PRESENTADO POR:
GELMER DAVID RODRIGUEZ
CARLOS MARIO SIERRA
UNIVERSIDAD DE LA GUAJIRA
FACULTAD DE INGENIERIA
PROGRAMA DE INGENIERIA MECANICA
RIOHACHA, LA GUAJIRA
2017
TRABAJO FINAL
PRESENTADO A:
UNIVERSIDAD DE LA GUAJIRA
FACULTAD DE INGENIERIA
PROGRAMA DE INGENIERIA MECANICA
RIOHACHA, LA GUAJIRA
2017
Introducción
La mecánica de fractura resulta de especial interés para todos los Ingenieros que deseen
tener una introducción al conocimiento fundamental y aplicado de esta interesante
disciplina. Este campo de trabajo ha llegado a ser de gran importancia en la comunidad
ingenieril ya que permite aumentar la seguridad de los diseños de estructuras y
componentes de todo tipo en la industria, además de permitir el análisis y control de
componentes estructurales. Para el correcto entendimiento de la Mecánica de Fractura
es necesario e imprescindible una base razonable que cubra suficientes conocimientos
de las materias clásicas de Geometría y Matemáticas: análisis vectorial, tensional, cálculo
diferencial e integral. De especial importancia es el conocimiento la Mecánica general en
los temas tradicionales como son el análisis de los efectos de los esfuerzos o cargas sobre
los cuerpos, y los temas referentes al sólido deformable, tratados en la Mecánica de
Medios continuos: elasticidad, plasticidad y resistencia de materiales y la
Termodinámica. En cuanto a las propiedades y el comportamiento mecánico de los
materiales es necesario conocer bien las propiedades elásticas, plásticas, visco-elásticas
y visco-plásticas, con un conocimiento preciso del diagrama de tensión-deformación.
Finalmente se supone que el lector debe estar familiarizado con los ensayos clásicos de
resistencia al impacto, particularmente el ensayo Charpy realizado a varias
temperaturas, que sigue utilizándose masivamente como ensayo cualitativo. La
Mecánica de Fractura se ha impulsado desde los materiales metálicos, tradicionales de
ingeniería, que siendo magníficos para la construcción de componentes de máquinas y
como elementos estructurales, han dado a lo largo de su historia importantes roturas
frágiles, que han obligado al estudio y modelización de su comportamiento.
Dentro de las ramas de la mecánica, la mecánica de la fractura está teniendo un
enorme auge en la actualidad al estudiar los procesos catastróficos de rotura en
estructuras: aviones, puentes.
Mecánica de la fractura
La fractura frágil tiene lugar sin una apreciable deformación y debido a una rápida
propagación de una grieta. Normalmente ocurre a lo largo de planos cristalográficos
específicos denominados planos de fractura que son perpendiculares a la tensión
aplicada.
La mayoría de las fracturas frágiles son transgranulares o sea que se propagan a través
de los granos. Pero si los límites de grano constituyen una zona de debilidad, es posible
que la fractura se propague intergranularmente. Las bajas temperaturas y las altas
deformaciones favorecen la fractura frágil
Causas
Aunque las causas de fractura o rotura de un material pueden ser muy diversas, todas
están ligadas en cierta medida al error humano, estas se pueden resumir principalmente
a siete, fallas por diseño, por selección inadecuada del material, por un tratamiento
térmico defectuoso, por una manufactura defectuosa del material, por un mecanizado
defectuoso, montaje defectuoso y operación y mantenimiento deficientes.
Algunas de las condiciones que promueven la aparición de este tipo de fisuras son:
• Alta Resistencia a la fluencia, materiales relativamente frágiles
• Bajas temperaturas de operación
• Espesores de pared o secciones muy gruesas
• Constricciones mecánicas presentes en la estructura
• Velocidades de carga muy Altas (impacto)
Bajo estas condiciones el material puede fracturar de una manera frágil, sin ninguna
deformación plástica perceptible.
