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LA CONFEDERACIÓN ROSISTA

Luis Alberto Bucci

luisbucci65gmail.com

17.299.018

Universidad de Palermo

“Historia del Derecho”

Prof.: Alejandro A. Segura


Índice

1) La Federación Rosista
2) Pacto de Barracas
3) Elección de Juan Manuel de Rosas Gobernador
4) Formación de la Liga Unitaria
5) Pacto Federal del 4/1/1831
6) Asesinato de Facundo Quiroga
7) Segundo Gobierno de Juan Manuel de Rosas
8) Ley de Aduanas de 1835
9) La conspiración contra Juan Manuel de Rosas
10) Marco Cronológico desde 1838 hasta su muerte en Southampton en 1877

Introducción:

Este trabajo práctico intenta describir los diferentes componentes de la sociedad argentina
durante la etapa de los gobiernos de Juan Manuel de Rosas. Analiza brevemente las
características económicas, sociales, políticas e ideológicas del período. Examina los
proyectos y las luchas políticas, los conflictos con las grandes potencias y la significación
global del Rosismo en la historia política argentina.

Reseña sobre Juan Manuel de Rosas hasta su asunción como gobernador

Los comienzos del caudillo:

Juan Manuel de Rosas nació en Buenos Aires el 30 de marzo de 1793, en el seno de una
de las familias más destacadas de la ciudad. Su verdadero nombre era Juan Manuel Ortiz
de Rozas; pero decidió "acriollarlo" y aplebeyarlo, ya antes de su primera aparición en la
política, por Juan Manuel de Rosas. Era un hombre práctico, de espíritu conservador, y
con todas las características de un caudillo. La primera interrupción en sus actividades de
estanciero fue debida a las invasiones inglesas. El 12 de agosto de 1806 estuvo Juan
Manuel entre " los voluntarios que formaron el ejército que reconquistó Buenos Aires".
Luego de la rendición, Liniers lo devolvió a sus padres, portador de honrosa carta
testimonial.

Amasó una gran fortuna como ganadero y exportador de carne de vacuno, en la época en
que el Virreinato del Río de la Plata luchaba por su emancipación del dominio español. En
1818 comienza a hacer algunas comisiones políticas, al tiempo que entró a administrar y
poblar las estancias de Juan José y Nicolás Anchorena. Más tarde compraría con Terrero
(quien lo acompañaría durante sus dos futuros mandatos) las estancias San Martín y Del
Rey, entre otras. Empezó a adquirir prestigio y durante la década del ’20 se transformó en
uno de los personajes más importantes de Buenos Aires. Llegó a tener un ejército
personal formado por peones: Los Colorados del Montes. Y durante el gobierno de
Rodríguez ocupó el cargo de Comandante de Campaña.

En noviembre de 1820 se estableció la paz entre Buenos Aires y Santa Fe con una
donación de 25.000 cabezas de ganado que Rosas contribuyó (Tratado de Benegas). En
1821 renunció al ejército, regresó a Los Cerrillos, instaló fuertes a lo largo de la frontera e
hizo acuerdos con los indios.

Se convirtió en enemigo de Rivadavia. En 1828, cuando Lavalle, instigado por los


unitarios, destituyó y fusiló a Dorrego, gobernador de Buenos Aires, Rosas dirigió sus
hombres contra aquel, lo venció en Puente de Márquez el 26 de abril de 1829 y en junio
negoció una tregua con su vencido, en Cañuelas, por el que ambos rivales se
comprometían a concurrir a las elecciones bonaerenses con una lista conjunta
conciliadora. Sin embargo, los unitarios presentaron una lista propia y vencieron en unas
elecciones violentas. Lavalle las anuló y pactó en Barracas la designación de Viamonte
como gobernador provisorio. El 1ro. de diciembre de 1829 se reunió la Legislatura y eligió
gobernador a Juan Manuel de Rosas.

