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CONCEPTO DEL TEATRO Y SUS MODALIDADES

CONCEPTO DEL TEATRO Y SUS MODALIDADES

Etimológicamente, el termino teatro procede de la palabra griega théatron, cuyo origen es theátomai,
que quiere decir “mirar”. Con este nombre designaban los griegos al lugar en el cual se iban a representar
las dramatizaciones en honor al dios Dionisio.
En la actualidad se designa como teatro al sitio en que se representan obras dramáticas o cualquier
espectáculo en el cual se involucre a cualquiera de las artes escénicas conocidas.
La palabra dramática procede del griego dromena, que significa “cosa hecha”, del vocablo drao, “hacer”.
Es la forma tradicional de expresar ideas, sentimientos, narrar acontecimientos, historias o hechos
relevantes de la sociedad, poniéndolos en acción por medio de personajes que hablan, se mueven y
sienten como ocurrió el hecho que se está observando.
Es frecuente observar que la mayoría de personas no distinguen los géneros teatrales y llaman comedia
a todo tipo de representación escénica que presencian. Así, pues, en este tema veremos las características
de los diversos géneros dramáticos.
Avitia (1996). Establece una división convencional inicial; clasificaría a los géneros teatrales en:
géneros mayores, menores y musicales.

Géneros mayores: la tragedia, la comedia y la tragicomedia, también conocida como melodrama.


Géneros menores: el paso, la loa, el entremés, el sainete, la farsa, el sketch y el auto sacramental.
Géneros musicales: la ópera, la opereta, la zarzuela y el teatro de revista.

Tragedia: como fue definida anteriormente, las cuatro formas teatrales del drama griego eran: la
tragedia, el drama satírico, la comedia y el mimo. Mientras que las dos primeras estaban consideradas
las más civilizadas, acordes con un espectador adulto, las dos últimas se asociaban con lo primitivo, y
por lo tanto eran mas apropiadas para un público infantil.

Tragicomedia: Es una obra dramática con un tema serio que presenta las condiciones propias de los
géneros, trágico y cómico. Al final, el héroe supera las adversidades.

Melodrama: Es una obra en la cual la suerte es un elemento de gran importancia; se producen una serie
de sucesos sensacionales que inciden en el desarrollo de la historia, y es fácil que el público se identifique
con los personajes; se trata de un espectáculo en el que el texto hablado se integra con la música. La
forma, que ya comenzó en el antiguo teatro griego, se hizo popular en el siglo XVIII y un gran ejemplo
de ello es la Opera del Mendigo (1728), del dramaturgo inglés John Gay. Asimismo, han sido
incorporadas secciones de melodrama en obras de compositores como Ludwig van Beethoven (Fidelio,
1805), Carl María von Weber (Der Freischütz, 1821), Giuseppe Verdi, Richard Strauss (Enoch Arden,
1898) y Arnold Schínberg (un Superviviente de Varsovia, 1947).
El término melodrama ha sido finalmente aplicado a cualquier obra con trama romántica en la que el
autor manipula los acontecimientos para actuar directamente sobre las emociones del público sin tener
en cuenta la lógica o el desarrollo del personaje. Su función primordial es divertir. En el melodrama los
personajes vienen con frenesí, su forma de sentir y mirar el mundo es exagerada y se mueven en
circunstancias originadas a partir de valores contrapuestos: amor, odio, bien, mal, amor, deber. La
mayoría de los teleteatros o telenovelas se podrían catalogar dentro de este género, aunque no sean
mejores exponentes.

Paso: es una pieza dramática muy breve, cómica, simple, a veces extravagante y con un lenguaje realista.
Se utilizó durante el siglo XVI en España y su característica principal radica en el hecho de contener
siempre un concepto moralizante.

Loa: es una pieza dramática breve que se representaba antes de la obra principal, durante la época del
Barroco español e hispanoamericano. El dramaturgo Lope de Vega escribió muchas loas.
Entremés: se interpretaba en los intermedios o final de la función. Sus antecedentes son los pasos. Tuvo
mayor esplendor durante la etapa del llamado Género Chico español del siglo XIX. Los entremeses más
conocidos fueron escritos por Miguel de Cervantes.
El entremés es una pieza breve de un acto, en prosa o en verso, de carácter popular y realista, su tema
es jocoso, que hunde sus raíces en la tradición popular y posee un humor festivo y picaresco. Surgió en
el siglo XVI, inicialmente para ser representada entre dos actos de una comedia.
Es difícil separar esta pieza dramática de otras formas teatrales apoyadas en el lenguaje popular y la
tradición. Posiblemente, las actuales obras de formato corto continúan en la práctica teatral de lo que
eran los entremeses en la sociedad y el tiempo que los generaba. Prueba de su vigencia en el teatro
actual es el hecho de que numerosos grupos y compañías jóvenes aun los ponen en escena.

Sainete: es una pieza breve, festiva, que se deriva del entremés. Como este se representaba en los
intermedios o al final de la función, generalmente se realiza en un acto de tema humorístico y ambiente
popular; antiguamente se representaba a continuación de una obra seria o como final de una función.
Deriva del paso y del entremés, y se afianza en el siglo XVIII de la mano de don Ramón de la Cruz, quien
imprimió al género un rasgo marcadamente costumbrista.
A mediados de la década de 1980, algunos autores de la capital de España, jóvenes y provenientes del
teatro independiente, desempolvan el sainete tradicional y reelaboran sus formas, retomando algunas
de sus técnicas, para acercarse a una forma autóctona de teatro. De este intercambio, entre lo actual y
lo tradicional, de estas dos formas de concebir la dramaturgia, surge lo que algunos dieron en llamar el
nuevo “sainete madrileño”.

