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Principios de analisis ético en la vida humana

Principios fundamentales de la bioética


Aunque las distintas teorías éticas puedan tener principios prioritarios y razonamientos
diferentes, se ha ido llegando a un consenso sobre los principales principios de la
bioética[1]:
 Dignidad humana, derechos humanos y justicia, que se refieren a la obligación
de promover el respeto universal hacia las personas. En el contexto de la pesca,
este principio se refiere, por ejemplo, a la autodeterminación de los pescadores,
el acceso a los recursos pesqueros y el derecho a los alimentos. Donde está
mejor representado esto es en un enfoque de la ética basado en los derechos,
poniendo de relieve la protección del ámbito personal de cada individuo. No
obstante, esto podría requerir el establecimiento de derechos individuales o
comunitarios, cuyo carácter exacto dependerá de las condiciones locales.
 Efectos beneficiosos, que se refiere al bienestar de las personas, reduciendo los
daños y aprovechando al máximo los beneficios de las prácticas sociales. En el
contexto de la pesca, hay que observar este principio cuando se evalúan los
efectos de las políticas y prácticas en los medios de subsistencia de las
comunidades pesqueras. El principio está relacionado con las condiciones
laborales (seguridad a bordo), así como con la calidad y la inocuidad de los
alimentos. La cuestión de los organismos modificados genéticamente también se
debe abordar en este contexto (FAO, 2001b). Este principio invita a utilizar un
enfoque ético en relación con la pesca que se concentre en las consecuencias
para el bienestar general.
 Diversidad cultural, pluralismo y tolerancia, que están relacionados con la
necesidad de tener en cuenta diferentes escalas de valores dentro de los límites
de otros principios morales. Las apremiantes cuestiones morales de pesca
tienen modalidades diferentes en las distintas culturas, y es una exigencia moral
importante que sean las propias personas quienes definan cómo están mejor
atendidos sus intereses en un entorno cultural particular. Este principio encaja
bien con la ética del diálogo, que pone de relieve la participación directa de las
personas interesadas.
 Solidaridad, igualdad y cooperación, que se refieren a la importancia de la
acción en colaboración, el intercambio de conocimientos científicos y de otro tipo
y la no discriminación. En el contexto de la pesca, este principio subraya el
imperativo moral de erradicar la pobreza en los países en desarrollo y asegurar
la equidad en las pesquerías y entre diferentes sectores. También exige políticas
transparentes y subraya la necesidad de reducir el vacío que hay entre los
productores y los consumidores. Este principio es pertinente en el plano

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normativo, así como en el individual de las ventajas y las obligaciones
profesionales para fomentar la confianza y la tolerancia entre las partes
interesadas.
 Responsabilidad para con la biosfera, que concierne a las interconexiones entre
todas las formas de vida y la protección de la biodiversidad. Este principio pone
de relieve que el bienestar del ecosistema es una condición sine qua non de la
pesca sostenible teniendo en cuenta las necesidades de las generaciones
futuras, así como la vida de las personas que dependen ahora del medio
ambiente natural y son responsables de su uso. Este principio combina el
razonamiento ético basado en los derechos y en las consecuencias para el
bienestar humano, así como en las ventajas individuales y la obligación de
respetar el medio ambiente.

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LA ÉTICA Y EL COMPORTAMIENTO EN SOCIEDAD
El cuestionamiento ético es inherente al actuar humano, por lo que resulta cotidiano
enfrentarse a situaciones que requieren de la toma de decisiones en el orden individual
y social. La toma de una decisión en lo general puede afectar a otras personas o algún
elemento del entorno, no es tarea sencilla. Lo anterior exige tener en cuenta los
principios éticos y obliga a plantearse una serie de preguntas que deben ser
respondidas por un trabajo de reflexión del individuo antes de tomar una decisión, pues
cualquiera de ellas, por simple que parezca, puede ser fuente de conflicto. Actuar con
inteligencia exige que consideremos bien la mejor manera de lograr nuestros objetivos
y también el valor de esos objetivos, de manera que nos propongamos sólo objetivos
éticamente aceptables. Las organizaciones públicas tienen la responsabilidad y la
conveniencia de actuar según las normas de la ética y hacer prevalecer los valores que
se correspondan con la ética vigente. Ello le proporciona buena reputación, autoridad,
confianza y credibilidad por parte de la ciudadanía.

