Anda di halaman 1dari 23

2º Trabajo práctico de Historia

Argentina II (2010)
Pensamiento de la intelectualidad argentina ocupada en la tarea de organizar el
país – segunda mitad del S. XIX
Integrantes: Natalí, Monzon – Malvina, Brasesco.

Luego de la Batalla de Caseros en 1852, con la derrota de Rosas, se puso en


marcha la organización constitucional del Estado. En este sentido Urquiza convocó a
quienes quisiesen trabajar para dicha organización. Así siguiendo este contexto
anteriormente descripto, hacemos referencia al pensamiento de aquellos intelectuales
que se dieron a la tarea de organizar el país, que en palabras de Halperín Donghi, en este
período se da el comienzo de un proyecto de nación formulado por escrito por
intelectuales argentinos cuya arma política era “su superior clarividencia”[1] y que se
busca definir a partir de un proyecto ideológico político para precisar el marco
constitucional de la nación y el político práctico debe implementar (Halperín Donghi;
1994: p. 15).
Para comenzar hacemos mención al pensamiento de Juan B. Alberdi,
perteneciente a la Generación del ’37, integrada por aquellos nacidos en tiempos de la
revolución, formados en las instituciones creadas por la reforma rivadaviana, por el cual
tenían dilección por las ideas del liberalismo, romanticismo, nacionalismo y del
socialismo utópico. Ahora bien, para este intelectual, en su obra “Las Bases y puntos de
partida para la organización política de la República Argentina” esboza el marco
político-institucional que debe tener una futura constitución para organizar el Estado.
Para ello Alberdi propone que dicha constitución nacional prescriba: una forma
repúblicana federativa con un sistema presidencialista fuerte; esto lo expresa en el
capítulo XXV de las Bases, cuando señala que el poder Ejecutivo tiene que tener todo el
poder posible pero dentro del marco de la Constitución. También que asegure la libertad
de cultos para que los extranjeros pudiesen sentirse respetados en sus creencias
religiosas. Que promueva una política inmigratoria para incentivar el desarrollo y el
crecimiento de la población, “porque la constitución debe ser hecha para poblar”;
defender la paz y el orden en el interior para alcanzar el progreso; fomentar las
comunicaciones y salvar las distancias espaciales a través de un sistema ferroviario que
permitirá el progreso económico; libre navegación de los ríos; en cuanto a la educación,
él hace referencia a una de tipo técnica práctica y/o industrial como necesario para el
proceso de civilización y progreso, porque permitirá incorporar la tecnología como
instrumento de progreso.
En resumen, siguiendo lo descripto por Halperín Donghi, las ideas centrales del
pensamiento de Alberdi, que dan cuenta de los cambios radicales (p.33) que propone
como necesarios para el país:
 Autoritarismo progresista, es decir la autoridad política para institucionalizar el poder,
para promover el avance económico.
 Elite letrada capaz de dirigir la economía para guiarla al crecimiento, era la única que
podía recibir educación. (Se diferencia con Sarmiento)
 No es necesaria la redistribución de ingresos
 Unión de la elite letrada con la elite económico-política.
 Inmigración para el ingreso de factores de producción.
Ahora, nos adentramos al pensamiento de Sarmiento, también perteneciente a la
Generación del ’37, él siguiendo el modelo de EE.UU., que lo consideraba renovado y
mejorado en relación a Europa, sostiene que la educación popular es el móvil para la
conservación social y no consideraba como Alberdi que sea un peligro.
Otros de los puntos centrales que considera importante para el desarrollo es la
modernización de la agricultura, y cita como ejemplo el de Chile. Además sostenía que
“el único modo de acelerar la creación de la red ferroviaria es dejarla a cargo de la
iniciativa extranjera.” (Halperín Donghi; p. 82). Durante su presidencia (1868-1874)
promovió la transformación del país con base en la civilización y el progreso, fortaleció
el sistema educativo, fomentó la inmigración, impulsó la construcción de ferrocarriles,
telégrafos, puertos, caminos, etc.
En cuanto al vencedor de Caseros, su objetivo era institucionalizar el país para lo
cual era indispensable organizar todas las instituciones del Estado y procurar la unión
nacional.
Hasta aquí hemos planteado el pensamiento de estos dos personajes que presentan
una clara diferencia en su ideario para la organización e institucionalización del Estado
que fue concretado con la Constitución de 1853 y que tuvo como fuentes primarias las
Bases de Alberdi, como así también la Constitución de los E.U.
Pero ahora es necesario hacer referencia al período (1852-1862) primero, la
secesión de Buenos Aires, de las 13 provincias restantes, significó que la opinión
porteña se dividiera en distintas facciones políticas, a saber:
- Grupo federal o urquizistas, que defendía el proceso de organización nacional. Entre
sus integrantes estaban: Vicente López y Planes, Vicente Fidel López, Juan María
Gutiérrez, entre otros.
- Grupo autonomista o provincialistas, dirigidos por Alsina, por el cual defendían la
autonomía de Buenos Aires frente a la Confederación y se oponían a la política de
Urquiza, y a la nacionalización de los derechos de la Aduana, y por lo tanto proponían
la separación de dicha provincia del Estado Nacional (Confederación Argentina).
Con la Revolución del 11 de Septiembre de 1852, los porteños dispuestos a
defender la autonomía de Buenos Aires y recuperar el manejo de la aduana, luego de
que Urquiza como director provisorio de la Confederación interviene esa provincia, las
líneas políticas antes mencionadas lograron restablecer por la fuerza la legislatura y ésta
decidió desconocer el Congreso Constituyente, retirando los diputados enviados a Santa
Fe y reasumió el manejo de las relaciones exteriores, así Buenos Aires quedó
formalmente separada de la Confederación. Así el nuevo gobierno de esa provincia
convocó a la Guardia Nacional, es decir un cuerpo armado de voluntarios, dirigidos por
Mitre y luego es elegido Alsina como gobernador.
Durante estos primeros diez años, cuando se inicia la etapa constitucional, con
sede en Paraná, se evidencia la falta de recursos, dependencia del puerto de Buenos
Aires para el comercio exterior, dificultades en las comunicaciones y en el tránsito de
las mercaderías, escaso desarrollo de la agricultura y estancamiento de la industria
artesanal, etc., hacen que estos problemas económicos de la Confederación sean
insalvables a pesar de los proyectos que refieren a la organización del crédito público, el
banco nacional, que fracasan.
Por su parte Buenos aires se organizó como Estado independiente, en 1854
cuando sanciona una constitución y fue elegido gobernador Pastor Obligado, la
separación de la Confederación le permitió gozar de las rentas aduaneras. Hacia 1856
los grupos políticos estaban conformados de la siguiente manera:
- Facción liberal (Mitre): propiciaba la unión sobre la base de la hegemonía porteña.
- Facción federal (Urquiza – Derqui): proponían la unión nacional en base a los pactos
pre-existentes (Pacto Federal de 1831, Acuerdo de San Nicolás).
Luego de la Batalla de Cepeda en 1859 donde se da el enfrentamiento de Urquiza
y Mitre, como consecuencia de la negociaciones se firmó el Pacto de San José de Flores
por lo que se determinó que Buenos Aires, se declaraba parte integrante de la
Confederación y que se debía reunir en dicha provincia una convención para estudiar la
constitución del ’53 y se le propondría reformas, la cual se logró un año después (1860),
por el cual una de las modificaciones más importante fue la declaración de Buenos
Aires, capital de la república y las provincias conservaban su autonomía.
A partir de 1861-62, cuando desaparece con la Batalla de Pavón, el gobierno de
Derqui, la facción liberal como bien señala Halperín Donghi, intenta la conquista del
país, al mando de Mitre y ahí es cuando se produce la escisión del partido liberal
porteño. En este sentido Mitre en la tarea de organizar el país, propone la “supresión de
la autonomía de Buenos Aires y que bajo una ley nacional dispone colocar bajo la
administración directa del gobierno federal.”[2]
Para esta época, en el interior se producen rebeliones, reafirmándose el
federalismo e intensificándose el sentimiento anti porteño, como es el caso de Peñaloza
y López Jordán, pero son reprimidos por el ejército nacional. Así es como el poder de
las provincias empieza decaer, esto es lo que señalan los autores Cornblit y Gallo,
cuando sostienen que la eliminación de resistencias, lograron centralizar el poder a
partir de 1862 cuando es unificada la república y se inicia la etapa de la
institucionalización del gobierno nacional y los gobiernos de provincia, siendo a partir
de la presidencia de Mitre, el gobierno federal, autoridad suprema de la Nación. Luego
se planteó el problema de la federalización de Buenos Aires, por el cual Mitre era
partidario. Pero la legislatura de esa provincia no lo creía conveniente. Por otro lado,
uno de los puntos centrales de Mitre para la organización del país, fue disponer la
federalización de la Guardia Nacional Porteña, que con la presidencia de Sarmiento se
creará el Colegio Militar en 1870, también durante la presidencia de Mitre se sanciona
la ley de territorios nacionales por el cual se extendió la soberanía del gobierno nacional
sobre los territorios existentes fuera de las jurisdicciones provinciales.
Anteriormente señalábamos la división que se produjo en el partido liberal en
nacionalistas dirigidos por Mitre, proponían la federalización de la ciudad de Buenos
Aires y por otro lado los autonomistas que respondían a Alsina, se negaban a ceder ese
territorio a la Nación.
Sin embargo cuando se decide la sucesión para reemplazar a Sarmiento, el
autonomismo decidió unirse a los nacionalistas, conformando el Partido Autonomista
Nacional, respaldando la candidatura de Avellaneda, quien luego se consagró como
presidente a cumplir su mandato hasta 1880. Hay que decir que los nacionalistas como
Mitre no aceptaron el resultado porque consideraron que hubo fraude e iniciaron una
rebelión en 1874 (rebelión mitrista).
En tanto la presidencia de Avellaneda siguió con el programa político de su
antecesor, llamó a la conciliación para superar la crisis económica, en tanto como
ministro de Guerra, Roca emprende la Campaña del Desierto, aumentando su prestigio
y empezó a perfilarse como un futuro candidato presidencial por el P.A.N.
Pero no podemos dejar de mencionar que antes que termine Avellaneda su
mandato, se presenta el proyecto de ley para la federalización de Buenos Aires, por lo
que en los debates parlamentarios se alzan las voces con distintos puntos de vista, como
lo fueron: Alem, Tejedor, Hernández y Alberdi, dándose como señala Botana un
“enfrentamiento teórico”[3] entre federalismo y centralismo. El primero fue defendido
por Alem y Tejedor, en cambio Hernández estaba de acuerdo con la federalización,
apoyando la política del roquismo, él entendía siguiendo el análisis de Botana, que la
ciudad federalizada no impedía los principios republicanos que la Constitución
Nacional le prescribía (Botana; 1971: p.19), además con una capital federal, Hernández
pensaba que sería una puerta para el ingreso de inmigrantes. Siguiendo el análisis que
hace Botana respecto a este tema, señala que Alberdi “no votará esa ley de
federalización de Buenos Aires, que preconizaba como indispensable en 1859”[4] , esto
se ve cuando Alberdi dice “dar al gobierno nacional por capital y residencia la ciudad
de Buenos Aires, es completar el poder que necesita para dejar de ser un poder de mero
nombre, pues la ciudad de Buenos Aires quiere decir, el puerto, el tráfico directo, la
aduana, el mercado, el crédito, el tesoro de la nación entera...lo que falta al gobierno
argentino no es una capital es el poder”[5]
Pero el Congreso de la Nación sanciona la ley de federalización de la ciudad de
Buenos Aires en 1880 y luego la legislatura de la provincia homónima cede el territorio
a la nación.
República posible (1880 – 1916)[6]

