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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Bicentenaria de Aragua


Vicerrectorado Académico
Decanato de Ciencias Jurídica y Políticas
Createc- Charallave

ENSAYO: REVISIÓN DE OFICIO Y RECURSOS DE LOS


ACTOS ADMINISTRATIVOS
(Consideraciones Previas)

Profesor: Integrantes:
Liendo, Yanury Heredia Ángel 14.455.031
Nestor Marcano 19.966.781
Yoribelk Berroteran 16.341.165

Charallave, marzo 2017


CONSIDERACIONES PREVIAS

La idea del recurso administrativo es que constituye un vía mediante el


cual el administrado, sea natural o jurídico, puede equipararse en el marco
de una controversia con el Estado en términos de fuerzas que aseguren por
un lado el derecho subjetivo del administrado y por el otro el ejercicio de la
potestad del Estado, que adquieren límites antagónicos; es decir, que el
derecho del ciudadano tiene su límite en la potestad el Estado y éste último
halla su límite en el derecho de los administrados, a partir de la máxima de
que al ciudadano le está dado hacer lo que la ley no le prohíbe o principio de
autonomía, y al Estado actúa conforme a la ley o principio de legalidad; y
convergen en el principio de orden público, en el que las autoridades ejercen
sus atribuciones y potestades en contraste con que las personas ejercen
pacíficamente sus derechos y libertades.

En las relaciones humanas, el derecho establece pautas para armonizarlas


en virtud del libre albedrío que ostentan las partes; ellas a su vez crean una
organización con supremacía denominada Estado; en este sentido, éste
último se relaciona con los particulares bajo el principio de legalidad antes
referido como límite de la supremacía, dejando ver un fuera de orden
escenario posible y que resulta del ejercicio de la potestad como puede ser el
exceso o extralimitación. Es de aquí, de la concepción de separación y
autonomía de los poderes públicos y segregación de funciones incompatibles
entre diversos organismos públicos, donde se crea la vía para que los
particulares puedan controvertir las decisiones administrativas que a su juicio
le afecten sus derechos, denominados recursos administrativos: el recurso
de reconsideración, el recurso jerárquico y el recurso de revisión.

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El acto administrativo según establece la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos (LOPA), es una «declaración» dirigida a un
número determinado o indeterminado de particulares; emitida por los
órganos de la administración pública [en sentido amplio] y siguiendo la forma
y requisito de la ley en comento. Las formas y requisitos componen el
procedimiento administrativo de cual derivan relaciones jurídicas, vinculados
la Administración y el particular en la obligación de una de las partes y el
derecho o potestad de la otra; que hemos de denominar relación de derecho
jurídico-administrativa, según Salvador (2011:68). Dicha declaración del
órgano público que se da en función del interés general puede el particular,
que considere le vulnera sus derechos, recurrirla y controvertirla por las vías
que están dadas por ley.

La palabra «recurrir» es un verbo intransitivo, significa la acción


proveniente del particular invocando un tercero entre las partes para
interponer recurso contra decisión de la administración pública; no obstante
en los tiempos de la Revolución Francesa, nace la idea de que la
administración pública pueda ejecutar sus propias decisiones, sin depender
de la acción coactiva de los tribunales, naciendo la denominada autotutela
ejecutiva; al mismo tiempo que se dota a la administración pública de la
posibilidad de corregir sus propias decisiones sin recurrir al juez, denominada
entonces la autotutela revisoría, que en ambos casos encontramos su
fundamento en el artículo 141 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela (CRBV) y los artículos 79 y 81 al 84 de la LOPA, siendo la
autotutela una vía [recurso] para corregir los actos administrativos.

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Partiendo de la premisa de que del procedimiento administrativo
asegura calidad en la función administrativa, se reconoce entonces que
frente al Estado de Derecho representa su expresión material en la relación
jurídico-administrativa, por lo que en atención al interés general con el que
prevalecen las actuaciones de los organismos públicos, la revisión de sus
decisiones –motus proprio– son una primera expresión para asegurar la
calidad de dicha función, en la medida que el órgano persona –funcionario
público– comprende que su actuación se debe al interés general y el Estado
de Derecho, por tanto está moralmente obligado a revisar sus propias
decisiones y asegurar el restablecimiento de la legalidad infringida,
reconociendo la revisión del acto administrativo como una potestad ya que es
iniciativa de la administración pública, de acuerdo con Araujo (2016:489).

