Se publicó en febrero de 1871. El origen del hombre, uno de los libros señeros de Darwin sobre la teoría evolutiva (junto a El origen de las especies), marcó un punto de inflexión decisivo en la historia de la ciencia con su moderna visión de la naturaleza humana como resultado de la evolución. Darwin argumentó que los rasgos característicamente humanos, como la lengua y el sentido moral, eran el resultado de los mismos procesos naturales que produjeron, por ejemplo, los pétalos de lirio o las colas de escorpión. Es el segundo libro sobre la teoría de la evolución de Charles Darwin, después de su libro de 1859, El origen de las especies. En El origen del hombre, Darwin aplica la teoría de la evolución de la selección natural a la evolución humana haciendo especial hincapié en la importancia de la selección sexual. Además el libro aborda muchos otros aspectos sobre psicología evolutiva, ética evolutiva, diferencias entre las distintas razas de seres humanos así como el papel dominante de la mujer en la elección de compañeros de apareamiento. Algunas de las ideas principales de este libro son: 1. Los tipos biológicos o especies no tienen una existencia fija ni estática sino que se encuentran en cambio constante. 2. La vida se manifiesta como una lucha constante por la existencia y la supervivencia. 3. La lucha por la supervivencia provoca que los organismos que menos se adaptan a un medio natural específico desaparezcan y permite que los mejores adaptados se reproduzcan, a este proceso se le llama "selección natural". 4. La selección natural, el desarrollo y la evolución requieren de un enorme período de tiempo, tan largo que en una vida humana no se pueden apreciar estos fenómenos. 5. Las variaciones genéticas que producen el incremento de probabilidades de supervivencia son azarosas y no son provocadas ni por Dios ni por la tendencia de los organismos a buscar la perfección. Plantas Insectívoras Se publicó en julio de 1875. Al acopiar datos para este libro, Darwin intentó, entre otras cosas, mostrar los nexos existentes entre plantas y animales, convirtiéndose así en un excelente fisiólogo vegetal. Las plantas son en su mayoría sedentarias, pero algunas poseen extraordinarios poderes de movimiento e, incluso, otros rasgos que, al menos superficialmente, no se diferencian de los de los animales. Las plantas carnívoras, tema de este libro, capturan, digieren y asimilan animales vivos. Estos estudios sobre las plantas carnívoras ilustran una vez más la enorme curiosidad de Charles Darwin y su mente fértil en el examen meticuloso de la naturaleza y sus operaciones generales y particulares. Por la amplitud de su enfoque teórico y empírico, da la impresión de que no deja piedra sin remover. Este libro bien podría haber sido salvo por su extensión un capítulo más de su "Gran libro de las especies", un ambicioso proyecto sobre la evolución de los seres vivos que abandonó para escribir El origen de las especies. Las plantas carnívoras fueron para Darwin uno de los puntos más importantes de la teoría evolutiva. “Insectivorous Plants”, reveló al mundo los mecanismos por los que una serie de plantas actuaban secretando líquidos parecidos a los del sistema digestivo animal. Fertilización de las orquídeas Se publicó en mayo de 1862. Tras la publicación de El origen de las especies, Darwin dirigió su atención hacia las orquídeas. Las montañas alrededor de su casa de Down, en el noroeste de Kent, le proporcionaban un buen e interesante conjunto de especies, algunas de las cuales colonizaban abundantemente el sendero que circundaba su casa. Hasta entonces las orquídeas eran consideradas como la obra más sublime y directa de la mano de Dios y, según algunos autores, Darwin quiso demostrar en este libro que incluso aquellas plantas tan extraordinarias podían explicarse como resultado de una maravillosa suma de adaptaciones evolutivas. De este modo, Darwin no eligió al azar el motivo de su nueva investigación sino que con ella perseguía no sólo reforzar su teoría de las especies, sino también erosionar el prestigio de sus adversarios creacionistas. Las orquídeas servirán para demostrar que sus sublimes "ingenios" no son obras de un todopoderoso Artífice sino un resultado más de la selección natural. La expresión de las emociones en los animales y en el hombre Se publicó en el otoño de 1872. Principal aportación de Charles Darwin a los estudios interdisciplinarios en que convergen la psicología y la biología, La expresión de las emociones en los animales y en el hombre es una pieza clave dentro de su obra. Si bien el declive de la psicología comparada a comienzos del siglo XX restó momentáneamente influencia a sus aportaciones conceptuales, el auge de la moderna etología ha contribuido al redescubrimiento de este texto capital para la biología de la conducta. Con el fin de señalar las similitudes encontradas en diferentes razas humanas, Darwin envió cartas a sus corresponsales en diferentes partes del globo terrestre, los cuestionarios tratan fundamentalmente las siguientes preguntas de un total de dieciséis: ¿El asombro se expresa con los ojos y la boca ampliamente abiertos y con las cejas levantadas? ¿La vergüenza, si el color de la piel permite comprobarlo, provoca sonrojo? ¿Hasta dónde llega dicho sonrojo en el cuerpo? Cuando un hombre está indignado o desafiante ¿frunce el ceño, mantiene el cuerpo y la cabeza erguidos, cuadra los hombros y aprieta los puños? Cuando piensa profundamente en algún tema o trata de entender un rompecabezas, ¿frunce el ceño o arruga la piel bajo los párpados? Cuando está deprimido, ¿tiene los ángulos de la boca caídos y el extremo interior de las cejas levantando lo que los franceses llaman “el músculo de la pena”? Cuando está de buen humor, ¿le brillan los ojos, tiene la piel un poco arrugada alrededor y debajo de ellos y muestra los ángulos de la boca ligeramente echados hacia atrás? Fundamentalmente, se trata de averiguar cómo se manifiestan las emociones en expresiones faciales y corporales con el fin de compararlas con el hombre blanco europeo. Darwin recibió 36 respuestas a estos cuestionarios que le han servido a lo largo del libro para hacer un análisis entre las siguientes emociones: Sufrimiento y llanto; abatimiento, ansiedad, pena, desaliento y desesperación; alegría, buen humor, amor, ternura y devoción; reflexión, meditación, malhumor, resentimiento y determinación; odio y cólera; desdén, desprecio, disgusto, culpabilidad, orgullo, impotencia, paciencia, afirmación y negación; sorpresa, asombro, miedo y horror, atención a uno mismo, vergüenza, timidez, modestia y sonrojo.