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1.

DIETA CETOGÉNICA O BAJAS EN CHO

DEFINICIÓN

La dieta cetogénica (DC) es un término acuñado por Russell M. Wilder en 1921 y se


define como una dieta alta en lípidos, adecuada en proteínas y baja en hidratos de
carbono con el objetivo de provocar en nuestro cuerpo un proceso metabólico “cetosis”
(formación de cuerpos cetónicos) similar a la del ayuno. Este tipo de dietas además de la
obesidad, se utilizan a menudo como tratamiento para otras condiciones, especialmente
la diabetes y la epilepsia, y también para el síndrome de fatiga crónica y el síndrome del
ovario poliquístico, sin embargo es muy practicada hoy en día como un método más para
perder peso. Un caso particular de dieta cetogénica es la popular dieta Atkins.

Si esta dieta es utilizada para perder peso, la cantidad de carbohidratos ingerida deberá
de ser inferior a 0.2-0.4g/kg de peso al día o se limita a un máximo de 50 g/día (este valor
no se refiere al peso del alimento sino a la cantidad efectiva de carbohidratos), por lo que
el total de calorías ingeridas procederán de un 60% de las grasas (saludables), un 30% de
proteínas y un 10% de hidratos de carbono. Por el contrario, cuando se la utiliza para el
tratamiento de la epilepsia en niños, esta dieta debe de ser mucho más restrictiva para
poderse conseguir una cetosis mucho más fuerte, de tal forma que el contenido en
carbohidratos debe de ser muy bajo: inferior a 10 g al día. Además, esta dieta cetogénica
es también baja en proteínas y muy alta en grasas de tal forma que la relación grasas-no
grasas (proteínas+carbohidratos) es del orden de 4:1.

TIPOS

La clasificación de las dietas cetogénicas atiende a la restricción en la cantidad de


glúcidos, bien por predominar las grasas o las proteínas (dietas bajas en glúcidos) o bien
porque la cantidad total de nutrientes es insuficiente para aportar la energía necesaria
(dietas hipocalóricas). Así se tienen:

Dietas bajas en glúcidos: en general aportan menos de 50 g de glúcidos y que, a su


vez, se subdividen en:

 Ricas en grasa: generalmente son ricas en grasas saturadas y se subdividen


según el tipo de grasa que predomine (como los triacilglicéridos de cadena media
o TCM) y la proporción de los otros macronutrientes.
Clasificación de las dietas cetogénicas ricas en grasa según la contribución de
los macronutrientes al valor energético total (VET).

Dieta Grasas (% VET) Proteínas (% VET) Glúcidos (% VET)


Clásica 80,0-90,0 5,0-10,0 5,0-10,0
Modificada 77,0-80,0 5,0-11,5 5,0-11,5
Con TCM 71,0 10,0 19,0

 Ricas en proteínas (hiperproteicas): aunque el nutriente que predomina desde


el punto de vista energético es la grasa, en dichas dietas aumenta la proporción de
las proteínas hasta el 30% de la energía.

Dietas bajas en energía (hipocalóricas): tales dietas aportan una cantidad insuficiente
de glúcidos y de energía (no superior a las 1.000 kcal).

Dieta baja en hidratos de carbono: se quema la grasa para obtener energía. Los
hidratos de carbono se limitan a un máximo de 50 gramos por día, lo que significa que el
total de calorías que entran en su cuerpo va a provenir de los hidratos de carbono (5%),
proteínas (30%) y grasa (65%).

FASES

Si esta dieta es utilizada para perder peso necesita que se produzca un cambio
metabólico, y por ello se adapta el organismo a la nueva forma de nutrirse.

Durante la primera semana cambiará la alimentación significativamente haciéndola rica en


grasas, y pobre en hidratos. Durante esta semana se puede comer a demanda, pero la
pérdida de peso no será significativa.

Durante la segunda semana acostumbran a no añadir más grasas al alimento que las
propias.

La dieta normalmente se lleva a cabo durante un mes, la duración no debe ser nunca
superior.

Se suelen aconsejar dietas disociadas para el mantenimiento, por ser también altas en
proteínas y baja en carbohidratos.
GRUPOS DE ALIMENTOS

