1. Los naturales. Disponemos de dos tipos, los monosacáridos y los disacáridos. Entre
los primeros mencionaremos a la glucosa, la fructosa y la galactosa. Y en los segundos,
la sacarosa, la lactosa y la maltosa.
2. Los derivados de productos naturales. Son edulcorantes extraídos de diversos
alimentos. Los extraídos de los almidones serían la glucosa, la isoglucosa y el jarabe de
glucosa. De la sacarosa se puede extraer un edulcorante denominado azúcar inverso.
Después tenemos otro grupo menos homogéneo de azucares, alcoholes y polioles, que
albergarían al sorbitol, manitol, xilitol, isomalto, maltitol, lactitol, y el jarabe de glucosa
hidrogenado.
3. Los sintéticos. El aspartamo, el acesulfamo, la sacarina, el ciclamato y la dulcina.
4. Otros. En otros incluimos a los de origen vegetal pero que su nivel de edulcorante o
dulzor es superior a los mencionados al principio. Serían la taumatina, el esteviósido, la
monelina y la dihidrocalcona.
Esta clase de edulcorante es poco o nada absorbido por el intestino delgado, lo cual,
lleva al edulcorante directamente a la orina, porque no es metabolizado por el
organismo. Aún así, la pequeñísima cantidad que si es absorbida en el intestino delgado,
da lugar a una fermentación por la flora cólica, formándose una solución isotónica.
Cuando esta solución isotónica llega al colon puede producir diarreas, todo dependerá
de la cantidad ingerida.