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1. Definición.

“Exhumación proviene de ex y del latín humus, desenterrar un cadáver o restos humanos.”66 La


exhumación como antes fue definida, es un concepto muy general, y se refiere únicamente al
hecho en si, no a la intención de exhumar, la autorización para la exhumación así como quien
realiza la exhumación, por lo que pueden existir diferentes clases de exhumaciones.

Clasificación de exhumaciones.
Exhumación administrativa. Es la exhumación que ordena el encargado de la administración de un
cementerio municipal, con la finalidad de reubicar restos óseos y así maximizar el espacio a utilizar
en dicho cementerio, esta exhumaciones no tiene ninguna injerencia judicial, es meramente
administrativa.
Exhumación judicial. Es la exhumación ordenada por un órgano jurisdiccional, encargada a un
perito en particular, al que se le designa el cargo, y tiene como finalidad ser una prueba en un
proceso, por lo que se quiere obtener datos científicos-técnicos, relacionados con un hecho sujeto
a proceso, por lo que se busca saber si los restos óseos son humanos, y determinar etnia, edad,
sexo y posible causa de la muerte, así como algún otro tipo de dato pertinente, y puede ser
realizada por un médico, cuando el cadáver tiene aún tejido muscular y órganos internos, mientras
que debe ser realizada por un antropólogo, cuando se cuenta únicamente con restos óseos.

Como se indicó con anterioridad, la exhumación forense se debe de realizar con un rigor técnico-
científico, puesto que su importancia radica en la obtención de datos concretos que deben ser
presentados al órgano jurisdiccional para que éste los valore, en un debate. Por lo que se debe de
contar con una metodología general.
Debido a la búsqueda de los datos y evidencias, debemos tener en cuenta que esta búsqueda
puede ser realizada por personas que tengan un conocimiento científico, que es el ideal, pero en
muchas ocasiones estas personas, no siguen un protocolo común a toda exhumación por lo que de
casos similares se obtienen datos distintos, por esa razón Naciones Unidas, en el año mil
novecientos noventa y uno, establece un manual sobre la prevención e investigación eficaces de
las ejecuciones extralegales, arbitrarias o sumarias.

Según dicho manual el objeto general de una investigación será “descubrir la verdad acerca de
acontecimientos que ocasionaron la muerte sospechosa de una víctima.
Para cumplir este objetivo, quienes realizan la indagación deben adoptar, como mínimo, las
medidas siguientes:

a. Identificar a la víctima;
b. Recuperar y conservar medios probatorios relacionados con la muerte para ayudar a todo
posible enjuiciamiento de los responsables;
c. Identificar los testigos posibles y obtener declaraciones de ellos con respecto a la muerte;
d. Determinar la causa, la forma, la ubicación y la hora de la muerte, así como toda modalidad o
práctica que pueda haber provocado la muerte;
e. Distinguir entre muerte natural, muerte accidental, suicidio y homicidio;
f. Identificar y aprehender a la persona o personas que hubieran participado en la ejecución;
g. Someter al perpetrador o perpetradores o sospechosos de haber cometido un delito a un
tribunal competente establecido por ley.
Metodología general. De la investigación antropológica forense La antropología forense es la
aplicación de la ciencia de la Antropología Física o Antropología Biológica al proceso legal. Los
especialistas en ésta disciplina aplican normas técnicas y científicas desarrolladas en la
Antropología Física, para la identificación de restos óseos y/o de cadáveres en distintos estadíos
de conservación, con alteraciones por factores de índole natural, accidental o intencional,
asistencia para la localización y recuperación de restos humanos e identificación de sujetos vivos.

La etapa anterior a la exhumación. Previo a la etapa de excavación con las técnicas


arqueológicas, se debe contar con una investigación previa, para determinar antecedentes
relacionados con la forma de la muerte, el lugar, las vestimentas y así como un perfil del occiso
para que al realizar la exhumación podamos cotejar la información previa con la encontrada en la
exhumación, por lo que es importante el uso de la ficha antemortem.

La ficha antemortem. Es un instrumento básico de la intervención forense. Se compone de un


conjunto de preguntas específicas sobre la persona desaparecida que permiten establecer a través
de la memoria individual, el perfil biológico y social de las víctimas de desaparición arbitrarias o
sumarias. Nueva York 1991. 68 Ibíd.. 74 forzada. La Ficha Antemortem es un documento
testimonial de aquellas personas, familiares o no, que conocieron o vieron por última vez a la
persona desaparecida (secuestro/detención arbitraria, etc.) y al mismo tiempo es una radiografía
de cómo fue en vida la víctima.

La Ficha Antemortem se aplica durante la investigación preliminar, es decir corresponde a la etapa


de construcción del caso y se convierte en un importante instrumento para el establecimiento de
las hipótesis de trabajo y de la investigación en general.

Para que sirve de la ficha antemortem. La Ficha Antemortem sirve para facilitar la identificación
del individuo. Es necesaria para comparar la información en ella contenida, con los resultados de
las exhumaciones y del examen post-mortem (análisis de laboratorio o necropsia) de los restos
óseos recuperados. Esta comparación sirve para establecer la identidad de la víctima.

Es también un instrumento de prueba en caso de acción judicial. Uno de los puntos controversia
les de la ficha antemortem es justamente acerca de su validez como prueba, en la medida que
debe de realizarse por el antropólogo forense en presencia de los fiscales para certificar y levantar
el acta correspondiente de la realización de la entrevista.