ALIMENTO PERMITIDOS NO PERMITIDOS

Yogurt natural, leche


Lácteos
Queso fresco y cuajada
Cereales en general (arroz,
Cereales trigo, centeno, etc.), pasta,
harinas refinadas
Todos, como: guisantes,
Legumbres y frutos
Todos los frutos secos lentejas, judías, habas,
secos
garbanzos.
Verduras de hojas verde,
berros, brócoli, coliflor,
alcachofas, espárragos,
Verduras y hortalizas
apio, ajo, calabacín,
zanahoria, cebolla, puerro,
tomates, pimientos, palta
Resto de frutas dulces o
con un alto nivel de
Fruta cocida, frutas ácidas carbohidratos como
Frutas
o cítricos plátano, naranja, melón,
papaya, chirimoya, uva,
mermelada.
Carnes: cerdo, ternera,
cordero, cabra, pollo, pato,
Carnes
codorniz, ganso, aves de
corral.
Pescados de tipo blanco y
Pescados
azul, mariscos y moluscos.
Huevos En cualquier preparación
Aceite de oliva virgen extra,
Manteca, margarina,
Grasas de coco, de linaza o de
mayonesa.
aguacate
Agua, té verde, manzanilla,
Zumos naturales, helados
Bebidas caldos, leche de
alcohol, chocolate.
almendras, café.
Cualquier tipo de azucares,
Azucares
Miel, leche condensada
Sal, pimienta, hierbas y
Varios
especias.
INDICACIONES

Las dietas bajas en hidratos de carbono se utilizan para tratar o prevenir ciertas
enfermedades y condiciones crónicas, incluyendo: enfermedades cardiovasculares,
síndrome metabólico, hipertensión arterial y diabetes. Asimismo, muchas personas
con enfermedad inflamatoria intestinal o trastornos gastrointestinales funcionales, como el
síndrome del intestino irritable, emplean esta dieta u otras similares (como la dieta
paleolítica o la dieta baja en FODMAP) para aliviar sus molestias digestivas.

Puesto que se suprime o reduce el consumo de gluten, el alivio de los síntomas con esta
dieta puede indicar la presencia de una sensibilidad al gluten no celíaca o de una
enfermedad celíaca no reconocida y podría impedir o enmascarar su diagnóstico y
correcto tratamiento, que es una dieta sin gluten de manera estricta y mantenida de por
vida.

La dieta Cetogénica se utiliza generalmente como terapia alternativa para los niños con
epilepsia drogorresistente pero también se practica de vez en cuando en la administración
de algunas otras condiciones de salud. Es el tratamiento de primera línea para una cierta
enfermedad metabólica y un tratamiento alternativo para muchas otras condiciones. Hay
niveles de variación de pruebas para utilizar el uso de la dieta para estas condiciones.

La dieta se puede considerar anterior, incluso antes de farmacoterapia en algunos casos,


para las condiciones de salud determinadas, incluyendo:

 Síndrome de Dravet
 Espasmos Infantiles
 epilepsia Mioclónico-Astática
 Complejo Tuberoso de la esclerosis
 Enfermedades Metabólicas

Hay también varias otras condiciones de salud para las cuales la dieta cetogénica se
recomienda como tratamiento de primera línea. Éstos incluyen:

 Deficiencia de la deshidrogenasa del Piruvato (E1)


 Síndrome de la deficiencia del transportador 1 de la Glucosa
 Autismo
 Depresión
 Jaqueca
 Síndrome Policístico del Ovario
 Tipo mellitus de la Diabetes - 2
 Esclerosis lateral amiotrófica
 Enfermedad de Alzheimer
 La enfermedad de Parkinson

Estas enfermedades metabólicas congénitas previenen la capacidad del cuerpo de utilizar


los hidratos de carbono como una fuente de energía y, por lo tanto, tienen una
dependencia más alta de cuerpos de cetona como fuente de energía.

Cuando se lleva adecuadamente, la dieta cetogénica puede que sea efectiva para bajar
de peso, y podría proporcionar otros beneficios de salud que incluyen un mejor control del
azúcar en la sangre, una disminución de la inflamación y mejores niveles de triglicéridos y
HDL. Sin embargo, a fin de lograr la cetosis, uno debe considerar que este es un cambio
de estilo de vida a largo plazo y que se debe seguir un plan alimenticio muy específico
para mantener ese peso a lo largo del tiempo y que no se presenten efectos adversos.

EFECTOS EN LA SALUD

Debido a la gran controversia con respecto a las dietas bajas en carbohidratos e incluso
desacuerdos en la interpretación de los resultados de estudios específicos, es difícil
resumir objetivamente la investigación de una manera que refleje el consenso científico.
Aunque ha habido algo de investigación realizada a lo largo del siglo XX, la mayoría de
los estudios científicos directamente relevantes se han producido en la década de 1990 y
principios de 2000 y, como tal, son relativamente nuevos. Los investigadores y otros
expertos han publicado artículos y estudios que van desde la promoción de la seguridad y
eficacia de estas dietas para cuestionar su validez a largo plazo hasta condenarlas
abiertamente como peligrosas.

