1
para la protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado, aprobada en La
Haya en 1954, cuando se introduce el concepto de centros monumentales, como “los
centros que comprendan un número considerable de bienes culturales”3 constituyéndose
en bien cultural en sí mismos, compartiendo esta tipología con los bienes muebles e
inmuebles y los edificios que albergaban los bienes culturales.
La Carta de Gubbio 4, producto de la Convención Nacional para la Salvaguarda y
Restauración de Centros Históricos, celebrada en la ciudad de Umbría, Italia del 17 al 19
de setiembre de1960, marca el inicio de la extensión de la idea de patrimonio del edificio
individual al conjunto monumental denominado entonces centro histórico.
Se reconoció la importancia nacional de los problemas que afectaban a los centros
históricos y se consideró que era urgente proceder con el reconocimiento y la
clasificación de los asentamientos de valor histórico y del medio ambiente y las áreas que
necesitaban ser preservados y rehabilitadas, como condición previa para el desarrollo de
la ciudad moderna. Este documento fue importante porque propuso el criterio de
restauración conservadora (“risanamento conservativo”) así como el inicio de la
participación del estado en la conservación y restauración de los centros históricos.
La Carta de Gubbio proponía la conservación de la estructura social de los conjuntos históricos para los que
deberían elaborarse planes especiales de restauración. En la imagen el centro histórico de Asís, Italia.
Imagen: http://www.raccontailtuomuseo.it/public/resources/test/scuole-assisi-2-pagina.jpg [Consulta: 18..03.16]
4 http://www.ancsa.org/admin/contents/it/serie-storica-delle-pubblicazioni/pubblicazioni-links/1960-1964/doc2.pdf
[Consulta: 05.03.16]
2
En 1962, UNESCO elaboró la “Recomendación relativa a la protección de la belleza y del
carácter de los lugares y paisajes.” 5 Entre los principios generales se indicaba:
“La protección no se ha de limitar a los lugares y paisajes naturales, sino que se
ha de extender también a los lugares y paisajes cuya formación se debe total o
parcialmente a la mano del hombre. Así, convendría dictar disposiciones
especiales para lograr la protección de ciertos lugares y paisajes tales como
lugares y paisajes urbanos, que son en general los más amenazados, sobre todo
por las obras de construcción y la especulación de terrenos. […]” (Artículo 5)
Si los documentos anteriores no tuvieron mayor difusión ni repercusión en nuestro país, si
la tendría la “Carta internacional sobre la conservación y la restauración de monumentos
y sitios” conocida como la Carta de Venecia 6, adoptada en el II Congreso internacional de
arquitectos y técnicos de monumentos históricos llevado a cabo en Venecia, del 25 al 31
de mayo de 1964, que tuvo como objetivo la reflexión sobre la reconstrucción de algunas
ciudades europeas después de la Segunda Guerra Mundial. El Perú estuvo representado
por el arquitecto Víctor Pimentel Gurmendi, firmante de la carta.
La Carta de Venecia, señalaba en el artículo primero:
“La noción de monumento histórico comprende la creación arquitectónica aislada
así como el conjunto urbano o rural que da testimonio de una civilización
particular, de una evolución significativa, o de un acontecimiento histórico. Se
refiere no sólo a las grandes creaciones sino también a las obras modestas que
han adquirido con el tiempo una significación cultural.”
El artículo 14° hacía referencia a los lugares monumentales (conjuntos histórico-
artísticos) los cuales señalaba “debían ser objeto de atenciones especiales a fin de
salvaguardar su integridad y de asegurar su saneamiento, su tratamiento y su realce”
Dos fueron los aportes de este Congreso, en primer lugar la adopción de una Carta
Internacional de la Restauración, propuesta por Piero Gazzola y Roberto Pane y en
segundo lugar la creación del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ICOMOS.
Otros documentos internacionales que, complementando la Carta de Venecia, se
ocuparon de los conjuntos históricos fueron:
La “Carta del restauro”7 propuesta en 1972 por el Ministerio de Educación italiano que
intentaba establecer unas pautas en la labor llevada a cabo por la administración en
materia de conservación del patrimonio, otorgándosele un valor normativo en ese país.
