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UNMSM. FM. DAPS. BIOETICA 2016 II.

SEMINARIO 9

LA PARADOJA DE LA SALUD HUMANA EN LA ERA INDUSTRIAL. PERSPECTIVA DE LA BIOLOGÍA EVOLUTIVA

Separata para Uso exclusivo de este curso

Enfermedades prevenibles como diabetes mellitus tipo II (DM II), hipertensión arterial (HTA), osteoporosis,
trastorno de ansiedad, depresión, aún no están debidamente controladas en todo el mundo. ¿Por qué los
humanos contraemos estas enfermedades? La respuesta a esta pregunta no se halla en la comprensión de
los mecanismos celulares y genéticos. La diabetes es un problema creciente porque el cuerpo humano
está adaptado a condiciones muy distintas a las que solemos hallar en la cotidianeidad. Sobre cómo el
medio afecta a los organismos Rosenblum y col nos dan una idea desde la etología en una publicación ya
clásica de 1981. Sobre diabetes en chimpancés del J. Medical Primatology. El chimpancé no está adaptado
para vivir en cautiverio, así como el hombre no lo está para vivir con las dietas modernas y la inactividad
física.

La biología evolutiva aplicada a la salud y la enfermedad plantea explicaciones a la nueva epidemiología.


Liebermann, biólogo evolutivo, escribe que durante millones de años la evolución favoreció a quienes
realizaban una actividad física moderada y frecuente, así como a quienes apetecían los alimentos ricos en
energía (entre ellos los carbohidratos), que solían ser poco abundantes y en caso de disponer de algún
excedente se almacenaban en el propio cuerpo de una manera eficiente, en forma de grasa. Los alimentos
eran variados y ricos en minerales y vitaminas, durante gran parte de la evolución del H. sapiens. Los
ambientes modernos que hemos creado tienen características para las que nuestro cuerpo,
evolutivamente, no está adaptado ya que no podemos caminar o correr en una calle con humo y
multitudinaria, tampoco podemos hacer ejercicio físico en un vecindaio donde apenas el sujeto sale a la
calle queda en riesgo a ser asaltado. Además, podemos creer que el bienestar consiste en utilizar el confort
al máximo y creer que la mejor recuperación del cansancio es permanecer varias horas cómodamente
recostado haciendo algo de ejercicio sólo con una mano que maneja el conmutador a distancia.

Hove y Mattson en la revista Cell publicaron un estudio sobre la ingesta energética y el ejercicio como
determinantes de la salud celular y la vulnerabilidad a enfermar. Los estilos de vida modernos han
fomentado enfermedades no contagiosas pero muy frecuentes como las cardiopatías, ciertos cánceres, la
osteoporosis, la DM II y la enfermedad de Alzheimer, así como las caries y el estreñimiento crónico,
ansiedad y depresión. Esto resulta asombroso si se confronta con datos de disminución de mortalidad
materna y neonatal y la esperanza de vida al nacer, que en el Perú se halla entre 84 y 90 años. Liebermann
dice que desde la perspectiva evolutiva muchas naciones desarrolladas han progresado demasiado en los
últimos tiempos. Por primera vez en la historia humana un gran número de personas se enfrentan a un
exceso y no a una escasez de comida. “Dos –dice- de cada tres norteamericanos tienen sobrepeso o son
obesos, y más de un tercio de sus hijos pesan demasiado. Además, una mayoría de los adultos de las
naciones desarrolladas… están en mala forma física”. La cultura globalizada ha hecho que sea fácil, y por
tanto común, disponer de exceso de calorías y de oportunidades para buscar el confort en lugar de hacer
ejercicio. En Perú 20% de los menores de 12 años tienen sobrepeso.

El Gobierno británico publicó en el año 2010, un informe oficial sobre políticas de salud, Healthy Lives,
Healthy People, donde se subraya que los factores sociales influyen en la salud y la enfermedad. Andrew
Lansley escribió en el prólogo: Muchos de los estilos de vida que observamos hoy han alcanzado niveles
alarmantes. El Reino Unido es ahora la nación más obesa de Europa (…) Necesitamos un nuevo
planteamiento que permita a los individuos tomar decisiones saludables”.

Una persona puede tener genes que lo predisponen a los pies planos, la miopía o DM II, pero
probablemente sus antepasados no sufrieron esa enfermedad. La mirada a los ambientes cambiantes y la
frecuencia de enfermedad ayudan a distinguir a los ambientes que no favorecen al organismo humano.
Los trascendentes cambios sociales y tecnológicos de los últimos siglos han mejorado o resuelto problemas

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críticos de salud, al tiempo que generaban nuevas incidencias de enfermedades cuyo mecanismo central
se halla en el impacto que recibe nuestra biología por el entorno. En los últimos 250 años se han producido
muchos y profundos cambios: la revolución industrial.