1) La Confederación Rosista

Juan Manuel de Rosas, desde 1820 hasta su caída producida en la batalla de


Caseros, en 1852, consagraría su vida a la actividad política, liderando la provincia
de Buenos Aires, que contaba no sólo con uno de los territorios productivos más
ricos de la naciente Argentina, sino con la ciudad más importante y el puerto que
concentraba el comercio exterior de las restantes provincias, así como los
derechos de importación de la aduana. En relación a estos recursos se
desarrollaron gran parte de los conflictos institucionales y las guerras civiles del
siglo XIX en la Argentina. En 1820 concluyó la etapa del Directorio con la renuncia
de José Rondeau a consecuencia de la Batalla de Cepeda. Fue en esa época que
Juan Manuel de Rosas comenzó a involucrarse en la política, al contribuir a
rechazar la invasión del caudillo Estanislao López al frente de sus “Colorados del
Monte”. Participó en la victoria de Dorrego en Pavón, pero junto a su amigo Martín
Rodríguez se negó a continuar la invasión hacia Santa Fe, donde Dorrego fue
derrotado completamente en la Batalla de Gamonal.
Con apoyo de Juan Manuel de Rosas y otros estancieros fue electo gobernador su
colega el general Martín Rodríguez.
El 1.º de octubre estalló una revolución, dirigida por el coronel Manuel Pagola,
que ocupó el centro de la ciudad. Juan Manuel de Rosas se puso a disposición de
Rodríguez y el día 5 inició el ataque, derrotando completamente a los rebeldes.
Los cronistas de esos días recordaron la disciplina que reinaba entre los gauchos
de Juan Manuel de Rosas, que fue ascendido al grado de coronel. Con Rodríguez,
el grupo de los estancieros empezó a tener un papel público.
También fue parte de las negociaciones que concluyeron con el mencionado
Tratado de Benegas.
Fue el responsable del cumplimiento de una de las cláusulas secretas del mismo:
entregar al gobernador Estanislao López 30.000 cabezas de ganado como
reparación de los daños causados por las tropas bonaerenses en su territorio.
La cláusula era secreta, para no "manchar el honor" de Buenos Aires. Así se
iniciaba la alianza permanente que tendría esta provincia con la de Buenos Aires
hasta 1852.
Los primeros años después de la disolución de los poderes nacionales fueron un
período de paz y prosperidad en Buenos Aires, principalmente debido a que
Buenos Aires usufructuó en su exclusivo provecho las rentas de la Aduana, una
fuente inagotable de riqueza que la provincia decidió no compartir con sus
hermanas ni con ejércitos exteriores.
Los desórdenes producidos por la Anarquía del Año XX habían dejado
desguarnecida la frontera sur, por lo que habían recrudecido los malones. Martín
Rodríguez dirigió entonces tres campañas al desierto, usando una extraña mezcla
de diálogos de paz y guerra con los indígenas.
En 1823 fundó El Fuerte Independencia, la actual ciudad de Tandil. En casi todas
estas campañas lo acompañó Juan Manuel de Rosas, que también participó de
una expedición en que el agrimensor Felipe Senillosa delineó y estableció planos
catastrales de los pueblos del sur de la provincia. El jefe nominal de esa campaña
era el coronel Juan Lavalle.
Durante la guerra del Brasil, el presidente Rivadavia lo nombró comandante de los
ejércitos de campaña a fin de mantener pacificada la frontera con la población
indígena de la región pampeana, cargo que volvió a ejercer después, durante el
gobierno provincial del coronel Dorrego.
En 1827, en el contexto previo al inicio de la guerra civil que estallaría en 1828,
Juan Manuel de Rosas era un dirigente militar, representante de los propietarios
rurales, socialmente conservadores e identificados con las tradiciones coloniales
de la región. Estaba alineado con la corriente federalista, proteccionista, adversa a
la influencia foránea y a las iniciativas de corte librecambistas preconizadas por el
partido unitario.

2) Pacto de Barracas:

El día 24 de agosto de 1829 fue firmado el acuerdo o pacto de Barracas, por el


cual se nombraba a Juan José Viamonte como gobernador interino con facultades
extraordinarias dentro del territorio provincial, teniendo a su disposición las fuerzas
marítimas y terrestres, por voluntad de los pactantes y en forma ilimitada e
irresponsable, no como habían sido otorgadas antes a Ramos Mejía y Martín
Rodríguez, que lo habían sido por determinado lapso temporal. Contaría con el
asesoramiento de un Consejo Consultivo provisorio, integrado por 24 personas
notables, designadas entre las clases sociales de militares, comerciantes,
sacerdotes y hacendados; pudiendo designar el Gobernador a 19 de ellas. Este
Consejo duró poco tiempo pues muchos de los elegidos no quisieron integrarlo, tal
como ocurrió con Juan José Paso, Anchorena, Balcarce, Álzaga, Medrano y
Arana.
El Gobernador provisorio tomaba el compromiso de cumplir, hacer cumplir y
ejecutar este tratado y el anterior; proteger a la ciudadanía en sus derechos de
libertad, propiedad y seguridad, tratar de restablecer las instituciones, mantener la
paz y la concordia entre todos los pueblos que integraban la república y Buenos
Aires, y desempeñar sus deberes con rectitud. Luego de la firma del Pacto de
Barracas, Lavalle, tras su renuncia, partió hacia la Banda Oriental; Juan Manuel de
Rosas logró confirmar su cargo como Comandante de la Campaña, y Viamonte
solo pudo mantenerse en su cargo tres meses, con un estado en bancarrota y los
federales presionando, lo que tuvo como consecuencia la designación de Juan
Manuel de Rosas como gobernador.

