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Empatía: una afectuosa e importante contribución al altruismo

Según Hoffman, la empatía es una respuesta humana universal que tiene una base
neurológica que puede ser estimulada o suprimida por la influencia ambiental. Unos
niños pueden mostrar activación empática compasiva (sentimientos de compasión
cuando el otro está angustiado) o angustia orientada hacia sí mismo (sensaciones de
angustia cuando el otro está angustiado).
→ Socializacion de la empatía
Los padres pueden estimular la acivacion empática compasiva:

 Modelando la preocupación empática

 Utilizando formas de disciplina con orientación afectiva

→ Tendencias de la edad en la relación entre la empatía y el altruismo


El vínculo entre empatía y altruismo es más fuerte en preadolescencia, adolescencia y
adultez, y menos en preescolar y primaria. Los niños más pequeños carecen de
habilidades para considerar el punto de vista de los demás.

→ Hipótesis de la responsabilidad sentida


Teoría que sostiene que la empatía puede estimular el altruismo ya que impulsa a
reflexionar sobre las normas altruistas, lo cual genera la obligación de ayudar a otros
que están angustiados.
Influencias culturales y sociales del altruismo

→ Influencias culturales
Las sociedades más altruistas son aquellas menos industrializadas y menos
individualistas. Aunque las sociedades difieren en cuanto a la importancia que le
otorgan al altruismo, todas aplican la norma de responsabilidad social (todos deben a
ayudar a los que necesitan ayuda). Los adultos persuaden de diferente manera a los
niños para que se preocupen por el bienestar de los demás.

→ Reforzamiento altruista
Los niños reforzados por conductas altruistas tienen menos probabilidad de ejercer
conductas prosociales una vez que los premios cesen. El reforzamiento verbal de una
persona afectuosa a la que los niños respetan, sí estimula el altruismo en este caso.
→ Práctica y prédica del altruismo
Los teóricos del aprendizaje social suponen que los adultos que estimulan el altruismo
y que practican lo que predicen influyen en los niños de dos maneras:

 Al practicar sirven de modelos para los niños.

 La práctica regular de exhortaciones altruistas (estímulos verbales para ayudar,


consolar, compartir o cooperar con otros) hacen que el niño las internalice, pero solo
en caso de que haya vínculo afectivo con el modelo que le proporciona un cambio
duradero.

¿Quién cría a los niños altruistas?

Las personas altruistas son aquellas que han disfrutado de una relación cálida y
afectuosa con sus padres. Los activistas totales han tenido unos padres que
practicaban lo que predicaban, mientras que los activistas parciales, han tenido padres
que solo predicaban.
La disciplina basada en el afecto y la racionalización tiene un efecto positivo y trae
consigo mejores resultados.

La empatía es una de las competencias más importantes de las que están incluidas en
la inteligencia emocional. La palabra procede de los vocablos griegos en que significan
“dentro de él” y “lo que se siente”. Sin embargo, el significado real de este fenómeno
psicológico es aún más importante que la capacidad de ponerse en el lugar de otro.

¿Qué es la empatía?
La empatía es la capacidad de comprender la vida emocional de otra persona, casi en
toda su complejidad. Esto no supone necesariamente compartir las mismas opiniones
y argumentos que justifiquen el estado o reacción que expresa la otra persona. Ni
siquiera significa estar de acuerdo con el modo de interpretar las situaciones con carga
afectiva del interlocutor.
La empatía está referida entre otras cosas a la escucha activa, la comprensión y el
apoyo emocional. Además, la empatía implica tener la capacidad suficiente para
diferenciar entre los estados afectivos de los demás y la habilidad para tomar
perspectiva, tanto cognitiva como afectiva, respecto a la persona que nos expresa su
estado emocional.

