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Universidad Nacional de Entre Ríos

Facultad de Ciencias de la Administración

Licenciatura - Tecnicatura en Turismo

Cátedra de Historia Regional I

Trabajo Práctico I

Profesor Lic. Diego García

Cohorte 2018

Eje Temático: Pueblos Originarios de la Región Rioplatense


(Guaraníes - Charrúas - Chanás).

Grupo elegido: los Charrúas

Integrantes:

Camino, María Luz


Díaz, Tamara
Quirós, Daniela
Pucheta, Bárbara
Sosa Garcia, Hernán
● Introducción
Debida cuenta que este trabajo práctico obliga a la lectura detenida, interpretación,
reflexión e introspección acerca de la arquetípica fama de bravura y valentía de los
Pueblos Originarios que habitaron este suelo, no podemos dejar pasar por alto la
frondosa imaginación y maravillosa explicación que estos habitantes le daban a los
hechos que hoy nos resuenan como normalmente explicados por la ciencia.

Es por eso, que basándonos en la “Leyenda del tero azul” nacida en el seno de la
cultura del pueblo que hemos elegido como objeto de estudio, los charrúas, trataremos
de abordar las diferentes características que definían su diario quehacer.

La idea es alejarnos un poco de la trillada descripción mítica, que no hace más que
ahondar en verborrágicas descripciones calcadas de las peculiaridades de un grupo que
antaño custodió estos parajes.

A nuestro juicio, creemos particularmente necesario considerar que la tradición oral que
hoy nos llega, es un vestigio no tan preciso del otrora relato que pretendían estos
moradores. No obstante, intentaremos amalgamar la investigación de campo realizada
con los datos obtenidos de la lectura del material propuesto. Paralelamente, pensamos
que sería apropiado, recabar mayor información en diferentes sitios de Internet que, si
bien no se ajustan perfectamente a la metodología científica, tratan de transmitir por
escrito algunas tradiciones orales que fueron mutando con el correr del tiempo.

Porque después de todo, ¿quién puede juzgar y con qué vara a un antepasado que
percibía la vida sin más juicio de valor que la diaria subsistencia? Y aún más, ¿con qué
derecho podemos siquiera arrogarnos la potestad de objetar una realidad tan distinta?

La riqueza rescatada por las laboriosas investigaciones dan cuenta de la importancia


que tuvieron y aún tienen estos ancestros en nuestro diario quehacer.

¿Cómo explicar sino las maravillosas leyendas que no hacen más que darnos una
acabada imagen de la percepción de la realidad que les templaba el carácter y que
todavía persiste en el imaginario colectivo?

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Al no haber dejado estos grupos, evidencia escrita acerca de sus usos y costumbres,
varias son las maneras que nos permiten abordar, aunque sea de manera literaria su
modo de vida y tratar de “jugar” a que formamos parte de esta cosmovisión
melodramática y, de esta manera, aproximarnos al objetivo a través de un intento
académico de abordaje.

El relato seleccionado, aporta valiosos elementos que nos permiten sumergirnos en un


realismo mágico que nos conduce por la fascinante percepción de la naturaleza que
describían los charrúas.

Sumado a ello, hemos adjuntado información que complementa el objetivo del


presente trabajo.

3|Página
 Indice

Introducción Página 2
Indice Página 4
Consignas del trabajo Página 5
La leyenda del tero azul Página 6
Características. Análisis del relato Página 9
a) Los charrúas. Breve descripción de su origen Página 9
b) Ubicación geográfica y áreas de influencia Página 10
c) Ubicación en el mapa Página 11
d) Aves de la región Página 12
e) Descripción física Página 14
f) Actividades económicas Página 14
g) Formas sociales Página 15
h) Lenguaje Página 15
i) Vivienda Página 16
j) Vestimenta Página 16
k) Adornos corporales Página 16
l) Creencias Página 17
m) Actividades bélicas Página 18
Presentación de distintos ejemplos que permitan comprender
las relaciones entre los pueblos originarios de la región Página 19
Tensiones y conflictos en el mundo colonial Página 21
Visita al Museo Antropológico de Concordia Página 24
Conclusión Página 28
Apéndice. Cuadro comparativo Página 30
Bibliografía Página 32

4|Página
 Consignas del Trabajo:

• Ubicación geográfica y área de influencia de los grupos. Formas de vida de los


diferentes grupos.

• Trabajar a partir de la lectura de relatos, planos, mapas e imágenes las características


socio-étnicos, costumbres, lenguas, economía, las actividades, las viviendas, las formas
de sociabilidad y de recreación de los diferentes grupos socio- étnicos, sistemas de
trabajo, medios de comunicación, transporte, y creencias, etc.

• Presentación de distintos ejemplos que permitan comprender las relaciones entre los
pueblos originarios de la región.

• Tensiones y conflictos en el mundo colonial: presentar casos para conocer las


tensiones y conflictos en la sociedad, rebeliones, insurrecciones protagonizadas por los
pueblos originarios. Presentar relatos de leyendas, mitos que conformen su
cosmogonía.

• Profundizar aspectos en visita al Museo Antropológico- Armar muestra fotográfica


digitalizada.

5|Página
La leyenda del tero azul

Dicen que por entonces las señales anunciaban un invierno muy duro. Los adultos
intensificaban las tareas de cosecha, acopio, recolección, trueque, conservación de
pieles y el salado de pescado en la orilla del océano.

Aquel día sopló el primer viento frío. Los niños no se alejaron de sus correrías habituales
ni en los juegos con sus bolas de piedra. Los mayores seguían en sus actividades
rutinarias pero no hablaban entre sí.

En la aldea se respiraba un clima de expectativas.

De pronto, todas las miradas empezaron a seguir los pasos de un charrúa muy joven;
tan joven que su labio inferior no había sido aún perforado por el tembetá.

Este adolescente no era un muchacho más. Hijo del médico yuyero, heredero de una
sabiduría ancestral muy profunda, se le había visto renunciar tempranamente a los
juegos infantiles y preguntar con respeto por las cosas trascendentes. Su solidaridad
con los pequeños era tan inmensa como su conocimiento de animales y plantas. Los
benteveos lo escoltaban siempre de manera muy especial y los horneros preferían
hacer sus nidos en la proximidad de su vivienda.

Ahora el Concejo de Ancianos lo había llamado. No enfrentaría una prueba sencilla: la


comunidad necesitaba conocer sus poderes innatos, necesitaba probarlo.

Concentrado en sus pensamientos caminaba hacia la choza donde se reunía el Concejo


cuando vio una pareja de teros, esas hermosas aves de nuestros bañados, que lo
saludaron con sus gritos inconfundibles. El joven intuyó que esta presencia era una
señal, pero aún no lograba entender claramente los mensajes de los viejos espíritus
incorporados en los animales.

Entró con decisión. Lo esperaban en actitud que indicaba claramente la solemnidad del
momento.