La llegada de Roca a la presidencia de la república en 1880, marcó el comienzo del


liberalismo económico, proyectado la Generación del ’80, cuyos intelectuales y
dirigentes llevaron ese proyecto de país mediante por la acción política. En ese contexto
Argentina comenzó a denotar una “organización institucional” que fue reforzado a
través de la consolidación del Estado-nación.
Sin embargo a lo largo de este período[G1] , distintos sectores se opusieron al
proyecto liberal [G2] porque significaba la hegemonía del poder [G3] por parte de una
elite privilegiada, dicho de otro modo el problema de estos sectores se encontraba en la
participación política de los sectores populares. Por lo tanto esta Generación, deberá
atender tres problemas básicos como señala Botana: Integridad territorial, identidad
nacional y organización del régimen político.
Aspecto político:
Con Roca como presidente entre 1880 a 1886, dio comienzo a un gobierno cuyo
lema era “Paz y administración”, como lo afirmó en su discurso inaugural en la
Asamblea extraordinaria en el Congreso Nacional. Esto representó la consolidación de
las instituciones del Estado y la paz[G4] aludía al fin de los levantamientos de caudillos
y el fin de los enfrentamientos entre Bs.As., y el resto de las provincias, del mismo
modo se puso fin a las “fronteras interiores” por la Conquista del Desierto (1879), esto
es de los territorios de las culturas originarias del Sur Argentino, también esta paz
implicaba el acuerdo sobre la federalización de la ciudad de Bs. As., como capital del
país (Cap. Fed.).
Ahora debemos mencionar acerca del partido político gobernante (oficialista), que
dominó la escena hasta 1916 cuando asume el radicalismo al poder político con
Irigoyen. Ese partido conservador, que a partir de 1887 se conformó en un “Unicato”,
es decir en único partido, bajo un solo líder o jefe, que era siempre el presidente de la
nación, así los líderes del P.A.N [G5] fueron: Roca, Juárez Celmán, Pellegrini, L. Sáenz
Peña, Uriburu, Quintana, Figueroa Alcorta, R. Sáenz Peña, V. De la Plaza.
Por su lado, Sábato señala que en la creación de un Estado-nación está ínsito el tema
de su control político por parte de una minoría privilegiada y a su vez limitando la
participación de la mayoría como bien sostiene Botana.
Por consiguiente este control político respondió a la fórmula propuesta en las Bases
de Alberdi que la Generación del ’80 quería llevar a cabo mediante la acción política.
Ahora bien, nos tenemos que preguntar ¿Cómo se llevó a cabo ese control político por
parte de esa minoría privilegiada que estaba representada por la clase dominante,
esto es por la elite ilustrada? [G6]
La clase dominante apeló a 2 recursos básicos, siguiendo a Sábato, estos fueron:
Ejerció políticamente el poder social y económico, entorpeciendo la acción de las masas
populares; y el otro recurso utilizado fue aprovechar su capacidad y flexibilidad para
concretar alianzas entre otros grupos sociales.
Por otro lado esta elite dirigente con un partido único llevó cabo reiterados fraudes
electorales y violencia en lo que respecta a la participación política de la mayoría[G7] ,
de ahí la gran apatía de los nativos a votar. En consecuencia, esto llevó a que en 1902 se
sancionara una reforma electoral, el proyecto de ley provenía de Roca y su ministro
Joaquín V. González. Esta ley [G8] determinaba un sistema de circunscripciones que
dividía la provincia y la capital federal y a la vez cada una de estas circunscripciones se
elegía un diputado, lo que permitía la introducción de opositores a la mayoría oficialista.
También dicha ley fijó a los 18 años el derecho de ejercer el voto, además esta ley creó
un padrón cívico permanente y por último otro de los puntos importante que se legisló
fue el control del sufragio por los partidos políticos. Cf. Ley Electoral Sáenz Peña. (Ver
pág. 2)
Fuerza opositora:
Esto como venimos diciendo se dio en el contexto de la exclusión del sistema
político de sectores cada vez más numerosos [G9] con peso en la sociedad, que suponía
el rechazo de la legitimidad de la clase dirigente, lo que provocó que la oligarquía se
empezara a preocupar, haciendo patente el reconocimiento de la “cuestión social” y las
“fuerzas opositoras” (UCR – PS[G10] ). Por consiguiente esta situación explotó en los
festejos del centenario (1910).
En lo que se refiere a esas fuerzas opositoras, es importante mencionar que la UCR
fue desde 1890 [G11] el principal partido político opositor que desafió el orden
conservador y su programa político de exclusión y control en la sucesión presidencial,
que a partir de la Revolución del Parque (1890) esta fuerza opositora personificó el
descontento de la clase media y obrera (PS) frente a la crisis financiera durante la
presidencia de Juárez Celmán.
Por último hay que hacer referencia a la ley electoral Sáenz Peña[G12] , (1912) que
propicia la apertura a la participación política de los excluidos. De esta manera se
termina con el Unicato (P.A.N.) y por la tanto culmina en ese aspecto el
conservadurismo en el ámbito político. Por ende con esta ley se consigue el sufragio
popular y se da inicio al liberalismo político, por lo se instituyó el voto universal[G13] ,
secreto y obligatorio[G14] y el sistema de lista incompleta. También esta ley exigía la
confección previa de un padrón electoral (lista completa de los ciudadanos habilitados
para el voto), así que votar fue un derecho político que implicaba una obligación cívica
del ciudadano de sufragar.
En consecuencia, con dicha ley, en las elecciones de 1916 [G15] se convirtió en
presidente de la nación, Irigoyen por el partido de la UCR.
Aspecto económico:
A partir de 1880, se inicia un nuevo modelo económico, el modelo agroexportador,
que sumado a la industrialización incipiente permitió la “Integración” de la economía
argentina al mercado mundial, y como bien señala Jorge Sábato (“La clase dominante
en la Argentina, formación y características”): “… este modelo exigió la formación y
consolidación de un aparato estatal moderno…” [G16] (p.163). De esta manera,
conforme a este modelo se pone la agricultura al servicio de la ganadería (para la
producción de carne bobina[G17] ), y a su vez se pone a los campesinos inmigrados al
servicio de los ganaderos. (“La Pampa Argentina”).
Según Gallo (“Estado y economía 1875- 1892”), las industrias que procesaban las
materias primas destinadas a la exportación como por ejemplo: Los molinos harineros
