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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA ACADÉMICO-PROFESIONAL DE DERECHO

ÁREA : DERECHO CIVIL (CONTRATOS)

CATEDRÁTICO : GODOY SUAREZ, Hugo Fernando

TEMA : SECUESTRO

CICLO : VII

INTEGRANTES : MENDOZA GUTIERREZ, Teddy Dennis.


MENDOZA ORE, Michael Elvis.

AYACUCHO – PERÚ
2017
DEDICATORIA:

El presente informe está


dedicado a nuestros padres como
agradecimiento a su esfuerzo,
amor y apoyo incondicional
durante nuestra formación tanto
personal como profesional.
INDICE:
INTRODUCCION……………………………………………………………………

CAPITULO I

1. LA
ANTIJURICIDAD………………………………………………………………
…………..

2. LA ANTIJURICIDAD Y LO
ANTIJURIDICO………………………………………………...

3. INJUSTO Y
ANTIJURIDICIDAD……………………………………………………………..

4. LOS PRESUPUESTOS Y ELEMENTOS DE LA


ANTIJURIDICIDAD……………………

5. ANTIJURIDICIDAD FORMAL Y
MATERIAL…………………………………………………

6. CAUSAS DE EXCLUSION DE LA
ANTIJURIDICIDAD…………………………………….

6.1. ELEMENTOS OBJETIVOS Y


SUBJETIVOS…………………………………………………

7. CAUSAS DE
JUSTIFICACION………………………………………………………………

8. CONCLUSIONES………………………………………………………………
………………..

9. BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………
………………..
INTRODUCCION.

El trabajo tiene como contenido todo lo referente al contrato de secuestro. Estas


figuras jurídicas están reguladas en nuestra legislación por el Código Civil
Peruano, las cuales han sido objeto de estudio de varias juristas, quienes le han
dado un significado a cada una de ellas y han expresado sus pensamientos en
lo que concierne a la materia como podrán ver a continuación.

En el presente podrán encontrar además de los criterios expresados por juristas


reconocidos, acerca de la materia y sus opiniones en cuanto al tema, haciendo
uso entonces de todo lo aprendido durante su corta trayectoria como estudiosos
del derecho y futuros juristas de la república.

Finalizada esta breve introducción esperamos que les sea útil el presente texto.
El secuestro como contrato se entiende como un contrato en el cual dos o más
personas de mutuo acuerdo entregan la cosa litigiosa a un tercero el cual deberá
devolver está a la persona que legalmente le corresponda después de finalizado
el litigio.
SECUESTRO

1. ANTECEDENTES.

Bajo la denominación de sequestrum se conoce al depósito de un bien


respecto del cual ha surgido una controversia entre dos o más personas
y que debe ser esclarecida para que el depositario pueda entregarlo
posteriormente a quien corresponda. Pero se habla de un secuestro
convencional y otro judicial que se abordará en su debido momento.

El secuestro convencional tiene raigambre muy antigua ya que sus


antecedentes se remontan todavía al Derecho romano clásico donde el
sequestrum consistía en el depósito en manos de un tercero sequester,
de una cosa sobre la cual existe contestación entre dos o varias personas
a cargo de conservarla y entregarla a la parte que gane el pleito. El
secuestro fue de dos clases: voluntario, cuando mediaba el
consentimiento de los interesados para hacer el depósito y, necesario o
judicial, si mediaba la intervención de un magistrado que decidiría la
entrega al vencedor del litigio.

La influencia romana rigió por muchos siglos después a tal punto que en
el Derecho medieval se la confundió con el depósito regular,
distinguiéndose por las siguientes circunstancias. Primero, porque el
objeto podía estar constituido por cosas muebles, inmuebles y aun
personas. Luego, porque el depositario usucapión tuvo la possessio ad
interdicta de la cosa depositada, ya que la que resultaba de la posesión
no le beneficiaba, puesto que el beneficio de esta posesión correspondía
más tarde a la persona a quien debía restituirse la cosa. Finalmente
porque, depositario o secuestratario no estaba obligado a devolver la cosa
al primer requerimiento, sino cuando se cumplía la condición a la que se
subordinó la devolución. Para conseguir la restitución de la cosa dada en
secuestro podía ser perseguido por medio de la actio depositi
sequestrataria la que fue otorgada a favor del depositante.1

No obstante, en el Derecho moderno el secuestro no tuvo el desarrollo


deseado, ya que el depósito se confundía con el secuestro. Así, unos
consideran la existencia del secuestro convencional y el secuestro judicial
y que en el fondo se trataba de manifestaciones diversas del depósito.
Entonces, se trató de distinguir los términos de depósito voluntario y
forzoso, depósito regular e irregular, secuestro convencional y secuestro
judicial y hasta de secuestro voluntario y necesario o judicial.