La anciana portavoz del Concejo le habló con serenidad y firmeza: "Debes ponerte en
camino de inmediato para buscar al Tero Azul. Es un tero de tamaño corriente pero de
plumaje azul. Partirás hacia los esteros lejanos, sin armas, y no deberás probar bocado
hasta agotar los esfuerzos por encontrar a ese misterioso pájaro".

6|Página
La anciana le advirtió además que si pasaban los días sin lograr la visión no se dejase
morir; que en ese caso se alimentase y volviera a la aldea. Pero le insistió en que hiciera
el máximo esfuerzo posible para mantenerse en ayunas y buscar el Tero Azul.

Se le entregó harina de mandioca y charque de pescado en una bolsa hecha con un


buche de ñandú. El joven recibió la bolsa y se estremeció: era la que había usado su
padre tantas veces para recoger hierbas medicinales, y el hecho de que ahora se la
confiaran daba mayor trascendencia aún a la misión encomendada.

El muchacho salió de la aldea, caminó hasta la caída del sol y finalmente estableció su
puesto de observación en las zonas bajas que son el territorio de los teros. Vio el ocaso
y el amanecer del día siguiente, y después un nuevo ocaso, bebiendo solamente agua
de los manantiales transparentes, pero no vio al Tero Azul.

Al tercer día sintió los graznidos característicos de estas aves, corrió hacia sus llamados
con el resto de sus fuerzas, pero los emisores eran teros comunes, de plumaje pardo y
blanco, con las consabidas y elegantes listas negras en sus alas extendidas.

No halló al Tero Azul.

Al borde de sus fuerzas decidió finalmente alimentarse porque esa era la orden, no
porque deseara hacerlo. Abrió aquella bolsa amada con dolor y resolución. Amarga le
supo la comida que llevaba, que sin embargo lo reconfortó.

Volvió a su aldea con una infinita tristeza. Pasó entre los suyos con rostro inescrutable,
inexpresivo; lo que había vivido debía ser expuesto en primer lugar a quienes le habían
encomendado la misión.

Ante el Concejo de los Ancianos contó su dolor: "No pude ver al Tero Azul. No supe
verlo. No soy digno de la esperanza que en mí tenían ustedes, mi padre, mi madre y
mis hermanos" concluyó.

Todos miraron a la anciana y ella lo miró en silencio.

"Sí sos digno de nuestra confianza" respondió al fin; "sabíamos que aún no estabas
preparado para encontrar el Tero Azul; sólo te pedimos que lo buscaras. Y lo
importante es que tu corazón no nos mintió y asumió el fracaso como debe hacerlo
nuestra gente: llegaste a nosotros y hablaste la verdad.... Ahora no hables a nadie de tu

7|Página
búsqueda, pero cultiva en tus compañeros las virtudes que demostraste. Verás al Tero
Azul, cuando llegue el día que debas verlo".

A veces el día está gris y frío pero el alma tiene una dulce tibieza. Cuentan que el
muchacho sintió por primera vez, en esas circunstancias, que el aire olía a primavera y a
jazmines del país; y esa fragancia era su paisaje y su casa. Vendrían otras épocas, supo
entonces, habrá otra gente, pero en este suelo charrúa, aún en los interiores de las
casas urbanas, perduraría la fragancia del jazmín del país y la capacidad de seguir
persiguiendo teros azules.

Volvió a la vivienda con el pequeño tembetá en el labio y el corazón palpitante de


alegría.

8|Página
 Características. Análisis del relato

a) Los charrúas. Breve descripción del origen

El origen del nombre charrúa se desconoce y fuentes recientes demuestran que no es


una palabra americana ni indígena; pero existen varias hipótesis para definirlo.

Se han propuesto las siguientes: "litorales"; "somos turbulentos o revoltosos" (del


guaraní: "cha": nosotros; "rru": enojadizos); "iracundos", "destructores", "mutilados", etc.

Como sea, han prevalecido por sobre otras parcialidades que habitaban la región -
aliadas en el siglo XVIII1

El primer etnónimo para designar a los habitantes autóctonos del territorio hoy
uruguayo del que tengamos rastro habría sido el de charrucíes, escrito por Diego García
en 1528. Este no ha sido más que el primero de una lista de Indios del territorio que con
el tiempo se iría reduciendo.

En el siglo XVI, los etnónimos predominantes en las fuentes fueron los de Chaná-
Biguás y Charrúas con ortografías diversas tales como la del ya citado Charrucíes (Diego
García, 1526), Beguaes y Charnais (Barlow, 1528), Zechurrúas (Ulrich Schmidl, 1536),
Begoais (Pero Lopès de Souza, 1530), o la que une ambas grafías Begua-charrúa (Pedro
Morales, 1528). Desde lo que hoy es Brasil, el Padre José de Anchieta en 1554 y Gabriel
Soarès de Sousa en 1587, emplearon respectivamente los etnónimos de Carijós y
Tapuias para los habitantes no-europeos de nuestra región. Ya en el siglo XVII, otro
misionero ubicado también en el actual Brasil, el padre Jerónimo Rodríguez (1605)
empleó el etnónimo Arachás, parientes según él de los Carijós. Este término, retomado
por Ruy Díaz de Guzmán en La Arjentina (1612) bajo la forma Arechanes, tendría una
larga vida ya que hasta el día de hoy se denomina así a los nativos y habitantes del
departamento de Cerro Largo. Con los relatos de tres religiosos encontraremos
después el etnónimo Yaro (Padre Romero, 1636; Padre Luis Ernote, 1632; Padre
Francisco Xarque, 1687). Los Mojanes y Guenoas son señalados por Pedro de Baygorri
(1655) y encontramos a su vez citados los Boxanes, Vilos, Chanás, Charrúas y el curioso
etnónimo Montevidios en una carta del Gobernador de Buenos Aires José Martínez de
Salazar dirigida al Rey, en 1673.2

1 https://pueblosoriginarios.com/sur/pampa/charrua/charrua.html
2http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Montevideo/pdf/SHS-AnuarioAntropologia2015.pdf Pág 25 y 29

9|Página
Los charrúas se subdividen en cinco etnias tradicionales: Yaros, Minuanes, Martidanes,
Guenoas y Bohanes , que luego quedaron reducidas a tres que fueron los Charruas,
Bohanoes y Guinuanes.3

b) Ubicación geográfica y áreas de influencia


Poco nos dice el relato acerca de la ubicación geográfica, pero hay datos que nos dan
ideas de la posible ubicación:
Elementos de la leyenda:
- Invierno duro
- Vientos fríos
- Orilla del mar
- Esteros/bañados
- Benteveos/horneros/teros
- Jazmín del país

“Originariamente, el hábitat de la familia charrúa fue la Banda Oriental, que abarcaba


aproximadamente lo que hoy constituye la República Oriental del Uruguay. Aunque ya
en la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII se los encuentra ocupando gran
parte del territorio de la provincia de Entre Ríos” 3
Al momento de la llegada de los españoles, los charrúas dentro del actual territorio
uruguayo ocupaban el área al norte y al sur del Río Negro y se acercaban a la costa en
el actual departamento de Rocha. Los minuanes estaban en la costa argentina del río
Uruguay al norte de la desembocadura del Río Negro. Los actuales departamentos
uruguayos de Río Negro y Durazno eran ocupados por los yaros. Los guenoas estaban
en la zona de los departamentos de Tacuarembó, Treinta y Tres y Cerro Largo.
Posteriormente a la fundación de Montevideo, los charrúas se desplazaron hacia el
norte absorbiendo a yaros, bohanes, guenoas, chanás y minuanes quedando
prácticamente confundidos con ellos, por lo que usualmente se les ha designado a
todos estos grupos genéricamente como charrúas.4
Hace 1.500 años a.C. lograron penetrar en la Banda Oriental utilizando las calzadas de
piedra que abundaban en el río Uruguay, aguas arriba de las cascadas de Salto.
3 Cettour, Cristina, (1994) Aborígenes del noreste entrerriano, 27.

