FACULTAD DE HUMANIDADES
“Título”
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
AUTOR:
KATERIN LOURDES VILLAFRANCA MENDOZA
ASESOR:
CÉSAR MESCUA FIGUEROA
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
VIOLENCIA
LIMA-PERÚ
2015
GENERALIDADES
DURACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN:
En cuanto a la violencia juvenil, las cifras del Informe Mundial sobre la Violencia y la
Salud elaborado en el 2002, nos indican que ésta se cobró la vida de aproximadamente
199 000 jóvenes durante el año 2000, y así mismo se menciona que las tasas más
elevadas de homicidio juvenil se registran en África y América Latina.
Respecto a esta realidad, Barrientos y Oliveros (2007) mencionan que los actos
violentos que se desarrollan en los colegios, o comúnmente conocidos como bullying,
son una forma habitual de conducta agresiva que ocasiona daño deliberado.
Así mismo un estudio llevado a cabo por Oliveros y colaboradores en el 2008, rebeló
una incidencia del bullying de 47% en una muestra de alumnos que incluyo un colegio
del distrito de Ate Vitarte, los resultados también mostraron que las formas de agresión
más frecuentes son las físicas y verbales.
Son diversos los factores que contribuyen el desarrollo de estas conductas, Dekovic,
Wissin y Meijer (como se cita en Cabrera y Gonzáles, 2010) mencionan que en la
aparición de la conducta agresiva en adolescentes parecen influir diferentes factores
y, a partir de una postura teórica ecológica, se propone una mirada multidimensional
de la conducta agresiva que incluye factores familiares, escolares, personales,
socioeconómicos, entre otros (p. 242).
En tal sentido, es importante reconocer que los padres de familia cumplen una labor
fundamental en la formación de sus hijos, por lo que será primordial que estos posean
adecuadas competencias que les permitan desarrollar de manera satisfactoria su rol
de padres.
Sin embargo, el panorama actual refleja lo contrario, ya que muchos padres y madres
no han desarrollado adecuadamente dichas capacidades, por lo que no es inusual
encontrarse con una serie de conductas negativas por parte de los adolescentes, como
resultado de un deficiente desempeño de sus progenitores en cuanto a sus roles
paternos.
En el presente estudio se busca determinar si existe una relación significativa entre las
competencias parentales y el desarrollo de conductas agresivas en los adolescentes
de una institución educativa pública de Lima Metropolitana durante el año 2016.
Villar, Luengo, Gómez & Romero (2003) realizaron un estudio denominado “Una
propuesta de evaluación de variables familiares en la prevención de la conducta
problema en la adolescencia” que tuvo como objetivo evaluar la relación de las
dimensiones del conflicto, comunicación y estilo educativo parental y la conducta
antisocial de adolescentes de 14 centros educativos públicos de siete provincias
españolas en el año 2003. Fue un estudio de tipo descriptivo correlacional. Los
resultados obtenidos mostraron que las correlaciones encontradas entre las
dimensiones de relación familiar y las dimensiones de conducta antisocial evaluadas
fueron significativas. La conclusión de dicho estudio fue que se encontró que un alto
grado de conflicto, un bajo nivel de comunicación o un estilo educativo caracterizado
por la permisividad se relacionan con mayores probabilidades de implicación en las
conductas problemáticas como la conducta antisocial.
Sommantico, Parrello, De Rosa & Osorio (2007), llevaron a cabo una investigación que
lleva por título “Significado de las funciones familiares en adolescentes italianos.
Nuevas fronteras entre paterno y materno”, el estudio tuvo como objetivo explorar el
significado que una muestra de adolescentes y adolescentes tardíos del sur de Italia
atribuye a las funciones familiares, para analizar la relación entre la percepción de las
transformaciones de las funciones paternas y maternas —en particular la carencia de
roles normativos y de contención afectiva— y la agresividad como modalidad
preferencial de gestión del conflicto, para lo cual se aplicó un diferencial semántico y
un instrumento de agresividad, adaptado a población europea a 259 sujetos, de edad
comprendida entre los 17 y los 35 años, divididos en dos grupos, 139 de bachillerato
y 120 de licenciatura. Los resultados del DF indicaron un perfil monofactorial, a
diferencia del trifactorial obtenido por Osgood, Suci y Tannembaum (1957), mientras
que en el AQ se encontraron diferencias significativas entre la media de la agresividad
general y factores del instrumento como agresividad verbal, la rabia y hostilidad. Se
concluyó que las cualidades de tamaño y seguridad le son atribuidas específicamente
a la madre, y que el nivel de agresividad verbal supera el índice de agresividad general.