Hasta hace poco tiempo una crítica importante a la tendencia de la dieta ha sido que no
existían estudios que evaluaran los efectos de las dietas más allá de unos pocos meses.
Sin embargo, están surgiendo estudios que evalúan estas dietas durante períodos mucho
más largos, estudios controlados de hasta dos años y estudios de encuestas de hasta dos
décadas.
Pérdida de peso

En 2003, un meta-análisis que incluyó ensayos controlados “bajos en carbohidratos”


aleatorios, encuentraron que las dietas de bajo valor energético no parecen ser al menos
tan eficaces como las dietas bajas en grasa para inducir la pérdida de peso de hasta 1
año.” Un estudio de 2007 de JAMA para comparar la eficacia de la dieta Atkins, otra baja
en carbohidratos y varias otras dietas populares concluyó que “las mujeres en este
estudio, con sobrepeso y obesas premenopáusicas asignadas a seguir la dieta Atkins que
tuvieron la ingesta más baja de carbohidratos, perdieron más peso y con experiencias
más favorables con efectos globales metabólicos a los 12 meses que las mujeres
asignadas a seguir la Zona, Ornish, o dietas APRENDER.

Un estudio de julio 2009 de los hábitos alimentarios actuales asociaron una dieta baja en
carbohidratos con obesidad, aunque el estudio no sacó conclusiones explícitas sobre la
causa.

Estudios que corroboran la efectividad de las dietas cetogénicas en la pérdida de


peso

A igual número de calorías las dietas cetogénicas son más efectivas en la pérdida de
peso que las dietas convencionales altas en carbohidratos y bajas en grasas, además de
tener la ventaja añadida de ser más selectivas en las pérdida de grasa y la conservación
de la masa muscular. Benoit y col. demostraron que cuando una dieta cetogénica de 1000
kcal al día (10 g de carbohidratos al día) era seguida durante 10 días, los sujetos
implicados perdían una media de 600 g de peso al día de la cual el 97% era grasa (28).

Young y col. compararon tres dietas con la misma cantidad de calorías (1800 kcal/día)
pero con diferente proporción de carbohidratos (104 g, 60 g y 30 g respectivamente) y
observaron una correlación negativa entre la proporción de carbohidratos en la dieta y la
pérdida de peso y una correlación positiva con la pérdida de masa magra. De tal forma
que la dieta más baja en carbohidratos era mejor a la hora de perder peso y de conservar
la masa muscular.

Willi y col. también comprobaron en su estudio, que el uso de una dieta baja en
carbohidratos en adolescentes con obesidad mórbida, era un método efectivo para la
pérdida de peso y conservación de la masa muscular.
Además en otro estudio con adolescentes, Sondike y col. encontraron que una dieta baja
en carbohidratos sin restricción calórica en grasas y proteínas era más efectiva en la
pérdida de peso y mejora del perfil lipídico sanguíneo que el uso una dieta baja en grasas.
Estos autores llegaron más lejos en sus declaraciones afirmando que en adolescentes
que habían seguido una dieta baja en carbohidratos sin restricción calórica en grasas y
proteínas, a pesar de consumir una media de más de 700 Kcal diarias que el grupo que
siguió una dieta baja en grasas, la pérdida de peso fue de más del doble y la mejora en el
nivel de triglicéridos más pronunciada. Estas afirmaciones también son compartidas por
Greene y col., que demostraron que a igual número de Kcal, e incluso incrementando el
número de las mismas en 300 o más, las dietas bajas en carbohidratos conseguían una
mayor pérdida de peso que las dietas bajas en grasas.

Samaha y col. realizaron un estudio de seis meses de duración en el que encontraron que
las personas con obesidad mórbida y una alta prevalencia de diabetes tipo II o de
síndrome metabólico, perdieron un mayor peso durante este periodo de tiempo en la dieta
baja en carbohidratos que la dieta baja en calorías y grasas, con una mejora de la
sensibilidad hacia la insulina y los niveles de triglicéridos, incluso después de haber
ajustado a la cantidad de peso perdida que como ya sabemos es un factor que puede
influir en los resultados. Por otro lado, Yancy y col. concluyeron en otro estudio de seis
meses de duración que la dieta baja en carbohidratos tenía un mayor porcentaje de
adhesión y de éxito en la pérdida de peso si se comparaba con una dieta baja en grasa.

