Características
Las construcciones y edificios de la arquitectura popular son funcionales adecuándose siempre a
la finalidad prevista y a los materialesdisponibles en cada lugar. Se caracterizan por una gran
economía de medios, volumen y obra, ya que sus constructores buscan el ahorro de trabajo y
materiales, ello conlleva que dichos materiales son siempre locales o próximos y se emplean con
técnicas sencillas cuyo origen se remonta a épocas anteriores que se han transmitido de una a
otra generación mediante la tradición oral.
Arquitectura popular o arquitectura vernácula, son términos que se aplican indistintamente a las
construcciones o a los edificios que presentan rasgos o características tipológicas comunes en
determinados ámbitos geográficos de diversa extensión, por ejemplo: laarquitectura de
barro en España, propia de las comarcas de la Tierra de Campos o la arquitectura subterránea,
que se extiende por muchas parte del mundo.
La teoría y la historia de la arquitectura, tradicionalmente se han ocupado del estudio de
los monumentos, de la obra de los arquitectos, de las corrientes y estilos de la «arquitectura culta»
dejando de lado la «arquitectura sin arquitectos» que representa el 90% de los espacios donde la
humanidad vive y trabaja, frente al 10% que representan los edificios y espacios de la
«arquitectura culta».
La arqueología nos ha descubierto el interés que tiene el contexto de un monumento
al investigar tanto los templos, palacios o tumbascomo la ciudad entera que constituye el más
expresivo testimonio de la civilización que creó aquella cultura cuyos monumentos admiramos.
Amos Rapoport, en su libro Vivienda y cultura, establece tres categorías para la arquitectura : la
culta, la primitiva y la vernácula. Dentro de esta última establece una división adicional entre
arquitectura vernácula preindustrial y postindustrial, aun cuando el mismo Rapoport señala el
carácter un tanto arbitrario de esta segunda división así como el hecho indiscutible que las tres
categorías no constituyen una división cerrada sino un esquema referido a algunos aspectos
fundamentales. Las fronteras entre una u otra son a menudo imprecisas y las influencias actúan,
de hecho, en todas direcciones.
La arquitectura primitiva es una categoría más fácil de delimitar ya que se asocia a la arquitectura
de las sociedades definidas como primitivas por los antropólogos, ya sean las sociedades
primitivas actuales o las culturas históricas que al final del neolítico realizaron las primeras
construcciones cuyos restos han llegado hasta nosotros, son las sociedades que se establecieron
en el valle del Nilo, Canaán, Siria, Mesopotamia o Anatolia y evolucionaron hacia la historia. Son
también las culturas neolíticas primitivas de diversas comarcas de Europa cuya huella en la
civilización prácticamente se extinguió con ellas.
La arquitectura popular, seria el equivalente a la arquitectura vernácula preindustrial, presupone y
es complementaria de la arquitectura culta, ya que ambas evolucionaron a partir de la arquitectura
primitiva. Por otra parte, la arquitectura popular refleja los modelos de la arquitectura culta, ya que
las clases populares, históricamente sometidas, reflejan el comportamiento y los modos de las
clases dominantes.
La historiografía de la arquitectura moderna ha presentado la construcción de habitats
tradicionales como un elemento con alto significado cultural, así tenemos la siguiente cita del
libro Arquitectura in Nuce obra del arquitecto e historiador de la arquitectura moderna Bruno Zevi :
En las indagaciones sobre la arquitectura «menor» se han descubierto, ciertamente, cabañas de pastores,
graneros, refugios de montaña y demás, que tienen efectiva validez artística; en estos casos casi no hay
problema de método, se trata de legitimarlos en la historia arquitectónica ampliando su radio de acción y
recordando la admirable observación de Leonardo da Vinci: «las estancias, o en verdad las viviendas
pequeñas, están llenas de ingenio, no así las grandes...»
La arquitectura popular está influida por las necesidades de cobijo de los habitantes de cada zona
en función de las características climáticas de la misma y condicionada por los materiales que en
sus alrededores podían encontrar y utilizar. Así pues hay una distribución zonal de la arquitectura
popular, pudiéndose encontrar construcciones populares típicas en las diferentes zonas de
España. Estas construcciones comprenden desde viviendas, hasta edificios públicos pasando por
edificios con fines agrícolas e industriales. También son de consideración las casas situadas en
las localidades o pueblos edificadas como simple vivienda. Algunos ejemplos de construcciones
características son:
Viviendas populares:
La barraca, en el este, Valencia y Murcia.
