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Preámbulo

Los patrones de desarrollo económico capitalista dependiente y globalizado han


propiciado una ocupación expansiva del territorio con asentamientos humanos que se
ubican una y otra vez en zonas de riesgo propensas a sufrir impactos de eventos
extremos de origen “natural”. Éstos parecen manifestarse con una acrecentada
intensidad, sobre todo los huracanes y las tormentas tropicales, resultado de la
alteración del equilibrio ambiental de los frágiles ciclos ecológicos antes
autorregulables, los terremotos y los tsunamis.

Los grandes desastres que han ocurrido a lo largo de la historia, sin importar su
etiología, tienen un hecho en común: la enorme cantidad de víctimas mortales que
provocaron. El huracán Mitch en Centroamérica, las inundaciones en Venezuela, los
terremotos en El Salvador, huracanes en el Caribe y acciones provocadas por el
hombre, como el incendio de Mesa Redonda en Perú o el incendio del supermercado
en Paraguay, guerras y accidentes de aviación, entre muchos otros.

Los territorios habitados también están expuestos a sufrir desastres provocados


por la propia sociedad, como los accidentes de tráfico o los procesos sanitarioquímico-
tecnológicos, así como los conflictos político-económicos locales, regionales e
internacionales, que derivan en enfrentamientos armados, guerras y terrorismo. A pesar
de los esfuerzos desplegados por los expertos, la desinformación ha provocado y sigue
provocando conductas erróneas en el manejo de los cuerpos.

Para un correcto manejo de los cadáveres, tomando en cuenta las siguientes


premisas:

• El cadáver producto de un desastre no constituye un riesgo infeccioso;

• Nunca se deben enterrar a las víctimas en fosas comunes;

• Bajo ningún punto de vista se debe proceder a cremar masivamente los


cadáveres, en contra de las costumbres culturales y normas religiosas de la población.
• Finalmente, es necesario agotar todos los esfuerzos para lograr una
identificación de los cuerpos y, en última instancia, disponer/ubicar los cadáveres en
nichos, trincheras o zanjas individuales, lo cual constituye un derecho humano básico
de los familiares sobrevivientes.

Las autoridades de un país son quienes fundamentalmente deben coordinar los


esfuerzos sociales para afrontar un desastre, mediante un plan de contingencia
adecuado que oriente los recursos gubernamentales y privados, en primer lugar, al
rescate y atención de los sobrevivientes, otorgándoles asistencia psicológica y médica,
y a la evacuación e instalación de los damnificados en albergues temporales. En
segundo lugar, es necesario efectuar la restauración del transporte y las
comunicaciones, así como la rehabilitación y mantenimiento de los servicios básicos.

En tercer lugar, pero no por ello es menos importante, deben encargarse de la


recuperación y manejo de los cuerpos sin vida, acciones que se inician desde el
momento mismo de ocurrido el evento, asociadas con la propia búsqueda de
supervivientes.

Acciones a tomar para el manejo de cadáveres en situaciones de desastre

1.- Establecer el comando de operaciones en situaciones de desastre para el


manejo de cadáveres. Lo esencial para una óptima y eficiente respuesta ante la
ocurrencia de muertes por emergencias y desastres socio-naturales, es que exista una
institución coordinadora que fundamente directrices y realice una planificación
estratégica in situ, permitiendo gerenciar el recurso interinstitucional y humano a fin
de que logren alcanzar indicadores de eficacia para el resguardo de la integridad de
cadáveres hasta su disposición final.

Por consiguiente se sugiere la creación del Comando de Operaciones en


Situaciones de Desastre; cuya dirección debe comenzar por la primera institución en
llegar y luego ésta cederá su función a la Organización de Protección Civil y
Administración de Desastres quien forma parte del sistema de Gestión de Riesgo de la
Coordinación Nacional de Seguridad Ciudadana, como lo establece el artículo dos de
la ley de la Organización Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres.

Bajo este orden de ideas dicha organización va a implementar las medidas


pertinentes según el papel que juega cada institución a través de la toma de decisiones
en una fase diagnóstica de evaluación. A medida que se incorporen al evento las demás
instituciones pertinentes, con sus respectivos departamentos y recursos humanos, se
constituye de forma inmediata el comando de operaciones ante emergencias y
desastres.
2. Preparación del plan para el manejo masivo de cadáveres en situaciones de desastre

En todo evento es necesario contar siempre con un plan general que sea
estratégico, de carácter flexible para que sea adaptable a cualquier circunstancia,
promoviendo sustancialmente la aceptación de todos los involucrados en vías de
alcanzar los objetivos propuestos.