LA ETICA COMO CIENCIA PRACTICA


La ética es una ciencia que sirve para ver desde muchos puntos de vista el
comportamiento del hombre y a la sociedad que convive con él para así determinar su
conducta. La psicología es la ciencia más cercana a la ética ya que se encarga de
estudiar los problemas internos del sujeto como la moral, los problemas mentales, los
vicios, el carácter del sujeto, por consecuencia de estos problemas el sujeto infringe los
actos morales ya que se convierten en conflictos internos del sujeto.
La ética viene a constituirse como la ciencia practica que orienta la actividad humana con
normas o reglas o conducta que forman el mundo moral; aunque la ética no propone
dirigir la vida humana, solo trata de explicar la moral, no intenta decir a cada cual que
hay que hacer en su vida.
La ética a su vez expone y fundamenta científicamente principios de comportamiento
universales.

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No deja de ser relevante para Santo Tomás de Aquino, quien considera que:
“La ética es una ciencia práctica, porque no se detiene en la contemplación
de la verdad, sino que se aplica ese saber a las acciones humanas”.

Son los actos humanos formalmente considerados los que constituyen el objeto material
de la ética; es decir, aquellos actos de los que el hombre es dueño y responsable y por
lo tanto, pueden ser ordenados por el propio hombre a su debido fin; es este aspecto lo
que constituye el objeto formal de la ética. Por ello la ética ha sido calificada como una
ciencia teórico-práctica, ciencia que estudia los actos humanos en tanto que sean de
libre albedrío.

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LA FUENTES DE MORALIDAD DE LOS ACTOS HUMANOS

La moralidad de los actos humanos depende de 3 fuentes o elementos que lo


constituyen:
1) Del objeto elegido
2) Del fin que se busca o la intención
3) De las circunstancias de la acción
1. EL OBJETO
El objeto, o contenido, es el bien, verdadero o presunto, sobre el que recae
directamente la acción. Es la conducta concreta elegida por el agente, tal acción u
omisión.
El objeto elegido es UN bien hacia el cual tiende deliberadamente la voluntad. Es la
materia de UN acto humano. El objeto elegido specific moralmente el acto Del querer,
según que la razón lo reconozca y lo juzgue conforme o no conforme al bien verdadero.
Las reglas objetivas de la moralidad enuncian el orden racional Del bien y Del mal,
atestiguado por la conciencia.
El juicio moral sobre el acto, por tanto, debería tener en cuenta no sólo la conducta
externa sino la intención oculta, así Como el proceso misterioso que une an ambas.
Lo, que llama’s objeto o materia del acto corresponded a la pregunta: ¿queen hag? Se
trata siempre de un comportamiento concreto: servicio, robo, limosna, fornicación, etc.
Como realidad humana que es, este comportamiento siempre está provisto de una
moralidad intrínseca. No es posible, por tanto, describirlo en términos puramente
físicos, como un simple proceso mecánico o fisiológico.
Hasta tal punto el objeto posee una moralidad intrínseca que, a veces en virtud de ella,
el acto queda totalmente pervertido, sean cuales sean las intenciones. Hablamos
entonces de actos intrínsecamente malos, por ejemplo, el asesinato.
Ahora bien, la materia u objeto tiene una moralidad intrínseca con independencia de las
intenciones. Cabe, por tanto, un juicio del “queen” con independencia del “para queen”,
aunque como es lógico, sin conocer el “para-queen” este juicio nunca será perfecto.
Es, sin embargo, suficiente para el ámbito del Derecho y la moral pública, donde es
posible, y a veces necesario, juzgar los actos haciendo abstracción de las intenciones
que los han motivado. Por ejemplo, para tal robo el Código Procesal Penal establece tal
pena, cualquiera que haya sido la intención del ladrón.