En el Derecho actual, particularmente en el español, se advierte cierta


confusión en la denominación, puesto que el secuestro convencional es
legislado como depósito voluntario, en tanto que el judicial, simplemente
como secuestro. En la mayoría de las legislaciones del mundo como en
Francia, Italia y Suiza se recoge esta figura con el nombre de secuestro
convencional. Contrariamente, en las legislaciones de Colombia,
Venezuela, México, Chile y Bolivia se distingue el secuestro convencional
del secuestro judicial. No obstante ello la institución contractual del
secuestro se incorpora en la mayoría de los códigos civiles del mundo.

Tratándose del Derecho peruano, el Código Civil de 1852 legisló el


secuestro de manera deficiente; en cambio, el Código de 1936 no lo
disciplinó porque el instituto contractual nunca fue utilizado. El Código
sustantivo en vigor lo ha vuelto a considerar entre los contratos
nominados, como una de las modalidades de la prestación de servicios
regulados en los numerales 1857 al 1867 del Código mencionado.

2. CONCEPTO Y DEFINICIÓN

Con relación a su etimología la palabra secuestro, para unos, deriva del


latín sequester, tris que fuera utilizada para señalar a la persona a quien

1
Ezaine Chávez, Amado. Ob. Cit., p. 130.
se confía un depósito por dos o más litigantes; para otros, de sequestrum,
es decir, el depósito que se pone en manos de un tercero o sequester.

En sentido amplio -dice Juan Iglesias- hay secuestro in sequestre est


depositum cuando dos o más personas confían a otra la custodia de una
cosa, con la obligación de devolverla a un individuo previamente señalado
o bien a quien obtenga victoria en un litigio pendiente sobre la cosa
depositada2. La noción involucra tanto al secuestro convencional como al
judicial. Hay secuestro convencional, cuando media el consentimiento de
los interesados para hacer el depósito y, secuestro judicial, cuando se
produce secuestro impuesto por el juez en manos de un tercero
(secuestratario o depositario).

El secuestro -en opinión de Aguilar Gorrondona3- consiste en la entrega


de una cosa litigiosa a un tercero quien se obliga a devolverla a quien
corresponda después de la terminación del litigio. Por su parte, Chanamé
Orbe, dice: Secuestro es la institución por la cual dos o más personas que
se encuentran litigando por la pertenencia de un bien, acuerdan poner en
custodia de un tercero la administración y conservación del bien materia
de discordia4. La observación de Colin y Capitant de que existe secuestro
de cosas no litigiosas no cabe en opinión de los autores mencionados.

Por nuestra parte, consideramos al secuestro como el depósito de un bien


litigioso que se confía a manos de un depositario mientras se resuelva en
justicia la controversia. Desde el punto de vista positivo normativo, el
artículo 1857 del Código actual lo define: Por el secuestro, dos o más
depositantes confían al depositario la custodia y conservación de un bien
respecto del cual ha surgido controversia.

Esta norma establece claramente los elementos del secuestro: a) Los


sujetos que intervienen son los depositantes y el depositario, b) El objeto
de la prestación consiste en la custodia y en la conservación de un bien
respecto del cual existe un conflicto de intereses, c) Se trata de un
contrato oneroso y formal, d) Tiene la finalidad de asegurar la efectividad
de la sentencia u otro acto que ponga fin a un litigio.

3. DOCTRINA JURÍDICA

A. Naturaleza jurídica.- Sobre el particular la doctrina tradicional


considera la existencia de dos formas de depósito: la convencional y

2
Iglesias, Juan. Ob. Cit., p. 427.
3
Aguilar Gorrondona, José Luis. Ob. Cit., p. 522.
4
Chanamé Orbe, Raúl Diccionario Jurídico Moderno., p. 333.
la judicial, por eso un grupo de autores estiman que el secuestro no es
más que el depósito judicial, “reconociéndole legislativamente la
calidad innegable de depósito”, en suma, no habría razón suficiente
para regularlo de manera independiente de la figura contractual del
depósito, por eso los hermanos Mazeaud califican al secuestro como
un contrato raro y que debía reincorporarse al ordenamiento jurídico
civil, pues podría ser de gran utilidad una vez divulgadas sus ventajas.

