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LA​ ​BATALLA​ ​DE​ ​COVADONGA

DOCUMENTACIÓN​ ​MEDIEVAL​ ​Y​ ​CONSTRUCCIÓN​ ​DEL​ ​CONOCIMIENTO


HISTÓRICO

Manuel​ ​Almela​ ​Pitarch​ ​-​ ​53790155D​ ​-​ ​al338914@uji.es


Manuel​ ​Almela​ ​Pitarch
53790155-D
al338914@uji.es

COMENTARIO​ ​DE​ ​TEXTO:​ ​“LA​ ​BATALLA​ ​DE​ ​COVADONGA

1. Análisis​ ​externo

a. Procedencia​ ​del​ ​documento:


La heroicidad y mitificación de los acontecimientos más antiguos relatados acerca
de la conquista del reino cántabro-astur frente al dominio árabe en la península,
no hacen más que agrandarse en cuanto más confusos y distantes se tornan las
distintas documentaciones. Existen diferenciaciones claras, ya no simplemente
entre los bandos confrontados, sino incluso dentro de éstos, y aún más, en el
bando cristiano. Desde comentarios apocalípticos, hasta crónicas que llegan a
obviar acontecimientos en un principio tan obvios e importantes, como la crónica
mozárabe,​ ​o​ ​anónimo​ ​de​ ​Córdoba​ ​(754),​ ​con​ ​la​ ​batalla​ ​de​ ​Covadonga.
Pero aún así, este documento es extraído de la segunda redacción de la famosa
crónica de Alfonso III durante su reinado (866-910). Se trata de la segunda
redacción de la crónica de Alfonso III, llamada Sebastianense u Ovetense, la cual
muchos se atreven a asegurar que él mismo realizó, debido a ciertos apuntes que
únicamente el mismo rey podría hacer. La segunda redacción fue editada y
recortada por el sobrino de Alfonso III, Sebastián, obispo de Salamanca y Orense,
y se distingue de la primera redacción, llamada Rotense debido a que se
encuentra en el Códice de Roda. Relata, con un claro objetivo político,
posteriormente explicado, los acontecimientos del 722 en los alrededores de la
actual localización de la cueva de Covadonga, en el Valle de Cangas de Onís, en
los​ ​Picos​ ​de​ ​Europa,​ ​en​ ​Asturias.

b. Tipo​ ​de​ ​fuente


La crónica primaria fue escrita en un latín muy tosco, y no será vista en su
totalidad para el público hasta 1615 gracias a Prudencio de Sandoval.
Posteriormente se irán relatando diversas partes de la misma, como también
traducciones al español durante el s.XVIII por diversos historiadores. Finalmente,
nos encontramos con la fuente de nuestro documento, que pertenece al
historiador y sacerdote español Zacarías García Villada, quien sacó a la luz en
1918​ ​ambas​ ​versiones​ ​de​ ​la​ ​crónica​ ​de​ ​Alfonso​ ​III​ ​traducidas​ ​al​ ​castellano​ ​actual.
Por tanto, el texto en si se trata de una traducción al castellano actual de la
recopilación de ambas crónicas durante el inicio del corto s.XX. Algo más de 10
siglos​ ​de​ ​distancia.

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c. Grado​ ​de​ ​fiabilidad​ ​del​ ​documento