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Por consiguiente, un acto moral es susceptible de dos juicios:
 El primero es sobre el objeto en sí mismo y
 el segundo, más completo, es sobre el objeto en sí mismo y sobre la totalidad
del acto, incluyendo las intenciones.
Este juicio sólo puede realizarlo perfectamente Dios, el único que conoce los
corazones, pero el hombre puede (y muchas veces debe) aproximarse a este juicio.
La diferencia entre los dos juicios es que el objeto puede ser bueno, malo o indiferente,
pero el acto total, es decir, el comportamiento en cuanto informado por la intención,
nunca es indiferente siempre supone un acercamiento o un alejamiento respecto al fin
último, la vocación. El hombre nunca permanece inmóvil en su camino avanza o
retrocede.
2. FIN O LA INTENCIÓN
El fin, llamado también intención, es aquello a lo cual tiende el hombre al realizar una
acción determinada.
Frente al objeto, la intención se sitúa del lado del sujeto que actúa. La intención, por
estar ligada a la fuente voluntaria de la acción y por determinarla en razón del fin, es un
elemento esencial en la calificación moral de la acción.
El fin es el término primero de la intención y designa el objetivo buscado en la acción.
La intención es un movimiento de la voluntad hacia un fin; mira al término del obrar.
Apunta al bien esperado de la acción emprendida. No se limita a la dirección de cada
una de nuestras acciones tomadas aisladamente, sino que puede también ordenar
varias acciones hacia un mismo objetivo; puede orientar toda la vida hacia el fin último.
Por ejemplo, un servicio que se hace a alguien tiene por fin ayudar al prójimo, pero
puede estar inspirado al mismo tiempo por el amor de Dios como fin último de todas
nuestras acciones. Una misma acción puede, pues, estar inspirada por varias
intenciones, como hacer un servicio para obtener un favor o para satisfacer la vanidad.
Una intención buena (por ejemplo: ayudar al prójimo) no hace ni bueno ni justo un
comportamiento en sí mismo desordenado (como la mentira y la maledicencia), pues el
fin no justifica los medios. Es por eso que no se puede justificar la condena de un
inocente como un medio legítimo para salvar al pueblo. Por el contrario, una intención
mala sobreañadida (como la vanagloria) convierte en malo un acto que, de suyo, puede
ser bueno (como la limosna).
Lo primero que salta a la vista en el estudio de la intención es su complejidad, no es
fácil, por ello, ni siquiera para nosotros mismos, saber por queen hacemos las cosas,
queen es lo que realmente buscamos con lo que hacemos. La práctica de “rectificar la
intención” tiene este sentido. Con frecuencia se invocan las “buenas intenciones” para
justificar un acción objetivamente mala. Hay que notar que estas “intenciones” no sólo

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no vuelven bueno un acto intrínsecamente malo, sino que no son la verdadera
intención que informa el acto.
¿Por queen? Porque, como hemos dicho, no es fácil discernir cuál es esta intención.
La intención verdadera nunca está completamente patente a la propia conciencia (y
menos aún para quien juzga desde afuera) es, por decir así, subterránea e intuitiva. Su
percepción depende del temple moral del individuo y de su formación.
En cambio, la “justificación” es una creación del individuo, fruto de su razonamiento. No
procede de una verdadera introspección psicológica y espiritual, sino de prejuicios
ideológicos y sociológicos, o también de un individualismo pragmático.

3. LAS CIRCUNSTANCIAS
Las circunstancias, comprendidas en ellas las consecuencias, son los elementos
secundarios de un acto moral. Contribuyen a agravar o a disminuir la bondad o la
malicia moral de los actos humanos (por ejemplo, la cantidad de dinero robado).
Pueden también atenuar o aumentar la responsabilidad del que obra (como actuar por
miedo a la muerte). Las circunstancias no pueden de suyo modificar la calidad moral de
los actos; no pueden hacer ni buena ni justa una acción que de suyo es mala.
Las circunstancias son aquellas condiciones accidentales que modifican la moralidad
substancial que sin ellas tenía ya el acto humano. Se trata de elementos a los que
tiende la acción por sí pero no en primer lugar. Las circunstancias tradicionalmente se
enumeran como: quién, queen, dónde, con queen medios, por queen (es el fin), cómo,
cuándo.
La circunstancia es aquella con la que hacemos, aquí y ahora, la vida; son los
ingredientes que intervienen en tal o cual acto, en cambio, las circunstancias serían la
despensa. En una palabra, con mi libertad hag jugar lo que hay en función de lo que
quiero, y entonces, surge una realidad inédita, original, que nunca es un producto
científicamente previsible. Por ejemplo, con los múltiples elementos de una película
(guion, escenarios, actores, cámaras, música) puede obtenerse una película u otra,
según como se dirija. Dentro de la película ya realizada, esos elementos adquieren una
expresividad, una consistencia moral, que antes no tenían. Por así decir, “cobran voz”,
mientras que antes estaban mudos.
La circunstancia es todo aquello que toca efectivamente al agente hablándole a su
corazón. Se entiende, de este modo, que haya circunstancias minúsculas desde el
punto de vista sociológico, psicológico, pedagógico, etc., que, sin embargo, influyen
decisivamente en el plano moral.