Además de los artículos, contenía 4 anexos, el último de los cuales eran las
“Instrucciones para la tutela de los Centros Históricos”.
Este documento, a pesar de que estuvo restringido a las ciudades italianas fue importante
3
porque señalaba la finalidad de las intervenciones de restauración en los centros
históricos, que debía garantizar la permanencia en el tiempo de los valores que
caracterizaban estos conjuntos. Estas intervenciones a nivel urbanístico podían ser:
reestructuración urbanística, reordenación viaria, revisión del mobiliario urbano. También
se indicaban los instrumentos operativos de los tipos de intervención: planes generales
de ordenación, que reestructurasen las relaciones entre centro histórico y territorio y entre
centro histórico y ciudad en su conjunto, planes parciales relativos a la reestructuración
del centro histórico en sus elementos más significativos y planes de ejecución sectorial,
referidos a una manzana o a un conjunto de elementos agrupados de forma orgánica.
Un documento de vital importancia es la Convención sobre la Protección del Patrimonio
Mundial, Cultural y Natural8, aprobada por la Conferencia General de la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO en su 17ª
reunión llevada a cabo en París el 16 de noviembre de 1972.
Este tratado fue el resultado de la campaña que UNESCO lanzó en 1959 a raíz del
traslado de los templos de Abu Simbel en Egipto, lograda con el apoyo de las donaciones
de 50 países, por vez primera se toma conciencia de que el patrimonio era una
responsabilidad compartida, y que correspondía a la comunidad internacional proteger
este legado y transmitirlo a las generaciones futuras. UNESCO e ICOMOS elaboraron un
proyecto de convención sobre la protección del patrimonio cultural.
1 2
4
lugares históricos para el presente y el futuro de toda la ciudadanía mundial.” 9 En 1968, la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) elaboró propuestas
que fueron presentadas a la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente Humano en Estocolmo en 1972.
Resultado de ambos textos es la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial,
Cultural y Natural, ratificada por 191 países. El Perú la ratificó el 24 de setiembre de
1982.
En la Convención, se define como patrimonio cultural además de los monumentos, a:
“los conjuntos, como grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya
arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un Valor Universal
Excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia” y
”los lugares, como obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la
naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un
Valor Universal Excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico
o antropológico”. (Artículo 1°)
10 Las Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial, contienen una serie de
criterios para la inscripción de bienes en la Lista del Patrimonio Mundial. Este documento, revisado por el Comité del
Patrimonio Mundial, ha ido modificándose desde 1977 para reflejar nuevos conceptos, conocimientos o
experiencias. Las diferentes versiones pueden ser consultadas en: http://whc.unesco.org/en/guidelines/
5
La ciudad de Rabat, capital del Reino de Marruecos, es producto de una simbiosis de la tradición árabe-musulmana y
del modernismo occidental. Abarca las zonas más antiguas de la ciudad histórica que datan del s. XII cuando fue
capital del califato almohade y del s. XVII cuando fue ocupada por moriscos expulsados de España y la llamada
“ciudad nueva”, proyectada y construida entre 1912 y el decenio de 1930, en tiempos del protectorado francés, y
también algunas. Fue declarada patrimonio de la humanidad en 2012.
Imagen: http://img.ev.mu/images/villesVol/6680/1605x642/6680.jpg [Consulta 22.03.16]
6
vi. Estar asociados directamente o tangiblemente con acontecimientos o tradiciones
vivas, con ideas o creencias, o con obras artísticas o literarias de significado
universal excepcional (el Comité considera que este criterio sólo justifica la
inscripción en la Lista en circunstancias excepcionales y en aplicación conjunta
con otros criterios culturales o naturales).
La ciudad del Cusco, Perú, integra la Lista de Patrimonio Mundial desde 1983. Los criterios que cumplía para la
designación según la UNESCO, además de la integridad y autenticidad, fueron el (iii) y (iv):
Es un testimonio único de la antigua civilización Inca y un ejemplo representativo y excepcional de la confluencia de
dos culturas distintas: inca y española.
