Anda di halaman 1dari 21

Partes de un Artículo de

Opinión
La estructura de un buen artículo de opinión podría ser como se detalla a continuación:

 Introducción: Es el primer párrafo. Debe enganchar al lector, de lo contrario éste no


leerá más allá, hay que captar su atención. Tiene que aparecer aquí el problema o la
situación sobre la que se opina.

 Tesis: Idea en la que el autor cree y que inmediatamente es defendida con una serie de
argumentos. (En ocasiones este orden puede aparecer invertido, presentándose en primer
lugar los argumentos para terminar con la tesis que se defiende). Tu opinión.

 Argumentos a favor (y en contra, es decir, los que defenderían la tesis contraria para
refutarlos) Es importante presentar los argumentos a favor y en contra de la tesis.
Conviene agrupar todos los puntos positivos en un párrafo. Si simplemente se trata de
enumerar consejos, por ejemplo, y no hay ningún argumento en contra, cada uno debería
ir en un párrafo separado. Si hay puntos negativos, argumentos en contra, no deben
situarse en el mismo párrafo que los puntos a favor. Y deben presentarse encabezados por
alguna frase del tipo “también podría argumentarse que…, hay quien defiende que…”
seguido de un “pero/sin embargo” que desmonte de antemano el valor de esos
razonamientos. A eso se le llama contraargumentar.

 Conclusión: Puede tratarse de la conclusión o la opinión personal , de un resumen de


lo expuesto, o de motivar al lector a tomar acción.

Finalmente se debe releer el artículo varias veces, para verificar su ortografía y


gramática, pero también la cohesión en cada párrafo y su coherencia general. Solamente
luego de obtener esta versión final se redactará el título definitivo del artículo, de modo
que resuma su contenido de manera perfecta.
El lenguaje debe ser claro, conciso, sencillo y natural.

Prestigioso penalista cuestiona sentencia contra Walter Aduviri

CASOS ADUVIRI (chip aymara) y KUCZYNSKI (chip gringo):


