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CONSTRUCCION DE TESTS

En psicometría, se denomina construcción de tests o construcción de pruebas al


conjunto de procedimientos de planificación, diseño, control, normalización y
estandarización de pruebas o tests psicológicos. La construcción de un test psicológico
puede enmarcarse en la teoría clásica o realizarse de acuerdo a la teoría de respuesta al
ítem (también llamada «teoría probabilística»). Si se concibe el test como instrumento
medición ajustado a criterios científicos, su construcción es un proceso complejo, que
consta de varias fases o pasos en los que se aplican pruebas o procedimientos
estadísticos. Las fases se realizan sucesivamente, de modo que cada una se basa en los
resultados obtenidos en la fase anterior.
FASES EN LA CONSTRUCCION DE UN TEST
Existen diversas posibilidades de definir la secuencia de tareas, pero por lo general se
partirá de una teoría ya existente (por ejemplo, la teoría de la inteligencia, la teoría
psicoanalítica de las pulsiones), a la luz de cuyos postulados se generan las preguntas,
ítems o tareas del test. Estos ítems, con la ayuda de diversos procedimientos y pruebas
estadísticas, serán estudiados estableciendo su valor discriminatorio, su confiabilidad, su
validez, etc.
Con frecuencia se realiza una agrupación hipotética (en clases) de las características que
se medirán y luego a través de procedimientos estadísticos (por ejemplo el análisis
factorial) se explora la intensidad o la frecuencia de presentación del un rasgo estudiado
en su clase.
Sin embargo, independientemente de los métodos específicos, es posible diferenciar de
manera gruesa las siguientes etapas en la construcción de un test:
DEFINICIONES: ANÁLISIS DEL RASGO A EVALUAR
Se trata de establecer el constructo no observable que se pretende medir con el test y los
factores que podrían definirlo (por ejemplo, el constructo «personalidad» y los rasgos
estructurales que la definirían; o la «inteligencia» y las funciones cognitivas que la
denotan). En esta fase se trata de delimitar los alcances de lo que se quiere medir, definir
operacionalmente el concepto, aislarlo de otros constructos aledaños, etc. Se supone que
la calidad del análisis y delimitación clara del constructo determina en gran medida el éxito
de la aplicación posterior y la consistencia interna y externa (en términos de fiabilidad y
validez) del test que se construye.
PLANIFICACIÓN: ELABORACIÓN DE LOS ÍTEMS
Se trata aquí de diseñar el test, determinando su estructura general y definiendo el tipo de
tareas o ítems a las que se someterá a la persona (o grupo de personas, puesto que es
importante recordar que el objeto de un test no siempre es un individuo: puede ser un
grupo social, una institución, un equipo de trabajo, una organización laboral) que será
probada. En esta fase se formulan las posibles preguntas o instrucciones para cada una
de las tareas del test. El resultado de esta fase es un prototipo de test, es decir una
versión provisonal de la construcción propuesta. Es deseable que esta primera versión del
test conste de un número elevado de ítems sobre los que posteriormente hacer la
selección final. Anstey (1976) recomienda que se elabore una base que al menos triplique
el número de ítems de que constará el test definitivo.
ANÁLISIS DE ÍTEMS
En esta etapa se establecen los criterios de adecuación de los ítems, los que más tarde
serán nuevamente controlados en la fase de validación. Principalmente se trata aquí de
explorar el grado de dificultad de las tareas o ítems que van a conformar el test y de
determinar la capacidad que estos muestran para discriminar la variable que se estudia.
Existen dos tipos de análisis posibles:

 Análisis subjetivo: Realizado por un conjunto de expertos en la materia que el test va


a evaluar, se trata de un proceso de eliminación de todos aquellos ítems que sean
juzgados inconvenientes con base a una serie de criterios aparentes. Así, se
descartarán mediante este proceso aquellos ítems que reflejen ambigüedad,
constituyan una repetición innecesaria, guarden poca relación con el constructo a
evaluar o una tengan una complejidad sintáctica excesiva.
 Análisis objetivo: Se realiza a partir del análisis estadístico de los ítems. Los criterios
de selección varían en función de los supuestos del modelo a utilizar en su
construcción. Si la prueba se construye con base en la Teoría clásica de los tests, los
criterios de selección a tener en cuenta serán los índices de homogeneidad, validez y
dificultad del ítem; su poder discriminativo; y el coeficiente de fiabilidad del test. Si por
el contrario, la prueba se construye bajo los supuestos de la Teoría de respuesta al
ítem, los criterios de selección, según Hambleton y Swaminathan (1985) serán la
dificultad y discriminación del ítem, la bondad de ajuste del ítem al modelo, y el grado
deseado de la función de información del test.