La potestad de revisión administrativa es un atributo inherente a la


administración pública y no como consecuencia de la potestad jurisdiccional.
La autotutela tienes dos manifestaciones, anteriormente se referidas, que
son la autotutela decisoria y la ejecutiva; el cual la potestad de revisar sus
propios actos se opone a la potestad de ejecutar por si misma los actos que
de manera voluntaria omite realizar el administrado. La primera de ellas, da
origen al autocontrol en las potestades de revocación y declaratoria de
nulidad, por lo que la administración pública puede sanear o anular por
iniciativa propia sus actos sin que de ello conozca el órgano jurisdiccional,
con fundamento verdadero en el interés público. Se define así que la revisión
de los actos administrativos es la gestión administrativa que permite revocar
y el interés público su motiva.

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Una vez que se identifica que la revisión de los actos administrativos,
como potestad del emisor para asegurar el Estado de Derecho y el interés
público, es más una cualidad moral con la que debe emprenderse toda
función pública y no un recurso administrativo que proviene de terceros entre
las partes, accionado por el administrado en la búsqueda de obligar por vía
forzosa a que el emisor del acto restituya la legalidad infringida, es oportuno
destacar que nuestro derecho positivo contempla figuras jurídicas que
pueden ser consideradas revisión administrativa. En la LOPA, agrupados la
mayoría en la denominada Revisión de Oficio, Capítulo I que comprende los
artículos 81 al 84, se agrupan un conjunto de figuras jurídicas con conexión
perceptible y clara que las hacen heterogéneas y con un denominador
común como es la potestad de revisión de oficio.

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EL RECURSO DE RECONSIDERACIÓN

El tema de los recursos presenta para la doctrina, según Araujo


(2016:501), una importancia relativa y que ha afectado su desarrollo teórico,
en la medida que se demuestra escaza significación en la práctica. Es
esencial que la propia Administración Pública pueda revisar [sentido amplio]
sus propias decisiones en la conveniencia de considerarlo legal y oportuno y
a su vez no someter al administrado o interesado a un juicio costoso y largo,
pudiendo obtener satisfacción a unas pretensiones jurídicas que la
Administración puede conceder o reconocer; evitando de este modo que lo
contencioso administrativo se vea congestionada por la impermeable actitud
de la Administración frente a sus actos, el cual trae como efectos que se
genere un clima de impunidad, ineficiencia en la administración de justicia y
elementos de corrupción que pululan en el desorden administrativo y judicial.

En este mismo sentido, el recurso administrativo representa para el


interesado un instrumento de impugnación de las decisiones emanadas de la
Administración Pública y que se promueve en el seno se ella misma, a fin de
que las modifique o sustituya por considerar que es ilegal o inoportuno, que
afecta sus derechos subjetivos o interés calificado. El recurso en esencia es
un acto de impugnación contra otro acto administrativo previo, dando lugar a
un nuevo procedimiento que tiene el mismo carácter de administrativo desde
el punto de vista material en la medida que se canalice con la emisión de un
nuevo acto administrativo por parte de un órgano de la administración pública
que obtente la competencia para conocer y decidir al respecto, como puede
ser el funcionario que emitió el acto con el recurso de reconsideración o con
el superior de éste, con el recurso jerárquico o de revisión.

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Una vez hecha la disertación respecto a los recursos, y la distinción que
se tiene con la revisión de oficio, tenemos que el primero es el recurso de
reconsideración, sin insinuar orden de interposición, el cual es correcta su
denominación en relación con el objeto que persigue, ya que como lo indica
su nombre pretende hacer que el órgano vuelva a considerar los hechos y
antecedentes que componen el acto que dictó, desde la perspectiva que
sustenta el interesado. Si lo vemos en términos de estructura, el recurso
objeto de estudio en el presente ensayo es horizontal ordinario, en virtud de
que la persona que considera lesionado sus derechos subjetivos mediante
un acto administrativo solicita al mismo órgano emisor que vuelva a ver el
mismo acto, ofreciendo elementos para una perspectiva diferente, y que en
caso de estimarlo, lo elimine, modifique o sustituya por contrario imperio.