multiculturalidad y dogmática penal
_____________________________________________________________
En una sentencia puneña (https://documentop.com/sentenciapenalcolegia-da-
vistos-y-oi…), se ha absuelto a varios comuneros aymaras invocando,
entre otras circunstancias, la de haber obrado conforme a sus pautas
culturales. Sólo uno de los imputados ha sido condenado por
considerarse que, debido a haber realizado estudios superiores con éxito,
había dejado de tener la condición de comunero. Debido a las
limitaciones de esta nota, comentaremos de modo breve dos aspectos.
I. Autoría mediata por organización con dominio de voluntad
A éste se le impuso pena privativa de libertad como “autor mediato no
activo por poder de voluntad” del delito de disturbios (art. 315 CP). En el
párrafo 7.1., de la sentencia se fundamenta esta decisión argumentando
que:
“Bajo los alcances jurisprudenciales de la sentencia emitida por la Corte
Suprema [caso Fujimori] y presupuestos de la autoría mediata por
organización, antes señalados; -considera este órgano colegiado (por
mayoría)-, que en el caso materia de decisión, es factible aplicar la teoría
de la autoría mediata por organización, bajo un ámbito estricto del
dominio de la voluntad, empero, no en base a la existencia de grupos
organizados de poder bajo un dominio funcional de la voluntad
(organización estructurada”, vertical y jerarquizada como acontece en el
caso Fujimori); sino basada en organizaciones pasibles de dominio de la
voluntad como acontece con los grupos sociales y/o organizaciones
comunales que participaron de las movilizaciones y la protesta
acontecidas en la región Puno en el año 2011 y que tuvo desenlace
gravoso con exceso en el ejercicio de derechos fundamentales
reconocidos; es decir, más allá del ejercicio regular de un derecho.”
De manera bastante ligera se amplía el criterio dogmático ideado por
Roxin, desarrollado por la doctrina y aplicado con seriedad en la
sentencia de primera instancia del caso Fujimori. Esta es una manera no
muy recomendable por que facilite se amplíe, sin mesura, un fundamento
de punición teórico hasta hacerlo tan difuso y, por tanto, contrario al
principio de legalidad (Como la de ampliar “la figura legal de Pérdida de
Dominio… a partir del desarrollo de fuentes filosóficas y doctrinarias”,
ver Roger Fernando Istaña Ponce, Limitación de la aplicación de dominio
y su extensión a partir de sus fuentes filosóficas y doctrinarias”, Tesis,
Puno 2012).
Lo peor es que algunos argumentos de la sentencia desacreditan los
fundamentos de la sentencia por la que se condenó a Alberto Fujimori y
se da pie para que se considere que el razonamiento dogmático es
suficientemente maleable como para justificar que, funcionalmente, se
vaya más allá del posible sentido del texto legal.
II. Condición de comunero y actuar según pautas culturales
En cuanto a la condición de comunero del condenado, los críticos de la
sentencia consideran que desconocer tal especificidad, por haber
realizado estudios superiores, contradice los criterios de
multiculturalidad y atenta contra los derechos de los pueblos originarios.
Sus planteamientos principistas y universalistas comportan ciertos
riesgos y son contraproducentes para el procesado y condenado
Los riesgos se presentan debido a que no se tiene en cuenta que la
circunstancia de atenuación o exclusión de pena por “cometer un delito
por el hecho de actuar conforme a pautas culturales propias, pero
contrarias a la de la cultura predominante” (mal llamada “error
culturalmente condicionado”), no concierne sólo a los miembros de las
comunidades indígenas y nativas (art. 105 Constitución). Si no que es
aplicable, según el art. 15 CP, a toda persona que tenga una cultura
distinta a la que sirve de base al Código Penal, por ejemplo, musulmana,
judía, hinduista, budista.
Para absolver o condenar a un aymara o a un aguaruna comunero, no
basta afirmar que tiene o ha perdido tal condición, sino que debe
comprobarse si ha actuado o no conforme a sus costumbres o pautas
culturales originarias y que, en consecuencia, no podía comprender el
carácter delictuoso de su comportamiento o determinarse de acuerdo
con esta apreciación.
De lo contrario, en el caso del “abuelito gringo bailarín”, por los
comportamientos de corrupción que se le imputan, no se le podría
investigar ni penar, debido a que conforme al derecho norteamericano (su
primera cuna cultural) no tenía la obligación de declarar por escrito que
se alejaba de su “Banquito” y que le estaba permitido beneficiarse de las
ganancias que éste producía bajo la dirección de un amigo de confianza.
Lo que exigía y no permitía, por el contrario, el ordenamiento y la cultura
peruana (su segunda cuna cultural).
Al actuar conforme al “chip” norteamericano podría alegarse que no obró
de acuerdo al “chip” peruano, de modo que habría actuado por un “error
culturalmente condicionado”, lo que impediría responsabilizarle y
condenarle por actos de corrupción. Aunque cabría preguntarse si no
sería entonces justificado declararlo “incapaz moral” de ejercer la alta
función que ahora ostenta.
III. Reflexiones finales
La sentencia mencionada al inicio, bajo un oropel ampuloso y superfluo,
oculta la manipulación política de la “administración de justicia”. De
manera contradictoria e incoherente, por un lado, absuelve a casi todos
los procesados por su condición de comuneros y supuestamente haber
actuado conforme a sus pautas culturales, peor aún, debido a una gran
confusión, por haber actuado en defensa de sus derechos ancestrales.
Por otro, condena a quien, como “comunero” lideró las actividades en las
que participaron a distintos niveles los absueltos, por delito de
disturbios.
Así, se busca calmar a los comuneros con las absoluciones y satisfacer a
los poderosos interesados política y económicamente. Lástima que por
miopía ideológica no se perciba los métodos y fines de esta manera de
utilizar el derecho penal. Hasta quizás algunos estarán orgullosos con
que se invoquen algunos conceptos de la corriente funcionalista del
derecho penal y hasta la muestren como ejemplo de la influencia
alemana en el Perú profundo.
CASOS ADUVIRI (chip aymara) y KUCZYNSKI (chip gringo):
multiculturalidad y dogmática penal
Por José Hurtado Pozo
En una sentencia puneña
(https://documentop.com/sentenciapenalcolegia-da-vistos-y-oi…), se ha
absuelto a varios comuneros aymaras invocando, entre otras
circunstancias, la de haber obrado conforme a sus pautas culturales. Sólo
uno de los imputados ha sido condenado por considerarse que, debido a
haber realizado estudios superiores con éxito, había dejado de tener la
condición de comunero. Debido a las limitaciones de esta nota,
comentaremos de modo breve dos aspectos.
I. Autoría mediata por organización con dominio de voluntad
A éste se le impuso pena privativa de libertad como “autor mediato no
activo por poder de voluntad” del delito de disturbios (art. 315 CP). En el
párrafo 7.1., de la sentencia se fundamenta esta decisión argumentando
que:
“Bajo los alcances jurisprudenciales de la sentencia emitida por la
Corte Suprema [caso Fujimori] y presupuestos de la autoría mediata
por organización, antes señalados; -considera este órgano colegiado
(por mayoría)-, que en el caso materia de decisión, es factible
aplicar la teoría de la autoría mediata por organización, bajo un
ámbito estricto del dominio de la voluntad, empero, no en base a la
existencia de grupos organizados de poder bajo un dominio
funcional de la voluntad (organización estructurada”, vertical y
jerarquizada como acontece en el caso Fujimori); sino basada en
organizaciones pasibles de dominio de la voluntad como acontece
con los grupos sociales y/o organizaciones comunales que
participaron de las movilizaciones y la protesta acontecidas en la
región Puno en el año 2011 y que tuvo desenlace gravoso con
exceso en el ejercicio de derechos fundamentales reconocidos; es
decir, más allá del ejercicio regular de un derecho.”
De manera bastante ligera se amplía el criterio dogmático ideado por
Roxin, desarrollado por la doctrina y aplicado con seriedad en la
sentencia de primera instancia del caso Fujimori. Esta es una manera no
muy recomendable por que facilite se amplíe, sin mesura, un fundamento
de punición teórico hasta hacerlo tan difuso y, por tanto, contrario al
principio de legalidad (Como la de ampliar “la figura legal de Pérdida de
Dominio… a partir del desarrollo de fuentes filosóficas y doctrinarias”, ver
Roger Fernando Istaña Ponce, Limitación de la aplicación de dominio y su
extensión a partir de sus fuentes filosóficas y doctrinarias”, Tesis, Puno
2012).
Lo peor es que algunos argumentos de la sentencia desacreditan los
fundamentos de la sentencia por la que se condenó a Alberto Fujimori y
se da pie para que se considere que el razonamiento dogmático es
suficientemente maleable como para justificar que, funcionalmente, se
vaya más allá del posible sentido del texto legal.
II. Condición de comunero y actuar según pautas culturales
En cuanto a la condición de comunero del condenado, los críticos de la
sentencia consideran que desconocer tal especificidad, por haber
realizado estudios superiores, contradice los criterios de multiculturalidad
y atenta contra los derechos de los pueblos originarios. Sus
planteamientos principistas y universalistas comportan ciertos riesgos y
son contraproducentes para el procesado y condenado
Los riesgos se presentan debido a que no se tiene en cuenta que la
circunstancia de atenuación o exclusión de pena por “cometer un delito
por el hecho de actuar conforme a pautas culturales propias, pero
contrarias a la de la cultura predominante” (mal llamada “error
culturalmente condicionado”), no concierne sólo a los miembros de las
comunidades indígenas y nativas (art. 105 Constitución). Si no que es
aplicable, según el art. 15 CP, a toda persona que tenga una cultura
distinta a la que sirve de base al Código Penal, por ejemplo, musulmana,
judía, hinduista, budista.
Para absolver o condenar a un aymara o a un aguaruna comunero, no
basta afirmar que tiene o ha perdido tal condición, sino que debe
comprobarse si ha actuado o no conforme a sus costumbres o pautas
culturales originarias y que, en consecuencia, no podía comprender el
carácter delictuoso de su comportamiento o determinarse de acuerdo con
esta apreciación.
De lo contrario, en el caso del “abuelito gringo bailarín”, por los
comportamientos de corrupción que se le imputan, no se le podría
investigar ni penar, debido a que conforme al derecho norteamericano
(su primera cuna cultural) no tenía la obligación de declarar por escrito
que se alejaba de su “Banquito” y que le estaba permitido beneficiarse de
las ganancias que éste producía bajo la dirección de un amigo de
confianza. Lo que exigía y no permitía, por el contrario, el ordenamiento y
la cultura peruana (su segunda cuna cultural).
Al actuar conforme al “chip” norteamericano podría alegarse que no obró
de acuerdo al “chip” peruano, de modo que habría actuado por un “error
culturalmente condicionado”, lo que impediría responsabilizarle y
condenarle por actos de corrupción. Aunque cabría preguntarse si no
sería entonces justificado declararlo “incapaz moral” de ejercer la alta
función que ahora ostenta.
III. Reflexiones finales
La sentencia mencionada al inicio, bajo un oropel ampuloso y superfluo,
oculta la manipulación política de la “administración de justicia”. De
manera contradictoria e incoherente, por un lado, absuelve a casi todos
los procesados por su condición de comuneros y supuestamente haber
actuado conforme a sus pautas culturales, peor aún, debido a una gran
confusión, por haber actuado en defensa de sus derechos ancestrales.
Por otro, condena a quien, como “comunero” lideró las actividades en las
que participaron a distintos niveles los absueltos, por delito de disturbios.
Así, se busca calmar a los comuneros con las absoluciones y satisfacer a
los poderosos interesados política y económicamente. Lástima que por
miopía ideológica no se perciba los métodos y fines de esta manera de
utilizar el derecho penal. Hasta quizás algunos estarán orgullosos con que
se invoquen algunos conceptos de la corriente funcionalista del derecho
penal y hasta la muestren como ejemplo de la influencia alemana en el
Perú profundo.
---
*Juan Carlos Ruiz Molleda es especialista del Instituto de Defensa
Legal (IDL).

