Profesor: Integrantes:
Liendo, Yanury Heredia Ángel 14.455.031
Nestor Marcano 19.966.781
Yoribelk Berroteran 16.341.165
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El acto administrativo según establece la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos (LOPA), es una «declaración» dirigida a un
número determinado o indeterminado de particulares; emitida por los
órganos de la administración pública [en sentido amplio] y siguiendo la forma
y requisito de la ley en comento. Las formas y requisitos componen el
procedimiento administrativo de cual derivan relaciones jurídicas, vinculados
la Administración y el particular en la obligación de una de las partes y el
derecho o potestad de la otra; que hemos de denominar relación de derecho
jurídico-administrativa, según Salvador (2011:68). Dicha declaración del
órgano público que se da en función del interés general puede el particular,
que considere le vulnera sus derechos, recurrirla y controvertirla por las vías
que están dadas por ley.
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Partiendo de la premisa de que del procedimiento administrativo
asegura calidad en la función administrativa, se reconoce entonces que
frente al Estado de Derecho representa su expresión material en la relación
jurídico-administrativa, por lo que en atención al interés general con el que
prevalecen las actuaciones de los organismos públicos, la revisión de sus
decisiones –motus proprio– son una primera expresión para asegurar la
calidad de dicha función, en la medida que el órgano persona –funcionario
público– comprende que su actuación se debe al interés general y el Estado
de Derecho, por tanto está moralmente obligado a revisar sus propias
decisiones y asegurar el restablecimiento de la legalidad infringida,
reconociendo la revisión del acto administrativo como una potestad ya que es
iniciativa de la administración pública, de acuerdo con Araujo (2016:489).
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Una vez que se identifica que la revisión de los actos administrativos,
como potestad del emisor para asegurar el Estado de Derecho y el interés
público, es más una cualidad moral con la que debe emprenderse toda
función pública y no un recurso administrativo que proviene de terceros entre
las partes, accionado por el administrado en la búsqueda de obligar por vía
forzosa a que el emisor del acto restituya la legalidad infringida, es oportuno
destacar que nuestro derecho positivo contempla figuras jurídicas que
pueden ser consideradas revisión administrativa. En la LOPA, agrupados la
mayoría en la denominada Revisión de Oficio, Capítulo I que comprende los
artículos 81 al 84, se agrupan un conjunto de figuras jurídicas con conexión
perceptible y clara que las hacen heterogéneas y con un denominador
común como es la potestad de revisión de oficio.
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EL RECURSO DE RECONSIDERACIÓN
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Una vez hecha la disertación respecto a los recursos, y la distinción que
se tiene con la revisión de oficio, tenemos que el primero es el recurso de
reconsideración, sin insinuar orden de interposición, el cual es correcta su
denominación en relación con el objeto que persigue, ya que como lo indica
su nombre pretende hacer que el órgano vuelva a considerar los hechos y
antecedentes que componen el acto que dictó, desde la perspectiva que
sustenta el interesado. Si lo vemos en términos de estructura, el recurso
objeto de estudio en el presente ensayo es horizontal ordinario, en virtud de
que la persona que considera lesionado sus derechos subjetivos mediante
un acto administrativo solicita al mismo órgano emisor que vuelva a ver el
mismo acto, ofreciendo elementos para una perspectiva diferente, y que en
caso de estimarlo, lo elimine, modifique o sustituya por contrario imperio.
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El órgano que conoce del recurso de reconsideración puede confirmar,
modificar o revocar el acto; ordenar la reposición en caso de vicio de
procedimiento y convalidar los actos anulables, según Rondón (2014:122).
La decisión del recurso de reconsideración o su rechazo como producto del
silencio administrativo es lo que condiciona la admisibilidad del recurso
jerárquico, haciendo útil que el propio actor reexamine el acto de
conformidad con el principio de autotutela para lo cual no es menester ni
posible ocurrir ante el superior jerárquico. Sobre este aspecto, la
reconsideración al acto administrativo requiere que la Administración Pública
abone a la confianza del administrado en la medida que promueve el
ejercicio del derecho por vías ordinarias y se comporte procesalmente
hablando con diligencia y transparencia frente a los interesados.
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RECURSO JERÁRQUICO
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El fundamento jurídico del recurso jerárquico, como se describe antes,
se halla en el principio de jerarquía administrativa o potestad de dirección y
control que comporta sobre un órgano inferior y dentro de la misma línea de
mando, a fin de revisar el acto que el interesado ha impugnado y recurrido
efectivamente, bien por vicios jurídicos o por vicios de méritos. La LOPA
dedica una sección con los artículos 95 y 96 en el que reconoce en primer
lugar que con este recurso se podrí poner fin a la vía administrativa, es decir,
que en el seno de la propia Administración Pública ya no quedaría alternativa
para que el interesado intente modificar o sustituir la decisión, pero para ello
se debe establecer con precisión la línea de mando y la cualidad legal en la
que pueda entenderse que el superior puede conocer de los resultados del
recurso de reconsideración.
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En cuanto a los lapsos, de conformidad con la LOPA en el artículo 42 y
en reiteradas sentencias, ej: N° 2045 del TSJ/SPA de fecha 31 de julio de
2003, se computan en hábiles y no continuos, para todos los casos de los
recursos que el interesado tenga a bien interponer; éste cuenta con quince
(15) días para interponer el recurso a partir de lo que resulte del recurso de
reconsideración; y la autoridad competente para resolver el asunto u objeto
del recurso jerárquico contará con noventa (90) días siguientes a su
presentación por parte del interesado, que de vencer el lapso sin que la
autoridad se pronuncie, se entiende que resuelve negativamente, poniendo
fin [no de manera definitiva] a la vía administrativa; porque se estima como
vía extraordinaria la revisión del asunto como recurso administrativo en virtud
del cual la Ley ha previsto sus condiciones para interponerlo.
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RECURSO DE REVISIÓN
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El órgano decisor, según el artículo 97 de la LOPA, es el ministerio
respectivo considerando que son los titulares de los despachos en la
administración pública central, independiente de que el acto provenga de un
instituto público. Las causales son tres que de manera taxativa y de
restrictiva interpretación, fundan la revisión a solicitud de parte interesado o
de oficio. Procede el recurso siempre que se trate de una prueba suficiente y
esencial o de singular importancia para decidir el asunto que no haya estado
presente originalmente; cuando con posterioridad se determina en vía
jurisdiccional que los documentos o testimonios que influenciaron la decisión
administrativa hubieran sido declarados falsos y que en sentencia firme se
determina que operó la manipulación del titular para decidir, la violencia, el
soborno o cualquier acción fraudulenta que influencio en la decisión.
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A la luz del presente ensayo, se refleja que la revisión de oficio no debe
confundirse con el recurso de revisión, puesto que existen fundamentos que
dan lugar al primero cuando se está en la fase de revisión de actos bien
porque sea el órgano quien obtiene la prueba suficiente y esencial, o porque
la sentencia que aporta nuevos elementos sirven al decisor para modificar su
propio acto. Si se tratare de que el interesado sea quien obtiene los
elementos o pruebas suficientes y esenciales es quien puede intentar el
recurso de revisión dentro de los quince (15) días luego de conocer de los
elementos probatorios que aparecen y aporta la sentencia; es decir, que el
lapso es indefinido para efectos del acto original y la interposición del
recurso, en cuanto que las fuentes de las nuevas pruebas son externas al
interesado y al órgano decisor.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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