerza creadora. Hay que hacer una poesía como
la naturaleza hace un árbol. El poeta crea un mundo fuera del existente, un
mundo que no existe, pero debería existir. Por ejemplo, si el poeta dice “el pájaro
que anida en el arco iris”, presenta el poeta un fenómeno que no existe, que nadie
ha visto, pero que todos desearían ver. “En vez de cantar la rosa, hazla florecer en
el poema” (Huidobro).

Junto a su introductor en España, el chileno Vicente Huidobro Fernández (1893-


1948), hay que destacar al bilbaíno Juan Larrea (1895-1980) y Gerardo
Diego (1896-1987) como vinculados al Creacionismo.

Características del creacionismo:

 El poeta debe crear su poema como la naturaleza hace brotar la


vegetación.

 El poeta debe prescindir de todo lo anecdótico y descriptivo.

 El poeta en vez de cantar la rosa debe hacerla florecer en un poema.

 El sentimiento tiene que salir solamente de la fuerza creadora.

 En la escritura se suprimen los signos de puntuación y todo lo que dé


estructura sintáctica a la frase. Lo mejor forma de composición es la
gratuita yuxtaposición de imágenes que no necesitan tener un referente en
la realidad.

 La coherencia de la yuxtaposición de las imágenes no necesita tener un


hilo conductor.

El ultraísmo

El Ultraísmo tiene bastante en común con el Creacionismo. Desde 1915, el


movimiento modernista quedó liquidado. Juan Ramón Jiménez y algunos poetas
menores intentan buscar nuevos caminos que fueran “más allá” (en latín “ultra”)
del modernismo.

En 1918 comienzan las tertulias de Rafael Cansinos-Assens, rodeado de jóvenes


en el Café Colonial de Madrid. Son los gérmenes del ultraísmo, movimiento
ultrarromántico que reniega de lo viejo (el modernismo), de la oratoria y la
retórica, de los prejuicios moralistas o académicos, y defiende, proclamando que
la guerra no ha servido para nada, un estar “adelante siempre en arte y en
política, aunque vayamos al abismo”, construyendo la fraternidad universal a
través de las nuevas estéticas, siempre “subversivas y heréticas” porque “atacan
al régimen y a la religión”.

El primer brote en España de este movimiento subversivo de la vanguardia fue


el ultraísmo, cuyo programa vino a reducirse a lo siguiente:

Abandono de lo decorativo modernista y del elemento anecdótico musical y


emotivo. Instauración de una poesía esencialmente metafórica, de ahí la
rehabilitación del poeta barroco español Luis de Góngora y Argote (1561-1627).
La inspiración hay que buscarla en los temas más dinámicos y deportivos del
mundo moderno.

Guillermo de la Torre defina así este movimiento:

“El ultraísmo busca la reintegración de lo lírico y la rehabilitación de la poesía.


Usa los elementos puros e imperecederos: La imagen y la metáfora, y rechaza
todos los elementos extraños: acción, motivos narrativos y retórica”.

Desaparece la rima y queda solamente el ritmo. Desaparecen las conexiones


lógicas. Aparecen los valores visuales y el relieve plástico, en vez de la
musicalidad y la retórica. En cuanto a los temas, el ultraísmo quiere introducir
en la poesía temas hasta ahora no tenidos por literarios: las máquinas, la
electricidad, el automóvil.

Obras representativas del ultraísmo:

Hélices (1924) de Guillermo de la Torre y las dos obras

Imágenes (1922) y

Manual de espumas (1924) de Gerardo Diego.

El ultraísmo tiene cierta semejanza con el futurismo italiano. Su valor radica en


haber sido precursor.

El ultraísmo nace en el 1919 y muere prácticamente ya cuatro años más tarde.


Duró de 1919 a 1923 y no consiguió dejar nada decisivo, pero fue un revulsivo
que hizo posible la poesía de los años siguientes.

El ultraísmo se expresó sobre todo a través de revistas, en las que publicaban


poetas del círculo de Cansinos-Assens. Estuvieron ligados al ultraísmo Jorge Luis
Borges, quien más tarde se arrepentiría de sus devaneos; Ramón Gómez de la
Serna, cuyas greguerías estaban muy próximas al culto de la imagen
sorprendente e ingeniosa; Guillermo de Torre, en quien abundan los neologismos,
las imágenes cinemáticas, el abandono de los signos de puntuación, los juegos
con la disposición tipográfica; y además Gerardo Diego, César Vallejo y Juan
Larrea. El ultraísmo, a través de Borges, se difundió en Argentina.

También en México hubo una versión peculiar del ultraísmo: el estridentismo de


Manuel Maples Arce, Germán List Arzubide y Salvador Gallardo, cuyo primer
manifiesto incluía los nombres de Cansinos-Assens, Borges, Gómez de la Serna,
Guillermo de Torre y otros. Ya el poeta mexicano Enrique González Martínez
escribía en 1911 su soneto antimodernista “Tuércele el cuello al cisne”.

Rasgos del Ultraísmo

 Influencias del cubismo, del futurismo y del dadaísmo.

 Eliminación de la rima.

 Búsqueda de neologismos, tecnicismos y palabras esdrújulas llamativas.

 Imágenes y metáforas ilógicas: destacan el mundo del cine, del deporte, del
adelanto técnico.

 Tendencia a establecer una fusión de la plástica y la poesía.

El dadaísmo

Dada es una palabra francesa que significa ‘caballito de juguete’ y fue elegida por
el poeta y editor rumano Tristan Tzara al abrir al azar un diccionario en una de
las reuniones que el grupo celebraba en el cabaret Voltaire de Zurich.