Justicia debe considerar "diferencia


cultural" al imputar
responsabilidad penal
Imprimir articulo Exportar a PDF
Volver

- Especialista sostiene que debe aplicarse el pluralismo


cultural y jurídico a los indígenas procesados por el jucio de
Bagua.
Servindi, 3 de junio, 2014.- ¿Tienen los indígenas procesados por el
denominado "Baguazo" un marco legal que obliga a considerar un
tratamiento diferenciado en virtud a sus diferencias materiales y
culturales? Así lo sostiene el abogado Juan Carlos Ruiz Molleda en un
artículo donde expone los derechos que corresponden a los
ciudadanos indígenas en el marco de un pluralismo cultural y jurídico.
El acucioso abogado del Instituto de Defensa Legal (IDL) sostiene que
existe un campo de interpretación constitucional de las normas
penales y procesales "cuando intervienen pueblos indígenas o está
comprometido un elemento cultural".
De otro lado, es claro que el Poder Judicial y los jueces "no pueden dar
a los miembros de los pueblos indígenas, el mismo trato que le da a
un ciudadano que participa de la cultura dominante". Tiene
ineludiblemente "que darle un tratamiento diferenciado en atención a
las diferencias objetivas y materiales".
Finalmente, argumenta que los jueces deben partir por reconocer que
somos un país con un pluralismo fundamentalmente cultural y
jurídico, el cual resulta relevante "a la hora de imputar
responsabilidad penal".
A continuación el artículo en mención de Juan Carlos Ruiz Molleda:
A propósito del Juicio del Baguazo