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OBLIGACIONES Y RECOMENDACIONES
1. OBLIGACIONES ETICAS
Los ingenieros profesionales deben:
 Esforzarse para alcanzar los objetivos beneficiosos de su trabajo con el menor
consumo posible de materias primas y energía y con la menor producción de
residuos y cualquier clase de contaminantes.
 Conceder la máxima importancia a la seguridad, salud y bienestar del público y a
la protección del entorno natural y construido en concordancia con los principios
del desarrollo sostenible.
 Fomentar la salud y seguridad en lugar de trabajo.
 Ofrecer servicios, informar trabajos de ingeniería solo en áreas de su
competencia y ejercer su profesión de una manera cuidadosa y diligente.
 Actuar como agentes fieles de sus clientes y directores, respetar la
confidencialidad y dar a conocer los conflictos de intereses.
 Mantenerse informados para conservar su competencia, esforzarse en hacer
avanzar los conocimientos útiles a su profesión y proporcionar oportunidades
para el desarrollo profesional de sus subordinados y colegas.
 Tener un comportamiento justo y bien intencionado con los clientes, compañeros
y otros, reconocer el mérito donde sea preciso, y aceptar las críticas
profesionales justas y honestas, o hacerlas.
 Ser conscientes de las consecuencias de su elección de tecnologías y de sus
actividades o proyectos sobre la sociedad y el medio biofísico y socio-
económico, hacer que sus clientes y directores sean igualmente conscientes, y
esforzarse en presentar de forma objetiva y veras los temas técnicos a público.

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2. RECOMENDACIONES PARA NO FALTAR A TU ÉTICA

 Se coherente: Para ser ejemplo de rectitud, honestidad y compromiso,


existen 3 cosas que debes poner en práctica: pensar, decir y actuar
coherentemente.
 Respeta tus decisiones: Hoy en día no existen nada más devaluado que
el compromiso de palabra. Te has dado cuenta que hoy todo el mundo
necesita un papel firmado, una correo de evidencia, una aceptación o
negación por escrito. Si tú quieres marcar la diferencia, dale valor a tu
palabra.
 Diferencia lo correcto de lo incorrecto: Situación verdaderamente fácil
de identificar, pero difícil de llevar a la práctica. Es muy sencillo determinar
límites, todo aquello que atente contra tus valores personales,
profesionales y que afecten tu empresa todo eso es malo y no te dará
buenos resultados. Si realizas un balance de beneficios a corto plazo
entonces solo es un espejismo, son acciones que pueden traerte muchos
problemas en un futuro cercano.
 La omisión es una muy mala aliada: No te escudes en el “No sabía” “A
mí jamás me dijeron” “Olvide preguntar eso” etc. La omisión es tan mala
como la aceptación. Lo mejor es tener la respuesta correcta y determinante,
aunque eso signifique perder un cliente, proveedor, socio, amigo o familiar.
 No le pongas precio a tu reputación, prestigio y honor:
Nada valdrá tanto como el hecho de ser una persona íntegra. Si hoy le
pones un precio alto a tu ética, el día de mañana no estarás devaluado
como persona. Y en realidad considero que no existe mejor satisfacción
que rechazar una propuesta tan sucia, con un simple… No muchas gracias
no estoy interesado en participar, en un negocio que sobrepasa mis valores.

Piénsalo 2 veces antes de perder algo tan valioso: tu honor.

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