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Escuela Politécnica Nacional

Richard Luciano Camacho González.


12-05-2018
Ensayo
Acerca de “La Carga del escepticismo” de Carl Sagan

Carl Sagan es de esas personas que han asombrado al mundo con su genialidad, abordaba temas
complejos y lo hacía con la mayor de la sencillez, permitiendo que el destinatario reciba el mensaje
de forma clara y precisa. Exponía sus ideas de una particular y simpática manera, que llegaba a
captar la atención absoluta de las masas en busca de temas que en otros tiempos y otras
circunstancias serian incomprensibles. Sin duda alguna este divulgador científico, como me gusta
llamarlo, era un showman, un verdadero escéptico no solo para asuntos de la ciencia, sino para
cosas tan básicas como decidir la lista de compras. Sin embargo, esta palabra, “Escéptico”, ¿Cuál
es su significado? ¿de dónde viene? y ¿qué implicaciones tiene en nuestro desarrollo como seres
pensantes? Carl, en su texto “la carga del escepticismo” publicado en 1987 introduce estas
preguntas centrándose en el contexto que hay detrás de las cuestiones que ponen a prueba la
credulidad de las personas.
En este texto se pretende contestar de forma clara estas tres preguntas planteadas, además de en
base a ellas contestar una cuarta interrogante ¿Hasta qué punto el escepticismo resulta beneficioso
para el desarrollo de la humanidad? Para ello se analizará la postura del autor según texto antes
mencionado con respecto a la consigna del escepticismo como una cualidad humana que permitirá
un mejor desarrollo de varios ámbitos relacionados con elección de uno entre varios parámetros.
Si bien es cierto, en un primer plano se podría decir del escepticismo, que es un término relacional,
es decir uno que se define en aquello que se opone o indaga de una determinada cuestión (Lluís J,
Grimaltos T. 2015). Así, el verificar la información de un producto que nos ofrecen marcas
distintas, elegir entre uno u otro en función de cuan beneficioso es para nuestro uso o consumo, es
el ejemplo más básico que puede existir de escepticismo. De ello se puede decir que el termino
objeto de estudio, significa ser reacio, desconfiado y analítico frente a distintas situaciones que se
nos presentan ya sean estas muy simples y cotidianas o muy complejas y arraigadas en temas
científicos. Desde un punto de vista más filosófico y sobre todo académico, el escepticismo es la
incertidumbre de la validez del conocimiento. Así pues, se ha cumplido con el primer propósito de
este texto, se ha definido el escepticismo y se ha dejado abierta la discusión acerca de cómo el ser
escéptico implica dudar del conocimiento tanto a priori como a posteriori.
Para abordar la cuestión acerca de la duda del conocimiento en sus distintas formas es importante
conocer los orígenes de la palabra escepticismo, para ello se dará respuesta a la segunda
interrogante planteada en la introducción. Siendo así, según la RAE “el término escepticismo está
compuesta por palabras de origen griego cuyo significado es la doctrina de la verdad de las cosas”.
Conocer a etimología de la palabra es muy importante, puesto que en la misma se considera al
escepticismo como una doctrina, estableciéndolo, así como un conjunto de ideas y métodos
enfocados a la discriminación del conocimiento. Con ello se quiere decir que el escepticismo
además de ser útil para situaciones tan triviales como elegir entre un producto u otro, e discriminar
información involucra desecar ideas, teorías, supuestos, acciones, etc., que no están en armonía
con la realidad o que no aportan nada al hombre y su desarrollo.
Esto nos permite entrar en contexto, todas las personas poseemos habilidades escépticas que han
sido implantadas en nosotros desde temprano. Es un hecho que en algún punto o circunstancia de
nuestra vida hemos sido y somos escépticos, es nuestra naturaleza desconfiar y tender al análisis
de diversas situaciones. Para Carl Sagan de no ser así, a futuro habrá consecuencias negativas, tal
como lo menciona en estas líneas: “Si no se emplea un mínimo de escepticismo, y se posee una
credulidad absolutamente destrabada, probablemente tengamos que pagar en algún punto de
nuestra historia.” (Sagan, 1997). Sería muy sencillo evitar cuestiones que nos hacen dudar frente
a un mar de posibilidades, no obstante, al hacer esto esclavizaríamos nuestra mente a la opinión y
criterio de quienes no vacilarán ante la oportunidad de encontrarle un beneficio a este sosiego al
que nos hemos entregado. Para el autor el ser escéptico debe aplicarse muchas situaciones,