¿Cuáles son los derechos de los indígenas


cuando son procesados en la justicia estatal
ordinaria?
Por Juan Carlos Ruiz Molleda
Esta es una pregunta fundamental en momentos en que se está
realizando el proceso penal contra los implicados en el proceso “La
Curva del Diablo”, a consecuencia de la protesta del denominado
“Baguazo”. Más aún cando hemos sido informados que el Poder
Judicial no cuenta con intérpretes, y que estos estarían siendo
proporcionados por la Comisión Episcopal de Acción Social,
indispensables para que el tribunal puede escuchar a los procesados
y comprender las motivaciones de sus conductas. En este artículo
intentaremos precisar el marco interpretativo a tener en cuenta, al
momento en que el Poder Judicial imparte justicia a personas que
participan de otra experiencia cultural.
A. Reconocimiento constitucional del rol del Estado como
garante de los derechos de los pueblos indígenas
1. Reconocimiento que la defensa de la persona humana y el respeto
de su dignidad, son el fin supremo de la sociedad y del Estado. (art. 1
de la Constitución).
2. El reconocimiento de función del Estado de garantizar los derechos
fundamentales (art. 44 de la Constitución). En palabras del TC, existe
un “deber especial de protección de los derechos fundamentales”(1)
3. La obligación del Estado de remover todos los obstáculos que
impiden la vigencia de los derechos humanos. (art. 2 de la
Convención Americana de Derechos Humanos).
4. La obligación de protección especial de los derechos de los pueblos
indígenas. Para la Corte IDH
“en lo que respecta a pueblos indígenas, es indispensable que los
Estados otorguen una protección efectiva que tome en cuenta sus
particularidades propias, sus características económicas y sociales,
así como su situación de especial vulnerabilidad, su derecho
consuetudinario, valores, usos y costumbres”(2).
Añade que esta obligación es aplicable tanto en relación con la
implementación del derecho interno, como con la implementación de
los instrumentos interamericanos de derechos humanos(3).
B. Reconocimiento constitucional de la diferencia cultural en
el Perú
1. El reconocimiento constitucional de la existencia legal de las
comunidades campesinas, nativas, rondas campesinas y pueblos
originarios (art. 89, art. 149 y art. 191 de la Constitución).
2. El derecho a la identidad étnica y cultural, que no es otro que el
derecho a ser diferente, a vivir según sus propias costumbres y
cultura, diferente a la cultura dominante mayoritaria(art. 2.19 de la
Constitución).
3. El reconocimiento constitucional de la costumbre, es decir del
derecho consuetudinario como fuente de derecho para los pueblos
indígenas. (art. 149 y art. 139.8 de la Constitución).
4. La obligación del Estado reconocer y proteger el pluralismo cultural
del país en general. Esto supone reconocer que hay varias culturas y
naciones en el Perú, la obligación de proteger ese pluralismo, y hacer
todos los esfuerzos para evitar que algún pueblo indígena se extinga
(art. 2.19 de la Constitución).
5. El reconocimiento constitucional de la obligación del Estado de
respetar la identidad cultural de las Comunidades Campesinas y
Nativas. (art. 89 de la Constitución).
6. Respeto al principio de interculturalidad, que exige que la relación
del Estado con los pueblos indígenas no es la imposición violenta del
primero sobre el segundo, sino el diálogo respetuoso y el aprendizaje
mutuo entre las diferentes culturas. (art. 17 de la Constitución Política
y art. 4 de Ley 29798).
7. La prohibición de la imposición y la asimilación de una cultura
sobre otra, y la prohibición de la destrucción de una cultura. (art. 8 de
la Declaración de las Naciones Unidas de los Derechos de los Pueblos
Indígenas). En palabras del Tribunal Constitucional,
“toda fuerza homogeneizadora que no respete o que amenace las
singularidades de las personas identificables bajo algún criterio de
relevancia constitucional debe ser erradicada”. (STC 00022-2009-PI,
f.j. 4), “se pretende erradicar modelos de desarrollo que pretendían la
asimilación de los pueblos indígenas a la cultura dominante”. (STC
00022-2009-PI, f.j. 14).
8. La obligación del Estado de promover sectores excluidos, y de crear
las condiciones y satisfacer las necesidades mínimas de la población,
en el marco de la clausula constitucional del Estado Social (art 43 y
art. 59 de la Constitución).
9. El derecho a la igualdad y a la no discriminación, no solo prohíbe
tratar diferente a los iguales sino, dar el mismo trato a los que no
están en una situación similar, como es el caso de los pueblos
indígenas. (art. 2.2 de la Constitución).
10. El principio de interdicción de la arbitrariedad, y la prohibición del
Estado de tomar decisiones arbitrarias, abusivas, no motivadas y no
orientadas al orden público. (STC 00090-2004-PA).
11. El ejercicio del derecho a la protesta el cual tiene cobertura
constitucional a través de la libertad de reunión, ciertamente el
ejercicio de la protesta tiene límites constitucionales. (art. 2.12 de la
Constitución).
C. Reconocimiento de la diferencia cultural por el derecho
penal
1. Cuestionamiento constitucional a la institución jurídica penal del
“error de comprensión culturalmente condicionado contenido”
recogido en el artículo 15 del Código Penal. Este tiene como premisa
una sociedad monocultural, anterior al artículo 2.19 de la
Constitución, que reconoce el pluralismo cultural. Más allá del respeto
de los derechos fundamentales, no se les puede exigir a un pueblo
que conozca las normas “penales” de otra cultura.
2. El ejercicio de derechos constitucionales (la protesta) no puede
constituir delito. (art. 20.8 del Código Penal).
D. Derechos “procesales” de los pueblos indígenas cuando
son procesados en la justicia estatal ordinaria
1. El derecho a su propio idioma (también llamados derechos
lingüísticos), el cual se concreta en el derecho de los miembros de los
pueblos indígenas a un traductor e intérprete en los procesos
judiciales, el cual permite a los indígenas hacerse entender (art. 2.19
de la Constitución).
2. El derecho a la defensa en los procesos judiciales, el cual se
concreta en el derecho a la defensa judicial especializada, es decir a
contar con un abogado capacitado y especializado en asuntos
indígenas (art. 139.14 de la Constitución).
3. La obligación de los jueces de preferir penas alternativas a la pena
privativa de la libertad (art. 10.2 del Convenio 169 de la OIT).
4. La obligación de los jueces de tener en cuenta las características
económicas, sociales y culturales, al momentos de impartir justicia a
miembros de pueblos indígenas, el cual se concretaría en la
obligación de realizar peritajes antropológicos, los cuales permiten a
los jueces comprender el contexto y la matriz cultural de las acciones
de los pueblos indígenas (art. 2.19 de la Constitución y art. 10.1 del
Convenio 169 de la OIT).
5. El derecho al acceso a la justicia estatal, ante la existencia de
barreras geográficas, económicas, sociales, culturales, idiomáticas,
etc. (art. 4 del Código Procesal Constitucional y 139.3 de la
Constitución)
Conclusión
Es evidente que existe un “campo hermenéutico” constitucional al
interior del cual deben de interpretar no solo las normas
constitucionales, sino las normas penales y procesales, cuando
intervienen pueblos indígenas o está comprometido un elemento
cultural(4). En segundo lugar, queda claro que el Poder Judicial y los
jueces no pueden dar a los miembros de los pueblos indígenas, el
mismo trato que le da a un ciudadano que participa de la cultura
dominante. Tiene ineludiblemente que darle un tratamiento
diferenciado en atención a las diferencias objetivas y materiales. Y
finalmente, los jueces deben partir por reconocer que somos un país
con un pluralismo fundamentalmente cultural y jurídico, el cual
resulta relevante a la hora de imputar responsabilidad penal.
Notas:
(1) STC exp. Nº 0858-2003-AA/TC, “debido al influjo de diversas
teorías que han servido de base al constitucionalismo, y muy
significativamente de las doctrinas pactistas, desde sus orígenes, el
Estado moderno ha sido concebido como un ente artificial, una de
cuyas tareas encomendadas ha sido, desde siempre, proteger los
derechos fundamentales. Podría decirse, incluso, que se trata de su
finalidad y deber principal, pues, en su versión moderna, el Estado ha
sido instituido al servicio de los derechos fundamentales. El Estado,
en efecto, tiene, en relación con los derechos fundamentales, un
"deber especial de protección". (título 4 y f.j. 5 y 7)
(2) Corte IDH. Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs. Paraguay.
Fondo, Reparaciones y Costas, párr. 63.
(3) Ibídem, párr. 51.
(4) Esto tiene que ver con el concepto “Constitución cultural”,
contenido y desarrollado en la sentencia STC 00042-2004-AI. Sin
embargo, va más allá de eso.
El "aymarazo", un caso de
criminalización de la protesta
Imprimir articulo Exportar a PDF
Volver

Servindi, 8 de octubre, 2016.- Los dirigentes procesados por el


conflicto social desatado el 2011 denominado "aymarazo" pronto
entrarán a la etapa de juicio en lo que vendría a constituir un nuevo
caso de criminalización de la protesta socialo".
Así lo advierte el abogado Pablo Ricardo Abdo, del Centro de Justicia y
Equidad quién expone las líneas de defensa para el litigio que
considera estratégico para el pueblo Aymara.
Para la defensa la protesta contra el proyecto Santana se trata de una
legítima protesta social contra un proyecto que amenazaba la tierra y
el territorio, fundamentales y esenciales para la vida en la
cosmovisión aymara.
Si bien la norma que autoriza el proyecto fue derogada por infringir la
Constitución Política entre otras irregularidades la acusación fiscal
denuncia a los dirigentes aymaras de "extorsión" por haber puesto al
Estado contra la pared y obligarlo a anular el proyecto.
A continuación compartimos un artículo que expone los criterios de la
defensa:

Líneas de defensa para el litigio estratégico de los pueblos


aymaras de Puno
Presentado por Pablo Ricardo Abdo, abogado y director del Centro
de Justicia y Equidad(1).-

I.- Introducción:
En el presente artículo compartimos información sobre el Caso de
Puno que tiene de protagonistas a los pueblos indígenas aymaras de
su región sur, que para los locales lo llaman “El Aymarazo”, ya que
estos pueblos en el año 2011 se levantaron en legitima “protesta
social”, rechazando un proyecto minero (el proyecto Santana de la
empresa Bear Creek Mining Company), que de hecho atentaba contra
los recursos de la tierra, los derechos que les reconoce el Convenio N°
169 de la OIT, sus creencias, costumbres y criterios propios de
desarrollo que tienen éstos pueblos para el buen vivir.
Después de esto, el referido proyecto minero de la empresa fue
revocado por el propio Estado Peruano, por verse advertido ciertos
vicios que de acuerdo con la Constitución Política y la ley, debían
revocarse. Ente estos, podemos decir que como empresa extranjera,
no se le podía otorgar una concesión dentro de los 50 kilómetros del
límite de frontera. Por otro lado, la concesión fue rechazada por no
haberse respetado el derecho a la consulta previa de éstos pueblos y
por verse amenazado el medio ambiente tras la explotación del
proyecto.
Estas medidas, colocaron a los “dirigentes aymaras” en la silla de los
acusados a modo de condenar a un pueblo por ejercer el “derecho a
la protesta social” que junto a otros casos nacionales e
internacionales, hoy ya integran una gran lista. El fin de este artículo
consiste en visibilizar este caso como uno de los tantos que
criminalizan la protesta de los pueblos indígenas para proteger a las
grandes empresas extranjeras y por otro lado comentarles, qué es lo
que se está haciendo desde la defensa contra esta denuncia que en la
actualidad ha entrado en su etapa de juicio.

