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RÓMULO Y REMO:

Según la leyenda romana, los hermanos gemelos Rómulo (771-717 a. C.)1 y Remo (771-753 a. C.) fueron los
fundadores de Roma. Al final sería solo Rómulo quien la fundaría, convirtiéndose en su primer rey. Parte
sustancial de la investigación sigue siendo escéptica frente a esta leyenda, dando orígenes a la ciudad a finales
del siglo VII a. C.2 Las posibles bases históricas para la narración mitológica en su conjunto permanecen confusas
y a debate.
Las principales fuentes utilizadas son los historiadores antiguos:
los griegos Mestrio Plutarco (c. 46/50-c. 120), Dionisio de
Halicarnaso (c. 60-7 a. C.) y Estrabón (c.64/63 a.C.-c. 19/24 d.C.)
y los romanos Tito Livio (59-17 a. C.), Flavio Eutropio (siglo IV),
Lucio Aneo Floro (c.70/75-c.145), Marco Terencio Varrón (116-
27 a. C.) y Ambrosio Teodosio Macrobio (c.390-c.430). Estos son
complementados por la opinión de varios expertos
contemporáneos y sus investigaciones.

OCTAVIO AUGUSTO
(Cayo Julio César Octaviano, también llamado Augusto o César Augusto; Roma, 63 a. C. - Nola, Nápoles, 14 d. C.)
Primer emperador romano. Procedía de una rica familia del orden ecuestre de Veletri (su abuelo fue banquero
y su padre, pretor de Macedonia). Por parte de madre era sobrino-nieto de Julio César, el cual le adoptó en el
45 a. C. y le designó su heredero.
Tras la muerte de César (44), entabló la lucha contra el que había sido su
lugarteniente, Marco Antonio; para ello contó con el apoyo de Cicerón y de
los republicanos del Senado, que esperaban dividir a los cesaristas
enfrentándoles entre sí; también contó con el apoyo de los grandes
financieros (como Mecenas), lo que le permitió costearse un ejército
propio.
Después de derrotar a Marco Antonio en la batalla de Módena, exigió del
Senado el nombramiento de cónsul; rechazado por su juventud (tenía sólo
20 años), marchó sobre Roma y tomó el poder sin combatir, ya que las
legiones enviadas contra él prefirieron apoyarle.
JULIO CÉSAR
(Cayo Julio César; Roma, 100 - 44 a. C.) Militar y político cuya dictadura puso fin a la
República en Roma. Procedente de una de las más antiguas familias del patriciado
romano, los Julios, Cayo Julio César fue educado esmeradamente con maestros
griegos.
Julio César pasó una juventud disipada, en la que empezó muy pronto a acercarse al
partido político «popular», al cual le unía su relación familiar con Cayo Mario. Se
ganó el apoyo de la plebe subvencionando fiestas y obras públicas. Y fue
acrecentando su prestigio en los diferentes cargos que ocupó: cuestor (69), edil (65),
gran pontífice (63), pretor (62) y propretor de la Hispania Ulterior (61-60).
De regreso a Roma, Julio César consiguió un gran éxito político al reconciliar a los dos líderes rivales, Craso y
Pompeyo, a los que unió consigo mismo mediante un acuerdo privado para repartirse el poder formando un
triunvirato y así oponerse a los optimates que dominaban el Senado (60).
COLISEO ROMANO

El Coliseo en la Antigüedad
El Coliseo o Anfiteatro Flavio es un anfiteatro de la época del Imperio romano, construido en el siglo I y ubicado
en el centro de la ciudad de Roma. Su denominación original, Anfiteatro Flavio, hace referencia a la dinastía
Flavia de emperadores que lo construyó; su nombre posterior, Coliseo, y por el que es más conocido en la
actualidad, se debe a una gran estatua que había cerca, el Coloso de Nerón, que no ha llegado hasta nosotros.
Por su conservación e historia, el Coliseo es uno de los monumentos más famosos de la Antigüedad clásica. Fue
declarado Patrimonio de la Humanidad en 1980 por la Unesco y una de Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo
Moderno el 7 de julio de 2007.
Durante el Imperio Romano y bajo el lema de "Pan et Circus", el Coliseo Romano (conocido entonces como
Anfiteatro Flavio) permitía a más de 50.000 personas disfrutar de sus espectáculos preferidos. Las muestras de
animales exóticos, ejecuciones de prisioneros, recreaciones de batallas y las peleas de gladiadores acompañaron
durante años al pueblo romano.
El Coliseo permaneció en activo durante más de 500 años. Los últimos juegos de la historia fueron celebrados
en el siglo VI.
A partir del siglo VI el Coliseo sufrió saqueos, terremotos e
incluso bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.
Con un gran instinto de supervivencia, el Coliseo fue
utilizado durante décadas como almacén, iglesia,
cementerio e incluso como castillo para la nobleza.