La masía, en Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón (donde recibe el nombre
de mas).
El cortijo, en el sur, Andalucía.
El caserío, en Euskadi y Navarra
Edificios industriales:
Molinos de viento, típicos en zonas de viento, son famosos los de Castilla La Mancha.
Hórreos, edificios para el almacenaje de cereales y hortalizas en zonas húmedas, típicos
del norte de España, de Galicia , Asturias y Cantabría principalmente.
Silos, edificios para el almacenaje de los cereales, típicos de la zona centro, Castilla y
León.
BRUTALISMO. Arquitectura del día a día, Poesía y Teoría.
Simposio Internacional de Berlín 2012
Por: metalocus, LUIS TERRAIN
Alison y Peter Smithson, Escuela Moderna Secundaria, Hunstanton (1949-54), Alison y Peter
Smithson, The Charged Void: Architecture, New York 2001; S. 56.
Los días 10-11 de mayo de 2012, la Wüstenrot Foundation, en colaboración con la Cátedra
de Teoría de la Arquitectura de la Karlsruhe Institute of Technology (KIT), y el Master
Program Building Restoration desarrollaran el simposio internacional “Brutalism.
Architecture of Everyday Culture, Poetry and Theory”, en Berlín.
Alison y Peter Smithson, Escuela Moderna Secundaria, Hunstanton (1949-54), Alison y Peter Smithson, The Charged Void:
Architecture, New York 2001; S. 60-67
Si bien, durante algún tiempo, se ha realizado una intensa investigación al Team X (cuyos
debates a mediados de la década de 1950, incremento el conjunto de ideas del Brutalismo),
la atención prestada a saber qué es el Brutalismo ha sido poca, en primer lugar, desde el
modernismo de la posguerra y, en segundo lugar, en paralelo a las nuevas tendencias, tales
como el formalismo, el estructuralismo, la arquitectura popular y las proyecciones utópicas.
Los criterios y puntos de referencia por los que debería ser considerado y evaluado
claramente el legado brutalista todavía no se han realizado.
Stadtplanungsamt Sheffield (J. Lewis Wormesley, Jack Lynn, Ivor Smith y Frederick Nicklin), Siedlung Park Hill, Sheffield
(1961), Reyner Banham, Brutalismus in der Architektur, Stuttgart 1966, S. 183
La tesis en este tema de los organizadores, es que en el brutalismo se gestan los procesos
críticos de la modernidad clásica y de la postmodernidad a largo plazo, provocando las
principales tendencias arquitectónicas actuales, poniendose a prueba ahora por primera vez.
Además no sólo las características estéticas y formales del brutalismo fijan el rumbo de los
acontecimientos futuros, como el minimalismo mas tarde, sino que también hay una ética,
que equivale a decir un discurso socio-político focalizado en la "arquitectura cotidiana".
Asimismo, ejerció una influencia duradera en el discurso arquitectónico y urbanístico , como
lo demuestra el postmodernismo de las Vegas y la Suburbia planteados por Venturi, Scott
Brown, por ejemplo, o el realismo sucio de la década de 1980, que condujo a una nueva
discusión urbanística sobre la expansión urbana. Investigar el Brutalismo bajo estos puntos
de vista puede contribuir significativamente a la comprensión de los principales
acontecimientos arquitectónicos que se han producido en los últimos años de la
posmodernidad.
John Bancroft, Pimlico School, London (1967), Robert Maxwell, Neue englische Architektur, Stuttgart 1972; S. 142
Una preocupación fundamental del simposio es establecer los criterios y puntos de referencia
importantes, y promover la evaluación y constante consideración del legado brutalista. Los
organizadores consideran básico aumentar la conciencia pública y fomentar con ello un
acercamiento sensible a este patrimonio arquitectónico en peligro de extinción.
A la luz de los documentos presentados por "Elder Statesmen", el simposio tratará de
analizar la teoría de la arquitectura y principalmente las últimas investigaciones sobre el
Brutalismo como una teoría, atrapada bajo la práctica arquitectónica. Presentandose "país
por país", se ilustran las historias de los centros de investigación más importantes sobre el
movimiento brutalista, y reflexionar sobre sus interacciones. Es decir, entender el brutalismo
tanto en su época y en el presente como punto de inflexión, o como factor crítico de la
modernidad tardía. Nuevos criterios de pretación del Brutalismo no son exactamente una
novedad en nuestro actual panorama, en el Reino Unido o Suiza, por ejemplo, hay cada vez
más una creciente apreciación de su impacto silencioso y sobrio puesto de nuevo sobre el
tablero de trabajo. La tercera vía analizará el efecto del Brutalismo en la historia para ser
tratado en el presente. Viendo cuales son las áreas de investigación y la formulación de
nuevas vías de análisis.