Imagen: http://www.getmetravelled.com/wp-content/uploads/2015/07/vista-panoramica-cusco1-798x350.jpg
[Consulta 22.03.16]
7
limitación de la expansión periférica, mejoría del hábitat y del equipamiento de la
zona urbana existente, rehabilitación del centro histórico - núcleo de esta zona -
con objeto de mejorar los servicios a sus residentes y al resto de la población de
Bolonia. Se pretende conservar así tanto el tejido arquitectónico como el social y
las actividades tradicionales del centro histórico. (Cláusula 2)
En 1975, año del patrimonio arquitectónico europeo, en Bélgica, ICOMOS adoptó las
“Resoluciones de Brujas sobre la conservación de las pequeñas Ciudades Históricas”.
Este documento se refería en general a la conservación de las ciudades históricas, y
específicamente a las pequeñas, las mismas que estaban expuestas a similares peligros
que las primeras.
Ese mismo año el Congreso de Ámsterdam, al que asistieron delegados de todas partes
de Europa, acogió la “Carta europea del Patrimonio Arquitectónico” o Declaración de
Ámsterdam”14 promulgada por el Comité de Ministros del Consejo de Europa, el que
reconocía que la singular arquitectura de Europa era el patrimonio común de todos sus
pueblos y que declaraba la intención de los estados miembros de trabajar entre sí y con
otros gobiernos europeos para su protección.
Organizada en diez principios, los más importantes en relación a la evolución de la
nomenclatura fueron:
8
“El patrimonio arquitectónico europeo está formado no sólo por nuestros
monumentos más importantes, sino también por los conjuntos que constituyen
nuestras ciudades y nuestros pueblos tradicionales en su entorno natural o
construido.” (Principio 1°)
“La estructura de los conjuntos históricos favorece el equilibrio de las
sociedades.
Estos conjuntos constituyen, en efecto, el medio apropiado para el desarrollo de
un amplio abanico de actividades. En el pasado ellos han evitado, generalmente,
la segregación de las clases sociales. De nuevo pueden facilitar un buen reparto
de las funciones y la integración más amplia de las poblaciones. (Principio 4°)
El documento describía también el peligro al que estaba expuesto el patrimonio, el
mismo que continúa hasta la actualidad especificando:
“Está amenazado por la ignorancia, por la vetustez, por la degradación bajo todas
sus formas, por el abandono. Determinado tipo de urbanismo favorece su
destrucción cuando las autoridades son exageradamente sensibles a las pasiones
económicas y a las exigencias de la circulación. La tecnología contemporánea,
mal aplicada, arruina las estructuras antiguas. Las restauraciones abusivas son
nefastas. Finalmente, y sobre todo, la especulación territorial e inmobiliaria saca
partido de todo y aniquila los mejores planes. (Principio 6°)
La Declaración de Ámsterdam es importante entre los textos sobre el patrimonio urbano,
porque consideraba que la conservación del patrimonio sólo sería posible si inmuebles y
áreas históricas eran integrados en el marco de la vida de los ciudadanos y de su
consideración en los planes de ordenación del territorio.
La “Recomendación relativa a la salvaguarda de los conjuntos históricos o tradicionales y
su función en la vida contemporánea”15 aprobada en la 19a Conferencia General de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
celebrada del 26 de octubre al 30 de noviembre de 1976 en Nairobi, Kenia, hacía más
explícita la definición de conjunto histórico o tradicional:
“Se considera “conjunto histórico o tradicional” todo grupo de construcciones ,y de
espacios, inclusive los lugares arqueológicos y paleontológicos, que constituyan
un asentamiento humano tanto en medio urbano como en medio rural y cuya
cohesión y valor son reconocidos desde el punto de vista arqueológico,
arquitectónico, prehistórico, histórico, estético o sociocultural.
Entre esos “conjuntos”, que son muy variados, pueden distinguirse en especial:
los lugares prehistóricos, las ciudades históricas, los antiguos barrios urbanos, las
aldeas y los caseríos, así como los conjuntos monumentales homogéneos,
quedando entendido que estos últimos deberán por lo común ser conservados
cuidadosamente sin alteración.”
A partir de las definiciones, en todo el documento se hace referencia a “los conjuntos
históricos y su medio”.
