Las lesiones debidas a un ACV pueden ser motoras, de percepción, sensoriales, cognitivas y
psicológicas, pudiendo tener un gran impacto sobre la vida del afectado.
Un paciente que sufre un accidente cerebrovascular también podrá presentar problemas con
las actividades de vida diaria más simples, tales como caminar, vestirse, comer y utilizar el
cuarto de baño, etc. Los déficits motores pueden resultar del daño de la corteza motora en los
lóbulos frontales del cerebro o del daño de las partes inferiores del cerebro, tales como el
cerebelo, que controla el equilibrio y la coordinación. Algunos pacientes que sufren accidentes
cerebrovasculares también presentan problemas en comer y tragar, llamados disfagia.
Déficits de percepción: Si los problemas perceptivos son severos, el paciente puede tener
apraxia, agnosia, alteración del esquema corporal, alteración de las relaciones espaciales, etc.
La apraxia es la incapacidad para realizar ciertos movimientos voluntarios con destreza, pese a
la normalidad de la potencia motriz, la sensibilidad y la coordinación. Un efecto común puede
ser que no se cepille los dientes correctamente.