Werner Düttmann, St. Agnes Kirche, Berlin (1964-67), Haila Ochs, Werner Düttmann. Verliebt
ins Bauen. Architekt für Berlin 1921 – 1983, Basel/Berlin/Boston 1990, S. 131, 12: S. 135.
Alison y Peter Smithson, Escuela Moderna Secundaria, Hunstanton (1949-54), Alison y Peter
Smithson, The Charged Void: Architecture, New York 2001; S. 56.
Sergison & Bates Architects, Urban housing, Finsbury Park, Londres (2004-2008), Sergison &
Bates Architects Prospect No. 05
Milton Barragán, 80 años de arquitectura brutalista
en Ecuador
29
ENE
2015
por Víctor Gallego
Noticias ArtículosColaboracionesVíctor GallegoMilton BarragánEcuadorQuitobrutalismoarquitectura brutalistaOvidio
Wappenstein
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CIESPAL.
Image Cortesia de Archivo personal de Milton Barragán
Con motivo de las celebraciones por los 80 años del arquitecto y escultor Milton Barragán, el periodista Víctor
Gallego repasa la vida del principal exponente delbrutalismo ecuatoriano y uno de los principales en el concierto
latinoamericano, a través de tres de sus principales obras, todas adoptadas e incorporadas al diario vivir de Quito:
"Prolífico e innovador, Milton ha dejado un legado que todavía es un referente para muchos estudiantes actuales,
tanto por su peculiar visión como por la original y novedosa estética de toda su obra", señala Gallego.
En el barrio de Guápulo, uno de los lugares más pintorescos de la ciudad de Quito, encontramos a Milton
Barragán en su estudio. Un hombre de aspecto juvenil, sonriente, campechano y con una presencia que nos
recuerda a una estrella del Hollywood de los 50. A sus ochenta años, este artista incansable se ha convertido en
tanto por su peculiar visión como por la original y novedosa estética de toda su obra. Un personaje con valor en
Templo de La
Dolorosa. Image Cortesia de Archivo personal de Milton Barragán
Natural de la provincia de Chimborazo (Ecuador) y con una trayectoria de más de sesenta años de experiencia, es
el artífice de obras arquitectónicas como el Templo de la Patria, Templo de La Dolorosa y CIESPAL -junto
a Ovidio Wappenstein-, que se identifican con facilidad en el paisaje urbano quiteño y llevan la marca Barragán en
el imaginario de los ciudadanos. Todas ellas, concebidas en comunión con su entorno, se han convertido en
Licenciado en la Universidad Central de Ecuador en 1958 e influenciado por corrientes como el Art Nouveau y la
escuela de la Bauhaus, es todo un referente en la corriente artística del brutalismo ecuatoriano, estética que destaca
por la tendencia a la monumentalidad, la expresión material y el énfasis en lo estructural. “Poesía”, como el propio
Milton cita.
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Templo de la
Patria. Image Cortesia de Archivo personal de Milton Barragán
Este arquitecto, en continua reinvención, ha vivido tres períodos creativos diferentes a lo largo de su carrera que
han determinado su evolución en la arquitectura y en la escultura. En un principio tomó partido por la figura
humana, posteriormente desarrolló una mirada más crítica a raíz de su experiencia como presidente de la Casa de
la Cultura Ecuatoriana (CCE); y en los últimos años se ha dedicado a la exploración con el acero.
Entre toda su obra se destacan dos edificios, que además de su valor arquitectónico son poseedores de un valor
simbólico e histórico añadido. En la estructura de ambos se observa la corriente brutalista y la vertiente escultórica
de Barragán.
Templo de la Patria
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Templo de la
Patria. Image Cortesia de Archivo personal de Milton Barragán
Ubicado en uno de los lugares más simbólicos de la ciudad de Quito, este monumento rememora la batalla del
Pichincha (24 de mayo de 1822), en la que los españoles fueron expulsados de la ciudad por el ejército a cargo del
mariscal Antonio José de Sucre. Una obra que fortalece la memoria histórica del proceso independentista de la
corona española. En este templo las emociones afloran en los visitantes que recorren las salas y rincones,
custodiados por la estética “brutalista” de Barragán, que nos narran la historia del nacimiento de un país.