Raya (2008) realizó un trabajo denominado “Estudio sobre los estilos educativos
parentales y su relación con los trastornos de conducta en la infancia” para valorar el
efecto de determinadas características de padres y madres y del entorno familiar así
como el estilo de crianza de ambos progenitores sobre la agresividad, la hiperactividad
y los problemas de conducta descritos en sus hijos. Dicho estudio se planteó desde un
diseño descriptivo transversal donde, por un lado se describen los resultados
obtenidos por la muestra en cada una de las variables contempladas, y por otro lado
se analiza la relación entre distintos factores del entorno familiar y el estilo de crianza
parental así como la relación entre los factores anteriores y los problemas
externalizantes como la agresividad, la hiperactividad y los problemas de conducta.
Tanto los análisis bivariantes llevados a cabo mediante la correlación de Pearson en
el primer estudio y mediante la prueba T para el contraste de medias en los restantes,
como los análisis multivariantes por medio del análisis de regresión logística, han
aportado datos a favor de la implicación de los padres en el ámbito escolar como factor
protector, sobre todo en el caso de la agresividad. La satisfacción con la crianza es
otro de los factores del PCRI, que hace referencia a la satisfacción que obtiene una
madre o padre por el hecho de serlo, manifestada mediante expresiones del tipo “a
menudo me pregunto qué ventajas tiene criar hijos”. También arrojó resultados en la
línea de lo esperado, de modo que altas puntuaciones en la misma se relacionan con
bajas puntuaciones en los distintos problemas exteriorizados por los hijos. Así, el
compromiso tanto del padre como de la madre es considerado como predictor de bajas
puntuaciones en agresividad por el análisis de regresión múltiple, aunque de manera
no significativa. Respecto a los problemas de conducta, es también el compromiso del
padre el que predice altas puntuaciones, mientras que el de la madre predice lo
contrario aunque sin ser significativo.
Cabrera, Gonzáles & Guevara (2010) en el artículo científico "Estrés parental, trato
rudo y monitoreo asociados a la conducta agresiva" examinaron el aporte de tres
prácticas parentales en la explicación de la conducta agresiva. El interés era indagar
asociaciones entre estos factores, las diferencias por nivel socioeconómico y las
diferencias en los reportes de ambos padres sobre la conducta agresiva de sus hijos.
Participaron 256 parejas, con hijos adolescentes. Los resultados mostraron que el
estrés parental, el trato rudo y el monitoreo se asocian significativamente con la
conducta agresiva. El estrés parental fue el factor con mayor peso predictor. Se
encontraron diferencias significativas para los tres factores en los niveles
socioeconómicos alto y bajo, pero no entre el medio y el alto. En los reportes de los
padres, no se encontraron diferencias para estrés y trato rudo, pero sí para el
monitoreo.
Oliveros et al. (2008) llevó a cabo un estudio llamado “Violencia escolar (bullying) en
colegios estatales de primaria en el Perú”, cuyo fin fue conocer la incidencia, respuesta
de los compañeros de clase, padres, maestros y amigos al enterarse de la agresión.
Fue un estudio de tipo transversal en una muestra de 916 escolares. Los resultados
mostraron que la incidencia de bullying fue de 57%. El 34% de los agredidos no
comunican a nadie la agresión. A un 65% de compañeros no les interesa defender a
las víctimas. Alrededor de 25% de maestros y padres de familia no reaccionan ni
protegen a las víctimas permitiendo que este proceso continúe. Se concluyó que los
padres deben ser modelos positivos para sus hijos ayudándolos a crecer y
desarrollarse de manera adecuada, sin embargo muchos de ellos conocen del abuso
que están cometiendo con sus hijos y, sin embargo, no acuden al colegio a requerir
información y no valoran la importancia de la protección que deben brindar a sus hijos.