Como vimos anteriormente, en estudios de hasta seis meses de duración, las dietas
cetogénicas son más efectivas que las dietas convencionales hipocalóricas altas en
carbohidratos para la pérdida de peso, sin embargo, como veremos más adelante, cuando
aumenta el tiempo de duración, la eficacia de estas dietas se reduce y se equipara a la de
las dietas hipocalóricas convencionales. Lo que nunca llegaremos a saber es si esto es
debido a la propia naturaleza de la dieta o al incumplimiento estricto de la misma por parte
del paciente, hecho que podría ir en aumento a medida que aumenta la duración de dicha
dieta. Foster y col. y Stern y col. (33,34) compararon las dietas cetogénicas bajas en
carbohidratos frente a las dietas tradicionales (dietas bajas en calorías-grasas y ricas en
carbohidratos) para la pérdida de peso durante un año. En ambos ensayos clínicos, la
dieta baja en carbohidratos produjo una mayor pérdida de peso que las dietas
convencionales durante los primeros seis meses, aunque las diferencias no fueron
significativas al año de duración.
Lípidos en sangre

Se deben sopesar posibles cambios favorables en los valores de triglicéridos y de alta


densidad-colesterol de lipoproteínas contra los posibles cambios desfavorables en el
colesterol de lipoproteínas de baja densidad de valores cuando se consideran las dietas
bajas en hidratos de carbono para inducir la pérdida de peso. Una revisión de 2008
sistemática de estudios controlados aleatorizados que compararon las dietas bajas en
carbohidratos para low-fat/low con dietas bajas en calorias, encontró que las mediciones
de peso, colesterol HDL, triglicéridos y presión arterial sistólica fueron significativamente
mayores en los grupos que siguieron dietas bajas en hidratos de carbono. Los autores de
esta revisión también hallaron una mayor tasa de deserción en los grupos con dietas
bajas en grasa, y concluyó que la evidencia “de esta revisión sistemática muestra que las
dietas bajo carbohidratos/altas proteinas son más eficaces a los 6 meses y son tan
efectivos, si no más, como las dietas bajas en grasa para reducir el peso y el riesgo de
enfermedad cardiovascular hasta 1 año “, pero pidió también más estudios a largo plazo.

Mortalidad

Un estudio de más de 100.000 personas en más de 20 años en el Nurses ‘Health Estudio”


mostró como resultado que una dieta baja en hidratos de carbono y alta en vegetales, con
una gran proporción de proteínas y aceites procedentes de fuentes vegetales, disminuye
la mortalidad con una relación de riesgo de 0,8. Por el contrario, una dieta baja en
hidratos de carbono con fuentes de gran parte de proteínas y grasas de animales
aumenta la mortalidad, con un ratio de 1,1.

Otros efectos sobre la salud

Además de la investigación sobre la eficacia de las dietas, algunas investigaciones han


abordado directamente otras áreas de la salud afectada por las dietas bajas en
carbohidratos. Contrariamente a la creencia popular de que las dietas bajas en hidratos
de carbono dañan el corazón, un par de estudios confirmaron que las personas que
comen bajo en carbohidratos, las dietas altas en grasa y proteína tenían el mismo riesgo o
menor de la enfermedad cardíaca coronaria.

Otros estudios han encontrado beneficios posibles para las personas con diabetes, cáncer
y autismo. La dieta cetogénica, con un 80% de la energía de la grasa y gran parte del
resto de las proteínas, ha sido utilizada desde la década de 1920 para tratar la epilepsia.
Medicamentos modernos anticonvulsivos más efectivos significa que ahora se usa sólo
para niños con epilepsia de difícil control, y puede ser motivo de preocupación por
cuestiones tales como retraso en el crecimiento de estos niños..

La DC es una terapia no del todo benigna, con subsecuentes efectos colaterales, algunos
son predecibles, prevenibles y tratables, tales como la deshidratación y la hipoglicemia.
Muchos pacientes pueden presentar acidosis leve al inicio, cetosis excesiva .

 Gastrointestinales. Se presentan complicaciones gastrointestinales como


estreñimiento, pancreatitis, enfermedad por reflujo gastroesofágico, dolor
abdominal, que pueden ser tratadas con adecuada ingesta hídrica, ajustes en la
dieta y laxantes .
 Crecimiento y nutrición. Puede presentarse detención del crecimiento (peso y
talla), principalmente niños menores de 2 años . Se realizó un estudio para
examinar el crecimiento de niños alimentados con DC clásica y con TCM, así
como para ver la relación entre crecimiento, energía y proteínas. Encontraron
reducción en el puntaje z de peso y talla durante el tratamiento con la DC en
ambos grupos, y no se encontró alguna diferencia entre dietas, aun cuando la
ingesta de proteínas fue mayor en el grupo de TCM .Otro estudio prospectivo
evaluó el estado nutricional de niños tratados con DC clásica y con TCM, en
ambos grupos se encontró crecimiento lineal pero no mejoría del indicador talla
para la edad, con descenso del percentil de peso. Ambas dietas cubrieron el
aporte de nutrimentos, excepto folato y fósforo .
 Se pueden observar deficiencias de vitaminas y nutrimentos inorgánicos . Se
han reportado casos de hipoproteinemia grave , así como de osteopenia . El calcio
y la vitamina D pueden ser inadecuados, y el tratamiento para la epilepsia puede
repercutir en el metabolismo y la salud ósea. Se realizó un estudio longitudinal en
niños de 1 a 14 años con epilepsia intratable, para describir el estado de la
vitamina D y se concluyó que los niños tratados con anticonvulsivos tenían pobre
estado de vitamina D, que mejoró después de 3 meses de ser tratados con DC y
suplementos de vitamina D .