Dadá o Dadaísmo fue un movimiento vanguardista literario y artístico surgido en


1916, durante la Primera Guerra Mundial, caracterizado por su negación de los
cánones estéticos establecidos, y que abrió camino a formas de expresión de la
irracionalidad. Abarca todos los géneros artísticos y es la expresión de una
protesta nihilista contra la totalidad de los aspectos de la cultura occidental, en
especial contra el militarismo existente durante la I Guerra Mundial e
inmediatamente después.

Aunque los dadaístas utilizaron técnicas revolucionarias, sus ideas contra las
normas se basaban en una profunda creencia, derivada de la tradición
romántica, en la bondad intrínseca de la humanidad cuando no ha sido
corrompida por la sociedad.

Como movimiento, el Dadá decayó en la década de 1920 y algunos de sus


miembros se convirtieron en figuras destacadas de otros movimientos artísticos
modernos, especialmente del surrealismo. En París inspiraría más tarde el
surrealismo. En 1922 el grupo de París se desintegró.

El surrealismo
De “una costilla del dadaísmo” surge en Francia el Surrealismo. En España
surgió de los movimientos anteriores hacia 1925 y alcanza su punto culminante
hacia 1928.

Los movimientos anteriores buscaban una perfección técnica, una pureza estética
y odiaban lo sentimental –tendencia esta que compartían con las artes plásticas
del cubismo, etc. La falta de emoción humana y la frialdad intelectual es el
resultado.

El surrealismo da un cambio de rumbo. Ahora se busca el “automatismo síquico


puro”, la asociación libre de ideas o imágenes, fuera totalmente de la lógica, de la
razón. La influencia del sicoanálisis y la “asociación libre” como técnica
terapeutica es patente. Se atiende solamente a la presentación del “mundo
subconsciente”, de ahí la incoherencia irracional de las relaciones metafóricas, la
importancia que adquieren los elementos oníricos y el tono turbulento y
angustioso de las alucinadas visiones.

Se da mucha importancia al sueño, que Freud postulaba como la ‘vía regia’ para
conocer la estructura síquica de los pacientes. Para los surrealistas, el sueño es
una fuente de inspiración poética. El poeta trabaja durante la etapa del sueño. El
misterio de toda creación está en las fuerzas inconscientes de la persona
creadora. Para los surrealistas, el sueño y la realidad no son contradictorios, sino
que se deben fusionar y dar así una “superrealidad”. De ahí que en España se
diera a este movimiento el nombre de superrealismo. Los surrealistas o
superrealistas rechazan toda actividad consciente y lógica y buscan la expresión
de lo irracional, de las fuerzas elementales del alma humana.

El primer poeta español que escribió poesías surrealistas fue Rafael Alberti (1902-
1999) en Sobre los ángeles (1930). Vicente Aleixandre (1898-1984), Federico
García Lorca (1898-1936) y Gerardo Diego (1896-1987) pertenecieron a este
movimiento poco tiempo.

Destacan, por su clara filiación surrealista:

José María Hinojosa (1904-1936)

La flor de California (1926)

La sangre en libertad (1931)

Rafael Alberti (1902-1999)

Sobre los ángeles (1929)

Luis Cernuda (1902-1963)

Los placeres prohibidos (1931)


Federico García Lorca (1898-1936)

Poeta en Nueva York (1929-1930)

Esta obra de Lorca, así como sus piezas teatrales El público y Comedia sin título, y
el guión cinematográfico Viaje a la luna, revelan una afinidad con las búsquedas
estéticas de Luis Buñuel y de Salvador Dalí, cuyos cortometrajes Un chien
andalou (Un perro andaluz) y L’âge d’or (La edad de oro), con guión sólo de
Buñuel, son exponentes del surrealismo en el cine.

Con el surrealismo –originado en España como superrealismo


independientemente del francés– la poesía ganó un nuevo contenido dramático,
después de algunos años de “deshumanización del arte” (Ortega). El tono europeo
y antitradicional de los primeros momentos fue sustituido por la integración de la
mejor tradición española: Garcilaso de la Vega (1501-1536), San Juan de la Cruz
(1542-1591), Francisco de Quevedo (1580-1645), Luis de Góngora y Argote (1561-
1627) y Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870). Esta integración fue fruto de la
nueva valoración de la tradición española llevada a cabo por los „poetas
universitarios“ (Pedro Salinas, Jorge Guillén, Dámaso Alonso y Gerardo Diego).

La evolución posterior a las vanguardias

Pasado el movimiento iconoclasta del ultraísmo, hay una vuelta a los cauces
tradicionales: “Esta generación no se alza contra nadie ni contra nada, ni en lo
político ni en lo literario” (Dámaso Alonso), a diferencia del modernismo y del 98.
Se admira a los valores y maestros anteriores y a los grandes valores de la lírica
nacional, pero se evoluciona manteniendo ciertos valores ultraístas:

§ Libre uso de la metáfora, uno de los elementos capitales del poema.

§ Estilización poética de la realidad.

§ Substitución de lo sentimental, decadente y noble del modernismo por un


tono juvenil y optimista, a veces irónico, y escasamente emotivo.

Es el momento de la estilización de lo popular (Lorca y Alberti) y de la poesía pura


(Salinas y Guillén). Ambas direcciones entroncan con aspectos de Juan Ramón
Jiménez (1881-1958), quien es maestro común y admitido. La vuelta a lo popular
no sólo afecta a los temas, sino también a la métrica. Lorca, por ejemplo, usará la
copla tradicional popular y Alberti la del cancionero medieval.

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