Si los documentos anteriores, trataban sobre el patrimonio y conjuntos históricos
europeos, el Proyecto Regional de Patrimonio Cultural Andino con el auspicio de la
http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13133&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
15
[Consulta: 24.03.16]
9
UNESCO y el PNUD celebró en marzo de 1977 en América, y específicamente en
Ecuador, el “Coloquio sobre la preservación de los centros históricos ante el crecimiento
de las ciudades contemporáneas” que completaba y organizaba de forma más coherente
los principios enunciados diez años antes en las Normas de Quito. 16
En las conclusiones del coloquio 17 se definía a los Centros Históricos como:
[…] todos aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por
una estructura física proveniente del pasado, reconocibles como representativos
de la evolución de un pueblo. Como tales se comprenden tanto los asentamientos
que se mantienen íntegros desde aldeas a ciudades, como aquellos que a causa
de su crecimiento, constituyen hoy parte de una estructura mayor.
Los Centros Históricos, por sí mismos y por el acervo monumental que contienen,
representan no solamente un incuestionable valor cultural sino también económico
y social. Los Centros Históricos no sólo son patrimonio cultural de la humanidad
sino que pertenecen en forma particular a todos aquellos sectores sociales que los
habitan”
Las conclusiones además, revisaban la situación y las medidas de acción operativas para
la conservación integral de los centros históricos. Un aspecto importante que se
destacaba era, además de la revitalización de los inmuebles, la calidad de vida de los
pobladores. Un año después se inscribe la Ciudad de Quito en la Lista de Patrimonio
Mundial de la UNESCO.
Vista del centro histórico de Quito, considerado el mejor conservado y menos alterado de América Latina.
Junto al centro histórico de Cracovia, fueron los primeras en ser declarados Patrimonio de la Humanidad el
18 de setiembre de 1978.
Imagen: http://goo.gl/1RKuZW [Consulta: 24.03.16]
Las Normas de Quito, recogían el Informe final de la Reunión sobre conservación y utilización de monumentos y
16
lugares de interés histórico y artístico, convocada por la Organización de Estados Americanos en 1967. En este
documento se denominó al patrimonio urbano como zona urbana de interés histórico y zona histórica ambiental.
Disponible en: http://www.icomos.org/charters/quito.htm [Consulta: 27.03.2016]
http://goo.gl/ENSrK6 [Consulta: 24.03.2016]
17
10
El mismo año de 1977, en el Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos en
Monumentos Históricos-CIAM, reunido en Cusco, Perú, se redactó la “Carta de Machu
Picchu”18 sobre ciudades históricas. En ella, sobre la base de la Carta de Atenas,
firmada en 1933, se pretendió actualizar los aspectos en aquella marcados. Esta carta
abordó los aspectos de vivienda, transporte, preservación y defensa de los valores
culturales y patrimonio histórico monumental. Aquí se señalaba también la importancia de
la integración al proceso vivo del desarrollo urbano. Además se consideraba la posibilidad
de construir en las áreas monumentales, edificios de arquitectura contemporánea de gran
calidad.
1 2
La Mediateca Carré d’art, de Nimes, Francia, obra del arquitecto inglés Norman Foster, fue construida en 1993 como
parte de un proyecto para remodelar la plaza, y proporcionar un nuevo escenario para el antiguo templo romano del s.
I a.C. Imágenes: [Consulta: 25.03.2016]
1. http://www.fosterandpartners.com/media/1685772/img6.jpg
2. http://www.fosterandpartners.com/media/1685747/img1.jpg
http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/archivosadjuntos/2013/05/iiidocumentosfundamentales.pdf p. 141
18
[Consulta: 25.03.2016]
11
su estructura, volumen, estilo, escala, materiales, color y decoración
d. las relaciones entre población o área urbana y su entorno, bien sea natural o
creado por el hombre
e. las diversas funciones adquiridas por la población o el área urbana en el curso
de la historia.
La carta de Washington concernía a todos los núcleos urbanos, independientes del
tamaño o tipo y valoraba la participación de los habitantes para quienes debía destinarse,
en primer lugar, la conservación del área urbana histórica.
La “Carta de Veracruz” 20aprobada en Ciudad de México en mayo de 1992, estableció los
Criterios para adoptar una política de actuación en los centros históricos de Iberoamérica.
