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MÚSICA EN JAPON

RESUMEN DE LOS ASPECTOS RELEVANTES DE


LA MUSICA EN EL TEATRO KABUKI
Orlando Duque, C.I. 9.338.606
Mérida, 21 de mayo de 2018

Japón es el resultado de miles de años de historia en los que se entrelazan


numerosas culturas asiáticas envueltas en olas migratorias continentales e
insulares de la región pacífica, entre las que destaca la gran influencia china. Fue
fundado en el siglo VII a.C., y tradicionalmente el poder ha sido controlado por
élites de alto nivel de las cortes nobles, regentes y shogunes, nombre con el que
se conoce a los gobernadores militares. Hoy día, el pueblo nipón es poseedor de
una gran riqueza en todos los aspectos, y entre ellos destaca su inmenso
patrimonio cultural. En él la música es fundamental ya que está presente en casi
todas sus vivencias cotidianas.

Actor kabuki

Tradicionalmente, existe en Japón un interés supremo por resguardar todos


aquellos elementos materiales con valor superior en lo histórico y cultural, ello, con
el fin de preservar en el tiempo su identidad. Para tal fin el gobierno estableció un
shoso o repositorio de todos estos objetos y a través del tiempo recibió el nombre
de Shôsôin, actualmente existen dos grandes edificaciones donde se resguardan
meticulosamente, todo lo que conforma su historia milenaria.
El repositorio Shôsôin tiene por ejemplo los instrumentos musicales para
realizar la danza Bugaku y Gigaku, introducidas ancestralmente desde China. Los
objetos allí depositados se dividen en tres grupos: los donados por la emperatriz
Komyo, entre ellos, instrumentos musicales; objetos propiedad del Shôsôin y las
herramientas y documentos para la construcción del Tôdaiji.

Shôsôin
En el Shôsôin se encuentran 70 instrumentos musicales repartidos en 23
tipos. De ellos, por ejemplo en los cordófonos el único originario de Japón es el
Wagon, el resto son foráneos. Entre los instrumentos importados de China está el
Kin conocido como Qin o Guqin, también. Este instrumento es usado por los
taoístas y confucionistas como herramienta para el “entretenimiento elevado y
formación moral”. En igual orden, el Sô equivalente del Koto, es un instrumento de
13 cuerdas con puentes móviles. El Shitsu de 24 cuerdas es similar al Koto, y de
él solo se conservan en el Shôsôin, algunas partes y trozos. Éste se utilizaba en
China para hacer música Seigaku-gi. También el Genkan o Genkin introducido
por los chinos en Japón, se usaba para hacer música Zatsugaku, o música
importada. El Shiragi-goto, es un instrumento coreano introducido en Japón,
también relacionado con la música Zatsugaku.
El Biwa chino, parecido a un laúd es similar a un Barbat persa, y este
último también se desplazó a occidente para dar origen al lute occidental. El biwa
llega a Japón a partir la música china cortesana Gagaku, y colabora en la
generación de estilos narrativos como el mosobiwa, un tipo de balada cantada por
monjes errantes. De igual forma el biwa incide en el Heikebiwa una serie de
cuentos en prosa sobre batallas épicas del siglo XII. El Gogenbiwa se origina en la
India y llega a china en la Disnastía Tang, el ejemplar del Shôsôin es único en el
mundo. Por último en los cordófonos se tiene el Kugo japonés proveniente de
asiria, es un tipo de arpa japonesa.
En los aerófonos existen varios tipos de flauta, entre ellas, destaca la
shakuhachi una flauta vertical de marfil, mármol, roca o bambú, de 6 orificios, y 54
cm., de largo aproximadamente. La flauta outeki de distintos tamaños, se usa la 7
orificios en la música togaku, y la 6 para la música coreana. Las flautas Sho o
flautas de pan, solo quedan fragmentos. En el mismo orden, el Shô es un organillo
de 17 tubos, usado en la música Gagaku, y el Wu que es un organillo similar al
anterior, pero con tubos mas largos y produce sonidos mas graves.
Entre los membranófonos cuentan gran variedad de tambores de la India,
usados en las danzas de máscaras Gigaku y otros para la música Togaku.
En los idiófonos, destaca el Hokyo, un metalófono de 13 placas colocadas
en una estructura de madera, de las que se conservan 9, solamente.
La mayoría de los instrumentos del Shôsôin, tienen la inscripción Todaiji, es
decir propiedad de ese Monasterio, y han sido clasificadas según el principio chino
de los 8 sonidos, relacionados con: metal, madera, calabaza, piedra, bambú
piedra, tierra y cuero. Luego de este principio surge la teoría de los Cinco
Elementos: fuego, agua, madera, metal y tierra, pensamiento que rige los estilos y
conceptos, en las artes de esta región y en particular de la cultura nipona.

