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Por los niños

El Estado y la Protección
de la Niñez y la Adolescencia

World Vision promueve la campaña global “Necesitamos a todo el mundo para eliminar la violencia
contra la niñez”, trabajando en el Perú por el compromiso y movilización de autoridades, sociedad civil,
iglesias y familias para eliminar el castigo físico y humillante como forma de educar o corregir a las niñas y
niños.
Como parte de la campaña, presenta la actualización del Diagnóstico del Sistema de Protección en el Perú
(2013-2017), que muestra fortalezas y debilidades en el marco normativo vigente, en los servicios, en los
mecanismos de coordinación y articulación, y su impacto en el Sistema Nacional de Atención Integral al
Niño y el Adolescente – SNAINA, específicamente de las regiones de Cusco, Ayacucho, La Libertad, Lima,
Ancash y Huancavelica.
World Vision Perú busca contribuir con una herramienta que permita a la sociedad civil sustentar
propuestas de mejoras a la operatividad del Sistema Nacional de Protección y al Estado plantear
propuestas de política locales, regionales o nacionales orientadas a la mejora del sistema de protección de
la niñez.
Diagnóstico: El Sistema de Protección Integral a la Niñez y Adolescencia

Si bien el Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2012 – 2021 (PNAIA 2021) tiene
rango de ley, aún no cuenta con presupuesto propio. Se reconocen los importantes esfuerzos del Ministe-
rio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables por desarrollar los servicios frente a la violencia familiar, en los
que destaca especialmente el aumento de la cobertura de los Centros Emergencia Mujer - CEM, la Línea
100, entre otros. Sin embargo, hay que señalar que no se percibe el mismo esfuerzo en otros ámbitos,
especialmente en lo referido a la niñez y adolescencia.
Los servicios de protección de mayor proximidad a la comunidad y con mayor cobertura son las Comisa-
rías, los Centros de Salud y las DEMUNA. En un segundo nivel de proximidad se pueden encontrar los
Centros de Emergencia Mujer y las fiscalías. Hay que señalar sin embargo que en el caso de las zonas rura-
les, la presencia de estos servicios es escasa y/o se encuentra a largas distancias que pueden resultar en
días. En todos los casos estos servicios están más orientados al abordaje y acompañamiento legal y/o penal
y por tanto predomina el enfoque punitivo. En ese sentido la presencia de psicólogos o terapeutas que
puedan desarrollar una intervención integral con la víctima, el agresor y la familia no está desarrollado.
Situación de la niñez: la violencia en el hogar
A nivel nacional para el año 2015, la ENARES registra que el 73,3% de niñas y niños de 9 a 11 años
fueron víctimas de algún tipo de violencia en algún momento de su vida, en su hogar o en los Cen-
tros de Atención Residencial (CAR).
Sobre la violencia física, el 60,9% de niñas y niños sufrieron de jalones de cabello u orejas, mientras
que los golpes alcanzó 21,4% y quemaduras o ataques 2,2%.
En el 2015 (según la ENARES) se tiene que el 81,0% de adolescentes de 12 a 17 años fue víctima
de algún tipo de violencia en su hogar o CAR, en algún momento de su vida.
Sobre la violencia psicológica, el 91,0% de adolescentes de 12 a 17 años recibió insultos en su
hogar o CAR, el 30,8% afrontó amenazas de recibir golpes o ser asesinada o asesinado, y el 27,0%
fue excluido del grupo de amistades o de su casa.
Con relación a los castigos realizados por la madre biológica hacia sus hijas o hijos, un 70,1% de las
entrevistadas señala que recurre a la reprimenda verbal, el 52,3% le prohíbe algo que les guste y el
26,4% recurre a golpes y castigos, y un 11,7% adicional usa las palmadas. En el caso del “castigo
físico” en las zonas rurales es de 38,6% y en las urbanas de 22.7%.

Avances en el ámbito normativo


Durante el periodo 2013 – 2017 se observan algunos avances, sobre todo, en el subsistema
de protección contra la violencia. Como por ejemplo, la Ley 30403 (publicada el 2015), “ley
que prohíbe el uso del castigo físico y humillante contra las niñas, niños y adolescentes”, la cual
es promocional y preventiva; y la ley 30364 (publicada el 2015), ley que busca prevenir, sancio-
nar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
Es importante señalar que, aunque se ha avanzado en políticas de igualdad, de no violencia
contra la mujer y de no uso del castigo físico, existe una débil política nacional referida a la
familia.

Recomendaciones para la Protección de la Niñez al Estado y la Sociedad Civil


Diseñar una política nacional respecto a las familias, que reconozca la realidad y problemáticas que
acompañan a las familias contemporáneas y preste atención a las problemáticas de las familias
disfuncionales; tal política debería contemplar especialmente la situación de las niñas, niños y
adolescentes.
Impulsar una política nacional referida a la calidad de los servicios y satisfacción de los usuarios, la
misma debe contemplar mecanismos de evaluación y reconocimiento de logros. Así mismo tal
política debe incorporar mecanismos para recoger la voz de las niñas, niños y adolescentes.
Impulsar el diseño y difusión de las rutas de atención frente a la violencia, las mismas que deben
establecer con claridad tanto el rol que deben cumplir cada una de las instituciones y actores (a
nivel comunitario, local, regional y nacional), los mecanismos de articulación interinstitucional, así
como los respectivos protocolos y los procedimientos de coordinación y atención.
Fortalecer las instancias de mayor llegada a la población especialmente las Comisarías, Demunas y
Centros de Emergencia Mujer. Centrándose en ampliar su cobertura y mejorar su calidad de servi-
cio y atención urgente y oportuna.
Implementar en el proceso formativo de los adolescentes especialmente en la secundaria, la vida
en familia: fomentando la vida sin violencia y en relaciones de equidad.
Está pendiente el registro único de los incidentes de violencia contra las niñas, niños y adolescen-
tes, y así contar con cifras más cercanas a la real situación que vive la niñez y adolescencia, lo que
permitiría al ente rector planificar y orientar el presupuesto que se requiere para prevenir, aten-
der y rehabilitar a la niñez víctima de violencia.

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