El uso de la ficha antemortem. La ficha antemortem requiere de la realización de un proceso de


entrevista que debe tomar en cuenta un aspecto importante, se refiere al idioma del declarante.
En muchas de las comunidades se dará el caso que los declarantes sean mayas hablantes. Puede
ser también que hablen algún idioma maya y español o sólo español.

En cualquier caso, las declaraciones deben ser tomadas en el idioma en el que el declarante se
exprese con más facilidad. Esto a fin de mantener la mayor exactitud de los testimonios y de
facilitarle las cosas al testigo. Por esta razón, la ficha antemortem debe ser realizada de
preferencia por alguien que domine el idioma maya de la región, o en su defecto, con la
participación de las contrapartes locales y que pueda entender su cultura en términos de la
interpretación de datos simbólicos o de otro tipo de conductas culturales.

2. Contenido de la ficha antemortem. En ella se consignan los datos generales del


informante, los datos de la persona desaparecida, las circunstancias de su desaparición, sus
características físicas, la existencia de lesiones durante su vida, así como también los registros
médicos o de otra índole que apoyen la identificación de la persona.

El primer elemento de la ficha antemortem es la asignación de un número de caso a la persona


reportada como desaparecida y un número propio de la ficha en el respectivo proceso.

Luego de haberse dado el número de caso, la primera parte de la ficha contiene la información
general acerca del testigo. Se indican allí los datos generales como el nombre y la dirección a fin de
que pueda ser ubicado en caso de requerírsele nuevamente luego de su declaración.

La escena del crimen. Ya que es importante recuperar y conservar las evidencias físicas, para la
práctica de la exhumación forense se debe de tratar con atención la escena del crimen siguiendo
puntos concretos de conservación, resguardo, recopilación, rotulación, embalaje de toda escena
del crimen. Por lo que se debe de documentar previamente por parte del Ministerio Público, todos
los datos que puedan indicar la comisión de un homicidio y el posible lugar de perpetración así
como el lugar donde pueda estar el cadáver o los restos de dicho cadáver, no debe de haber
precipitación y realizar la exhumación por parte de los investigadores del Ministerio Público,
porque al no contar con los conocimientos necesarios se perderá un gran número de evidencia
que solamente puede ser recolectada por un perito, debiendo de establecer el Ministerio Público,
la necesidad de solicitar al órgano jurisdiccional la designación de un perito, ya sea un médico o un
antropólogo forense, dependiendo del estado del cadáver, o puede hacerse de forma
multidisciplinaría, por lo que se podría seguir las siguientes recomendaciones generales para la
escena del crimen.

a. La zona contigua del cadáver debe cerrarse. El ingreso a la zona sólo se permitirá a los
investigadores y su personal;
b. Deben tomarse fotografías en color de la víctima, pues éstas, al compararlas con fotografías en
blanco y negro, podrían revelar con más detalle la naturaleza y
circunstancias de la muerte de la víctima;
c. Debe fotografiarse el lugar (interior y exterior), así como toda prueba física;
d. Debe dejarse constancia de la posición del cadáver y de la condición de la vestimenta;
e. Deben anotarse los factores siguientes que sirvan para determinar la hora de la muerte:
i. Temperatura del cuerpo (tibio, fresco, frío);
ii. Ubicación y grado de fijación de las livideces; iii. Rigidez cadavérica, y iv. Estado de
descomposición;
f. Examinar el lugar para ver si hay sangre. Deben reunirse y conservarse todas las muestras de
sangre, pelos, fibras e hilos;
g. Si parece haber habido atentado sexual contra la víctima, debe dejarse constancia de ello;
h. Debe dejarse constancia de todo vehículo que se encuentre en la zona;
i. Deben hacerse y conservarse moldes de yeso de las marcas, las huellas de neumáticos o calzado
o cualquier otra impresión de carácter probatorio;
j. Deben tomarse y conservarse todas las pruebas de las existencia de armas, como armas de
fuego, proyectiles, balas y casquillos o cartuchos. Cuando proceda, deben hacerse pruebas para
hablar residuos de disparos y/o para la detección de metales;
l. Debe hacerse un croquis del lugar del crimen a escala en que se muestren todos los detalles
pertinentes del crimen, como la ubicación de las armas, los muebles, los vehículos, el terreno
circundante, etc., inclusive la posición, la estatura y el ancho de los artículos y su relación entre sí;
m. Dejar constancia de la identidad de todas las personas que se encuentren en la zona. Obtener
nombres completos, direcciones y números de teléfono;
n. Obtener información de los testigos presénciales, incluidos los que vieron vivo por última vez al
occiso, cuándo, dónde y en qué circunstancias; Deben guardarse para su uso como prueba y
análisis de escritura todos los documentos pertinentes

Las cuestiones que ha de resolver el antropólogo difieren de las que se procura resolver en una
autopsia típica.

La investigación antropológica dedica más tiempo y atención a cuestiones fundamentales como


las siguientes:

a.)¿Se trata de restos humanos? b) ¿Corresponden los restos a un solo individuo o a varios?
c) ¿Cuál era el sexo, la raza, la estatura, el peso, la destreza el físico del occiso? d) ¿Hay rasgos o
anomalías del esqueleto que podrían servir para identificar positivamente al occiso? El
antropólogo también se preocupa de la oportunidad, la causa y la forma de la muerte, pero el
margen de error suele ser mayor del que puede lograrse con una autopsia hecha poco tiempo
después de la muerte.