3) Elección de Juan Manuel de Rosas Gobernador:

La Legislatura de Buenos Aires proclamó a Juan Manuel de Rosas como


Gobernador de Buenos Aires el 6 de diciembre de 1829, honrándolo además con
el título de "Restaurador de las Leyes e Instituciones de la Provincia de Buenos
Aires" y en el mismo acto le otorgó "todas las facultades ordinarias y
extraordinarias que creyera necesarias, hasta la reunión de una nueva legislatura".
Este hecho no era algo excepcional: las facultades extraordinarias ya les habían
sido conferidas a Manuel de Sarratea y a Rodríguez en 1820, y a los
gobernadores de muchas otras provincias en los últimos años; también Viamonte
las había tenido. Lo primero que hizo Juan Manuel de Rosas fue realizar un
extraordinario funeral al general Dorrego, trayendo sus restos a la capital, con lo
cual logró la adhesión de los seguidores del fallecido líder federal, sumando el
apoyo del pueblo humilde de la capital al que ya tenía de la población rural.

4) Formación de la Liga Unitaria:


Después de la Guerra con el Brasil, que llevó a la independencia de la Provincia
Oriental, la situación política de las provincias argentinas estuvo marcada por la
desaparición del gobierno nacional del presidente Rivadavia. Esto llevó a que las
provincias se declararan autónomas y delegaran en el gobernador de Buenos
Aires, Manuel Dorrego, el manejo de las relaciones exteriores argentinas. Varias
tentativas de reunir un Congreso que organizara políticamente un estado nacional
de bases federales no se concretaron, y en este contexto el Partido Unitario
intentó retomar el poder. Aprovechó el descontento de los jefes militares del
Ejército Nacional con el tratado de paz firmado por Dorrego, para promover una
sublevación político-militar.
En diciembre de 1828 el general Juan Lavalle derrocó y fusiló a Dorrego,
haciéndose con el gobierno de Buenos Aires; poco después el general cordobés
José María Paz marchó con otra división de las tropas nacionales y se apoderó de
Córdoba tras derrotar al gobernador Juan Bautista Bustos en la Batalla de San
Roque.
La guerra continuó con varias alternativas durante 1829, pero mientras que los
caudillos federales de las provincias litorales derrotaban a Lavalle, Paz
consolidaba su dominio de Córdoba tras derrotar dos invasiones del caudillo
riojano Juan Facundo Quiroga. El general Paz, al saber que la revolución había
fracasado en Buenos Aires y el Litoral, proclamó que su intención era mantenerse
en su provincia natal sin agredir a las demás provincias, pero luego consideró la
necesidad de ocupar las provincias limítrofes para asegurar su propio dominio de
Córdoba. Los gobernadores de Salta y Tucumán fueran los primeros en adherirse
a la liga unitaria y luego colaboraron en la ocupación de las provincias gobernadas
o influenciadas por caudillos federales. De este modo diversas columnas militares
ocuparon con poca o ninguna resistencia las provincias de San Juan, La Rioja,
Mendoza y Santiago del Estero, mientras que en las provincias de Catamarca y
San Luis también asumieron gobiernos afectos a Paz. Así la situación político-
militar dividió claramente al país en dos zonas: el Litoral y el Interior.
Miguel Calixto del Corro, sacerdote cordobés que representó a Santiago del
Estero en la firma de la Liga del Interior. Los gobiernos de las provincias que
simpatizaban con Paz, o que estaban controladas militarmente por sus tropas,
enviaron representantes a Córdoba, los cuales firmaron el 5 de julio de 1830 un
tratado de paz y amistad, y una alianza defensiva y ofensiva. Los firmantes fueron:
por Córdoba: Juan Antonio Saráchaga. Por Catamarca: Enrique Araujo. Por San
Luis: doctor José María Bedoya. Por Mendoza: Francisco Delgado. Por La Rioja:
Andrés Ocampo
Adhiriendo luego Salta, Santiago del Estero, Tucumán y San Juan.
Uno de los objetivos declarados de la Liga era promover la organización nacional.