Otros efectos colaterales. Otros efectos han sido descritos de forma aislada en series de
casos, acidosis tubular renal, inmunosupresión, anemia hemolítica, coma.
CONTRAINDICACIONES

D’Agostino y el miembro investigador de la Universidad del Sur de Florida Andrew Koutnik


subrayan el hecho de que “los individuos con cáncer de hígado o elevadas enzimas
hepáticas, pancreatitis, problemas de mala absorción de grasa, trastornos del
metabolismo de lípidos, remoción u obstrucción de la vesícula biliar, o aquellos que
toman fármacos como esteroides.
Podrían tener niveles de glucosa en la sangre elevados, y la inhibición de la capacidad
para lograr la cetosis podría ser un impedimento para llevar una dieta cetogénica.”

La dieta cetogénica se contraindica también en pacientes con las condiciones de salud


siguientes:

 Deficiencia de la carboxilasa del Piruvato


 Porphyria
 Desordenes Gordos del metabolismo

Si un individuo no puede metabolizar los ácidos grasos para producir cuerpos de cetona
como fuente de energía, deben confiar en los hidratos de carbono como su combustible
primario. Si fueran seguir la dieta cetogénica, su cuerpo sería forzado a consumir
almacenes de la proteína para ganar energía, eventual llevando al ketoacidosis y a los
resultados fatales posibles.

La dieta cetogénica no se recomienda generalmente para los adultos con epilepsia. El


Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica en el REINO UNIDO aconseja
contra el uso de la dieta de manejar epilepsia en adultos. Sin Embargo, aproximadamente
uno en tres centros que se centran en el tratamiento de la epilepsia recomendó de vez en
cuando la dieta para uso de pacientes adultos. En algunos casos, las variantes de las
dietas cetogénicas con menos restricciones en la admisión del hidrato de carbono se
consideran más beneficiosas para los adolescentes y los adultos.

Aunque no se contraindique absolutamente, los niños con una lesión focal que sea
probable ser responsable de causar las capturas son probables beneficiar más de cirugía
que la puesta en vigor de la dieta cetogénica.
RECOMENDACIONES

En caso de que decida intentar un estilo de vida cetogénico para bajar de peso, estas son
las recomendaciones:

Ajuste sus macros. Para lograr la cetosis nutricional, ajuste sus metas de
macronutrientes para lograr una ingesta diaria de grasa de 70 a 75%, 15 a 20% de
proteínas y 5 a 10% de calorías de carbohidratos.

Anticipe una disminución temporal de energía. Cambiar a un estilo de vida cetogénico


puede ser un poco desafiante el principio. “Los primeros días, e incluso las primeras
semanas de una dieta cetogénica pueden ser bastante difíciles de llevar,” dice Mancinelli.
“Uno podría experimentar muy bajos niveles de energía, mal genio y dificultad para
pensar.”

Revise las cetonas en su orina diariamente. D’Agostino dice que una cantidad óptima
son 40mg/dL, sin embargo, aun un número entre 5–15mg/dL indica un estado acelerado
de quema de grasa.

Modere su ingesta de proteínas. Recuerde que una dieta cetogénica no es una dieta
alta en proteínas. Consumir demasiadas proteínas podría sacarle del estado de cetosis
puesto que el cuerpo puede convertir las proteínas excedentes en carbohidratos.

Coma una variedad de grasas. Asegúrese de que su ingesta de grasas está balanceada
entre grasas de fuentes vegetales y grasas animales tales como el aceite de oliva, las
nueces, las semillas, el coco, y los pescados oleaginosos. Esto no sólo le ayudará a
mejorar su salud general, sino que también le añadirá variedad a su plan alimenticio.

Sepa que no es algo sencillo. Como con cualquier plan de pérdida de peso, la meta no
es solo perder peso sino también mantenerlo. Antes de su transición a un modo de comer
cetogénico, pregúntese a sí mismo si puede llevar este cambio de estilo de vida a largo
plazo y no sólo hacerlo durante un periodo corto, ya que podría conducirle a un ciclo
alimenticio de rebote de peso.