En cuanto a las reglas específicas que deben de regir a las exhumaciones, podemos contar con las
siguientes:

a) Dejar constancia de la fecha, la ubicación, la hora de comienzo y terminación de la exhumación


y el nombre de todos los trabajadores;

b) Debe dejarse constancia de la información en forma narrativa, complementada con dibujos y


fotografías;

c) Fotografiar la zona de trabajo desde la misma perspectiva antes de iniciar los trabajos y después
de que concluyan todos los días a fin de documentar las alteraciones que no se relacionen con el
procedimiento oficial;

d) En algunos casos es necesario ubicar en primer lugar la fosa en una superficie determinada

e) Clasificar el entierro de la manera siguiente: i. Individual o mezclado. Una fosa puede contener
los restos de una persona sola o puede contener los restos mezclados de dos o más personas
enterradas al mismo tiempo o con un intervalo; ii. Aislada o adyacente. Una fosa aislada está
separada de otras fosas y puede excavarse sin preocupación por invadir otra fosa. Las fosas
adyacentes, como las que se hallan en un cementerio poblado, requieren una técnica de
excavación diferente porque la muralla de una fosa es también la muralla de la que está junto a
ella; iii. Primaria o secundaria. Una fosa primaria es aquella en que se sitúa en primer lugar al
difunto. Si a continuación se extraen y vuelven a enterrar los restos, se considera que la fosa es
secundaria; iv. Inalterada o alterada.

Un entierro inalterado no ha sufrido cambios (salvo por los procesos naturales) desde el momento
del entierro primario.

Un entierro es aquel que ha sido cambiado por la intervención humana después del momento del
entierro primario.

Se considera que todos los entierros secundarios están alterados; se pueden utilizar métodos
arqueológicos para detectar las alteraciones de un entierro primario;

f) Asignar un número inequívoco al entierro. Si no está utilizado ya un sistema adecuado de


numeración, el antropólogo debe idear uno:

g) Establecer un punto inicial, y luego bloquear y hacer un mapa del lugar del entierro haciendo
una rejilla de tamaño apropiado y siguiendo técnicas arqueológicas normales. En algunos casos,
puede bastar con medir la profundidad de la fosa desde la superficie hasta el cráneo y desde la
superficie hasta los pies. A continuación puede dejarse constancia de los materiales registrados
desde el punto de vista de su posición relativa al esqueleto;

h) Extraer la capa superior de tierra, examinando ésta en busca de materiales asociados.

i) Un detector de metales es útil para hallar elementos metálicos, como balas o joyas,
particularmente en los niveles inmediatamente superior e inferior al nivel de los restos; j)

Cuando se ubica el nivel del entierro, circunscribir el cadáver y, si es posible, abrir la excavación
del entierro a un mínimo de 30 cm. a los costados del cadáver.

k) Hacer un pedestal del entierro excavado todos los costados hasta el nivel inferior del cadáver
(aproximadamente 30 cm.), Hacer también un pedestal de todos los artefactos asociados. l)
Exponer los restos con un cepillo blando o escobilla. No utilizar el cepillo sobre tela, por cuanto
puede destruir los restos de fibra. Examinar el suelo alrededor del cráneo en busca de pelo.
Colocar este suelo en una bolsa para estudiar en el laboratorio. La paciencia es inapreciable en
este momento.

m) Fotografiar y hacer un mapa de los restos en el lugar mismo. Todas las fotografías deben incluir
un número de identificación, la fecha, una escala y una indicación.

n) Antes de desplazar nada, debe medirse al individuo: i. Medir la longitud total de los restos y
dejar constancia de los puntos terminales de la medición
o) Extraer todos los elementos y ponerlos en bolsas o cajas, procurando evitar los daños. Numerar
y poner fecha e iniciales a todos los recipiente

3. La cadena de custodia de las evidencia. Es el control que se debe de ejercer sobre las
evidencias obtenidas, en el caso de las exhumaciones, no solamente son los objetos asociados sino
que los mismos restos óseos, por lo que desde el momento de la excavación arqueológica, se debe
de identificar todos los elementos, embalarlos, marcarlos y resguardarlos, de elementos externos
e internos, de manipulación no técnica así como de posible alteración de la evidencia.

La forma de mantener la cadena de custodia, es por medio escrito, cada uno de las personas que
intervengan en su custodia, deberán razonar por escrito la procedencia, estado y lugar de
almacenaje, se debe de recepcionar por escrito con firma y sello, así como la identificación precisa
de la persona que recibe la evidencia.

Sus actividades principales, incluyen tanto aspectos de campo como de laboratorio, para dar
respuesta a cuestionamientos sobre: El origen biológico de los restos, si los restos corresponden a
uno o diversos individuos, ¿Cuáles son las características individuales? (sexo, edad, grupo humano,
estatura, condiciones de salud, variantes anatómicas normales o anomalías anatómicas, etc.).
Identificación de lesiones localizadas principalmente en estructuras óseas, el mecanismo u objeto
que las produjo, así como su similitud con la mecánica de la muerte, establecimiento de la
antigüedad, temporalidad o data de muerte de restos humanos localizados y correlacionar las
características de conservación de los restos analizados con el medio ambiente o sustrato de
depósito. Relacionar las alteraciones observables en restos óseos y/o cadáveres con factores de
producción de índole natural, accidental o intencional. Y establecer la individualización e
identificación de restos cadavéricos o sujetos vivos a través de análisis morfocomparativos.