Sus componentes

Quizá en algunas ocasiones no te has sentido escuchado por falta de feedback, apoyo
o comprensión. En otras muchas ocasiones, quizá sientas que no has sabido atender
adecuada y empáticamente al estado emocional de la otra persona y te preguntes:
¿Qué necesito o debo hacer para ser más empático?
Fundamentalmente, los componentes de la empatía son los siguientes:

1. Saber escuchar

Presta atención a lo que explica o argumenta la otra persona, atiende a las


manifestaciones no verbales, como sería en el caso de los gestos que se corresponden
con el estado de ánimo que se verbaliza y no interrumpas el discurso verbal.
Además, reflexiona sobre lo que la otra persona te está comunicando, expresa señales
de seguimiento activo a modo de feedback: mira a la cara, asiente con la cabeza o
refleja expresiones faciales congruentes con aquello que te está explicando la otra
persona.
Por otro lado, es necesario mostrar interés preguntando detalles sobre el contenido de
la conversación.

2. Interpretar las señales no verbales

Comprende los mensajes transmitidos de carácter paralingüístico, tales como la


entonación, el tiempo de respuesta, el volumen…

3. Mostrar comprensión

Podemos mostrar comprensión congruente a aquello que nos explican a través de


frases como:" Comprendo que actuases así". "Entiendo cómo te sientes". "La verdad es
que debiste pasarlo genial"…
No se deben invalidar, rechazar o juzgar las emociones de la persona que las
expresa ya que esta es una premisa fundamental para mostrar sensibilidad empática.

4. Prestar ayuda emocional si es necesario

Es importante preguntar siempre a nuestro interlocutor si necesita algún tipo de


ayuda. Sin embargo, en muchas ocasiones con el simple hecho de escuchar
activamente al otro le permitimos “ventilar” y gestionar su estado emocional. De esta
forma siente alivio por tener un oyente confiable a quien transmitir sus emociones.
Cuando la persona que escucha empáticamente ha vivido una situación emocional
semejante a la que se está expresando, el proceso comunicativo es más fluido, ya que
se produce una mayor sintonía emocional.
¿Para qué practicarla?

La empatía, como habilidad de la inteligencia emocional, es importante porque


posibilita experimentar diferentes beneficios.

 Permite disfrutar de relaciones sociales participando más con el grupo de amigos,


compañeros o familiares.
 Ayuda a sentirse personalmente mejor.
 Facilita la resolución de conflictos.
 Predispone a ayudar a los demás y compartir.
 Aumenta el carisma y el atractivo.
 Permite ser más respetuoso.
 Desarrolla capacidades de liderazgo, negociación y colaboración, así como ser mejor
considerado por los demás.

¿Cómo cultivar la empatía?

Practicar la empatía nos ayuda a ampliar nuestras perspectivas y con ello a


enriquecer nuestro mundo con nuevas ideas, puntos de vista y oportunidades.
Es una habilidad social clave que, como ya hemos visto, nos permite escuchar mejor,
comprender y formular mejores preguntas, tres aspectos fundamentales de una buena
comunicación. Además, es una de las bases para construir relaciones sólidas y
enriquecedoras.
Puedes incorporar a tu rutina 3 sencillos ejercicios prácticos para mejorar tu empatía.

1. Pregunta y muestra interés

Empieza cualquier encuentro o conversación con preguntas abiertas y personalizadas:


¿Cómo estás? ¿Qué tal en el trabajo? ¿Qué tal te va el proyecto que empezaste?
¿Cómo han ido las vacaciones?
Mostrando cercanía e interés por la otra persona, deja espacio para que se abra y
simplemente recibe.

2. Lee guiones de teatro

Lee guiones de teatro y céntrate en un personaje. Busca en el texto lo que hay más
allá de las palabras; La historia personal, experiencias previas, los miedos que esconde,
sus deseos e ilusiones, las emociones que están a flor de piel…

3. Elige a una persona

Elige a una persona al azar e intenta averiguar a través de su comunicación no verbal


lo que la mueve (emoción y pensamiento) a hacer lo que hace y cómo lo hace. Un
buen momento para llevar a cabo este ejercicio es en el transporte público, en una
cafetería… Estos lugares son ricos en escenas ya que pueden servir para poner en
práctica la empatía.

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