II.- Descripción del proceso:


En el proceso, la fiscalía presentó una denuncia por extorsión,
señalando que el movimiento social de los pueblos aymaras del año
2011, generaron actos de violencia y amenaza que pusieron en
jaque al Estado obligándolo a emitir un decreto que revoque la
concesión del proyecto minero Santana. Esto no es cierto, debido a
que es de público conocimiento, que éstos acontecimientos se
habrían producido en el marco de una “protesta legitima” por parte
de los “pueblos indígenas”, quienes reaccionaron en reclamo por sus
propios derechos a la tierra y al territorio.
Desde la defensa legal que estamos haciendo en protección de los
derechos de éstos pueblos, la cual está a cargo de los abogados y
defensores de derechos humanos del Centro de Justicia y Equidad de
Puno (en adelante CEJUE-Puno), nos hemos puesto de acuerdo(2) en
plantear una defensa propia del ser colectivo de los aymaras, su
derecho al territorio, el respeto por su identidad, así como también
sus costumbres y saberes ancestrales que encuentra su prospecto de
derechos en el Convenio N° 169 de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), lo que de hecho nos llevó a cuestionar el “debido
proceso”. Esto es, por causa de los derechos de los pueblos indígenas
que los estados deben garantizar cuando son procesados en la
justicia estatal ordinaria.
Lo primero que advertimos, es que los “dirigentes aymaras” que
habían sido acusados, no contaban con “interpretes lingüistas
indígenas” que más allá de ser un derecho de todo indígena sometido
a un tribunal del Estado, no le permite a éste individuo, entender lo
que se habla en una audiencia, ni mucho menos hacerse entender en
ella; razón simple para decir que no hay ningún derecho de
defensa(3).
En segundo lugar observamos es que en estos casos el abogado que
ejerce la defensa legal de un pueblo o dirigente indígena, debe ser
una persona especializada en la materia, esto es, sobre asuntos
indígenas, que de no ser así, el derecho a la defensa no sería
completo, puesto que no habría manera de comunicarnos en un
diálogo intercultural. De acuerdo con la tercera línea de defensa,
hemos cuestionado la sanción que se pide contra los dirigentes
aymaras, porque esta no puede ser de prisión efectiva o cárcel, ya
que por tratarse de pueblos vulnerables, el Convenio N° 169 de la
OIT, nos dice que “los Jueces está obligados a dar preferencia a tipos
de sanciones distintos del encarcelamiento".
Es por esto, que en la cuarta medida de defensa, hemos de advertir la
necesidad de que se practique una “pericia antropológica” (como
sucedió antes con los Uros y ahora con el caso de Bagua), con el fin
de que nos permita visibilizar la realidad identitaria y colectiva de la
población aymara, su cosmovisión frente a los derechos de la madre
tierra y su condición de vulnerabilidad, que ante una total ausencia
del Estado frente a la protección de su territorio, reaccionaron en un
legítimo acto de protesta que justifica un real estado de necesidad de
un pueblo originario que solo busca no perder su “habitad territorial”.
Finalmente, en una quinta posición de defensa para los “dirigentes
aymaras”, consideramos que el “acceso a la justicia” tiene que ser
bajo un “criterio intercultural” que permita entender a los pueblos a
partir de su cosmovisión social y real del mundo, lo que de hecho es
relevante para comprender este caso por parte de nuestros jueces.

III.- El estado actual del proceso:


Los dirigentes aymaras en Puno, ahora están por entrar en juicio, y en
consecuencia, estamos preparándonos junto con las comunidades
para la contienda que se viene, en donde queremos plantear las
líneas de defensa que hemos expuesto arriba, todo ello, con el fin de
mostrarle a los jueces y a la sociedad, que estamos frente a un
pueblo originario que actuó bajo un “estado de necesidad” que puede
justificarse en la “protección de su territorio”, partiendo de que la
“reacción de protesta social” no puede ser criminalizada, sino
comprendida por la ausencia de “diálogo intercultural” de parte del
Estado al momento de presentarse la crisis con el pueblo aymara.

IV.- Qué rol juega el CEJUE-PUNO en este caso:


En el Centro de Justicia y Equidad de Puno (CEJUE-Puno); somos un
grupo de personas (mujeres y varones), que estamos comprometidos
con la defensa de los derechos fundamentales, la protección del
ambiente, la madre tierra, los valores de la democracia, el pluralismo
cultural y la equidad de género, quienes a través de su trabajo y
organización institucional, pretende defender tales derechos, a través
del compromiso, el fortalecimiento, la capacitación y la defensa legal
estratégica.
En éste momento, estamos trabajando junto a la población aymara de
Puno en su defensa legal, considerando que la misma tiene que ser
desde el ser colectivo de las comunidades, puesto que esto va más
allá de un simple juicio, en donde lo que se pone en juego es que no
se desaparezcan los derechos de los pueblos indígenas en el Perú así
como las necesarias políticas publicas ambientales que debemos
proteger desde la cultura y la interculturalidad que se vive en los
estados plurales como lo es el nuestro.
Notas:
(1) Pablo Ricardo Abdo; de nacionalidad argentina, abogado por la
Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Catamarca-
Argentina (UNCA); Título Profesional Revalidado en el Perú por la
Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP); Maestría-Mención:
Derecho Constitucional y Derechos Humanos (e) por la Universidad
Nacional del Altiplano-Puno Perú (UNAP). Director Ejecutivo del Centro
de Justicia y Equidad-Puno (ONGD CEJUE-Puno).
(2) Y aquí me animo a mencionar a otras instituciones que también
nos apoyan con estrategias de litigio para mejorar la defensa legal de
los aymaras, entre ellas, nos apoya desde Lima el IDL, IDECA-Perú en
Puno, el ya vencedor pueblo nativo Uro y todos los pueblos aymaras,
que no dejan solos a sus hermanos, hoy criminalizados por defender
sus derechos.-
(3) Para una mejor comprensión de esta línea de defensa y las que
explicaremos a posteriori véase Juan Carlos Ruiz Molleda: Servindi-
2014.- https://www.servindi.org/actualidad/106415 consultada en
fecha 17/09/16.