La antropología forense es una de las subdisciplinas de la antropología física. Se divide en tres


ramas importantes, relacionadas con otras tantas ramas de las ciencias antropológicas: La
antropología forense, la arqueología forense y la antropología cultural forense.

- La Antropología física forense, se encarga de la identificación de restos humanos esqueletizados


dado su amplia relación con la biología y variabilidad del esqueleto humano. También puede
determinar, en el caso de que hayan dejado marcas sobre los huesos, las causas de la muerte, para
tratar de reconstruir la mecánica de hechos y la mecánica de lesiones, conjuntamente con el
arqueólogo forense, el criminalista de campo y médico forense, así como aportar, de ser posible,
elementos sobre la conducta del victimario por medio de indicios dejados en el lugar de los hechos
y el tratamiento perimortem y posmortem dado a la víctima. - La arqueología forense, aplica
técnicas arqueológicas establecidas, ligeramente modificadas por los requerimientos del registro
del lugar de hechos o lugar del hallazgo, en donde un esqueleto o esqueletos o un cuerpo o
cuerpos están presentes.

No sólo se han utilizado estas técnicas de la arqueología tradicional al estudio de presuntos


hechos delictivos, sino también en la investigación de batallas del pasado y exhumación de figuras
históricas. Cuando se encuentra un cadáver esqueletizado o en avanzado estado de putrefacción,
el arqueólogo forense sólo puede auxiliar al perito criminalista de campo a solicitud del Ministerio
Público.

Se fortalece así una pericia de investigación intradisciplinaria en donde trabajan conjuntamente el


perito criminalista de campo, fotógrafo forense, arqueólogo forense, antropólogo físico forense,
los distintos científicos forenses del laboratorio de criminalística que procesan los indicios
recuperados que se objetivan en dictámenes los cuales constituyen un medio de prueba. La
arqueología trata de recuperar la conducta cultural del pasado.

El enfoque de la arqueología forense es reconstruir la conducta criminal y recuperar evidencia


asociada en su contexto que permita reconstruir los eventos finales de los hechos presuntamente
delictivos.

- La Antropología cultural forense, se encarga de auxiliar al psicólogo forense en la interpretación


de la conducta del victimario tal y como se evidencia en el lugar de los hechos o hallazgo. El
objetivo es establecer las características de la personalidad del criminal que servirá para una
detención rápida. Con los conocimientos sobre concepciones culturales sobre la muerte, los
rituales funerarios y la muerte en contextos rituales, el especialista puede saber cuando un
criminal es organizado o desorganizado y por qué, tratando de distinguir las prácticas culturales de
los desórdenes.

Procedimiento y desarrollo del proceso de exhumación:

El proceso antropológico forense debe desarrollarse a través de una serie de etapas en forma
sucesiva que permitan un abordaje óptimo de los casos, o lograr una adecuada construcción de
los mismos. La problemática que presente cada caso puede orientar la investigación en otro
orden de etapas o que se apliquen incluso de forma paralela. Lo importante es que todas y cada
una de las etapas se cumplan antes de culminar el proceso de investigación, pues sólo así se
logrará cumplir con la identificación de las personas y el establecimiento de sus causas y modos
de muerte, con fines de carácter judicial y humanitario. Las etapas del proceso antropológico
forense de exhumación son las siguientes:

4. Inicio. El proceso de exhumación da inicio cuando los miembros de una comunidad se


motivan con la esperanza de encontrar los restos de sus familiares y darles una adecuada
sepultura. Sin embargo muchas veces no se encuentran dispuestas a promover la persecución
penal de los responsables debido al temor, a la desconfianza al sistema de justicia y a la aún
presencia de los victimarios dentro de la comunidad por la convivencia que aun se da y en otras
por carecer de los recursos económicos y materiales necesarios para propiciar el tramite.

Denuncia de cementerios clandestinos La Misión de las Naciones Unidas para Guatemala


MINUGUA, en su observación realizada en el año de 1999, hizo referencia a los procedimientos de
exhumación en cementerios clandestinos, y en la mayoría de los casos, observo que fueron
iniciados por medio de denuncia, presentada por los familiares de los difuntos, quienes actuaron
asesorados por una organización no gubernamental de derechos humanos; y en otros casos (muy
pocos) los dueños de terrenos en donde se presume la existencia de un cementerio clandestino
fueron quienes presentaron la denuncia de tal existencia.

La presencia de restos humanos en un cementerio clandestino configura la presunción razonable


de muerte "sospechosa de criminalidad". Usualmente se trata de la presunta existencia de casos
de desaparición, tortura y asesinato grupal de civiles cuya responsabilidad penal para los autores
no se extingue según la Ley de Reconciliación Nacional, de modo que el Ministerio Público no
debe abstenerse de ejercer la acción penal después de haber sido denunciada la existencia de un
cementerio clandestino; como en el caso de la masacre de Chichupac ocurrida en el municipio de
Rabinal del departamento de Baja Verapaz, en donde se señalo a comisionados militares e
integrantes del Ejército como autores del asesinato de 32 hombres en enero de 1982; caso en el
cual se presento la denuncia en marzo de 1993 a consecuencia de las exhumaciones realizadas y la
presencia de restos óseos encontrados, en diciembre de 1997 familiares de las víctimas se
constituyeron en querellantes adhesivos, y a pesar de eso el caso aún sigue en etapa preparatoria.

