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Sondeos eléctricos verticales (SEV)

La resistividad eléctrica es uno de los parametros del terreno que en nuestros


servicios geofísicos utilizamos para la diferenciación de litologías en el
subsuelo. Esto puede ayudar a identificar cuerpos extraños en un entorno más
o menos uniforme.

La obtención de la distribución de este parámetro es uno de los objetivos


fundamentales de la Prospección Geofísica. Para tratar de cubrir este objetivo
existen numerosos dispositivos y metodologías, que se aplican en diferentes
ámbitos.

La técnica geofisica denominada Sondeo Eléctrico Vertical (SEV) esta


relacionada con una finalidad que persigue determinar la distribución vertical de
resistividades del terreno que se investiga. Para este método se hacen
mediciones en corriente continua, y los resultados son comparados con las
resistividades comunes de los diferentes materiales.

En términos generales, se trata de crear un campo eléctrico mediante la


inyección de corriente continua en el terreno a estudiar a través de dos
electrodos (usualmente denominados electrodos de corriente A y B), y estudiar
este campo con la utilización de otros dos electrodos (denominados electrodos
de potencial M y N). El campo eléctrico resultante dependerá, entre otras
variables, de la distribución de resistividades de las estructuras del subsuelo,
de las distancias entre los electrodos y su disposición relativa y de la corriente
inyectada.

La resistividad en los materiales naturales varía desde 10 -8 en los metales


nativos hasta 1015 en micas (perpendicularmente a la foliación).

Los valores de la resistividad en una roca están determinados más que por
su composición mineralógica, por el agua que contienen,
fundamentalmente por la porosidad y por la salinidad del agua (más
salinidad implica mayor conductividad).

Todo ésto hace que la resistividad de cada tipo de roca presente una
gran variabilidad. En general, en el campo encontraremos valores de
este orden:

 Rocas ígneas y metamórficas inalteradas: > 1000 Ω.m


 Rocas ígneas y metamórficas alteradas, o fuertemente
diaclasadas: 100 a 1000 Ω.m
 Calizas y areniscas: 100 a más de 1000 Ω.m
 Arcillas: 1 a 10 Ω.m
 Limos: 10 a 100 Ω.m

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 Arenas: 100 a 1000 Ω.m
 Gravas: 200 a más de 1000 Ω.m

Donde los electrodos están alineados, la distancia AM es igual a la NB y la


distancia MN debe ser muy pequeña en comparación con la AB (en los cálculos
se asimila a un punto). Las mediciones sucesivas se obtienen separando
paulatinamente los electrodos de corriente A y B; cuanto mayor sea esta
distancia mayor será la profundidad de investigación.

La mayor eficacia del método corresponde al caso en el que los SEV se


efectúan sobre un terreno compuesto por capas lateralmente homogéneas en
lo que respecta a la resistividad, y limitadas por planos paralelos a la superficie
del terreno (medio estratificado). Nuestra experiencia demuestra que los
resultados teóricos obtenidos para medios de esta clase, son tolerablemente
válidos para estratos inclinados hasta unos 30º. Para mayores inclinaciones o
cambios laterales, es preferible utilizar Tomografía Eléctrica.

La técnica geofisica del SEV es utilizado en proyectos de hidrogeología para la


localización de estructuras geológicas que puedan funcionar como acuíferos,
tales como lentejones detríticos de grano grueso, calizas karstificadas, etc..

En proyectos de geotecnia, los SEV son usados para la definición de


estructuras geológicas diferenciables por su resistividad. Como por ejemplo
aluviales, margas bajo calizas (estructura no detectable con sísmica de
refracción al haber inversión de velocidades), delimitación de zonas de
“préstamos”, etc.

Estas medidas de resistividad para Tomas de Tierra son imprescindibles en


cualquier estudio geotécnico de una instalación eléctrica.

En minería la detección de masa mineral que respondan por su contraste de


resistividad es uno de sus usos principales. Así como el estudio de canteras.

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