La naturaleza jurídica del recurso de reconsideración estriba que es


potestativo en los casos de actos administrativos que agotan la vía
administrativa por emanar de un superior jerárquico o de una autoridad
administrativa inferior al jerárquico que tiene por ley funciones decisorias y
excluyentes sobre la materia de que se trate. Las características del presente
recurso son: el órgano que conoce y por el cual se interpone es el mismo que
lo dictó; el objeto del recurso es todo acto administrativo e carácter particular;
el lapso de interposición es de quince días hábiles siguientes a la notificación
del acto; el lapso para que el órgano decida dependerá de si pone fin o no a
la vía administrativa para interponer un recurso, entendiéndose que si no
pone fin, debe decidir dentro de lo quince días hábiles siguientes a la ser
interpuesto; en caso contrario noventa días hábiles.

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El órgano que conoce del recurso de reconsideración puede confirmar,
modificar o revocar el acto; ordenar la reposición en caso de vicio de
procedimiento y convalidar los actos anulables, según Rondón (2014:122).
La decisión del recurso de reconsideración o su rechazo como producto del
silencio administrativo es lo que condiciona la admisibilidad del recurso
jerárquico, haciendo útil que el propio actor reexamine el acto de
conformidad con el principio de autotutela para lo cual no es menester ni
posible ocurrir ante el superior jerárquico. Sobre este aspecto, la
reconsideración al acto administrativo requiere que la Administración Pública
abone a la confianza del administrado en la medida que promueve el
ejercicio del derecho por vías ordinarias y se comporte procesalmente
hablando con diligencia y transparencia frente a los interesados.

El silencio administrativo, así denominado por la doctrina y que nos


plantea Rodríguez (2005:29), representa la omisión de una actividad jurídica
o material, la existencia de un deber legal de actuar y de contenido posible
del deber legal que se resume en la inactividad administrativa que a la luz del
interés general o público es un comportamiento antijurídico y lesivo de los
fines que persigue el ejercicio de la función pública, que trasladado al campo
de los recursos promueve un comportamiento de confrontación del
interesado para con la Administración Pública y que a la larga genera una
sociedad de cómplices que bajo la sombra del poder corroen las bases de
una sociedad que se erige sana, conduciéndola a estadios en el que la
anomia va tomando terreno y la existencia del Estado deja de tener
importancia, no precisamente por evolución de éste sino por su involución.

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RECURSO JERÁRQUICO

El principio de jerarquía es un pilar fundamental en la organización


administrativa, que supone la existencia de una estructura piramidal que va
ordenando los distintos órganos del mismo; adquiriendo significación bajo
este concepto la correlación de los términos de autoridad y obediencia, que
como consecuencia y dentro del área del Derecho administrativo nace un
haz de derechos en el superior jerárquico, figurando la posibilidad de control
y poder de organización, y que desde el punto de vista jurídico el principio
trasciende en la medida que las órdenes que emanan de cada autoridad
dependan del lugar que ocupa en la escala jerárquica, sin confundirla con
supremacía ni facultad directiva, sino como un orden gradual de atribuciones
de facultades y deberes según el grado de autoridad y consecuente
responsabilidad, según refiere Araujo (2016:501).

El recurso jerárquico es la manifestación formal del principio de


jerarquía administrativa, como una potestad que se ejerce de un superior
sobre el comportamiento o actos del inferior en la estructura organizativa. Es
un recurso vertical ordinario mediante el cual los interesados que consideren
lesionados sus derechos por un acto administrativo solicitan del órgano
superior la modificación o anulación del mismo, siempre que rea recurrible,
es decir, que el acto previo haya decidido no anular o modificar la decisión, o
porque dicho acto previo sea confirmatorio, sea o no por solicitud de la
reconsideración. Es importante precisar que los actos administrativos que se
resuelvan por delegación de un órgano que podría fin a la vía administrativa
son inexpugnables, por lo que en razón de la lógica el último en conocer del
asunto por vía e recurso ya está decidiendo a través de su delegatario.

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El fundamento jurídico del recurso jerárquico, como se describe antes,
se halla en el principio de jerarquía administrativa o potestad de dirección y
control que comporta sobre un órgano inferior y dentro de la misma línea de
mando, a fin de revisar el acto que el interesado ha impugnado y recurrido
efectivamente, bien por vicios jurídicos o por vicios de méritos. La LOPA
dedica una sección con los artículos 95 y 96 en el que reconoce en primer
lugar que con este recurso se podrí poner fin a la vía administrativa, es decir,
que en el seno de la propia Administración Pública ya no quedaría alternativa
para que el interesado intente modificar o sustituir la decisión, pero para ello
se debe establecer con precisión la línea de mando y la cualidad legal en la
que pueda entenderse que el superior puede conocer de los resultados del
recurso de reconsideración.

