Catequesis: La2018
catequética
XLIV, Nº 4
Lumen Vitae
Andre Fossión
2018
ISPG – Teología Pastoral y Catequética
Contenido
Entre Teología y Catequesis: la Catequética.....................................................................................................2
1. Teología y Catequesis..............................................................................................................................3
a. Su finalidad común y sus rasgos específicos.......................................................................................3
b. Sus relaciones mutuas........................................................................................................................4
La Teología como paso dentro de un proceso catequístico................................................................4
La teología como instancia reguladora del contenido de la catequesis..............................................4
La Teología como recurso y materia de discernimiento para la catequesis........................................5
2. La catequética, ciencia de la catequesis..................................................................................................6
a. La catequética entre las disciplinas teológicas...................................................................................6
b. Tres ejes de búsqueda para la Catequética.........................................................................................6
3. Papel de la catequética en el terreno de la teología y de la catequesis..................................................8
a. La catequética en el terreno de la teología.........................................................................................8
b. La catequética en el terreno de la catequesis.....................................................................................8
En estas páginas me propongo reflexionar sobre la articulación del trinomio: Catequesis, Teología
y Catequética. En el primer punto se tratarán los dos primeros términos, trataré de precisar la
especificidad respectiva de la teología y de la catequesis, así como también las relaciones que tienen
entre sí en el seno del mismo ministerio de la PALABRA. En el segundo punto se tratará el tercer término:
La catequética en cuanto “Ciencia de la Catequesis”. Al final, en el tercer punto, uniendo los tres términos
del trinomio, señalaré la función que puede jugar la catequética en los terrenos respectivos de la teología
y de la catequesis para un mayor apoyo mutuo de uno y de otro.
1. Teología y Catequesis
a. Su finalidad común y sus rasgos específicos
¿Cómo se conectan la teología y la catequesis? ¿Qué las diferencia? El Directorio Catequístico
General nos responde a estas preguntas: Distingue cuatro formas fundamentales del Ministerio de la
Palabra entre lasque figuran la Teología y la Catequesis”. El Ministerio de La Palabra asume múltiples
formas, entre las cuales se cuenta la catequesis según las diversas condiciones en que se ejerce y los fines
que trata de alcanzar:
se da la forma que se llama evangelización, o predicación misionera, que tiene como fin excitar
inicialmente la fe, de suerte que los hombres adhieran a la Palabra de Dios.
sigue la forma catequística, cuya meta es que en los hombres la fe, iluminada por la Palabra de
Dios, se torne viva, explícita y activa.
añádasela forma litúrgica, en el ámbito de la Celebración Litúrgica, especialmente Eucarística (por
Ej.: La homilía).
Está finalmente la forma teológica, es decir, el desarrollo sistemático y la investigación científica
de las verdades de fe.
Por lo que se refiere a nuestro propósito, tiene importancia la distinción de estas formas que se
rigen por sus propias leyes. Las mismas, sin embargo, en la realidad concreta del ministerio pastoral van
estrechamente enlazadas entre sí (Cf. DCG. Nº 17).
Por lo tanto, teología y catequesis forman parte, ambas del ministerio de la Palabra. En efecto,
tienen una finalidad común: el servicio de la inteligencia, de la comunicación y de la maduración en la fe.
Así lo subraya la Exhortación Apostólica Catechesi Tradendae: «…La correlación existente entre catequesis
y teología es evidentemente profunda y vital para quien comprende la misión irreemplazable de la teología
al servicio de la fe…». (CT. Nº 61). También fundamentalmente, en su quehacer respectivo, sus
preocupaciones se cubren. Cuando la teología se empeña en hacer una exposición sistemática de la fe, lo
hace para hacerla inteligible y finalmente comunicable para los hombres, ella busca necesariamente una
inteligencia de la fe que se refiere siempre a una teología.
concebido para favorecer una apropiación existencial de las verdades esenciales de la fe por personas
particulares, recurriendo a un conjunto de procedimientos pedagógicos adatados a la situación de estas
personas, en un espíritu de ayuda y de servicio.
Desde esta óptica se ve claro que la catequesis no es de ninguna manera “una teología en escala
reducida”. No es un calco elemental de la teología y no se reduce a un arte de aplicación.
Hay que subrayar que la catequesis no está en una posición subalterna con respecto a la teología.
