La estructura del texto narrativo

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Narrar es contar hechos reales o ficticios que son protagonizados por unos personajes y se desarrollan en el tiempo.
En toda narración existen unos elementos fijos: un narrador que cuenta la historia; unos personajes que protagonizan
los hechos; una serie de acciones o acontecimientos que se relatan; y un marco narrativo, constituido por el tiempo
en que transcurren los hechos y el espacio en que estos se desarrollan.
En la narración es fundamental la figura del narrador. Según el punto de vista que adopte, podemos hablar de dos
tipos de narraciones:
Narraciones en primera persona. En las que el narrador, llamado narrador interno, participa en los aconteci-
mientos que relata. Por ejemplo:

Nos internamos en una calle de tierra; un soldado, enorme en el resplandor, surgió de una cabaña incendiada.
A gritos nos mandó que no detuviéramos. Yo apresuré mis pasos, mi camarada no me siguió. Me di vuelta: John
Vincent Moon estaba inmóvil, fascinado y como eternizado por el terror.
Jorge Luis Borges.

Narración en tercera persona. En la cual el narrador, llamado narrador externo, relata los hechos sin participar
en ellos. Por ejemplo:

Guerreiro de Nostie iba por el monte, cruzando la sierra que llaman Arneiro, cuando se encontró con un
hombre que llevaba un paraguas enorme, más alto que él, la tela de color ceniza.

Álvaro Cunqueiro.

Cuando el narrador externo conoce todo acerca de los personajes y la acción en la que participan, recibe el nom-
bre de narrador omnisciente. El narrador es quien caracteriza a los distintos personajes.
Los personajes son los seres reales o ficticios, que llevan a cabo la acción. Según su importancia en el desarrollo de la
trama, pueden ser principales —como el protagonista y su opuesto, el antagonista— o secundarios.
En ocasiones, los personajes están caracterizados con gran profundidad psicológica, y se les conoce como personajes
redondos, ya que poseen rasgos individuales y evolucionan a lo largo del relato. Cuando los personajes carecen de
complejidad se les llama personajes planos, porque no evolucionan y con frecuencia se limitan a encarnar una virtud,
un defecto o una cualidad.