5) Pacto Federal del 4/1/1831:

El Pacto Federal fue un tratado suscrito en la ciudad argentina de Santa Fe el 4 de


enero de 1831 por las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe,
integrantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, en el que se constituyó
una alianza ofensiva y defensiva entre esas provincias federales para hacer frente
a la Liga Unitaria formada poco antes. Por razones de renuncia de su
representante la provincia de Corrientes, que participó en las discusiones
preliminares, adhirió al pacto posteriormente, incorporando su diputado a la
Comisión Representativa el 19 de agosto de 1831. El Pacto Federal es
considerado como el punto de arranque del período de transición, finalizado con el
regreso de Juan Manuel de Rosas al gobierno de Buenos Aires en 1835, entre los
períodos históricos de la organización de la República Argentina denominados
Provincias Unidas del Río de la Plata y Confederación Argentina.
El gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, envió instrucciones a
Rojas y Patrón para que aceptara la constitución de una comisión compuesta por
un diputado por cada una de las provincias litorales. El gobernador santafesino
Estanislao López comunicó a sus colegas de Entre Ríos y Corrientes que
nombraran sus representantes para continuar con la labor. Finalmente los
representantes de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos lograron ponerse de
acuerdo y firmaron el 4 de enero de 1831 el Pacto Federal. Corrientes se adhirió al
tratado más tarde, incorporando su diputado el 19 de agosto de 1831 a la
Comisión Representativa de los Gobiernos de las Provincias Litorales de la
República Argentina creada por el pacto y establecida en la ciudad de Santa Fe.

6) Asesinato de Facundo Quiroga:

En noviembre de 1834 se produjo un conflicto entre los gobernadores federales de


Salta y Tucumán, Pablo Latorre y Alejandro Heredia, respectivamente. Quiroga fue
presionado por Juan Manuel de Rosas y por el gobernador bonaerense Maza para
que fuera a reconciliarlos, con plenos poderes. Quiroga partió de Buenos Aires el
16 de diciembre de 1834. Pero, al llegar a Santiago del Estero se enteró que
Latorre había sido derrocado y muerto, el 29 de diciembre de 1834. Desde el 3 al
6 de enero de 1835 se reunió con Juan Felipe Barra, gobernador santiagueño, y el
tucumano Heredia, para reconocer al nuevo gobierno salteño. Y asimismo firmó
con ellos un tratado de alianza y amistad que debía extenderse a las demás
provincias argentinas. Era una liga que significaba el comienzo de la organización
nacional y respondía exclusivamente a Quiroga.
Luego de la firma de tal pacto, emprendió Quiroga el regreso en compañía de su
secretario José Santos Ortiz. En el trayecto le advirtieron que el capitán José
Santos Pérez lo esperaba con una partida para matarlo. Quiroga aseguró que “a
una orden mía se pondrán a mi servicio”.
El 15 de febrero de 1835 entraron en la provincia de Córdoba e hicieron noche en
la posta de Intihuasi. Al amanecer prosiguieron viaje y a las once de la mañana del
16 de febrero de 1835, en el recodo solitario de Barranca Yaco, una partida
armada detuvo el carruaje. “¡Alto!” gritó el jefe del grupo. Quiroga asomó la cabeza
por la ventanilla de la diligencia y gritó colérico: “¿Qué significa esto, quién manda
esta partida?”. Adivinó la situación y trató de tomar una de sus pistolas pero un
disparo le penetró por el ojo izquierdo y le atravesó la cabeza. De inmediato otro
de los gauchos de la partida le enterró un cuchillo en la garganta. Sus últimas
palabras fueron: “¡No maten a un general!”.
El asesinato se atribuyó en un principio a una conspiración unitaria. Pero luego de
una investigación, se llegó a la conclusión que el suceso estaba íntimamente
ligado a las diferencias en el campo federal. Los autores materiales del asesinato
y sus cómplices más directos fueron procesados.