4 http://viajes.elpais.com.uy/2015/11/06/el-origen-de-los-charruas/

10 | P á g i n a
Ocuparon las tierras comprendidas desde la desembocadura del río Uruguay en el Río
de la Plata por el oeste, y por el este llegaron próximo a la Laguna Merín, internándose
en una franja paralela a la costa de unos 150 km de ancho en toda su extensión. Estas
tierras figuraban en los antiguos documentos como la "Banda de los Charrúas"5

A ambos lados del río Uruguay, tanto argentino como uruguayo, se distribuía el grupo
de los charrúas; los departamentos actuales de Río Negro, Durazno, Paysandú, Salto,
Tacuarembó, Cerro Largo y Treinta y Tres estaban ocupados por grupos indígenas que
mantenían un parentesco directo con los charrúas (se habla de una macro etnia
charrúa): los minuanes, los yaros, los bohanes y los guenoas. Otro grupo también
próximo a los charrúas fueron los guayanás, que ocupaban el litoral costero del
Uruguay hasta la Laguna de los Patos en Brasil.6

c) Ubicación en el mapa

5 http://www.smu.org.uy/elsmu/comisiones/reencuentro/jornada_reflexion_prehistoria_indgena

6 Klein, F. (2013) Nuestro pasado indígena, 68, 69.

11 | P á g i n a
d) Aves de la región

Benteveo común (Pitangus sulphuratus)


Familia: Tyrannidae Orden: paseriformes Tamaño: 22 cm
Identificación: Corona negra con cresta amarilla (que solamente se ve cuando la eriza);
una franja blanca alrededor de la cabeza debajo de la corona; una raya negra parte de
la base del pico atravesando el ojo hasta la nuca. Dorso, alas y cola, pardo; cobijas
alares y primarias ribeteadass de color canela. Garganta color blanco y toda la parte
inferior, amarillo azufre. Pico fuerte negro. El vuelo es rápido y algo ondulado;
frecuentemente revuela como un halconcito.7

()

Hornero (Furnarius rufus)


Familia: furnaridae Orden: paseriformes Tamaño: 20 cm
Identificación: dorso marrón claro, con la cola más rojiza. Garganta blancuzca. Partes
ventrales de color marrón grisáceo claro. Alas pardas con banda canela.8
7 Las aves del uruguay; Gore y Gepp

8 http://www.avesuruguay.org.uy/avesuruguay2/articulo.asp?f=hornero&d=guia

12 | P á g i n a
Tero (Vanellus chilensis)
Familia: Charadriidae Orden: Charadriiformes Tamaño: 35 cm
Identificación: dorso gris, con brillo verdoso-morado en las alas. Presenta un fino
copete negro. Alas y cola, blancas y negras. Frente, garganta y pecho negros. Resto de
las partes inferiores blanco. Ojos, pico y patas rojas. En el doblez de cada una de las
alas presenta una púa de color rojo. Macho y hembra son de colores similares. Especies
similares: comparte el mismo orden con gaviotas y gaviotines.9
9 http://www.avesuruguay.org.uy/avesuruguay2/articulo.asp?f=tero&d=guia

13 | P á g i n a
e) Descripción física
Los charrúas, de acuerdo a la clasificación de los grupos americanos del profesor José Imbelloni,
pertenecían a la raza pámpida, alta y robusta.
En cuanto a la fisonomía, no existe casi dimorfismo sexual, y los hombres muy poco se
distinguen de las mujeres. Color cutáneo de pigmentación intensa, con reflejos bronceados, iris
oscuro y pelo duro y liso).10
Segun Diaz de Guzman, en el S.XVI dice que eran “gente muy dispuestas y crecidas”. Lopes de
Sousa los califica de muy grandes, de rostros muy feos. Don Martín del Barco Centenera
expresa un poema: “ Es gente muy crecida y amistosa”.
En el S XIX la mayoría de los sobrevivientes estaban mestizados. Aun así mantenían su
estatura.11

f) Actividades económicas.

Elementos de la leyenda:
- 1) Tareas de cosecha, acopio y recolección, trueque, conservación de pieles y salado
de pescados.
- 2) Harina de mandioca y charque de pescado
- 3) Bolsa de buche de ñandú

Este grupo étnico desarrollo una economía depredadora, propia de comunidades


nómades caza, pesca y recolección de frutos fueron sus bases de subsistencia (1).
La caza fue la actividad practicada, empleándose para ella, arcos, flechas y boleadoras,
de uno, dos o tres rémales.
En el primer periodo se dedicaban a la caza de venados y ñanduces (3), corriéndolos a
pie. En el caso de venados extendían redes en alguna angostura empujándolos hasta
allí. Posteriormente se usaron las boleadoras de dos y tres rémales para voltearlos y
luego los remataban con lanza corta o con bola sujeta a puño.
Después de la conquista las prácticas se orientaron hacia la captura de ganado
cimarrón, con auxilio del caballo.
La pesca fue practicada por toda las parcialidades charrúas, usando para ella canoas
monoxílicas* de 18 a 22 metros de longitud y 0,80 metros de ancho.
*Fabricadas en una sola pieza

La conservación y acopio de pescado disecados (1 y 2) fue una práctica frecuente en los


siglos XVI y XVII, los charrúas parecen haber vivido más del pescado de lo que lo
hicieron siglos posteriores.
10 Klein, F. (2012) Nuestro pasado indígena, 70-71

11 Cettour, C. (1994) Aborígenes del noroeste entrerriano, 29

14 | P á g i n a
Además recolectaban huevos de ñandú, miel, cogollos de ceibo y frutos silvestres; el
hidromiel fue la bebida nacional.
La industria de la piedra se desarrolló en función de actividades cinegéticas y guerreras
se registra el uso de puntas de flechas, piedras lenticulares o de honda y de piedras de
boleadoras. Además de ello usaban jabalina, arcos y lanzas cortas de puntas de piedra
y madera endurecida al fuego; las flechas se guardaban en carcajes que llevaban
suspendidas al hombro.

g) Formas sociales.