Este documento perfeccionaba la definición de centro histórico:
“Entendemos como centro histórico un conjunto urbano de carácter irrepetible en
el que van marcando su huella los distintos momentos de la vida de un pueblo,
formando la base en la que se asientan sus señas de identidad y su memoria
social.
El valor irrenunciable de estas señas lo convierten en un bien patrimonial, su
pérdida significa la ruptura del anclaje de la sociedad con sus orígenes,
hipotecando su porvenir.
Es, por tanto, un bien que es obligatorio conservar y transmitir al futuro, para que
un pueblo sepa quién es, donde está y a donde va.” (Criterio 1: Introducción)
Entre los firmantes de la Carta de Veracruz, se encontraba el arquitecto José Correa
Orbegoso, en ese momento, Director del Plan de Revitalización de Trujillo, quien asistió
representando al Perú.
Uno de los aportes de la carta fue la exigencia de una "oficina de gestión" del centro
histórico que:
A. Elabore el planeamiento necesario para dicho centro dentro del marco del
planeamiento general de la ciudad y del territorio.
12
B. Proponga un plan de etapas con un presupuesto por anualidades, donde se
establezcan las prioridades de actuación conforme a las directrices del plan, y
en el que se asigne a cada organismo su inversión correspondiente.
C. Vigile y garantice el cumplimiento del plan y la correcta asignación y aplicación
de los recursos.
D. Realice el seguimiento y la evaluación periódica del plan de etapas, e
E. Informe a la comunidad y promueva su participación. (Criterio 5)
Otro documento internacional que se ocupó de los centros históricos es el que contiene
los “Principios para la Conservación y Restauración del Patrimonio Construido”, conocido
como la “Carta de Cracovia” 21, producto de la Conferencia Internacional sobre
Conservación llevado a cabo en Cracovia, Polonia, en el año 2000.
Dentro de las clases de patrimonio edificado, en este documento se consideraron las
ciudades históricas y los pueblos en su contexto territorial, además del patrimonio
arqueológico, los edificios históricos y monumentos en contextos urbanos o rurales, las
decoraciones, esculturas y elementos artísticos que forman parte del patrimonio
construido.
El principio octavo, señalaba:
“El proyecto de restauración del pueblo o la ciudad histórica debe anticiparse la
gestión del cambio, además de verificar la sostenibilidad de las opciones
seleccionadas, conectando las cuestiones de patrimonio con los aspectos
económicos y sociales. Aparte de obtener conocimiento de la estructura general,
se exige la necesidad del estudio de las fuerzas e influencias de cambio y de las
herramientas necesarias para el proceso de gestión. El proyecto de restauración
para áreas históricas contempla los edificios de la estructura urbana en su doble
función: a) los elementos que definen los espacios de la ciudad dentro de su
forma urbana y b) los valores espaciales internos que son una parte esencial del
edificio.”
La carta retoma el concepto de los paisajes como patrimonio cultural, ya señalado en la
Recomendación relativa a la protección de la belleza y del carácter de los lugares y
paisajes, del año 1962. La carta de Cracovia en 2000 los señalaba como:
[…] resultado y el reflejo de una interacción prolongada a través de diferentes
sociedades entre el hombre, la naturaleza y el medio ambiente físico. Son el
testimonio de la relación del desarrollo de comunidades, individuos y su medio
ambiente.
El “entorno”, mencionado en la Declaración de Ámsterdam, es considerado en la carta de
Cracovia como el “medio” de los conjuntos históricos y vinculados espacialmente o por
vínculos sociales, económicos y culturales.
El 20 de octubre de 2000, en Florencia, Italia, los Estados miembros del Consejo de
Europa, suscribieron el Convenio Europeo del Paisaje.22 En este documento, se entiende
por “paisaje” cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter
sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos. (Art. 1)
13
Ocho años antes, en el año 1992, el Comité de Patrimonio Mundial aprobó un texto
elaborado por un grupo de expertos en paisajes culturales y se incluyeron en las
Directrices Prácticas para la inclusión de la categoría en la Lista de Patrimonio Mundial.
En el Anexo III, los define y señala las diferentes categorías.