GRANDES OBRAS DE ESCRITORES DE LA ANTIGÜEDAD GRIEGA Y ROMANA


1000 – 400 a. C.
HOMERO (c. S. VIII a. C.). Poeta griego. En palabras de Hegel, Homero es «el elemento en el que el mundo griego
vive como el hombre vive en el aire». Admirado, imitado y citado por todos los poetas, filósofos y artistas griegos
que le siguieron, es el poeta por antonomasia de la literatura clásica.
– “La Ilíada”. El poema escrito más antiguo de la literatura occidental. Se atribuye tradicionalmente a Homero.
Tanto “La Ilíada” como “La Odisea” fueron consideradas por los griegos de la época clásica y por las generaciones
posteriores como las composiciones más importantes en la literatura de la Antigua Grecia y fueron utilizadas
como fundamentos de la pedagogía griega. Enlace con el texto de “La Iliada”
– “La Odisea”. Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Se cree
que fue escrito en el siglo VIII a. C., en la actual Turquía asiática. Enlace con el texto de “La Odisea”
HESIODO (Ss. VIII – VII a. C.). Nació en Ascra, cerca de Tebas, hacia la segunda mitad del siglo VIII a. C. Fue
campesino e hijo de un comerciante. La tradición lo sitúa como contemporáneo de Homero e incluso rival suyo
en certámenes poéticos.
– “Los trabajos y los días”. Es un poema de unos 800 versos escrito por Hesíodo en torno al 700 a. C.
La obra está compuesta a partir de géneros poéticos preexistentes, que la tradición oral griega había
incorporado del mundo oriental. Esta obra muestra las cinco Edades del Hombre. Enlace con el texto de “Los
trabajos y los días”

ESOPO (c. 600 a. C.). No está probada su existencia como persona real. Diversos autores sitúan en diferentes
lugares su nacimiento y la descripción de su vida es contradictoria. Hasta la época en que vivió también varía,
según los autores, aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C.
– “Fábulas”. Pertenecen a lo que se denominó la época arcaica. En sus fábulas hay una enseñanza moral, no una
doctrina. Recogen experiencias de la vida cotidiana que forman un conjunto de ideas de carácter pragmático.
Enlace con el texto de “Las fábulas”

APOLONIO DE RODAS (295 – 215 a. C.). Poeta épico griego. Se le llama de Rodas porque allí pasó la mayor parte
de su vida y porque casi con total seguridad adoptó la ciudadanía rodia. Realizó estudios en Alejandría, teniendo
como maestro al poeta Calímaco. Fue nombrado por Tolomeo II Filadelfo bibliotecario. Durante los veinte años
que permaneció en el cargo compuso su famoso poema épico.
– “Argonáuticas” o “El viaje de los argonautas”, que narra el viaje de la nave Argos.
JUVENAL, Décimo Junio (60 – 128 d.C.). Poeta romano, autor de las famosas “Sátiras”.
– “Sátiras”. Constituyen una fuente vital para el estudio de la Antigua Roma, pero su expresividad cómica e
hiperbólica, hace, como mínimo, problemático el uso de las afirmaciones encontradas en ellos. A primera vista,
las “Sátiras” pueden leerse como una crítica brutal de la Roma pagana.
200 – 500 d.C.
PRUDENCIO CLEMENTE, Aurelio (348 – 405 d.C.). Poeta hispanolatino, nacido en Calahorra, aunque otros
piensan que nació en Caesaraugusta (Zaragoza). Poseía una gran erudición y cultura clásica. Está considerado
como uno de los mejores poetas cristianos de la Antigüedad.
– “Peristephanon” (“Libro de las coronas de los mártires”). Célebre colección de catorce hermosos himnos a
algunos mártires, entre los cuales figuran varios de la Hispania romana, importante también por aportar sobre
ellos valiosa información.
SAN AGUSTÍN (354 – 430 d.C.). Agustín de Hipona, o San Agustín, es junto con S. Jerónimo, S. Gregorio Magno
y S. Ambrosio de Milán uno de los más importantes Padres de la Iglesia latina, considerado por muchos como el
pensador que más ha influido en la formación de Occidente.
– “Las confesiones”. La obra capital de Agustín de Hipona está constituida por trece libros que nos narran su
vida, formación y su evolución interior; también habla de la psicología, de la filosofía.

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