y los frigoríficos[G18] , fueron las industrias nacientes de los últimos 25 años del S.
XIX, en este sentido Botana coincide ampliamente con aquél, al sostener que estas
industrias adquirieron gran importancia entre 1890 a 1914. Aunque el modelo
agroexportador perduró hasta 1930[G19] .
Por otro lado la construcción ferroviaria [G20] estuvo al servicio del modelo
agroexportador, puesto que rebajó los costos y amplió el mercado nacional (producción
vitícola, del grano, etc.), también atrajo la atracción de inmigrantes europeos, que
solucionó el problema de la mano de obra.
A su vez en este período se inició la expansión financiera, que significó el correlato
de la importancia que adquirió el capital extranjero[G21] , en especial el de origen
inglés. Por otro lado los principales compradores de productos argentinos fueron en
primer lugar Gran Bretaña, luego Bélgica y Francia.
Ahora bien, entre 1884 -1890, se dio una drástica disminución del salario real
debido a la continua devaluación del signo monetario (peso) y la suba paralela del oro
(inflación)llevaron a que el precio del oro aumentara, y esto sólo benefició aquellos
vinculados al comercio exterior que obtenían sus ingresos en oro y perjudicó aquellos
que percibían sus ingresos en papel moneda como los obreros, provocando en 1889 una
huelga de los obreros de ferroviarios en Rosario.
Pero a partir de 1890[G22] frente a un marco de corrupción administrativa y la
“crisis del progreso” que llevaba a cabo Juárez Celmán colapsó, perohay que remitirse
desde mucho antes, así podemos tomar el año 1885[G23] por la crisis financiera
Argentina, que volvió al régimen de incovertibilidad de la moneda. Pero desde 1887-
1888 el flujo de capitales externos se reactivó considerablemente, lo que implicó que los
inversores extranjeros retomaran la confianza por nuestro país.
En el marco del comercio y finanzas al ser manejado por compañías extranjeras, de
ahí el surgimiento entre 1880 y 1890 de:
Bunge y Born; Well Brothers; Dreyfus y Cía.
Hay que aclarar en cuanto al aspecto monetario, el comercio internacional en ese
momento se regía por el patrón oro[G24] , por lo que los productos se cotizaban en ese
metal y por lo tanto la emisión de la moneda estaba condicionada a la cantidad de oro
que poseía el país como reserva[G25] y esto hacía que a mayor cantidad de reservas en
oro, se tenía mayor respaldo para el circulante de billetes/monedas.
Ante este contexto Juárez Celmán decidió llevar una política de atracción de
fondos extranjeros, al mismo tiempo se autorizó nuevas emisiones de papel moneda
(billetes) por parte del Banco Nacional y el Banco Provincial. En aquel momento se dio
un ingreso masivo de préstamos provenientes del sector externo [G26] que tuvo sus
efectos en: las importaciones porque estimulaba la inversión de bienes de capital que se
vinculaba a la política expansionista (Ej.: equipo y maquinaria ferroviaria) y por otro
lado se incrementó el ingreso de la población lo que significó el crecimiento de la
demanda de bienes de consumo.
Recapitulando hasta aquí, la crisis económica que se inicia en 1889 -1890 fue
causado según Gallo principalmente por la incapacidad de las exportaciones de crecer a
la par de las importaciones, además otra causal fue la creciente deuda externa y por otro
la caída de los precios internacionales de nuestro productos exportables.
En suma, la Generación del ’80 (intelectuales y elite dirigente), no quisieron asumir
riesgos con una economía que privilegiara solamente la inversión en industrias[G27] ,
sino que prefirieron los beneficios que le proporcionaba las ventajas de poseer la pampa
húmeda, que garantizada una excepcional productividad en el sector agropecuario-
ganadero, es decir que entre 1880 a 1914 entablaron una relación asidua con Europa
dependientes de los productos primarios de ultramar, lo que permitió que nuestra
economía se expandiera con el modelo agroexportador.
Aspecto social:
Entre 1869 a 1895 la población aumentó aproximadamente de 2 millones a 3
millones de habitantes y esto se debió al crecimiento de inmigrantes que ingresaron al
país, que implicó un cambio en la estructura demográfica y social de Argentina. Para
ello el gobierno nacional desplegó dos herramientas para atraer inmigrantes: acción
propagandista y facilidad de arribo, recepción e ingreso de éstos. Así durante la
presidencia de Avellaneda se sancionó la ley de inmigración [G28] (1876) por lo que se
inicia formalmente una política inmigratoria más sistemática.
Este aumento poblacional aceleró el proceso de urbanización, sumado al
crecimiento del comercio de exportación y la ampliación de la red ferroviaria y por lo
tanto esa urbanización se dio en los centros urbanos de Bs. As., Córdoba y Rosario. A
su vez esta urbanización en dichos centro provocó conflictos de índole urbano y
social, esto se evidenció con los problemas del sector obrero urbano que al decaer
sus salarios, más el crecimiento demográfico dio como resultado el surgimiento de los
conventillos, lo que significó que esas viviendas precarias llevaran a las familias de los
obreros (en su mayoría inmigrantes) vivieran hacinados, con un ostensible deterioro de
las condiciones sanitarias, que produjeron altas tasas de mortalidad por enfermedades
como el cólera.
En cuanto al sector campesino, que trabajaba la tierra, ocupándose de la agricultura
y ganadería tuvo su momento más conflictivo en el Interior, más precisamente en
Alcorta, provincia de Santa fe (Grito de Alcorta) por la cual se desarrolló una huelga
de arrendatarios (inquilinos) que lucharon frente a los propietarios de los campos por
una tasa única de arrendamiento[G29] , por lo que esta protesta del sector rural se
extendió después en otras ciudades santafesinas como Firmat.
En resumen, producto de la inmigración, la sociedad cambió abruptamente, dando
lugar al origen de la clase obrera, por otro lado la clase media de pequeños
comerciantes, industriales y administrativos (empleados del Estado), siendo la clase alta
terrateniente[G30] , una minoría, vinculada al comercio de exportación.
Aspecto espacial:
Después de la Conquista del Desierto se amplía un movimiento migratorio, de ahí
la importancia de la ley de inmigración que mencionábamos con antelación.
Las cuestiones más relevantes que al principio hacíamos alusión con respecto al lema
de Roca “Paz y administración”, señalábamos acerca del aspecto espacial que se inició
en 1880:
fin de los levantamientos de caudillos, fin de los enfrentamientosentre Bs.As., y el