Aún teniendo clara la causa de que la diferencia temporal entre el texto
propiamente leído de Zacarías, y el original de Alfonso III no es realmente causa
suficiente de escasez de fiabilidad del mismo, encontramos ciertos factores que sí
lo​ ​pueden​ ​llegar​ ​a​ ​ser.
En primer lugar, el texto original del s.VIII, relata, desde acontecimientos del rey
Wambo (672-80), hasta luchas del propio padre de Alfonso III, Ordoño I, muerto
en 866. Por tanto, contiene ciertos conceptos realmente lejanos en el tiempo,
como es, por ejemplo, el tema seleccionado en el texto, la batalla de Covadonga,
de​ ​alrededor​ ​el​ ​año​ ​722.
Además de esto, y aún más a tener en cuenta, encontramos el factor político. No
debemos sino leer este documento simplemente de manera objetiva, con el
pensamiento histórico-objetivo, de entender y creer cualquier dato, acontecimiento
escrito. El documento contiene grandes aspectos realmente dudosos, ya sea
simplemente​ ​con​ ​el​ ​mismo​ ​texto,​ ​o​ ​con​ ​los​ ​demás​ ​textos.
Con el mismo encontramos ciertas recurrencias a la batalla de Covadonga como
realmente mítica y espectacular, cuando ciertamente, debido a la población local y
a ciertos estudios arqueológicos modernos encontramos que no debió ir más allá
de la magnitud de una escaramuza. La exageración de ciertos datos, como el
número de 187.000 soldados dirigidos por el general al-Qama, o la forma en la
que se intenta recurrir a la descendencia goda para unir a Pelayo con el reino
godo, y así mitificarlo como sucesor de los reyes de Toledo, es cuanto menos
claro​ ​y​ ​alarmante.
Por otra parte, con los demás documentos/crónicas, encontramos que se
diferencia brutalmente en aspectos como la utilización de Dios, o los ya
nombrados datos desorbitados. Por ejemplo, la crónica profética, escrita en el 883
intenta también apoyar la idea cristiana además del odio a los musulmanes, de la
“ira divina al moro cruel”, o la crónica mozárabe que ni incluye mención alguna a
ninguna derrota aplastante, aspectos apocalípticos, o alguna mención religiosa al
respecto de la batalla de Covadonga, o la propia crónica, del texto, de finales del
s.XVI por Ahmed Mohamed al-Maqqari, historiador hispanista argelino que desde
un punto de vista temporal muy grande narra la historia realmente diferente a las
versiones cristianas. Y ni incluir la elisión de la propia batalla, por parte de la
crónica​ ​bizantino​ ​árabe.

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d. Objetivo​ ​del​ ​documento


Por todo esto nos damos cuenta que ambos textos, pero más claramente en la
crónica de Alfonso III, están modificados claramente con un objetivo político muy
marcado.
Alfonso III nació 126 años más tarde que la batalla de Covadonga. Él nació en
una época en la que el reino, y la cristiandad, tenía la oportunidad de hacer frente
a los árabes. Fabricó, junto a la Iglesia, el resultado de una historia enfocada por y
para los propios intereses de la monarquía y de la Iglesia, mediante tres simples,
pero​ ​muy​ ​atractivas,​ ​premisas.
En primer lugar, la relación directa de Pelayo con la nobleza goda, y así
proclamándole sucesor de los reyes de Toledo y obviando así su posible
vinculación con indígenas astures y cántabros. Con otras palabras, consiguió,
desde la lejanía temporal y espacial, adjudicarse/vincularse una revuelta indígena
(revuelta cántabro-astur) de un pueblo distinto al godo, y crear desde él un gran
reino​ ​vinculado​ ​al​ ​mismo​ ​y​ ​a​ ​su​ ​Iglesia.
En segundo lugar, la repulsión del pueblo del reino de asturias frente a los árabes,
consiguiendo así, en medio de la batalla, que la población luchará por un fin
concreto.​ ​Aunque​ ​en​ ​este​ ​caso​ ​la​ ​crónica​ ​más​ ​clara​ ​llega​ ​a​ ​ser​ ​la​ ​profética(883).
Finalmente, en tercer lugar, la proclamación de la cristiandad como guía para
conseguir esa meta. Y la adjudicación de la rápida invasión árabe-bereber del 711
fue​ ​debido​ ​a​ ​los​ ​atropellos​ ​cometidos​ ​por​ ​los​ ​últimos​ ​visigodos​ ​antes​ ​de​ ​pelayo.