7) Segundo Gobierno de Juan Manuel de Rosas:

Al estallar un conflicto que se había suscitado entre Salta y Tucumán, Juan


Manuel de Rosas logró que Manuel Vicente Maza enviara como mediador al
general Facundo Quiroga, que residía en Buenos Aires. En el trayecto, éste fue
emboscado y asesinado en Barranca Yaco, provincia de Córdoba, el 16 de febrero
de 1835 por Santos Pérez, un sicario vinculado a los hermanos Reynafé que
gobernaban Córdoba.
La muerte de Quiroga provocó un clima de inestabilidad y violencia, por lo que
Maza presentó su renuncia el 7 de marzo de ese año. La legislatura llamó a Juan
Manuel de Rosas para que se hiciera cargo del gobierno provincial.
Juan Manuel de Rosas condicionó su aceptación a que se le otorgase la "suma
del poder público", por la cual la representación y ejercicio de los tres poderes del
estado recaerían en el gobernador, sin necesidad de rendir cuenta de su ejercicio.
La legislatura aceptó esta imposición, dictando ese mismo día la correspondiente
ley.
La suma del poder público se le otorgó con el compromiso de: Conservar,
defender y proteger la religión Católica Apostólica Romana. Sostener la causa
nacional de la Federación. El ejercicio de la suma del poder público duraría "todo
el tiempo que el Gobernador considere necesario".
No disolvió la legislatura ni los tribunales; por el momento, la suma del poder
aparecía como la sanción legal del carácter excepcional que tenía su mandato. La
naturaleza dictatorial de esa institución política afloraría más tarde, cuando Rosas
hiciera uso de todo ese poder.
Por otro lado este asesinato le dio a Rosas la oportunidad única de no compartir el
mando del partido federal, que hasta entonces se había repartido con Quiroga y
López. Éste, en tanto que protector de los Reynafé, quedó muy debilitado; y
moriría a mediados de 1838. Incluso los caudillos con poder propio cayeron en su
órbita, como Juan Felipe Ibarra, de Santiago del Estero, y José Félix Aldao, de
Mendoza. Debido a que el país no contaba por entonces con una constitución
propia (su caída sería, en 1853, condición necesaria para su sanción) los poderes
de los que gozó Rosas en su segundo mandato han sido superiores a los de un
presidente de facto, ya que dentro de éstos incluyó el de administrar justicia. Gran
parte de la historiografía argentina sigue considerando a Rosas un dictador o un
tirano, mientras que la corriente revisionista le niega tal carácter, considerándolo
un defensor de la soberanía nacional.
Antes de asumir como gobernador, el Restaurador exigió que se realizara un
plebiscito que confirmara el apoyo popular a su elección. El plebiscito se realizó
entre los días 26 y 28 de marzo de 1835 y su resultado fue 9.713 votos a favor y 7
en contra. Por esos tiempos la provincia de Buenos Aires contaba con 60.000
habitantes, de los cuales no accedían al sufragio las mujeres ni los niños. La Sala
de Representantes nombró gobernador a Juan Manuel de Rosas el día 13 de abril
de 1835 por el quinquenio que comprendía de 1835 a 1840. Rosas asumió su
nuevo gobierno con la suma del poder público que utilizó para hostigar a sus
disidentes fueran éstos federales o unitarios.
En cuanto asumió, Rosas ordenó la captura de Santos Pérez y los Reynafé, y tras
un juicio que tardó años, fueron condenados a muerte y ejecutados. El juicio le dio
a Rosas una autoridad nacional en un ámbito inesperado: su provincia tenía un
tribunal penal de autoridad nacional. Esa autoridad no era legal pero era real, y
aportó cierta unidad a la administración nacional.
Eliminó de todos los cargos públicos a sus opositores: expulsó a todos los
empleados públicos que no fueran federales "netos", y borró del escalafón militar a
los oficiales sospechosos de opositores, incluyendo a los exiliados. A continuación
hizo obligatorio el lema de "Federación o muerte", que sería gradualmente
reemplazado por "¡Mueran los salvajes unitarios!", para encabezar todos los
documentos públicos; e impuso a los empleados públicos y militares el uso del
cintillo punzó, que pronto sería usado por todos.
Entre los funcionarios separados de su cargo por orden del gobernador estuvo el
Decano del Superior Tribunal de Justicia, Miguel Mariano de Villegas, por no
merecer la confianza del gobierno. Por oposición, más tarde los unitarios llevarían
divisas celestes, lo que tendría un resultado inesperado: la bandera argentina era,
hasta ese momento, de color azul y blanco. Los ejércitos de Rosas la empezaron
a usar con un color azul oscuro, casi violeta; para diferenciarse, los unitarios la
utilizaron de color celeste y blanco. Para conseguir sus objetivos políticos, Rosas
contó también con el apoyo de la Sociedad Popular Restauradora, con la cual en
esa época se vinculaba especialmente su esposa Encarnación, integrada por el
grupo más leal de sus partidarios. Y a través del cuerpo parapolicial de la
Mazorca, que volvió a actuar en la persecución de sus adversarios. Una vez que
logró consolidar su poder impuso los criterios federales y formó alianzas con los
líderes de las demás provincias argentinas, logrando el control del comercio y de
los asuntos exteriores de la Confederación.