La intensidad del campo tensión-deformación elástico y localizado en las proximidades
del extremo de la fisura, está descripto por medio del “Factor de Intensidad de Tensiones
= K”
Irwin demostró que la LEFM puede ser usada incluso en presencia de deformación
plástica. Sin embargo es necesario imponer límites en la extensión de la deformación
plástica para que la
LEFM continúe siendo válida. Es necesario que el tamaño de la zona plástica que se
desarrolla en un metal en la punta de la fisura sea pequeña con respecto a la longitud de
la fisura.
Empleando la mecánica del continuo (para geometría y cargas aplicadas especificadas),
podemos caracterizar los campos de tensión (y deformación) próximo al extremo de la
fisura.
En el Modo I de carga, para apertura de fisura en la dirección yy:
σyy = K / (2πr)1/2 para r → 0
Así, para condiciones elásticas lineales, los campos de tensiones en los extremos de las
fisuras pueden caracterizarse por un único valor singular, único de K, que también
constituye un valor particular del parámetro fuerza impulsora de fisura.
Es decir, la magnitud de la intensificación de las tensiones elásticas en la región del
extremo de la fisura puede describirse por un término singular único, K, que depende
de:
• La carga aplicada externamente, “σ”
• La longitud de la fisura, “a”
• La geometría Del cuerpo fisurado y método de aplicación de carga, ℑ
K = ƒ (σ √a ℑ)
La iniciación de fisura ocurre si:
K > KIc
Factor de intensidad de tensiones aplicado > Tenacidad del material
El parámetro KIC es una medida de la resistencia del material a la fractura frágil, en
deformación plana, y se lo conoce usualmente como la tenacidad a la fractura en
deformación plana. Se predice que ocurre extensión rápida de la fisura cuando K alcanza
KIC, siendo KIc una propiedad singular del material para una dada condición del material,
temperatura y velocidad de carga.
Las expresiones de K se determinaron para un gran número de diferentes geometrías de
cuerpos fisurados, configuraciones de fisura, y situaciones de carga. Cada expresión de
K contiene todos los términos que se requieren para suministrar las relaciones necesarias
entre la tensión aplicada nominal, tamaño de fisura y condiciones de geometría. K
también puede relacionarse con las propiedades de los materiales.
En esencia, estas expresiones de K solo son formas más elaboradas de la ecuación:
Resistencia del Material > Fuerza Impulsora de Fisura, que facilitan la evaluación del
balance entre las condiciones aplicadas en el extremo de la fisura (o fuerza impulsora de
fisura), y la resistencia del material al crecimiento de fisura y fractura.
Partiendo de la hipótesis de un material elástico-lineal completamente frágil, sabemos
que los materiales reales desarrollan inevitablemente una zona plástica en el vértice de
una fisura bajo carga. Consideremos un continuo elástico lineal o hookeano fisurado y
sometido a una carga P, que solicita a la pieza en Modo I de apertura, como consecuencia
de la carga aplicada se produce una extensión da de la fisura.
Para determinar KIC, es necesario adoptar algún criterio que nos permita identificar con
precisión satisfactoria el evento correspondiente a la iniciación de la propagación
inestable de la fisura, a fin de obtener KIC simplemente como el valor de KI
correspondiente a dicho evento.
El objetivo fundamental consiste en la identificación y determinación de un parámetro
(KIC), que bajo ciertas condiciones (esencialmente deformación plana), caracterice la
iniciación de la iniciación de la extensión de una fisura preexistente en un cuerpo dado.