resto de las provincias, fin de las “fronteras interiores” por la Conquista del Desierto

(1879), esto es de los territorios de las culturas originarias del Sur Argentino y el

acuerdo sobre la federalización de la ciudad de Bs. As., como capital del país (Cap.

Fed.), son las cuestiones que hacen referencia a lo estrictamente espacial, se considera

la federalización de Bs. As, como un hito importante que marca la integridad territorial

de la república y la sumisión al gobierno federal.

Aspecto cultural:
A partir de la presidencia de Roca, se inaugura con mayor énfasis una cultura
laica[G31] , lo que determinó el enfrentamiento del gobierno nacional con la Iglesia
Católica al dictarse la ley de educación común [G32] en 1884, lo que significó el
rompimiento de las relaciones diplomáticas con el Vaticano. Sumado a esto los
sucesores de Roca siguen con este enfoque laico, por el cual en 1888 se sanciona la ley
de matrimonio civil y dos años después se sanciona la ley del Registro civil por el cual
los nacimientos, casamientos y fallecimientos son registrados por el Estado y no por la
Iglesia.
En síntesis vemos como la Generación del ’80 tenía su mirada en Europa, donde el
positivismo estaba en boga y esta generación vio en esta corriente un aliciente al
desarrollo científico y tecnológico como móvil para el progreso tan anhelado por
éstos. Del mismo modo en el ámbito educativo se realizaron grandes transformaciones,
que llevó a la Iglesia a perder poder sobre la educación y la familia, estos cambios dejan
entrever que el laicismo es una característica importante que movilizó la clase
gobernante para transformar las instituciones del Estado como la Escuela.
Concluyo, siguiendo la línea de explicación de Botana, con la cual iniciaba la
introducción que la Republica posible de 1880 -1916 [G33] logró resolver durante este
período los tres problemas básicos que señalaba este historiador, los cuales eran:
integridad territorial (Ver aspecto espacial); identidad nacional (ley de servicio militar
obligatorio para los ciudadanos, esto es los nativos y naturalizados); organización de un
régimen político (Ley electoral de 1912).
El Estado argentino frente a los trabajadores urbanos: político social y represión
(1880-1916)
La llamada “Cuestión social”

