La testosterona se produce en las células intersticiales de Leydig, las cuales
constituyen alrededor del 20% de la masa del testículo adulto. A continuación se presenta la estructura de la testosterona, así como también la localización de las células que le dan origen. (1) (Ver imagen 1 y 2)
Imagen 1: Estructura de la Testosterona
Imagen 2: Las células intersticiales de Leydig,
responsables de la secreción de testosterona, se encuentran en los espacios entre los túbulos seminíferos Aspectos químicos y biosíntesis de la testosterona
La testosterona es la principal hormona de los testículos. Es un esteroide C19 con
un grupo —OH en la posición 17. Se sintetiza a partir del colesterol en las células de Leydig y también se forma a partir de la androstenediona secretada por la corteza suprarrenal. (1) (Ver imagen 3)
Imagen 3: Síntesis de testosterona
FUNCIONES DE LA TESTOSTERONA
En general, la testosterona es la responsable de las características distintivas del
cuerpo masculino. Incluso durante la vida fetal, la gonadotropina coriónica placentaria estimula a los testículos para que produzcan cantidades moderadas de testosterona durante todo el período de desarrollo fetal y durante 10 semanas o más luego del nacimiento; durante la niñez y hasta la edad de 10 a 13 años, la producción de testosterona es casi nula. A partir de ese momento, la secreción de la hormona aumenta con rapidez bajo el estímulo de las gonadotropinas hipofisarias al comienzo de la pubertad y continúa durante la mayor parte del resto de la vida. (1) Estimula el descenso de los testículos antes del nacimiento, regula la espermatogénesis y promueve el desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios masculinos. (2) Interviene en la diferenciación sexual, Participa en el desarrollo de los órganos sexuales y en la conducta, Promotor del crecimiento musculo¬esquelético, Su secreción sufre cambios relacionados con la edad, Desarrollo de los genitales masculinos y glándulas accesorias. Emisión y eyaculación del líquido seminal. Distribución del pelo corporal. Hipertrofia de las cuerdas vocales. Estimula las glándulas sebáceas. Ayuda a disminuir los depósitos de grasa subcutánea. Aumenta el tamaño de los músculos y el crecimiento y resistencia de los huesos largos. Estimula la producción de eritrocitos. Interviene en el impulso sexual. (2)
Transporte y metabolismo
Cerca de 98% de la testosterona plasmática se encuentra unida a proteínas:
65% se une a la globulina β denominada globulina transportadora de esteroides gonadales (GBG) o globulina transportadora de esteroides sexuales, y 33% a la albúmina (cuadro 23-2). Esta globulina también se une al estradiol. La concentración plasmática de testosterona plasmática (libre y unida) es de 300 a 1 000 ng/100 ml (10.4 a 34.7 nmol/L) en el varón adulto, comparado con 30 a 70 ng/100 ml (1.04 a 2.43 nmol/L) en la mujer adulta. En el varón, desciende un poco con la edad. Una pequeña cantidad de la testosterona circulante se convierte en estradiol, pero la mayor parte se transforma en 17-cetoesteroides, sobre todo androsterona y su isómero, etiocolanolona y, luego, se excreta en la orina. (2)
Cerca de 66% de los 17-cetoesteroides urinarios es de origen suprarrenal y, 33%,
de origen testicular. Si bien la mayoría de los 17 cetoesteroides corresponde a andrógenos débiles (20% o menos de la potencia de la testosterona), es importante subrayar que no todos los 17-cetoesteroides son andrógenos y no todos los andrógenos son 17 cetoesteroides. Por ejemplo, la etiocolanolona, no posee actividad androgénica y la testosterona misma no es un 17-cetoesteroide. (2) Mecanismo de acción
Al igual que otros esteroides, la testosterona se une a un receptor intracelular y el
complejo receptor-esteroide se une al DNA del núcleo; esto facilita la transcripción de diversos genes. Además, la testosterona se convierte en dihidrotestosterona (DHT, dihydrotestosterone) por medio de la 5α-reductasa en algunas células diana y la dihidrotestosterona se une al mismo receptor intracelular que la testosterona. (2)
Bibliografía
1. Guyton Arthur C. y Hall John E., Tratado de Fisiología Médica, Editorial
Elsevier, Duodécima Edición, Barcelona, España, 2011, 1092 p.
2. Ganong William Francis, Fisiología Médica, Editorial McGraw-Hill
Interamericana, 24ª Edición, México, D.F., 2010, 714 p.