No se distingue de ella tampoco por una menor exigencia de tecnicismo; no se puede pasar de la
una a la otra como se pasa de una forma científica a una forma vulgarizada. En realidad, teología y
catequesis se distinguen por el tipo de sistematicidad discursiva que respectivamente ponen en marcha;
son dos formas de discurso que, a propósito de un mismo mensaje, tienen su objetivo, su lógica, su
tecnicismo y sus exigencias propias.
teológica correrá siempre el riesgo de no percibir y por consiguiente de no hacer valer en sus
catequizandos la unidad orgánica de la fe así como la jerarquía de sus verdades. De esta manera, como lo
subraya el Directorio Catequístico General, la formación teológico-doctrinal de los catequistas debe
capacitarlos para “transmitir exactamente el mensaje evangélico” (DCG Nº 112), es decir, de una manera
que haga resaltar la estructura integral Cristocéntrica y Trinitaria del Mensaje Cristiano (DCG Nº 40-41),
que respete la jerarquía de las verdades de la fe (DCG Nº 43) y que haga resaltar globalmente la dinámica
de la Historia de Salvación. (DCG Nº 44) La teología representa aquí más que el “momento” doctrinal del
proceso catequístico; ella juega el papel más global de una distancia reguladora del conjunto de la
catequesis de tal manera que ésta, en su contenido, a pesar de su diversidad sea conforme a la regla de
fe y respete los equilibrios fundamentales de la fe. En esta óptica de regulación, como lo sostiene el
Directorio, la formación teológico doctrinal de los catequistas les podrá permitir además “discernir en el
Itinerario espiritual de los catequizandos lo que concuerda con la fe”. (DCG Nº 112).
En razón de las relaciones estrechas que existen entre teología y catequesis en el seno del mismo
ministerio de la Palabra, se comprende cuan necesario es para los teólogos mantenerse en contacto con
las realidades de la catequesis. “Cuiden los obispos que los catequistas se preparen de la debida forma para
su función, de suerte que conozcan con claridad la doctrina de la Iglesia y aprendan teórica y prácticamente
las leyes psicológicas y las disciplinas pedagógicas.”(CD Nº 14).
“La formación de los catequistas exige una sólida formación teológico-doctrinal... En las facultades
de teología también ha de enseñarse, de manera oportuna, la materia de catequesis... Fomenten los obispos
las reuniones de teólogos, peritos en ciencias humanas y catequéticas, para promover la investigación
interdisciplinaria en materias catequéticas” (Sínodo 1977 Proposición 32).
Se sitúa, según la expresión de uno de sus pioneros, Pierre André Liégé, “En un plano de reflexión
y de sistematización donde la catequesis encontrará su justificación, el enunciado de sus exigencias
indispensables, la presentación de su contenido, la regulación de sus iniciativas”.
De esta manera la catequética se presenta como estudio reflexivo, sistemático y regulador de las
prácticas eclesiales del anuncio, de la enseñanza y de la educación de la fe.
En estas perspectivas, la catequética tiene por objeto específico el encarar el misterio cristiano,
en su conjunto o en sus diversos aspectos, en el acto de ser comunicado, de ser enseñado, de ser
recibido y apropiado por los sujetos.
Así definida la catequética pertenece de pleno al campo de la teología. Ella promueve, en efecto,
una inteligencia de “la fe que se comunica”; lo que, por una parte, toca a la comprensión del misterio de
la fe misma y, por otra parte, esclarece y ayuda a la Iglesia en el cumplimiento de su misión.
Una primera perspectiva puede tomar por tarea el desarrollo de una teología del acto
catequístico y, más globalmente, de una teología de la comunicación de la fe en la cual este acto se
inscribe. Bajo esta óptica, a partir de las fuentes bíblicas y de los datos dogmáti cos, a partir de la
enseñanza del Magisterio, a partir de las prácticas de la Tradición, y con el apoyo de las Ciencias
Humanas, particularmente las que tratan de la comunicación, se tratará de elaborar una teología
sistemática del mismo proceso de la comunicación de Dios y de su Palabra en el terreno humano. El
objeto de esta teología consiste en comprender mejor el misterio cristiano en sus diferentes aspectos
bajo un ángulo “económico”; la comunicación de Dios, manifestada históricamente de manera definitiva
en Jesucristo, llamando a la conversión y a la adhesión personal de la fe, suscitando comunidades
creyentes donde se viven y se celebran el Amor de Dios, la comunión fraterna así como también el
servicio a los hombres en nombre del Evangelio en la esperanza del Reino que viene. A partir de ahí, se
tratará de comprender mejor teológicamente el mismo acto catequístico en el interior del proceso global
de la comunicación de la fe. Cuando la catequética, por ejemplo, señala que la catequesis se inscribe en
una proposición de una Alianza, que siempre consiste en un movimiento de TRADITIO Y REDITIO
(Entrega y rendición), cuando la catequética reflexiona que la profesión de fe es siempre un testimonio
dado, o también cuando habla del sentido, de las exigencias y de los mecanismos de la Inculturación, se
sitúa en ese primer eje de búsqueda. Aquí la catequética pertenece a la teología fundamental.