Sin embargo otros estudiosos lo consideran como una modalidad de


la prestación de servicios, de tal manera que el depósito voluntario y
el secuestro aparecen como dos instituciones autónomas e
independientes. En ese orden de ideas, el secuestro se caracteriza por
ser un contrato típico, principal, con prestaciones recíprocas, oneroso,
conmutativo, personalísimo, conservativo, formal y de ejecución
continuada. Ésta es la posición adoptada por el Código Civil actual.

No obstante ello, nosotros compartimos la opinión de Cuadros Villena5


cuando afirma, que se ha querido hacer del secuestro un contrato
especial pero indudablemente no es sino una forma de depósito y si
se hubiera legislado a continuación del depósito voluntario y antes del
depósito necesario, se habría tenido una organización jurídica mucho
más coherente.

B. Semejanzas y diferencias.- El secuestro guarda similitud con otras


figuras similares, como el depósito voluntario y la medida cautelar de
secuestro, con los que hay necesidad de diferenciarlos:

1) Con el depósito voluntario.- Este contrato y el secuestro se parecen


desde que tienen cómo común denominador la custodia y
conservación del bien, pero se diferencian en que el objeto del
primero es recibir el bien para custodiarlo y devolverlo cuando lo
solicite el depositante y, el segundo, la custodia y conservación del
mismo respecto del cual existe una controversia. En el primero, el
plazo es generalmente determinado, en el secuestro, incierto. El
secuestro no siempre es un contrato.

Señala Ricci que el depósito se hace en interés del depositante, el


secuestro en beneficio de todos aquéllos que pretenden un
derecho sobre el bien que se entrega al depositario hasta que
finalice el proceso. En cuanto al número de depositantes, en el
primero interviene una sola persona, en el segundo, dos o más
depositantes. En el depósito predomina el principio de la libertad

5
Cuadros Villena, Carlos Ferdinand. Ob. Cit., p. 367.
de forma, en el secuestro, la formalidad. Por último, rigen para el
secuestro las normas del depósito voluntario, en cuanto sean
aplicables. (1867).

2) Con la medida cautelar.- El secuestro también guarda similitud con


la medida cautelar de secuestro (artículos 643, 647-A, 651 y 652
del Código Procesal Civil). Diez-Picazo y Gullón, aseveran, que en
realidad, la norma básica del secuestro judicial -que en puridad
debería ser la única que el Código consagrase a esta institución-
está ligada y regida por las normas del Derecho Procesal. En ese
sentido, la medida cautelar de secuestro es un instituto del Derecho
Procesal y, el secuestro, del Derecho sustantivo, aun cuando en el
fondo se complementan porque el proceso es solo instrumental.

Por último, la autoridad judicial puede acordar medidas cautelares


cuando el proceso principal tenga por finalidad concreta la
dilucidación del derecho de propiedad o posesión sobre
determinado bien, que se efectúa teniendo como fundamento
sustantivo el secuestro previsto en el artículo 1857.

4. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS.

A. Sujetos y capacidad.- En la figura contractual del secuestro intervienen


como sujetos de la relación obligatoria no sólo los depositantes y el
depositario, sino también el personal jurisdiccional.
1) Depositantes.- Son personas que tienen un conflicto de intereses que
debe ser resuelto por el órgano jurisdiccional. Supone la existencia de dos
o más personas entre quienes existe un litigio, por lo que depositan el bien
en tanto se produzca el debate judicial y se resuelva conforme a ley.

2) Depositario.- Llamado también secuestratario que viene a ser la persona


que se encarga de custodiar y conservar el bien secuestrado, para
devolverlo al que tenga derecho cuando el juez así lo ordene.

3) Personal judicial.- Todo juez, generalmente ha pedido de parte, puede


ordenar el secuestro, previo cumplimiento de los requisitos establecidos
por ley. Tal se desprende de los artículos 643, 644, 647, 647-A y 649 del
Código Procesal Civil. Se advierte que también interviene el secretario
judicial que lo ejecuta.

Con respecto a la capacidad de los sujetos se entiende que deben ostentar la


capacidad plena para la realización de actos jurídicos válidos, vale decir, que
quienes intervienen como depositantes no sean sujetos incapaces, ni siquiera
relativos. Se sobreentiende igualmente que el depositario sea también
persona capaz, de lo contrario se diluye la responsabilidad.
B. El bien objeto de secuestro.- No es más que el depósito de un bien litigioso
en manos de un tercero mientras se resuelve en justicia el derecho alegado
por los depositantes. El objeto de secuestro puede comprender bienes
muebles e inmuebles y la norma al señalar que se trata de un “bien respecto
del cual ha surgido controversia” puede consistir también en derechos aunque
con reducida frecuencia, presentando el secuestro tres características
esenciales:
1) Solo los bienes respecto de los cuales hayan surgido una
controversia, constituyen el objeto, lo cual supone la existencia de dos
o más depositantes.