Ojo, la iniciación de la extensión no coincide necesariamente con el comienzo de la
propagación inestable (y por lo tanto, catastrófica) que conduce al colapso instantáneo
del cuerpo o estructura. Esto se debe a que, en general, bajo cargas estáticas o cuasi-
estáticas (es decir, aplicadas en forma gradual y lenta), una fisura posee dos
comportamientos fundamentales: propagación rápida o inestable, o extensión lenta
estable. La experiencia demuestra que aquellos materiales con capacidad para
deformarse plásticamente, la propagación (rápida), si llega a producirse, está
generalmente precedida por una extensión (lenta) de la fisura. Esta extensión estable
puede ser significativa, ya que en muchos casos resulta comparable o aún mayor que la
longitud inicial de la fisura. Por lo tanto, desde el punto de vista práctico, es muy
importante poder determinar no solo las condiciones de iniciación sino también aquellas
para las cuales se produce la propagación inestable de una fisura.
Hay varios métodos para establecer el valor de K apropiado para una situación específica:
programas de computación de elementos finitos, calibraciones experimentales, técnicas
fotoelásticas. En la práctica, se puede hallar la
expresión apropiada en un manual de mecánica
de fractura, que equipare adecuadamente la geometría del cuerpo fisurado, el tipo de
fisura, y las condiciones particulares de carga.
Por ejemplo, para una fisura semielíptica, orientada normalmente a la tensión aplicada:
Fisura superficial: K2 = 1.21 π σ2 (a/Q); Fisura Interna: K2 = π σ2 (a/Q);
Donde σ es la tensión de tracción nominal; a es la profundidad de la fisura, y a/Q es un
parámetro de forma de la fisura.
Antecedentes históricos
A lo largo de los años la aplicación de los materiales en el diseño ingenieril ha dado origen
a no pocos problemas y dificultades. En la Edad de Piedra los problemas más importantes
derivaban de la dificultad en el conformado de los materiales.
En los primeros tiempos de la Edad de Bronce y en la Edad de Hierro las dificultades eran
tanto de producción de los materiales como de conformación.
Durante muchos siglos el conformado de los metales fue una tarea extremadamente
laboriosa y costosa, para su utilización en armamento y en defensas bélicas,
herramientas y ornamentos.
Con el desarrollo del conocimiento en el procesado se aumentó progresivamente el uso
de los metales en las estructuras, junto a la madera, pero ello originó que a veces las
Estructuras no se comportaran satisfactoriamente y se producían fallos inesperados,
particularmente en ingenios armamentísticos y elementos bélicos de defensa.
También son notables en esta época los problemas derivados de roturas catastróficas en
uniones de estructuras de madera.
El diseño de estructuras para evitar la fractura no es una idea nueva; recordemos las
disposiciones de Julio Cesar en el segundo libro de «La Guerra de las Galias» para evitar
la fractura de las fortificaciones, y las innumerables estructuras erigidas por los Faraones
del antiguo Egipto, con la idea de la perpetuación.
En nuestra vieja Europa muchos puentes y edificios construidos durante el
Renacimiento están todavía en perfecto uso.
Los problemas que se han producido en la sociedad como consecuencia de la fragilidad
de los materiales, no son recientes y de hecho aparecen las primeras observaciones
sobre la pérdida de plasticidad por efecto del frío en los trabajos realizados por
ingenieros a mediados del siglo XIX. A partir de esta época, en particular con la aparición
de las estructuras soldadas, se produjeron un gran número de accidentes espectaculares.
Los ladrillos y el mortero son materiales relativamente frágiles y no son adecuados para
soportar cargas de tracción, por ello las estructuras fabricadas durante la época previa a
la Revolución Industrial se diseñaban básicamente para soportar esfuerzo de compresión
y uno de los mejores ejemplos es el arco que tantas veces hemos visto en nuestros
puentes romanos.
El cambio de ladrillos y mortero a estructuras de acero, trabajando a tracción, generó
muchos problemas, ya que ocasionalmente se produjeron roturas que aparecían como
fallos a tensiones bastante menores que los límites utilizables de los aceros estructurales
empleados. La causa de los fallos, fue un misterio para el estado del conocimiento de la
época y de hecho en la primera edición del tratado de elasticidad de Love1, publicado
en 1944, se indicaba que las condiciones de rotura eran vagamente entendidas y
consecuentemente los ingenieros aplicaban coeficientes de seguridad de 10 o más en un
intento de evitar este tipo de fallos.