2. Análisis​ ​interno

a. Contenido​ ​del​ ​texto:

● Crónica​ ​de​ ​Alfonso​ ​III:


Primeramente nos presenta los personajes mediante la narración del
acontecimiento, en su versión, desencadenante del conflicto, el problema
entre Pelayo y el valí bereber Munuza, por la hermana del noble godo.
Pelayo huyó frente a la furia de Munuza y la ayuda del general bereber Tariq.
Finalmente Pelayo llega a Covadonga, donde se encuentra finalmente con
los 187.000 soldados de Alkama, y donde después de ciertos discursos en
primera persona(evidenciando aún ser más real) con el obispo Oppas, lo que
es claramente una manera directa de relacionar la Iglesia y Dios con el
conflicto por parte de Alfonso III, se dispone a batallar, llegando a un final

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apoteósico con la muerte de Alkama y el apresamiento del obispo Oppas,


cuya identificación no está del todo clara, se le llega a relacionar con la
realeza​ ​goda.

● Crónica​ ​musulmana​ ​de​ ​al-Maqqari:


Por parte de la crónica musulmana, escrita muchos años más tarde, la
batalla no es ni mucho menos una gran batalla, sino más bien una
escaramuza, llegando finalmente a ser 30 hombres y 10 mujeres, muertos
del hambre, aunque la situación de los árabes era más bien parecida.
También hay que añadir que la crónica musulmana hace referencia a la
abundancia​ ​de​ ​tierras​ ​que​ ​llegó​ ​a​ ​poseer​ ​al-Ándalus.
Más tarde obvia la gran victoria de Pelayo, y pasa directamente a la
redacción, rápida, de sus 19 años de reinado y de sus dos descendientes,
admitiendo​ ​la​ ​derrota​ ​musulmana.
El contenido del texto, en relación a las diferencias entre ambos, es
realmente increíble. Existe uno realmente politizado como es el de Alfonso III,
enlazando el valor y la hazaña de Pelayo, frente al ridículo de la versión de
historiador​ ​argelino.

3. Contexto​ ​histórico
La conquista, de la península, “mal llamada” árabe, debido a que la mayoría de la
población fue bereber, es decir, del norte del gran continente ya que muy pocos
eran de la península arábiga, fue realmente rápida y sencilla, casi sin oposición
alguna.
Después de la muerte de Witiza, llegó la primera oleada árabe-bereber a la
península. El reino estaba realmente en graves problemas, una más que posible
guerra civil se estaba fraguando entre los partidarios al trono de Rodrigo y los de
Ágila II, hijo de Witiza. Tariq ibn Ziyad, un general bereber ordenado por Musa y
al-Walid llegó a la península para ver quién de los dos bandos se decantaba con
él, aunque llegó con muy pocas tropas, unos 400 soldados. Entonces las tropas
de Rodrigo y las de Ágila vieron en él un enemigo y se unieron para vencerlo en la
batalla de Guadalete (Wadi-Lakkah) en Julio de 711. Las tropas godas fracasaron
debido a que las tropas de Ágila huyeron (y él consiguió reinar por un tiempo
como demuestran ciertas monedas acuñadas a su nombre en el valle del Ebro) y
las de Rodrigo perecieron en la batalla, incluido, aunque sin comprobación el
mismo rey Rodrigo. Como apunte, según crónicas pro-cristianas en esta batalla

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se hallaba un noble godo llamado Pelayo, que acababa de llegar de Jerusalén.