En este punto, desarrollaremos la llamada “cuestión social”, como uno de los


aspectos de la república posible, para explicarlo, tendremos en cuenta los trabajos
realizados de Lobato, Sábato y Suriano principalmente puesto que nos facilitaron la
delimitación del tema y el marco teórico acerca del eje central que tiene que ver con el
Estado Argentino frente a los trabajadores urbanos y el diseño de las políticas sociales y
la represión, durante el período que comprende entre 1876 a 1916.
Primeramente, tenemos que decir que la cuestión social fue el resultado de un
proceso de asimilación hasta llegar a ser reconocida como tal, se puede aseverar
siguiendo los estudios realizados sobre la formación de la clase obrera argentina, que a
principios del siglo XX, adquirió relevancia y como señala Botana “la cuestión social
ocupó un lugar significativo en el debate público.” [7]
Es así que las sanciones de las leyes laborales contribuyeron al reconocimiento de
algunos derechos de la clase obrera, aunque no de todos, pero significó un avance, en el
sentido que la clase gobernante conservadora durante la última década del siglo XIX
cambió su postura de indiferencia acerca de las demandas laborales que se venían
desarrollando al compas del crecimiento económico que se venía dando en nuestro país,
que permitió la aparición de un “heterogéneo mosaico de trabajadores” (Suriano: p.
109).
El crecimiento de la economía agroexportadora, es decir, la incorporación de la
Argentina en el mercado mundial como productora de materias primas exportables, en
1880, dio paso a la formación del sistema capitalista.
Debido a la demanda de mano de obra se fomentó la inmigración, beneficiado por la
ley de inmigración de 1876, e incrementó el trabajo asalariado, inclusive llegó hasta
mujeres y niños. Así se formó una clase proletaria cuyos intereses no coincidieron
nunca con los de la clase capitalista. En “cualquier sociedad capitalista, el desarrollo del
capital tiene como condición necesaria la existencia de una masa de desposeídos de sus
condiciones materiales de existencia” (José Ingenieros) es decir que con la constitución
de un proletariado, creará nuevos intereses de clases.
Este proceso de expansión capitalista, como dice Iñigo Carrera remite a la formación
del proletariado como grupo social, y que constituye la base para la formación de la
clase obrera. El autor sitúa la génesis de esta clase social, a fines de la década de 1870,
cuando comienzan a organizarse con dirigentes influidos por las ideas anarquistas,
socialistas, y más adelante por las ideas sindicalistas, que se expandían por toda Europa.
Al respecto, Suriano dice que “la emergencia de estos actores sociales implicó la
aparición de nuevas formas de organización y de sociabilidad política y cultural
desconocidas en la Argentina”[8], además hay que tener en cuenta que en la década del
‘80 aumentó el índice de inmigrantes que llegaban al país, junto con los trabajadores
desocupados y los campesinos desplazados de sus tierras, fueron llegando al puerto de
Buenos Aires notables dirigentes del anarquismo y del socialismo que huían de las
persecuciones de los diferentes gobiernos europeos. Traían consigo su experiencia
sindical y política que compartieron luego con los integrantes del incipiente movimiento
obrero argentino.
En 1878 se produjo la primera huelga declarada por un gremio argentino. Los
tipógrafos estaban organizados desde 1857 en la Sociedad Tipográfica Bonaerense, la
sociedad tenía un carácter más mutualista que sindical y decidieron fundar a fines de
1877 la Unión Tipográfica Bonaerense, que será la que llevará adelante, en 1878, esta
primera medida de fuerza del movimiento obrero organizado.
Con la movilización de los tipógrafos, la lucha económica toma la forma que se
corresponde con la sociedad capitalista: la de los obreros contra el despotismo del
capital (Iñigo Carrera p: 32). A partir de ese momento la huelga será la herramienta
principal de la lucha obrera, que dará cohesión al grupo de trabajadores y provocará la
ruptura colectiva con el orden establecido por la elite conservadora.
Por otro lado entre 1877 y 1880, será un período de convulsiones sociales
porque se producirán las primeras huelgas parciales como forma de protesta (huelga de
cigarreros en 1879), pero esa no será la única forma, como bien sostiene Lobato se
darán también los boicots y manifestaciones masivas utilizadas por los trabajadores para
hacer patente sus reclamos. Y como decíamos anteriormente surgirán además,
organizaciones de tipo sindical, una de las más importantes fue la de los tipógrafos
porteños.
Otro de los aspectos paralelos a tener en cuenta es el desarrollo demográfico
acelerado que significó a corto plazo cuestiones más graves como la vivienda de los
sectores populares, que vivían en un hacinamiento, falta de higiene, etc., lo que daría
lugar al surgimiento de los conventillos que serán donde habitaran por lo general la
clase obrera.
Entre 1880-1890 se multiplicaron las sociedades de resistencias, se extendió la
organización de sindicatos por oficio, se realizaron las primeras huelgas y se fundaron
numerosos gremios, como el de los panaderos, los carreros, conductores de ferrocarril y
cigarreras entre otros. Apareció la prensa obrera con sus dos grandes exponentes: La
Vanguardia, el periódico socialista fundado en 1894 y La Protesta, la voz de los
anarquistas que comienza a editarse en 1897.
El crecimiento de la actividad gremial y de la agitación obrera podían percibirse en la
gran cantidad de medidas de fuerza y movilizaciones llevadas adelante por los
trabajadores, que comenzaron a pensar en una central sindical que unificara y le diera
más fuerza a la lucha de la clase obrera en su conjunto.
La idea se concretó en mayo de 1901 con la creación de la Federación Obrera
Argentina, la F.O.A. que nucleaba a la mayoría de los gremios del país, considerada
como la primer central de trabajadores. En ella confluyeron delegados de diferentes
orientaciones políticas, sobre todo anarquistas y en menor grado socialistas. La FOA,
desde un comienzo, proclamó su rechazo a al acción política y parlamentaria, por
considerarla tan ineficaz y nociva como toda iniciativa proveniente de los poderes
públicos (Botana p:88).
También es necesario hacer mención como veníamos diciendo acerca de las
manifestaciones de los obreros, al respecto decimos que primeramente se dan las
huelgas en forma parcial y no general durante las últimas décadas del siglo XIX, pero a
principios del siglo XX éstas se empiezan a generalizar a nivel nacional, como fueron
las huelgas de 1902 y de 1904, declarada la primera por la Federación Obrera Argentina
(FOA) y la última por la Federación obrera regional argentina (FORA).
Pero los socialistas se opusieron a la medida de huelga general por considerarla un
acto desmesurado y que bloqueaba cualquier posible negociación. Esto provocó la
fractura de la central sindical. La F.O.A. continuó en manos anarquistas y los socialistas
fundaron, en 1903 la U.G.T. (Unión General de Trabajadores).
A partir de estas huelgas que se generalizaron en todo el país, fueron un medio de
lucha por parte de los obreros, aunque muchas veces fueron teñidas de violencia,
represión policial a través del choque armado, estos acontecimientos al gobierno a
declarar estado de sitio.
Estas manifestaciones en masa sirvieron para que el Estado comenzara a
resolver los problemas sociales que hasta el momento no los veía como una cuestión
social.
Por lo tanto hacemos referencia al papel que cumplió el Estado ante la cuestión
social y analizar la transformación de ese rol, es decir cuando la elite dirigente deja de
ser indiferente a los requerimientos del sector popular como por ejemplo el tema del
hacinamiento, la falta de higiene, salubridad, y los conflictos laborales. Frente a este
último sólo se atendía en una situación de crisis o efervescencia social a través de la vía
legislativa, es así que se sancionaron leyes referentes al descanso dominical, higienes en
los establecimientos industriales, en otros reconocimientos legales.
Por consiguiente el motivo por el cual el Congreso de la Nación sanciona leyes sobre
temas laborales, es porque frente a las movilizaciones obreras de fines del siglo XIX
preocuparon a la clase gobernante en el sentido de que estos problemas sociales podían