“Los paisajes culturales reflejan a menudo técnicas concretas de utilización
viable de las tierras, habida cuenta de las características y los límites del entorno
natural en el que están establecidos, así como una relación espiritual específica
con la naturaleza. La protección de los paisajes culturales puede contribuir a las
técnicas modernas de utilización viable de las tierras, conservando al mismo
tiempo, o realzando, los valores naturales del paisaje. La existencia duradera de
formas tradicionales de utilización de las tierras sustenta la diversidad biológica en
numerosas regiones del mundo. Por consiguiente, la protección de los paisajes
culturales tradicionales es útil para mantener la diversidad biológica.
El paisaje cultural del café en Colombia, refleja una tradición centenaria consistente en cultivar en pequeñas
parcelas de bosque alto adaptando el cultivo a las condiciones difíciles de la alta montaña. Las zonas
urbanizadas, en su mayoría situadas en las cumbres de las colinas, se caracterizan por una arquitectura de
influencia española creada por los colonos procedentes de la región de Antioquia.
Imagen: David Bonilla Abreu http://paisajeculturalcafetero.org.co/images/uploads/casass.jpg
[Consulta: 29.03.2016]
http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/archivosadjuntos/2013/05/iiidocumentosfundamentales.pdf (p.475)
23
[Consulta: 29.03.2016]
14
“[…] conjuntos de cualquier grupo de edificios, estructuras y espacios abiertos, en
su contexto natural y ecológico -lo que incluye sitios arqueológicos y
paleontológicos- que constituyan asentamientos humanos en un ambiente urbano
a lo largo de un período considerable de tiempo, y cuya cohesión y valor sean
reconocidos desde el punto de vista arqueológico, arquitectónico, prehistórico,
histórico, científico, estético, sociocultural o ecológico. Este paisaje ha conformado
la sociedad moderna y resulta de gran valor para ayudarnos a comprender cómo
vivimos hoy en día.”
Este nuevo concepto de paisaje histórico urbano pretende ir más allá de los términos a
los que hemos hecho referencia anteriormente: lugares, conjuntos, conjuntos urbanos,
conjuntos históricos, centros históricos, empleados en los diferentes documentos
internacionales, incorporando además al paisaje.
“El paisaje histórico urbano adquiere su significación excepcional y universal
merced a un desarrollo territorial gradual, evolutivo y planificado que, a lo largo de
un período de tiempo considerable, y mediante procesos de urbanización, no sólo
incorpora condiciones ambientales y topográficas, sino que también expresa
valores económicos y socioculturales propios de las distintas sociedades. Por
tanto, la protección y conservación del paisaje histórico urbano comprende las
relaciones significativas, ya sean físicas, funcionales, visuales, materiales o
asociativas, junto con las tipologías y morfologías históricas.” (Cláusula 12)
15
En el mismo año 2005, la XV Asamblea General del ICOMOS reunida en Xi’an, China,
del 17 al 21 de octubre, adoptó La Declaración de Xi’an sobre la conservación del entorno
de las estructuras, sitios y áreas patrimoniales 24.
El concepto fue precisado del modo siguiente:
“El entorno de una estructura, un sitio o un área patrimonial se define como el
medio característico, ya sea de naturaleza reducida o extensa, que forma parte de
- o contribuye a - su significado y carácter distintivo.
Más allá de los aspectos físicos y visuales, el entorno supone una interacción con
el ambiente natural; prácticas sociales o espirituales pasadas o presentes,
costumbres, conocimientos tradicionales, usos o actividades, y otros aspectos del
patrimonio cultural intangible, que crearon y formaron el espacio, así como el
contexto actual y dinámico de índole cultural, social y económica” (Artículo 1°)
Dentro de las escalas del patrimonio, en este documento se considera a las ciudades
históricas y los paisajes urbanos.
16
mismas) como Patrimonio Mundial.
En la Convención de 1972 y las Directrices Prácticas, se definen a los conjuntos, como
grupos de construcciones aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en
el paisaje les dé un Valor Universal Excepcional desde el punto de vista de la historia, del
arte o de la ciencia.
