En las últimas décadas las empresas productivas se han visto en la obligación de flexibilizar
sus sistemas de producción, como una forma de responder a los requerimientos de mercados
cada vez más exigentes y cambiantes. Esto ha llevado a implementar nuevas filosofías en la
gestión de sus operaciones para lograr así una sólida posición competitiva en el mercado.
De tal forma, las organizaciones han debido optimizar la confiabilidad de todos sus procesos
a través del establecimiento de una visión estratégica en la gestión de áreas de alto impacto tales
como: producción, mantenimiento, talento humano, calidad, seguridad y ambiente, entre otras.
2. Confiabilidad Operacional
Bajo el mismo orden de ideas, Woodhouse (2005) menciona que la variación en conjunto o
individual que puede sufrir cada uno de los cuatro factores en mención, afectará el
comportamiento global de la confiabilidad operacional de un determinado sistema. De tal forma,
cualquier hecho aislado de mejora en algunos de estos cuatro factores puede traer beneficios,
pero al no tomarse en cuenta los demás factores, estos son limitados o diluidos en la
organización y pasan de ser solo el resultado de un proyecto y no de un cambio organizacional
(García, 2005).
García (2005) menciona que la confiabilidad operacional como cultura organizacional incluye
el enfoque sistémico, la priorización de las actividades y la proacción humana, basados en la
visión, la misión y los objetivos de la organización. Para que esta se convierta realmente en parte
de una nueva cultura debe ser adoptada por todos, debe abarcar no solamente los activos físicos
sino cubrir las áreas relacionadas con los procesos de producción y el desarrollo del capital
intelectual.
De tal forma, la alta dirección debe enfocar sus esfuerzos en la concientización de sus
empleados, mediante políticas que incluyan intervención del personal en los planes de
mejoramiento continuo de los procesos, a través de círculos de participación y demás
herramientas administrativas que permitan alcanzar los objetivos propuestos (García, 2005).
La confiabilidad operacional tiene cuatro factores que se deben considerar y sobre los cuales
se debe actuar si se desea obtener una instalación confiable a largo plazo en términos que opere
según lo proyectado (Ver figura N° 1). Cada uno de estos factores se describe a continuación:
Según información estadística sobre los accidentes a nivel mundial, se estima que solo
10% de los mismos se originan por causas fortuitas; y del restante 90%, se considera que
solamente 8% son de responsabilidad de una persona en particular, ya que 92% es producto
de errores organizacionales que resultan de la interacción entre las personas, las condiciones
del entorno y las tecnologías. De tal forma, es posible señalar que el factor humano y los
asuntos organizacionales tienen un rol significativo en el origen de las fallas de los activos, por
lo que su consideración es relevante para la determinación y el mejoramiento de la
confiabilidad operacional (Arata, 2009).
A su vez, García (2006) la define como la probabilidad de desempeño eficiente y eficaz de las
personas, en todos los procesos, sin cometer errores o fallas derivados del conocimiento y
actuar humano, durante su competencia laboral, dentro de un entorno organizacional
específico.
competencias laborales asociadas con los conocimientos, las habilidades y destrezas de cada
uno de los miembros de una organización en su puesto de trabajo, con la finalidad de generar
capital humano (Arata, 2009).
Por otra parte, Woodhouse (2005) explica que el proceso de la confiabilidad humana
necesita satisfacer ciertos aspectos, los cuales se visualizan en la figura N° 3.
En otro orden de ideas, Arata (2009) menciona que la confiabilidad humana se convierte
en una estrategia esencial para administrar la información y tomar las decisiones acertadas.
Las estrategias vitales en la orientación y mejoramiento de la confiabilidad humana son la
gestión del conocimiento, el trabajo en equipo, la gerencia del desempeño y la formación por
competencias, tal como se presenta en la figura N° 4:
Una buena gestión del talento humano implica formación de competencias, actitudes,
aptitudes, capacidad de cambio, habilidades, entrenamiento, toma de conciencia, motivación,
sentido de pertenencia, desarrollo, capacidad evaluadora, entre otros, así como contar con un
proceso para garantizar la retención del conocimiento dentro de la organización.
Otro concepto importante que entra dentro del estudio de la confiabilidad humana es el
error humano, el cual es una medida de la no fiabilidad humana. Arata (2009) explica que los
principales tipos de errores que se contemplan en los procesos industriales, tal como se
muestra en la figura N° 5, son:
Así mismo, la interacción entre las personas y los sistemas productivos producen errores
humanos motivados por diversos factores, los que se pueden categorizar de la manera
siguiente:
Factores sensoriales: Se asocian con la pericia con que las personas usan sus sentidos
para percibir y sensibilizarse precozmente con lo que está ocurriendo en su entorno.
