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Introducción

Hoy en día la industria de la transformación de la caña de azúcar a nivel mundial


ha diversificado sus actividades, además de producir y comercializar azúcar de
diferentes variedades también elabora etanol anhidro (bioetanol) para su uso en el
sector transporte y genera energía eléctrica sobrante que es inyectada a la red.
Países como Brasil, las Islas Mauricio y Estados Unidos destacan en el panorama
internacional.

El objetivo es analizar la industria azucarera mexicana, así como de las posibles


alternativas. Para ello el trabajo se divide en estudiar el proceso estructural del
sector azucarero; hacer el análisis termodinámico para el proceso de
transformación y sus necesidades energéticas; el uso así como las ventajas y
desventajas de la industria azucarera y por último las comparaciones del sector
azucarero mexicano y el perteneciente a nuestro vecino país cuba.

La dinámica del sistema internacional en la primera década del siglo XXI


acrecienta la necesidad de reconsiderar a las fuentes alimenticias y energéticas,
en lo fundamental a los hidrocarburos y los biocombustibles, como variables
determinantes en la reconfiguración de la economía mundial. En la nueva
regulación de los Estados-nacionales sobre el mercado global, así como los
efectos ambientales que genera la explotación de recursos naturales, se inserta la
agroindustria de la caña de azúcar como tradicional fuente de un alimento básico
para la humanidad, el azúcar, y ahora como la principal materia prima energética
del etanol combustible. En esta nueva dinámica el fenómeno de la globalización,
caracterizado por la intensificación de la competencia internacional derivada de la
visión del mundo como un gran mercado, trae consigo profundas transformaciones
productivas y socioeconómicas que constituyen un proceso que tiene lugar
simultáneamente a diferentes niveles (internacional, regional y nacional); es decir,
la capacidad que tienen las unidades productivas para mantener o aumentar su
participación en los mercados de referencia (locales, nacionales o internacionales)
y al mismo tiempo obtener beneficios frente a la competencia nacional o
internacional. Comúnmente el concepto de competitividad se asocia con la
participación de un país en los mercados mundiales, y a nivel empresa o firma
como la capacidad para competir eficazmente con la oferta extranjera de bienes y
servicios en los mercados doméstico y extranjero (Lotero, 2005). La agroindustria
de la caña de azúcar (comúnmente denominada industria azucarera) debe hacer
grandes retos en materia de productividad y competitividad; las opciones que en el
pasado eran válidas para insertarse en el mercado internacional se están
agotando, en especial las basadas en recursos naturales, mano de obra barata y
escasamente calificada, en condiciones de trabajo limitadas y en evaluar el
desempeño sólo a partir de indicadores productivos. En este sentido, la
agroindustria de la caña de azúcar es un sector productivo que presenta una
fuerte dinámica basada en su carácter social, económico y político de la
agroindustria nacional. En México los campos cañeros, los ingenios azucareros y
los grupos empresariales y productores se encuentran distribuidos como la
agroindustria de la caña de azúcar en cinco regiones y 15 estados: Región
Noroeste (Sinaloa), Región Pacífico (Nayarit, Colima, Jalisco y Michoacán),
Región Centro (Morelos y Puebla), Región Noreste (Tamaulipas y San Luis
Potosí), Región Golfo (Veracruz, Tabasco y Oaxaca) y Región Sureste
(Campeche, Chiapas y Quintana Roo), donde se produce y se procesa caña de
azúcar aunque su presencia se localiza en más de 240 municipios (Cuadros 1 y
2).
CONCLUSIONES

