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En 2016, la economía brasileña siguió en recesión
por segundo año consecutivo, debilitada por la
caída de los precios petroleros, las materias
primas y la ralentización de la economía china. El
país experimenta una grave crisis económica y
política, y los Juegos Olímpicos de 2016 no
impulsaron el crecimiento esperado. Al contrario,
el estado de Río se endeudó al punto de rozar la
quiebra, y esto se aplica además a numerosos
otros estados. A nivel federal, la deuda pública
tiene una dinámica preocupante, cercana al 80%
del PIB. En agosto de 2016, la presidenta Dilma
Roussef fue destituida y reemplazada por Michel
Temer, quien, al momento de asumir, anunció un
plan de reajuste presupuestario para limitar el
crecimiento del gasto público BY: Lina Perlaza
Descienden los tipos de interés en Brasil