En la Europa de la mitad del siglo XVIII hallamos ya una velocidad de innovación y enormes incrementos
de la producción sin precedentes. Y, Manchester fue la primera ciudad industrial del mundo, representaba
una revolución económica que iba a transformar la experiencia humana más profundamente que alguna
otra cosa desde la revolución agrícola diez mil años antes. Manchester pasó a ser una ciudad de bloques
de viviendas de calle a calle, fábricas textiles y vías férreas. Es el tiempo en el que se industrializó la
producción de harina de trigo, con molinos que dejaban muchas sustancias nutritivas de lado. El
refinamiento de harinas comenzó en el siglo XIX, en 1870, con la introducción de los molinos de acero, que
en menos de diez años se impuso en hemisferio norte del mundo occidental. Si fue con el trigo cuando
comenzó la revolución neolítica (la invención de la agricultura), la harina refinada de trigo fue el inicio de
la comida chatarra de la revolución industrial.

El molino de acero remueve el germen y la fibra del trigo, el de piedra no lo hacía. Los ácidos grasos
esenciales del trigo tienen un gran valor alimenticio, pero para la industria son un problema pues en
contacto con el aire, que tiene 21% de oxígeno, se oxidan, se rancian y exhalan un olor desagradable. La
industria resolvió el caso de un tajo, eliminó el valor nutritivo al elaborar la harina blanca de trigo.
Consecuencia de ello fue el incremento del riesgo a enfermar de beriberi y de pelagra. El descubrimiento
de las vitaminas alivió este efecto colateral de la industrialización. Las harinas refinadas son alimentos
problemáticos, tanto como el producto estrella del siglo XIX, la azúcar refinada. Mientras tanto los
botánicos y los aficionados a la agricultura en biodiversidad han procurado para la humanidad varios miles
de especies de trigo, muchas con valores nutricionales especiales, pero que no se hallan en los anaqueles
de los mercados modernos comunes. Además la tecnología de la propaganda está muy desarrollada,
incluso puede mimetizarse con la información

La producción de azúcar blanca pone a disposición del consumidor un alimento exquisito con una ingente
cantidad de calorías, difíciles de consumir en un medio creado por la misma revolución industrial y pone
en riesgo a la fisiología ya que la hemoglobina busca la adherencia de la glucosa en su molécula. La azúcar
blanca, en tiempo record, consigue niveles especiales de hemoglobina glicosilada, aquella que no puede
transportar eficientemente el oxígeno. En esta etapa de la historia la industria alimenticia ha conseguido
poner a disposición del ser humano, a costos relativamente bajos, alimentos dulces y alimentos con grasa,
que nuestra biología apetece y que en un medio escaso no crea problemas.

La glucosa debe liberarse de manera sostenida y constante como lo permite el carbohidrato complejo tal
como lo posibilita un buen pan integral cuyo índice glicémico es del 69%. Las lentejas tienen 30% de índice
glicémico, la miel de abeja 58%, la azúcar blanca refinada 100%. La glicación es la adhesión química entre
glucosa y proteínas. El resultado son las proteínas glicolizadas. Si dichas proteínas abundan en las
microarterias el efecto se distingue en las neuropatías, si es en los nefrones habrán nefropatías. Los niveles
de hemoglobina glicolisada mayores al 6% son perjudiciales al organismo.

Liebermann plantea que para algunos los cambios que ha traído la revolución industrial han sido
“confusos, inquietantes o desastrosos”. Expresa que los cambios que repercuten a la salud se pueden
agrupar en tres grupos: 1) Los industrialistas diseñaron nuevas fuentes de energía que no recurren al
consumo del cuerpo humano, sino al uso de energías fósiles o atómicas. 2) La reorganización de economías
e instituciones sociales -el capitalismo- en que los individuos compiten, promueve más industrialización y
más cambios sociales. 3) La ciencia se ha convertido en una profesión vibrante que ayuda a la gente a
ganar más dinero. Mientras tanto esta etapa de la civilización “en una forma rápida y radical… cambió lo
que comemos, cómo masticamos, cómo trabajamos y cómo caminamos y corremos”. Algunos de estos
cambios han tenido efectos negativos en el cuerpo humano. “Una de las ironías de la industrialización es
que su expansión por el mundo ha requerido que cada vez más gente pase su tiempo sentado”. Hoy mucha
gente se gana la vida escribiendo en un teclado, leyendo la pantalla en un ordenador, hablando por

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teléfono… y caminando de vez en cuando “dentro del mismo edificio”. En contraparte gran parte de la
existencia que tiene nuestra especie, ha sido al modo de cazador recolector. Lo que significa caminar un
promedio de 15 Km al día. Un ciudadano de una gran urbe, camina en promedio 0.5 Km al día, o menos.
La energía ingerida suele ser mayor que la gastada y tiene que almacenarse, acosta de la buena salud.