Farsa: obra que regularmente se desarrolla en un acto y se caracteriza por exagerar los rasgos
conductuales hasta el extremo de lo grotesco. Uno de sus objetivos principales es provocar la risa
desenfrenada y el escape emocional del público. Lo fársico no trata temas serios, sino aborda asuntos
más bien banales con un tratamiento alejado de la realidad. En este género las situaciones suelen ser
más importantes que los personajes.
Forma dramática que se propone divertir al espectador mediante la exageración y la extravagancia,
huyendo de la imitación realista de la vida. Se diferencia de la comedia, principalmente, en la
importancia de la trama; en la farsa, los personajes se limitan a revelar los entresijos del argumento,
mientras que en la comedia la trama se subordina a la caracterización de los personajes.
Los elementos de la farsa se observan en muchas formas de comedia primitiva, pero el termino farsa se
empleó por primera vez en Francia para designar las obras producidas por ciertas compañías laicas, o
“clercs de bazoche” (organizaciones de laicos, como notarios y empleados judiciales que celebran
festivales anuales), en oposición a las obras de carácter moralizante producidas por la ordenes religiosas.
Una característica común a las primeras farsas era la mezcla dialectal. Así por ejemplo, en la farsa francesa
Liavocat Patelin ( el abogado Patelin), una pieza atribuida a diversos autores que ha sido objeto de
diversas adaptaciones y que fue traducida en el siglo XV, el personaje principal habla siete dialectos
diferentes. Moliére estilizo posteriormente la farsa, adaptándola a los modos propios de la comedia. En
España, se cultivó durante el siglo XVI, pero de una manera matizada y bajo la forma del entremés.
Durante el siglo XIX, el género evoluciono en toda Europa, dando lugar al vodevil, que acentúa los
rasgos caricaturescos de los personajes hasta el estereotipo.

Sketch: es un diálogo cómico y breve que suele incluirse entre un acto y otro; por eso, también se
conoce como “entreacto”.

Auto sacramental: es una representación dramática de carácter alegórico que trata sobre un dogma de
la iglesia católica y tiene como fondo la exaltación del Sacramento de la Eucaristía. Durante la Edad
Media existían los autos religiosos, pero hasta después del Concilio de Trento fue cuando este tipo de
obras se estructuran y alcanzan un gran apogeo.
Diego Sánchez de Badajoz fue su precursor directo, pues había escrito unos dramas alegóricos con
personajes que eran símbolos de la fe, la esperanza, la caridad, la verdad y otras abstracciones. La
festividad del Corpus Christi se celebraba con autores alegórico-religiosos, y por eso, poco a poco, la
exaltación de la eucaristía cobro una importancia capital. Este género alcanzo su máximo apogeo en
España con los dramaturgos del sigo XVII, como Lope de la Vega, Tirso de Molina, Valdivielso y, sobre
todo, Calderón de la Barca.

Opera: este término proviene del latín ópera, que significa obra. Es una pieza dramática cuyo texto se
canta íntegramente, con acompañamiento de orquesta sinfónica. En la ópera, las voces de los cantantes
y coros deben estar bien definidas; en ocasiones los directores escénicos de las óperas agregan ballets u
otros atractivos visuales al montaje. De hecho, la ópera puede ser considerada como el género más
importante dentro del teatro musical.

Opereta: obra teatral de carácter alegre que alterna escenas con escenas declamadas. Obra teatral con
canciones y bailes intercalados con diálogos.
En el siglo XVIII el término significaba ópera corta, pero en los siglos XIX y XX tuvo el sentido de una
obra con música de carácter ligero al gusto popular. La opereta francesa, por ejemplo, se desarrolló en
pequeños teatros como los Bouffes Parisiens que fundo el compositor Jacques Offenbach. La forma,
originariamente una composición en un solo acto, creció más tarde hasta los tres o cuatro actos.

Zarzuela: representación típica de España. Al igual que la ópera incluye canto, declamación y a menudo,
bailes. Género musical escénico español en el que se mezclan partes instrumentales, vocales y habladas.
La zarzuela deriva del nombre palacete o pabellón de caza, rodeado de zarzas, donde, en el siglo XVII se
representaban para la corte española historias con temática mitológica. La música de las primeras
zarzuelas se ha perdido, si bien conocemos muchos de sus títulos y nombres de sus autores. Destacan
El Jardín de Falerina con música de Juan Hidalgo y libreto de Pedro Calderón de la Barca, el más
importante autor de zarzuelas de esta época.

Teatro de revista: es un espectáculo teatral consistente en una serie de cuadros enlazados entre si por un
esquema de argumento muy simple. En la revista se mezclan canto, baile, música y sketchs. Se utilizan
muchos efectos decorativos lumínicos, como influencia del music-hall espectáculo de variedad que
tuvo gran difusión en Estados Unidos durante los primeros años del siglo XX.

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