8) Ley de Aduanas de 1835:

La Ley de Aduana de 1835 estableció un sistema proteccionista para la economía


de la Confederación Argentina. Fue creado por el entonces gobernador de la
provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, el 18 de diciembre de 1835.
Los elevados aranceles impuestos a los productos extranjeros -del orden del 35%
y de hasta el 50%-, así como la prohibición en algunos casos, brindaron a los
productores bonaerenses y a los del interior la posibilidad de desarrollar la
producción de todo tipo de mercancías que antes eran comprados en el exterior
debido a la superioridad de las técnicas productivas de la revolución industrial
británica y francesa. La ley produjo la reactivación económica de todo el país,
abriendo un período de esplendor que sería luego aplastado por los liberales que
tomaron Buenos Aires en 1852, pagados y equipados por las potencias
extranjeras perjudicadas por el desarrollo industrial argentino.
Las provincias se encontraban económicamente desoladas como consecuencia de
la desprotección decretada por el virrey Cisneros en 1809 y continuada por los
gobiernos bonaerenses posteriores. Buenos Aires había prohibido unilateralmente
la navegación de los ríos interiores Paraná y Uruguay para que todas las
mercaderías, tanto las de exportación como las de importación, tuvieran que pasar
por la aduana del Río de la Plata y pagar tributo en consecuencia. Con Rosas (que
se encontraba en constante estado de guerra y bajo la obligación de pagar la
fuerte deuda externa de los años de Rivadavia), la navegación de los ríos
interiores continuó con su prohibición (y los ingresos de la aduana tampoco fueron
federalizados).
Esta situación convertía a Buenos Aires en el árbitro de toda política
proteccionista: Cualquier arancel establecido en el Río de la Plata implicaría un
efecto protector en toda la Confederación. Además, Buenos Aires contenía el
mercado más grande de la región, por lo que su elección de compradores era de
vital importancia.