2) El bien secuestrado y entregado al depositario por mandato del juez


tiene que permanecer así hasta la terminación del litigio.

3) Solo quien haya obtenido la sentencia favorable con autoridad de


cosa juzgada puede exigir la restitución del bien.

Los depositantes son solidariamente responsables por el pago de la


retribución convenida, los gastos, costas y cualquier otra erogación que se
derive del secuestro, pero nada obsta para que la función sea desempeñada
a título gratuito, lo que a nuestro entender deberá constar expresamente de
los términos del contrato; pero si lo ordena el juez el secuestro
necesariamente resulta oneroso.
c. Formalidad del secuestro.- El artículo 1858 establece que, el contrato debe
constar por escrito, bajo sanción de nulidad. Se trata de una formalidad ad
solemnitatem establecida con el objeto de obtener para los depositantes y el
depositario las seguridades y la precisión indispensables para esa forma de
medida precautelatoria convencional. Se trata de una excepción al principio
de la libertad de forma, por eso su incumplimiento se sanciona con la nulidad.

El secuestro considerada como medida cautelar también está revestido de


ciertas formalidades establecidas en la ley procesal, así como del
cumplimiento de los requisitos para su admisión.

5. CLASIFICACIÓN

A. Secuestro convencional.- El secuestro convencional es el depósito de


un bien respecto del cual ha surgido una controversia hecho por dos o
más personas en manos de un tercero (depositario), quien se obliga a
devolverla después de la terminación del pleito, a aquél quien se
declare que debe pertenecer.
El secuestro convencional, a diferencia del depósito propiamente dicho,
es remunerado, salvo convención en contrario. Cuando el secuestro
convencional es gratuito, está sometido a las normas del depósito
propiamente dicho con la aclaración de que el secuestro puede tener
por objeto muebles o inmuebles y que no puede libertarse del secuestro
al depositario, antes de la terminación del proceso, sino por
consentimiento de las partes o por una causa que se juzgue legítima.
Sus derechos los cobrará a las partes que constituyeron el depósito.

Nada dice acerca de la regulación del secuestro convencional


remunerado. En Francia, Colín y Capitant consideran que se trata de
un contrato de prestación de servicios y en nuestra legislación es
aplicable el numeral 1863 del Código Civil.

B. Secuestro judicial.- El secuestro judicial es el depósito del bien litigioso


impuesto a las partes por el Juez en manos de tercero (depositario),
quien se obliga custodiarlo y conservarlo estando a disposición del
juzgado. El depositario está obligado a hacer los gastos necesarios
para la conservación de la cosa y para la recolección, beneficio y
realización de los frutos pero no podrá comprometer anticipadamente
éstos sin la autorización del juez.

El depositario que pierde la posesión del bien puede reclamarla de


cualquier persona, incluso de cualquiera de las partes que la haya
tomado sin autorización del juez. El secuestro judicial se presume
remunerado, por eso el depositario puede cobrar sus derechos de los
frutos mismos o del producto del remate de los bienes depositados y,
en todo caso, los fija el juez. Las otras normas del secuestro judicial
están contempladas en el Derecho Procesal Civil.

6. OBLIGACIONES Y DERECHOS DEL DEPOSITARIO

El depositario por disposición legal tiene un conjunto de obligaciones y


derechos que cumplir y exigir. Éstos, por ministerio de la ley son:

1) Custodia y conservación del bien litigioso.- Está normado en el


numeral 1859, ' según el cual, el depositario está obligado a la
custodia y conservación del bien respecto del cual ha surgido
controversia. En efecto, debe cuidar y conservar el bien como si se
tratara de un buen padre de familia o un ciudadano de cultura
media.

2) Administración del bien secuestrado.- Cuando la naturaleza del


bien lo exija, el depositario tiene la obligación de administrarlo.
Significa que algunos bienes no sólo requieren diligencia en el
cuidado y conservación, sino también para dirigir y cuidar los frutos,
su valor o las rentas que produce. Se debe tener en cuenta,
además, que cualquier contrato que celebre el depositario,
concluye de pleno derecho si, antes del vencimiento del plazo, se
pusiere fin a la controversia. (1859 y 1860).

3) Enajenación del bien secuestrado.- En caso de inminente peligro


de pérdida o grave deterioro del bien, el depositario puede
enajenarlo con autorización del juez y conocimiento de los
depositantes, particularmente los productos alimenticios u otros
consumibles y deteriorables, siempre que exista inminente peligro
de pérdida o destrucción. (1861).