Antes de realizar cambios importantes, a largo plazo en su dieta, es mejor


consultarlo con un doctor o nutricionista certificado.
2. DIETA DISOCIADA

DEFINICIÓN

La dieta disociada se basa en la teoría del equilibrio entre ácidos y bases en el estómago.
Esta dieta trabaja en función de las leyes de la digestión y divide los alimentos en tres
categorías principales, que son:

 glúcidos (pan, trigo, patata, cebolla, zanahoria, batata, mandioca, semillas, habas,
chocolate, caramelos, pastas, arroz, azúcar)
 proteínas (pescado, carne, pollo, caza, lácteos light, frutos secos)
 alimentos neutros (verduras, leche, quesos con más de 45% de grasa,
mantequilla, carne o pescado crudo y/o ahumado, y los aceites vegetales)

La idea básica de esta dieta es evitar comer los tres principales grupos de alimentos al
mismo tiempo para lograr una mejor distribución de los distintos nutrientes, así como para
obtener las cantidades correctas de energía a lo largo del día, esto hace que se logre
controlar la sensación de hambre, se basa en una hipótesis fisiológica que nos dice que
nuestro aparato digestivo no está preparado para asimilar adecuadamente las grasas,
proteínas y carbohidratos cuando éstos se toman en una misma comida. El objetivo que
se persigue al llevar a cabo esta dieta es perder peso en poco tiempo, concretamente, se
busca “movilizar los depósitos de grasa de organismo, quemar las reservas de glucógeno
y eliminar agua”, asegura González Caballero.

GRUPOS DE ALIMENTOS

Tabla de compatibilidades de alimentos

Se toma un número de la columna horizontal y el número de la columna vertical. Y el


punto de encuentro dentro de la tabla nos da si, no o M, que quiere decir que puedes
tomarlos si quieres mantener el peso, pero no puedes comerlos si la meta es adelgazar.

1. Frutas acidas como el limón, mandarina, pomelo, naranja.


2. Frutas semi ácidas como la fresa, albaricoque, cereza, kiwi, la manzana, pera,
uvas.
3. Frutas dulces como el higo seco, los orejones, pasa, dátiles.
4. Frutos oleaginosos como el aguacate, la aceituna, el aceite, nuez, pistacho, etc.
5. Los cereales como el arroz, maíz, pan, trigo y sus derivados.
6. Legumbres como el garbanzo, la lenteja, soja, guisante, brote de alfalfa.
7. Hortalizas como la berenjena, alcachofa, nabo, pimiento, rábano, remolacha, la
zanahoria, cebolla larga puerro.
8. Feculosas como la patata, zanahoria cocida, el plátano, castañas.
9. Las verduras y algas como el apio, coliflor, esparrago, endivia, escarola, espinaca,
lechuga, coles.
10. Los ajos y las cebollas.
11. Huevos de gallina, pavo, pato etc.
12. La leche preferiblemente para adelgazar la semidesnatada a desnatada.
13. La mantequilla.
14. Los quesos.
15. Las carnes y pescados, incluidos los embutidos, las conservas y los encurtidos.
Reglas

 No combinar alimentos grasos con proteínas.


 No combinar distintos grupos de hidratos de carbono en la misma comida.
 No mezclar carbohidratos (patatas, arroz, pasta, quinoa, trigo sarraceno,
legumbre, calabaza, maíz…) con las proteínas (huevo, queso freso, guisantes,
champiñones, pescado, carne, frutos secos crudos)
 Los carbohidratos necesitan un ambiente alcalino, no ácido (no limón ni
vinagre en la ensalada)
 Las verduras y hortalizas se pueden combinar con cualquier tipo de alimento
excepto con la fruta.
 La fruta no debe tomarse con ningún alimento, sino ingerirse sola, a media
mañana o a media tarde.
 No se deben comer proteínas de carne ni hidratos de carbono después de las
19:30 horas.
 Después de la comida o la cena, al no poder tomar frutas, como postre se
puede tomar café, infusión o yogur bio, éste es el único lácteo permitido como
postre.
 Durante la comida no se pueden tomar bebidas gaseosas o zumo.
 Se pueden utilizar las especias ya que todas éstas tienen compatibilidad con
cualquier alimento.
 El azúcar y el alcohol deben ser eliminados completamente de la dieta
disociada.
 No mezclar las legumbres con el arroz
 Si no hay hambre, sobre todo por la noche, es preferible dar prioridad a los
alimentos crudos, por ejemplo zumos, frutas, ensaladas, etc.
 MASTICAR bien los alimentos para evitar flatulencias, hinchazón y malestar
 Comer germinados de alfalfa, pipas de girasol, fenogresco y trigo con las
comidas principales ya que son muy enzimáticos y fáciles de digerir. Son
alimentos vivos.
 No beber agua en exceso durante las comidas. Esta dieta disociada es muy
hidratada de por si y no se siente sed en general. Los líquidos sólo sirven para
diluir los jugos gástricos y dificultar la digestión.
 Pescados prohibidos: atún y pez espada (acumulan mercurio y van al cerebro)
ni mariscos (acumulan muchos tóxicos y se alimentan de la basura del mar)
 Si en el desayuno hecho más de 2 cucharadas soperas de cereales acidifico el
organismo y no es conveniente
Es muy conveniente mezclar hortalizas crudas con alimentos cocidos (mitad y
mitad). Por ejemplo una ensalada con hortalizas crudas y un plato de alimentos
cocidos. Ensalada y un plato de arroz, en las mismas proporciones.
 Alimentos alcalinizantes: frutas, verduras y hortalizas, caldos vegetales, algas.