DETERMINACIÓN DE LA FIABILIDAD
El coeficiente de confiabilidad (o fiabilidad) deberá establecer si la característica estudiada
se puede medir con el test de manera estable. Un test es confiable si mide siempre de
igual manera (o de manera estable) la característica o constructo no observable que
pretende medir. Dicho de otro modo, el test- restest debe arrojar resultados iguales o su
diferencia debe ser lo suficientemente mínima como para desestimarse.
DETERMINACIÓN Y CONTROL DE LA VALIDEZ
Se trata de establecer y controlar si el test mide realmente aquella característica que
pretende medir. La prueba de esto se consigue aplicando el test a una muestra, de donde
se obtendrán los datos normalizados (la distribución de las medidas en la muestra). Esta
muestra, para que el test se considere normalizado, tendrá que ser seleccionada desde el
universo donde luego se pretende aplicar el test.
TIPIFICACIÓN DE LOS RESULTADOS
Este proceso facilita la interpretación correcta de los datos obtenidos a partir del test.
Consiste en tipificar los datos, es decir, realizar una transformación de las puntuaciones
directas (también llamadas "empíricas" u "observadas") para posibilitar su comparación
con las puntuaciones de su población de origen.
NORMAS DE APLICACIÓN
En esta fase final, se debe redactar una serie de instrucciones que posibiliten una correcta
administración del test. Deben especificarse claramente las instrucciones que se va a
proporcionar a los sujetos que vayan a participar en la prueba, poniendo especial énfasis
en que sean lo más homogéneas posibles, de manera que se asegure que todos los
participantes en la prueba recibirán exactamente las mismas instrucciones. De esta forma
se reduce en gran medida la presencia de sesgos que podrían afectar al resultado final.
El apego responde a la necesidad de estima y afecto, pero de una forma más intensa, y nace del
vínculo que crea el niño con la madre o cuidador. Un apego sano creará una personalidad sana, sin
embargo, en la adolescencia o la adultez puede verse distorsionado. Para ejemplificarlo mejor, el
apego puede presentarse tal como la conducta adictiva: no puedo abandonarlo, me siento
aferrado a ello y aunque quiera soltarlo, me es imposible. Entonces, específicamente en las
relaciones de pareja (o intentos de pareja) suelen darse vínculos que pueden derivar en apegos y
que se tornan claramente incómodos en cierto punto. Sobre todo cuando la relación llega a su fin,
cualquiera que sea el motivo, aún "muerto" el sentimiento o el deseo, soltar a esa persona se
convierte en una lucha de día a día.

Existen muchas exparejas donde prevalece sin duda, el apego sexual. Aunque se trate de disfrazar
y confundir con un "todavía te quiero", la relación queda expresada sólo en términos de ir al hotel,
tener una buena noche y luego cada uno para su casa, y en casos extremos, ni siquiera el "buenos
días" por la mañana. También, aunque no haya culminado la relación, y aún en presencia de
constantes conflictos y pocas o ninguna demostración de afecto, siguen juntos porque tienen buen
sexo. Intentando ser buenos observadores, nos damos cuenta que en estos ejemplos hay algo
claro: apego.

Por otro lado, la idealización que nace hacia la pareja (o expareja) puede nublarnos la vista y
provocar apego emocional, porque "no voy a conocer a otro/a como él/ella" (y es cierto, de hecho,
es la idea) "nadie me ha querido tanto", "¿Cómo voy a ser feliz sin él/ella?", entre otras creencias
que te dejan suspendido y que tarde o temprano van a generar sufrimiento, uno del que se
aprende pero que también puede evitarse.

Ahora, el peor de los apegos: además del emocional, el sexual. Allí sí que no sabes para dónde
correr, si quedarte o irte, si irte un ratico y luego volver. Comienza la ambivalencia afectiva, las
técnicas de reconquista y las clases de pole dance a ver si logro que ese hombre se quede
conmigo. Junto a ello, los pensamientos de tipo "me dice que me quiere, pero no está conmigo",
"sólo quiere llevarme a la cama", "me dijo que íbamos a volver, pero aún nada. Le daré tiempo" y
al final, por creer que aún amamos (donde se ama no se sufre) también creemos que no habrá
mejor sexo con otro. Cuidado, esto puede ser totalmente ilusorio.

¿Se puede vencer el apego? Sí. El emocional se da generalmente por, como ya mencioné, la
necesidad de estima y afecto y también si estamos en presencia de una autoestima baja, las
medidas desesperadas por que el otro me tome en cuenta, serán exponenciales. El apego sexual
(realmente es sexual, sin involucrar afecto) es el más fácil de abandonar porque basta con intentar
romper ese inestable vínculo e intentar involucrarse con alguien con similares gustos en la cama.
Ojo: el término "buena cama" es totalmente coloquial, subjetivo y va a depender exclusivamente
de la experiencia de los involucrados. Nada que opinar allí.

En conclusión, juntos o por separado, el apego puede aparecer si tiene el escenario dado.
Aprender a soltar, evita sufrimientos innecesarios. No significa que seamos perfectos y que si no
hemos pasado por eso, jamás nos va a suceder. Es bueno que pase, y lo mejor, que no se repita.

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