repercutir en su economía, es así como se toma conciencia de la cuestión social,
entonces el Estado interviene por vía legislativa como forma preventiva.
En consecuencia la aparición de estos conflictos cada vez más generales a principio
del siglo XX, es visto por la clase dominante “como consecuencia de la acción
disolvente de elementos extranjeros indeseables”[9] puesto que ingresaron en la escena,
grupos relacionados al gremialismo, socialismo y anarquismo, que para esta visión antes
mencionada “deformaban” la sociedad de nuestro país, de ahí que a partir de la década
de 1900 a 1910 la inmigración se comenzó a asociar con las manifestaciones obreras.
Por ende, dentro de este contexto, se entiende la razón de ser del proyecto de ley de
Miguel Cané acerca de la residencia de aquellos, que luego se convirtió en ley, llamada
“ley de residencia” de 1899, que permitió al Estado controlar el ingreso al país de
extranjeros que acreditasen oficio o profesión y evitar de esa manera el ingreso de
aquellos vinculados al anarquismo o socialismo o que fueran inhábiles para trabajar y
que sumado a ello perturbaran el orden público.
Hasta el momento, hemos desarrollado los dispositivos legales con los que contaba el
Estado primigeniamente para resolver dichos conflictos, esto pone en evidencia que se
intenta lentamente diseñar una política social que empieza a reconocer las demandas y
reivindicaciones de los sectores populares.
Pero es menester aclarar que la clase dirigente planeó a tal efecto dos caminos para
intervenir en esta situación que significaron los movimientos obreros, por un lado
llevando a cabo una política represiva por el cual se buscaba eliminar las
manifestaciones del movimiento obrero por medio de la acción policial, intimidación,
control de las actividades sindicales, muchas veces medidas anticonstitucionales, porque
violaban el derechos de reunión, el derecho a la intimidad, a la privacidad etc., y por
otro lado se puede hablar de una política estatal preventiva integradora que asimilaba a
los trabajadores al sistema estatal, prueba de ello podemos mencionar que en 1907 se
crea una oficina estatal de trabajo llamada Departamento Nacional de Trabajo (D.N.T),
por el cual el Estado podía intervenir y resolver los conflictos laborales suscitados.
Otro elemento a tener en cuenta es la toma de conciencia en el plano intelectual de la
clase dirigente que advierte acerca de esta cuestión social, tal es el caso de Joaquín V.
González, que siendo uno de los ministros del segundo gobierno de Roca, comprendió
que el Estado debía abandonar su actitud de indiferencia frente a los requerimientos y
demandas del sector popular.
En consonancia, se planteó una tenue reforma electoral en 1902, lo que le permitió
al Partido Socialista que se vinculaba con el movimiento obrero, obtener una banca en
la Cámara de Diputado de la Nación, siendo electo en 1904 Alfredo Palacios, de esta
forma en los debates parlamentarios se suma una minoría opositora al Partido
Conservador y por ende se lleva al Congreso las demandas laborales, lo que significó
reconocer a los obreros como nuevos actores sociales, configurando una clase social que
bregara por sus intereses y a la vez se da por primera vez que dentro del recinto
parlamentario hay un partido político que se vincula con el movimiento obrero. Hay que
señalar en contraposición a lo que comprendía el partido socialista, el presidente Roca
para 1904, veía el tema de los movimientos obreros con las huelgas generales que
paralizaban la economía, como amenazante a la riqueza pública y las fuentes de la
prosperidad nacional.
Entonces, vemos como se fue dando una transición importante del rol del Estado,
pasa de tener una actitud indiferente a regular por vía gubernativa (D.N.T.) o por vía
legislativa las relaciones sociales a través de las diferentes legislaciones laborales
(obrero-patrón).
Ahora, tenemos que pasar a explicar con mayor detalle, lo que anteriormente
señalábamos acerca de las corrientes anarquistas, socialistas y sindicalistas, puesto que
las organizaciones sindicales a la cual hacíamos mención se adhirieron a estas
corrientes. De esta manera debemos exponer la vinculación que tuvieron con estas ideas
traídas de Europa con las primeras centrales sindicales, a saber: Federación Obrera
Argentina (FOA) y luego la FORA, creada en 1904, que se pronunciaba por los
principios económicos y filosóficos del comunismo anárquico.
En 1905, la UGT se vio tensionada por la emergencia del sindicalismo, cuyos
adherentes promovieron una declaración donde se negaba el carácter revolucionario de
la acción parlamentaria, y como ya vimos ésta era la vía privilegiada por los socialistas.
De esta manera, los sindicalistas formaron su propia federación. La Confederación
Regional Obrera Argentina (CORA), que se constituyó en 1909 y editó su periódico “La
Confederación”.
En cuanto al Partido socialista Argentino, Adelman nos dice que surgió como una
fuerza electoral de importancia, y sobre ello hacíamos referencia en este trabajo cuando
mencionábamos la reforma electoral de 1902 que había propuesto Joaquín V. González.
Sumado a que el Estado daba sus primeros intentos de su intervención mediante el
diseño de políticas sociales que demuestran la antítesis de lo que luego décadas más
adelante será el llamado Estado de bienestar que adoptará numerosos planes sociales.
Volviendo al socialismo, dentro de un contexto internacional podemos señalar que a
fines del siglo XIX había surgido una forma idealizada de comunidad política en
Argentina con su fundador Juan B. Justo, como bien señala Adelman, el partido
socialista “…impulsó diversos emprendimientos colectivos, sindicatos,
cooperativas…”[10], en este sentido se puede decir que la propuesta socialista tenía que
ver con la incorporación de los excluidos políticos-sociales a la esfera pública, eso es
importante recalcar, además hay que destacar que los socialistas abandonaron la noción
política revolucionaria de Marx.
Retornando a la persona de Justo, en nuestro país, fue el principal intelectual de esta
corriente que proponía una reforma de tipo progresista y democrática, y en cuanto a lo
laboral el socialismo proponía como programa: eliminar las medidas tendientes a
deteriorar los salarios, reivindicaban la jornada de ochos horas, igualdad en las
retribuciones para hombres y mujeres, instaban a que los sindicatos que fueran
complementados por cooperativas que tenía una función educativa, porque se instruían a
los trabajadores en cuestiones tecnológicas y económicas, reclamaron la prohibición del
trabajo a menores de 14 años, abolición del trabajo nocturno para las mujeres y menores
de 18 años, descanso dominical, entre otras propuestas.
En cuanto a la otra corriente a la que algunas organizaciones sindicales se adhirieron
fue la del anarquismo, que tuvo un papel esencial puesto que entre 1880 y 1910 como
sostiene Lobato “intentó elaborar un mundo político, social, y cultural alternativo para
los trabajadores argentinos.”[11], esta corriente se remonta a la actividad que ejercían
los círculos anarquistas de fines de 1880. Aunque hay que señalar que los anarquistas se
opusieron a nuclearse en partidos porque los consideraban autoritarios y que vedaban la
libertad y autonomía de las personas, además negaban la existencia del Estado y la
división política, de ahí su carácter anti-político, pero tampoco renegaban de su acción
política, sino de las prácticas políticas.
Podemos decir que los anarquistas lograron controlar la principal organización
sindical (FOA), ésta organización, señala Botana rechazó la acción política y
parlamentaria, además los anarquistas controlaron cierta cantidad de periódicos. Esta
corriente siguiendo el análisis de la autora, no quería ser una tendencia obrerista, es
decir negaba la idea de clase elaborada por Marx, por lo tanto eran partidarios de una
emancipación universal y libertad absoluta, dicho de otro modo buscaban unir a los
sectores sociales oprimidos para liberarlos de la explotación capitalista.
Ahora en relación al movimiento sindical, el anarquismo coincidía con el socialismo
con la huelga como medio de lucha de los trabajadores, así con la FOA, se estableció
que la huelga general es la principal herramienta de lucha contra el sector patronal. Pero