En el mundo 800 millones de personas que sufren por escasez de alimentos. 1,600 millones de personas
tienen sobrepeso o son obesas. Las enfermedades que se asocian a este factor incluyen la gota, el hígado
graso, la apnea del sueño, enfermedades de la vesícula biliar y del riñón. El exceso de energía es un factor
de riesgo para muchas enfermedades incluyendo el cáncer, que es más prevenible de los que el común de
la gente puede creer. La industria del tabaco es muy rentable y lo seguirá siendo. Los médicos pueden
hacer intervenciones quirúrgicas en cánceres asociados al consumo del tabaco, pero los médicos tienen
mucha dificultad para conseguir que sus pacientes dejen de fumar.

El SUEÑO: las personas están durmiendo cada vez menos, menos de 7 horas al día. Nuestro organismo ha
evolucionado para el reposo de noche. Es el tiempo en el que la fisiología está más dispuesto a la
restauración celular. Sin embargo, mucha gente tiene que trabajar de noche o asiste a eventos sociales
que toman horas de la noche. Esto repercute en sistemas biológicos de estrés, que llegan al agotamiento.
La memoria tiene una oportunidad especial durante la noche, oportunidad perdida si no se duerme. Las
ciudades quieren prolongar el día y diseñan actividades que repercuten en un sueño menos prolongado.
La polución luminosa es el brillo de la ciudad que impide ver el cielo de noche.

DE DIA Y CON SOL: Una exposición diaria al sol por varios minutos, entre 7 a 20, permite la producción de
vitamina D en la piel. La ingesta de vitamina D puede ser adicional cuando la piel pierde algo de su
fisiología. Permanecer en la sombra, recostado, sin actividad física es un error. Algo que nuca se prescribe,
todo lo contrario. El problema de los huecos en la capa de ozono es que permite una ingente cantidad de
rayos UV lleguen al nivel de la superficie terrestre. Son peligrosos y exigen el uso de protectores de rayos
UV.

Frank Booth y Simon Lees en el 2007, en Physiol. Genomics, exponen sus hallazgos sobre la relación entre
el potencial de los genes, la inactividad promovida por la cultura y las enfermedades crónicas: La
inactividad física incrementa el riesgo a enfermar en enfermedad coronaria al nivel del 45%, accidentes
cerebrovasculares al 60%, hipertensión arterial al 30%. Osteoporosis al 59%. Concluyen diciendo que las
vías metabólicas seleccionadas durante la evolución del genoma humano están inevitablemente
vinculadas a la actividad física. La inactividad lleva a la disfunción característica de muchas enfermedades
crónicas. Entonces, la prevención de estas enfermedades implica a la actividad física.

En Beneficios Para la Salud de la Actividad Física de Darren Warburton, Crystal Nicol y ShannonBredin del
Cabadian Medicla J. plantean que la evidencia es irrefutable, sobre la eficacia de la actividad física regular
en la prevención primaria y secundaria de varias enfermedades crónicas como enfermedad cardiovascular,
CDM, cáncer, HTA, obesidad, depresión y osteoporosis, así como en muerte prematura. Parece, dicen los
autores, que hay una relación lineal entre la actividad física y el nivel de salud. Por otro lado los estudios
moleculares indican una mayor eficiencia del sistema inmunológico con tal actividad. El humor, la risa de
alegría también promueve una mejor salud. Carl Sagan expresó su fantasía de que grupos humanos del
paleolítico se reunían en los tiempos de las cavernas, también para disfrutar con risas colectivas, quizás
con carcajadas, y que esas costumbres perviven en locales de la ciudad donde se ven a comediantes y se
expresa una sonora risa de alegría.

¿Qué actividad y qué alimentos se hallan en cazadores recolectores que no padecen de DM II ni de HTA,
como los nativos del Kalahari en Tanzania, los Inuits del Polo Norte o un grupo de la selva boliviana? Por
lo pronto se sabe que caminan o corren varios kilómetros por día, que su dieta es rica en minerales y
vitaminas. Sin embargo eso continúa siendo un asunto de investigación de científicos que tienen fe en la
salud de la multiculturalidad y la nutrición de la biodiversidad, asuntos centrales de la bioética mundial.

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