Cerca de una de las arterias de la ciudad, la avenida '6 de Diciembre', y desde un nivel inferior a la calle emerge
como un árbol de hormigón esta construcción conocida por los quiteños como la “Casa de Tarzán”, por su peculiar
estética. La edificación de este centro latinoamericano de comunicación resultó un desafío para Barragán, ya que
la característica pantanosa del terreno lo llevó a desarrollar una estructura arbórea que se sostiene de un gran
tronco de hormigón.
“Es una de las estructuras más osadas que he podido hacer estudiando a algunos de los grandes maestros en este
campo, como Félix Candela, un referente en superficies de doble curvatura o paraboloides hiperbólicos, lo cual me
Diseñada junto a Ovidio Wappenstein, esta obra -además de ser un referente arquitectónico- también se convirtió
en escenario de uno los cambios más contemporáneos en la historia del Ecuador. Fue el telón de fondo de “Los
Forajidos”, movimiento ciudadano que apartó del poder, en el año 2005, al ex presidente Lucio Gutiérrez.
Sin embargo, no solo como arquitecto destaca Milton Barragán, sino que también es conocido por su obra
escultórica, presente a la vez en todos sus edificios. Un personaje multifacético: arquitecto, escultor, gestor
cultural y político, quien a sus recién cumplidos ochenta años nos despide con la vitalidad de un muchacho de
veinticinco y una frase nos resume su forma de vida: “Evidentemente, ya si es que uno se cansó entonces ya debe
El movimiento brutalista tuvo su auge entre 1950 y 1970, coincidiendo con el establecimiento de
la mayoría de las repúblicas comunistas del este de Europa. El carácter igualitario del
movimiento, su desvinculamiento de los anteriores movimientos burguesesy el abaratamiento en
los costes de construcción debido a la ausencia de ornamentación y el uso de materiales baratos
como el cemento hicieron del brutalismo el estilo preferido de los líderes socialistas, quienes no
dudaron en emplearlo para las soluciones habitacionales de sus ciudades.
Aunque sus características primordiales son la repetición geométrica y la utilización de grandes
cantidades de hormigón, el brutalismo también tiene parches de irregularidades en su forma, la
interrupción del patrón geométrico se utiliza como punto de enfoque de la atención del
observador. Otra característica del estilo es la exposición de elementos arquitectónicos y
estructurales que tradicionalmente no se encontraban a la vista, Cimientos, tubos de ventilación,
cañerías, etc.
La principal crítica al estilo brutalista es el efecto que tiene en el entorno de las ciudades
antiguas, el contraste entre un edificio clásico y uno brutalista puede ser… brutal.
Aunque fue ideado como un estilo que representa un mundo moderno, igualitario y utópico en
el que los espacios crearan confort y calidez, el efecto que tienen sus formas es totalmente el
opuesto.
Lo cierto es que el estilo brutalista tiene más detractores que amantes, pero cuanto más viajo a
Europa del este, más fascinante (que no bonito) me parece.
Ciudades utópicas que inspiraron (o no) el urbanismo futuro
2 meses, 1 semana ago by: nicolas.boullosa staff 3 comments
Imaginar un futuro mejor ha sido tarea de filósofos y planificadores urbanísticos desde la Antigüedad en
diversos lugares, que con influencia externa o de manera endógena, crearon grandes asentamientos
permanentes desde el neolítico: el Creciente Fértil, el Mediterráneo oriental, China, Mesoamérica, el
altiplano andino, etc.
En el extremo occidental de Eurasia, los trazados racionales no han variado tanto desde los
parcelamientos ortogonales de Egipto, Babilonia, Grecia (plan hipodámico) y los campamentos
militares romanos que originaron tantas ciudades europeas.
La modernidad supuso la exportación del modelo urbanístico ortogonal desde el Occidente de Eurasia
al resto del mundo, con la combinación de la Era de los Descubrimientos, las ideas del Renacimiento y,
luego, de la Ilustración.
Cuando la modernidad parte de modelos del pasado
La modernidad significó a menudo indagar en un pasado anterior a la etapa más oscura del
cristianismo, así como una nueva visión filosófica, más racional y antropológica, del propio
cristianismo.