Elementos de la leyenda:
4- Concejo de ancianos
5- Aldea

La Banda Charrúa se constituyó sobre la base de la familia integrada por 10 o 12


miembros, y tribus (5) constituidas por 80 a 100 individuos,
Estuvieron regidos por una especie de concejo integrado por miembros representativos
de cada familia (4), este concejo tenía injerencias en los conflictos que surgían de la vida
de relación y en la tensión de las necesidades.
La familia charrúa se constituyó sobre la base de uniones más o menos permanentes,
consagradas en ceremonias matrimoniales.
La mujer accedía a matrimonio muy joven y habitualmente se casaba con el primer
hombre que la requería, en tanto que el hombre lo hacía en plena madurez; era
característica la familia poligamia y endogámica. Al hombre se le permitía tomar una
nueva mujer, cuando la anterior era vieja, pero esta última conservaba mayor derecho
que las otras.
La educación de los niños no constituyó una preocupación para sus padres ni para la
comunidad, crecían sin educación, revoltosos y no mostraban respeto a sus padres.
Los hombres desempeñaron roles de guerreros, cazadores y pescadores. Las mujeres
realizaban actividades más diversificadas como construcción de toldos, confección de
vestimentas, recolección de frutos y leña, preparación de alimentos, la crianza de los
niños, el traslado de la toldería y el cuidado del caballo en el periodo hispánico.
El sistema de cacicazgo para las parcialidades charrúas no se halla suficientemente
documentado; el gobierno de ellos se reducía a un Concejo formado por los jefes de
familia (4) que se reúnen y sientan en círculo para deliberar si deben atacar al enemigo
común; no reconocen otros superiores que los encargados de dirigir la expedición.
Es probable que cada toldería (5) tuviera un cacique, considerado como jefe nominal

h) Lenguaje

15 | P á g i n a
En los primeros documentos que registraron su lengua, la misma era calificada como
dura y gutural; lengua particular, distinta de la guaraní.
Se conservan muy pocas palabras de su lengua, alrededor de setenta voces,
desconociéndose su estructura gramatical. De acuerdo a los pocos datos que se posee,
los charrúas formarían parte del grupo lingüístico MACRO PANO, el cual incluye al
GUAICURU, MATACO,LULE-VILELA y al PANO propiamente dicho. La recopilación de
palabras es obra mayormente realizada por el doctor Teodoro Miguel Vilardebó
(médico uruguayo), hecha sobre la China Arias, una charrúa que vivió en la Estancia de
Arias y el Sargento Mayor Benito Silva quien vivió dos años en una toldería charrúa.12

i) Vivienda.
Las viviendas charrúas eran un paraviento formado por cuatro estacas, colocadas a
modo de pared y sin techo un siglo más tarde experimentaron algunas modificaciones,
ya tiene techo y es de paja y median 1,5 mts. Diez o doce paravientos, agrupado al
curso de agua, conformaban el campamento o toldería charrúa en cada una de ellas
vivía una docena de personas que compartían su espacio vital con un buen número de
perros.
Posteriormente la cultura del cuero modifico su vivienda construyéndolas con ramas
arqueadas a modo de sostén y cueros de caballos o vacas remplazando las antiguas
estacas.

j) Vestimenta.
La vestimenta que usaban era el delantal pubiano o tapa rabos de piel o algodón. En
estaciones frías y en determinadas oportunidades usaban el típico manto de pieles
decorados con motivos geométricos llamado papi o quillango.
Las prendas de algodón, delantales pubianos y camisas sin Mangas fueron productos
del comercio mantenido con los guaraníes.

k) Adornos corporales.

Elemento de la leyenda:
-6) Tembetá

Tanto hombres como mujeres se realizaban perforaciones e inserciones de objetos,


tatuajes y pinturas corporales o faciales. Además usaban clavijas, narigueras, barbotes o
tembetás (6), tenían la costumbre de insertar un trozo brillante de cobre en las
perforaciones nasales.
12 Cettour, C. (1994) Aborígenes del noroeste entrerriano, 81

16 | P á g i n a
Algunos relatos dicen que a pocos días de nacido un niño se le agujereaba
ceremonialmente el labio inferior y se le colocaba el barbote que debían llevar siempre.
El tatuaje formó parte de los ritos de iniciación de las adolescentes; tres líneas azules y
verticales en el rostro, constituyo el símbolo del ingreso a la vida adulta.

El cabello fue usado muy largo, los hombres lo anudaban en la parte posterior del
cuello insertando allí algunas plumas blancas, en cambio las mujeres lo llevaban suelto.

l) Creencias

Elemento de la leyenda:
7) Médico yuyero

Los charrúas, al igual que los puelches, tuvieron chamanes que decían curar las
enfermedades alejando del cuerpo las causas que las producían (7). Entre los recursos
para forzar su eliminación estaba el de la succión. Mediante esta práctica simulaban
extraer una espina, un guijarro o una pequeña lagartija, con lo que aseguraban la
curación del doliente.

Por otro lado, se desconoce la religión de los charrúas. No ha llegado hasta el


momento, ningún testimonio alguno que permita reconstruir su sistema de creencias.
No obstante, la actitud de este grupo frente a la muerte, autoriza a pensar que creían
en la supervivencia del alma y en la existencia de una vida sobrenatural.

La muerte dio lugar a escenas de intenso dramatismo, protagonizadas por las mujeres
de las familias. Las viudas, hijas y hermanas del difunto, exteriorizaban su dolor
mediante estridentes alaridos y la práctica de incisiones con objetos cortantes (cuchillo
o lanza del muerto), formaban parte del ritual fúnebre.

Los hombres guardaban duelo solamente cuando quien moría era el padre. En este
caso, permanecían dos días en sus cabañas, desnudos y con una dieta alimenticia
limitada a carne y huevos de perdiz. Transcurrido este lapso, un amigo o pariente le
introducía una cierta cantidad de varillas con puntas aguzadas, desde la muñeca hasta
el hombro. Cumplido este ritual que se realizaba por la noche, el deudo se trasladaba al
bosque, sin experimentar temor por los animales salvajes. Con él llevaban un bastón
para clavar un hoyo profundo y en él se introducía hasta cubrir el pecho, pasando en
estas condiciones la noche. Al amanecer salía de su retiro y se dirigía a una pequeña
choza reservada para estas circunstancias, donde presumiblemente se extraía las
varillas. A partir de este momento, debía permanecer en total aislamiento durante 10 ó
12 días, alimentándose con pequeñas porciones de carne y huevos que le eran
alcanzadas por los niños de la tribu.

17 | P á g i n a
Los cementerios charrúas respondían a un plano circular, delimitado por estacas, con
capacidad para 30 tumbas aproximadamente. Sin embargo, ellos llevaban los huesos
de sus parientes muertos donde quiera que fuesen.
Los enterratorios con ajuar funerario (armas, utensilios, adornos) y el sacrificio del
caballo sobre la tumba, permiten concluir que los charrúas creyeron en la existencia de
una vida sobrenatural para la cual debían contar con todo aquello que les había sido
útil en la vida terrena.