Importante tener en cuenta:

 Usar al máximo dos cucharadas soperas al día de aceite de oliva.


 Tanto si comes carbohidratos con verduras como si comes proteínas con
verduras es importante comer 25% - 50% de alimentos crudos y 50 - 75%% de
alimentos cocidos, siendo que se toman a la vez, un bocado de crudo y otro de
cocido, de ese modo la comida se digiere mejor y se adelgaza siempre y
cuando haya un sobrepeso.
 Cocinar sin usar papel aluminio.
 Los aliños son diferentes en las comidas con carbohidratos y en las comidas
con proteína. Los ácidos facilitan la digestión de las proteínas.
 No mezclar frutas ácidas con frutas muy dulces en la misma comida. (p.ej. piña
y plátano no)
 No usar agua del grifo para cocinar, mejor embotellada, destilada en casa o de
osmosis inversa.
 No usar cazos de aluminio ni papel de aluminio.
 Preferible sartenes ecológicas sin plomo.
INDICACIONES

A primera vista, la dieta disociada puede parecer ser una opción saludable para todos
pues favorece una ingesta equilibrada de alimentos a lo largo del día, a la vez que permite
comer todo tipo de comidas. Sin embargo, hasta el momento no se ha demostrado su
efectividad, no existen evidencias científicas que sustenten este régimen dietético.

De hecho, los nutricionistas afirman que somos capaces de digerir al mismo tiempo y sin
problemas todo tipo de nutrientes por lo que separar los grupos de alimentos para facilitar
la digestión carecería de fundamento científico. Asimismo, apuntan que es muy difícil
diferenciar los diversos alimentos según su composición nutricional pues en realidad
ninguno está compuesto exclusivamente por un solo nutriente. Por consiguiente, sería
bastante complicado catalogar aquellos alimentos que tienen proporciones nutricionales
semejantes, como por ejemplo: las lentejas y el pescado.

Además, la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética


afirma que la dieta disociada también puede provocar efectos adversos a largo plazo
como alteraciones gastrointestinales, mareos, intolerancia al frío, fragilidad de las uñas,
descalcificación, pérdida de cabello, contracturas musculares, amenorrea, insomnio,
ansiedad y aumento de los niveles de ácido úrico, colesterol y triglicéridos. Estos riesgos
están provocados por el consumo elevado de proteínas y grasa y la escasa ingestión de
frutas.

EFECTOS ADVERSOS

Bajo valor calórico

Éstas dietas generalmente aportan muy pocas calorías, lo que se puede traducir en
diversas alteraciones y complicaciones, que van desde mareos y sequedad de la piel
hasta pérdida de cabello, amenorrea en mujeres, insomnio y depresión.

Exceso de proteínas

La dieta disociada es hiperproteica, es decir que se consumen mayores cantidades de


proteínas. Si se consume proteínas en exceso y el aporte de hidratos de carbono es bajo
o muy bajo, aumentan los niveles de nitrógeno lo que puede provocar con el tiempo
descalcificación ósea y daños renales.

Riesgo cardiovascular

Al incluir alimentos que poseen gran cantidad de grasas y, peor aún, grasas saturadas,
como son por ejemplo carnes grasas, embutidos y fiambres, eleva los niveles de
colesterol y triglicéridos.

Por la clase de alimentos que incluye y no restringir cantidades, puede aportar hasta 1500
mg de colesterol diarios. Para que se den una idea de lo mucho que es esto, les cuento
que los niveles máximos saludables que debemos consumir diariamente de colesterol son
de 300 mg, y las personas que tienen colesterol elevado o patologías en las que deba
cuidarse el aporte de este, deberían consumir hasta 200 a 250 mg por día.

Pérdida de masa muscular

La función principal de los hidratos de carbono es la energética, es decir, ellos nos


aportan la energía necesaria. Las proteínas tienen una función estructural, forman y
reparan tejidos.