Ubicación de fosas: Luego de la investigación preliminar, se continua con el “mapeo de fosas”, en


la que se lleva a cabo una inspección por personal suficientemente capacitado, de preferencia
arqueólogos y antropólogos forenses, con amplio conocimiento en la problemática social y de
derechos humanos; también es importante la presencia y participación de abogados capacitados
en derechos humanos y que puedan obtener la información necesaria para sustentar la validación
de la información recabada para que pueda ser utilizada como herramienta y material probatorio
en el proceso penal.

Exploración y ampliación. La investigación antropológica forense comprende en esta etapa, el


análisis de contexto del área en que se encuentra ubicado el entierro y la forma en que sucedieron
los hechos; la realización de pozos de cateo para la verificación física de la existencia de entierros
con restos humanos, dado a que en la superficie y por el tiempo transcurrido desde los sucesos,
puede que estos sean visibles y vinculados expresamente a entierros clandestinos de personas
desaparecidas. Esta evaluación permite priorizar los lugares a intervenir, según el avance y
profundización de las investigaciones en curso.

Hecha la excavación se debe preservar legalmente la integridad de la escena del crimen.


Este complejo peritaje, para poseer garantía de resultados científicamente confiables y valor
probatorio en procesos jurisdiccionales, tiene que ser realizado por un equipo especializado en
investigación antropológica forense. Este procedimiento posibilita el registro de lugares de
enterramiento utilizando instrumentos y metodologías extraídas de la criminalística y de la
arqueología forense, aplicados a casos relacionados con violaciones a los derechos humanos.

El equipo encargado de esta tarea debe estar conformado por arqueólogos con experiencia en
registro de sitios en geografías variables, acompañados por un antropólogo social o sociólogo de la
zona.
Los profesionales de las dos áreas deben contar con conocimientos de la realidad social, de la
violencia y contar con la experiencia y comprensión del tema de derechos humanos,
adicionalmente si es posible debe participar un analista de sistemas encargado del ingreso y
procesamiento de la información en la base de datos, así como un intérprete, dado el caso que la
mayoría de los cementerios se encuentran en poblaciones maya hablantes.

5. Limpieza de osamentas. Encontradas las osamentas en las fosas, estas deben de tratarse
con cuidado a manera de no modificar su estructura, posición y contenido, para que éstas
analizadas en su totalidad puedan dar cuenta de lo sucedido. En esta etapa se puede hacer un
croquis del lugar, en el cual indique la posición de las osamentas al momento de exhumarlas, así
como también de todas las cosas que puedan encontrarse alrededor de ellas.

Se debe de poner especial empeño en la identificación e individualización de los cuerpos u


osamentas existentes y el establecimiento claro de las asociaciones directas o aleatorias de los
artefactos encontrados en la fosa, si pertenecen o se relacionan con alguno de los individuos
registrados, y considerar el tipo de información que pueda aportar al proceso de investigación,
procediéndose a efectuar el respectivo registro de cada uno de los individuos y artefactos,
identificando para ello con sus respectivos códigos o rótulos, que se mantendrán hasta el final de
las investigaciones y permitirán distinguir un caso de otro.

Fase intermedia Luego de haber analizado el área y recabar toda la información necesaria para la
investigación antropológica forense, se procede con la excavación, la que deberá de realizarse de
acuerdo a los métodos y procedimientos de la arqueología y en concordancia con los criterios
internacionalmente sancionados para la investigación forense. A través de la excavación
arqueológica se delimitará la forma, contorno y dimensiones de la fosa, su naturaleza y
características, si fue elaborada manual o mecánicamente, si sufrió o no alteraciones de cualquier
índole que pudieran comprometer su integridad y la de la evidencia asociada, si se trata de una o
mas fosas existentes en la misma área, es decir absolutamente todo lo relacionado a ella. La
excavación y exhumación de las fosas sirven para la recuperación ordenada y rigurosa de toda la
evidencia física, orgánica e inorgánica que aportan información sustantiva y relevante para el caso
en investigación, así como todos los documentos producidos, ya que durante el proceso se
constituye en evidencia, que debe de estar resguardada y protegida de robos, alteraciones o
destrucciones, que impidan o dificulten el desarrollo del proceso.

Fotografiado El registro fotográfico del proceso de exhumación se realiza desde el primer


momento de la intervención pericial y durante todo el proceso, con la finalidad de documentar
gráfica y visualmente, con el apoyo de video, todo el proceso de recuperación de evidencias. Estos
documentos de apoyo gráfico se utilizan frecuentemente en los diferentes momentos del proceso
de investigación, y a su vez se constituyen en testimonios y pruebas concretas para el caso. Se
debe rotular y mantener un registro pormenorizado del material fílmico y fotográfico, que permita
manejar una base de información grafica organizada.

El sitio, los contextos mortuorios y todo resto anatómico encontrado, así como los artefactos u
otros especimenes asociados, deben ser identificados y para el efecto pueden ser utilizados
códigos y rótulos; éstos deben acompañar también al registro gráfico, así como las escalas o
indicadores gráficos que ayuden a preservar las proporciones, relaciones volumétricas y espaciales
entre los componentes fotografiados. La etapa de fotografiado debe de acompañar todo el
proceso de exhumación, de inicio a fin, tratando de que las fotos reflejen claramente en qué
consiste lo fotografiado.

Para eso se recurre a cintas de colores, reglas o marcadores métricosgráficos, como las reglas
milimetradas, que delimiten los cuerpos o parte de ellos, y ayuden a visualizarlos mejor cuando se
examinan las fotos desarrolladas.