Las costumbres funerarias eran bastante salvajes. Aunque algunos cronistas de la época
informaron que no tenían religión, se puede reconstruir que por el desarrollo de sus
ritos fúnebres tenían creencias de ultratumba. Tantos a sus muertos como perros y
marrones los enterraban en la cima de los cerros (los llamados “bichaderos”). Estos
enterramientos eran de poca profundidad siendo cubierto el cuerpo, con tierra, ramas,
o piedras; generalmente se los ubicaban sobre las boleadoras. Clavaban la lanza del
fallecido a un lado de la sepultura y del otro lado se dejaba un caballo atado a una
estanca, pues suponían que el difunto emprendería un viaje. Como forma de duelo, se
practican mutilaciones en los dedos.

La familia, los parientes lloran mucho al muerto y su duelo es muy singular y muy
cruel.Cuando un muerto es un padre, un marido o un adulto, las hijas y las hermanas ya
mujeres, se cortan así como las esposas, una de las articulaciones de los dedos por
cada muerto, empezando esta operación con el dedo meñique. El marido no hace
duelo por la muerte de su mujer, ni el padre por sus hijas.

De varias fuentes sabemos que los charrúas practicaban el chamanismo.


Tenían la creencia de un espíritu maligno que denominaban “Gualicho”.13

m) Actividades bélicas
La guerra constituyó la principal actividad de los charrúas, el pillaje o la devolución de
agravios fueron las causas más frecuentes que la motivaron.
Señales de humo y resplandores de hogueras transmitían la noticia.
Antes de iniciar la guerra, para evitar el saqueo de sus campamentos y el cautiverio de
sus mujeres e hijos, ocultaban sus toldos en los sitios más inaccesibles del monte.
Luego, en ceremonia previa, los caciques arengaban a sus guerreros y las mujeres
alineadas a la distancia entonaban cánticos propiciatorios para el combate. El ataque
Klein, F. (2012) Nuestro pasado indígena, 77,78

18 | P á g i n a
por sorpresa fue considerado de gran valor táctico, enviando para ello exploradores 13
(bomberos) que procuraban conocer la posición de la fuerza numérica del enemigo.

La lucha era iniciada preferentemente al amanecer, en medio de un impresionante


griterío. Antes de la generalización de la lucha, los caciques acostumbraban a desafiar
a los jefes enemigos para librar combates singulares.
Como trofeo de guerra conservaban el cuero cabelludo del enemigo muerto en
combate y, al igual que los guaraníes, cambiaban de nombre tantas veces como
enemigos mataban, al mismo tiempo que se practicaban una profunda herida en el
cuerpo. De este modo, el número de cicatrices, equivalía al número de vencidos en
combate y las ostentaban como verdaderas condecoraciones de guerra. Las mujeres y
los niños eran cautivados, en tanto que los prisioneros, milagrosamente escapados de
la matanza, recibían buen trato.

 Relación entre charrúas, chanás y guaraníes

Si bien los charrúas confrontaron con los guaraníes, también entablaron lazos económicos,
socio-culturales y conyugales con éstos.
En el plano económico podemos destacar el intercambio de bienes de regiones tropicales por
bienes de la región pampeana.
El charrúa intercambió la pluma de berá (ñandú) con la del papagayo; tecnología en cuero por
tecnología en fibra vegetal.14
Los charrúas fueron sumamente influenciados por los guaraníes. Esta influencia se puede ver
claramente en la lengua y en la cerámica. A partir del siglo XIII, hay una clara incorporación y
desarrollo de la alfarería tupí en el Uruguay.

El padre Romero dice un uno de sus relatos la existencia de comunicación entre los diferentes
grupos étnicos del río Uruguay y destaca que en todo el Uruguay corre la lengua general del
Paraguay, es evidente que había una fluida comunicación entre charrúas y guaraníes.15

Durante el siglo XVI, comenzó la presencia europea y con ella la posibilidad de contar con más
información sobre las características de las relaciones entre estos grupos.

En cuanto a lo relacionado con lo conyugal, no había inconveniente a la hora de formar pareja


entre estos dos pueblos. El intercambio de mujeres era común a la hora de llegar a una paz
después de una guerra, esto lo demuestran los europeos al encontrar en tolderías charrúas
mujeres guaraníes y en asentamiento guaraníes mujeres charrúas.
14 http://www.escueladigital.com.uy/historia/precolonial/indigenas.htm

15 Carta del Padre Romero al Padre Provincial. Yapeyú, 20 de septiembre de 1627.Biblioteca Nacional de Río de Janeiro. BNRJ. Colección De Angelis. I-29-7-16.

19 | P á g i n a
Por eso, es posible encontrar cronistas que, según el período analizado, categorizan de manera
opuesta las prácticas sociales y las relaciones interétnicas de charrúas y guaraníes.

Alrededor de uno de los aspectos del contacto interétnico, la alianza contra terceros, Clastres
destaca que se origina en la existencia de enemigos comunes. Esto no quiere decir que el
estado de alianza permanezca inalterable.

Por eso, la alianza, encarada en función del principio de la reciprocidad, no habría sido un
objetivo sino un medio.

En algunos momentos, la esfera del intercambio se superpone con el tiempo de la alianza. En


estos casos hay, sobre todo, intercambio de mujeres como medio de sellar aquellas. Es dentro
de un contexto cambiante, sin embargo, en que la identidad y la independencia étnica se
mantienen como vínculo. La comunidad, de cada grupo étnico, sigue siendo homogénea y
continúa persistiendo el “nosotros”.16

¿De qué manera coexistió la identidad de un grupo semisedentario en un intercambio con otro
nómade? La relación entre los guaraníes y los charrúas, desde el área de la confluencia del
Uruguay con el Miriñay hasta la unión del Río Uruguay con el Río de la Plata, debiera ser
analizada particularmente en cada etapa histórica.
Un antecedente importante, acerca del tema de las alianzas entre guaraníes y charrúas, lo
aporta la experiencia de varios cronistas del siglo XVI. Algunos mencionan hasta cierta
convivencia. Diego García (1526-1527), con respecto al río Paraná, dice que
(…) la primera parcialidad a la entrada del río, a la banda del norte, se llama de los Charrúas (…)
otra parcialidad se llaman guaraníes (…) Andando río arriba, hay otra parcialidad que se llaman
los Chanás (…) .De la otra parte del río está la parcialidad que se llama de los Carcaraes y, más
al norte de ellos, otra muy grande que se llama de los Querandíes. Más al norte, hay otros
indios por nombre Atambúes. Todas estas parcialidades son afines. Se juntan y mezclan entre sí,
y comen maíz, carne y pescado.17