4) Reclamación del bien por desposesión.- El depositario que sea


desposeído del bien puede reclamarlo a quien lo tenga en su poder,
incluyendo cualquiera de los depositantes que lo haya tomado sin
consentimiento de los demás o sin mandato del juez. Se trata de
una facultad concedida en favor del secuestratario o depositario.
(1864).

5) Devolución de bien secuestrado.- Es más, el bien debe ser


entregado, conforme al resultado de la controversia, a quien le
corresponda. Se crea así una obligación personal para el
depositante que no podrá restituir el bien más que a la persona
victoriosa del proceso después del debate y decisión judicial.
(1866).

7. OBLIGACIONES Y DERECHOS DE LOS DEPOSITANTES

Los depositantes o personas que tienen un conflicto de intereses sobre el


bien materia de custodia y conservación, tienen sus propias obligaciones
y derechos debidamente establecidos en la ley. Estos son:

1) Entrega al depositario del bien objeto de secuestro.- El numeral


1857, determina que por el secuestro dos o más depositantes
confían al depositario la custodia y conservación de un bien, lo cual
implica que dicho bien litigioso debe ser entregado por los
depositantes al secuestratario para que ejerza sus funciones. Se
entiende que es una obligación de los depositarios.

2) Designación del reemplazante del depositario.- Si el depositario


deviene incapaz o muere, los depositantes designarán a su
reemplazante. Es otra facultad que tienen los depositantes para
nombrar el nuevo secuestratario. En caso de discrepancia de los
mismos, la designación la hace el juez de modo que se garantice
la custodia y conservación del bien secuestrado.

3) Pago de la retribución convenida y derecho de retención.- Los


depositantes son solidariamente responsables por el pago de la
retribución convenida, los gastos, costas y cualquier otra erogación
que se derive del secuestro, por eso la norma confiere la protección
necesaria respecto del pago de la retribución. El depositario puede
retener el bien en tanto no le haya sido satisfecho su crédito.
(1863).

4) Liberación del depositario.- El artículo 1865. Prescribe que, el


depositario puede ser liberado sólo antes de la terminación de la
controversia con el asentimiento de todos los depositantes o por
causa justificada a criterio del juez. Se trata de una medida de
seguridad adicional para los depositantes que de otro modo a que
el contrato pueda ser disuelto por voluntad unilateral del
depositante, salvo que concluya el proceso o dé razón suficiente
que será apreciada por el juez.

8. CONCLUSIÓN DEL SECUESTRO


Normalmente, el secuestro termina cuando se ha decidido por el juez el
derecho discutido por los depositantes, ya que está ligado a la existencia
de una controversia respecto de un bien o pluralidad de bienes, que debe
ser entregado a quien corresponda, conforme al resultado de la
controversia; pero, también concluye de manera anormal, en la forma
siguiente:

1) Por causa justificada del depositante.- El secuestro culmina antes


de la terminación de la controversia cuando el depositante da
razones suficientes de su imposibilidad, sea por causa de
enfermedad, viaje, ausencia prolongada y otras similares.

2) Por enajenación en caso de pérdida o deterioro del bien.- Lo que


ocurre siempre que exista inminente peligro de pérdida o grave
deterioro del bien secuestrado, en cuyo caso el secuestratario
deberá solicitar la autorización judicial correspondiente.

3) Por conclusión de la controversia.- Una vez concluido el proceso


mediante resolución con autoridad de cosa juzgada, el depositario
no podrá retener el bien y está obligado a entregar al litigante
victorioso o, en su caso, poner el bien a disposición de juez.
9. CARACTERES JURÍDICOS DEL SECUESTRO

 Es un contrato principal, porque no depende de otro anterior a él.


El hecho de la existencia de la controversia anterior a la formación
del contrato es solamente un presupuesto esencial para su
existencia.

 Las prestaciones que se dan son recíprocas, pues se produce el


doble juego de la prestación y la contraprestación.

 Es oneroso en principio, pues ordinariamente los depositantes


convienen en efectuar el pago de una remuneración al depositario,
a cambio del servicios que éste les presta (Art. 1863 CC.).

 Es personalísimo ("intitu personae"), pues los depositantes


escogen al depositario en razón de sus cualidades personales
(seriedad, capacidad administrativa y experiencia, etc.).

 Es formal, "ad solemnitaten", según el Art. 1858 que dice: "El


contrato debe constar por escrito bajo sanción de nulidad".

 Es conmutativo, pues parte de hechos ciertos y determinados por


las partes contratantes.

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