Matalinares et al. (2010) llevaron a cabo una investigación denominada “Clima familiar
y agresividad en estudiantes de secundaria de lima metropolitana”. La investigación
realizada tuvo como objetivo establecer si existía o no relación entre el clima familiar y
la agresividad de los estudiantes de cuarto y quinto de secundaria de Lima
Metropolitana. Para la realización del proyecto se evaluó a 237 estudiantes de cuarto
y quinto de secundaria, de ambos sexos, cuyas edades fluctuaron entre los 14 y 18
años de edad, procedentes de diversos centros educativos estatales de Lima, a
quienes se aplicó el Inventario de hostilidad de Buss-Durkee y la Escala del clima social
en la familia (FES). Al ser procesados los resultados se encontró que las variables
clima familiar y agresividad se encuentran correlacionados. Al analizar los resultados
tomando en cuenta los diversos subtests de la Escala de clima social se encontró que
la dimensión Relación de la escala de clima social se relaciona con las subescalas
hostilidad y agresividad verbal. No se encontró una relación significativa entre la
dimensión desarrollo del clima social en la familia y las subescalas del cuestionario de
agresividad. Finalmente se concluyó que hay relación entre el clima social en la familia
y la agresividad de estudiantes de secundaria.
La postura actual de los padres con respecto a los hijos adolescentes está
caracterizada por una escasa tendencia a poner límites y reglas, lo que propicia serias
dificultades en la gestión de conflictos y en la observancia de las normas (Sommantico,
et al., 2008, pp. 85, 86) Así mismo se observa que la percepción que poseen los
padres con respecto a sus funciones se limita a actuar como proveedores y asegurar
el bienestar material.
El panorama actual y las diversas investigaciones confirman lo referido
anteriormente, pues la mayoría de los padres no han desarrollado sus competencias
parentales que garanticen un adecuado desempeño de sus roles.
Así mismo Rodrigo, Martín, Cabrera y Máiquez (como se cita en Martín, Cabrera,
León y Rodrigo, 2013) afirman que de acuerdo a los modelos de competencia general
de Waters y Sroufe, y Masten y Curtis, las competencias parentales se definen como:
Aquel conjunto de capacidades que permiten a los padres y a las madres afrontar
de modo flexible y adaptativo la tarea vital de ser padres, de acuerdo con las
necesidades evolutivas y educativas de los hijos e hijas y con los estándares
considerados como aceptables por la sociedad, y aprovechando todas las
oportunidades y apoyos que les brindan los sistemas de influencia de la familia
para desplegar dichas capacidades (pp 886,887).
Así mismo Bayot et al., (2005) sugieren que “muchos padres y madres creen que
no tienen por qué intervenir en las tareas y conocimientos que desde el colegio se
establecen. Piensan que es responsabilidad de los profesores […] y prefieren vivir
ausentes ante lo que ocurre en las aulas” (p. 122).
Así mismo resulta fundamental que los padres sirvan de guía a sus hijos,
ayudándolos a sobrellevar y solucionar de manera asertiva las diversas
situaciones a las que se enfrentan día a día. En cuanto a esta dimensión Bayot
et al. (2005) destacan la capacidad de diálogo y escucha que muestran los
padres y madres a la hora de atender las demandas y necesidades que
presentan sus hijos.
1.3.2. Agresión
"Si bien la agresividad puede ser entendida como un patrón adaptativo desde el
punto de vista etológico, las agresiones son un problema de suma importancia para la
humanidad en general y para las sociedades occidentales en particular (Raya, Pino y
Herruzo, 2009, p. 212)".
Causas
De acuerdo al Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud del año 2002, la violencia
juvenil comprende un abanico de actos agresivos que van desde la intimidación y las
peleas hasta formas más graves de agresión y el homicidio. En el contexto escolar el
bullying es la principal expresión de violencia y agresividad.
Estas conductas agresivas que manifiestan los jóvenes, subyacen una serie de causas
de naturaleza interna así como de naturaleza externa, en este último grupo se
encuentran los llamados factores socio-familiares, los cuales juegan un importante
papel en la formación de una persona.
Los padres de familia ejercen un rol fundamental en la formación de los hijos, es por
ello que las competencias parentales que posean serán un factor determinante en
muchas de las futuras conductas y el modo de comportarse de sus hijos.
Así mismo el determinar una relación significativa, permitirá una intervención que
busque mejorar o fortalecer las competencias parentales en la prevención de los actos
violentos que manifiestan muchos adolescentes en edad escolar.