Por su parte Bracco, refiriéndose específicamente a nuestra área de estudio, destaca que la
documentación que expone “pretende demostrar la existencia de un fuerte grado de
interacción entre sociedades indígenas nómades y semisedentarias".
Pero aclara, que a pesar de las alianzas contra los europeos, de la utilización común de
paraderos e inclusive del intercambio de productos y mujeres, la relación entre los grupos
étnicos vecinos podía deparar una guerra. 18

16 Clastres,P (1980) Investigaciones en antropología política, 198


17 Guillermo Furlong. “Memoria de Diego García”. En Revista Asociación Amigos de la Arqueología. Tomo V, 1933 p. 209
18 Diego Bracco. Charrúas, guenoas y guaraníes. Montevideo, Linardi y Risso, 2004, p. 15

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 Tensiones y conflictos en el mundo colonial

Los enfrentamientos bélicos de los indígenas se complejizan con el transcurrir de los siglos;
inicialmente se trata de enfrentamientos entre el español y el aborigen, pero luego se agregan
otros actores que tienen que ver con el proceso de colonización y poblamiento del río de la
plata. A los españoles se les incorporan los diversos grupos evangelizadores especialmente los
jesuitas, posteriormente ingresan los paulistas o bandeirantes, luego los portugueses y con el
tiempo el criollo.

Tanto españoles como lusitanos comenzaron a edificar diversos fortines en el territorio de la


banda oriental, notando los charrúas la intención de aproximación de las tierras. La fundación
de Colonia del Sacramento y luego de San Felipe y Santiago de Montevideo son ejemplos en
este avance y del desplazamiento constante del indio hacia el interior del país.
La formación de estancias y tolderías, a veces clandestinas incrementaron aún más el número
de batidas que muchas veces terminaron en matanzas.

La época colonial cierra con la fundación en el año 1797 con el cuerpo de blandengues, con
sede en la ciudad de Maldonado del cual procede el prócer uruguayo don José Gervasio
Artigas, el objetivo era llevar una guerra sin cuartel contra los indios infieles. Hasta la llegada de
los ingleses son frecuentes las campañas contra el indígena, hasta los inicios de la república
donde nuevamente resurge su persecución.
Los charrúas opusieron tenaz resistencia a la colonización española, siendo el primer episodio
conocido la muerte de Juan Díaz de Solís durante su descubrimiento del Río de la Plata,
aunque, según los cronistas españoles, Solís padeció ante una "tribu antropófaga". Dado que la
antropofagia es prácticamente desconocida en la etnia charrúa, se supone que la muerte de
Solís puede haberse debido a un grupo de linaje amazónico que se encontraba en ese
entonces merodeando las riberas platenses, sin embargo tradicionalmente se ha atribuido a los
charrúas este hecho.19

En 1573 el campamento de Zárate fue atacado por los charrúas y sangriento combate costó
más de 100 hombres a los españoles y los obligó a refugiarse en la isla San Gabriel
abandonando el poblado que fue destruido por los indígenas.

En 1574 con la llegada de Garay el junto a Zárate atacaron a los charrúas en este
enfrentamiento murieron seis caciques y doscientos guerreros charrúas, por lo cual se retiraron.
A mediados del siglo XVIII fueron diezmados en la campaña llevada a cabo por José de
Andonaegui. En 1702 se enfrentaron a 2.000 guaraníes en la batalla del Yi siendo vencidos,

19 Historia de la conquista del Paraguay, Rio de la Plata y Tucuman, Volumen 1, pág. 27. Autor: Pedro Lozano, 1755. Editor: Andrés Lamas. Casa

Editora "Imprenta Popular", 1874

21 | P á g i n a
sufriendo 300 muertes y 500 prisioneros, mayoría mujeres y niños. Los charrúas tenían solo 200
guerreros con los que hacerles frente.
En los años siguientes unos 4.000 guaraníes de las misiones jesuitas se pusieron bajo el dominio
de los españoles para atacar a los charrúas.

En 1705 los charrúas decidieron nuevamente emprender la guerra eligiendo al cacique Cabari
para dirigirlos en este caso fue diferente por medio de guerrillas no numerosas, cansando al
español y no por medio de un frente numeroso que pudiera ocasionar numerosas bajas.

En 1707 los indígenas uruguayos rompieron las hostilidades y aparecieron en distintos puntos a
la vez; la reducción de Yapeyú fue elegida por ser un punto altamente estratégico y tener poca
vigilancia, lograron vencer a los indígenas e ingresando a la reducción dejaron 19 vecinos del
pueblo degollados, al mismo tiempo realizaban diversas operaciones sobre el Paraná y en sus
costas. El gobernador Valdez Inclán mandó a los guaraníes a Yapeyú para que persigan a los
invasores; ubicaron el campamento de Cabari y lo atacaron, matan a algunos hombres y hacen
prisioneros al resto; no bastante el resto de sus guerreros siguieron efectuando ataques.
En 1713 los charrúas vuelven a sublevarse e inician incursiones con ataques a grupos sueltos de
soldados españoles y embarcaciones causando fuerte alarma; algunas reducciones de
guaraníes fueron asaltadas y acuchillados sus habitantes.
En 1715 la expedición del teniente García de Piedrabuena menciona que encontró sobre el
arroyo Calá en Entre Ríos, 25 toldos de yaros y bohanes. Al día siguiente se comenzó combate.
Los indios realizan la retirada y tras ellos comenzó Piedrabuena la persecución.

La reducción de Nuestra Señora de la Concepción de Cayastá desapareció hacia 1820.


En las sucesivas campañas de los gobernadores de Buenos Aires para "civilizar" a la Banda
Oriental se produjeron combates contra los indígenas. Las expediciones de Juan Ortiz de
Zárate, Juan de Garay y Hernandarias se batieron sucesivamente con indígenas, provocando
cientos de muertos.
Las fundaciones de Colonia del Sacramento y de Montevideo también fueron motivo de
conflicto con los indígenas, ahondando la mortandad.
En noviembre de 1749 el teniente de gobernador de la ciudad de Santa Fe, Francisco Antonio
de Vera Mujica aprehendió 339 charrúas que habían escapado del territorio uruguayo, entre
ellos caciques, que fueron trasladados a las cercanías del río Salado en Santa Fe, dando origen
al pueblo de "Nuestra Señora de la Concepción de Cayastá" situado donde estuvo la primitiva
ciudad de Santa Fe.
Otra expedición de Vera Mujica en 1752 sobre la provincia de Entre Ríos, tomó prisioneros a 53
charrúas que fueron repartidos entre los expedicionarios para su servidumbre.
La Guerra Guaranítica, entre 1754 y 1756, donde españoles y portugueses se unieron para
combatir al "infiel", tuvo efectos devastadores. Incluso hacia finales del siglo XVIII, los