El objeto del recurso jerárquico ya no es el acto definitivo originario o


que puso fin al procedimiento constitutivo, sino la decisión que resulte en
negativa total, parcial [silencio o expreso] o que modifique el acto
reconsiderado que deje en situación peor al recurrente en el recurso de
reconsideración, según se establece en el artículo 4 y 95 de la LOPA. El
recurso objeto de estudio, adquiere el carácter en la medida que queda así
expreso en la acción material de entregar en la oficina del órgano de que se
trate; es decir, que para entender que es jerárquico y no se confunda con
revisión o reconsideración, debe dejarse claro que se impugna los resultados
del recurso anterior, que la LOPA expresa en los términos siguientes “cuando
el órgano inferior decida no modificar el acto de que es autor en la forma
solicitada en el recurso de reconsideración” (Artículo 95 LOPA).

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En cuanto a los lapsos, de conformidad con la LOPA en el artículo 42 y
en reiteradas sentencias, ej: N° 2045 del TSJ/SPA de fecha 31 de julio de
2003, se computan en hábiles y no continuos, para todos los casos de los
recursos que el interesado tenga a bien interponer; éste cuenta con quince
(15) días para interponer el recurso a partir de lo que resulte del recurso de
reconsideración; y la autoridad competente para resolver el asunto u objeto
del recurso jerárquico contará con noventa (90) días siguientes a su
presentación por parte del interesado, que de vencer el lapso sin que la
autoridad se pronuncie, se entiende que resuelve negativamente, poniendo
fin [no de manera definitiva] a la vía administrativa; porque se estima como
vía extraordinaria la revisión del asunto como recurso administrativo en virtud
del cual la Ley ha previsto sus condiciones para interponerlo.

Sobre este recurso, atendiendo a la estructura jerárquica en la que se


hallan los institutos públicos [antes Institutos autónomos] ha surgido en la
doctrina y acogido en sentencias el denominado recurso institucional o
recurso de segundo grado. Sobre este aspecto Rondón (2014:123) y
Urdaneta (2014:156) refieren con claridad la realidad del denominado
recurso jerárquico que deriva en este escenario de la organización
administrativa, y tiene que ver cuando el acto administrativo origen deviene
de un subalterno de la máxima autoridad del instituto público, operando así el
recurso de reconsideración ante el mismo actor, el jerárquico opera por ante
la máxima autoridad del instituto y otro jerárquico de segundo grado, en caso
de resolver negativamente o que el interesado se halle en peor condición por
la resulta, por ante el ministro de adscripción del instituto.

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RECURSO DE REVISIÓN

De manera extraordinaria y optativa el interesado, que de conformidad


con las condiciones explanadas en los numerales 1 al 3 del artículo 97 de la
LOPA, considere oportuno intentar modificar o sustituir un acto administrativo
que afecte sus intereses puede solicitar al Ministro, que afecte la llamada
autoridad de la cosa decidida y que valore nuevos elementos que alrededor
de los casos siguientes aparecen: i) cuando hubieren aparecido pruebas
esenciales para la resolución del asunto, no disponibles para la época de la
tramitación del expediente; ii) cuando en la resolución hubieren influido, en
forma decisiva, documentos o testimonios declarados falsos por sentencia
judicial definitivamente firme y iii) cuando la resolución hubiese sido adoptada
por cohecho, violencia, soborno u otra manifestación fraudulenta y ello
hubiere quedado establecido en sentencia judicial, definitivamente firme.

Araujo (2016:513), destaca que no es necesario, para intentar el


recurso por parte del interesado, que el acto administrativo cause estado; es
decir que hayan surgido efectos jurídicos de carácter permanente como
consecuencia de haber quedado firme, que es suficiente que haya quedado
firme la decisión que se pretende revisar a solicitud de parte interesada. Por
lo extraordinario del recurso, hay que estimar que esté plenamente justificado
en virtud de que los motivos expuestos para intentarlo suponen que habría
que dudar de la justicia de la decisión del órgano, lo que envía un mensaje
de que la seguridad jurídica para la resolución del mismo no fue tal como se
esperaba, en tanto que los elementos aportados en el lapso previsto vienen a
intentar modificar la decisión, ya que se suponía debieron estar en los
criterios del decisor para el caso que se impugna.