Documentación del proceso El control y registro de las actividades llevadas a cabo durante la
exhumación se conocen como Notas de Campo y consiste en un diario de los trabajos, operaciones
a realizar, problemas suscitados y detalles alrededor del proceso de investigación, en este caso el
de campo es el de mayor importancia, relevancia e incidencia en el desarrollo de la investigación.
Ahí se describirán las condiciones en que aparecen los restos anatómicos y objetos asociados, con
la descripción pormenorizada de los restos óseos encontrados o partes de él, su posición,
componentes, y otros elementos relevantes.

Dichas notas, apuntes o diario deben ser llevados por la misma persona y constituirán la base
documental que ayudará a la producción del Informe Técnico, 59 correspondiente a los trabajos
directamente relacionados con la excavación o exhumación. Estas notas junto con los demás
documentos producidos como fotos, videos, mapas, bases de datos, y otros, ayudan
fundamentalmente a la reconstrucción de los eventos y a la explicación coherente de los
acontecimientos relacionados con la inhumación. Este debe iniciar desde el primer momento que
se toma contacto con la investigación y se arriba al terreno o lugar de los hechos.

Embalaje de osamentas Una vez identificados e individualizados los cuerpos y efectuado el


debido registro, se procederá a su levantamiento, embalándose cuidadosamente cada uno de 60
ellos. Para evitar pérdidas involuntarias de ciertos huesos, como en el caso de fragmentos de
cráneo, huesos de pies y manos, u otros huesos fragmentados, es recomendable embalar todas las
partes anatómicas en bolsas separadas. Además todos los elementos asociados recuperados en el
cuerpo deben mantenerse junto a este, con sus respectivos rótulos.

Todo lo que es recuperado como evidencia durante el proceso antropológico forense de


exhumación debe ser embalado y rotulado, para mantener y garantizar la seguridad de las
mismas. Es importante preservar tanto las osamentas encontradas, como de otros artefactos y
objetos identificados en asociación directa o aleatoria.

Los artefactos localizados o encontrados cerca del cuerpo, pero que no puedan asociarse
físicamente a él, deberán ser aislados y registrados aparte, indicando en las observaciones
información precisa acerca de su proveniencia. Estas evidencias serán guardadas en recipientes o
contenedores adecuados, como bolsas plásticas o de papel de diverso tamaño, así como cajas de
plástico y cartón, u otro tipo de envases, claramente rotulados para el control de los materiales a
embalar, los cuales serán utilizados para el traslado de las evidencias, y deberán acompañarse de
un listado de todo lo embalado para su control y tratamiento posterior.

Por tratarse de evidencias, el fiscal encargado del caso o juez designado, se responsabilizan por la
Cadena de Custodia, que incluye el traslado y preservación de todas las evidencias. Se debe tener
especial cuidado en la manipulación, almacenaje, transporte, vigilancia y seguridad de los cuerpos,
partes de cuerpos y artefactos recuperados,

6. Fase final

La investigación se centra en las osamentas halladas, exámenes de laboratorio y su posible


identificación, esta etapa conlleva los siguientes pasos:

Análisis de laboratorio El objetivo de los análisis de laboratorio es la realización de exámenes


postmortem por medio de los cuales es posible averiguar la causa de muerte de la víctima, a fin de
corroborar la información recaba testimonialmente y otras evidencias circunstanciales.

Los cuerpos serán examinados con la ayuda de un fluoroscopio por el radiólogo y un médico
forense, quienes escribirán un informe corto de lo observado: objetos personales, como llaves,
posibles objetos peligrosos como agujas, hojas de afeitar, balas, casquillos de balas, fragmentos de
metal, por ejemplo de mortero, granada, etcétera.

Informe final El proceso antropológico forense de exhumación se plantea en dos momentos


claramente diferenciados, en primer momento el desarrollo de las exhumaciones y el segundo, el
análisis de las evidencias acumuladas en el laboratorio, de los cuales los resultados de las mismas
deben conformar parte de un informe que integre la información obtenida en cada momento.

Cada informe tratará sobre un caso específico investigado, pudiendo agruparse con otros siempre
y cuando estén relacionados, ayuden a esclarecer la ocurrencia de determinados eventos y
aporten luces para la 64 identificación de las personas desaparecidas y el establecimiento de
responsables en torno a estos hechos.

La estructura básica de un Informe en el caso de un procedimiento antropológico forense de


exhumación es la siguiente:

a. Antecedentes del Caso: que incluya toda la información existente con anterioridad en fuentes
documentales y testimoniales sobre el caso en particular y aquella recuperada en el área misma.
Además incluirá aquello relacionado con los eventos y circunstancias que produjeron la
desaparición de personas en dicha área, cantidades e identidades, como también aquella
información conducente a la identificación de las víctimas.

b. Las exhumaciones: describen los métodos, técnicas y procedimientos utilizados en el desarrollo


de las exhumaciones, características de los eventos registrados, la naturaleza de las evidencias
recuperadas y conclusiones en torno a ellas.
c. Los análisis: consistirán en la descripción de los trabajos efectuados en los laboratorios y los
procedimientos seguidos con la evidencia, las conclusiones en torno a cada caso analizado, así
como la existencia o no de identificaciones positivas o presuntas en torno a las víctimas y la
propuesta de ulteriores análisis y estudios para lograr las identificaciones.