Las tropas pues huyeron y Tariq consiguió hacerse con parte del sud de la
península hasta llegar a Toledo, donde fué a por el botín de guerra. Una vez allí
dentro no le dieron lo que a él le parecía oportuno y esperó dentro de la ciudad
amurallada de Toledo hasta que Musa llegó con 18000 soldados. Entonces siguió
avanzando hasta el valle del Ebro con las expediciones de Musa, llegando a
conseguir rápidamente la casi totalidad de la península y parte de la zona de
Aquitania, con la excepción de unas cuantas tribus de las montañas de norte en
los​ ​Picos​ ​de​ ​Europa,​ ​exactamente​ ​en​ ​el​ ​Valle​ ​del​ ​Sella.
Después de la rápida conquista la población árabe y bereber empezó a poblar,
aunque no de manera muy intensificada la península. Sobretodo la población
bereber fue la que más llegó, y además se asentaron en zonas más propensas al
cultivo, aunque finalmente tuvieron que irse en gran parte a las montañas,
empezando así a fraguarse una tensión entre estas dos culturas realmente
distantes. Los árabes que llegaron a la península se asentaron con más facilidad
en​ ​ciertos​ ​puntos​ ​estratégicos​ ​urbanos.
Muchos historiadores han intentado dar razón alguna a la impresionante
conquista(llamada así debido a ciertos asedios de ciudades por parte sobretodo
de Musa), debido a razones como que durante el s.VII la península, y sobretodo la
población visigoda padeció una gran crisis estructural,debido en primer lugar a
una intensa bajada de la demografía gracias a hambres o pestes varias, etc. Y en
segundo lugar, a un descenso notable de la economía visigoda, la reducción de
las transacciones comerciales o la devaluación notable de la moneda, etc. Por
último, y posiblemente como causa más importante de la rápida conquista
encontramos que ciertos historiadores apoyan la idea de que el descontento era
tan grande que muchos agricultores colaboraban por la huida de los nobles y
sobretodo por la huida de la Iglesia, y su posterior desamortización. También,
como apunte encontramos el factor del conde de Mérida con sus capitulaciones
para​ ​poder​ ​así​ ​conseguir​ ​armas.
Pero la conquista llegó a ser tan rápida que nunca se pudo llevar a cabo
realmente una organización estructural de al-Andalus adecuada. Muchos
argumentan que realmente no tenía acción de reino, ya que existían realmente
muchas diferencias entre sus gentes, la población no estaba unida, muladíes,
berbers, etc. Aún así proporcionó a la península una riqueza cultural increíble,
residían en ella gran variedad de culturas distintas, incluso se llegó a acuñar como

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el reino de las 3 religiones (cristianismo, islam, judaísmo). Pero finalmente esta


diferenciación se convirtió en la realidad de un pueblo marginado, como llegó a
ser​ ​el​ ​bereber​ ​que​ ​se​ ​rebeló​ ​el​ ​741​ ​y​ ​perdió,​ ​tuvo​ ​que​ ​marcharse​ ​de​ ​la​ ​península.
A partir del desenlace bereber al-Andalus empezó, en cierto modo, a perder
fuerza. Una de las causas/claves más importantes que explican su posterior caída
y la conquista por parte del reino cántabro-astur es la creación del ​“locus
desertus”​, consecuencia inmediata de la pérdida de población bereber. Esta
pérdida provocó que existiera un aún más claro extenso territorio de nadie, el valle
del Duero, donde no existirán las fronteras y donde ambos reinos se llegaran a
confrontar. Se llegó incluso a construir la llamada frontera de los castillos, en
donde​ ​tenían​ ​que​ ​pararse​ ​las​ ​aceifas​ ​que​ ​solía​ ​mandar​ ​Abd​ ​al-Rahman​ ​I.
Alfonso I ​“El Católico”​(739-756) fue el primer rey en aprovecharse de la situación
de ciertas ciudades despobladas para saquearlas, y realmente el primer rey
propio, con conductas y posicionamiento real del reino de Asturias. Después de
Alfonso I, llegaría la paz hasta Alfonso II “El Casto” ​el 791, quién rearmará la
guerra y llegará incluso a ciertos acuerdos con Luis el Piadoso, aunque siempre
desde la posición de casi súbdito. Este también efectuará movimientos en contra
de​ ​su​ ​relación​ ​goda.
Finalmente, y después de pasar por Ramiro I (842-850) y su victoria frente a un
conde tirano, llegamos a Ordoño I (850-866) y a su hijo Alfonso III ​“El Magno”
(866-910) con ellos encontramos el momento de máximo esplendor en las
conquistas frente a los árabes. Como causas más claras encontramos el ​“locus
desertus” ​y la mala situación política árabe, con diferentes confrontaciones
interiores.
Alfonso III será el máximo exponente contra los árabes, aunque si su conquista
fue enorme, más enorme fue aún su trabajo político mediante la crónica de
Alfonso​ ​III,​ ​como​ ​anteriormente​ ​hemos​ ​detallado.