Por Felipe Supo C. / Mariátegui


12/06/11

Lo hemos denominado como: “Aymarazo” este hecho social, en alusión y la relación en analogía
como movimiento social (que por cierto tiene matices diferentes) de lucha de reivindicación social
del “Baguazo” de nuestros hermanos de la región del oriente peruano. El conflicto social generado
por nuestros paisanos aymaras del sur de nuestra región Puno tiene una explicación percibida
desde motivaciones culturales, económicas, ecológicas y sociales hasta políticas; que por cierto, ha
traído consecuencias en las mismas dimensiones.

Tal como lo describe BIGIO, I. (2002), los aymaras han mantenido una serie de instituciones
comunitarias y ritos religiosos propios. Posiblemente son el pueblo andino que más haya mantenido
los cultos cósmicos, como a los cerros (’apus’), al sol (’inti’) y la madre tierra (’pachamama’). Tienen
su propio calendario y por ejemplo el 21 de junio del año 2004, celebraron el inicio de su año 5510.
Los aymaras reivindican las insurgencias campesinas anti-blancos de Zárate Willca (1899) y de
Túpak Katari (fines de 1700).

Uno de los preceptos que inmola sobre todo a la intelectualidad Aymara (incluido el suscrito –siendo
Quechua-) es el poema “Orgullo Aymara” de Dante Nava que dice:

"Soy un indio fornido de treinta años de acero,


"forjado sobre el yunque de la meseta andina…
…"Las montañas membrudas educaron mis músculos,
"me dio la tierra mía su roqueña cultura,…
…"Cuando surja mi raza que es la raza más rara,
"nacerá el superhombre de progenie más pura,
para que sepa el mundo lo que vale el aimara."

Uno de los aspectos más importantes para la vida de los aymaras está en relación a su saber
andino como conocimiento que está en relación a sus valores y creencias ancestrales: por cuanto,
para ellos los cerros (Apus) se constituyen como los guardianes tutelares de custodia de su vida y
su cosmovisión andina ; es decir de su cultura. Además que consideran que la tierra y las especies
de flora y fauna tienen vida propia, de ahí sus ritos del pago a la “Pachamama” que le da sus frutos
no sólo para su subsistencia en relación a sus necesidades básicas de alimentación sino algo más
místico y espiritual.

Este movimiento social generado por los aymaras como conflicto tuvo todo un proceso, desde el
agotamiento de todos los recursos administrativos como sendos memoriales, reclamos, proyectos
de ley, perfiles de proyectos, etc. que han sido canalizados esterilmente a través del gobierno central
y gobierno regional de Puno. Quienes iniciaron este movimiento social por cierto fueron los aymaras
del distrito de Quelluyo que exigían el cierre de la mina “Santa Ana”, luego se propagó este
movimiento social que duró 21 días a las provincias de Desaguadero, Juli y Yunguyo como reguero
de pólvora, aún más frente a la negativa de la firma de la Ordenanza Regional de cese a las
concesiones mineras por parte del presidente del Gobierno Regional de Puno, quién en su oferta
electoral había prometido no a las exploraciones y concesiones mineras y a su vuelta de una
reunión de minería a nivel mundial realizado en Toronto Canadá había cambiado radicalmente su
discurso y oferta electoral que era contraria al Consejo Regional que ya había emitido una
Ordenanza Regional que satisfacía inicialmente las exigencias y expectativas del pueblo aymara.

Este movimiento social terminó en radicalizar sus medidas y estrategias de lucha al enterarse que
su Dios tutelar; es decir, su Apu “Kaphia” estaba incluído dentro de los lotes de concesión para la
exploración y explotación minera. Este cerro que se constituye “sagrado” dentro de su cultura no
sólo resulta ser un Dios tutelar, sino les provee a varias comunidades campesinas y centros
poblados de varios distritos de la región sur del líquido elemental agua tanto para su consumo como
para sus actividades agropecuarias. Esencialmente ésta es la causa que dio origen al movimiento
social de los aymaras que terminó con consecuencias negativas de dimensiones económicas,
sociales y políticas que todos sabemos.

_______________________________

LA OTRA CARA DEL AYMARAZO


agosto 10, 2017

Perjuicios irreparables e innecesarios.


ELVIRA ADRIANA HUANCA QUISPE

RESUMEN
La condena a Aduviri por el Juzgado Penal Colegiado de Puno, trajo reacciones
diversas, sin embargo hacemos ver la “protesta social” y sus actos de violencia fueron
absolutamente innecesarios por cuanto nuestro ordenamiento jurídico nacional y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha previsto mecanismos y acciones
legales, en caso concreto el proceso de amparo y el proceso de inconstitucionalidad
ambos con la posibilidad de solicitar medida cautelar y de manera excepcional, sin
haber agotado el derecho interno, ante una demora en emitir una decisión final sobre
el caso sin que exista una razón válida, se habilita la posibilidad de ir a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos vía medida cautelar, ante gravedad y urgencia),
mecanismos que no se activaron.