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El órgano decisor, según el artículo 97 de la LOPA, es el ministerio
respectivo considerando que son los titulares de los despachos en la
administración pública central, independiente de que el acto provenga de un
instituto público. Las causales son tres que de manera taxativa y de
restrictiva interpretación, fundan la revisión a solicitud de parte interesado o
de oficio. Procede el recurso siempre que se trate de una prueba suficiente y
esencial o de singular importancia para decidir el asunto que no haya estado
presente originalmente; cuando con posterioridad se determina en vía
jurisdiccional que los documentos o testimonios que influenciaron la decisión
administrativa hubieran sido declarados falsos y que en sentencia firme se
determina que operó la manipulación del titular para decidir, la violencia, el
soborno o cualquier acción fraudulenta que influencio en la decisión.

Los lapsos para interponer el recurso es de tres meses siguientes a la


fecha de la sentencia que aporte los elementos causales de los numerales 2
y 3 del artículo 97 LOPA o siguientes a la fecha de haberse obtenido noticia
de la existencia de prueba esencial y suficiente que de estar presente haría
de la decisión otras circunstancias. Sobre este aspecto, el órgano decisor, es
decir, el ministerio en cabeza de su titular debe decidir dentro de los treinta
(30) días contados a partir de la fecha de interposición o presentación del
recurso, operando una vez vencido el plazo sin que se pronuncie que ha
resuelto de manera negativa, con lo cual se ratifica en su contenido el acto
administrativo que se intenta modificar, o lo que es igual el silencio
administrativo, poniendo fin de manera definitiva recursos en la vía
administrativa, dejando abierta como única a vía jurisdiccional.

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A la luz del presente ensayo, se refleja que la revisión de oficio no debe
confundirse con el recurso de revisión, puesto que existen fundamentos que
dan lugar al primero cuando se está en la fase de revisión de actos bien
porque sea el órgano quien obtiene la prueba suficiente y esencial, o porque
la sentencia que aporta nuevos elementos sirven al decisor para modificar su
propio acto. Si se tratare de que el interesado sea quien obtiene los
elementos o pruebas suficientes y esenciales es quien puede intentar el
recurso de revisión dentro de los quince (15) días luego de conocer de los
elementos probatorios que aparecen y aporta la sentencia; es decir, que el
lapso es indefinido para efectos del acto original y la interposición del
recurso, en cuanto que las fuentes de las nuevas pruebas son externas al
interesado y al órgano decisor.

Si fuese al órgano decisor quien obtiene dichos elementos, estaríamos


bajo la figura de revisión de oficio, que la LOPA agrupa y sistematiza en
instituciones jurídicas con las siguientes denominaciones: i) la revocación
administrativa: artículo 82; ii) la anulación administrativa y la acción de
nulidad administrativa: artículo 83; iii) la conversión: artículo 21; iv) la
convalidación: artículo 81; v) la rectificación administrativa: artículo 84. Sobre
este aspecto la doctrina no distingue aun entre los modos de extinción del
acto administrativo, ya sea por vía natural como el cumplimiento del objeto, la
imposibilidad de hecho sobreviniente, la expiración del plazo, el acaecimiento
de una condición resolutoria o por la renuncia; o como vía de excepción por
la revocación, la anulación o acción de nulidad del acto administrativo. Se
destaca así, que el acto administrativo goza de presunción general de
legitimidad –juris tantum– hasta tanto no se extinga por vía excepcional.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Araujo, J.J. (2016). Manual de Derecho Administrativo. Caracas-


Venezuela. Ediciones Paredes.
 Araujo, J.J. (2011). Derecho Administrativo General. Caracas-
Venezuela. Ediciones Paredes.
 Brewer, C., Rondón, H., Urdaneta, G. y Hernández, J. (2014). Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos y legislación
complementaria. Caracas-Venezuela. Editorial Jurídica Venezolana
 Rodríguez, M. (2005). Control de la Inactividad Administrativa.
Caracas-Venezuela. Fundación Estudios de Derecho Administrativo.
 Salvador, L.W. (2011). Teoría del Procedimiento Administrativo.
Caracas-Venezuela. Editores Vadel Hermanos.

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