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Parecería claro que las universidades deben salir de su zona de confort y afrontar cambios.

Sin embargo, hacer prospectiva o cábalas sobre el futuro de la universidad es bastante difícil y

casi temerario.

El miedo a emprender nuevas ideas limita al ser humano a lograr transformar los modelos

establecidos, por naturaleza el individuo teme adaptarse a los cambios, Riba (2013) lo define

como zona de confort y establece que es el comportamiento que impide el desarrollo personal,

que permite vivir en una aparente seguridad, sin riesgos que conlleven los cambios en la vida.

La educación es una de las actividades que menos ha cambiado en la historia. Si Sócrates

entrara hoy en una clase en una universidad o un colegio, vería, en los mejores casos, un profesor

enfrascado en un diálogo socrático con sus estudiantes; en los peores, un burócrata leyendo sus

apuntes. En ambos casos, reconocería la actividad como la misma en la que él estaba enfrascado

2.000 años antes.

La educación superior en Guatemala se ha estancado significativamente ya que los

avances tecnológicos no pueden implementarse por el bajo presupuesto, claro que la corrupción

es un tema aparte pero no se puede dejar de lado la realidad. El caso kodak es un caso conocido

socialmente que por temor a la innovación, fracasó en el mercado al que le apostó, tuvieron la

oportunidad de ser los primeros en implementar el servicio de fotografías digitales pero

consideraron que era un mercado poco fiable y continuaron con los rollos convencionales lo cual

les llevo a la quiebra. Esto sucede en la educación superior, que se aferra a las antiguas prácticas

pedagógicas, omitiendo la infinidad de opciones tecnológicas con las se puede contar.

Para lograr una educación integral en el futuro se deben tomar en cuenta cuatro aspectos:

I. Hacer uso innovador de los recursos tecnológicos: La tecnología es de gran utilidad, desde

gestiones académicas como al momento de inscripción, asignación o pagos. El

aprovechamiento de la tecnología da la oportunidad a nivel mundial de tener acceso a los


mismos recursos educativos, incluso de quienes no tienen la oportunidad de estudiar en una

universidad, logrando equidad educativa a través del intercambio de información.

II. Diseñar una malla curricular inclusiva, que se adapte a las necesidades de forma

individual como grupal: UNESCO (2006) define educación inclusiva al proceso de

identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de

la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y reduciendo la

exclusión en la educación.

Es necesario soñar con un futuro en el que la educación superior pretenda encajar la

diversidad cultural que existe en el país y permita la igualdad de oportunidades. Tomando en

cuenta que todos los seres humanos poseen distintas características, destrezas necesidades y

habilidades por lo que no todos aprenden de la misma forma.

III. Formar en los docentes la pasión por educar, con especializaciones andragógicas y la

constante capacitación: El perfil del facilitador en educación superior debe poseer

características que comprueben sus capacidades andragógicas, pues no solamente se trata de

trasmitir los conocimientos, sino que sobre él recae la responsabilidad moral de quienes

pasen por su salón de clases. Estos facilitadores deben trabajar de la mano de la universidad,

con constantes capacitaciones que brinden innovación y faciliten en ellos el uso de los

recursos tecnológicos.

IV. Formar en los estudiantes una filosofía de emprendimiento, liderazgo e innovación que

sea tomada en cuenta para mejoras en la Universidad de la que egresan: No basta con

pretender que el profesional posea los conocimientos facilitados en la universidad o que

posea gran número grados académicos que comprueben sus conocimientos. Se necesita crear

en los profesionales una visión emprendedora con visión de cambio, de generar


oportunidades para un mejor país, dejar de lado la teoría educativa y llevar la educación a la

práctica

Pero es necesario responder a varios cuestionamientos para lograr lo que se quiere

Cuáles profesiones y cualificaciones serán necesarias en la sociedad; qué tipo de universidad

pretendemos lograr; cuáles espacios y ambientes educativos predominarán; cuáles son las

perspectivas de la educación superior en línea; se deben rediseñar los actuales sistema de

educación superior y tecnología; debemos aprender a desaprender; cuáles aprendizajes y

competencias serán significativas para los técnicos y profesionales, las empresas y la sociedad;

cuál debe ser el rol de la ciencia, la tecnología y la innovación; cuál es la vinculación entre los

medios de comunicación y la academia; y cuáles deberían ser las estrategias a desarrollar para

lograr avanzar hacia la calidad, la equidad, la innovación y la competividad requeridas por la

educación superior del futuro.

CITA: Riba A. (2013). “Mamut o sampiens” Editorial Empresa Activa. España.

UNESCO (2006). Declaración de Incheon. Educación 2030 disponible en:

http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002338/233813M.pdf

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