Estos informes estarán a cargo de aquellas personas designadas como responsables para cada una
de las etapas y sus respectivas especialidades y 65 calificaciones profesionales, el marco jurídico
en el cual se desarrollaron los trabajos, entidades patrocinadoras y financistas.

Devolución de osamentas Esta parte se realiza cuando se ha logrado identificar fehacientemente


a las víctimas recuperadas, e incluye varias acciones. En primer lugar, se trata de la devolución a
los familiares de los restos materiales de las víctimas y sus propiedades personales.

Una vez realizado este primer paso, se tiene que haber considerado la necesidad de las
reparaciones civiles y el apoyo y asistencia del estado a las familias ante la pérdida de uno de sus
miembros, el reconocimiento y las disculpas públicas del Estado a los afectados por la violencia y
la seguridad de no recibir presiones o amenazas posteriores.

La devolución de las osamentas es una de las etapas más emotivas del proceso antropológico
forense de exhumación, por una parte para las personas que encontraron a la persona que
estaban buscando, el reencuentro esperado por varios años fue consolador, en cuanto que los
familiares de víctimas cuyos restos no fueron encontrados se muestran mortificados.

Esta etapa es más bien la culminación del proceso, que da como resultado la plena identificación
de los restos encontrados y en donde previo a su devolución se necesita contar con las partidas de
nacimiento de los difuntos, para verificar la edad y nombre exacto del fallecido; posteriormente se
hace entrega del informe de la investigación antropológica forense de exhumación a las
autoridades, y a los responsables.

Las osamentas como resultado de la exhumación En el proceso de exhumación, el resultado o


hallazgo de restos humanos o animales esqueletizados en una fosa, sea esta individual o colectiva,
en cementerios clandestinos se denominan osamentas, las cuales darán detalle de las posibles 67
circunstancias físicas que produjeron la muerte de una o varias personas, luego de los análisis de
laboratorio correspondientes.

7.
Código de Salud.

ARTICULO 116. Exhumación de cadáveres. La exhumación de cadáveres antes del tiempo en que
obligadamente deben permanecer inhumados, solo podrá efectuarse con autorización expresa del
Ministerio de Salud, conforme el reglamento o por orden judicial de conformidad con la ley.

ARTICULO 117. Traslado de cadáveres. El traslado de cadáveres o restos humanos solo podrá
efectuarse con la previa autorización dada por la autoridad sanitaria del lugar y después de
haberse cumplido con los requisitos, que determine el reglamento.

ARTICULO 120. Utilización de cadáveres, órganos y tejidos. Podrán ser utilizados para fines
terapéuticos, educativos y científicos los cadáveres sus órganos y tejidos de acuerdo a lo
establecido en la ley especifica sobre disposición de órganos y tejidos. Su transgresión será
sancionada en la presente ley

Ley de cadáveres.

CAPITULO IX

DE LA EXHUMACION

ARTICULO 49.- La Ley protege al cuerpo legalmente sepultado, penando la violación de sepultura o
profanación de una urna funeraria de conformidad con lo dispuesto por el Código Penal vigente.

ARTICULO 50.- Se permitirá el desenterramiento del cadáver con objeto de cumplir los fines
propios que determina la Autoridad de Salud y de la justicia ordinaria, como ser sospecha de
homicidio, dudas en cuanto a la identidad del muerto, casos de muerte violenta, entierros sin
previa o incompleta necropsia médico-legal, cambio de cadáver o no hubiese realizado un
segundo análisis del cuerpo después del enterramiento y aspectos que interesen a la salud pública
en general.

ARTICULO 51.- La Autoridad judicial, las partes o los propios médicos legistas que actúen como
peritos, serán los únicos autorizados a solicitar se proceda a una nueva necropsia.

ARTICULO 52.- El acto de exhumación debe cumplir los siguientes requisitos: determinación fecha
y hora de la diligencia; notificación de la autoridad policial que procede al inquerito; dos médicos
peritos legistas cuya finalidad es de preservar el ambiente de molestias o enfermedades infecto-
contagiosas. La administración del cementerio correspondiente deberá tomar medidas necesarias
en cuanto a la localidad en la sepultura para proceder al acto.

ARTICULO 53.- Cuando se trata de casos en litigio no se podrá impedir la presencia de las partes en
el acompañamiento de esa diligencia.

ARTICULO 54.- La exhumación no siempre es ejecutada en cementerios, mayormente en el área


rural, donde los cadáveres son exhumados en cementerios clandestinos, razón por la cual se hace
obligatoria la presencia de la Autoridad de Salud ce la zona, para el cumplimiento de las medidas
de prevención dispuesta en el presente reglamento.

ARTICULO 55.- El médico legista tiene que servirse de un auxiliar de necropsia quien deberá ir
munido de todo el material portátil necesario para la ejecución de la pericia, como ser: frascos
embalajes para transporte de materia que requiere examen de laboratorio. El cadáver en que se
va a realizar la necropsia puede estar enterrado hace pocos días o por muchos, de modo que las
conclusiones periciales encuentren insalvables obstáculos que provengan de fenómenos naturales
como ser descomposición de materia orgánica, lo que deberá de pagar en orden y a medida que
efectúa la pericia para evitar posteriores informaciones que desacrediten la actuación del
profesional de la especialidad, demostrando que se presentaron obstáculos para aclarar aspectos
de la necropsia.