1.3. Hipótesis
Ha: Existe una relación entre las competencias parentales y las conductas
agresivas en adolescentes de la Institución Educativa Pública Mariscal
Toribio de Luzuriaga del distrito de Ate en el 2016.
1.4. Objetivos
2.2. Variables
Tabla 1
Escala
Definición Definición d
Variable Indicadores
Conceptual operacional e
medición
Competencia Bayot & Definición Implicación Escala
parental Hernández- medida por los escolar ordinal
Viadel (2005) puntajes parental
“Es la creencia obtenidos en
que padres y la prueba de Dedicación
madres Competencias personal
albergan sobre parentales
sus percibidas. Ocio
capacidades y compartido
habilidades
para llevar a Asesoramiento
cabo y orientación
satisfactoria y
eficazmente la Asunción del
tarea rol paternal
educativa de
criar a sus
hijos”
Conducta Buss (1961) Definición Agresión física Escala
agresiva “Una medida por los ordinal
puntajes Agresión
respuesta
obtenidos en verbal
consistente en
el Cuestionario
proporcionar de Agresividad Ira
un estímulo de Buss y
nocivo a otro Perry. Hostilidad
organismo”
2.4. Población y muestra
2.4.1. Población
2.4.2. Muestra
Para efectos del presente estudio se trabajará con una muestra de 226 estudiantes
del 1° al 5º grado de Educación Secundaria, entre varones y mujeres
pertenecientes a la Institución Educativa Pública Mariscal Toribio de Luzuriaga del
distrito de Ate Vitarte - Lima 2016, la cual fue establecida por la formula preliminar
para muestra finita, considerando los siguientes estimadores estadísticos: nivel de
confianza de 95% (z=1.96) con un margen de error esperado de 5% y una
probabilidad de ocurrencia de 50. La fórmula para el cálculo del tamaño de muestra
es:
𝑁𝑍 2 𝑝(1 − 𝑝)
𝑛=
(𝑁 − 1) 𝑒 2 + 𝑍 2 𝑝(1 − 𝑝)
𝑁𝑍 2 𝑝(1 − 𝑝) (550)(1.96)2 (0.50)(0.5)
𝑛= =
(𝑁 − 1) 𝑒 2 + 𝑍 2 𝑝(1 − 𝑝) (550 − 1)(0.05)2 + (1.96)2 (0.50)(1 − 0.50)
528.22
n= ----------------
2.3329
n= 226 estudiantes
Se hará uso del Cuestionario de agresión, creado por Buss y Perry (1992),
adaptado por Matalinares, Yaringaño, Uceda, Fernández, Huari, Campos y
Villavicencio (2012) en una muestra de 3632 adolescentes de 10 a 19 años
de 1° al 5° de secundaria, procedentes de instituciones educativas de la
costa, sierra y selva del Perú, el cuestionario de 29 preguntas obtuvo un alfa
de Crombach del 0.836, ello demuestra que el test tiene un ajuste aceptable
al modelo de cuatro factores, cabe resaltar que el tiempo de aplicación es de
20 minutos y puede ser tomado de forma individual o colectiva, las
dimensiones presentes son: agresión física, agresión verbal, hostilidad e ira.
Así mismo se utilizará la escala de Competencia Parental percibida versión
padres para medir la competencia parental en el cuidado de sus hijos, la cual
fue adaptada por Vera, Zaragoza y Musayón (2014) en una muestra de 420
padres de escolares de 1.° a 6.° grado de primaria de un colegio nacional de
Chacas, Asunción – Ancash, Perú. Se utilizó estadística descriptiva, análisis
factorial, y pruebas para analizar la validez. Los resultados mostraron que la
escala presenta valores altos de confiabilidad y una buena adecuación a los
datos, lo cual indica que es confiable y válida.
2.6. Métodos de análisis de datos
Rodrigo, M., Martín, J., Cabrera, E. y Máiques, L. (julio, 2009). Las Competencias
Parentales en Contextos de Riesgo Psicosocial. Intervention Psychosocial (18) 2.
Recuperado de http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1132-
05592009000200003&script=sci_arttext
Tur, M. Mestre, M. y Del Barrio, V. (sin mes, 2004). Los problemas de conducta
exteriorizados e interiorizados en la adolescencia: relaciones con los hábitos de
crianza y con el temperamento. Acción Psicológica (3) 3. Recuperado de
http://revistas.uned.es/index.php/accionpsicologica/article/view/514/453