9) La conspiración contra Juan Manuel de Rosas

El gobernador Rosas había sido elegido para ese cargo en 1835, con "la Suma del
Poder Público". Eliminó a sus opositores más destacados, aún a los asociados al
partido federal y especialmente a los unitarios. Ejerció su gobierno con el apoyo de
los sectores populares, medios, el ejército y los ganaderos. El sustento de estos
últimos parecía al principio muy sólido, ya que los intereses de los hacendados
eran eficazmente defendidos por un gobierno que tomaba sus decisiones en
función de un modelo económico agro-exportador.
Pero hacia 1838 surgió un nuevo frente de oposición, con la generación romántica,
de jóvenes que tenían como ideal de "civilización" la cultura francesa. En el
conflicto de Rosas con Francia, el gobernante se mantuvo impasible frente a las
presiones de la potencia europea, que cambió las condiciones económicas y
sociales. La flota de guerra francesa bloqueó el Río de la Plata y los "románticos"
tomaron partido abiertamente contra su gobierno, y en favor de los agresores.
El bloqueo significó la interrupción -al menos parcial- del comercio exterior de la
provincia de Buenos Aires. No sólo los sectores altos perdieron la oportunidad de
importar bienes e ideas desde Europa, sino que se trabó el comercio de
exportación, del que dependía la economía de la ciudad. Peor aún fue el efecto del
bloqueo sobre las exportaciones ganaderas, de las cuales dependía casi
exclusivamente la zona rural de la provincia.
El gobierno de Rosas se enfrentó con una caída muy significativa de los ingresos
fiscales, que dependían en su gran mayoría de los derechos del comercio exterior.
Para subsanarlo, recurrió a la tierra pública; ésta estaba en manos, en su mayor
parte, de beneficiarios del sistema de enfiteusis, esto es, de personas que -desde
hacía tiempo- arrendaban las tierras provinciales por largos períodos, por los
cuales pagaban cánones de alquiler muy bajos. Rosas suspendió la renovación de
los contratos y exigió la devolución de esas tierras, o la compra inmediata por
parte de sus arrendatarios. La enfiteusis era la principal forma de tenencia de la
tierra en el sur de la provincia, especialmente al sur del río Salado. Rosas
aprovechó esta política para vender los campos únicamente a sus partidarios y les
negó tal derecho a quienes él sospechaba no le eran incondicionales.
A pesar de la eficacia de los rosistas en la eliminación de sus adversarios, aún
había en la ciudad y en parte de la campaña opositores a sus métodos políticos y
a las acciones perpetuados por la Mazorca. Pero los ganaderos que se unieron a
la oposición -especialmente en el sur de la provincia, base del poder y prestigio de
Rosas antes de su regreso al gobierno en 1835- solamente lo hicieron cuando se
encontraron con sus ingresos seriamente restringidos, y frente a la obligación de
pagar grandes sumas a corto plazo o, lo que fue la determinante, cuando se
presentaron a comprar las tierras dadas en efiteusis y Rosas les negó
-selectivamente- la venta. Su principal motivación era económica.
Los emigrados unitarios centraban su accionar en Montevideo; allí ayudaron a
Fructuoso Rivera a derrocar al presidente Manuel Oribe, con la alianza de los
franceses. Coligados a su vez al nuevo gobierno, se dedicaron a tratar de derrocar
a Rosas, y alentaron toda clase de empresas en su contra, desde editar periódicos
críticos a su gobierno, hasta atentados criminales. Y, por cierto, organizando y
financiando campañas militares contra Rosas y sus aliados en el interior del país.
Encontraron un eficaz jefe de éstas en el general Juan Lavalle, que organizó un
ejército pequeño, pero dotado con gran cantidad de oficiales, en la isla Martín
García.
En la ciudad de Buenos Aires se formó un grupo de conspiradores que planearon
derribar a Rosas de su gobierno por medio de un golpe de estado. En su mayor
parte estaba formado por los jóvenes románticos, pero en el grupo figuraban
también algunos jefes militares. Para ponerse al frente del movimiento militar
eligieron a un líder prestigioso y bien relacionado, Ramón Maza; éste era hijo del
presidente de la Sala de Representantes provincial, del partido federal y amigo
personal de Rosas, el abogado Manuel Vicente Maza.
El grupo conspirador de la capital intentó coordinar sus acciones con el de
Montevideo y los estancieros descontentos, para llevar adelante un movimiento de
gran amplitud: la insurrección de las tropas de la capital dirigidas por Maza, el
alzamiento de los hacendados del sur de la provincia, y el avance del ejército de
Lavalle desde el norte de la Provincia hacia la capital.
En el norte de la provincia, la mayor parte de las estancias eran propiedad plena
de los ganaderos y la enfiteusis sólo afectaba a pocos hacendados. Por otro lado,
en esa zona existía, aunque pequeño, un mercado de ganado vacuno que
comercializaba su producción en los puertos del río Paraná, en dirección a otros
mercados. De modo que los efectos del bloqueo francés y de las exigencias
fiscales de Rosas eran menores en esa zona, por lo que los conspiradores
encontraron muy poco apoyo en esa parte de la provincia. Por eso el plan se
modificó, y pidieron a Lavalle que desembarcara en algún punto del sur de la
provincia, en lo que el general estuvo inicialmente de acuerdo. El punto elegido fue
el Rincón de Ajó, donde se encuentra actualmente el pueblo de General Lavalle.
Los conspiradores no estaba seguros de quiénes podrían apoyarlos, y en su
desesperada búsqueda de colaboradores se tornaron muy poco discretos. Pronto
Rosas estuvo al tanto de los preparativos, aunque dejó hacer, para poder
enterarse de todos los detalles. Al recibir un aviso sobre la revolución que se
tramaba en el sur de la provincia, respondió ordenando al juez de paz de Dolores
que le enviara presos a la capital a los conspiradores más destacados; la idea era
saber más, pero el juez de paz adujo no saber de ningún conspirador. Por su
parte, los líderes del movimiento reunían periódicamente a los gauchos en sus
estancias, con la excusa de tareas rurales y fiestas, y los adiestraban en sus ideas
revolucionarias. Dado que los gauchos idolatraban a Rosas, sus planes debieron
ser presentados en forma bastante ambigua.
Mientras tanto, a fines de junio se supo en el sur de la provincia que los
conspiradores de la capital estaban listos para lanzarse a la revolución. Pero
Rosas también lo sabía y ordenó el arresto del coronel Maza. Su padre intentó
salvarlo de alguna manera, pero fue asesinado en su despacho. Al día siguiente,
Ramón Maza era fusilado, y sus aliados huyeron de Buenos Aires en los días
siguientes.

10) Marco Cronológico desde 1838 hasta su muerte en Southampton en


1877

A principios de 1838, los franceses, comandados por el Almirante Le Blanc,


establecen el bloqueo de Buenos Aires, que duraría casi tres años. López enviará
a su ministro Cullen a interceder ante Rosas para acabar con el conflicto, mas al
poco tiempo López falleció y Rosas destituyó a Cullen de su flamante puesto de
gobernador (colocando en su lugar a un seguidor, "Mascarilla" López) y lo fusiló en
Buenos Aires.