Muchas ciudades coloniales españolas, por ejemplo, deben más a las ideas iniciadas por Hipodamo de
Mileto que a cualquier urbanista especializado en ensanches renacentistas y barrocos de las
Penínsulas Itálica e Ibérica.
Lucrecio, Poggio Bracciolini, Tomás Moro y Michel de Montaigne
A medio camino entre el Renacimiento y la Ilustración, los pensadores del siglo XVI abordaron los
grandes problemas de la humanidad con una mirada fresca, inspirada en obras de la Antigüedad que
anteponían libre albedrío a determinismo.
En el siglo XX, por ejemplo, se encontró una copia de "De rerum natura", el poema atomista de
Lucrecio recuperado por Poggio Bracciolini, que había pertenecido a Michel de Montaigne (siglo XVI):
los márgenes del libro estaban anotados con tanta meticulosidad que exponían la influencia del mundo
antiguo en la nueva visión mecanicista del universo, que derivaría en la carrera por mejorar las
condiciones terrenales del ser humano, sin necesidad de esperar a una supuesta vida ulterior.
Contemporáneo a Montaigne, al otro lado del Canal de la Mancha, Tomás Moro imaginó en Utopía a
una sociedad ideal, partiendo de una primera parte en la que expresa los problemas del Reino Unido, y
una segunda parte en la que imagina a una sociedad próspera en una isla imaginaria, donde los bienes
son comunes y las viviendas, de dos puertas (una a fachada y otra a un huerto interior) carecen de
pretensión y se ordenan racionalmente.
"Émile": cuando Rousseau recuperó la idea socrática de la bondad humana
Desempolvada la idea clásica de que el ser humano puede mejorar cultivándose, puesta por Platón en
boca de Sócrates, el pensamiento mecanicista se propuso mejorar las condiciones ambientales y la
educación, para lograr barrios, ciudades, sociedades más prósperas.
Isaac Newton (artífice, junto a su coetáneo Gottfried Leibniz, de la ciencia tal y como la conocemos)
y René Descartes sentaron las bases científicas y filosóficas, mientras Jean-Jacques Rousseau, entre
otros, se inspiraron en la tesis socrática de que el ser humano es bueno por naturaleza, y tiende a
obrar con sensatez si las condiciones ambientales se lo permiten.
En Emilio, o De la educación (1762), Rousseau imaginó a un individuo educado integrado en una
sociedad de personas que obran en libertad y disciernen con información y sensatez, e inspiró las
posteriores ideas modernas de integración social (derechos y deberes ciudadanos, a través de lo que
Thomas Hobbres, John Locke o el propio Rousseau llamaron "contrato social") y educación universal.
Ciudades utópicas: el intento mecanicista para crear sociedades ideales
Y, si el individuo podía mejorar y autorrealizarse con una existencia racional, tal y como estipulaban las
ideas mecanicistas, el urbanismo debía aplicar las ideas sobre el terreno: hogares, edificios, comercios,
talleres y espacio público debían adecuarse a las ideas mecanicistas.
(Imagen: diseño ganador de la competición de diseño de rascacielos de eVolo, un edificio que integra
11 paisajes de distintos ecosistemas)
A finales del XVIII eclosionan las ideas urbanísticas para mejorar, de manera racional y a menudo
centralizada, el porvenir de la ciudadanía.
Los fundadores de Estados Unidos discutieron acerca de crear una sociedad de granjeros prósperos,
que vivirían en una sociedad semirural con propiedades en cuadrícula, tal y como imaginó Thomas
Jefferson en su reivindicación del agrarismo; o el urbanismo ortogonal y fabril que concibió su
contemporáneo Alexander Hamilton. La dialéctica entre la República Agraria de Jefferson y el
urbanismo de Hamilton pervive irresoluta en el imaginario estadounidense.
La Revolución Francesa y la fundación de Estados Unidos propulsaron la experimentación urbanística:
desde las colonias fabriles a losfalansterios (comunidades teorizadas por el socialista utópico Charles
Fourier), pasando por las comunidades autogestionadas de minorías religiosas asentadas en
Norteamérica para evitar la persecución.