en relación al socialismo, los trabajadores se dejaron influenciar por estas ideas, y este
fue el comienzo para que en uno de los congresos, en 1904, la FOA se convirtiera en
FORA, y como señala Botana esta organización adquiera un carácter internacionalista,
pero en 1905 se evidencia en esa federación una orientación comunista anárquica en el
V congreso de mencionada federación, aunque esta orientación como sostiene Botana
trajo conflictos con otras tendencias ideológicas dentro del movimiento obrero
(Botana;1971: p. 89), se puede decir que hubo intentos de unión, por ejemplo en 1907
cuando los socialistas de la Unión General de los Trabajadores (UGT) intentaron una
alianza con la FORA.
El 1º de mayo de 1909 se convocaron dos actos: uno por la F.O.R.A., en Plaza Lorea
y otro por el Partido Socialista, en Plaza Constitución. El primero de ellos fue
duramente reprimido en un operativo a cargo del jefe de Policía, Falcón.
Como consecuencia de los hechos del 1º de mayo , la F.O.R.A., la U.G.T. y otros
sindicatos constituyeron el Comité Central de Huelga y declararon "la huelga general”
Así se inició la llamada "Semana Roja” en la cual 220 mil trabajadores abandonaron su
lugar de trabajo en todo el país, las fábricas cerraron el puerto y los ferrocarriles
quedaron inactivos.
Durante toda esta "Semana Roja" la huelga fue total, pese a lo cual el gobierno
ignoró todos los reclamos y confirmó a Falcón en su cargo.
Pocos meses después, Falcón sería asesinado por un anarquista ruso.
Tras el atentado, el gobierno decretó el estado de sitio y detuvo a dirigentes obreros.
La autoridad policial atacaron e incendiaron locales obreros y las imprentas de La
Protesta y La Vanguardia, pues la autoridad policial no aceptaba el cuestionamiento
generalizado de la prensa a la brutal represión de 1909, así como tampoco admitirían
críticas a sus métodos.
Así los actos del primer centenario de la Revolución de Mayo, que la oligarquía
pretendía mostrar al mundo como una expresión del “orden y progreso” conseguido en
el país, se transformaron así en una lucha violenta entre las clases.
La fuerte represión desatada por el gobierno para prevenir incidentes durante los
festejos del Centenario de la Revolución de mayo, golpeó duramente al anarquismo y a
su acción gremial. Y a partir de 1910 sufren una fuerte represión por parte del Estado,
que provocó que su acción frente a los gremios, sindicatos, culminara y tuvieran
que funcionar como señala Lobato, de forma clandestina.
Más adelante, en 1915 la FORA en el IX congreso decide aceptar la incorporación de
sindicatos autónomos y los gremios adheridos la Confederación Obrera Regional
Argentina (CORA).
En los puntos de coincidencia ambas corrientes (anarquistas y socialistas) la lucha
económica y la huelga eran herramientas importantes para el movimiento obrero,
aunque por ejemplo señala Lobato que los anarquistas veían en las huelgas generales un
instrumento adecuado para producir la revolución social, en cambio para los socialistas
la huelga era una herramienta para obtener mejoras en las condiciones de trabajo.
Y la diferencia principal entre estas dos corrientes, radica en que para los socialistas
la existencia de un partido de clase con representación en el Congreso de la Nación, era
el móvil para lograr sancionar leyes protectoras de los derechos políticos y sociales de
los obreros.
Ahora, nos tenemos que referir a la otra corriente, la sindicalista, en sí esta corriente
se vincula al marxismo, en nuestro país Botana sostiene que surgió a partir de las
tensiones existentes en el movimiento socialista (Botana; p. 90). En cuanto a la huelga,
esta autora señala que los sindicalistas “la entendían como un mecanismo para
exteriorizar las protestas obreras y como una forma de responder a la presión de los
gobiernos.”[12]
Pero las huelgas no se limitaron al ámbito urbano. Las pésimas condiciones
contractuales de arrendamiento de tierras, de los colonos, en su mayoría inmigrantes,
con respecto a los grandes terratenientes, provocó el estallido de una enorme protesta de
los pequeños productores, en la provincia de Santa Fe, en la colonia de Alcorta, en
1912. El conflicto, que evidenciaba las necesidades que pasaba el sector, se extendió
rápidamente a las provincias de Buenos Aires y Córdoba. Con la unión de los
chacareros disconformes por los aumentos de los arrendamientos, las condiciones
desiguales de comercialización y la imposibilidad de convertirse en propietarios, surgió
la Federación Agraria Argentina, aún existente, que a diferencia de la Sociedad Rural,
representaba a los pequeños y medianos productores agropecuarios.
El conflicto, conocido como el Grito de Alcorta, duró tres meses y logró que algunos
propietarios disminuyeran el precio de los arrendamientos.
En 1912 se sanciona una nueva ley electoral que posibilitaba el acceso a los órganos
gubernamentales de los partidos políticos excluidos hasta entonces por el fraude
electoral. Gracias a esta ley se dieron las condiciones para institucionalizar dos partidos
políticos la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Socialista (PS).
En 1916 llega al poder la UCR con H. Irigoyen, que despertó grandes esperanzas en
los trabajadores. Los gobiernos conservadores los habían tratado con dureza y
desinterés, haciendo un uso frecuente de las leyes de Residencia y Defensa Social para
impedir manifestaciones y reclamos, como hemos señalado.
La mayoría de los obreros pensaron que con Irigoyen y un gobierno popular, todo
sería distinto. En un comienzo, la política obrera del radicalismo pareció alentar esas
esperanzas, impulsando una política de negociación y conciliación con ciertas luchas
económicas de alguna fracción de la clase obrera.
Inicialmente, Irigoyen extendió su política reformista al plano sindical e intentó una
legislación social más avanzada, que fue bloqueada permanentemente por el Senado, en
manos de los conservadores. Contempló los reclamos de sindicatos negociadores, como
la Federación Obrera Ferroviaria y la Federación de Obreros Marítimos, que integraban
un sector de la F.O.R.A. Su política sindical fue distinta con los gremios que
privilegiaron la huelga a la negociación, como los frigoríficos y municipales,
controlados por anarquistas y socialistas. En estos casos, como en las huelgas del chaco
santafesino, declaradas por los trabajadores de La Forestal, la de los peones rurales
patagónicos y la de los obreros de la metalurgia Vasena, que desencadenaría la llamada
Semana Trágica, no dudará en reprimir violentamente a los huelguistas.
En síntesis, la conformación de la clase obrera y sus instituciones representativa con
tendencias anarquistas, socialista o sindicalista plantearon un gran desafío al Estado,
preocupado de conservar el orden político y social, considerado indispensable para el
progreso económico del país agroexportador.
Cuando las relaciones socio-económicas fueron complejizándose y la emergencia de
la “cuestión social” ocupa el lugar central en los debates públicos e intelectuales, el
Estado argentino se ve en la necesidad cambiar su carácter de indiferencia y ha de
tomar medidas. El Estado conservador actuó tomando dos formas de medidas:
represivas y preventivas. En las primeras encontramos, la Ley de Residencia, Estado de
sitio, Ley de defensa Social, participación del ejército, del cuerpo de policías, de grupos
paramilitares, y el cierre de periódicos y locales sindicales. En las medidas preventivas,
que no fueron muchas, tenemos la Ley de Trabajo Nacional, la creación del
Departamento Nacional del Trabajo que debía asegurar el cumplimiento de las
legislaciones laborales, sancionadas hasta el momento. Algunas de ella respondían a las
demandas de los sindicatos y gremios, como el descanso dominical, el trabajo de ocho
horas, la reglamentación del trabajo de mujeres y niños y el seguro por accidentes.
Así vemos que la intervención estatal en el conflicto social, tanto en su aspecto
represivo como integrador, nunca dejó de representar los intereses de los grupos
dominantes, como concluye Suriano.
Con el Partido radical en el gobierno, se ve una política de negociación con la clase
de trabajadores, pero no desechó por completo el uso de la medida represiva, ésta
siempre fue un factor característico del Estado argentino.