incluidas las que se encuentran en el ámbito científico. Para Carl, la educación con escepticismo
es muy importante exponiéndonos en su texto lo siguiente: “Es posible que, si se educara con
escepticismo, es probable que las personas sean escépticas en muchas circunstancias de la vida
cotidiana en incluso llegar a plantearse importantes preguntas sobre distintas instituciones, tanto
políticas como religiosas”. Aquí se concluye con el tema de la duda de los conocimientos a priori
y a posteriori, que básicamente desembocan en temas complejos que son de interés para los
escépticos. Con todo esto como contexto, es posible responder la tercera interrogante planteada,
en general el escepticismo tiene fuertes implicaciones estructurales con respecto nuestro futuro,
puesto que este nos permitirá distinguir entre lo que es más útil y beneficioso.
Ahora bien, para dar respuesta a la última pregunta planteada, ¿hasta qué punto resulta factible el
escepticismo para el desarrollo de la humanidad? Me centrare en cuando el escepticismo no es del
todo bueno. Un ejemplo muy sencillo podría ser, cuando nuestra habitación esta algo desordenada,
es ahí cuando debemos decidir entre arreglarla o esperar que se convierta en un verdadero punto
de entropía y el caos sea en realidad intolerable. Evidentemente lo más lógico seria arreglar la
habitación y no dejar que se acule el trabajo, pero el ser escépticos nos pondría en un debate con
nosotros mismos tratando de evaluar que es lo más beneficioso para nosotros, al dejar que el
desorden se acumule concentramos nuestros esfuerzos en una sola ocasión mientras que si lo
hiciésemos conforme se desordena la habitación dividiríamos el trabajo e inclusive puede que la
suma de estos trabajos menores sea mucho mayor que el que realizaríamos una sola vez. No
obstante el mantener nuestra habitación desordenada por mucho tiempo tiene muchos en efectos
negativos en nuestra motivación para realizar otras actividades de nuestra cotidianidad, ahora
probablemente te has tomado un considerable tiempo reflexionando este tema, siendo escéptico,
con ello las tendencias a procrastinar serán mucho mayores, en el mejor de los casos llegaras a una
solución, y en otros elegirás una de las dos opciones trivialmente y te enfrentaras a la misma
elección en futuras ocasiones, en conclusión habrás desperdiciado tiempo siendo escéptico y
aunque sea gracioso, pudiste haber arreglado lo que desorganizaste desde un principio y evitar
todo el proceso de divagación y abstracción al que te habrás sometido. En fin, esta cuestión tan
trivial tiene un importante mensaje, pueden haber cuestiones que en las que es mejor no ser
escéptico. Sin embargo, subiremos el nivel en el siguiente ejemplo. La ciencia nos dice que la
existencia de seres superiores no es admisible desde el punto de vista lógico, dentro de este plano
un ser con la capacidad de gobernar todo el universo no puede ser considerado como solución a
muchas incógnitas que aun no han sido resueltas. Sin embargo, la existencia de un ser superior ha
sido una forma de implantar fe en muchas culturas, de una u otra forma nosotros como humanos
tendemos a buscar ídolos, que de una u otra forma establezcan una línea en la que concentremos
nuestros esfuerzos. Ahora sabemos que detrás de las religiones hay cuestiones que dejan mucho
que desear y que indiscutiblemente debemos ser escépticos. Siendo así, podemos contestar la
cuarta pregunta, el escepticismo es bueno hasta el punto en que el mismo hecho de ser escéptico
resulta una desventaja, principalmente cuando se trata de las emociones humanas que
axiomáticamente no podemos suprimir del todo, porque dejaríamos de ser humanos.

Para concluir este tema, podemos decir que ser escépticos resulta muy beneficioso para ámbitos
triviales y cotidianos, asuntos políticos y religiosos que impliquen la práctica de la ética, y sobre
todo para que el desarrollo científico vaya a una mayor velocidad, No obstante debemos ser
cuidadosos cuando se involucra las emociones humanas, y sobre toda la motivación que tenemos
las personas para realizar actividades, ya que sin está el mismo desarrollo de la ciencia se verá
frenado.
Bibliografía
Lluís J, Grimaltos T. (2015). Teoría del conocimiento. Universidad de valencia. Valencia-España.
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española (2014). «castillo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7. Consultado el 8 de mayo de 2018.

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