La música del teatro Kabuki. Historia.


Sobre este importante género japonés, se tienen en cuenta sus comienzos
sobre cuatro libros o rollos manuscritos, ilustrados y fechados en el siglo XVII. En
el manuscrito de Kunijo Kabuki Ekotoba, se observa la agrupación musical
tradicional formada por tres tambores y una flauta, de herencia Noh. Existen
evidencias narrativas sobre el uso conjunto del canto y el tambor, así como del
uso de la flauta shakuhachi, junto con los dos modos antiguos, sôjô y ôshiki.
Por las ilustraciones encontradas, se deduce que las primeras
manifestaciones del kabuki era diálogo sin acompañamiento, canto con tambor y
danzas acompañadas por un conjunto musical. El Kabuki Sôshi es herencia de la
danza dramática que inició la actriz Izumo No Okuni, sin embargo, esta
manifestación se prohibió a mediados del siglo XVII, y mas tarde se retomó para
ser ejecutada en el teatro por jóvenes, y luego por hombres adultos quienes
realizan el papel de las mujeres, estos actores se les llama Onagata. Su música
se perpetuó con el laúd shamisén de tres cuerdas, el cual se convirtió en elemento
mas importante del conjunto música para el teatro kabuki.

Onagatas
El shamisén en el Kabuki, está documentado desde mediados del siglo
XVII, igualmente se usaba el koto en representaciones de yarô Kabuki o kabuki
masculino, por 1657. No obstante, es el shamisén de tres cuerdas, el instrumento
musical que representa una nueva opción para hacer música kabuki, incluso
excluyendo en las ilustraciones al ô tsuzumi, tambor del conjunto Noh.

Shamisén

Mucha de la música kabuki, se preserva en la melodías para shamisén


como Shishiku Shoshinshû, de 1664, y a finales del siglo XVII y principios del
XVIII, florecen numerosas colecciones de textos basados en canciones y danzas
kabuki. Dado que la escritura de este género vino a final del siglo XVII, todo llega a
partir de reconstrucciones que pueden guardar mucho de la esencia de las
interpretaciones originales, que hoy día se ejecutan en las escuelas de danza
japonesa.
El género musical asociado al teatro musical kabuki, es Nagauta, o Edo
Nagauta, interpretado con 5shamisén, percusión y flauta shakuhachi,
primeramente asociado a la danza y con el desarrollo del kabuki se incorpora al
teatro. También, la forma de música shamisén existió en Kyôto y Ôsaka hacia
mediados del siglo XVII y comienzos del XVIII, y está representada principalmente
en una serie de 50 obras de la colección de Matsu no Ha.
El conjunto de Nagauta, consta de cantantes hombres y mujeres, varios
shamisén, tres tambores, taiko, Kô Tsuzumi, Ô Tsuzumi, y un flautista de Noh o de
Takebue. Los cantantes y el shamisén se sitúan en una tarima, y en la parte de
abajo los tambores y la flauta. Este género se mantiene como el más
representativo para acompañar teatro kabuki, no obstante hoy día también es
acompañado por otros géneros o músicas narrativas como el katarimono o jôrure.
Este último define al género musical narrativo que está relacionado con el
shamisén, como instrumento acompañante de la música narrativa, al principio en
casas de té, y luego en el teatro kabuki. La canción Oimatsu de Rokusaburo
(1820) es una de las obras por antonomasia de la música Nagauta.

Grupo de música Nagauta.

Además de la música lírica y narrativa, el tercer elemento principal de la


música kabuki es la música de trasescena llamada geza o kagebayashi. Ésta
consiste en música y sonidos especiales del shamisén, y de señales de percusión
que sirven como fondo a las acciones o para señalar el modo, lugar y situación de
la escena representada. No obstante, el conocimiento que se tiene de esta función
especial de la música, se conoce por ilustraciones en biombos y manuscritos. Los
músicos de geza o trasescena fueron reubicados en el período Meiji entre 1868 y
1911, hasta la posición que mantienen en la actualidad en un cuarto con cortina de
bambú en la parte de abajo a la derecha del escenario, desde donde realizan su
participación efectista en el teatro kabuki. Además de los instrumentos
tradicionales en la música geza, hoy día hay otros seis tambores más y 18 gongs,
címbalos y claves de madera diferentes y adicionalmente flautas, objetos para la
producción de ruidos y pitos.
La música de trasescena kabuki o geza está representada por más de 200
piezas e interludios, cada una con su nombre y usada en una danza u obra
determinada. Hay muchas obras en las que la geza ha permanecido inalterada por
mucho tiempo ya que en el siglo XVIII ya estaba bastante codificada. No obstante,
dado que la improvisación casi no se usa en la música japonesa, si es posible
versionarla, para adaptarla a las exigencias de las nuevas producciones
modernas, sabiendo que, lo que es importante en el geza o música de trasescena
no es quién la interpreta, sino su función de reforzar el efecto dramático y el
sentido de la forma en el teatro kabuki.