[1] Halperín Donghi, T. “Proyecto y construcción de una nación (1846-1880)” Editorial


Ariel, Buenos Aires. 1994. Pág., 89
[2] Halperín Donghi, T. “Proyecto y construcción…op.cit. p. 54
[3] Botana, N. Gallo, E. “De la república posible a la república verdadera” Editorial
Ariel, Buenos Aires, 1971. Pág.,15
[4] Botana, N. “El orden conservador”. Editorial Hyspamércia, Bs.AS 1977. Pág., 67.
[5] Cornblit, O, y otros. “La Generación del ’80 y su proyecto: antecedentes y
consecuencias”. En Di Tella T, y otros., Argentina, sociedad de masas. Ed. EUDEBA,
Bs. As. 1971
[6] Explicación del cuadro del punto B. (Aspectos: político, económico, social, espacial
y cultural).
[7] Botana, N. “De la República posible a la República verdadera” Editorial Ariel,
Buenos Aires, 1971. Pág. 79
[8] Suriano, J. “El Anarquismo” En Lobato, Mirta Los trabajadores en la era del
progreso. Pág. 293
[9] Botana, N. “De la República posible… op. cit., p. 115
[10] Adelman, J. “El Partido Socialista Argentino” En Lobato, Mirta Los trabajadores
en la era del progreso. Pág. 264
[11] Lobato, M. “Los trabajadores en la era del progreso” Pág. 294.
[12] Lobato, M. “Los trabajadores del… op. cit. Pág. 406

Notas:

[G1]1880-1916: En el aspecto exterior, en Europa, se desarrolla la Segunda revolución


industrial. Se inicia La Paz Armada que da surgimiento de nuevas potencias como
Alemania e Italia. Luego se desata en 1914-1918 la 1ra. G. M.
Los inmigrantes que llegan al país incorporan ideas anarquistas y socialistas.
[G2]Emergen los partidos políticos opositores al P.A.N., éstos fueron: primeramente la
Unión Cívica, luego dividida en Unión Cívica Nacional (Mitre) y la U.C.R. (Alem) Y
después surge el Partido Socialista (Justo, Ingenieros, Palacios, Repetto). Más tarde el
partido demócrata progresista.
[G3]Monopolio del poder por parte de la Oligarquía (elite de notables) de corte
conservadora que detentaba el poder político y configuraba una minoría privilegiada.
[G4]Se hace mención al aspecto espacial.
[G5]Desde 1880 a 1916, por orden de las presidencias hasta que llegó Irigoyen al poder.
[G6]Posible problemática a plantear.
[G7]Ver Hilda Sábato “Participación y ciudadanía”.
[G8]Aunque de hecho esta ley se transgredía en la práctica y por lo tanto no se cumplía
en su totalidad. Pero permitió en 1904 que el PS accediera a un cargo parlamentario
(Palacios fue elegido Dip. Nac.)
[G9]El sector obrero había comenzado a paralizar la economía con huelgas generales en
toda la nación que tenían el apoyo del P.S., y que suponía un peligro a la prosperidad
económica que tanto promocionaba el orden conservador. (Botana). (Ver explicación de
los festejos del centenario)
[G10]No menciono a ese partido y al anarquismo porque se desarrolla en el punto de la
“Cuestión social”
[G11]También aparecieron nuevas ideologías de origen europeo: el socialismo y el
anarquismo, como efecto de la inmigración. Estas cuestionaban las condiciones de
trabajo, la distribución de la riqueza y la propiedad privada de los factores de
producción (tierra, capital, trabajo, salario)
[G12]Por la iniciativa de ese presidente que luego promulga dicha ley.
[G13]Pero tan universal no era, porque no contemplaba el voto femenino que se
concretará por ley recién en 1947 y llevará a la mujer a votar por primera vez en las
elecciones presidenciales de 1952. (Iniciativa de Eva Perón).
[G14]Para varones a partir de los 18 años y aquellos naturalizados (los extranjeros
nacionalizados)
[G15]Los resultados del escrutinio arrojó que en primer lugar resultó ganadora la UCR;
en segundo lugar el partido conservador; en tercer lugar el partido demócrata progresista
y en cuarto lugar el PS.
[G16]Esto significó lo que en el discurso inaugural de Roca y Juárez Celmán sostenían
que la política estaba subordinada a la actividad económica. Así el país pasó de un
sistema ganadero a un sistema agro-ganadero.
[G17]Permitió la exportación de carnes procesadas por los frigoríficos. Provocando la
crisis de la lana que provenía del Norte Argentino.
[G18]Ingleses, norteamericanos (Swift, Armour, La Blanca, La Negra, etc.).
[G19]Producto de la Crisis económica mundial que se inició con el crack de la Bolsa de
N.Y. E.U. en 1929
[G20]La red ferroviaria permitió el achicamiento de las distancia y el transporte de los
productos a los puertos de Bs. As., y Rosario. Favoreciendo el modelo agropecuario-
exportador.
[G21]Para la creación de los ferrocarriles o para maquinaria agrícola. Por eso el
ferrocarril era sinónimo de progreso para la clase dirigente.
[G22]Antes de que renunciara Juárez Celmán, se desarrolla la Rev. Del Parque.
[G23]Antecedente de la crisis del ’90. Indica fluctuaciones económicas como lo fue entre
1887- 1888 o también llamadas variaciones de coyunturas.
[G24]Hoy se cotizan en dólares.
[G25]Hoy las reservas están en divisas.
[G26]Por lo general el agente financiero del gobierno fue la casa financiera “Brothers” de
origen Inglés.
[G27]Como así lo hizo E.U., con una industrialización acelerada.
[G28]También llamada Ley de Colonización.
[G29]Reclamaban la modificación de las cláusulas contractuales, en particular la que se
refería al precio y las facultades del propietarios para elegir su parte y comercializar la
producción.
[G30]Unión del poder económico y político del que hablaba Alberdi en las Bases.
(Botana).
[G31]Supuso el fin del poder de la Iglesia sobre el Estado. Estas leyes que enfatizan el
laicismo es acorde al liberalismo económico-cultural finisecular que sirvió como
herramienta para cumplir con el programa político de la Generación del ’80: Orden y
progreso.
[G32]Ley de educación laica, aunque relativamente.
[G33]La República verdadera que teorizaba Alberdi en las Bases no se dio, puesto que se
iba a dar cuando se asemejara nuestro país a las estados europeos con un perfil de
progreso bienestar fuertemente constituido. (Nación moderna)

Anda mungkin juga menyukai