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Blandengues españoles iniciaron una campaña denominada como "guerra charrúa", donde
participó José Artigas. El 4 de octubre de 1800 el virrey Avilés envió al capitán Jorge Pacheco a
expedicionar contra los charrúas ubicados en el noroeste del actual Uruguay.
Pocos años después, muchos indígenas pelearían en los ejércitos independentistas de Artigas.
En 1831, en Puntas del Queguay, se dio a lugar la matanza conocida como Matanza de
Salsipuedes. A orillas del arroyo Salsipuedes, entre Tacuarembó y Río Negro. Rivera convocó a
los principales caciques charrúas, llamados Polidoro, Rondeau, junto con todas sus tribus, a una
reunión diciéndoles que el Ejército los necesitaba para cuidar las fronteras del Estado. Según los
relatos, agasajados y emborrachados, fueron atacados por una tropa de 1.200 hombres al
mando de Bernabé Rivera. Se dice que el propio Rivera dio la señal de iniciar el ataque,
haciendo fuego sobre el cacique Venado, tras pedirle que le entregara su cuchillo para picar
tabaco.
El saldo fue de 40 indios muertos y 300 prisioneros, de los cuales algunos lograron a huir
siendo perseguidos por Bernabé Rivera. Entre las tropas hubo 9 heridos y un muerto.
La persecución de los charrúas no se agotó en la matanza de Salsipuedes. Bernabé Rivera, en
particular, tuvo un especial empeño en encontrar y exterminar a los que lograron escapar. En
1831 sorprendió en Mataojo, cerca de la desembocadura del Río Arapey, a un grupo de
charrúas comandado por los caciques El Adivino y Juan Pedro, a los que atacó saldándose el
episodio con 15 muertos y más de 80 prisioneros. Informó que habían conseguido escapar 18
hombres, entre ellos, el cacique Polidoro, único cacique sobreviviente. En 1832 localizó a un
grupo de charrúas en una hondonada llamada Yacaré-Cururú. En una emboscada, los charrúas
mataron a Bernabé, a dos oficiales y a nueve soldados.

23 | P á g i n a
 Visita al Museo Antropológico de Concordia

La visita al museo antropológico que realizamos no fue demasiado fructífera puesto que no
pudimos recabar demasiada información acerca del grupo de aborígenes que habíamos
seleccionado para el presente trabajo práctico.

Estas son algunas de las fotografías que ilustran nuestra visita.

Se pueden observar distintos tipos de flechas sin especificación de pueblo de origen.

24 | P á g i n a
Luego pudimos encontrar vasijas de origen guaraní mostrando las técnicas que empleaban.

Y un sector de los guaraníes actuales mostrando sus técnicas y objetos más nuevos.

25 | P á g i n a
Por lo tanto, al no obtener ningún dato que aportara contenido a nuestro trabajo, decidimos

acudir al MUSEO “IVRY MARA EY” (La tierra sin mal, en guaraní) en la ciudad de Chajarí.

26 | P á g i n a
Por otro lado, a través de Internet, quisimos averiguar cuáles eran los museos de Uruguay que
tenían mayor relevancia y que representasen a los charrúas.
Encontramos dos museos que tienen gran importancia; el primero está ubicado en la ciudad
de Tacuarembó es uno de los museos más importantes de América, denominado “Museo del
indio y del gaucho” (http://tacuarembo.gub.uy/web/index.php/museo-del-indio-y-del-gaucho-
washington-escobar)

El segundo se localiza en la ciudad de Montevideo y se denomina “Museo de Arte


Precolombino e Indígena” (http://www.mapi.uy), el cual ofrece a los visitantes una colección
permanente de piezas arqueológicas y etnográficas perteneciente a las diferentes culturas
originarias del continente americano, como también exposiciones temporales, además de
poseer un programa educativo para niños y adolescentes sobre estas temáticas, etc.

En la ciudad de Durazno se inauguró un museo viviente de los charrúas, es un museo


interactivo el cual se lo denominó “Charrúas, imágenes y testimonios de un destino”, el cual se
abrió al público el 12 de octubre de 2004.
La muestra exhibe referencias de la presencia indígena en Uruguay particularmente charrúa, se
construyó bajo la forma de tres boleadoras de grandes dimensiones caídas desde la altura y
semi enterradas en el suelo.

27 | P á g i n a
 Conclusión

Como hemos dicho anteriormente, este grupo no produjo ningún sistema de escritura, por lo
cual, la información recabada fue posible gracias a la exhaustiva investigación y a la recolección
de narraciones orales por parte de los historiadores.

Por otro lado, mucha de la información con que contamos y que tenemos disponible fue
debido a la impresión que los colonizadores españoles tuvieron acerca de estos pobladores.
Es así que los describían como aguerridos y belicosos, cuando seguramente la única intención
fue defender su territorio de la ofensa española.

Notamos una gran diferencia con sus vecinos guaraníes, quienes parecieron cooperar con los
jesuitas, pero esto seguramente se debió al diferente abordaje con que los monjes se
acercaron. Esto marcó una gran diferencia en la dominación. Los adelantados invadieron
atrozmente los territorios charrúas, mientras que los jesuitas colonizaron la región guaraní en
nombre de Dios.

No olvidemos que los exploradores españoles buscaban la mejor manera de acceder a las
minas de oro y especialmente plata que sabían, se encontraban río arriba. Otra amenaza que
debió enfrentar el pueblo charrúa al momento de la invasión fue la geografía, que les jugó en
contra.

Haciendo nuevamente una comparación con los guaraníes, éstos encontraban en la vegetación
selvática, un refugio natural que les permitió ocultarse hábilmente de los atacantes, mientras
que la llanura de la Banda Oriental no fue tan gentil a la hora de ofrecer cobijo a los charrúas.
Esto colaboró con la feroz masacre a la que se vieron sometidos.

Para muchos el pasado indígena en Uruguay se limita a los libros y a la idiosincrasia, sin
embargo hay más indígenas que lo que se cree. Según el censo del 2011, en Uruguay el 5% de
la población declaró tener ancestría indígena y un 34% tiene ADN indígena americano. Estos
grupos están centrados principalmente en las ciudades de Salto, Tacuarembó y Colonia del
Sacramento.

Los charrúas no solo desaparecieron por la pólvora, la espada y el exterminio realizado por
Rivera sino también por enfermedades como la tuberculosis o la viruela que venían desde
Europa por los barcos. Los que no se adaptaron a la forma de vida occidental combatieron y
murieron; otros se integraron a la sociedad y escondieron su herencia indígena para ser
aceptados.
Los últimos cuatro charrúas fueron Senaqué, Tacuabé, Vaimaca Perú y Guyunusa, quienes
fueron vendidos a un francés que se los llevó a Europa para exhibirlos.

Todavía no existe ningún plan ni programa específico para la población indígena en Uruguay.
Aún falta ese reconocimiento que existe población con ascendencia indígena y algunos ya se
denominan indígenas de este siglo.
Así como los historiadores y antropólogos están intentando reconstruir cuál fue la pisada de
este tipo de indígena, también hay un grupo de científicos que desde 2014 trabaja en el

28 | P á g i n a
instituto Pasteur, intentando rearmar las características genéticas de los indígenas del Río de la
Plata. Hasta el momento identificaron antepasados charrúas y su objetivo es estudiar la
genética, secuenciar el genoma y definir qué componentes pertenecen a “la raza charrúa”.