En general, los planes para enfrentar el manejo masivo de cadáveres en


situaciones de desastre deben tomar en cuenta las siguientes directrices:

Situación actual:

 Recurso humano entrenado y disponible para enfrentar el proceso de


manejo, identificación y disposición de los cuerpos;
 Recursos financieros asignados en el presupuesto para el manejo de
emergencias y, dentro de ellos, tener presente el rubro para el manejo de
cadáveres.
 Recursos logísticos y materiales.
 Identificar los posibles escenarios de la emergencia: tipos de desastres que
más comúnmente podrían afectar a la región y la probable mortalidad que
podrían causar, y acceso a recursos en el momento de la emergencia
personal voluntario para la recuperación de los muertos, contenedores
refrigerados para que sirvan como morgues provisionales, espacio donde se
podrían enterrar los cuerpos, fuentes de recursos extra presupuestarias.
 Difundir ampliamente el plan. Todos los involucrados en el manejo de los
cadáveres deben conocer la existencia de este plan y estar familiarizados
con el mismo, especialmente en lo que tiene que ver con su papel durante la
emergencia.
 Realizar ejercicios periódicos para poner a prueba el plan. La ausencia de
una prueba real anula en gran medida la validez del mejor de los planes
abstractos.
 Tener como referencia los datos básicos proporcionados por el Centro de
Operaciones de Emergencia del país, que incluyan datos demográficos
básicos y epidemiológicos.
3. Programas Técnicos

a) Identificación de los cuerpos

El Departamento de Medicina Legal juega un papel fundamental en este punto.


Los institutos de medicina legal o sus similares tienen protocolos para identificar y
conservar los cadáveres, certificar las defunciones y realizar el transporte local e
internacional en los casos necesarios. Es importante el trabajo conjunto con la fiscalía
o su similar, función judicial y salud (para los traslados internacionales).

b) Vigilancia epidemiológica y control de enfermedades

El tipo de desastre determina los niveles de morbilidad y mortalidad de la


población afectada por el fenómeno. Es aconsejable instituir mecanismos de alerta con
el listado de las posibles enfermedades relacionadas con cada tipo de desastre, poner
en marcha programas especiales como los de control de vectores, de enfermedades
diarreicas o de trastornos nutricionales.

c) Capacitación del personal involucrado y del público

Todas las instituciones comprometidas en el manejo de cadáveres deben


instituir programas integrales de capacitación. El personal debe recibir instrucción
específica sobre los diferentes aspectos del manejo: técnicas de búsqueda y rescate,
recuperación de cadáveres, higiene pública de la población en riesgo, aspectos sociales,
culturales, religiosos, legales y psicológicos de la comunidad, y ofrecer posibilidades
de formación continua sobre la gestión de desastres en relación con sus áreas
respectivas de responsabilidad.

d) Simulacros
Estos ejercicios son la única forma de mantener actualizados los planes, sobre
todo durante los largos períodos en los que no se producen situaciones de emergencia.
Existen varias técnicas para conducir estos ejercicios de simulacro que se relacionan a
continuación:

 Los simulacros de oficina permiten usar escenarios impresos o presentados


en computadoras. Su objetivo es mejorar la coordinación, compartir la
información y poner a prueba los procesos de toma de decisiones.
 Los ejercicios de campo se realizan para poner a prueba la puesta en marcha
de un plan para casos de desastres en condiciones de campo simuladas. Son
muy útiles para detectar los errores inevitables, la falta de coordinación o
las deficiencias de la respuesta simulada.
 Los ejercicios de adiestramiento se destinan a impartir habilidades
específicas al personal técnico (por ejemplo, al personal de búsqueda y
rescate, de recuperación y manejo de cadáveres, de identificación, de
acompañamiento psicológico de los familiares, entre otros).
e) Logística
La logística consiste en llevar personas, suministros y equipo adecuados
al lugar necesario en el momento oportuno. Se debe asignar a un líder o equipo
de logística para asegurar la ejecución fácil de cualquier plan. Las siguientes
son las responsabilidades logísticas principales que hay que planificar:
 Transporte de cadáveres desde el lugar de fallecimiento hasta la morgue,
lugar de almacenaje o al lugar del entierro.
 Transporte de trabajadores a su lugar de trabajo.
 Asegurar el equipo de comunicaciones para los trabajadores de campo,
jefes del lugar de trabajo, oficinas centrales u y oficinas de
coordinación.
 Los suministros y otros recursos tales como, ataúdes, bolsas para
cadáveres, etiquetas, hielo seco y fuentes portátiles de electricidad y
agua.
 Ayuda de especialistas técnicos locales y regionales, como sepultureros
y directores de funerarias.
 Equipo de mantenimiento de datos, como registros, listas de inventario
y cámaras (para fotografiar cuerpos no identificados).