Geza o música de trasescena


Por otro lado la danza, elemento constituyente del teatro kabuki, comparte
el mismo ideal estético que la música, y aquella, divide la obra en tres grandes
secciones, en el danza, drama narrativo, música de escena y geza, confluyen en
un solo género musical o kabuki, lo más cercano al género de la ópera occidental.
En la geza o música de trasescena el clima es un elemento de gran
importancia, representado por el tambor ôdaiko y por el shamisén. El tambor
simula sonidos sutiles de lluvia, nieve, viento, o avalancha. Igualmente de
aguacero, o caída suave de nieve que es acompañado con shamisén. Estos
sonidos ocurren generalmente al comienzo de la escena para inducir al público
una imagen o sensación determinada. Un buen ejemplo de una escena con
señales del clima está en el quinto acto de Kanadehon Chûshingura. También las
condiciones climáticas se expresan con interludios donde la danza tiene una gran
relevancia dentro del kabuki, y puede ir acompañado del sonido de insectos, que
complementan por ejemplo el ambiente de la primavera, lográndolo con pequeños
instrumentos como campanas que asemejan mariposas o también pueden
representar niños en la escena narrativa.
En otro orden la música en el kabuki también cumple un papel de indicar
lugares, generales o muy específicos, para ello el uso del ôdaiko es esencial,
indicando oportunamente el mar, la montaña, los ríos, un valle, en el dos tambores
kô Tsuzumi interpretan una imitación en eco. Además, la música de trasescena o
geza también puede señalar lugares precisos como palacios, mansiones, o la casa
de un guerrero, el campo, el mar y poblados. Además la música puede indicar que
una escena se lleva a cabo en un santuario, un templo o en „barrio de burdeles‟.
El interludio Kangen representa la música cortesana y se usa en diálogos
largos de la nobleza, para ello el shamisén usa cuerdas dobles, y el ôdaiko hace
patrones lentos y libres para asentar su carácter. La pieza sogaku, representa los
palacios imperiales o santuarios y para ello se usan las flautas sokakubue, que
mas que un instrumento es un objeto sonoro sin afinación definida que en unión a
la flauta Noh, imitan la sección de vientos de de una orquesta de la corte imperial.
En este orden, también existen piezas y sonidos para incorporar
acústicamente al público en una mansión o la casa de un guerrero, imitando la
música Noh, caso para el cual se interpreta la pieza midare en caso de entrar a
escena una mujer. En el caso de música de palacios, se puede usar tanto señales
y aikatas de voz, como música real de koto. Por otro lado, las escenas de aldeas
abren con un interludio de sabor folklórico, para ello se usa el okedo, taiko y gong,
entre otros.
Igualmente, se recrean escenas costeras, montañosas, recreadas con
tambor ôdaiko, ekiro o campanas de caballo. Los santuarios shintoitas se
representan con su propia música con dos taiko, ôdaiko, gong y flauta de bambú,
tocando su propia música. Las escenas en los templos, se indican con ôdaiko,
gong de madera y campana de mano. De la misma forma existen numerosas
piezas y efectos musicales para toda una gama de escenas de inmensa riqueza
teatral, y que se escapa de ser enumerada, poblados, casas, personas,
encuentros, todo encuentra en la música del kabuki una riqueza sin precedentes
en las culturas occidentales, en las que la música discurre por un camino
totalmente distinto.

Teatro kabuki. En primer plano actores. Al fondo el grupo de música kabuki .

La música kabuki lejos de ser un aditamento del teatro, es en sí misma la


expresión íntima de las emociones que van mas allá de la lengua. Con la música
kabuki se busca incorporar al oyente y espectador a percibir las sensaciones mas
sutiles de la cultura nipona, a través de las artes, tal vez, una suerte de síntesis del
arte, en las que todas juntas, ya no pueden ser sustantivadas en una sola,
simplemente representan la riqueza del ser.

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