PALABRAS CLAVES: Derechos - pueblos indígenas - Protesta social –amparo –


inconstitucionalidad - Medidas cautelares.
SUMMARY
The condemnation of Aduviri by the Collegiate Criminal Court of Puno brought various
reactions, but we do see the "social protest" and its acts of violence were absolutely
unnecessary because our national legal system and the Inter-American Court of
Human Rights, And legal actions, in the specific case the amparo process and the
unconstitutionality process both with the possibility of requesting a precautionary
measure and in an exceptional manner, without having exhausted the domestic law,
before a delay in issuing a final decision on the case without there being A valid reason,
allows the possibility of going to the Inter-American Court of Human Rights via a
precautionary measure, before seriousness and urgency), mechanisms that were not
activated.
KEY WORDS: Rights - Indigenous Peoples - Social Protest - Protection -
Unconstitutionality - Precautionary Measures.
I. INTRODUCCIÓN.
En los últimos días, uno de los temas que ha llenado las páginas de muchos diarios
puneños y de muchas mesas de debate y diálogo, de muchos medios de
comunicación audiovisual, ha sido la sentencia dictada en el proceso penal del caso
“Aymarazo”.
Una parte de los comentaristas y analistas han señalado que la sentencia que
condenó a 7 años de pena privativa de libertad a Walter Aduviri (en su calidad de
dirigente), es una afectación y afrenta a los derechos de los pueblos indígenas,
quienes solo buscaron –por medio de las protestas- defender los derechos que la
Constitución Política del Estado Peruano les había reconocido; la otra parte, de
comentaristas y analistas, han señalado que la sentencia que condenó a Walter Aduviri
es una sanción a los excesos de la protesta social que ocasionó muchos perjuicios.
Sin embargo, ninguno de ellos ha señalado si las consecuencias nefastas de la
protesta social del pueblo aimara fueron necesarias o pudieron ser evitadas.
Entonces, el estudio que aquí se ha hecho no es una continuación de esta discusión
dicotómica, entre los que consideran que la sentencia condenatoria, dictada en contra
de Walter Aduviri, no es justa y los que consideran que si lo es; sino es un estudio
desde un ángulo distinto al anterior que busca aclarar y dar luz a la anterior discusión,
así como, ofrecer algunas reflexiones entorno a las consecuencias nefastas del
“Aymarazo” que se habrían podido evitar.
Para alcanzar este objetivo, se ha empleado el método analítico-sintético, que consiste
en descomponer el todo a fin de entender el todo por medio de la relación entre sus
partes.
Siendo así, en la primera parte este trabajo se hará un resumen del conflicto minero en
Santa Ana, así como, se expondrá las consecuencias que trajo la protesta social del
pueblo indígena aimara. En la segunda parte se dará a conocer las otras vías de
solución, que habrían evitado el resultado nefasto de la protesta social del pueblo
indígena aimara. Por último, antes de pasar a dar las conclusiones del presente
trabajo se expondrá algunas reflexiones necesarias.
II. EL CONFLICTO MINERO EN SANTA ANA Y SUS CONSECUENCIAS.
2.1. Antecedentes.
El Estado peruano a través del Decreto Supremo N° 083-2007-EM, declara de interés
público la inversión privada en la actividad minera y otorga concesión minera “Santa
Ana” a favor de la empresa Break Creek Mining Cómpany Sucursal del Perú, en
los distritos de Huacullani y kelluyo de la provincia de Chucuito Juli – Puno, en zonas
de frontera con Bolivia, es decir dentro de las 50 Km. A la frontera con Bolivia.
El en conexión se estima en un área de 6 300 Hás., y tendría 63. 2 millones de onzas
en plata equivalente a 1 030 792 millones de dólares, entonces la concesión tuvo un
importante valor económico.
2.2. Derechos Afectados a las Comunidades Campesinas “Aymaras”.
La Concesión minera, que fue nulo de pleno derecho, por contravención al Art. 71 de
la Constitución, además afectó derechos fundamentales como a la vida, a la consulta
previa, a la identidad cultural y bienestar, a la propiedad, tierra y territorio, a la paz, al
ambiente equilibrado y a la práctica de valores sociales, religiosos y espirituales.
Así lo reconoció el Juzgado Penal Colegiado de Puno de la Corte Superior de Justicia
de Puno, en proceso judicial seguido en contra del Walter Aduviri Calizaya y otros, por
disturbios y otros, tramitado en el Expediente N° 00682-2011-7-2101-JR-PE-02. Sobre
todo la cosmovisión de la Nación Ayamara,
“las comunidades campesinas, y por ende el poblador aymara, está íntimamente
vinculado a la defensa de su territorio y los recursos naturales, y en caso de riesgo o
amenaza son pasibles de asumir actos de defensa, organizándose y pudiendo
interrelacionar con entornos próximos urbanos y la sociedad misma; pues se estaría
afectando su esencia misma de existencia; todo vinculado a su cosmovisión, pues el
aymara concibe su habitat como el medio andino que dio origen y bienestar a la
comunidad” (Sentencia, 2017).
2.3. Hechos Atribuidos en el proceso judicial denominado “Aymarazo”.
La Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa, dirigida por el Fiscal Dr. Juan
Monzón Mamani, le atribuye, dirigir el Comité Central del Frente de Defensa de los
Recursos Naturales de la Zona Sur de Puno, quienes convocaron, organizaron,
planificaron y dirigieron la “huelga anti minera”, coordinaron y condujeron a los
integrantes de sus comunidades y tuvieron autoridad y dominio sobre los pobladores
que participaron durante la protesta anti minera que se agudizó en la ciudad de Puno
del 23 al 27 de mayo del 2011, mediante el bloqueo de vías de acceso y salida de la
ciudad de Puno y la zona sur, el bloqueo de las principales arterias de la ciudad,
limitaron el libre tránsito de vehículos y personas por la ciudad, interrumpieron el
normal funcionamiento de los servicios públicos y privados, los manifestantes
convocados por los acusados causaron destrozos en la propiedad pública y privada
(2011).
La población Aymara inició los actos de protesta, en la creencia de que fue el único
medio idóneo, ello inducido por los dirigentes. “La protesta social es una de las formas
colectivas más eficaces de expresión. Pero incluso, en algunas circunstancias resulta
ser también la única forma a través de la cual ciertos grupos pueden ser escuchados
(CIDH, 2009, Cap. Par. 69)” (Pásara, 2015), es por incluso a fecha siguen creyendo no
se cometió ningún delito.
Concesión que fue nulo de pleno derecho, por contravención al Art. 71 de la
Constitución, además afectó derechos fundamentales como a la vida, a la consulta
previa, a la identidad cultural y bienestar, a la propiedad, tierra y territorio, a la paz, al
ambiente equilibrado y a la práctica de valores sociales, religiosos y espirituales sin
embargo, la medida de protesta y los actos de violencia fueron absolutamente
innecesarios, por cuanto nuestro ordenamiento jurídico nacional y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, ha previsto mecanismos y acciones legales
para evitar la afectación y/o vulneración de los derechos que referimos.
Tras la paralización de la ciudad de Puno y el sur del departamento, por más de 45
días. En una estimación inicial, el departamento ha dejado de percibir al menos