Proceso de recuperación de cadáveres

El proceso de recuperación de cadáveres no debe considerarse como una última


prioridad al momento de realizar un triaje primario a las víctimas, sino que debe hacerse
alternamente por el personal previamente asignado para estas labores sin interrumpir
otras intervenciones, debido a que predomina el factor de tiempo mínimo requerido
que imponen las condiciones ambientales existentes, lo que podría influir en la
aceleración o retardo de la presencia de signos abióticos transformativos. Los pasos
serían:

 Información de la zona.
 Realizar inventario de los recursos a utilizar.
 Inicio de las labores de búsqueda y rescate.
 Hallazgos de víctimas.

De acuerdo a lo anterior es requerida la presencia del personal forense y un


Fiscal del Ministerio Público, a fi n de confirmar y descartar el tipo de muerte, vigilar
que se cumplan las experticias de rigor; inspección del lugar del suceso; levantamiento
planimétrico; determinar la hora de la muerte; recolección de evidencias y efectos
personales, asimismo iniciar con la cadena de custodia de evidencias recabadas. Es
importante insistir en que los cuerpos de rescatistas no actúen sobre los cadáveres hasta
que los cuerpos de investigación (CTPJ) y forenses no se apersonen en el sitio del
suceso.
Proceso de clasificación de cadáveres

La clasificación de cadáveres es sumamente importante debido a que va a


orientar el lugar adecuado donde van a ser almacenados para su conservación hasta
lograr la identificación, por lo que se considera eficiente realizarlo de manera alterna,
estimando no interrumpir las otras actividades.

Para todo ello se sugieren fi chas de registro de muertes, miembros amputados


y efectos personales hallados, formularios de registros de muertes para el manejo de
cadáveres, permitiendo orientar y brindar respaldo informativo para agilizar el proceso
en el centro de identificación haciendo comparaciones con los datos registrados en las
planillas de desaparecidos, mientras que los órganos judiciales también laboran
efectuando sus procesos investigativos de identificación en forma sistemática, logrando
de esta manera agilizar la identificación de forma sinérgica.

Proceso de almacenamiento de cadáveres

 Sitios apropiados para establecer Centros de Almacenamiento. En esta


sección se estudia la posibilidad de utilizar canchas múltiples cubiertas para
evitar la pronta descomposición de los cadáveres bajo el sol, coliseos o
canchas deportivas con grandes carpas, además de lugares con abundante
agua y luz y lo ideal son cavas portátiles o camiones refrigerados a muy baja
temperatura para la congelación de restos.
 Almacenamiento de grupos por Raza, Edad y Sexo: Es conveniente
almacenar grupos de cadáveres por raza, edad y sexo para facilitar la
clasificación y ubicación en secciones, permitiendo evitar situaciones
caóticas dentro de los centros de almacenamiento de cadáveres, de manera
que el acopio sea en forma ordenada hasta que las personas fallecidas sean
solicitadas por el centro de identificación.
 Sección de Archivos: Es fundamental tener una sección de archivos, para
facilitar el proceso organizativo y agilizar la ubicación de la sección donde
se encuentran ubicados los fallecidos, de igual manera efectuar con
prontitud la salida del cadáver cuando este sea solicitado para realizar su
identificación respectiva.

Proceso de identificación de cadáveres

 Ubicación del Centro de Identificación: En esta sección es importante


puntualizar la ubicación del centro de identificación, para diseñar el plan de
acción, el comando de operaciones debe asignar su establecimiento en un
sitio idóneo cercano al centro de almacenamiento, de ser posible incluir al
equipo de relaciones públicas de manera que al momento de identificar una
persona fallecida, el vocero o comunicador anuncie la información a los
medios de comunicación, de modo que se apersonen familiares o amigos
para hacer el reconocimiento del cadáver.
 Instituciones y Secciones que deben operar en el Centro de Identificación:
Este aspecto es importante mencionarlo, debido a que en el Centro de
Identificación se debe efectuar una labor en conjunto de los organismos
judiciales con los de protección civil de modo que cada uno logre de acuerdo
a su función, dar la pronta solvencia al proceso investigativo.