4. Conclusiones
Como conclusión, me gustaría recalcar la idea de la utilización mediante la
alteración de los hechos históricos por parte de los reyes astures y la Iglesia
cristiana para poder conseguir así sus propios beneficios. Lo hicieron mediante la
mitificación de un personaje, para nada conocido por lo que a referencias se trata,
como fue Pelayo. También, en segundo lugar, la relación del mismo con familias
visigodas, para poder así autoproclamarse descendientes de los mismos
visigodos y por tanto del reinado de Toledo. También, en tercer lugar, la utilización

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del enemigo como el diablo, el infierno, para poder así hacer apología frente a él y
a la vez dar ejemplo de lo que no se debe hacer. Y, por último y cuarto lugar, la
proclamación de la cristiandad y de la obra de Dios que guía al pueblo cristiano
frente​ ​al​ ​enemigo​ ​común.
Añadir finalmente que el trabajo de Alfonso III en la realización de estas sus
crónicas, dando igual si realmente son suyas o no, es una victoria clara para el
cristianismo y para los primeros reyes del reino cántabro-astur que posteriormente
mediante conquista llegará a ser todo lo que es ahora. Es una gran victoria para la
propaganda monárquica y para la Iglesia debido a que aún hoy en día se le otorga
ese estatus. No todo el mundo realmente conoce las diferentes versiones de los
mismos hechos, la mayoría de la población, con excepción de las zonas
cántabras y asturianas no conocen más allá de la figura de Pelayo como símbolo
de España, y de ser “el primer rey del reino”. Consiguieron otorgar valor visigodo
a este personaje, totalmente irrelevante en comparación con lo que ha llegado a
ser. También es una victoria, porque incluso hoy en día la palabra “reconquista”
supera muy notablemente a “conquista” en cualquier libro de texto, ya sea desde
educación infantil hasta la universidad. Se ha conseguido que se relacione
directamente a un grupo indígena que consiguió revelarse contra los árabes con
un “antepasado” visigodo y cristiano. Es una victoria también por la heroicidad, se
ha conseguido pensar que fueron expulsados, que fue realmente una guerra
apoteósica en la que los ganadores siempre eran los cristianos. Se ha olvidado
completamente los factores políticos, la expulsión de los bereberes, a mi parecer
el factor más importante de todos, si es realmente cierto que era tan abundante su
población en número. Y sobretodo fue una victoria porque todos los demás
creyeron​ ​en​ ​ello​ ​y​ ​les​ ​siguieron​ ​hasta​ ​1492.
Para finalizar entender como conclusión que las crónicas siempre son hechas por
alguien y en beneficio de algo. Aún sin quererlo se tiene una visión subjetiva de lo
acontecido, y más si se tiene un objetivo político como ocurre en este caso. Por
tanto, es obligatorio echar mano de diferentes fuentes para intentar acercarse a la
objetividad.

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5. Bibliografía:

a. Historia​ ​Medieval​ ​de​ ​la​ ​España​ ​Cristiana​ ​-​ ​Paulino​ ​Iradiel,​ ​Salustiano​ ​Moreta,
Esteban​ ​Sarasa.​ ​1989

b. Las​ ​Españas​ ​Medievales​ ​-​ ​Antonio​ ​Furó

c. Manual​ ​de​ ​Historia​ ​Medieval:​ ​pág.124

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