El caso de la Industria Naval ha sido de particular interés en el desarrollo de la Mecánica
de Fractura, como consecuencia de la gran concentración de accidentes acaecidos entre
los años 40 y 50.
Los Buques Liberty
El problema de la fractura frágil se hizo particularmente notable como consecuencia de
los fallos en la construcción de buques durante la Segunda Guerra Mundial, un problema
que puso a prueba a la profesión ingenieril.
Como consecuencia de la necesidad urgente de buques, los astilleros navales
americanos, decidieron adoptar la técnica de fabricación, mucho más rápida, de cascos
De buque enteramente soldados, bajo la dirección de Henry Káiser, un famoso ingeniero,
quien desarrolló un revolucionario procedimiento para la construcción rápida de buques.
Estos buques fueron conocidos con el nombre de Liberty y se fabricaban mediante
soldadura, como novedad frente a la tecnología tradicional de construcción roblonada.
Se fabricaron en torno a 3000 buques Liberty y 500 petroleros T2, todos ellos soldados.
De los 4694 buques mercantes construidos durante la segunda guerra mundial, 1289
presentaron roturas importantes, 233 presentaron roturas frágiles graves y 12 de estos
últimos se rompieron espectacularmente en dos partes.
La mayor parte de las fracturas en los Liberty empezaban en las escotillas que
presentaban importantes concentraciones de tensiones en situaciones límite de
esfuerzos cortantes. Se realizaron cambios en el diseño, produciéndose inmediatas
reducciones en la incidencia de fallos. Muchas de las fracturas de los petroleros
T2 tenían localizado su origen en soldaduras a tope, de forma que se hicieron cambios
en el diseño, pero también se observaron importantes incidencias atribuidas a la calidad
del acero como factor primordial en la fractura frágil observada en los buques soldados.
Algunos de estos barcos se rompieron en los muelles, sin ninguna sobrecarga,
simplemente por la acción del frío. La Figura 1.1 representa la rotura del petrolero
Schenectady, ejemplo de una rotura que tuvo lugar una noche de invierno y de hecho
las estadísticas de incidentes recogen entre los accidentes ocurridos entre Octubre de
1941 y Mayo de 1942, 38 casos se produjeron en los meses de invierno de Diciembre y
Enero y solamente 20 casos en el conjunto de los otros seis meses y uno de ellos
solamente en los meses de Abril a Mayo.
El acero en cuestión había sido adecuado por muchos años para la construcción de
buques roblonados, pero no era adecuado para responder a las nuevas tecnologías de
soldadura. En el año 1947 la sociedad naval de clasificación
American Bureau of Shipping (ABS) introdujo importantes restricciones en las
especificaciones de composición química de los aceros y en el año 1949, la sociedad de
clasificación inglesa Lloyds Register (LR) estableció la aprobación2 previa del acero a
utilizar en la construcción de buques, total o parcialmente soldados.
Afortunadamente, gracias a todas estas medidas, este tipo de fallos se han convertido
en historia, aunque lógicamente se siguen produciendo en menor medida. Entre 1960 a
1965 se han registrado 10 casos publicados, aparte de los casos no publicados y más
recientemente también se siguen produciendo, y como ejemplo tenemos en la Figura
1.2 el buque MV Kurdistán, que se fracturó en el año 1979, según el informe de la División
Marina del LR, que informa que en el período desde 1986 a 1995, solamente se han
producido cinco incidentes en los buques de más de 90 m de eslora, clasificados por LR,
que corresponde a una tasa de incidencias del 1 por 10.000.
Accidentes Actuales
Actualmente los accidentes más importantes han acaecido en puentes, plataformas
petrolíferas, oleoductos, recipientes a presión, turbogeneradores eléctricos, fuselaje de
aviones. Como ejemplo tenemos en la Figura 1.3 la fractura de la chapa de aluminio del
ala de una jet de pasajeros.