Factores psicológicos: Se relaciona con los aspectos internos que tienen su origen en lo
psíquico de las personan.
Woodhouse (2005) señala que se logra una producción confiable, segura, rentable y
sostenible, sólo cuando se considera los factores ilustrados en la figura N° 6 y explicados
brevemente a continuación:
Técnicas para identificar y mitigar los riesgos y peligro: Entre los cuales se pueden
mencionar el estudio de riesgo y operabilidad (HAZOP).
Rangos óptimos para operar: Luego de tener un adecuado programa de producción, los
óptimos niveles de riesgos, resultado adecuado en el laboratorio, las funciones protectoras
adecuadas y un buen nivel en la seguridad de los procesos, se debe establecer los
óptimos rangos de operación.
De tal forma se debe asegurar los óptimos rangos de operación al establecer un sistema
para identificar, evaluar, corregir y documentar en el tiempo esperado de vida útil, que
permitan garantizar el optimo balance entre los factores como costo de capital y los costos
de operación sin comprometer los factores también importantes como la seguridad,
riesgos, ambiente, comunidad, confiabilidad, energía, sustentabilidad, rentabilidad, plan de
explotación, requerimientos de mantenimiento y de operación como rendimiento, eficiencia
y calidad del producto.
Tiempo de reparación
Tiempo de localización de falla
Tiempo de desmontaje
Tiempo de obtención de los repuestos y materiales necesarios
Tiempo de ejecución de la reparación
Tiempo de ajuste y calibración
Tiempo de montaje
Tiempo de comprobación del buen funcionamiento del componente reparado
Tiempo de limpieza
Salidas
Actividades de control
Control de trabajos / Control de inventarios / Control de costos / Control de calidad
Duffua (2004) indica que un proceso de mantenimiento puede verse como un modelo
sencillo de entrada y salida. Las entrada de dicho modelo son la mano de obra,
administración, herramientas, repuestos y equipos, entre otros; y la salida es el activo
funcionando, confiable y bien configurado para lograr la operación planeada de la planta. En la
figura N° 7 se muestran las actividades necesarias para hacer que el proceso de
mantenimiento sea funcional, la cual consta de actividades de planeación, de organización y
de control.
Elección de las estrategias del mantenimiento a seguir por activo: Las estrategias
de mantenimiento a seguir pueden depender de la filosofía de mantenimiento adoptada
o de la cultura organizacional de la empresa. Entre las diferentes estrategias del
mantenimiento se pueden mencionar el correctivo, preventivo, predictivo y
proactivo.
Riesgos y peligros: Se debe asegurar los óptimos niveles de riesgos y peligros, acorde a
la edad y al modelo del proceso de trabajo que ha sido seleccionado para cumplir el
programa de producción, a través de la identificación, evaluación, corrección y
documentación del riesgo en el tiempo, que permita a su vez minimizar las posibilidades
precursoras de los accidentes e incidentes (Woodhouse, 2005).
3. Conclusiones
Referencias bibliográficas
Duran, Jose. (2000). “¿Que es Confiabilidad Operacional?”. Revista club Mantenimiento. Año 1.
N° 2.
Perez, C. (2006). “Confiabilidad Gestión o Cálculos”. Ponencia: Reliability world 2006 latin
America http://www.noria.com/sp/rwla/conferencias/resumenes/CM.pdf (25-02-2010)
Woodhouse, J. (1996). Managing Industrial Risk. Editorial Chapman Hill Inc. Londres.
Autor
Abraham J. Gassán Primera es Ingeniero Mecánico egresado de la Universidad Nacional Experimental
Politécnica “Antonio José de Sucre” (UNEXPO), Vice-rectorado Barquisimeto - Edo. Lara. Venezuela.
Cuenta con un Diplomado en Mantenimiento Industrial de la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín
(URBE), Maracaibo - Edo. Zulia; y es Magíster Scientiarum en Gerencia de Empresas, Mención:
Gerencia de Operaciones egresado de La Universidad del Zulia (LUZ), Maracaibo - Edo. Zulia.
Cuenta con diez (10) años experiencia como Ingeniero de Equipos Rotativos y Estáticos, y
Supervisor General de Mantenimiento Mecánico, en la planta de Polipropileno de Venezuela
Propilven S.A., en el Complejo Petroquímico Ana María Campos - Edo. Zulia; y cinco (5) años
como Director General del Centro de Desarrollo en Ingeniería de Mantenimiento C.A.