El intento por liberar al ser humano de sus limitaciones ambientales
Las ideas de crear sociedades y comunidades utópicas incidiendo sobre el entorno del individuo y el
grupo, se inspiraron en escritos como "La República" de Platón, así como en el neoplatonismo cristiano
y, finalmente, el idealismo que derivaría en los movimientos sociales y nacionalistas del siglo XX: son
ideas que, tomando el concepto platónico de un universo de ideales, parten en la Europa ilustrada de
Immanuel Kant, siguen con Friedrich Hegel y su concepto de dialéctica, inspirador del materialismo
marxista.
A finales del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX, se sucederán los intentos de armonizar las
"externalidades" del proceso industrial, entre ellas la explotación de los nuevos obreros fabriles o el
trabajo infantil, con las ideas mecanicistas de progreso: colonias fabriles y falansterios se asemejan, en
su diseño urbanístico y arquitectónico, a otras infraestructuras de la época inspiradas en el reformismo
de Rousseau y sus sucesores marxistas, anarquistas y socialistas libertarios, desde Pierre-Joseph
Proudhon a Francesc Pi i Margall.
Cuando los planificadores utópicos del XIX se toparon con las aristas del individuo
Las comunidades utópicas que partían del ideal materialista toparon con las mismas contradicciones
que llevaron a los primeros existencialistas (todavía en el XIX, Søren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche
fueron los más consistentes) a criticar el idealismo y el materialismo dialéctico: la conducta humana, el
individuo y las sociedades no pueden equipararse a máquinas y, en ocasiones, incurren en
contradicciones y actúan de manera imprevisible.
Las comunidades utópicas fracasaron al intentar establecer regímenes racionales que comprendían no
sólo la educación o el trabajo, sino también la dieta, el descanso o incluso las relaciones sexuales: del
mismo modo que el idealismo y su ontología se toparon con quienes pensaban que las ideas gregarias
atentaban contra el individuo, la planificación de las comunidades utópicas, tanto religiosas (sobre todo
en Estados Unidos) como laicas (falansterios, etc.) descubrieron que el ser humano alberga
contradicciones a la altura de los personajes de otro proto-existencialista: el escritor ruso Fiódor
Dostoyevski.
Legado racionalista del XIX
Pese a las limitaciones y contradicciones que florecieron durante su puesta en práctica, que derivarían
en el urbanismo brutalista de los arquitectos soviéticos tras la II Guerra Mundial, las comunidades
utópicas de la Ilustración inspiraron la estructura de nuevas ciudades y asentamientos en Europa y las
Américas, desde los ensanches de las ciudades españolas a partir del reinado de Carlos III a los
nuevos asentamientos de Andalucía y Sierra Morena, también en la España de Carlos III,
para repoblar zonas amenazadas por el bandolerismo.
En Norteamérica, la independencia de Estados Unidos y su tolerancia religiosa, así como el respeto de
la propiedad privada y los derechos individuales, atrajeron a grupos religiosos que autogestionaban
las comunidades fundadas en el Medio Oeste y el Oeste estadounidenses.
Desde finales del siglo XIX, las ferias mundiales se convirtieron en el escaparate para diseñar las
ciudades y sociedades del futuro; nuevos materiales como el contrachapado, el vidrio de grandes
dimensiones, el acero corrugado o el aluminio sirvieron para construir edificios emblemáticos como
el Crystal Palace (Gran Exposición de Londes de 1851) o la Torre Eiffel (Exposición Universal de París,
1889), demostraron las posibilidades tecnológicas que inspiraban el urbanismo y la futurología.
"En L'An 2000": postales de 1900 sobre el mundo en el año 2000
Las postales que a finales del XIX dibujaron Jean-Marc Côté y otros artistas sobre el mundo en el año
2000 (En L'An 2000) muestran la ingenuidad con que imaginamos la tecnología del futuro a 100 años
vista, a menudo extrapolando las necesidades y aspiraciones del presente a supuestos modos
sofisticados de hacer algo similar en el futuro.
El siglo XX confirmó los pesares e intuiciones de Kierkegaard y Nietzsche, pues el idealismo y sus
derivados radicales supeditaron al individuo a dos guerras mundiales y a los grandes movimientos de
raíz hegeliana (marxistas, nacionalistas), que devastaron Europa y la sembraron de nihilismo y pesar:
la poesía de T.S. Eliot (La tierra baldía es un canto a la locura de la I Guerra Mundial a base de retales
o ideas supervivientes), el existencialismo, etc.
La exposición Futurama (Feria Mundial de Nueva York, 1939), diseñada por Norman Bel Geddes,
presentaba un modelo de ciudad a 20 años vista, donde tanto los viandantes como el ritmo de la ciudad
estaban supeditados al vehículo privado. General Motors era el principal patrocinador.