En 1839 las posiciones de Rosas sufrieron una merma: en Salta, en donde


Heredia fue asesinado; en Corrientes, donde el gobernador Berón de Astrada se
sublevó; en la propia Buenos Aires, donde se urdió una conspiración en su contra
y entre los hacendados del sur de la provincia. Esta gran "confabulación general"
no estaba totalmente desconectada de la presencia francesa en el Plata, con
ambiciones colonialistas.

La disidencia correntina fue aplastada en Pago Largo el 31 de marzo, la


conspiración fue desbaratada con el fusilamiento de Ramón Maza y la rebelión del
sur fue destruida en Chascomús el 7 de noviembre. Entretanto, Lavalle iniciaría
una campaña apoyado por los franceses. Se dirigió a la Mesopotamia y fue
derrotado por Echagüe en Sauce Grande, en 1840. Luego pasó a San Pedro y se
disponía avanzar sobre Buenos Aires cuando los franceses pactaron con el
gobierno de Rosas, dejándolo a la deriva. Rápidamente se reunió en Córdoba con
Lamadrid.

En el norte los gobernadores de Tucumán, La Rioja, Catamarca y Salta habían


formado la "Liga del Norte". Los enfrentamientos entre los rosistas Oribe, Pacheco
y Benavídez y los coligados Lavalle, Lamadrid y Acha fueron favorables a los
primeros (Quebracho Herrado, Rodeo del Medio). A fines de 1841 sólo quedaban
en pie dos enemigos para Rosas: los correntinos y los uruguayos de Rivera. En
Corrientes, Ferré le encomendó a Paz la organización del Ejército.

Paz comenzó venciendo a Echagüe en Caaguazú (28/11/1841). Pero las


diferencias entre "Mascarilla" López (pasado al bando opositor a Rosas), Paz,
Ferré y Rivera terminaron favoreciendo a las tropas rosistas que vencieron
ampliamente a los disidentes en Arroyo Grande (1842).

Con esta victoria, Oribe inició el sitio a Montevideo, que duraría más de ocho años.
A su vez, el rosista Urquiza persiguió y venció a Rivera en India Muerta en 1845.
El unitario se refugió entonces en Brasil. Sin embargo, la "pacificación" de la
Mesopotamia no había sido aún lograda. En Corrientes, los hermanos Madariaga
nombraron a Paz "Director de la guerra en nombre de la provincia de Corrientes y
de la revolución argentina".

El 23 de setiembre de 1845, Francia e Inglaterra, conjuntamente, declaran el


bloqueo de todos los puertos argentinos y uruguayos. En noviembre, la flota anglo-
francesa remontó el Paraná y tras un largo combate en la Vuelta de Obligado,
lograron forzar el paso y adentrarse río arriba, para regresar con innumerables
dificultades debido a la resistencia.

El 4 de diciembre el gobierno de Paraguay, en alianza con el de Corrientes,


declaró la guerra a Rosas, nombrándose a Paz jefe de las fuerzas conjuntas. En
enero de 1846 Urquiza invadió Corrientes y logró apresar al hermano del
gobernador Madariaga. Pero, perseguido por Paz, regresó a Entre Ríos e intentó
negociar con los correntinos, firmando los pactos de Alcaraz, por los que
Corrientes se comprometía a reintegrarse al Pacto Federal de 1831.

Finalmente Rosas negoció con Inglaterra y Francia en 1849 y 1850


respectivamente, y consiguió la paz interna y externa. Sin embargo, el dominio
exclusivo de los ríos despertó la oposición de las provincias del Litoral,
especialmente de Urquiza, que en 1851 lanzaría su pronunciamiento y el 3 de
febrero de 1852 lo vencería definitivamente en Caseros. Rosas se exilió en
Inglaterra hasta su muerte en Southampton en 1877.

Referencias

La Gazeta Federa , www.lagazeta.com.ar

Historia argentina: Unitarios y federales (1826-1841). Volumen 4 de Historia argentina,


pág. 164. Autor: José María Rosa. Editor: Editorial Oriente, 1941.

Paginas y link de Interés

https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Manuel_de_Rosas#Nacimiento.2C_famil
ia_y_primeros_a.C3.B1os

http://www.laguia2000.com/argentina/pacto-de-barracas

http://historiaybiografias.com/quiroga1/

http://www.lagazeta.com.ar/conspiracion_de_maza.htm

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