“…la disolución del vínculo conyugal por divorcio, en virtud del orden público que
rodea toda la materia relacionada con la institución del matrimonio, en donde el
Estado tiene un interés en la conservación del vínculo, se rige por un
procedimiento especial, que difiere del proceso ordinario por las previsiones
tomadas por el legislador, tendientes a preservar el matrimonio como base
fundamental de la familia y la sociedad; en este sentido este procedimiento
especial adolece de la confesión ficta por la falta de comparecencia del
demandado a la contestación de la demanda, supuesto en el cual, se le tendrá por
contradicha en todas sus partes, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
758 del Código de Procedimiento Civil, el cual regula a su vez, la extinción del
proceso ante la falta de comparecencia del demandante al acto de contestación a
la demanda.
En este sentido, la Sala, en decisión de fecha 29 de septiembre de 2000, dejó
sentado el criterio que de seguidas se transcribe:
‘Las cuestiones en materia de familia son de riguroso orden público y
especialísima, por lo que no se pueden tratar sólo a la luz de los conceptos
procesales por ser un hecho social fundamental que escapa de los mismos’.
Ahora bien, a raíz del interés que tiene el Estado, el orden público que resguarda
las acciones de divorcio hacen de ella materia indisponible e irrenunciable, y por
ende escapan del poder negocial de los sujetos de derecho.
Así lo establece el Código Civil, que en su artículo 6º establece (sic): ‘No pueden
renunciarse ni relajarse por convenios particulares las leyes en cuya observancia
están interesados el orden público o las buenas costumbres’.
De allí que la confesión, sea ésta espontánea o provocada, esté excluida, en
principio, como medio probatorio en los juicios contenciosos de divorcio, por
cuanto, se ha sostenido que la confesión de los hechos invocados por el
demandante, envuelve la admisión de la ruptura del vínculo por mutuo
consentimiento y ello equivaldría a la disposición por las partes de la institución
familiar.
Este criterio ha sido expuesto reiteradamente por trataditas patrios y extranjeros,
quienes se han expresando en los siguientes términos:
‘Rige para la prueba de las causales de divorcio la libertad de medios y la libre
apreciación de éstos por el juez, con una limitación (…) ‘no podrá probarse con la
sola confesión de los cónyuges’ ninguna causal. Esto es correcto porque de lo
contrario se obtendría el divorcio por mutuo consentimiento disfrazado de
confesión; pero no significa que esta carezca de todo mérito probatorio, sino que
será una prueba incompleta que debe reforzarse con otras de cualquier clase,
inclusive, la de indicios plenamente demostrados, graves, concurrente y
concordantes, lo mismo que testimonios y documentos (…)’ (HERNANDO DEVIS
HECHANDÍA, El Proceso Civil Parte Especial, 7º edición 1991).
‘El único distingo que ha hecho la doctrina y la jurisprudencia respecto de la
prueba de posiciones juradas en los juicios de divorcio, es que en estos está
interesado el orden público, y por lo tanto, las dichas posiciones no pueden
referirse a la disolución del vínculo mismo, porque los expresados juicios están
regidos por el principio de la contradicción a la demanda; y la ley obliga a las
partes a cumplir los trámites del procedimiento especial que al respecto ha
pautado; pero ello no significa, que las posiciones sean inadmisibles en esta clase
de juicios, sino que los efectos de la prueba y su apreciación, en definitiva, es
diferente de la que haría el juez en otra clase de juicios’. (HUMBERTO BELLO
LOZANO, Pruebas, Tomo I, 1966).
‘No existe en dichos juicios (de divorcio) la confesión ficta, y el demandado no
puede en ellos convenir en la demanda. Mal se podría, en consecuencia, en virtud
del medio indirecto de la absolución de posiciones por el demandado, llegar a
esos mismos efectos prohibidos, disolviéndose el matrimonio por la conveniencia
de los cónyuges’. (ARMINIO BORJAS. Comentarios al Código de Procedimiento
Civil, Tomo V, 1979).
‘(…) La expresada limitación objetiva ha de entenderse en cuanto a los juicios de
divorcio y de separación de cuerpos en el sentido propio de que las partes no
pueden mediante convenios, allanamientos, admisión de los hechos, o cualquier
otra forma voluntaria, determinar el resultado del proceso o el contenido de la
sentencia (…)’ (ARÍSTIDES RENGEL ROMBERG. Tratado de Derecho Procesal
Civil, Tomo II).
(omissis).
Por otra parte, considera la Sala oportuno destacar dada su relevancia en el
proceso, que la confesión presenta una serie de características fundamentales
para su procedencia y permiten al juez al momento de dictar su fallo valorarlas
como plena prueba y, emitir un pronunciamiento ajustado a los alegatos y
excepciones o defensas opuestas.
El tratadista patrio Arístides Rengel Romberg al referirse al medio de prueba
en estudio expresa:
‘La confesión es la declaración que hace una parte, de la verdad de hechos a ella
desfavorables afirmados por su adversario, a la cual la ley le atribuye el valor de
plena prueba’.
En el análisis del referido medio probatorio, prosigue el mencionado autor
señalando los elementos que se destacan de la anterior definición, exponiendo:
‘a) La confesión es una declaración de parte, y como tal, un acto voluntario, que
vale para el proceso.
(omissis)
Para nosotros, la declaración de la parte en que consiste la confesión, es por su
naturaleza y estructura, una declaración de ciencia o informativa (en atención a
la tesis sostenida por el maestro Carnelutti al tratar la clasificación de los actos
jurídicos según su desenlace) dirigida a expresar el conocimiento del hecho
afirmado por el adversario; y por su función, una declaración de verdad del hecho,
puesto que la ley le otorga el valor de plena prueba a dicha declaración,
constituyéndola así en prueba legal. (entre paréntesis de la Sala)
b) La declaración confesoria se refiere a hechos singulares afirmados por el
adversario, y no a la relación jurídica controvertida, objeto de la pretensión.
c) La declaración confesoria se distingue de la simple admisión en que aquélla se
refiere a hechos puestos como fundamentos de la demanda contraria y la
admisión se refiere a hechos puestos como presupuestos de la demanda propia ya
presupuestos en la demanda contraria.
d) La confesión se refiere a hechos desfavorables a la parte confesante y
favorables a la parte contraria.
e) La confesión tiene la función de hacer plena prueba, lo que significa que es
prueba legal, cuya valoración no está entregada a la libre apreciación del juez,
sino que ha sido dada ya por el legislador(…)’.