Urbanismo utópico en el siglo XX
En paralelo con la desconfianza hacia el espíritu humano y su fácil manipulación por medios como la
propaganda de masas (o la publicidad y las relaciones públicas), surgieron ideas urbanísticas y
arquitectónicas regeneradoras: tras la II Guerra Mundial, Europa y Japón debían reconstruirse,
mientras Estados Unidos realizaba su particular transformación suburbial en torno al vehículo privado.
Es en esta época cuando las corrientes vanguardistas surgidas en Europa a partir de aportaciones
como las de la escuela Bauhaus (Walter Gropius) o el arquitecto francés Le Corbusier, originarían un
nuevo urbanismo: desde las ciudades brutalistas y con planificación centralizada del propio Le
Corbusier a las utopías oxigenadas con espacio y vegetación que Frank Lloyd Wright soñara para
Estados Unidos.
Brasilia es un canto a la planificación centralizada, a las grandes avenidas y al dominio del hormigón y
los edificios públicos magnánimos sobre el pequeño urbanismo. El modelo de ciudad, promovido por el
presidente Juscelino Kubitschek, pretendía difuminar la separación por clases sociales en un modelo
utópico que ha influido a planificadores urbanísticos desde entonces.
Otros arquitectos proyectaron sus propias utopías ajenos a los grandes proyectos centralizados
inspirados por los totalitarismos, tanto marxistas como fascistas (desde la mediocridad del urbanismo
estalinista, desprovisto de las innovaciones futuristas de inicios de la revolución bolchevique, al Berlín
monumental que Adolf Hitler encargó a Albert Speer y debía convertir la capital alemana en el París del
siguiente milenio).
Las dos guerras mundiales y la competencia tecnológica entre los dos bloques durante la Guerra Fría
originaron proyectos como la carrera espacial, pero también una nueva concepción filosófica, científica
y social sobre el mundo, que se convertía en el equivalente a un superorganismo (hipótesis de Gaia)
que había que preservar.
Nave espacial Tierra
El arquitecto, futurólogo y diseñador Richard Buckminster Fuller, inspirador de la expresión "nave
espacial Tierra", imaginó viviendas, edificios y colonias para un futuro próximo y lejano.
También después de la II Guerra Mundial, el arquitecto italiano Paolo Soleri, que había acudido a
Arizona para estudiar bajo Frank Lloyd Wright, no abandonaría el desierto de Sonora tras la
experiencia y aplicaría allí su contribución a la arquitectura utópica: las arcologías,edificios-
ciudad capaces de autogestionarse y proporcionar tanto los alimentos como la energía necesarias para
mantener a su población.
Soleri promovió la comunidad utópica de Arcosanti a partir de este concepto, que el pensador
contracultural Stewart Brand ha catalogado como uno de los dos proyectos todavía en construcción
que tienen una "escala de civilización".
De "nuevo urbanismo" a "mínimo urbanismo viable"
El New Urbanism impulsado por Jane Jacobs en los 60, que pretendía aumentar la densidad y
amabilidad de las grandes urbes de Norteamérica, influye sobre una nueva tendencia hacia lo flexible y
nómada: el "lean urbanism" o mínimo urbanismo viable.
Tendencias sobre el urbanismo del futuro trata de ser más táctico, adaptable y atento tanto a la gente
como a la Tierra.
Asimismo, las comunidades utópicas de pueblos abandonados, comunidades de casas
pequeñas, proyectos de ciudades libertarias en un solo edificio autogestionado (arcologías verticales,
como el último premio de la competición de diseño de rascacielos de eVolo), colonias libertarias en alta
mar e incluso, a largo plazo, en el espacio, constituyen expresión extremada de las nuevas tendencias.
10 diseños de ciudad utópica que inspiraron conceptos urbanísticos exitosos
io9 recoge 10 de las ciudades utópicas que más incidieron sobre ideas urbanísticas ulteriores. La
mayoría fueron experimentos apenas diseñados o proyectados, mientras otras se pusieron en práctica
con resultados dispares.
1. Octagon City (junto a Humboldt, Kansas), ciudad con plano octogonal rodeada por parcelas agrarias
con el mismo diseño.
2. La Ciudad Máquina de Le Corbusier (Ville Radieuse), propuesta brutalista de 1935 para el centro de
París con edificios y avenidas motorizadas que inspiró la exposición Futurama (y Brasilia).