Históricamente la industria azucarera mexicana ha enfrentado diversos obstáculos


para su desarrollo, prácticamente desde los inicios de esta actividad en tiempos de
la colonia cuando se le relegó a un segundo plano ya que el principal negocio era
la exportación de minerales preciosos. Durante el siglo XX la industria azucarera a
nivel mundial se desarrolló tecnológicamente, pero México no logró mantenerse al
ritmo de los otros países debido a varios sucesos de índole político y social que
llevaron a la quiebra y el posterior rescate de los ingenios azucareros en varias
ocasiones. Hoy en día se vive un fuerte atraso tecnológico en un entorno de
competencia en el mercado internacional, los ingenios azucareros mexicanos son
muy ineficientes si tomamos como referencia a los países más representativos del
sector. La gran mayoría de los ingenios azucareros Mexicanos operan con
tecnología similar a la que se empleaba en Brasil en la década de los ochentas,
situación que los lleva a competir en un mercado abierto en gran desventaja con
respecto a las mejores prácticas internacionales

Además de modernizarse, el sector azucarero en el mundo se ha diversificado.


Actualmente en Brasil el 15.7% de la energía total consumida en el país proviene
de la caña de azúcar.

Para determinar el potencial económicamente viable se tendría que realizar una


investigación de mercado con base en el modelo de evaluación económica, en el
que encontramos esquemas para la producción atractivos, con periodos simples
de retorno de la inversión.

La agroindustria de la caña de azúcar en México no ha encontrado aún el correcto


diseño de la reestructuración del sector y su desempeño es muy inferior a su
potencial.

La pérdida de competitividad que ha sufrido la agroindustria se deriva de una crisis


productiva, estructural, y metodológica, los altos costos de transacción que genera
una infraestructura cara y deficiente, aunados a la ausencia de proyectos y
estrategias que permitan capitalizar las ventajas comparativas de las regiones
cañeras. Esto ha agravado las dificultades de funcionamiento de la producción con
un impacto significativo en su rendimiento y en la forma como es evaluado su
desempeño a través de los indicadores productivos de campo y fábrica y su mutua
relación.

La industria reaccionó ampliando su capacidad de producción. En este sentido, la


materia prima tuvo un peso significativo en la composición del costo del producto
final, y gran parte de sus atributos de calidad condicionan la competitividad del
sector industrial, el consumo de energéticos refleja dificultades en el balance
energético de la mayoría de las plantas industriales, el tiempo perdido incrementa
el costo por kg de azúcar. Por lo tanto, es necesario mejorar la producción y
productividad de los campos cañeros y los ingenios, para poder ser más
competitivos ya que existen fuertes distorsiones en el campo cañero debido a los
problemas estructurales del sector, y por los fuertes problemas de productividad
por hectárea de caña de azúcar conllevan múltiples adversidades, que van desde
falta de infraestructura, vicios de la producción, minifundio, lejanía promedio de las
parcelas respecto al ingenio, y la visión del productor respecto al valor de su
producción, y la dificultad que constituye incrementar su productividad

El análisis permitió demostrar que los ingenios requieren modernizarse,


reconvertirse y diversificarse, algunos más, algunos menos, especialmente para
hacer una mejor extracción de azúcar, para tener un mejor balance energético,
para reducir pérdidas de sacarosa, incrementar la escala para abatir costos
etcétera. Por ello, es imprescindible buscar una solución alternativa que resuelva
los diversos problemas que tiene el sector, pero poniendo en alto los intereses de
competitividad de la economía reflejados en el análisis de los indicadores
productivos del mercado cañero y del desempeño de las fábricas.

El Gobierno mexicano ha realizado algunos esfuerzos de carácter regulatorio para


impulsar al sector. En el año 2005 se publicó la Ley de Desarrollo Sustentable de
la Caña de Azúcar (LDSCA), y también se han promovido otras disposiciones que
podrían alentar a la modernización y diversificación de la industria azucarera
nacional, aunque no van dirigidas particularmente a ésta, como la Ley de
Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos (LPDB) y el Programa de
Introducción de Bioenergéticos (derivado de la LPDB). Con base en la importancia
económica y social del sector azucarero nacional y en las grandes oportunidades
de mejora y de desarrollo de alternativas energéticas descritas en el presente
trabajo se justifica que se dirija la mirada hacia este sector y se elabore e
implemente un plan de desarrollo integral de la industria azucarera nacional, con
metas y objetivos claros y que tome en cuenta a todos los actores relevantes.

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