Por último y no por ello menos importante, queremos citar un fragmento de la


Constitución de la Nación Argentina, donde se da un reconocimiento hacia los pueblos
Originarios:
“Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.
Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural;
reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad
comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras
aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable,
transmisible, ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la
gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afectan. Las
provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones.”
Constitución de la Nación Argentina (1994) Art 75 inciso 17

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 Apéndice.

En este apéndice se pretende brindar un muy resumido cuadro comparativo de las


características de los otros dos pueblos que también fueron sugeridos por la cátedra para el
análisis.

Características Charrúas Guaraníes Chanás

Subgrupos -guenoas -los tapes - Mocoretáes


-bohanes -los arechanes - Timbúes
-minuanes - Beguáes
-guyanaes-yaros
Características -tipo racial pámpido. -tipo racial amazónido. -tipo racial pámpido parecidos a los
físicas -forma maciza, de anchas -estatura poco elevada. charrúas
espaldas, cabeza grande, labio -forma macizas, miembros muy -se destacaban por la alta estatura.
grueso, nariz estrecha en la base repletos, redondos y músculos
salientes.
Rostro circular, nariz corta y ojos
pequeños.
economía -caza de venado y ñandú. -agro alfarera. -pesca
-recolección de huevos de -cultivos de tierras. - recolección, cultivo y siembra (miel,
ñandú y cogollo de ceibo. -recolección (maíz, batata, algarrobas, raíces y caracoles
-pesca mandioca), caza y pesca. - caza (venados, nutrias, ñandú )
Vestimenta -especie de delantal o taparrabo -hombres desnudos -desnudez
de piel o algodón. -mujeres con cubre sexo -uso de mantos para la estación fría
-en épocas frías usaban manto triangular llamado tanga que -uso de taparrabos y delantales de
de pieles patagón llamado confeccionaban de plumas. algodón
quiyapi o quillango. - plumas adornaban la cabeza de -adornos, pinturas corporales, tatuajes.
los hombres, usaban pintura -perforaciones nasales y colocación de
corpórea, adornos en el labio piedras de colores o metales.
inferior de los hombres.
Vivienda -eran nómades -sedentarios - sedentarismo o semisedentarismo.
-vivienda inestable. -casas comunales de sección -chozas comunales rectangulares, con
-paraviento cuadrado abierto y redonda, construidas de troncos, paredes de juncos y techos de paja a
sin techo. hojas y pajas. Con 8 de estas dos aguas.
-chozas hechas con ramas casas se construía una aldea.
arqueadas y con cuero de
caballo o vacas.
Trasporte -canoas monoxilas para la pesca -canoas monoxilas de gran -canoas monoxilas (de un solo tronco)
y con la llegada de los españoles tamaño. de hasta 20 mts de largo
caballos
Armas -boleadoras. -arcos generalmente grandes. -arcos cortos
-arcos y flechas en punta de -flechas de hueso o madera -flechas con punta de madera y hueso.
piedra. endurecida al fuego -boleadoras
-jabalinas o lanzas cortas de -macana (garrote grueso) -piedras de honda
puntas de piedra o madera. -la macana y el propulsor.
-honda

30 | P á g i n a
Utensilios de -formas subglobulares u ovales. -la cerámica fue el elemento más - el moldeado de apéndices con figuras
uso doméstico -mala factura y tosca decoración. destacado de este grupo. zoomorfas.
-grandes recipientes bicónicos o -decoración indefinida, con guardas y
subglobulares figuras geométricas.
-decoración de vasijas, ollas y
vasos realizadas por la presión de
dedos y uñas. Escobillado
realizado con una rama.
-con la influencia jesuítica la
cerámica fue moldeada con un
torno a mano.
Caracteres - poligamia y endogamia -las parejas se unían sin -Se sostiene que la familia fue poligamia,
socio étnicos y (práctica de contraer formulismos y estas uniones no pro nada se puede aportar en torno al
costumbres matrimonio, personas de eran siempre permanentes, tipo de consagración matrimonial, al
ascendencia común o naturales estuvo generalizada la práctica de lugar de residencia de la nueva familia
de una pequeña localidad o la poligamia. (virilocal o uxorilocal), a la filiación de la
comarca). - Habitualmente las mujeres descendencia, al sistema de parentesco,
- El adulterio fue reconocido guaraníes no se oponían a que a los tabúes o a los status y roles. Se
como tal, sólo si se comprobaba sus maridos tomaran esposas presume la práctica de ritos de iniciación
"in flagrante delictu", lo cual adicionales especialmente cuando para que los púberes de ambos sexos.
conducía a duelos pugilísticos sin eran mujeres colaboradoras
otro tipo de sanción.
Medios de Por medio de la lengua y Por medio de la lengua tupi Por medio de la lengua y
comunicación comunicación fluviales guaraní y comunicación fluviales. comunicaciones fluviales

Creencias Se desconoce la religión de los Creían en las fueras naturales, en Reconocían la existencia de un gran
charrúas. La actitud de este la tierra sin mal, en el chamán o señor principal o general. Se sabe que
grupo frente a la muerte, pay. existían hechiceros.
autoriza a pensar que creían en Creían en un ser superior a quien
la supervivencia del alma y en la llamaban Tupá.
existencia sobrenatural.
Lengua -dura y gutural. -el guaraní que aún es la lengua - Se desconoce la estructura de la
-particular. más conocida y reconocida lengua hablada. Sólo se cuenta con
-un vocabulario charrúa poco alguna referencia en torno a su
conocido. pronunciación.

Organización Tenían un concejo de jefes Cada parcialidad vivía Tenían un cacique (sistema común de
política supremos de familias encargado independientemente de la otra, todas las tribus) y un concejo de
momentáneamente de dirigir la bajo un gobierno de un cacique ancianos
expedición. era hereditario

Bibliografía

Apuntes de la cátedra

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Alberto Rex González – José A. Pérez - Argentina Indígena. Víspera de la conquista. Ed. Paidós.
Bs.As, 2012

Carlos D. Renna – América: conflicto, construcción y desafío. Ed. Sudamericana, Sta. Fe, 1992

Cristina V. de Cettour - Aborígenes del noreste entrerriano. Municipalidad de Concordia,


Argentina, 1994

Fernando Klein - Nuestro pasado indígena. Ed. B Uruguay. Montevideo, 2012

Edgar Ibarra Grasso - Argentina Indígena. Tipográfica Editora Argentina S.A. Bs. As., 1996

Juan C. Rodríguez Nigro - Prehistoria indígena en la Banda Oriental. Comisión del Reencuentro
y la Amistad. S.M.U. Jornada de Reflexión, 2016

Sitios de internet varios citados en cada caso.

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