3. Ciudad Jardín del reformador social y urbanista Ebenezer Joward a partir de su tratado de 1902
Garden Cities of Tomorrow: una ciudad planificada para convivir con la naturaleza (y no mantenerla
recluida en contados parques).
4. Broadacre City, ciudad ideal de Frank Lloyd Wright concebida para autoabastecerse de alimentos y
manufacturas (contestación intelectual al modelo centralizado Ville Radieuse de Le Corbusier, que
detestaba; y concepto precursor de la arcología de Paolo Soleri).
5. Germania, el Berlín monumental proyectado por Albert Speer por encargo de Adolf Hitler que debía
empequeñecer a París (diseño influenciado por la idea de Le Corbusier de proyectar espaciosos
edificios de apartamentos para favorecer la densidad y la movilidad).
6. Fordlandia, un experimento de Ford para trasplantar una ciudad estadounidense al Amazonas en los
años 30 (entonces, Brasil era el principal productor mundial de caucho natural): establecida como
modelo, acabó siendo una colonia fabril con condiciones laborales extremas.
7. Ciudad Flotante (Cloud Nine), concepto urbano futurista de Buckminster Fuller, que transformó su
cúpula geodésica en una esfera flotante con las condiciones ideales para vivir; la idea se basó en su
concepto de tensegridad (estructura geométrica que conforma su fuerza al formar parte de una red
tensada continua).
8. Atomurbia, diseño publicado por LIFE Magazine en 1947 de ciudad dispersa para reducir el potencial
aniquilador de un ataque nuclear; la idea pretendía trasladar la industria a instalaciones subterráneas.
9. Seward's Success, ciudad concebida para la vida en un entorno cubierto y climatizado en la bahía de
Prudhoe, Alaska (donde en 1968 se encontró un yacimiento petrolífero).
10. Ciudad Inteligente de Songdo, Corea del Sur (arquetipo de "smart city" diseñada para reducir los
problemas de tráfico, controlar la contaminación atmosférica, automatizar gestiones urbanas y regular
tanto la temperatura ambiente como las comunicaciones (inspirada en gran parte por Marchine City -el
sueño brutalista de Le Corbusier para París- y Garden City, la ciudad-vergel soñada por Ebenezer
Howard.
Arquitectura brutalista
Complejo Cultural Teresa Carreñode Caracas (Venezuela), ejemplo de arquitectura brutalista (Lugo, 1983).
El brutalismo es un estilo arquitectónico que surgió del Movimiento Moderno y que tuvo su auge
entre las décadas de 1950 y 1970. En sus principios estaba inspirado por el trabajo
del arquitecto suizo Le Corbusier (en particular en su edificio Unité d'Habitation) y en Eero
Saarinen. El término tiene su origen en el término francés béton brut u 'hormigón crudo', un
término usado por Le Corbusier para describir su elección de los materiales. El crítico de
arquitectura británico Reyner Banham adaptó el término y lo renombró como «brutalismo»
(brutalism, en inglés), término que identificaba el estilo emergente.1
Índice
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1 Tipos
2 Teoría
3 Ejemplos
4 Referencias
5 Enlaces externos
Tipos[editar]
Los edificios brutalistas están formados normalmente por geometrías angulares repetitivas, y a
menudo permanecen las texturas de los moldes de madera que se emplearon para dar forma al
material, que normalmente es hormigón. No todos los edificios brutalistas están hechos de
hormigón, el edificio puede también ser brutalista si tiene una apariencia áspera y se aprecian sus
materiales estructurales desde el exterior. Muchas de las casas construidas por Alison y Peter
Smithson están hechas de ladrillo. Los materiales de construcción brutalistas también pueden ser
ladrillos, cristal, acero, piedra áspera y gavión.
Teoría[editar]
El brutalismo es un estilo arquitectónico que se asoció con las ideologías de utopías sociales que
tendían a promover sus diseñadores, especialmente Alison y Peter Smithson. La idea del
brutalismo, como bien dice el nombre, es expresar los materiales en bruto. El fracaso de la
formación de comunidades positivas en estructuras brutalistas, posiblemente debido al proceso de
decaimiento urbano que tuvo lugar tras la Segunda Guerra Mundial, especialmente en el Reino
Unido, privó tanto a las ideologías como al movimiento de popularidad.
Ejemplos[editar]