En las Directrices, también se definen los paisajes culturales, como “bienes culturales
que representan las “obras conjuntas del hombre y la naturaleza” citadas como lugares
en el Artículo 1 de la Convención. En las Directrices se agrega:
“[…] Ilustran la evolución de la sociedad humana y sus asentamientos a lo largo
del tiempo, condicionados por las limitaciones y/u oportunidades físicas que
presenta su entorno natural y por las sucesivas fuerzas sociales, económicas y
culturales, tanto externas como internas.” (Directriz 47)
Los otros temas se centraron en los conceptos del Patrimonio Mundial sobre valor
universal excepcional, autenticidad e integridad. Sobre el VUE, en el encuentro de San
Petersburgo, se completa la definición contendida en las Directrices Prácticas de 2005.
El Valor Universal Excepcional debe ser tan extraordinario como para trascender
los valores nacionales y ser de importancia común para las generaciones
presentes y futuras de la humanidad en su conjunto. Las cuestiones clave
consisten en proteger los valores en su totalidad, a partir de un sistema de valores
naturales y geológicos. Los valores no son solamente físicos y arquitectónicos,
sino también intangibles.
Un aspecto que se desarrolla en el encuentro, es la zona de amortiguamiento que debía
establecerse para los sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial. La evaluación del
paisaje histórico urbano debe incluir el estudio de su carácter a través de un análisis de la
morfología urbana y de la jerarquía de las perspectivas visuales.
“Las zonas de impacto visual y estético requieren una especial atención puesto
que representan puntos estratégicos en la visión de la imagen de la ciudad, del
genius loci o espíritu del lugar, de su carácter intangible y de su conservación.”
La construcción de la
estación de trenes y centro
comercial Wien-Mitte en el
área de amortiguamiento del
centro histórico de Viena,
patrimonio mundial desde el
2001, obligó a las
autoridades de la ciudad a
presentar al Comité de
Patrimonio Mundial, un plan
de acción corrigiendo en el
proyecto original número de
torres y alturas para no
dañar el entorno.
Imagen: http://goo.gl/kIxw4t
[Consulta: 27.03.2016]
17
Es importante la referencia al espíritu de lugar, tema sobre el que se trató al año siguiente
en la 16ª Asamblea General de ICOMOS, quienes aprobaron la Declaración de principios
y recomendaciones para preservar el espíritu del lugar, Quebec, Canadá, 2008.
En esta misma asamblea se ratificó otro documento preparado por ICOMOS, la Carta
para Interpretación y Presentación de Sitios de Patrimonio Cultural 26 cuyo objetivo era
definir los principios básicos de Interpretación y Presentación como elementos esenciales
de los esfuerzos de conservación del patrimonio y como una herramienta básica para la
apreciación y comprensión del público de los sitios culturales patrimoniales.
En noviembre de 2011, la XVII Asamblea General de ICOMOS celebrada en París,
adoptó los “Principios de La Valeta para la salvaguardia y gestión de las poblaciones y
áreas urbanas históricas” 27, adoptado el 28 de noviembre de 2011. El objetivo principal
del documento fue proponer principios y estrategias aplicables a las intervenciones en
poblaciones y áreas urbanas históricas, los mismos que debían salvaguardar los valores
materiales e inmateriales de las poblaciones históricas y de sus entornos territoriales,
así como su integración en la vida social, cultural y económica propia de nuestro tiempo.
“Las poblaciones y áreas urbanas históricas se componen de elementos
materiales e inmateriales. Los materiales comprenden, además de la propia
estructura urbana: los elementos arquitectónicos, los paisajes interior y
exterior de la ciudad, los vestigios arqueológicos, las vistas, los perfiles, las
perspectivas y los hitos urbanos. Los elementos inmateriales comprenden: las
actividades, los usos simbólicos e históricos, las prácticas culturales, las
tradiciones, los testigos de la memoria y las referencias culturales que
constituyen la substancia del valor histórico de las poblaciones o áreas
urbanas históricas.” (Cláusula 1a)
Se define también el medio como:
“[…] los contextos espaciales naturales y/o construidos por el género humano (en
los que se ubica el patrimonio urbano histórico) que influyen en la manera estática
o dinámica con la que se perciben, viven y aprecian las áreas históricas urbanas;
o que están directamente ligados a ellas desde el punto de vista social, económico
o cultural. (Cláusula 1b)
Los Principios de La Valeta, es uno de los documentos sobre el patrimonio urbano más
completo. Además de considerar las áreas históricas en el contexto territorial señala la
necesidad de incluir el respeto al patrimonio intangible. Además introduce y completa
definiciones contenidas en documentos internacionales anteriores, y examina algunos
aspectos del cambio como la referencia al proceso de gentrificación. 28
Proceso a través del cual un barrio habitado por población de bajos ingresos es modificado y ocupado por población
28
de clase media y alta, quienes a su vez –ya sea por cuenta propia o por inversión privada (agentes inmobiliarios) –
renuevan las viviendas. De esta manera, son dos las condiciones para hablar de un proceso de gentrificación
clásica: desplazamiento de población y reinversión económica en las viviendas del barrio.