Sabiendo esto podemos decir que la dieta disociada produce pérdida de masa muscular,
debido a que el aporte de hidratos de carbono es muy bajo y estos no alcanzan para
generar la energía que necesitamos, entonces lo que ocurre es que el organismo utiliza
las proteínas para obtener la energía que le falta, y éstas no pueden ser utilizadas para la
función primordial que deberían cumplir.

Cetosis

Esta es otra complicación que se deriva del bajo aporte de hidratos de carbono. Como el
organismo trata de preservar las proteínas para el fin que éstas tienen, el de construir y
reparar tejidos, se comienza a utilizar a las grasas como combustible enérgetico principal,
lo cual produce unos compuesto llamados cuerpos cetónicos. Esto puede provocar mal
aliento, pérdida de apetito, mareos, dolores de cabeza y hasta posibles arritmias.

Estreñimiento

La dieta disociada contiene muy poco aporte de fibra lo cuál puede provocar constipación.

CONTRAINDICACIONES

Muchas de las autoproclamadas “dietas disociadas” -aquéllas que se centran en no


mezclar determinados alimentos- entran dentro de la “pura fantasía”, tal y como alertan
desde la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Los expertos
advierten de los riesgos de cualquier dieta disociada que permita comer sin medida un
alimento o que incluya restricciones innecesarias de alimentos saludables, dos de sus
grandes elementos diferenciadores.

El fundamento común en el que se basan estas dietas es que los alimentos no


contribuyen al bienestar y al aumento de peso por sí mismos ni por las calorías que
aportan, sino a causa de su consumo según determinadas combinaciones. Aluden a que
se puede comer “casi” de todos los alimentos, pero no mezclados en una misma comida.
Otra de las particularidades comunes en estas dietas disociadas es que no limitan las
cantidades de alimentos. Su explicación se basa en que el organismo no aprovecha las
calorías que aportan los nutrientes -hidratos de carbono, proteínas y grasas- si se toman
por separado, y no juntos en una misma comida.
Si se analiza a fondo la teoría de la dieta disociada basada en no combinar proteínas y
grasas con hidratos de carbono, su seguimiento sólo se puede calificar como utópico.

no hay alimentos puros en un nutriente que sólo contengan hidratos de carbono o sólo
tengan proteínas o grasas. Los alimentos son el resultado de una combinación de
diversos nutrientes en distintas proporciones, lo que pone en evidencia el fundamento
científico del que parten estas dietas disociadas.

RECOMENDACIONES

Para que la dieta sea efectiva y además no suponga un riesgo para la salud debe cumplir
una serie de recomendaciones.

 En primer lugar, debe buscarse una pérdida de peso gradual, paulatina,


moderada. Para ello, sin hacer déficits nutricionales, habitualmente se necesita
ingerir entre 20 y 25 calorías por Kg. de peso real.
 El aporte equilibrado de nutrientes es muy importante para poder perder peso de
forma sana, de modo que se deben repartir los diferentes nutrientes en los
distintos grupos alimentarios. Se necesita un mínimo de hidratos de carbono
diarios para el funcionamiento correcto del sistema nervioso (cerebro, nervios) y
para el funcionamiento correcto del corazón y de las células sanguíneas (glóbulos
rojos, glóbulos blancos y plaquetas). Aproximadamente entre el 40 y 50 % de las
calorías de una dieta deben ser aportadas por los hidratos de carbono. Los
hidratos de carbono se encuentran en grupos alimentarios que no deben dejar de
consumirse como: Cereales (trigo, avena, centeno, cebada, etc.) y sus derivados
(pasta, pan, cereales de desayuno, etc.) Arroz. Tubérculos (patata). Legumbres.
También contienen pequeñas cantidades de hidratos de carbono, las verduras, las
hortalizas y las frutas. Las bebidas azucaradas y otros dulces también contienen
hidratos de carbono (azúcar), pero no son aconsejables en las dietas para perder
peso. Entre un 10 y un 20 % de las calorías de la dieta deben ser aportadas por
las proteínas. Los alimentos más ricos en proteínas son la carne, el pescado, los
huevos, el queso curado y los frutos secos. El 30-35 % será aportado por la grasa.
Este último nutriente es el que más hay que restringir a pesar de que muchas
dietas poco científicas o poco comprobadas sostengan lo contrario.
 Es muy importante que se mantenga este reparto equilibrado de nutrientes
aportados por los distintos grupos alimentarios, por tanto debe existir una gran
variedad de alimentos en una dieta planteada para la pérdida de peso.
 No debes seguir dietas que no tienen fundamento científico ni tienen en cuenta tu
situación biológica particular.
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http://www.cambiatufisico.com/dieta-disociada/

https://norbertaamorospastor.files.wordpress.com/2017/02/dieta_disociada.pdf

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