No cabe duda que la protección de la naturaleza es una tarea muy grande, que
necesita la colaboración de todas aquellas personas que nos aprovechamos de
sus recursos naturales, de sus ecosistemas y de la propia tierra como fuente de
morada humana. El estado ha entendido que no solo basta con el deseo de
ayudar, sino que debe de establecerse como un deber en la cual deben de estar
involucrados el común de los ciudadanos y la propia estructura del estado como
ente público.