Citado en: Salinas, José Luis. Gentrificación en la ciudad latinoamericana. El caso de Buenos Aires y Ciudad de
México, p. 285. En: Geographos (revista digital), Vol. 4. Nº 44, Año 2013 p.285
Disponible en: http://goo.gl/mkcsWR [Consulta: 26.03.2016]
18
La Recomendación sobre el paisaje urbano histórico, con inclusión de un glosario de
definiciones 29 aprobada por la 36ª Conferencia General de la UNESCO el 10 de
noviembre de 2011, respondía a:
“la necesidad de integrar y articular mejor las estrategias de conservación del
patrimonio urbano respecto de los objetivos más amplios de desarrollo sostenible
global, a fin de sustentar las medidas públicas y privadas de preservación y
mejora de la calidad del medio humano. En ella se propone un planteamiento
paisajístico de selección, conservación y gestión de conjuntos históricos en su
contexto urbano general, que se caracteriza por tener en cuenta las
interrelaciones entre las formas físicas, la organización y las conexiones
espaciales, las características y los entornos naturales, y los valores sociales,
culturales y económicos de estos conjuntos.” (Párrafo 5)
En la Recomendación, se define paisaje urbano histórico como:
“[…] la zona urbana resultante de una estratificación histórica de valores y
atributos culturales y naturales, lo que trasciende la noción de “conjunto” o “centro
histórico" para abarcar el contexto urbano general y su entorno
geográfico.” (Párrafo 8)
Este contexto general incluye otros rasgos del sitio, principalmente su topografía,
geomorfología, hidrología y características naturales; su medio urbanizado, tanto
histórico como contemporáneo; sus infraestructuras, tanto superficiales como
subterráneas; sus espacios abiertos y jardines, la configuración de los usos del
suelo y su organización espacial; las percepciones y relaciones visuales; y todos
los demás elementos de la estructura urbana. También incluye los usos y valores
sociales y culturales, los procesos económicos y los aspectos inmateriales del
patrimonio en su relación con la diversidad y la identidad. (Párrafo 9)
Este nuevo concepto, es aún complejo y polémico para algunos, necesita una mayor
definición sobre algunos aspectos ausentes a los que ya hicieron referencia los
documentos internacionales anteriores. La claridad y delimitación del concepto es
necesaria para evitar que pueda interferir o ser confundido con otras categorías como la
de paisaje cultural o incluso la de itinerario cultural.
Para finalizar este recorrido por los documentos internacionales investigando la forma en
que los conceptos referidos al patrimonio urbano se ha ido modificando desde el conjunto
y el paisaje hasta su integración en el nuevo concepto paisaje urbano histórico, cito el
párrafo 11 de la Recomendación:
“La noción de paisaje urbano histórico responde al objetivo de preservar la
calidad del medio en el que viven las personas, mejorando la utilización productiva
y sostenible de los espacios urbanos, sin perder de vista su carácter dinámico, y
promoviendo la diversidad social y funcional. En ella confluyen los objetivos de la
conservación del patrimonio urbano y los del desarrollo social y económico. Es un
planteamiento basado en una relación equilibrada y sostenible entre el medio
urbano y el medio natural, entre las necesidades de las generaciones presentes y
venideras y la herencia del pasado.”
http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=48857&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
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[Consulta: 26.03.2016]
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