El tercer eje de búsqueda está más inmediatamente relacionado con la práctica catequística, se
trata aquí, en función de situaciones precisas, en la fidelidad inventiva a las indicaciones de los pastores y
teniendo en cuenta diversos parámetros (contexto social y eclesial, condiciones culturales de los
interesados, su edad, sus aptitudes, su grado de crecimiento en la fe, etc.) de elaborar con todo el rigor
posible hipótesis de trabajo (proposiciones de progresión y de articulación de contenidos, proposiciones
de modelos de organización, de funcionamiento pedagógico y de evaluación) que tendrán que ser
cotejados y mejorados en la acción concreta. La catequética se inscribe aquí en el proyecto de una
teología práctica en el sentido como lo definen GK. Rahner, E. Jüngel y M. Seitz: “la teología práctica es
esta disciplina teológica que se ocupa de las actividades por las cuales la Iglesia se realiza de hecho, y debe
realizarse en cada situación concreta... tiene que haber en la Iglesia una reflexión tendiente a preguntarse
como se debe poner por obra la autorrealización de la Iglesia, en una situación determinada, a partir de esta
situación y para enraizarse en ella”. Por ese tercer eje de búsqueda, la catequética pertenece a la teología
práctica.
Para este fin, la catequética puede asumir concretamente el rol de hacerse eco, en los diferentes
sectores de la teología, de los cuestionamientos, de las exigencias, de las dificultades, de las reacciones
positivas o negativas que se encuentran efectivamente en las diversas áreas de la práctica catequética en
relación a tal o cual perspectiva teológica. La catequética podrá igualmente poner por obra y coordinar
investigaciones interdisciplinarias donde, según el deseo des Sínodo sobre la catequesis, teólogos,
especialistas en ciencias humanas y catequistas prácticos podrán interrogarse sobre las condiciones de la
comunicación de la Buena Nueva, sobre las dificultades y promesas que manifiestan la cultura –
particularmente las culturas nacientes- respecto a la fe. De esta manera, la catequética, por la vigilancia
que puede ejercer relativa a todas las cuestiones que tocan a la comunicación, puede ser para el conjunto
del terreno teológico. Uno de estos aguijones para su búsqueda a fin de re-expresar la herencia de la
tradición de una manera adaptada al mundo presente. Desde este punto de vista, la catequética es una
poderosa palanca de Inculturación de la teología misma.
Esta toma de distancia respecto a la práctica permite efectuar el discernimiento del que
hablamos más arriba entre los elementos más útiles para la práctica catequética de la investigación
teológica. Es en esa toma de distancia que presta la catequética, que se puede hacer el trabajo de
elaboración de perspectivas teológicas que la catequesis necesita. Desde este punto de vista, la
catequética como reflexión sistemática a partir de la práctica catequística de ser un verdadero lugar
teológico: un lugar donde se buscan y se prueban “expresiones originales de vida, de celebración y de
pensamientos cristianos” (CT Nº 53), un lugar igualmente donde se inventa constantemente el saber
hacer en cuanto a las condiciones de la comunicación de la fe en el seno de un contexto determinado.
Para que así sea, conforme al voto de los Padres del Sínodo de ver aplicarse en la organización de
la catequesis el principio de subsidiaridad y de corresponsabilidad (Sínodo 1977, proposición Nº 34),es
importante que los agentes de la catequesis no sean considerados como simples ejecutores, sino que
sean, en la medida de lo posible, catequetas, o, en otros términos, prácticos e investigadores, que
disponen de instrumentos de análisis, de referencias teológicas, de modelos pedagógicos que les
permiten ver su práctica en perspectiva desde distintos ángulos, de elaborar una teoría, de evaluarla y de
transformarla. Esto es precisamente la tarea de la catequética; elaborar con ellos y para ellos los
instrumentos de análisis, los modelos de acción pedagógica y las perspectivas teológicas que necesitan.
La catequesis ganará así vivacidad y eficacia.
Ciertamente, la práctica catequística tendrá que recurrir siempre de alguna manera, a la intuición
como toda práctica pedagógica, la catequesis es efectivamente un arte: arte de la viveza, arte del
discernimiento, arte de la palabra justa, arte de la relación, etc. Pero este arte podrá ejercerse con más
exquisitez en la medida que se apoya en una toma de conciencia más aguda de sus leyes, de sus
operaciones y de sus exigencias, arte y técnica en realidad van de la mano. La catequesis es también un
“oficio” que se puede aprender con vigor para ejercerlo precisamente en arte. Esta es la razón principal
de ser de la catequética: promover en los catequistas una gran lucidez y una técnica en la manera de
elaborar a catequesis y de cumplir así la misión pastoral que le confía la Iglesia. A este respecto la apuesta
consiste en que los catequistas puedan trabajar de manera inventiva con el máximo de vigor, de
inteligencia y de competencia para establecer las condiciones más favorables, dentro del contexto cultural
actual, para el encuentro entre la Gracia y las libertades.