US$117 millones en turismo, infraestructura y recaudación aduanera (Diario el
Comercio, 2011).
III. ¿PUDO EVITARSE LAS CONSECUENCIAS NEFASTAS DEL AYMARAZO? ¿CÓMO?
Nadie puede negar que las consecuencias del “Aymarazo” fueron nefastas e
irreparables, incluso pudieron ser similares o peores a los de Bagua. Sin embargo, la
pregunta es si estas consecuencias pudieron evitarse. En otras palabras, si existieron
otras vías de solución que hubieran evitado no solo las consecuencias señaladas en la
primera parte, sino también el dramático y agobiante proceso penal por el que tuvieron
que pasar varios de los integrantes de la nación aimara.
La declaratoria de necesidad pública del proyecto minero Santa Ana, vulneró varios
derechos del pueblo indígena Aymara, entre ellos: el derecho a la consulta previa, el
derecho a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida, el
derecho a la autonomía sobre su territorio, etc. Asimismo, el Decreto Supremo N° 028-
2008-EM, que declaró de necesidad pública el proyecto minero Santa Ana, contravino
el artículo 71 de la Constitución política del Estado que señala que dentro de cincuenta
kilómetros de las fronteras, los extranjeros no pueden adquirir ni poseer por título
alguno, minas, tierras, bosques, aguas, combustibles ni fuentes de energía, directa ni
indirectamente, individualmente ni en sociedad.
3.1. ¿Qué acciones o vías tomó el pueblo aimara? ¿Qué acciones o vías debió tomar?
Estas son dos preguntas que serán respondidas consecutivamente y una a la vez.
Empecemos con la primera. Haciendo un recuento de las acciones adoptadas por el
pueblo aimara se tiene que entre mayo y junio de 2011 se tomaron las
En el Perú tenemos el proceso de amparo (Art. 37 Inc. 12, 23 y 24 del C.P.Const.) en
la afectación a los derechos afectados como el dercho a la consulta previa,
contaminación ambiental y el proceso de inconstitucionalidad (Art. 99 C.P.Const.) en
el caso del Decreto Supremo que concede la concesión minera “SANTA ANA” para se
requiere entre otras la firma de 5 000 ciudadanos (Art. 203 de la Const.), presupuesto
que ampliamente superan los manifestantes, ambos con la posibilidad de solicitar
medida cautelar (Art. 15 y 111 C.P.Const.), por su naturaleza, en Puno basta señalar el
Exp. N° 01846-2012, (Atuncolla – Puno) además de ello, de manera excepcional, sin
haber agotado el derecho interno, ante una demora en emitir una decisión final sobre
el caso sin que exista una razón válida, se habilita la posibilidad de ir a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos vía medida cautelar, ante gravedad y urgencia
(Art. 25 del Reglamento de la CIDH).
Ahora, las medidas cautelares, exigen dos presupuestos que son la verosimilitud en el
derecho invocado y el peligro en la demora (2014). Pero que es perfectamente posible
incoar en ambos casos.
3.2. Casos resueltos, a través de las vías legales ante el Corte Interamerinca de
Derechos Humanos. Caso Conga y otros en América Latina.
El 2 de diciembre de 2011, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos recibió
una solicitud de medidas cautelares presentada por la Asociación Interétnica de la
Selva Peruana (AIDESEP), Confederación Campesina del Perú (CCP), Confederación
Nacional Agraria (CNA), Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas
por la Minería (CONACAMI) y Organización Nacional de Mujeres Indígenas, Andinas y
Amazónicas del Perú (ONAMIAP) (en adelante "los solicitantes"), solicitando que la
CIDH requiera a la República de Perú (en adelante "Perú" o "el Estado") que proteja la
vida e integridad personal de "las autoridades y miembros de pueblos indígenas,
comunidades campesinas, rondas campesinas y población en general" de las
provincias de Cajamarca, Celendín y Hualgayoc-Bambamarca, en la región de
Cajamarca quienes se encontrarían en una situación de riesgo, debido a su oposición
a la ejecución de un proyecto minero. Se solicitó que se proteja el territorio ancestral
de las comunidades y rondas campesinas de la provincia de Cajamarca, Celendín y
Bambamarca por medio de una medida cautelar relacionada con la petición P 716 -12,
recibida el 19 de abril de 2012 (2014).
La CIDH considera que el presente asunto reúne prima facie los requisitos de
gravedad, urgencia e irreparabilidad contenidos en el artículo 25 de su Reglamento, en
consecuencia, la Comisión solicita al Gobierno de Perú que: a) Adopte las medidas
necesarias para garantizar la vida y la integridad personal de las beneficiarías y
beneficiarios identificados; b) Concierte las medidas a adoptarse con los beneficiarios,
beneficiarías y sus representantes; y c) Informe sobre las acciones adoptadas a fin de
investigar los presuntos hechos que dieron lugar a la adopción de la presente medida
cautelar y así evitar su repetición.
El caso Mikitos de la Costa del Caribe Norte en Nicaragua, Etnia Tolupán en Hondura,
Yakye Axa en Paraguay, Nonam – Wouman en Colombia y Lof Paichil Antriaco –
Mapuche en Argentina. Con todo, ello y en casos similares, se optó por las vías
legales y no las vías de hecho.
IV. CONCLUSIONES.
En el presente trabajo se ha arribado a las siguientes conclusiones:
1.- Que, el ejercicio de los derechos fundamentales, entre ellos, el derecho a la
protesta es legítima siempre cuando se respete el orden democrático constitucional, es
decir no debe afectar ningún otro bien jurídico protegido o derecho fundamental de
tercero.
2.- Que, los dirigentes y líderes sociales, deberán asumir responsablemente sus actos
y prever excesos durante la protesta social. Independistamente a que dichos sean
legítimos, como es el caso concreto.
3.- Los mecanismos legales establecidos en el caso concreto es el proceso de
inconstitucionalidad en relación al Decreto Supremo que otorga la concesión minera y
respecto a no consulta previa, contaminación ambiental y otros del proceso de
amparo. En ambos casos se admiten medida cautelar.
4.- En la eventualidad que el derecho interno no de respuesta favorable o exista
dilación innecesaria sin que exista una razón válida, tenemos habilitado sin haber
agotado el derecho interno, se habilita la posibilidad de ir a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos vía medida cautelar, ante gravedad y urgencia.
5.- Queda, probado que la protesta social, fue innecesario, así como pude evitarse no
sólo los daños a entidades públicas y/o privadas sino también el proceso judicial, que
perjudica a la sociedad.
V. BIBLIOGRAFÍA.
Caso N° 270601501-2011-483-0 (Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Puno
2011).
Derecho y Sociedad. Medida Cautelar. (5 de Mayo de 2014). Recuperado el 1 de agosto de
2017, de http://www.derechoysociedad.org/IIDS/Noticias/2017/Nota_de_Prensa_09-
2017.pdf.
Diario el Comercio. (28 de junio de 2011). Archivo. El comercio. Recuperado el 1 de agosto de
2017, de http://archivo.elcomercio.pe/sociedad/lima/puno-perdio-mas-us117-mlls-paro-
antiminero-noticia-832714.
Pásara, L. (2015). La jsuticia en la región andina. Miradas de cerca a Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú. Lima: Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú.

Sentencia, Expediente N° 00682-2011 (Juzgado Penal Colegiado de la Corte Superior de


Justicia de Puno 18 de Julio de 2017).

Anda mungkin juga menyukai