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Introducción

En el Perú, la realidad nos muestra que existen muchas cosas por mejorar. La pobreza, la
corrupción, la analfabetización, el bajo nivel educacional, desempleo, discriminación,
inseguridad, y un sinfín de problemas sociales, políticos, económicos, etc. En el orden de
prioridad al buscar soluciones que ayuden a la mejora del país, casi siempre la Educación
aparece como el eslabón hacia un mejor futuro. Y si bien es cierto, hay mucha razón en
tomar la Educación como pilar hacia el desarrollo, es necesario notar problemas presentes
frente a nuestros ojos que ya nos aquejan en la actualidad, y que, no nos dejaran llevar
ningún desarrollo futuro a la realidad.
Dentro de todos, sobresale la necesidad urgente de orden. Un concepto básico que, a pesar
de ser la base que sustenta todo avance futuro en un país, lleva siglos ausente en nuestra
sociedad. Y es ahí donde radica la base de esta investigación. El desorden con la falta de
una estructura estable en diversos sectores del país es el primer muro que se debe
erradicar.
Yendo específicamente al sector Salud, se verá en primer lugar, toda la situación actual
que atraviesa la población, en diversas ramas del sector, y los factores que contribuyen.
Todo esto con la intención de encontrar el problema en medio de la realidad que no
permite evolucionar al sector y posteriormente, presentar soluciones desde la mirada de
las Telecomunicaciones y si es viable poder solucionar algo.
Si bien es cierto, desde el punto de vista de las Telecomunicaciones, los problemas
sociales no suelen ser su campo de desarrollo específico, menos aún si consideramos la
ingeniería, existe una responsabilidad social involucrada, y en la variedad de ramas de la
Ingeniería de las Telecomunicaciones, se pueden encontrar alternativas de solución
aplicables al sector Salud. Cabe resaltar que el término Telemedicina o Telesalud ha
ganado popularidad en los años recientes, representando de manera objetiva que existe
una relación muy cercana entre ambos campos y que además, ha sido muy viable ya en
la realidad, en países europeos como España, o incluso, en menos magnitud, en otros
países de la región.
Por lo tanto, se tiene como objetivo postular una propuesta que se viable, una vez se haya
considerado todos los problemas y factores, en la realidad del sector Salud peruano,
contribuyendo así al desarrollo del país desde nuestra posición en la ingeniería,
extendiendo más los brazos de nuestra carrera y buscando generar un impacto positivo
que sirva como precedente de que la ingeniería, especialmente en las telecomunicaciones,
puede ser un catalizador de peso para conseguir el cambio que se busca desde años atrás.
Antecedentes:
En febrero del 2018, Mariella Sausa presentó un informe en el diario Peru21, basada en
la información de varias instituciones como el Ministerio de Salud, Essalud, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), donde revela muchos indicadores alarmantes de la
situación actual de la salud en el país que nos ayudan a consolidar nuestra idea de
soluciones.
Nos muestra que el Perú es uno de los países con mayor cantidad de trabajadores en el
área administrativa por cada médico disponible, en comparación con otros países, siendo
el contraste máximo con Canadá que presenta 16 médicos por cada administrativo. Costa
Rica (8 a 1), Uruguay (5 a 1), Paraguay (3 a 1), Bolivia (1 a 2), todos ellos superan a Perú
en eficiencia al brindar los servicios de salud.
En la parte de hospitalización, por cada 10000 pacientes, solo se dispone de 1 cama,
siendo de igual manera, de las peores estadísticas en la región, donde para la misma
cantidad de pacientes, Brasil dispone de 24 camas y Chile de 21 camas. Muy lejos
quedamos de países europeos como España donde existen 32 camas para 10000 pacientes.
De igual manera, se muestra el tiempo promedio que demora programar una cita, el cual
es variable, por ejemplo, en una clínica privada la demora es de 6 días, pero en centros
como EsSalud y el Minsa, suele ser de hasta 14 días.
En la parte de Morbilidad, se muestra una reducción de 2.5% en la probabilidad de morir
a nivel nacional, pero sigue siendo una de las más elevadas en el mundo. Aunado a esto,
el 2015 se reportó que un 34.5% de la población sufría de algún mal crónico y un 31.4%
sufría de un mal no crónico.
Las cifras de inversión en Salud peruana de igual manera, revelan que el gasto público
por paciente es de 656 dólares en promedio, mientras que en otros países de la región
como Chile (US$ 1,749 por paciente), Brasil (US$ 1,318 por paciente) o Colombia (US$
962 por paciente) el presupuesto es muy superior al nuestro. Sin embargo, cabe apuntar
que dentro del presupuesto público peruano (15 %), el gasto en salud está al mismo nivel
de países europeos desarrollados como Francia (15.7 %) o Bélgica (15.1 %).
Finalmente, se resalta que dentro de todo el gasto por persona en salud, solo el 27 % viene
de los seguros mientras que el 73 % es del bolsillo de las familias, comúnmente en
pastillas, tratamientos, etc. que los seguros no cubren.
A modo de conclusión, la autora claramente intenta dar por sentado que el problema
actual de la salud radica en el desorden, como a pesar de que económicamente hay un
porcentaje grande destinado al sector, no se ve reflejado en la realidad.
Luego se consultó la publicación “Estadísticas de salud en el Perú: mejor llenado de
información y su apropiada utilización para promover la salud” en diciembre del 2017,
presentado por Alberto Zolezzi, el cual nos muestra un panorama más claro respecto a la
morbilidad en el país.
Los estudios nacionales establecimientos del MINSA y Gobiernos Regionales describen
que las patologías más frecuentes son las infecciones respiratorias superiores (16 % de
los diagnósticos), seguida por patología bucal (15 %), Infecciones intestinales (3,4 %),
patología gástrica y duodenal (3,2 %), otras molestias urológicas (3,2 %) y las dorsopatías
(3,2 %).
Todo esto a pesar de tener una esperanza de vida relativamente buena respecto a la región,
la cual es 77 años, mientras en la región es 78. Iguamente si vemos la esperanza de vida
saludable (67 años en Perú e igual en la región).
Zolezzi concluye que el paso adelante que tenemos que dar es trabajar en minimizar los
efectos de nuestra baja una calidad de vida y la pérdida de años de vida potencialmente
útil.

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