Disposición final

 Entrega a familiares: En esta parte, luego de identificadas las víctimas es


importante realizar la entrega a familiares debido a que logra mitigar la
carga psicológica de los mismos por la desaparición de sus seres queridos,
para ello éstos podrán ser tratados por el equipo de relaciones públicas
conformado por los subgrupos de apoyo psicológico y colectivos religiosos
acorde a sus creencias para invitarlos a aceptar y elaborar el duelo.
 Instituciones que dirigen la disposición final en caso de no ser reclamados:
En esta sección es indispensable señalar las instituciones que tienen
pertinencia en este proceso, se estima que es de carácter netamente judicial
y debe ser realizado mediante una autoridad competente para la disposición
final, en caso de no haber un ente judicial se elabora un informe previo.

 Áreas apropiadas para la disposición final: Ante esta realidad, se consideran


apropiadas aquellas áreas que contengan las siguientes características:
- Terrenos con bajo nivel freático y zonas no inundables.
- Deben estar ubicados por lo menos a doscientos metros de las fuentes de
agua, en caso de ser pocos cadáveres; y en caso de ser gran cantidad de
cadáveres se recomienda que sea de mayor de cuatrocientos metros de estas.
- Tener una distancia con respecto a la población donde ocurrió el desastre
de mil metros aproximadamente.

Asimismo, es imprescindible tener en cuenta que deben ser sepultados en fosas


individuales, con una profundidad entre 1.5 metros a 3 metros, señalando en el lugar la
identificación del cadáver.

Aspectos socioculturales

Uno de los aspectos de mayor relevancia en la recuperación de los cuerpos y su


debido proceso de identificación es que permiten que se pueda llevar a cabo el duelo
familiar y comunitario, así como los rituales que otorgan el valor simbólico del cadáver
y de la sepultura, circunstancias que en un desastre deben ser respetadas. Las muertes
masivas inesperadas constituyen momentos de dolor colectivo que pueden llegar a
convertirse en protestas sociales y políticas que afecten la dinámica comunitaria.

El sepelio canaliza el duelo colectivo, el dolor social, ayuda a manejar la pérdida


y a diluir la ira; y aunque es expresión colectiva de desesperanza, indefensión y
vulnerabilidad, permite simultáneamente la expresión de compasión, simpatía y ofrece
una ocasión para compartir un momento de solidaridad.

Aspecto psicológico

Además de la atención de la salud mental de los sobrevivientes, el manejo de


gran cantidad de cadáveres requiere un plan psicológico y físico de acompañamiento,
ya que este proceso puede causar enorme impacto en la salud del equipo de trabajo y
de los damnificados. Existen efectos tardíos en los sobrevivientes con duelos
patológicos que deben tratarse psicológicamente para evitar sus severas consecuencias:
trastornos psiquiátricos como depresión, trastornos de adaptación, manifestaciones de
estrés postraumático, abuso del alcohol y otras sustancias adictivas y trastornos
psicosomáticos.

Aspectos legales

Los derechos humanos se ven afectados si las autoridades a cargo del manejo
de la emergencia se niegan a rescatar los cadáveres, no los recogen en forma adecuada
o no toman los recaudos necesarios para identificarlos y los inhuman transgrediendo
los ritos religiosos y las creencias culturales. Por ello, los damnificados pueden
interponer reclamaciones jurídicas por daños materiales y morales, de acuerdo con las
disposiciones internas de los Estados y los instrumentos internacionales de derechos
humanos ratificados, si las autoridades ignoran la plena identificación de los cadáveres.
La identificación es la única forma de tener la certeza de la muerte, pues elimina
toda posibilidad de fraude, y es el único medio de poner fin a la angustia y dolor de los
familiares. Ello obliga a los Estados a adoptar normas técnicas con un contenido
legislativo e instruir al personal que actúa en emergencias sobre la ausencia de riesgos
epidémicos en el manejo de cadáveres. Con ello evitaría causar daños irreparables a las
familias de las víctimas y los consecuentes pleitos legales que podrían concluir en
sentencias generadoras de responsabilidad.

Una desaparición no esclarecida incrementa los daños materiales de familiares


o interesados que se ven imposibilitados para tener acceso a los activos de familiares,
cobrar seguros y participar de los bienes de los difuntos, lo cual depende de largos
procesos judiciales de declaración de muerte presunta. Una desaparición genera
problemas de vacíos legales, de herencias de propiedades, testamentos, negocios y
hasta fraudes en registros públicos electorales, entre otros.

“Debemos tratar a los fallecidos con respeto. En la muerte, el dinero y las


posesiones materiales no importan; es la dignidad de la que nos debemos ocupar.”

Gung Tresna
Salvavidas en Kuta Beach
Después del atentado terrorista en Bali, Indonesia

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