ARTICULO 56.- El Ministerio de Previsión Social y Salud Pública a través de la Dirección Nacional
de Salud Pública ejercerá el control y cumplimiento del presente reglamento, siendo esta
autoridad la que podrá cancelar las licencias o permisos para el ejercicio de médicos forenses y
médicos legistas.

ARTICULO 57.- La Dirección Nacional de Salud del Ministerio de Previsión Social y Salud Pública
será la encargada de la facción de los formularios para la autorización de necropsias y autopsias.

Ley de Cementerios.

INHUMACIÓN E INCINERACIÓN DE CADÁVERES Y RESTOS HUMANOS

ARTÍCULO 35.- La inhumación de cadáveres sólo podrá efectuarse en los lugares autorizados como
cementerios y en consecuencia, es terminantemente prohibido hacerlo en sitios distintos. Para
llevarla a cabo se estará a lo dispuesto en los artículos 121 y 130 del Código de Sanidad y
Tratándose de cementerios privados, será necesario que además se cumpla con las formalidades
que en su caso se especificaren en los respectivos convenios.

ARTÍCULO 36.- En caso de muerte violenta o sospechosa de criminalidad, la autoridad judicial


competente, podrá ordenar la prórroga del Término de la inhumación, si fuere necesario para la
investigación de los hechos. En caso de fallecimiento producido por enfermedad cuarentenable, la
inhumación deberá practicarse dentro del perentorio término de seis horas, y sin perjuicio de las
medidas sanitarias de emergencia que, por epidemia o estado de calamidad nacional, pueda dictar
la Dirección general de Servicios de salud o cualquiera otra autoridad competente.

ARTÍCULO 37.- La cremación de cadáveres en los cementerios únicamente podrá realizarse en


aquellos habiendo sido específicamente autorizados por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia
Social, estén previstos de las cámaras de incineración adecuadas. Dichas cámaras deberán estar en
lugar más apartado de la sección del terreno destinado a sepulturas, debiendo además reunir
todos los requisitos técnicos que aconseje la Ingeniería Sanitaria. En consecuencia, los planos de
construcción de las cámaras de incineración, deberán someterse previamente a la aprobación de
la Dirección general de Servicios de Salud.
ARTÍCULO 38.- La cremación de cadáveres se regirá por lo dispuesto en los artículos 132, 133 y
134 del Código de Sanidad. En caso de muerte violenta o sospechosa de criminalidad, no podrá
autorizarse sin que constare haberse practicado la correspondiente autopsia médico legal y
deberá hacerse dentro del término de las veinticuatro horas siguientes a partir del fallecimiento,
salvo las excepciones contempladas en el artículo 121 del Código de Sanidad.

EXHUMACIONES

ARTÍCULO 39.- De conformidad con el Código de Sanidad, las exhumaciones se considerarán


ordinarias. Las primeras no podrán hacerse antes de cuatro años, si el enterramiento hubiere sido
efectuado en el suelo; y de seis años, si se hubiere efectuado en nicho. Las segundas, podrán tener
lugar en cualquier tiempo, siempre que sean necesarias, a juicio del Juez competente, para
investigaciones de carácter judicial.

ARTÍCULO 40.- Para practicar las exhumaciones ordinarias, no será necesaria la autorización
previa de las autoridades sanitarias y serán efectuadas por los administradores de los cementerios,
cumpliendo con los requisitos exigidos por el Código de Sanidad, el Presente Reglamento y el
reglamento interno de cada cementerio.

ARTÍCULO 41.- Las exhumaciones extraordinarias, sólo podrán ser efectuadas por orden de
autoridad judicial competente, pero en casos de enterramientos efectuados en lugares no
autorizados como cementerios, y excepto de que la defunción haya sido causada por enfermedad
cuarentenable, la Dirección general de Servicios de salud podrá disponer la exhumación del
cadáver antes del tiempo indicado en el artículo 38 de este Reglamento, para el solo efecto de que
se haga la inhumación en un cementerio debidamente autorizado y tomando todas las
precauciones que fueran aconsejables.

ARTÍCULO 42.- Para la exhumación ordinaria de cadáveres o restos humanos los interesados en
ella deberán presentar solicitud escrita al Administrador del cementerio que corresponda, quien
procederá a otorgarla previa comprobación de la identidad e inhumación del cadáver de que se
trate, mediante su registro en los libros respectivos.

ARTÍCULO 43.- La administración de un cementerio podrá efectuar exhumaciones ordinarias de


oficio, en cuyo caso además de lo dispuesto en el artículo 40 del presente Reglamento, debe
cumplirse con los requisitos adicionales siguientes:

1. Notificar a los familiares, por lo menos con quince días de anticipación. 2. Levantar acta, por
duplicado, haciendo constar: a) Nombre y apellido completos del fallecido; b) Fecha de
enterramiento y datos de identificación del lugar donde se encuentra inhumado; c) Causa de la
muerte; d) Destino final de los restos; y e) Los demás datos que exigiere el respectivo reglamento
interno del cementerio. Un ejemplar quedará en poder de la administración y el otro se remitirá a
la autoridad a cuya vigilancia corresponda el cementerio. El acta será firmada por el administrador
del cementerio con la firma de dos testigos y en su defecto autenticada por notario.
ARTÍCULO 44.- No podrán exhumarse los cadáveres de las personas que hubieren fallecido por
enfermedad cuarentenable, salvo cuando por excepción lo autorizare expresamente la Dirección
General de Servicios de salud, en cuyo caso fijará los términos y medidas correspondientes.

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