UNA / Universidad Nacional de las Artes / Departamento de Artes Audiovisuales

ESTÉTICA I / Docente a cargo: Martín Ara / Comisión: C1. miércoles 18-20 h.

Alumna: Leiva, Analía.
Mail: analia__leiva@hotmail.com
Film a trabajar: Fata Morgana (Dir. Werner Herzog, 19771).

Lo bello y lo sublime

En la secuencia elegida del film Fata Morgana de Werner Herzog, se hará un análisis
del fragmento con respecto a lo bello y lo sublime en relación con la naturaleza. Para
ello, voy a vincular el texto de Kant en la Critica del Juicio, quien define con mayor
precisión entre lo bello y lo sublime.

“Para Kant, las características de lo bello son: placer sin interés, finalidad sin objetivo,
universalidad sin concepto y regularidad sin ley. Lo que quiere decir es que se disfruta
de la cosa bella sin desear por ello poseerla, se la contempla como si estuviese
organizada perfectamente para un fin concreto, cuando en realidad su único objetivo es
su propia subsistencia y, por tanto, se desfruta de ella como si encarnase perfectamente
una regla, cuando ella misma es la regla”. Mientras que lo sublime, “significa el definitivo
paso del Rubicán: la extensión de la estética más allá de la categoría limitativa y formal
de lo bello. En tanto el sentimiento de lo sublime puede ser despertado por objetos
sensibles naturales que son conceptuados negativamente, faltos de forma informes,
desmesurados, desmadrados, caóticos, esta categoría, que un viaje por la cordillera
alpina puede remover, lo mismo que la visión cegadora de una tempestad o la
percepción de una extensión indefinida que sugiere desolación y muerte lenta, así un
desierto arábigo, rompe el yugo, el non plus ultra del pensamiento sensible heredado de
los griegos, abriendo rutas hacia el Mare Tenebrarum. La exploración del nuevo
continente, iniciada por Kant de forma decisiva y decidida, correrá a cargo del
romanticismo”.

Entonces, lo sublime puede considerarse un proceso para acercarnos a la naturaleza y

al arte; pero también es un estado en el que la belleza se vuelve inquietante, caótica,
descontrolada. Lo sublime se puede apreciar iconográficamente en tempestades,
desiertos, mares, y tantos otros paisajes naturales detrás de los cuales se esconden el
peligro y la fascinación a la vez.

Así como en el documental de Herzog, donde las imágenes son bellísimas y muy
contemplativas, parece ser hipnotizante, hace notar la presencia del director en el lugar
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Film a trabajar: Fata Morgana (Dir. Werner Herzog, 19771).

alejado del mundo moderno occidental y reflexiona sobre algunas cuestiones de la

humanidad, de la Tierra y demás aspectos. Nos muestra desierto total, espejismos, el
mar quieto, estancamiento, sin nada más: “Solamente había tranquilidad, silencio,
oscuridad y noche”. La naturaleza, aquí, se muestra caótica.

Para Eco: “La naturaleza misma, opuesta al artificio de la historia, resulta oscura,
informe, misteriosa: no se deja captar por formas precisas y nítidas, sino que conmueve
al espectador con visiones grandiosas y sublimes. Por eso no se describe la belleza de
la naturaleza, sino que se experimenta directamente y se intuye lanzándose a su
interior”.

Lo sublime nos permite reconocer en el arte otra forma de acercarnos al mundo, dónde
el hombre será sólo una pequeña parte de ese universo inabarcable, un explorador, que
no puede controlar lo que tiene adelante. Así como se muestra en el film, primero, como
la no existencia de vida, que progresivamente se vuelve humana. Que avanza desde el
aislamiento completo al encuentro con las personas presentes en ese lugar. Las mismas
raramente son locales, autóctonas, y cuando lo son, no hablan de sí o por sí mismos.
Es decir, los personajes “naturales” no se expresan en la película, no de forma
comprensible para el espectador. Más bien “elementos” representantes del lugar y que
“ilustran” el paisaje.

Sublime matemático.

A modo de cierre, con respecto a lo sublime matemático, es el concepto de

magnitud. Para la apreciación matemática de las magnitudes no hay ningún máximo,
pero para la apreciación estética sí, es subjetiva. Cuando la imaginación se ve obligada
a forzar ese máximo, encontramos lo sublime. El universo, la naturaleza en su totalidad.
En el fragmento de Herzog puede apreciarse esa naturaleza, totalmente desierta, que
observando a lo lejos pareciera no tener fin, así como el mar.

Lo sublime matemático no tiene relación con los productos humanos sino con la
naturaleza en bruto, y tampoco está asociada a ninguna emoción de verdadero peligro.
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Es la naturaleza en aquellos fenómenos cuya intuición lleva consigo la idea de su

infinitud.

Bibliografía:

Eco, Umberto; “Historia de la Belleza”.

Kant, Immanuel; “Critica del Juicio”.

Filmografía:

“Fata Morgana”, de Werner Herzog, 1971